MINERÍA RESPONSABLE: ¿ES POSIBLE?

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FORO ‘MINERÍA RESPONSABLE: ¿ES POSIBLE?’
Bogotá D. C., 27 de noviembre de 2014
Relatoría
Asistentes: Alejandro Santos Rubino, director de la revista SEMANA; Natalia Gutiérrez,
presidente de la Agencia Nacional de Minería; Tomás González Estrada, ministro de Minas y
Energía; Henry John Luna Córdova, director de catastro minero del Instituto Geológico Minero y
Metalúrgico (Ingemmet); Claudia Jiménez, socia de Jiménez & Asociados S.A; Álvaro Echeverry,
director de consulta previa del Ministerio del Interior; Ángela Cadena, directora de la Unidad de
Planeación Minero Energética (Upme); León Teicher, experto en desarrollo minero; Marcela
Bayona, abogada y socia de M&M Estudio Jurídico; Carlos Enrique Rodríguez, director encargado
de la Revista Dinero; María Isabel Ulloa, viceministra de Minas; senador Juan Diego Gómez;
Santiago Ángel, presidente ejecutivo de la Asociación Colombiana de Minería; Joaquín Eduardo
Caraballo, director MGA Gerencia Ambiental de la Universidad de los Andes; José Noguera,
vicepresidente de asuntos corporativos en Gran Colombia Gold, y Edinson Monsalve, Minera La
Vega Segovia – Antioquia.
Introducción:
El pasado 27 de noviembre se realizó el foro Minería responsable: ¿es posible?, con el auspicio de
la revista SEMANA y la Agencia Nacional de Minería (ANM). La reunión se efectúo en el Hotel
Marriot de Bogotá.
1. Palabras de bienvenida
a. Alejandro Santos Rubino, director de la revista SEMANA
Inició su intervención señalando que lo preocupante del debate sobre la minería en Colombia es que
las partes en conflicto se han atrincherado en prejuicios y en estigmas. Recomendó despojarse de
esa contaminación que impide tener un diálogo inteligente.
Sostuvo además que no todas las personas que están defendiendo el medio ambiente son enemigos
de las empresas de extracción, ni todos los ambientalistas son fanáticos radicales que no quieren el
progreso.
Santos concluyó señalando que la inversión extranjera y las empresas colombianas están
conociendo la riqueza natural del país, pero paralelamente se están enfrentando a dilemas en
diversos escenarios con las comunidades, con una institucionalidad frágil y con la aparición de
problemas jurídicos complejos.
b. Tomás González Estrada, ministro de Minas y Energía
El funcionario dijo que al abordar el tema de la minería se hace necesario referirse a la
responsabilidad, pero conociendo los estándares operativos del sector, y es necesario saber cómo
operan las compañías y cuáles son sus esquemas ambientales y sociales.
Expresó su insatisfacción porque los debates y espacios de diálogo sobre este campo solo se
circunscriben a hablar de los costos, los impactos y los riesgos. “Se nos olvida que aquí tenemos un
ambiente que cuidar y una pobreza que resolver”, manifestó el Ministro.
González invitó a construir un debate integral en el que se puedan ver las dos caras del asunto. Por
último, hizo énfasis en que cuando se trata el tema de la responsabilidad, también se busca “no
dejar los minerales enterrados” porque con los recursos obtenidos por su extracción se ayuda a
cubrir la inversión social y la lucha contra la inequidad.
2. Conferencia. Impacto económico, ambiental y social de la minería del Perú a cargo del
ingeniero Henry John Luna Córdova, director de Catastro Minero del Instituto
Geológico Minero y Metalúrgico (Ingemmet)
El experto dijo que en el Perú lo relacionado con los recursos naturales está contemplado en la
Constitución Política, en la que se menciona que el Estado es soberano en su aprovechamiento.
Agregó que en el escudo nacional se muestra tres recursos naturales: la flora, la fauna y los
minerales.
Se refirió a la ley de recursos naturales que promueve la explotación racional de todas las riquezas.
Agregó que en su país cada recurso tiene su propia norma como la Ley de Tierras, la Ley de Fauna
Silvestre y la Ley de Recursos Hídricos, entre otras.
Dijo que la legislación abarca todos los procesos y delineamientos que se deben seguir para el
otorgamiento de concesiones mineras y para ejercer la actividad de manera formal. En su país,
según explicó, el suelo está formado en un 45 por ciento por minerales como potasio, fosfato, calcio,
magnesio y azufre.
Se refirió a la desconfianza en la minería porque esta emplea agua en exceso, lo que en su opinión
no es cierto. Según dijo, la industria usa el 6 por ciento del líquido, la población el 7 por ciento y la
agricultura el 86 por ciento. “La minería solamente usa el 1 por ciento del agua a nivel nacional”, dijo.
La razón: el sector minero emplea cada vez más tecnología para poder desarrollar su actividad.
Concluyó que en el Perú la minería artesanal generalmente trabaja en las vetas, pero la gran minería
se desarrolla en los yacimientos. Por ello, contó, el Ingemmet se ha preocupado por generar
información del catastro de fácil acceso a los ciudadanos.
3. Panel. El aparente conflicto entre minería y territorio: instrumento para el desarrollo
rural
A la pregunta ¿se puede tener una minería responsable en Colombia? Álvaro Echeverry, director de
consulta previa del Ministerio del Interior y representante de la Autoridad Nacional de Licencias
Ambientales (ANLA), respondió: “Sí, sí es posible y lo estamos haciendo”.
Informó que el Presidente de la República, Juan Manuel Santos, incorporó a la minería en el Plan de
Desarrollo como una de las locomotoras que generarán progreso al país y dijo que esta decisión se
justifica por el potencial productivo del sector y el impacto que este puede darle a la solvencia
económica del país.
Natalia Gutiérrez, presidente de la Agencia Nacional de Minería (ANM), señaló que de las 114
millones de hectáreas del territorio nacional, solo 5 por ciento está siendo entregado en titulación y
remarcó que no todo está siendo explotado.
La funcionaria reveló que en el país la explotación minera solo abarca el 1,1 por ciento. A partir de
este dato dijo que “ese es el monstruo o idea que nos están vendiendo los titulares de prensa que
dicen que la minería nos va a comer el país y no es cierto”. Dijo que este tema se está tratando
desde la institucionalidad y con el fin de lograr que se desarrolle de forma seria y bien hecha.
Se refirió a la actividad extractiva en Boyacá y dijo que pese a que este territorio cuenta con 2,3
millones de hectáreas, 719.000 están excluidas para cualquier tipo de labor minera, agrícola, y
ganadera. Señaló que solo 197.000 hectáreas son aptas para minería y se encuentran en etapa de
exploración: produce 3 millones de toneladas de carbón, más de 600.000 metros cúbicos de
materiales de construcción, más de 2 millones de toneladas de caliza y más de 72.000 toneladas de
minerales no metálicos.
Ángela Cadena, directora de la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME), dijo que desde
esa entidad se han centrado en identificar las dificultades que la minería trae consigo y se refirió a
los problemas tradicionales de política pública y aseguró que estos causan impacto por que se
desarrollan especialmente en las zonas rurales. “Encontramos que entre más debilidad institucional
exista, el impacto de la minería puede ser peor”, aseguró la funcionaria.
León Teicher, expresidente de Cerrejón, señaló que sí es posible hacer minería responsable,
dejando además una gran huella territorial, ambiental y social, y señaló que es necesario también
hacer un foro sobre agricultura responsable o ganadería responsable.
Para reforzar su planteamiento, comentó que según un estudio del Ministerio de Medio Ambiente
publicado recientemente, en los dos últimos años en Colombia se perdieron 295.822 hectáreas de
bosques, un espacio territorial superior 1,6 veces al departamento del Quindío.
De acuerdo con el estudio, comentó Teicher, el mayor nivel de deforestación se produce en zonas
como la Amazonia y la razón es el avance de la frontera pecuaria. “Es decir, gente buscando
espacio para poder tumbar árboles y cultivar un poco de comida”, señaló. El informe muestra que en
Antioquia solo quedan dos parches grandes de bosque, ubicados al noroeste de Bolívar, el
Magdalena Medio y la Cuenca del Atrato, pero que se reducen drásticamente. “El estudio dice que
no se trata de la expansión agropecuaria sino de la tala ilegal para el mercado de la madera, y en
alguna medida, por los cultivos ilícitos”, planteó Teicher.
Marcela Bayona, abogada y socia de M&M Estudio Jurídico, comentó que su labor en los territorios
donde existe industria extractiva minera tiene que ver constantemente con resolver líos. Denunció la
existencia de un conflicto en muchas zonas del país y recomendó a las autoridades del orden
nacional que, siendo la minería una industria que hace presencia en los territorios, se diseñen
soluciones y salidas que permitan mejorar la situación actual.
“En Colombia hay cinco países que viven dentro de uno”, apuntó Bayona y aseguró que la solución
al conflicto en las regiones no se dará con la aplicación de una misma fórmula.
4. Mesa Activa. Los retos de la formalización Minera en Colombia
Edinson Monsalve, miembro de la Minera La Vega Segovia en Antioquia, recordó que durante 17
años laboró en Frontino Gold Mine y remarcó que como consecuencia de la liquidación de esta
empresa y el abandono del Estado en estos territorios prosperó la ilegalidad. “Crecimos en esa
cultura y bajo esos parámetros. Y eso era visto como algo natural. Entonces, cada uno abría su
hueco hasta que se formó un hormiguero humano”, relató Monsalve.
Continuó narrando que otras minas del departamento fueron invadidas y finalmente la situación se
volvió incontrolable. “Después vino el Estado y desalojó a los ilegales de las minas, para luego
llamar a los mineros a la formalización”, dijo.
Comentó que en la actualidad existe una empresa, conformada por los mineros de la región, que
cuenta con 235 personas que hoy laboran de forma legal, pero que antes invadían cualquier sitio.
El senador Juan Diego Gómez afirmó que la minería tiene la capacidad de convocar a todos los
entes del país a pronunciarse como la Corte Suprema, la Controlaría, la Procuraduría, los alcaldes,
los concejales y otros más.
Aunque reconoció el esfuerzo estatal, planteó la necesidad de que la institucionalidad desarrolle la
doctrina jurídica que los cobije a todos. ”Parte de eso es una visión global donde no solo se aborde
la exploración, la explotación y la comercialización sino qué indique qué se debe hacer después con
esa actividad”, propuso el legislador
María Isabel Ulloa, viceministra de Minas, habló de la importancia de la formalización. Destacó el
caso descrito por Edinson Monsalve en Segovia (Antioquia) y señaló que en este territorio se
demuestra que la tarea hay que hacerla eficientemente.
Dijo que la minería en Colombia debe tener una política pública que esté acorde con las
necesidades que se presentan en todos los territorios. Agregó que la pequeña minería requiere de
todo el apoyo del Estado para poder ejercer su actividad de manera legal y con las mejores
prácticas.
Santiago Ángel, presidente ejecutivo de la Asociación Colombiana de Minería, orientó la discusión
en la formalización e hizo un inventario de los numerosos y agotadores trámites que una persona
debe realizar para salir de la ilegalidad y poner su actividad económica dentro de los márgenes de la
ley.
Según el censo minero del 2013, el 63 por ciento de los mineros ilegales no quisieron o no pudieron
cumplir con todos los requisitos. “Este país tiene este maremágnum de normativas que realmente
hacen compleja la situación”, dijo el dirigente gremial.
José Noguera, vicepresidente de asuntos corporativos de Gran Colombia Gold, recordó que esta
compañía nació con aportes de empresarios canadienses y decidió comprar los antiguos activos de
la Frontino Gold Mine que estaban en liquidación. En esa época se realizó un censo que arrojó que
había 196 minas ilegales y que por cada de estas unidades una había entre 50 y 100 personas
laborando.
“En nuestro modelo entendemos que la sostenibilidad empieza por la buena ciudadanía corporativa.
Esto implica, entre otras acciones, el encadenamiento productivo de la pequeña minería y el
cumplimiento de la ley: actuación ética e integra, con el pago de impuestos y regalías”, concluyó
Noguera.
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