1.- ARTÍCULO DEL MES: MANTENIMIENTO DEL REGULADOR DE BUCEO E l regulador de buceo permite al submarinista respirar el aire de una botella de buceo a la presión de la profundidad a la que éste se encuentra. Además de resultar esencial en cualquier inmersión, el regulador es una de las piezas más delicadas del equipo de buceo, por lo que conviene vigilar con esmero su mantenimiento para evitar sorpresas desagradables. En este artículo le explicamos todos los requisitos de lo que sería un correcto mantenimiento de nuestro regulador de buceo. ¿CUÁNDO Y PORQUÉ? El regulador de buceo debe ser revisado periódicamente para garantizar su correcto funcionamiento, de esta forma alargaremos su vida útil y preservaremos la garantía del fabricante. Debemos comprobar que el regulador no emite silbidos o ruidos cuando inhalamos, puesto que si lo hace es un claro síntoma de que necesita reparación. Otro aspecto en el que hay que fijarse es el estado del filtro cónico de entrada de la primera etapa, si está oxidado o tiene residuos debemos enviar cuanto antes el regulador a reparar, puesto que ese filtro es un fiel reflejo del estado de todo el equipo. De forma general podemos establecer que un regulador requiere un mantenimiento anual cuando realiza unas 15 o 20 inmersiones, en el caso de equipos de alquiler sometidos a mayor uso y desgaste estas revisiones periódicas pueden realizarse cada seis o incluso tres meses. REVISIÓN PERIÓDICA Como indicamos al principio de este artículo, el regulador es una de las partes más delicadas de nuestro equipo de buceo por lo que es conveniente realizar una serie de tareas de mantenimiento tras cada inmersión. La primera regla que debemos cumplir es la de lavarlo adecuadamente y con agua dulce después de cada uso. Por supuesto antes de hacerlo colocaremos el tapón de la conexión a la botella para evitar la entrada de agua. Para ello no resulta conveniente aplicar chorro de agua a alta presión. Cuando estemos seguros de que hemos eliminado cualquier resto de salitre o residuo, lo secaremos para después colgarlo a la sombra en un lugar seco. Lo colocaremos con la segunda etapa hacia abajo, para escurrir cualquier posible resto de agua que haya podido quedar en las mangueras. Al guardarlo pondremos especial cuidado en que ninguno de los tubos quede doblado de una manera forzada. Además de esto, deberemos respetar tres reglas de oro en el uso habitual del regulador: – Para su transporte, guárdelo siempre separado del resto del equipo y con sumo cuidado. – Nunca coja las botellas por el regulador (ni aún estando en el agua). – Nunca deje el regulador expuesto al sol ni a latas temperaturas. A parte de este mantenimiento que podríamos definir como “diario”, es preciso que cada regulador pase una serie de inspecciones periódicas más técnicas. MANTENIMIENTO ANUAL A menos que tengamos una clara experiencia en este tipo de trabajos, siempre resulta aconsejable ponernos en manos de profesionales para que realicen el mantenimiento adecuado según el fabricante. Es importante que posea las herramientas adecuadas, el instrumental necesario y los repuestos para el mantenimiento. Existen kits de repuestos provistos por los fabricantes para realizar el mantenimiento anual. Estos deben reemplazarse sí o sí independientemente de su estado para asegurar un funcionamiento óptimo del regulador. En la revisión anual deberán analizarse los siguientes puntos: • Chequeo: el testeo de posibles fugas de aire o rotura de mangueras se realiza con el regulador presurizado y sumergido en el agua. Se buscará cualquier pérdida de aire. • Desarme e inspección: se desarma el regulador siguiendo las instrucciones del fabricante y se verifican las piezas sometidas a esfuerzos y desgaste para detectar roturas, rajaduras, metales cromados picados o desgaste prematuro. • Limpieza: Se limpian las piezas plásticas en solución detergente y las piezas metálicas en cuba de limpieza por ultrasonido. • Reemplazo: se reemplazan los elementos indicados por el fabricante (kit de repuestos para primera y segunda etapa), independientemente que estén en buen estado, es indispensable para mantener las características del regulador. Además también se reemplaza cualquier elemento deteriorado. Se lubrican las piezas. • Armado: se arma el regulador siguiendo las instrucciones del fabricante, es muy importante seguir estas instrucciones, pues un armado incorrecto o sin seguir el orden puede llevar a un funcionamiento incorrecto a la rotura de alguna pieza. • Calibración y prueba:En la primera etapa se verifica la presión intermedia y se ajusta al valor especificado por el fabricante. Una primera etapa con una presión superior a la normal tiene tendencia a entrar en flujo libre y una presión menor hace al regulador duro al respirar. (mayor esfuerzo de respiración). En la segunda etapa se ajusta la posición de la palanca de la válvula, para evitar flujo libre si esta muy elevada y una zona muerta si esta muy baja. POSIBLES PROBLEMAS DEL REGULADOR Como cualquier otro elemento del equipo, en algunas ocasiones (en la mayoría de los casos motivadas por un incorrecto uso o mantenimiento) el regulador podrá presentar alguna avería que sin duda se convertirá en un problema para el buceador en caso de no saber cómo actuar: * Entrada de agua: El diseño de los actuales reguladores hacen que resulte prácticamente imposible la entrada de agua en la boquilla del regulador. A pesar de ello, si notamos que entra agua, deberemos comprobar el estado de la boquilla, puesto que esta entrada vendrá motivada casi con seguridad por una fisura en la misma. Si la entrada de agua sucede durante una inmersión, iremos soltando agua poco a poco, evitando el tragarla; para ello nos colocaremos boca arriba y soplaremos sobre ella; también podremos eliminarla si nos inclinamos hacia el lado donde se encuentra la válvula de expulsión, lo cual favorecerá sin duda la expulsión. Otra forma es la de elevar la boquilla por encima del nivel al que se encuentra el regulador, así al producirse un desequilibrio hidrostático el aire fluirá con abundancia por la boquilla. En caso de que estos ejercicios nos reduzcan la entrada de agua, sin que sea algo serio, continuaremos la inmersión, pero si la entrada de agua va a más se suspenderá de inmediato. Puede haber otros motivos por lo que entre agua en el regulador: mal asentamiento de la válvula de exhaustación, rotura de la membrana de depresión, mal cierre de la brida de sujeción... Conviene que comprobemos todos ellos antes de cualquier inmersión. * Falta de aire: Puede venir provocada por multitud de causas: rotura o desgaste excesivo de la aguja percutora, desajuste de la palanca (no estará en contacto con la membrana), agarrotamiento de la palanca por exceso de salitre... Si esta falta de aire se presenta de forma progresiva, lo más normal es que la causa se encuentre en el atascamiento de los mecanismos de palancas y/o válvulas; lo cual vendrá motivado por un deterioro progresivo de la elasticidad o una mala limpieza. Conviene revisarlo, puesto que en ocasiones no notamos esta falta de aire en inmersiones a poca profundidad pero sí lo haremos al bajar a grandes profundidades, donde puede resultar realmente peligroso. Si la falta de aire es repentina y total, será motivado casi con seguridad por una rotura en el muelle de la cámara de alta presión, que dejará obturada la entrada del aire; o bien por el agarrotamiento de la aguja interior de la válvula a su paso por el calibre correspondiente cuando se halla en situación de retroceso. Ni que decir tiene que esta es una de las situaciones de mayor peligro en la que nos podemos encontrar sobre todo si estamos a más de 40 m. de profundidad. Algo de lo son conscientes los fabricantes por lo que la gran mayoría de los modelos actuales están construidos de tal manera que, en caso de fallar, no se bloquearía el aire, sino que quedaría un flujo constante. * Exceso de aire: La causa principal por la que podemos notar un exceso de aire en el regulador, es por el deterioro de alguna válvula, de las palancas reguladoras o de la propia membrana. Si observamos una pérdida de aire parcial, simplemente deberemos aspirar con ciertas precauciones; pero si la pérdida de aire es total, deberemos tener muchas precauciones ya que nos será imposible mantener la boquilla en la boca (ni siquiera deberemos intentarlo).