Concepto Jurídico sobre el contrato por obra o labor

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CONTRATO POR DURACION DE LA OBRA O LABOR DETERMINADA
Sobre el Contrato por obra o labor determinada
El contrato “por obra o labor determinada” es un contrato de naturaleza laboral,
que se basa para su duración en el tiempo en que tarde desarrollar una obra o una
labor específicamente determinadas. Aparece contemplado como una de las
maneras de ser del Contrato de trabajo, en el artículo 45 Código Sustantivo del
Trabajo.
Naturaleza Jurídica
La naturaleza jurídica del contrato por duración de la obra o labor determinada, es
eminentemente laboral, pues es un contrato reconocido por la ley laboral que
genera todos los derechos y obligaciones propias del contrato de trabajo
genéricamente considerado.
Como tal, el contrato por obra es un contrato que tiene una vigencia limitada en el
tiempo, pero no porque en él se pacte una fecha cierta de terminación del mismo
(lo que sí ocurre con el contrato a término fijo), sino porque siempre con esta
forma de contratos se debe especificar una obra o una labor que resulta ajena a
las actividades normales de la empresa y que determina la duración del contrato.
En la construcción, por ejemplo, este tipo de contratos es de mucha usanza,
puesto que la duración de los contratos se suele supeditar a lo que dure la obra
material que se construye.
Al respecto, la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral, en la
sentencia 9312 de Julio 3 de 1997 sala de casación laboral expreso:
“(…) De pactarse en esos documentos que su término depende de la duración de
una obra o labor, lo que inclusive legalmente no requiere la solemnidad escrita,
constituye, cuando se utiliza esa forma, un valioso elemento de juicio para que se
pueda determinar con más claridad que, en principio, la voluntad de las partes es
que la proyección de la actividad del trabajador esté ligada a una obra o labor.”
Por lo mismo, el contrato por obra o labor determinada no se debe utilizar frente a
labores permanentes de la empresa, pues de ser así, el contrato tendrá que durar
tanto como lo haga la empresa (situación que es propia de los contratos a término
indefinido).
El contrato por obra o labor contratada es una muy especial de contratación
temporal que se usa única y exclusivamente cuando por la naturaleza propia de la
labor no es posible determinar la fecha cierta de terminación del contrato, a pesar
de que se requiera la prestación del servicio por un tiempo limitado. De requerirse
la prestación de los servicios por un período de tiempo indeterminado (por
ejemplo, porque al trabajador o trabajadora se le asignarán diferentes funciones
relacionadas con el accionar cotidiano de la empresa), no es de recibo la
celebración de este tipo de contratos, pues de utilizarlos se estarán encubriendo
contratos a término indefinido.
Y aunque legalmente no se especifica como uno de sus requisitos el que conste
por escrito, lo más adecuado es que así se celebre, pues en esta clase de
contratos siempre se debe describir de forma clara, específica y expresa la obra
que se va a realizar o la labor específica que se contrata. Debe quedar claro para
ambas partes del contrato cuándo termina el contrato (debe ser tal la claridad que
el contrato ofrece para el trabajador que, sin que se lo informen, él debe saber en
qué momento el contrato termina).
Esta forma de contratos se diferencia radicalmente del contrato a término
indefinido.
El contrato a término indefinido es una forma de contratación en la que se
convienen una serie de condiciones laborales, pero cuya duración no se ata o
supedita al tiempo. Por lo mismo, en principio, se entiende que cuando se celebra
este tipo de contratos, la relación durará tanto como duren las labores que ejecuta
el empleador. Como tal, el contrato a término indefinido no se puede terminar sino
es por la ocurrencia de una causa justa de terminación, de conformidad con los
artículos 62 y 63 del Código Sustantivo del Trabajo.
El principio de la primacía de la realidad sobre las formas
Uno de los principios más importantes del Derecho Laboral es el principio de la
primacía de la realidad sobre las formas, también conocido como “el principio
realidad”. Este principio implica, como su nombre lo dice, que siempre se privilegia
en Derecho Laboral la situación real que se presente, aún a pesar de que las
partes hayan plasmado en un escrito una situación diferente.
Para efectos del tema que se viene tratando, este principio tiene una seria
implicación, cuando dentro del contrato celebrado como “de obra o labor
contratada” no se especifica realmente una obra o labor a desarrollar. Se itera, se
trata es de determinar una obra o labor que, culminada, determine la terminación
del contrato de trabajo (sin que para ello haya que recurrir a avisos previos o
notificaciones de cualquier índole). No puede entenderse que la definición de
labores o funciones dentro del contrato supla este requisito, pues de ordinario todo
contrato incluye un listado sobre lo que el trabajador debe hacer.
Pero en el caso que se trata de evidenciar, cuando el contrato aparezca como “de
obra o labor contratada”, pero su duración no quede claramente comprendida por
ambas partes, la aplicación de este principio indicará, necesariamente, que el
contrato es de duración indefinida. En otras palabras, si pese a que las partes
decidieron denominar el contrato como “contrato por obra o labor contratada”, el
mismo no deja claridad sobre su momento preciso de terminación (y se repite, que
no se hace referencia a la fecha exacta o cierta de terminación), es porque el
contrato no tiene una duración definida e, inevitablemente, es un contrato a
término indefinido.
En consecuencia, si la labor a contratar por su naturaleza no es temporal o a
pesar de ser temporal se requiere de manera indefinida, lo adecuado es utilizar la
forma contractual del contrato a término indefinido y no utilizar erróneamente el
contrato por obra, pues de contera, se estarán afectando los derechos del
trabajador, supeditando su contrato a una irregular falta de estabilidad con una
obra o labor que, por ser permanentes, no reflejan con claridad el momento de
terminación del contrato y, a más de ello, permiten que el empleador de manera
caprichosa pero ilegal, termine el contrato cuando a bien lo tenga, pese a que la
obra o labor “determinada” no se haya terminado aún.
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