pdf completo - Archivos de Arquitectura Antillana

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El Polígono Central de
Santo Domingo:
50 años de desarrollo urbano
Gustavo Luis Moré
A la izquierda, plano de Ciudad Trujillo y Cercanías,
realizado en base a la fotogrametría hecha por el
US Army Map Service, Corp of Engineers, US Army,
en 1958. Escala 1:12,500. Publicado por el Instituto
Cartográfico Militar.
Es uno de los levantamientos más completos y
precisos, que incluye toda la vialidad e identifica las
instituciones y edificios públicos más representativos
del momento, en el que apenas se esbozaba el
territorio que habría de ocupar en menos de medio
siglo, la zona hoy comprendida por el Polígono
Central de la ciudad de Santo Domingo.
Es un documento de carácter histórico de escasa
vigencia funcional, ya que la ciudad habría de
recuperar su nombre original, apenas tres años
después de su publicación. Con esta configuración
recibe el país la ciudad a inicios del período
democrático postdictadura trujillista.
Las ciudades, como todo organismo vivo, son entes dinámicos. Se inician de la manera más
casual, o se fundan de la más formal. Su existencia obedece a las leyes de la interacción
humana dentro de un hábitat geográfico particular, que con el tiempo, va adquiriendo un espíritu
único, una expresión cultural producto de su espacio y de su época. El asentamiento actual de
la ciudad de Santo Domingo, establecido por Nicolás de Ovando en agosto de 1502, posee
ya 511 años de edad. La compleja urbe de hoy, la más poblada y extensa de toda la región
antillana, ha transitado su itinerario de episodios históricos, que, con más fuerza unos que otros,
han dejado su huella en este territorio, en estas suaves terrazas que se deslizan hacia el gran
mar interior de la Epopeya del Sur, herida por dos ríos vinculados a la salida y a la puesta del sol,
y trazada por las dulces montañas que le dibujan septentrionalmente. La historia, implacable,
cumplió sus destinos colonial y republicano, y se abrazó a una modernidad mal entendida, ajena
en un principio, pero finalmente inevitable.
Ya adentrada la segunda mitad del siglo XX, apenas liberados de los 30 años de la Gran
Dictadura, la presión contenida por décadas irrumpió en los terrenos más cercanos y
apetecibles, situados al noroeste de la diáfana ciudad conocida de entonces. Antiguas fincas
fueron divididas entre familiares y deudos; terrenos destinados a infraestructuras obsoletas,
fueron hábilmente transformados en predios para la urbanización de una creciente clase media
dominicana, que requería de buenos aires, de esperanzas nuevas.
Archivos de Arquitectura Antillana ha asumido esta pionera investigación, motivados por la
curiosidad de las generaciones más jóvenes, ante el enorme vacío documental existente en
esta incontada historia. Como todo conocimiento académico o científico, llega el momento en
que se hace imperativo documentar y entrelazar las deconstruidas líneas de esa memoria que
poco a poco, se va perfilando en la imaginación, va adquiriendo cuerpo hasta convertirse en una
“verdad” que se integra a la cultura local, y se va enriqueciendo con los recuerdos de tantos y
tantos protagonistas, generalmente anónimos. En tan solo 50 años, una suerte de ensanches
malamente esbozados, van adquiriendo una idea de conjunto, hasta convertirse, hoy en día, en
una entidad municipal designada formalmente como el Polígono Central de la Ciudad de Santo
Domingo, el espacio de mayor actividad comercial, de mayor interacción inmobiliaria, de mayor
representatividad de los alcances de la actual sociedad dominicana. El centro de comercio se
ha desplazado, de la antigua Calle del Conde, arteria comercial principal de la ciudad colonial
por más de 450 años, a la red de avenidas y calles interiores originalmente domésticas del PC,
que constituyen el no tan oscuro objeto del deseo en las actividades inmobiliarias capitalinas.
Piantini, Morales, Saviñón, Tavares, Esteva, Serrallés, Demorizi, Rancier, Hernández, Corripio,
-como propietarios- y Bernal, Frómeta, Pou, Baquero, Haza, Pellerano -en tanto proyectistas-,
son algunos de los apellidos que resuenan en las historias más frecuentes; pero muchos son los
fundadores, los pobladores mismos que han visto en menos de dos generaciones, transformar
sus espacios vitales modestos y abiertos, en torres de apartamentos y centros comerciales de
altísima densidad, servidos por una infraestructura de servicios tan precaria como urgente.
AAA agradece a todos los participantes en este trascendente estudio, que ha de colaborar a
un mejor entendimiento de nuestra cultura, en especial a Carlos Jorge, por aquel comentario
aparentemente casual; a María del Mar Moré, por su apasionada curiosidad en las modernas
casas del período; y a Mauricia Domínguez, quién asumió el proyecto como suyo. He aquí los
primeros resultados de una serie a ser continuada en futuras ediciones sobre el tema.
Reseña Histórica
Mauricia Domínguez Rodríguez
Don Juan Morales Monclús.
Doña Lucila Angélica Piantini Vda. Morales y su primera nieta
Lucila Pérez Morales.
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La verdadera historia:
los barrios y ensanches del
Polígono Central de la
ciudad de Santo Domingo
Origen y desarrollo
El Polígono Central es un territorio de la ciudad de Santo Domingo, localizado entre las
avenidas 27 de Febrero -al sur-, la Ortega y Gasset -al este-, la John F. Kennedy -al norte
y la Winston Churchill -al oeste-. Este cuento dibuja las historias que le dan origen en
el tiempo. Toda historia se cuenta a partir de sus protagonistas, y nuestra ciudad es la
protagonista de este relato que intenta dilucidar las vicisitudes por las que han pasado
los lugares que hoy configuran este importante núcleo representativo de la ciudad de
Santo Domingo.1 Este Polígono, declarado como tal por el ADN en 1998, comprende
casi una decena de repartos, ensanches y desarrollos, iniciados antes de la segunda
mitad del siglo XX por diversas iniciativas inmobiliarias privadas. Se origina en los antiguos
terrenos de Galá o de Gaillard, una sección de la Común de San Carlos, que en 1896 tenía
aproximadamente 33,000 tareas, unos 270 habitantes y 45 casas o bohíos. Distaba a 4
kilómetros de la Puerta del Conde y colindaba al norte con la sección de Arroyo Hondo, al
este con La Yuca, al sur con Mata Hambre y Honduras y al oeste con Manoguayabo y Los
Alcarrizos.2 La sección de Galá ya no se reconoce con estas dimensiones; su nombre se
limita a un pequeño sector residencial. Esta sección se identifica en el catastro moderno
como La Esperilla.
En ella, grandes franjas de terrenos se dedicaron durante varios siglos, al cultivo, y en
mayor grado a la ganadería, aunque la escasez de agua para la siembra obligó a utilizar la
zona como potreros. Desde un principio, la ciudad estuvo rodeaba de pequeños ingenios
y trapiches, fincas cañeras con una producción limitada, que sólo serán utilizados como
asentamientos formales a partir de las primeras intervenciones viales del sector, como las
avenidas Fabré Geffard y Cardenal Pullman), hoy Lincoln y Churchill, respectivamente. Las
raíces del desarrollo urbano del sector las podemos encontrar en los antiguos caminos
y en la configuración de las parcelas, que formaron una estructura fundamental para el
desarrollo de las urbanizaciones, ligada a la concepción de ciudad de varios hombres
visionarios, conscientes de las necesidades urbanas y las potencialidades económicas
de los terrenos que ocupaban, quienes apostaron a un futuro de desarrollo urbanístico
del oeste de la ciudad. Uno de los gestores fue el Ing. José Ramón Báez López Penha
(Don Moncito), quien concibe desde su nombramiento como Ingeniero Municipal en
1931, los lineamientos claves a tomar en cuenta como futuras directrices en los terrenos
no urbanizados al oeste y norte de la zona urbana conocida. Así concibe las conexiones
faltantes de la ciudad en el sentido norte-sur, situación aún crítica para el tránsito en este
sentido, y al mismo tiempo define el límite de crecimiento urbano hacia el oeste. Éstos
serán parte de los aportes del Consejo Administrativo a la ciudad de Santo Domingo
durante el período 1933-38.
Los avances tecnológicos del siglo XX traen consigo desde sus comienzos un nuevo uso
para los terrenos el sector, compartido al de los potreros: la instalación de aeródromos
en las vastas llanuras de la tercera terraza de Santo Domingo. La ciudad, desde que
se extendió fuera de sus murallas, creció a lo largo de los caminos tradicionales de
comunicación con las poblaciones del interior de la isla y con el camino a la playa de
Guibia3, el cual se consolida como la Ave. Independencia, donde se alojaron, a ambos
lados de la vía, las principales estancias solariegas de la alta sociedad capitaleña. Por el
lado norte, el camino hacia el Cibao se convierte en la calle San Martín y eventualmente en
la Autopista Duarte a la altura de donde estaba la antigua Alfarería o Tejar de los Munné. El
trazado tortuoso del primer tramo confirma su procedencia desde la época de la colonia.
Entre los caminos del noroeste y el sureste se desparrama una trama urbana realizada a
pedazos, que recuerda a conveniencia el trazado de cuadrícula utilizado en la colonia, y que
va acomodando soluciones individuales de ventas de terrenos de aquellas parcelas que
rodeaban la ciudad. Desde el asentamiento extramuros de la villa de San Carlos, las tierras
al norte y al oeste de la ciudad estaban bajo la jurisdicción de la Comuna de San Carlos que
arribaba hasta la ciudad de San Cristóbal; siendo una de las más grandes. Esta enorme
jurisdicción es transformada a finales del siglo XIX y reducido su tamaño. Como hecho
curioso, en términos sociológicos, es interesante comprobar que la procedencia de muchos
de los propietarios de los ingenios, trapiches o hatos ganaderos que rodeaban la ciudad
de Santo Domingo, formaban parte en el siglo XIX de familias sancarleñas, provenientes
de inmigrantes canarios. Un hecho que podría explicarse, tal vez por las condicionantes
físicas y psicológicas que existían entre la ciudad colonial rodeada de murallas y su sentido
de protección, de vivir protegido, y los habitantes extramuros, cuya libertad de ocupación
del territorio se extendía sin límites hasta el horizonte. La suprema aspiración del habitante
común era la de convertirse en propietarios; los menos atrevidos se conformaron en
permanecer en los núcleos urbanos. Sólo los aventureros se adentraron tierra adentro
encontrando lugares libres que les permitieran establecer sus siembras y hatos ganaderos.
Tres caballerías demarcaban el ejido de la ciudad, los habitantes de San Carlos desde 1691
iniciaron las gestiones para más allá del ejido poder labrar tierras; con el consentimiento
del fiscal del Consejo de Indias, tres años después se les permitió abrir y romper montes
cercanos, extendiéndose su ocupación a voluntad, por considerarse estas tierras como
realengas. La ocupación de las tierras aledañas a la ciudad nunca había sido por compra,
donación o composición; se habían hecho por consenso, prioridad de llegada u otro
medio de apropiación, abuso o nepotismo de los miembros de los cabildos al adjudicarse
predios (Gutiérrez, 1984). Las solicitudes trajeron consigo inconvenientes y reclamos para la
posesión de las tierras.
No será hasta el desarrollo de la industria azucarera del siglo XIX, que las tierras aledañas
a la ciudad reactivarán los cañaverales con la mejora de antiguos y con nuevos ingenios
o trapiches, impulsados por las inversiones de empresarios de diversas nacionalidades:
cubanos, ingleses, franceses, norteamericanos, alemanes, italianos, puertorriqueños
Plano Pintoresco. Dibujo del Ing. Guillermo Piantini del
Castillo, agosto de 1943. Escala 1: 2000. Cortesía de
Salvador Sturla.
El plano define los potreros de la Suc. de Don Luis Ml.
Piantini Monclús, situada en la sección de “La Esperilla”,
con área total de 1,186.88 tareas. Los datos importantes
definen los potreros, nombres, perímetros, áreas y longitud
de empalizadas. Se identifican las parcelas vendidas
a: Augusto Chotten, Dr. Miguel A. Pardo, Dr. Heriberto
Valdez. También pueden identificarse los propietarios
adyacentes: Sucs. de Don Luis Ma. Hernández, Alberto
Piantini, Belarminio Lluberes, Pablo A. Hernández, Rafael
Hernández, Francisco del Carmen Lluberes, Juan Tomás
Tavares, La julia C.x A. y Lucila Piantini Vda. Morales.
De intéres es el trazado de la Avenida Fabré Geffrard y el
camino al Country Club (actual Ave. Lope de Vega), en su
intersección puede verse ya formado el triángulo del
Parque de La Lira. Lo delimita hacia arriba la Avenida
México antes de que fuese interrumpida por la pista sur del
Aeropuerto Gral. Andrews, nombrándose posteriormente
hacia el oeste Roberto Pastoriza.
La parte central de la finca, donde se ubicaba la casa y el
huerto, se encuentra, según el dibujo, justo donde está
el parqueo del Supermercado La Cadena, en la
Ave. Abraham Lincoln.
Plano de Ciudad Trujillo. Levantado por el Agr. R. Lambertus, noviembre de 1942. Sobre la copia en azul se señalizaron la ubicación del servicio policial de
la ciudad. Se destaca el terreno del aeródromo Miraflores, las Avenidas Máximo Gómez, Fabré Geffrard y la México cuando continuaba recta. Sobre ellas, el
Country Club por el ensanche La Fe y el actual Arroyo Hondo como Villas Agrícolas #2. Aún no está planteado el nuevo campus de la universidad.
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Inauguración del Supermercado Nacional en la 27 de Febrero
esq. Abraham Lincoln, década de 1960.
Apartamentos Ely. 1981. Arq.Teódulo Blanchard.
C/ Roberto Pastoriza esq. Ave. Ortega y Gasset. Premio
del Banco Nacional de la Vivienda en 1983.
y dominicanos. Este impulso capitalista a la industria azucarera modificó el régimen
de registro de tierras tradicional con la compra de los terrenos comuneros para las
instalaciones de maquinarias especializadas en el proceso de extracción de las mieles,
un imperio agrícola de relaciones capitalistas que necesitaba títulos claros de propiedad,
amparados por sus mensuras catastrales correspondientes. No será hasta varias décadas
después que se cristalizará este proceso con la implantación del sistema Torrens durante
la ocupación militar norteamericana de 1916-24. Es en 1879 que Francisco Saviñón,
natural de la villa de San Carlos, trae a Santo Domingo la primera máquina de vapor a ser
instalada en un ingenio de su propiedad: La Encarnación. Al llegar a las orillas del Ozama
fue recibida con entusiasmo desbordante la procesión industrial, dirigida por Saviñón y
Félix M. Lluberes, ellos eran parientes cercanos y hombres que se dedicaron primero a la
política de partidos y después al mundo empresarial. La mole monumental de la caldera,
fue celebrada por la prensa capitalina pronosticando una era de trabajo que liquidaría
las montoneras revolucionarias (Del Castillo). Motivado por otros comerciantes, Saviñón
invierte recursos para instalar el ingenio La Encarnación hacia el oeste de la ciudad, ya tres
años antes en su cercanía, Rafael Abreu había instalado el ingenio Bella Vista a tres millas
de distancia de la ciudad de Santo Domingo, en el lugar que hoy mantiene su nombre.
La compra de las maquinarias y accesorios para instalar el ingenio fueron adquiridas por
la suma de $13,430 oro americano, avanzando sólo la cuarta parte y dejando el restante
como deuda amparada mediante hipoteca sobre el propio ingenio. Para saldar la deuda
con los fabricantes, Saviñón se ve obligado a acudir por un préstamo a Juan Bautista
Vicini, con quien hipoteca el ingenio y 4 casas de su propiedad, además de conceder la
venta de los azúcares. La Encarnación es comprometida con varios financiamientos e
hipotecas para emplearse en los trabajos del ingenio y su puesta en funcionamiento. A
finales de 1881, Saviñón tenía cuatro obligaciones de pago vencidas y con imposibilidad
de pagar, rubrica un nuevo contrato con Vicini para prorrogar el pago en dos años. Con
la crisis del azúcar de1884 y el declive posterior, La Encarnación pasa a manos de Juan
Bautista Vicini por la imposibilidad de pago de Francisco Saviñón.
Edificio Dolmen. 1970. Arq. Juan Pérez Morales.
C/ José Amado Soler esq. Paseo Dolmen,
Reparto Yolanda.
del Juzgado de Primera Instancia del Distrito. Los terrenos de La Encarnación i Bella Vista,
pasan a ser propiedad de la General Industry Company (Sociedad Anónima, constituida
bajo las leyes de New Jersey, EUA), representada por su vicepresidente el Sr. Juan
Bautista Vicini Burgos.5 Más de una década después, en 1917, el administrador de los
ingenios CAEY y Encarnación, el Sr. Juan Morales Monclús logra una promesa de venta
de los terrenos de La Esperilla i La Encarnación, Sección de Galá, antes común de San
Carlos, en la Provincia de Santo Domingo de 2,747,216.00 m2. Su interés estaba puesto
en obtener la compra final de los terrenos, que mayormente eran destinados a pastoreo de
ganado. No será hasta enero de 1930 que logra su objetivo y se registra el acto de venta
de la Compañía Anónima de Inversiones Inmobiliarias de la cantidad de m2 prometida,
después de varios intentos fallidos. El Sr. Morales Monclús procedía de familia de isleños,
su abuelo materno era poseedor de grandes extensiones de terreno en la común de San
Carlos y Monte Plata.
Con la entrada del siglo XX, las condiciones internacionales sobre la industria azucarera
dominicana se hacen evidentes llevando a la quiebra y a la desaparición de un sinnúmero
de establecimientos instalados en la etapa anterior. Entre 1884 y 1900 quebraron unos
14 ingenios; Esperanza, Caridad, Dolores, Jainamosa, Duquesa, La Fe, La Encarnación,
Constancia, Bella Vista, Francia y Stela, están entre los que cierran sus operaciones en
Santo Domingo.4 Con el cierre de los ingenios, muchas de las tierras pasan a convertirse
finalmente en potreros (Cierran en 1902). Con el descalabro de los ingenios, los terrenos de
La Encarnación pasan a perder valor para la industria azucarera.
Con el control de las tierras, el Sr. Morales Monclús mantiene los potreros y vive de la
crianza de ganado y los productos derivados de éstos. Especulando, asumimos que el
acceso a la finca se realizaba por el Camino a La Esperilla desde el sector de San Carlos o
por la San Martín al juntarse con la Autopista Duarte.6 Su casa en la finca estaba levantada
del suelo sobre pilotillos, con escalinata frontal de piedra y verandas alrededor, a la usanza
de las casas de campo, acompañaban la casa frondosos árboles frutales. Bajo la sombra
de un gran árbol de mango, es encontrado, el 10 de noviembre de 1938, Don Juan,
muerto de un disparo en la cien. Se alegó suicidio en su momento, las razones recayeron
en un empleado que lo había estafado y como hombre serio no soportó el hecho. Pero
lo cierto es que en esa época la finca había sido dividida con la apertura de la Ave. Fabré
Geffrard, y aquellos terrenos lejanos e inhóspitos comenzaban ser apetecibles para las
voraces aves de rapiña que nos gobernaban. El lugar donde estaba el árbol de mango
se ubica al este del Club Paraíso y al norte de la oficina del Arq. Pérez Morales. La viuda,
Doña Lucila, mantuvo a sus hijos de leche y queso que venían de los potreros.
A inicio de los cuarenta, Santo Domingo cambiaba poco a poco, las vías de penetración
N-S, la Máximo Gómez y la Fabré Geffrard habían habilitado un rango mayor de
desplazamiento por sus habitantes, en el 42, ofrecen ya sus servicios algunas instituciones
que atraían hacia las afueras a los residentes, como el Nuevo Matadero Cami, en la
carretera Sánchez, el hospital para Tuberculosos Dr. Martos en la autopista Duarte,
y el aeródromo Miraflores. Nuestra área de interés no estuvo sólo ocupada por La
Encarnación, otras fincas completaron el panorama, entre las que estaban la de Jorge
Serralles, Belarmino Lluberes, Luis Manuel Piantini, la familia Henríquez, los Hernández, los
Michelena, en lo que hoy conocemos como Naco, oriundos muchos de San Carlos.
La adjudicación de los terrenos de la antigua Central Azucarera “La Encarnación” y que
luego pasa con el nombre de “Potrero La Encarnación”, es oficial en 1904 por sentencia
La fragmentación del territorio: Juan Morales Monclús, la Lincoln y el Aeropuerto
Dos hechos fundamentales irrumpen la tranquilidad de La Encarnación en 1938, primero
Vista aérea, desde el mar, de la Feria de la Paz y
Confraternidad del Mundo Libre. Al fondo se observa el Hotel
El Embajador y los terrenos de Bella Vista, Evaristo Morales y
Piantini. Fuente: Archivo General de la Nación.
Obreros dan terminación a una de las primeras viviendas construidas en Naco II por Marcial Martínez a finales de los cincuenta.
Fuente: Albúm personal de Marcial Martínez. A la derecha: Fotografía aérea de Ciudad Trujillo,1947, donde se observan la
inserción del aereopuerto Gral. Andrews; la primera apertura de trochas en los terrenos de la familia Morales (zona izquierda);
la trocha en diagonal (límite de parcelas); y una mina de caliche donde está hoy la Santo Domingo Motors. Fuente: ICU.
la apertura de la trocha para la construcción de la Ave. Fabré Geffrard y segundo la
inesperada muerte de Don Juan Morales Monclús.
La realización del trazado de la avenida de Circunvalación Oeste, es ideada por Don
Moncito Báez en 1936 (la actual Ave. Abraham Lincoln) siendo él el Ingeniero Municipal del
Distrito. Esta vía formaba parte del sistema vial propuesto en su anteproyecto de 19301938 (Ver plano de 1942) y recorría un trayecto de cuatro kilómetros con una sección
de 30 metros entre montes y pastos de yerba de guinea. Era una propuesta que uniría
las carreteras Sánchez y Duarte, evitando tener que llegar hasta la Ave. Máximo Gómez
como vía de penetración N-S, hecho que posteriormente se incrementaría al construirse
el aeropuerto Gral. Andrews. Menciona Don Moncito, en sus apuntes, que en aquel
momento sólo existía en la zona, al norte del primer Farallón, una pequeña casa de campo
y un molino propiedad de la Sra. Flor de Oro Piantini. Su idea urbanística era difícil de
respaldar porque no beneficiaba en lo inmediato a nadie. ¿Cómo sustentar la inversión en
este proyecto donde las condiciones eran semi virgenes y de poca visibilidad política ante
la inversión de recursos del Estado? Además, todos los terrenos por donde pasaría no
pertenecían a nadie de la familia Trujillo...
Por falta de un incentivo externo el proyecto no se había presentado a la presidencia. Era
costumbre someter primero los proyectos a Trujillo y luego de su visto bueno, se llevaba
al Consejo Administrativo del Distrito con su sugerencia o recomendación, porque él
siempre estaba preocupado de las necesidades de su pueblo. No será hasta que Don
Cucho Álvarez aprovecha el problema Trujillo-Michelena y la venta forzosa de sus tres
propiedades -la finca Borinquen, el ingenio San Luis y su chalet en la Ave. Independenciapara presentarle como ventajosa la construcción de la vía. Don Cucho, que supo manejar
a Trujillo, cuando le presenta el proyecto le dice: “El Ing. Báez trae otro proyecto que
llama Circunvalación Norte, que hace algún tiempo estudia (sic), y yo creo que a usted le
viene como ‘anillo al dedo’... Además, usted la tendría a doscientos metros de su puerta
cuando viaje al Cibao”.7 La motivación fue acertada, y hasta ofreció cubrir la mitad de
su costo. Llegar hasta la Hacienda Ramfis (actual Cancillería de la República) desde la
autopista Duarte era difícil y complicado; la nueva avenida nombrada en honor de Fabré
Geffrard, presidente haitiano que apoyó la lucha dominicana contra la Anexión, acortaría
significativamente la distancia y abriría un mundo nuevo de alternativas para la extensión
de la ciudad en las praderas salpicadas de pajones y ganado. La buena intención de
Moncito de limitar el crecimiento de la ciudad obró al contrario, en lugar de detener, se
abrieron posibilidades de urbanizar los potreros y extender a la periferia la ciudad, dejando
entre la masa urbanizada y los potreros, bolsones baldíos en espera de un desarrollo
futuro. La avenida se inició desde la carretera Sánchez subiendo hacia el norte. El primer
tramo hasta la José Contreras se terminó con las mismas características de la Ave.
Máximo Gómez, con aceras, contenes, alumbrado soterrado y farolas en el centro. Fue
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planificada con una ligera curva para salvar la pendiente del farallón, que no pudo realizarse,
porque a Trujillo no le gustaban las curvas y prefería las rectas. El resto se abrió sólo como
camino, con su ancho de 30 metros, pero sin asfaltar. La inauguración se realizó el 25 de
octubre de 1938 a un costo de RD$9,820.11. Durante la tiranía cambió de nombre a Cordel
Hull y cuando estuvo totalmente terminada adquirió su nombre actual de Abraham Lincoln.
Con la apertura de la vía los terrenos de las fincas por donde pasaba comenzaron a adquirir
un nuevo valor. A los propietarios se les incitó a vender de las maneras más sutiles. En
ocasiones podían aparecer cercas en el suelo o reses muertas, como tácitas formas de
presión. Quince días después de inaugurada la Circunvalación, como hemos mencionado
anteriormente, se “suicida” Juan Morales Monclús, propietario de la finca La Encarnación,
quien se había negado a vender sus terrenos. La repartición de sus tierras se hace entre
sus 12 hijos legítimos a partes iguales de 228,934.66 m2 cada uno, hecho sucedido a
principios de 1939. Los 8 hijos de anteriores matrimonios heredaron al norte y al oeste de
la propiedad, ellos fueron: Ramón Antonio, Altagracia Aurora, Apolonia Julieta, Porfirio,
Luis Felipe, Juan, Estela y Evaristo Morales; la parte de los 4 hijos menores de edad la
administró la madre. Como su viuda, su prima hermana Lucila Angélica Piantini Monclús,
y sus hijos Álvaro Bartolomé, Isabel Yolanda, Fernando Rafael y Juan Tomás manejaron
las tierras al sureste de la finca. Entre las familias sancarleñas era característico el cruce
familiar; en este caso entre las familias Morales, Piantini y Monclús. Cinco años después,
Porfirio, Luis Felipe, Juan y Estela, son forzados a vender sus partes a Ludovino Fernández
de quien dicen: “se había ganado la lotería”. Con casi un millón de m2 se creará mucho
tiempo después la Urbanización Fernández hacia el noroeste. Por su parte, Lucila
Piantini forma con sus hijos mayores la compañía “Parque Residencial Yolanda C. x A.
(PRYCA)”, a la cual traspasa todos sus bienes. En 1947 PRYCA vende a los Geraldino
más de medio millón de metros cuadrados que se desarrollarán como parte de las
lotificaciones de los ensanches Piantini y Yolanda. Queda pendiente mucho por
dilucidar en la historia de estas delicadas transacciones familiares.
Aunque estuviera cerrado el ingenio La Encarnación, se hace mención al nombre en varios
documentos de principios de siglo. Jourdain, en su texto de aviación comercial cita:
En abril del año 1919 “salen desde San Pedro de Macorís 4 aviones que aterrizaron por
primera vez en la ciudad de Santo Domingo en la llamada Sabana de la Encarnación,
donde funcionaba un antiguo campo de tiro del ejército en los kilómetros 6 y 7 de la
entonces Carretera Duarte y en donde años después, específicamente el 5 de febrero de
1932, el Poder Ejecutivo, mediante Decreto, crea un Destacamento de Aviación a cargo de
los dos primeros pilotos dominicanos graduados en Cuba en 1931, el Cap. Aníbal Vallejo
y el 1er. Teniente Frank Félix Miranda. Estos dos se pueden considerar también como los
primeros pilotos dominicanos de aviación comercial, pues a la vez realizaban servicios de
correo bajo paga”.8
Terminal del aeropuerto General Andrews.
Fuente: Archivo General de la Nación.
Puerto aéreo Gral. Andrews, Ciudad Trujillo.
Fuente: Archivo General de la Nación.
Residencia de la familia Pérez Morales, localizada en la esquina
noreste de la intersección entre la avenida Winston Churchill
-entonces inexistente- y la calle Gustavo Mejía Ricart, entonces
calle 18. Fuente: Archivo Pérez Morales.
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En la década del veinte se formaliza un aeródromo en el sector frente a Galard. Con la 1ra.
Intervención Norteamericana y aprovechando las llanuras cercanas a las montañas del
Cibao, se instala un campo aéreo, (dicen que paralelo a la Autopista Duarte) entre la Ave.
John F. Kennedy, la Luperón y la Núñez de Cáceres, específicamente en las inmediaciones
donde se encuentra hoy la “Distribuidora Corripio”, al lado de la Renault que estuvo hasta
años recientes.
Mundial había puesto en peligro la estabilidad de los Estados Unidos; las naciones
vecinas debían contribuir a apoyar con instalaciones de infraestructuras, necesarias para
el buen funcionamiento de los grandes aviones para distancias largas y bombarderos,
dejando previsiones futuras y la realización de un buen par de pistas construidas por el
Airport Development Program de la Pan American Airways, bajo la dirección del Coronel
Hutchinson.10
“Este aeródromo fue auspicie de la llegada el 6 de febrero de 1928, del famoso aviador
norteamericano Charles E. Lindbergh en su avión “Spirit of St. Louis”, el cual fue recibido
por el Presidente Horacio Vásquez y el entonces General Trujillo, suceso que acrecentó el
entusiasmo por la aviación en el país”.9
Para el 22 de febrero de 1944 se inaugura como parte de los actos conmemorativos del
primer Centenario de la Independencia, el aeropuerto “General Andrews”. El general había
fallecido el año anterior, y en presencia de su viuda se realizó el acto de inauguración
y dedicación a su nombre. El Teniente General Frank Maxwell Andrews estudió en
la Academia Militar de West Point, e inicia sus servicios en 1906 en la caballería del
Ejército de los Estados Unidos de América. Desde 1917 se interesó por el mundo aéreo.
Organizó y fue el primer jefe de la Fuerza Aérea Norteamericana. Ocupó el cargo de
Comandante General del Comando de Defensa del Caribe, y su último cargo oficial fue el
de Comandante en Jefe del teatro de operaciones europeo. Muere en un accidente aéreo
mientras inspeccionaba instalaciones militares en Islandia, el 3 de mayo de 1943.
El aeropuerto se preparó con dos pistas de aterrizaje colocadas en forma oblicua, una de
5,500 pies al sureste-noroeste, y la otra al noreste-suroeste de 7,000 pies. A la terminal
se entraba desde la carretera Duarte (actual San Martín), justo donde desemboca la
calle Moca; éstas debieron ser las primeras dependencias del aeródromo, que fueron
demolidas para dar paso al proyecto del Arq. Fred Goico para la sede Citibank of
America, en los años 70. El aeropuerto disponía de dos explanadas para aviones: la
vieja del Miraflores y la nueva frente a la pista norte, justo donde se encuentra la Torre
del Banco Popular en la Ave. J. F. Kennedy. Habían otras dependencias hacia la Ave.
Presidente Ríos (hoy Leopoldo Navarro).
A inicios de la década del 30 se formaliza otro aeródromo más cerca del centro, construido
en la capital en un sector que aún lleva su mismo nombre: “Miraflores”. En este espacio
se realizaron importantes eventos para la sociedad capitaleña, como la salida del Vuelo
Panamericano el 12 de noviembre de 1937, como propaganda a la construcción del
Faro a Colón. Desde el pequeño aeropuerto militar de Miraflores salieron tres aviones
cubanos (Santa María, Pinta y la Niña) y el monoplano Colón, dominicano, piloteado por
el Mayor Frank Félix Miranda y su mecánico el Teniente Tejada, en su misión por recorrer
los países de América Latina. En ese momento, la Ave. Máximo Gómez aún atravesaba
hacia el norte. En el tramo entre la Ave. México y la San Martín, muchos habitantes de
la ciudad y desde el interior, en autobuses y carros, se aparcaron a lo largo de los 8
metros pavimentados de vía, pudiendo presenciar el despegue de los aviones, según las
anotaciones de Don Moncito. El crecimiento desparramado y descentralizado de la ciudad,
más el incremento en la demanda aérea de vuelos comerciales y la presión de los EUA
por la situación político-militar de los norteamericanos ante la amenaza europea de la 2da.
Guerra Mundial, agilizan el proceso para modificar el pequeño Aeródromo de “Miraflores”.
En mayo de 1942 se inician los trabajos de construcción de un nuevo aeropuerto para
la ciudad de Santo Domingo en tierras ocupadas –nunca declaradas como de utilidad
pública– a las familias Lluberes, Ricart, Peña y Pérez Saladín, entre otras. La obra es un
apoyo de Trujillo a los Estados Unidos ante la nueva amenaza en el orden mundial. Uno de
los más importantes visitantes al inicio de la obra fue el Teniente General Andrews, quien
estimuló a Trujillo a fortalecer su aparato militar, prometiéndole asesoría y ayuda material.
Es muy probable que no fuese la primera visita al país de Andrews; al momento del inicio
de las obras parece que se habían definido con anterioridad los acuerdos previos para
la localización, las medidas y predios, que concatenaron la ejecución de un moderno y
equipado aeropuerto en las antiguas instalaciones del aeródromo del militar. Éste obedecía
al esfuerzo bélico de los Estados Unidos en defensa de la región Caribe, más que al uso
civil comercial inmediato que pudiese tener. El panorama mundial con la Segunda Guerra
Las pistas ocuparon una extensa área de la ciudad, e impedíeron su continuidad vial, no
sólo por parte del rodamiento, sino por su perímetro de verjas custodiadas por militares
que impedían el acceso desde zonas remotas. Su lectura actual sólo se aprecia en la
reutilización de una parte de la pista sur para la Avenida 27 de Febrero entre el tramo
recto de las calles Dr. César Dargam al este, y la Avenida Tiradentes al oeste. Paralelo
a este tramo, el barrio de SAVICA, construido en 1963 entre la Ortega y Gasset, la
Tiradentes y la Roberto Pastoriza, utilizó la pista de carreteo (taxi-way) para la calle
General Frank Félix Miranda (uno de los primeros pilotos dominicanos). Fue un barrio
destinado al reparto de casas para militares, esto explica lo holgada de la sección vial.
El espacio más denso ocupado por las pistas fue el extremo este de la gran manzana
que formaba el aeropuerto. La pista norte finalizaba en el lado oriental de la calle Pepillo
Salcedo con la Ave. J. F. Kennedy, donde están el Centro Comercial Kennedy, el Cuerpo
Plano de Ciudad Trujillo. Confeccionado por el Instituto Cartográfico Militar. Febrero de 1958. Hay una perfecta delimitación del aeropuerto y aparece el trazado de las avenidas Troncoso de la Concha (Lope de Vega), y
Cardenal Pullman (Winston Churchill) que terminaba en la Ave. Mirador del Norte (27 de Febrero). La trama de Piantini y una parte del Reparto Yolanda están claramente definidas por el Ing. Guillermo Piantini y el Agr. Julio
Ravelo de la Fuente. Este planteamiento de la Churchill y la 27 de Febrero serán retomados por Balaguer cuando suba al poder en 1966. Aparece también la G. Mejía Ricart como el Camino de Mr. Rogers, el nombre de La
Esperilla a Naco y La Julia al sector donde se encuentra Plaza Central. Fuente: Archivo General de la Nación.
Vista aérea de la intersección de las avenidas J. F. Kennedy y
Abraham Lincoln a finales del siglo XX, antes de ser eliminada
la rotonda. Vista del Estadio José Trujillo Valdéz (actual estadio Quisqueya),
al fondo el Ensanche Radhamés, la avenida San Martín y los
futuros terrenos donde se construirá Naco. de Bomberos, las Baterías Cometa y el Colegio Marillac. Un par de pequeñas calles en
diagonal recuerdan el carreteo norte en el barrio Kennedy, ocupando ilegalmente las tierras
de don Luis Andrés Pérez Saladin, interceptando la pista el espacio urbano de NACO
sólo con una mínima franja que pasa por la diagonal en la esquina Ortega y Gasset con
Kennedy. El límite de protección se extendía paralelo a la pista hasta las inmediaciones del
edificio Bellapart. Hacia el sur, terminaba antes de llegar al Supermercado Nacional entre la
calle José Andrés Aybar Castellanos y la Cub Scout.
El grueso de ocupación estaba en la zona de la terminal, hacia el este, cuya vocación
de Parque Metropolitano fue desecha por los intereses de las familias en recuperar las
tierras expropiadas y nunca pagadas por el gobierno. En la gran manzana que ocupa
hoy el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte, había una parte mínima de las pistas. Hasta el
Ensanche La Fe no llegó el campo aéreo, nunca pasó el límite norte de la autopista Duarte,
tampoco llegaba hasta el eventual desarrollo de NACO, un sector que fue creciendo al
adjuntarse otras pequeñas lotificaciones.
Los motivos que ocasionan el traslado del aeropuerto pueden ser varios: el
estrangulamiento de la ciudad en los años 50 por su crecimiento, las dificultades para
crear vías de interconexión y, posiblemente el más fuerte, el darse cuenta de la inseguridad
que producía la operación misma de las pistas. Al proyectarse los ejes de las mismas,
coincidían con el Palacio Nacional, la sede de la Policía o con las casas de los familiares
de Trujillo. Un hecho trágico sucedió al caerse un avión carguero en el farallón norte, en
la parte posterior de la residencia de Marina Trujillo, en la calle Pedro Henríquez Ureña,
entre Tiradentes y Abraham Lincoln. Al quedar demostrada la vulnerabilidad, se ordena
en 1955 la construcción de un nuevo aeropuerto fuera de la ciudad, en la península de
Punta Caucedo. La nueva terminal es acabada al año siguiente y su puesta en servicio se
realizó dos años después, inaugurándose al año siguiente en 1959. El previo “Aeropuerto
Internacional General Andrews” pasa a llamarse “Aeropuerto Internacional Generalísimo
Trujillo”, nombre que llevó hasta la muerte del tirano en 1961. A partir de esta fecha
la nueva instalación al este de la ciudad fue llamada “Aeropuerto Internacional Punta
Caucedo” y posteriormente “Aeropuerto Internacional de Las Américas”.11 Durante un
tiempo limitado, los dos aeropuertos brindaron servicios al mismo tiempo. Con el Consejo
de Estado al final de la dictadura, algunos de los propietarios originales lograron recuperar
sus terrenos devolviendo el dinero que Trujillo les obligó a tomar.
De esa forma surgen en este predio libre nuevas edificaciones como el Listín Diario, el
Banco Popular, Rehabilitación, y la Cruz Roja, así como el barrio de Miraflores con 48
casas, que ocupan estos terrenos. Se rompe así el sueño de realizar el gran parque
Metropolitano de Santo Domingo, cuya declaratoria había aprobado el gobierno de
Balaguer tres meses después del ajusticiamiento del tirano. De hecho el Arq. Rafael Tomás
Colegio San Judas Tadeo en la década de los años 70’s. El
cuerpo principal y el salón de actos con sus aberturas para la
circulación del aire. Nótese que no hay necesidad de verjas.
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Hernández habia iniciado viajes de estudio para desarrollar una propuesta de parque. Sólo
se salva de esa propuesta el área del Parque Olímpico, que luego del planteamiento del
gran parque, Wilchie García Saleta le propone a Doy Gautier entonces en Planeamiento
Urbano del ADN, especializar una parte para los deportes olímpicos. Esta propuesta
fue aceptada y se inicia la preparación de los diseños desde la oficina de Gautier. García
Saleta así como da la idea, es también responsable de inducir a las ordas de los barrios
marginales a ocupar los terrenos del aeropuerto, en lo que hoy se conoce como el
Ensanche Kennedy.
Desde que se plantea el traslado del aeropuerto se vislumbró que quedaría libre una gran
extensión de terrenos justo en medio de la ciudad. Al norte ya estaban consolidados el
Ensanche La Fe y los servicios del Estadio Quisqueya, el Hipódromo y varias Secretarías
de Estado hasta el espacio de Villas Agrícolas II, con sus tres caminos de acceso,
el del este, el del centro y el del oeste; al sur, residencias de la alta clase social y la
oligarquía nacional; y al oeste, la vía de circunvalación, la Fabré Geffrard, donde se habían
comenzado a establecer, a ambos lados de la avenida, unas tímidas ocupaciones de
solares y lotificaciones de manzanas de 100 x 200 metros con la apertura de trochas, pero
sin servicios. La ciudad era una gran herradura con un estómago vacío, y su cierre era la
brillante línea de la Greffard que sobresalía por el blanco del material entre los matorrales
de los campos aledaños. Desde su apertura, donde la intercepta el camino al Country
Club, -hoy Ave. Lope de Vega-, se comenzó a asentar en esta zona un grupo de familias
muy alejadas del centro de la ciudad. Al vislumbrarse el traslado del aeropuerto, algunos
visionarios empiezan a especular sobre su desarrollo.
La Lope de Vega
La Lope de Vega fue por mucho tiempo un camino o callejón de tierra que permitía llegar
desde la autopista Duarte hasta la Geffrard y bajar hacia la universidad. En ese cruce, al
nortoeste, vivía el Arq. Rafael Tomás Hernández, cuando llegó a Santo Domingo en 1949
a realizar sus estudios universitarios. Nos cuenta Don Rafael que recorría este trayecto
varias veces al día cuando, en su bicicleta, bajaba hasta la Universidad de Santo Domingo
y luego continuaba hacia la ciudad (Ciudad Colonial) a trabajar. También nos relata su
experiencia al ver la cantidad de trabajo que pasó el Ing. Rafael Delgado Battle al excavar
la piedra caliza del farallón de la Lincoln para suavizar la pendiente de la avenida, debajo
de la 27 de Febrero, donde está el Supermercado Nacional. El Country Club fue construido
por los americanos en 1920, en los terrenos donde están las escuelas de Artes y Oficios
en la Ave. San Cristóbal del Ensanche La Fe, se accedía al mismo desde la autopista
Duarte y fue trasladado a su sede actual en 1947. El trazado del camino debió seguir
la línea de la empalizada de las parcelas hasta su intersección con la avenida Geffrard,
acortando la distancia. Desde los dibujos más antiguos que encontramos (ver Plano
Pintoresco de G. Piantini, 1943), aparece el triángulo del Parque la Lira, destacado desde
Plano de la Ciudad de Santo Domingo, 1962. Detalle.
La Kennedy se ve como un trazado secundario y no hay continuidad de
la Tiradentes hacia la universidad. El trazado interno de los repartos no se
relaciona con lo actual. Fuente: Esso Standard Oil.
Abajo: Planos de propuestas de lotificaciones para los terrenos de la familia Morales. A la izquierda, posible propuesta del Agr. Julio Ravelo de la
Fuente con manzanas de 100 x 100 m. Al centro la propuesta de la parcela de Yolanda Morales con la avenida en diagonal paralela a la Lope de
Vega, siguiendo la forma de las parcelas originales que se orientaban perpendiculares a la autopista Duarte. A la derecha plano de urbanización de la
compañía Parque Residencial Yolanda C. x A., que incluye el sector de Piantini. No se identifica el autor. Fuente: Arq. Juan Pérez Morales.
Residencia Solares. Reparto Yolanda.
Diseño: Cott & Gautier, 1972 c.
Fuente: Archivo personal Arq. Erwin Cott.
Fotografía áerea de Santo Domingo, 1967. Se destaca la Ave. J. F. Kennedy con las vías marginales a ambos lados, el barrio de Savica y los restos de la
pista del aeropuerto, aún a la derecha. Al centro, el Centro Comercial Naco I, con el autocinema al lado, la manzana del club con pocas construcciones y
las primeras casuchas del barrio La Yuca. Los trabajos en la Ave. W. Churchill, según el plano de 1958. A Paraíso se accede desde la autopista Duarte y la
Lincoln, y Serrallés parece no iniciarse aún. La 18 está consolidada y continua hacia los bajos. Fuente: Instituto Cartográfico Universitario.
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Residencia Sra. Altagracia Meyreles, Ensanche Paraíso,
C/ Haim López Penha. Diseño: Fermín Villanueva, 1969.
Fuente: Archivo personal del Arq. Villanueva.
Dos vistas de la Residencia del Dr. Ángel Gesualdo, Ensanche
Paraíso, Calle Dr. Jacinto Ignacio Mañón #38 - Demolida.
Diseño: Fermín Villanueva, 1968.
Fuente: Archivo personal del Arq. Villanueva.
ese momento como una futura área verde. Luego de consolidarse, adquiere el nombre de
Avenida Troncoso de la Concha y posteriormente al régimen, se le designa Lope de Vega.
Los desarrollos independientes sub-urbanos
Recuperar las partes dispersas de un rompecabezas se hace difícil y más si no se tienen
todas las piezas para que encajen. Quizás podemos pensar que este trabajo es más una
recuperación de fragmentos que necesitarán más tiempo para ir encajando cada uno en
el lugar que les corresponde. La falta de documentación y la accesibilidad a la información
dentro de nuestras instituciones públicas, hacen cada vez más difícil desentrañar los
pormenores de nuestra ciudad. Una vez entendida la historia y los orígenes del sector
que hoy designamos como Polígono Central, podemos definir el proceso de desarrollo
de cada una de sus partes. En este proceso, agradezco a todos aquellos que nos
escucharon y brindaron su esfuerzo por contarnos sus vivencias. Este trabajo se hace
realidad gracias a ellos. Como metodología hemos empleado las entrevistas a personas
relacionadas con algunos de los sectores descritos, y hemos comparado sus aportes con
fotografías aéreas y planos de la ciudad, de modo que podamos entender su crecimiento
y definir la cronología urbana en la ocupación territorial del Polígono Central, en el cual
identificamos los siguientes ensanches o repartos:
- Yolanda Morales
- Flor de Oro Vda. Piantini: Siervas de María
- Paraíso
- NACO: compuesto por SAVICA, La Arboleda, Tavares, Esteva Este y La Yuca.
- Serrallés: compuesto por el Mallorga y Sucs. Serrallés, Esteva, Lope de Vega e IMCA.
Es importante notar que casi en todos los desarrollos hay un módulo base de manzanas
de 100 x 100 m2, que pueden duplicarse a 100 x 200 m2 ó acomodarse a los bordes
de las parcelas. Hacia el este del polígono se hace más libre la interpretación y la
composición de las manzanas, ya no se lee un patrón general, lo que demuestra su
accidentado desarrollo. Los primeros desarrollos se realizan de forma casi espontánea
sólo para la venta de los solares. Con el final de la dictadura y los programas de ayuda
económica internacional, se inició un sistema de planificación conocido como la Junta
de Planificación y Coordinación. En 1962 se crea el Instituto Nacional de la Vivienda
(INVI), organismo descentralizado del Estado que fomenta la vivienda de interés social.
A la vez se establecen dos importantes instituciones: el Banco Nacional de la Vivienda
y las Asociaciones de Ahorros y Préstamos, que permitirán el acceso a la vivienda, por
medio del ahorro, a los sectores sociales medios. El sistema de préstamos incrementará
y dinamizará el mercado inmobiliario, desde el sector oficial y el privado con nuevas
ofertas alternativas para los consumidores. Es con la Oficina de Planeamiento Urbano,
dependiente del Ayuntamiento del Distrito, comisionada para ponerla a funcionar al
Arq. Manuel Salvador (Doy) Gautier en 1963, recién llegado de Italia, que se oficializa la
tramitación de aprobación de las lotificaciones. Estos cambios en las instituciones se
reflejarán en las propuestas y ejecuciones que veremos en el Polígono. Muchos desarrollos
sólo fueron venta de solares sin servicios, lo que obligaba posteriormente al gobierno a
suministrarlos con el consecuente costo. Esto obligó a los Ayuntamientos a cobrar la taza
del 5% a las urbanizaciones para cubrir los costos de instalación de energía eléctrica,
agua y drenajes pluviales. En algunos casos el pago era exonerado. Sin duda, un hecho
que afectó todo el sector fue la guerra de abril de 1965. De forma tímida y esporádica
habían residentes en las primeras zonas que se urbanizaron, principalmente sobre la Fabré
Geffrard y la Lope de Vega; muchos habían comprado solares como inversión a futuro,
por ejemplo Rafael Tomás compró su terreno en Piantini con unos ahorros de su trabajo
durante la construcción de la Feria de la Paz, comprando a $7/m2. Con la revuelta de abril
y la intervención norteamericana en la vida económica y comercial de Santo Domingo, se
acelera el proceso de abandono del centro histórico y se inicia un éxodo masivo de familias
de los barrios de clase alta del sector de Gazcue. Previamente, con el derrocamiento del
tirano, ya algunas familias habían huido de sus mansiones escapando de la culpa, por la
complicidad durante el régimen.12 Las nuevas facilidades hipotecarias, las complejidades
y debilidades de la ciudad demostradas durante la invasión norteamericana, incentivaron y
consolidaron las nuevas propuestas alternativas de una vida urbana fuera de los sectores
tradicionales; es el momento de auge de la ciudad alterna, la ciudad de los servicios, la
amplitud, del “monte y culebra”.
Reparto Yolanda Morales
Aunque no hemos podido confirmar el año en que se inicia la urbanización del sector
Yolanda, sí es cierto que las primeras trochas abiertas en toda la finca de Don Juan
Morales Monclús empiezan en las tierras correspondientes a Yolanda Morales.
A la muerte de su padre, ella sólo contaba con 13 años, como todos sus hermanos,
hereda una porción irregular de La Encarnación, limitada por la propiedad de Mr. Rogers
al este, el borde de la parcela al oeste y las tierras de Totó al norte. En las investigaciones
realizadas encontramos una contradicción en el desarrollo urbano del sector. En la primera
apertura de trochas se formaron manzanas cuadradas perfectas, en los terrenos de
Yolanda Morales, quien forma la compañía Parque Residencial Yolanda C. por A. para
desarrollar sus terrenos según la configuración de su parcela a la que se implanta una
cuadrícula de 100 x 100 metros paralela a la Ave. F. Geffrard realizada por el ingeniero
agrimensor Julio Ravelo de la Fuente, bajo la supervisión de Mensura Catastral. Esta
primera configuración se aprecia en la fotografía aérea de 1947, hasta ahora el vuelo más
antiguo que conocemos de la ciudad. Se observan las trochas abiertas de más de una
decena de manzanas cuyo acceso principal no estaba aún definido. El límite oeste se
planteó por mucho tiempo como una vía en diagonal que iniciaba en la carretera Duarte y
penetraba hacia el sur bordeando el límite de la parcela, en la imagen, la trocha terminaba
Detalle del plano de la Ciudad de Santo Domingo, 1968. En proyección, la Ave. Ortega y Gasset. Ya se observa
la conexión con el Alma Mater. La ciudad crece hacia el oeste y rebasa los límites de la W. Churchill; el desarrollo
de los ensanches de Evaristo y Julieta compiten con Piantini y el Reparto Yolanda. NACO apenas empieza a
desarrollarse a lo largo del eje de la Tiradentes. Fuente: Archivo General de la Nación.
en la Roberto Pastoriza esq. Lic. Rafael F. Bonnely en el Evaristo Morales.
La ciudad en 1950 contaba con una población de 181,500 habitantes en un área de 2,530
hectáreas de índole urbana. Será en menos de una década, que se afianza el trazado
de la calle 18, hoy Gustavo Mejía Ricart, desde la Lope de Vega hasta los bajos al oeste,
donde se encuentra hoy con la José Tapia Brea. Consolidándose un núcleo de viviendas
individuales que ocupaba cada una la manzana completa de 10,000 m2. Hacia la esquina
con la Avenida Cardenal Spellman (actual Winston Churchill), construirán los Pérez Morales
su residencia familiar, donde hoy se levanta el Blue Mall. La residencia, de líneas modernas
y horizontales se realiza entre 1952-1953, permanece hasta la década del 90, pasando
posteriormente por varios usos, parque de diversiones para la familia conocido como
Arcadas y para adultos el Beer House. Luego es demolida para dar paso al nuevo centro
comercial. En 1957 la familia Pérez Morales vende el primer pedazo de tierra al Sr. Celso
Pérez. Hacia el este le sucedían las residencias de Luis Amiama (1957) y Tunti Sánchez,
cuya propiedad es expropiada al finalizar la tiranía. Posteriormente el Estado dona el
inmueble a las monjas, siendo la única que permanece con las condiciones originales
de ocupación. Al frente estaba la casa del Ing. Luis Bonnet (1958). El árbol de javilla en
el exterior de Taco Bell recuerda la frondosidad de los jardines cuando los muchachos
jugueteaban en las calles de tierra (ver portada de esta edición). Por las tardes, las reses
regresaban a sus potreros por la calle 18 (actual Gustavo Mejía Ricart).
Como referíamos, siendo ésta la primera propuesta de urbanización de tierras rurales,
serán posteriormente las que con mayor lentitud se poblarán. La venta de los solares no
fue una necesidad y se hará como un proceso lento, muchas veces por la insistencia de
amigos y allegados. El hijo de Doña Yolanda, el Arq. Juanín Pérez Morales, desarrollará
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algunos proyectos inmobiliarios en la década de los 70’s, viviendas unifamiliares y edificios
de apartamentos de tres niveles como el conjunto Dolmen, cuando todavía la densidad del
sector era baja. De igual forma, también incursionará en soluciones más arriesgadas que
modificaron el perfil en altura del sector en las siguientes décadas. Los Tres Robles, detrás
del Blue Mall, con la altura máxima permitida en su época (6 niveles); y Monticello que
rebasa los límites luego de aprobadas las nuevas regulaciones (12 niveles).
Ensanche Flor de Oro Vda. Piantini
Los Piantini Monclús están emparentados con los Morales Monclús, y tenían sus
potreros hacia la parte sur de la Fabré Geffrard. Terminaban sus tierras antes de llegar a
la 27 de Febrero y a los terrenos de La Julia, de Francisco Caro. Dedicados al ganado,
transportaban como todos los ganaderos de la sección de Galá desde 1942, las reses
hasta el matadero industrial Cami, en la carretera Sánchez, por el camino de herradura que
formaba la Geffrard al bajar hacia la Independencia. Hasta hace unas décadas la caseta del
ordeño de doña Sofía se veía en la Lincoln, donde está hoy el parqueo del Supermercado
La Cadena.
Las tierras pertenecían a Don Luis Manuel Piantini Monclús, quien casó con Flor de Oro
del Castillo. Poseían una casa y un molino en sus tierras dedicadas a la crianza de ganado.
Refieren que fue suya la idea de lotificar los terrenos y también la del trazado del camino
del Country Club (Lope de Vega), probablemente para llegar de forma más cómoda
desde su hacienda. Sus potreros han sido plasmados en un detallado “Plano Pintoresco”
realizado por su hijo Federico Guillermo Piantini del Castillo en 1943. Guillermo era
ingeniero-arquitecto y agrimensor graduado en la Universidad de Santo Domingo, además
de fundador de la Orquesta Sinfónica Nacional como uno de los primeros violines. Desde
Plano para urbanizar la Parcela 5-C propiedad del Banco de Reservas de la Rep. Dominicana. Construida por
la Nacional de Construcciones. El área del parque fue lotificada y vendida. Esta sección se integra y denomina
como parte de NACO en la actualidad. Fuente: Archivo personal de Marcial Martínez.
Plano de lotificación de los terrenos de la finca de la Suc. de Luis Piantini Monclús.
Observar identificación numérica original de las calles del sector.
Fuente: Familia Sturla Piantini.
1951 tiene la idea de lotificar la finca pero su padre se opone, ya que le gustaba mucho
su finca. Debe esperar hasta su muerte para iniciar como cabeza de familia, el diseño y
la lotificación de los potreros familiares, con la colaboración y supervisión de su vecino y
compadre el Ing. Leonte Bernard Vásquez y del agrimensor Julio Ravelo de la Fuente.
Para la lotificación selecciona manzanas de 100 x 200 m2, las cuales en algunos casos
pueden subdividirse en dos. Las manzanas se fraccionaban en solares para viviendas
unifamiliares de 600 m2, 800 m2 y 1,000 m2. Por la irregularidad de la parcela se llegan a
realizar múltiples permutas para lograr ajustar los solares y las manzanas a formas puras,
hasta que son gravadas con impuestos y se abandonan los ajustes. Durante mucho
tiempo Guillermo Piantini intentó conseguir con los propietarios del terreno donde se
encuentra el Banco Popular de la Lope de Vega, una esquinita para enderezar la calle que
desemboca en Novocentro, siendo imposible por la tozudez del dueño. Puede en este
lugar, verse esta desviación de la cuadrícula y el único trazo que resta del camino a La
Esperilla, una pequeña vía en diagonal detrás del banco.
que permanece), y la del Ing. Arq Guillermo Piantini (en el lugar donde se encuentra la
Bolera y La Francesa) cerraban el espacio del parque.
Piantini se caracterizó por un crecimiento espontáneo pero a su vez ilegal, ya que no
se pensaron áreas verdes y en los inicios no habían servicios de infraestructura. Sólo se
construían los contenes para delimitar las manzanas. La parcela era irregular y vendieron
una serie de lotes a lo largo de los caminos. Se extiende, desde un pedazo al oeste de la
Churchill, hasta la franja este de la Lope de Vega. Esta franja se dispersa en la parte entre
las grandes avenidas pero se extiende dentro de una parte de Naco.
A mediados de los 50’s, se realizan varias casas en los alrededores de la intersección Lope
de Vega con la Geffrard, y se consolida un pequeño núcleo en torno al parque, entre las
que estaban la residencia del Ing. Bernal más al norte, la de los Tavares del lado este (única
Urbanización Siervas de María
Parte original de la finca de los Piantini al noreste, pasa a ser propiedad del Ing. Guillermo
Piantini del Castillo, es una pequeña porción al este de la Ave. Lope de Vega entre la calle
16 y la 18. Para salvar la distancia y aumentar la extensión de la calle y los solares se
realiza en forma de Z la vía y se distribuyen los solares a lo largo. El diseño es presentado
para aprobación en el Ayuntamiento en febrero del 1964. Asume el nombre de la
propiedad que ya habían comprado con anterioridad las Siervas de María al norte de la 18.
Importancia de la Ave. Cardenal Pullman (Winston Churchill).
Cuando se realiza la lotificación de Piantini, la cuadrícula sobrepasaba la actual
Winston Churchill hacia el oeste, que en ese momento era una más de las calles con
denominación propia: la Cardenal Pullman. Al subir al poder Joaquín Balaguer, hay
una clara situación de continuidad de vías de penetración N-S, el eje monumental de
la Feria de la Paz, con la Jiménez Moya continuaba luego de la Independencia como
un trillo hasta el farallón. Los nuevos conjuntos habitacionales se proponen para
continuar el eje ferial, se le asigna al Arq. Rafael Tomás Hernández los residenciales de
Mata Hambre y de la Feria, en donde continuando las dimensiones del vial se realizan
bloques de apartamentos en línea de hasta 16 unidades, ubicados en la margen
oriental y edificios institucionales en frente, el Catastro Nacional, La Liga Municipal
y Corde. La continuidad hasta la autopista Duarte era inminente, para aprovechar lo
existente se hace necesario un acople que necesitará de una ligera curva para unir
ambos ejes viales, hecho que ocurre entre las dos terrazas de la ciudad, y que luego
Residencia Mallorga, Ave. Abraham Lincoln (donde se encuentra el edificio
de Banesco). Diseño: Cott & Gautier, 1970 c. Las paredes no llegaban hasta
la losa del techo para hacerla flotar, las ventanas bajaban en algunos lugares
hasta el suelo. Fuente: Archivo personal del Arq. Erwin Cott.
Abajo: Plano de la Ciudad de Santo Domingo, 1974, realizado
por el Instituto Cartográfico Universitario. A partir de este plano
la señalización de algunos ensanches está incorrecta y ha traído
confusiones posteriores. Fuente: Archivo General de la Nación.
Abajo derecha:
Fotografía del Ing. Juan Bernal en su
despacho. Fuente: OGM Central de Datos.
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Residencia Piantini. Diseño: Ing. Arq. Guillermo Piantini del Castillo, 1950 c.
Ave. Abraham Lincoln esq. Roberto Pastoriza. Demolida.
En su lugar se encuentran los edificios de la Bolera y La Francesa.
Fuente: Archivo personal de Salvador Sturla.
de subir la tercera terraza continuaría en la ya trazada Cardenal Pullman. La Enrique
Jiménez Moya es extendida hasta la Ave. Sarasota (que desde este punto asume el
nombre de Avenida Winston Churchill) y es inaugurada el 12 de mayo de 1968, con un
costo de más de un millón de pesos. Equipada con lámparas de mercurio, cableado
soterrado, sistema de alcantarillado pluvial, e isleta central, era el primer boulevard de
Santo Domingo con aceras muy amplias y cómodas. Habían tan pocos residentes en
el área que fue muy criticada la inversión del gobierno, no se entendía la necesidad de
continuar las interconexiones N-S. Le llamaban “el cementerio”, al no iluminar a nadie
en su trayecto desolado.
Reparto Paraíso
El Reparto Paraíso, en los terrenos propiedad del Sr. Juan Antonio Morales Garabote (Totó),
se debe a la iniciativa de su hijo el Dr. Luis Morales Peña, quién nació en la calle Trinitaria
#1 en el barrio de San Carlos, en una casa de 2 plantas. Al graduarse de abogado en 1954
pasa a trabajar en el bufete de abogados de Buenaventura Peña y Emiliano Tejera, quienes
tenían mucha experiencia en el manejo de venta de solares y ya se habían encargado de
urbanizar los terrenos entre la San Martín y la Leopoldo Navarro a principios del siglo XX.
En aquella época la gente no tenía costumbre de comprar terrenos, es por eso que se
les ocurre la idea de rifar los solares y de esa forma la gente se comienza a interesar por
comprarlos. Era un sistema de financiamiento sin intereses, porque se consideraba que
cobrarlos era una usura. Como sistema de llevar las cuentas, se anotaban en cartoncitos
las deudas de cada comprador. Es ésta la oficina que desarrollará luego la finca grande
de Venturita (Buenaventura Peña), realizando la lotificación del populoso barrio de Villa
Juana. Venturita poseía grandes extensiones de terreno al norte de la ciudad y su finca
preferida fue aquella que al lotificar colocara el nombre de su esposa Juana Battle, cubana
de nacimiento, y a quien conoce aquí en Santo Domingo. Buenaventura y Juana forman
la familia Peña Battle, cuyos descendientes fueron parte importante de la sociedad
capitaleña y varios de sus hijos construyeron sus casas en la falda del farallón,
donde hoy está la Universidad Iberoamericana. Estos terrenos y una parte de los del
aeropuerto eran de su familia.
Luis Morales adquiere experiencia en el manejo de venta de solares al trabajar en el
bufete familiar, y le propone a su padre que, con lo aprendido de su abuelo Peña, él podía
urbanizar su propiedad, ya que era la más cercana a la autopista Duarte, con acceso
directo a la carretera y mucho mejor ubicada que el resto de parcelas de sus tíos.
Importante en ese momento era la ubicación del Control de Guaguas de la ciudad de
Santo Domingo, que estaba hacia el noroeste de la intersección de la Autopista Duarte
con la Fabré Geffrard, donde años después se ubicaron la venta de muebles de hierro y
piedras para decoración en la construcción. En frente del control estaba una estación de
combustible donde hoy se encuentra Agora Mall. Se podían vender solares a una clase
media con medios de transporte o no, ya que había la facilidad de llegar en guagua. La
precaria situación por la que pasaba Totó, le motiva a proponerle a su padre que le dejara
lotear y vender los solares de su parcela. La experiencia con los Peña en el desarrollo y
venta de solares le sirve como referente para preparar estas tierras como nueva expansión
urbana de los límites de la ciudad. Alrededor de 1958 se inicia como urbanizador
formalizando la Compañía de Inversiones C. por A., loteando y vendiendo los solares y
después solicitando al Ayuntamiento los servicios de infraestructura. La urbanización se
diseña en enero de 1958, en la Oficina del Consejo Administrativo del Distrito Nacional,
en la Dirección Gral. de Obras Públicas Urbanas, División Técnica Reguladora del
Crecimiento Urbano dirigida en ese entonces por Orlando Haza; su cuñado, posiblemente
quien plantea el diseño y posteriormente colabora con el proyecto, es el Arq. Fermín
Villanueva, socio de Pablo Mella y autor de muchos desarrollos urbanos realizados para la
Compañía de Inversiones. El nombre de Paraíso lo pone el Sr. Joaquín Sosa. La parcela
102 A de Totó no llegaba ni a la Churchill ni a la Lincoln, quedaba sólo relacionada con
la autopista Duarte, por eso al lotificar se incluye en el loteo la parcela contigua al este,
cuyos terrenos terminan en el borde de la Geffrard. Se ubica una espacio a donar en la
depresión donde se formaba una laguna al suroeste de la parcela, dedicada a área verde,
utilizada hace años por el Club Paraíso. El éxito obtenido con Paraíso le abre las puertas
para desarrollar otros terrenos colindantes propiedad de sus tíos, como el Julieta y el
Evaristo Morales al oeste de la Winston Churchill.
Antes del desarrollo urbano de la parcela, Totó le había regalado a la iglesia una porción
de terreno frente a la autopista, que colindaba por detrás con una hondonada donde
había una laguna. El lugar se convirtió en el Seminario Claretiano para niños durante
los primeros años de la década del 50, construido por etapas. Es a base de esfuerzos
y donaciones que se convierte en lo que hoy conocemos como el Colegio Claret. El
Padre Pedro Carbonell realiza en 1957 un reinado infantil para conseguir los fondos de
construcción del segundo piso, el cual se abre en 1959 con el Padre García. La limitada
población de aspirantes al sacerdocio motiva a convertir las instalaciones en un colegio
con vocación social, al servicio de los niños de escasos recursos del área. En 1967 se
inicia como Colegio Claret, cuando solo habían 6 jóvenes en el seminario. Al comienzo
se contaba con la Capilla del Corazón de María, que fue sustituida por una nueva iglesia
inaugurada alrededor de 1971, bajo el empeño y tesón del Padre Miguel Autrecha.
Difícil ha sido para el colegio y el reparto, la ocupación de los terrenos de El Platanito.
Fue responsabilidad del mismo Totó, al dejar en los terrenos aledaños de la laguna una
vivienda del padre de una novia que tenía, quien llevó a más habitantes al lugar, poblando
y secando la laguna.
Ensanche NACO
NACO tiene sus antecedentes en la visión empresarial de varios hombres arriesgados y
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© Francisco Manosalvas
Centro Comercial NACO I de Amable Frómeta, y el edificio La Cumbre en 1968. Como primera etapa se observa
Plano de la ciudad de Santo Domingo realizado por el Instituto Cartográfico Universitario en
sólo el primer nivel de los locales frontales con sus parqueos. Centro: Maqueta del Centro Comercial NACO donde el año 1992. Se observa la ocupación de casi todo el territorio actual del Polígono Central.
se observan el diseño original del coronamiento de La Cumbre, de Amable Frómeta y Manolito Baquero; y el
Fuente: AGN
segundo piso de los comercios que no fueron construidos en la primera etapa. Fuente: OGM Central de Datos.
trabajadores, con experiencia en obras residenciales. El Ing. Juan Isidro Bernal Jiménez,
cabeza de dirección del proyecto NACO, empieza trabajando asociado al Ing. Alberto
Bonnet Báez, con quien forma la firma Bernal & Bonnet a partir de 1947. Su firma fue
una de las más prestigiosas y llenó la ciudad de entonces de residencias y comercios
realizados por ellos. Bernal trabaja en la obra de terminación del Hotel Embajador durante
la celebración de la Feria de la Paz en 1955. Esta experiencia constructiva en las nuevas
áreas de desarrollo de la ciudad, le permitió visualizar el futuro crecimiento del mercado
inmobiliario. Asociado en calidad de vice presidente a Francisco Nicolás (Pacho)
Saviñón, Trujillo, como presidente, a los Arqs. Leo y Marcial Pou Ricart y a la Sra.
Altagracia Saviñón, forman la Compañía Nacional de Construcciones (NACO) en
1957. Es notoria la coincidencia de esta incorporación con el traslado del aeropuerto
General Andrews y la liberación del uso de los terrenos que ocupaba; probablemente
Trujillo ya tendría sus planes de ocupar estas tierras, con una algún desarrollo hoy
desconocido. Las relaciones de Pacho con la familia Trujillo son convenientes,
aportando él a la compañía, el capital mayoritario. Será con el asesinato del Jefe que
sus acciones pasarán a Bernal, quien asumirá la presidencia y la imagen pública
de la compañía. Profesionales con visión debieron asumir inmediatamente las
posibilidades de urbanización que había en esta zona. Tímidamente el desarrollo
de Paraíso, de Piantini, alrededor de la Roberto Pastoriza, de los bordes de la
Fabré Geffrard y del camino al Country Club estaban ya formulados, haciendo más
evidentes los espacios faltantes.
En 1958, la Cía. NACO inicia la construcción de viviendas en su proyecto NACO I, alrededor
de unas 15 unidades en la prolongación de la Avenida Bolívar, detrás del Seminario.
A la par se inicia la construcción de viviendas económicas al sur de la San Martín en
los terrenos del aeropuerto (hoy barrio Kennedy) y la apertura de calles del proyecto
NACO II, hacia el norte de la pista sur del aeropuerto, en el 1959. Se adquieren dos
millones de m2 a RD$1.60, comprados a las Hnas. Hernández, cuyos potreros estaban en
esta zona. Su moderna casa en NACO nunca tuvo verja y sorprendía a todos ver el plano
verde del césped del frente (actual terreno que ocupa la torre Silver Sun Gallery).
El proyecto de urbanizar los terrenos que dejaría libre el aeropuerto después de su
traslado, seguramente empieza con la acertada idea de dar continuidad hacia el
norte a la avenida Alma Máter, eje transversal de la Universidad de Santo Domingo y
cuyo trazado es paralelo a la Lincoln. Al proyectar su extensión y subir el segundo
farallón de la ciudad, la propuesta vial, que eventualmente habría de convertirse en
la actual avenida Tiradentes, atraviesa el flanco oeste del Parque Zoológico y al
subir el tercer farallón traspasa la pista sur del aeropuerto General Andrews. Desde
ese punto buscaría con una leve curvatura conectarse con la avenida Generalísimo
Francisco Franco, eje importante del antiguo Ensanche Radhames, actual La Fé, en
su intersección con la San Martín, en la esquina de la Industrial Lechera. Esta idea ya
tenía precedentes cuando se hicieron las vías de penetración norte -sur de la Máximo
Gomez y de la Fabré Geffrard. Se maneja como otro punto de acceso al nuevo
desarrollo urbano, desde los sectores ya consolidados. Su tramo norte, después
de los predios de Plaza NACO, hasta conectarse perpendicularmente con la antigua
avenida San Martín y posteriormente la John F. Kennedy, fue el último en completarse.
Para acceder a la zona urbanizada se llegaba desde cuatro calles ya aperturadas desde
la Lope de Vega por los Piantini, estas fueron la 20 (Fantino Falco), la 18 (Gustavo Mejía
Ricart) como continuación desde el oeste, la 16 (Max Henríquez Ureña), y la 12 ([Rafael
Augusto Sánchez), vía con muy buena sección, donde se construyen las residencias de
Pacho Saviñón (actual residencia de la Embajada de Italia) y la de su madre (actual Colegio
Luis Muñoz Rivera). Al final de la calle, en la intersección con la Tiradentes, se realiza el
primer edificio comercial de pequeñas dimensiones y un pequeño supermercado al frente.
Las Hnas. Hernández participan como asociadas al poner la tierra (R. A. Sánchez esq.
Tiradentes), beneficios que nunca disfrutaron. Además, allí se planificará, en el frente este,
el centro comunal, con un parque público y una manzana para los servicios comunales,
como la estación de Policía (1969), iglesia, etc. Ver este plano en la página 70. Estas
manzanas para los servicios fueron donadas por las Hernández y luego vendidas por
el Ayuntamiento a terceros. Más al sur existía, desde antes del aeropuerto, la avenida
México, un camino que venía desde Gazcue hasta los potreros por el camino a La
Esperilla. Cuando construyen la pista es interrumpida y luego no se restaura la conexión
por aprovechar la pista para la 27 de Febrero; así la parte oeste de la México se transforma
en la actual Roberto Pastoriza.
El diseño de NACO II no respondía a un urbanismo riguroso de trazado en cuadrícula; se
establecieron algunas supermanzanas con grandes lotes para los desarrolladores, luego
las manzanas se distribuían entre la forma que las vías de penetración generaran. La
articulación se dejó más libre y adecuada a las parcelas.
En 1959 se inician los trámites para el trazado y ejecución de la Avenida J. F. Kennedy con
recursos de la constructora; una vía central con marginales independientes a ambos lados
para separar las funciones residenciales del tránsito rápido. Este planteamiento duró poco
tiempo construido, ya que Doy Gautier insistió desde el Ayuntamiento, en mantener el lado
sur de NACO como residencial y así afirmar la necesidad de la marginal, y hacia el norte,
entre la nueva avenida y la San Martín, dedicarla sólo a comercios e industrias. Este plan
sucumbió a los intereses comerciales y al abandonarse no tenía sentido dejar la marginal,
por lo que fue eliminada y sumada a la vía. Para el 1960, la ciudad había alcanzado una
población de 369,900 habitantes en un área de 6,210 hectáreas.
Edifico del Banco Nacional de la Vivienda diseñado por el Arq. Edgardo -Gay- Vega Malagón. Inaugurado en
1971 con sólo dos niveles. Poco tiempo después se le agregaron las dos plantas superiores. La propuesta de
la torre con una sobriedad Kahniana no fue nunca realizada, perdiéndose la oportunidad de un ejemplar único
para nuestra arquitectura. Fuente: BNV, Colección obras Edgardo Vega, DoCoMoMo Dominicano /AGN.
Se continúan aceras y contenes en NACO I y II. Bernal confía en un constructor por
excelencia, Marcial Martínez Soler, quien será su hombre de confianza y quien se
compromete a realizar las obras en los períodos de tiempo esperados. En 1964, le
asigna construir 40 casas de Naco II, en la zona cercana al Club Deportivo NACO
y al edificio comercial Haché. Estos modelos de casas funcionales y económicas
sirvieron de incentivo a una población necesitada de vivienda. Casas “simples”, con
terminación de granito gris y puertas de plywood con decoraciones para “aparentar”.
La diferenciación de NACO con los anteriores desarrollos urbanos de los sectores
aledaños fue pensar el proyecto autosuficiente, integrando una oferta de servicios
comerciales, educativos, recreativos, de salud e institucionales, que independizara
al residente, evitando su desplazamiento hacia el tradicional centro comercial de la
ciudad. La apuesta de Bernal, los Pou y Frómeta de crear un nuevo polo comercial
fue vencedora; la incorporación de una nueva tipología de comercio no conocida con
anterioridad, rescataba la idea de calle comercial conocida hasta entonces (la calle
El Conde) y la extrapolaba a mayor amplitud, comodidades y facilidad de parqueos
frontales que no se disponían en el centro histórico. La propuesta de Amable Frómeta
como diseñador del centro comercial demuestra que conocía este sistema ya
planteado en Estados Unidos desde la década anterior. Rellenando algunos vacíos
urbanos en el 66, la Cía. NACO urbaniza una porción del Banco de Reservas al sur de
Arboleda y construye el Autocinema Naco, segundo en su género en la ciudad y límite
oeste de NACO. Diseño de Amable, principal diseñador y responsable de casi todos
los proyectos de la constructora; en su taller llegaron a trabajar los Arqs. Erwin Cott
y Pusiso Pratts. En 1968 se inaugura el Centro Comercial NACO I, complejo de edificio
bajo de dos niveles acompañado de una torre de 12 pisos de oficinas, del lado oeste de
la Tiradentes. En el diseño del edificio La Cumbre trabaja con Amable, Manuel Baquero
Ricart. Será desde entonces el edificio más alto de Santo Domingo, destronando al edificio
Diez que había ostentado el título desde 1928.
El éxito del Centro Comercial NACO I trae consigo otros desarrollos comerciales
en el núcleo destinado para esos fines. En 1970 se abre el bloque paralelo hacia el
este, con una fisonomía diferente, de un sólo nivel y pasillo techado para proteger
del sol de la tarde. Más dinámico que su antecesor, el II se acompaña de un gran
supermercado, uno de los primeros de su tipo -el SM-, una bolera soterrada y una
de las mejores salas de cine que ha tenido Santo Domingo, el Plaza. La destreza de
Frometa se demuestra en los hermosos y eficientes interiores y en la comodidad que
disfrutan los espectadores.
La Policlínica (actual Hospital de las Fuerzas Armadas) se inicia en 1971. En 1972 se
abre el Hotel NACO, en el lugar donde estaba la casa de Juan Bernal. Un pequeño
edificio con carácter de roadside motel, con núcleo de un nivel para los servicios y
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cuerpo de habitaciones de 3 niveles. Una anécdota de Cott cuenta que una noche
mientras bebían unos tragos en la casa, Juan le dice a Amable, vamos a hacer un
hotel en este sitio a lo que Yolanda, su esposa, le contesta: “Nos mudamos mañana”.
La visión de emprendedor no dejó de acompañar nunca al Ing. Bernal, de ideas
nuevas, sin temor a ejecutarlas, lo que le permitió realizar el sueño de NACO. Faltaban
otros proyectos que terminarían de dar la fisonomía al sector, como la construcción
del primer Mall comercial, Plaza Naco, de 1976, con dos salas más de cine y parqueo
techado en los niveles superiores, donde se realiza la primera rampa helicoidal para
subir los automóviles, también construida por Marcial Martínez.
La nueva cara de modernidad de la ciudad se completará con el proyecto de 8 torres
de 12 pisos y 41 apartamentos cada una, elevadas en pilotes y orientadas E-O para
aprovechar las brisas, en una disposición regular que recuerda el concepto de super
manzanas de Niemayer en Brasilia, pero más concentrado y de mayor altura, lo cual
no era la intención original. Con un lento proceso constructivo y de forma alternada
las ocho torres se concluyeron en 1993.
Desde su concepción integral como unidad urbanística, NACO completó los servicios
requeridos por la comunidad, iglesia y escuela San Judas Tadeo, Club Deportivo
NACO, hospital, hoteles NACO I y II, estación de policía, bolera, cines y autocinema.
NACO se convierte en el nuevo centro financiero y comercial con la ubicación de los
grandes almacenes, que no se limita a su sector sino que se extiende por todos los
desarrollos urbanos de la parte oeste de la ciudad.
La Arboleda
Es la lotificación de una pequeña parcela al sur del primer desarrollo de NACO. Comprende
el parque frente a Corazones Unidos y sus calles se acoplan a las condiciones del entorno.
Su fecha de realización podría ser antes de 1966.
La Yuca y la Urbanización de Tavares
Nombre antiguo del sector que aparece en viejos documentos. Se reconoce como la
ocupación ilegal de un grupo de familias del centro de manzana situado entre la Roberto
Pastoriza y la Club Scout. La invasión empieza durante la década de los años sesenta.
En octubre del 1958, se realiza un proyecto de urbanización para la parcela propiedad
del Ing. Juan Tomas Tavares entre la propiedad de los Piantini y el sector denominado
La Yuca. Se trazan dos calles hacia el este, paralelas a la Ave. Cordell Hull (nombre
de la Lincoln en ese momento), las actuales Boy Scouts y Girls Scouts, que definen
manzanas alargadas para conectar la Ave. México (actual Roberto Pastoriza) con la
Ave. Mirador del Norte (actual 27 de Febrero). También se inician en sentido oesteeste las calles Cub, Robert y Junior Scouts, no todas se continuaron debido a la
The Chase Manhattan Bank, realizado por William Reid Cabral, en la avenida
John F. Kennedy esquina Tiradentes. Posteriormente ampliado y convertido en el
Banco León. Su nítida volumetría y sus calados representaron la vanguardia de la
modernidad minimalista y tropical al momento de su obra.
Policlinica Naco, realizada por Amable
Frómeta, como parte del equipamiento
originalmente planeado para el desarrollo
urbano del sector de Naco. 1971.
ocupación de terrenos en el centro de la manzana con el barrio de La Yuca.
Banco del Comercio, realizado por Pujadas, Armenteros & Asos.,
primer edificio que planteó un techo con paneles solares para el
ahorro energético en la pared oeste. Nunca fueron colocados.
Abierto hacia la esquina para acoger al público. 1981.
denominada Porción Este y luego se realiza otra porción denominada Oeste que urbaniza
las parcelas 74, 76 y 77 del DC 3. Se puede atribuir el diseño al Arq. Pablo Mella.
SAVICA (Sector La Esperilla)
Es considerado como parte de NACO, el sector realizado por la Compañía de
Seguros, Auxilios y Vivienda, C. x A. (SAVICA), institución del gobierno destinada
a obras de servicio social de carácter no especulativo. El proyecto se realiza en
1961 en la parte sur de los terrenos del gobierno luego del traslado del aeropuerto
General Andrews. Cuando se prepara la avenida 27 de Febrero sobre la pista
sur, se aprovecha también una parte de la vía del carreteo, como una de las
calles del proyecto. Forma el cuadrante entre las avenidas Ortega y Gasset, 27
de Febrero, Tiradentes y Roberto Pastoriza. Unas 6 manzanas longitudinales se
planificaron paralelas a la 27, con un promedio de 20 viviendas en las centrales.
Hacia los bordes, en la 27 y en la Pastoriza, se proyectaron modelos más amplios y
desahogados en solares de mayores dimensiones. El barrio se destinó para militares.
(Ver detalle en fotografía aérea de 1967, y en plano página 70.).
Repartos Mallorga y Sucs. Serrallés, Esteva, Lope de Vega, IMCA
Muy accidentado y fraccionado ha sido el desarrollo de la parte norcentral del
Polígono a partir de la década del 60. Es la zona de más reciente evolución y la
que ha contado con un frente industrial hacia la Kennedy. En ella aparecen más de
cinco lotificaciones que lograron de una forma u otra adaptarse e integrarse a la
forma urbana. Muchos de estos diseños salieron de la prestigiosa oficina de Haza &
Pellerano.
Urbanización Mallorga y Sucs. Serrallés
Surge de la combinación de dos propiedades de los Srs. Fernando Mallorga y Jorge
Serrallés, quienes unen sus parcelas en un solo proyecto de calles que continúan
en los loteos aledaños. Una primera propuesta se aprueba en 1964, luego hay
modificaciones presentadas en diciembre de 1968.
Urbanización Esteva
Se encuentra en medio de varios loteos, consiste en varias manzanas al este de la
Ave. Abraham Lincoln, entre Fantino Falco y José Amado Soler. Según anécdotas,
la propiedad, cerca de unos 25,000 m2 pasa a manos de los Esteva por el
incumplimiento de pago de una nevera sacada en R. Esteva y Cía.; esto demuestra
el poco valor de la tierra en aquella época. En esta manzana hacia la Lincoln,
construyen su residencia los Esteva, siendo una de las pocas casas que permanecen
aún en la avenida. Fue diseñada en varias etapas por la oficina Haza & Pellerano.
La primera etapa se presenta a la dirección de Planeamiento Urbano en enero del
1965; dos años después en el 1967 la segunda etapa del otro lado de la Lope de Vega,
Urbanización Lope de Vega
Está justo detrás del Esteva, sigue la forma de una gran L que va desde la Kennedy a la
Lope de Vega, con la calle Malaquías Gil en su centro. Es el loteo de la propiedad del Sr.
Ramón Corripio, realizada en la parcela No. 126 del DC 3, diseño del Arq. Pablo Mella en
febrero de 1968. En el diseño original se planteaba una manzana de servicios comunitarios
en el limite sur de la propiedad y hacia el centro, un parque, la escuela Serafín de Asís y un
lote para comercios; ninguno de estos usos se llevó a cabo.
Urbanización Serrallés
Independiente de la anterior, Serrallés se encuentra con tope en la José Amado Soler
y la Kennedy, entre Filomena Gómez de Cova y Lincoln; es un espacio urbano híbrido
en usos, hacia el norte y frente a la avenida, inicia como sector industrial cuando era la
carretera Duarte el acceso a la ciudad desde el Cibao. Con la instalación del Hospital
antituberculoso Dr. Martos en 1942, la Alfarería Dominicana, la fábrica de fósforos y
el control de guaguas, entre otras industrias, la zona se convierte en accesible para
trabajadores y público en general. Estas tierras fueron también fincas y es donde se puede
ver la influencia de las líneas de propiedad que definieron algunas de las pocas calles que
tiene el sector; un ejemplo es la calle D al lado de Claro y el cul de sac de la Respaldo
Agustín Lara. La familia Serrallés adquiere la propiedad en las primeras décadas del siglo
XX. La granja de pollos de su propiedad estuvo durante muchos años frente a la Ferretería
Americana y aún resta como solar baldío en espera de un desarrollador. La franja frente a
la carretera tuvo varios propietarios, entre los que estuvieron Emilio Rodríguez Demorizi,
Ramón Corripio, Implementos y Maquinarias (IMCA) y Fernando Mallorga. El Arq. Gautier
recuerda haber aprobado la primera etapa durante su gestión al frente de la Oficina de
Planeamiento Urbano. El Arq. Erwin Cott es quien abre la José Amado Soler desde la
Lincoln para acceder a su edificio La Estancia, propuesta de diseño experimental donde
incorpora ladrillos coloniales de una vivienda demolida del centro histórico, realizando
bóvedas y arcos con éstos. Es Serrallés el único desarrollo de urbanismo no regular en
todo el Polígono, donde no hay continuidad de la cuadrícula y se hace más limitada la
interconexión con el resto de la ciudad.
Urbanización IMCA
Completa las tiras norcentral, es un proyecto realizado en la parcela de Implementos y
Maquinarias cuyo frente daba a la Autopista Duarte. En la parte posterior colindante con
la actual calle José A. Soler se prepara el acceso a una sola calle interna que rodea una
pequeña manzana en forma de proyecto cerrado. Es un diseño de Haza & Pellerano
realizado en septiembre de 1968.
Arriba izquierda: Dibujo del área central del proyecto NACO II, aparentemente prevista como Centro Cívico con
parque central, mercado, iglesia y comercios. Este núcleo se encuentra hoy en las manzanas donde estuvo la
tienda Domus y la Policia de NACO. (Archivo ADN). Arriba derecha: Heliográfica azul para la casa Pérez Morales,
del 1953, por el Ing. Juan José Mera. (Archivo Familia Pérez Morales).
Izquierda abajo: Localización de la parcela de Fernando Mallorga, que se convertirá
posteriormente en la urbanización Mallorga y Sucs Serrallés, hoy Serrallés. Derecha abajo:
Hoja del proyecto de la urbanizacion Esteva realizado por Haza y Pellerano, donde se definen
las calles y los solares con una superposición de la propiedad de los Esteva. (Archivo ADN).
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La arquitectura y sus protagonistas
Los protagonistas del Polígono, en términos de la arquitectura, han sido muchos de los
conocidos arquitectos de siempre, que dejaron su huella en las construcciones más
relevantes. Pero dentro de esta zona, desde la década del cincuenta, un sinnúmero de
arquitectos e ingenieros hicieron su aporte anónimo a la conformación de este territorio
de arquitecturas domésticas. Muchos nombres han de faltar para completar este listado,
sólo es el inicio de una larga lista de protagonistas del espacio íntimo de la familia que
debe ser ponderado en su justa medida antes de eliminar toda la huella de esa escala
residencial del sector que acogió a las familias dominicanas cuando necesitaron un nuevo
espacio que poblar. Algunos nombres que hemos podido rescatar en esta investigación
son: Fermín Villanueva, Guillermo Piantini, Pipío Sturla, Elena Vives de Rodríguez, Emidgio
Garrido, Manuel del Orbe, Honré Haché, José Lorenzo, Vital García, Chichi Ricart,
Freddy Tejeda, Juan José Mera, Norma de Khoury y Marta Mieses, entre muchos más
desconocidos para los anales de nuestra historia.
Claro, que están los conocidos por sus trabajos en la ciudad, entre ellos autores de
la talla de Amable Frómeta, Marcial Pou, Gay Vega, Manuel Baquero, Erwin Cott,
Manuel Salvador Gautier, Manuel Polanco, José Manuel Reyes, William Reid, Haza &
Pellerano, Leopoldo Franco, Benjamín Paiewonsky, Rafael Calventi, Eduardo Selman,
Teódulo Blanchard, Roberto Bergés, y otros de una generación posterior como Pedro
José Borrell, Juan Pérez Morales, Plácido Piña, Harry Carbonell, Gustavo Luis Moré,
Juan Mubarak, Leonardo Macarrulla, Jordi Masalles, Alejandro Marranzini, Antonio
Segundo Imbert, Ja’el García, José Daniel Romero, Clara Matilde Moré, Arturo
Despradel, Ricardo Martínez, Sara Hernández y muchísimos más. Dos generaciones
sucesivas de arquitectos dominicanos, y quien sabe cuantos extranjeros, han actuado
febrilmente durante 5 décadas en la configuración de este nuevo sector de la ciudad
de Santo Domingo. Y esto es sólo es el inicio. Cada día, dentro del Polígono, se crea
una obra nueva mientras se pierde una antigua; la ciudad sigue su agitado curso, su
eterna dinámica de cambio.
Referencias
Término utilizado para agrupar los barrios ubicados en el centro de Santo Domingo, donde
se concentran las actividades económicas y comerciales de la ciudad. Se define como el área
delimitada por la avenida John F. Kennedy en el norte, al este por la avenida Ortega y Gasset, al
sur por la avenida 27 de Febrero y al oeste por la avenida Winston Churchill.
2
Tomado de la Toponimia preparada por Antonio Guerra sobre Evaristo Morales.
3
Ver plano de Casimiro de Moya de 1910.
4
Investigación realizada por José del Castillo Pichardo en una publicación de la revista Clío #169, La
formación de la industria azucarera dominicana entre el 1872 y 1930.
5
Apuntes tomados de la investigación de Denisse Morales Billini sobre la Historia de La Esperilla I La
Encarnación.
6
Puede observarse claramente en el plano de Casimiro de Moya de 1910, el inicio del camino a La
Esperilla en la actual 30 de Marzo que atraviesa la manzana del Palacio Nacional.
Bibliografía
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Archivos de Arquitectura Antillana (1996-2013). Prácticamente cada edición de AAA
contiene información relevante en torno al Polígono Central, particularmente la AAA08,
titulada “La Construcción de la Ciudad de Santo Domingo, 1498-1998”. Fotos de Luis
Nova, textos de GL Moré et alt.
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de 2013, del sitio web de Diario Libre: http://www.diariolibre.com/ noticias/2009/05/16/i199746_inmigracion-azucarera-del-siglo-xix.html.
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Morales B., D. A. Historia de la Esperilla i La Encarnación, Sección de Galá, antes común de San Carlos. Sector Piantini, Urbanización Paraíso, Urbanización Fernández. Manuscrito no publicado.
Moré, Gustavo Luis, (editor) Historias para la construcción de la arquitectura dominicana,
1492- 2008. (2009). Santo Domingo: Grupo León Jiménez.
1
Cita textual de José Ramón Báez López Penha en Por qué Santo Domingo es así.
Aviación Comercial: Origen y Evolución en República Dominicana, José Ismael Jourdain. SD, 2005.
9
Idem.
10
Relato del Ing. Néstor E. Sánchez en sus memorias.
11
Idem.
12
Hipótesis basada en los argumentos del Arq. Marcial Martínez.
7
8
Pérez M., E. (1998). La Ciudad del Ozama: 500 años de historia urbana. Santo Domingo: Patronato de la Ciudad Colonial de Santo Domingo. Centro de Altos Estudios Humanísticos y del Idioma Español. Editora Montalvo.
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Sánchez C., R. (1992). Santo Domingo 1492-1991. Santo Domingo: Ayuntamiento del Distrito Nacional.
Cronología e Identificación de los Barrios y Ensanches
del Polígono Central de Santo Domingo
Ensanche Paraíso
Prop. Mallorga y Sucs. Serrallés
Ensanche Serrallés
Urbanización Lope de Vega
Propiedad Serrallés
Urbanización IMCA
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Instauran Sistema Torrens
Juan Morales Monclús compra La Encarnación
M2
Asume el poder Rafael L. Trujillo
Ing. Municipal el Ing. J. R. Báez López P.
1
Inauguración de la Ave. Máximo Gómez
Inauguración de la Ave. Fabré Geffrard
Muere Juan Morales Monclús
Abren el Matadero Municipal Cami
Hospital Dr. Martos - 1942
Inauguración del Aeropuerto Gral. Andrews
Seminario Claretiano para niños
Feria de la Paz y Confraternidad - 1955
Arcadas
Boulevar - Tunel de la 27 de Feb.
Elevados de la Kennedy
Agencia Bella - 1998
Salón de exhibición Jaguar - 1999
| 2000
Edificio Pagés
Torre Piantini
Novocentro
Acrópolis Center - 2007
L
1990
Salón de exhibición Opel - 1990
Estación Esso La Lira - 1991
De Nosotros Empanadas
Unicentro Plaza
HIL
Condominio Paraíso - 1989
RC
| 1980 |
Iglesia San Judas Tadeo
Edificio Corominas Pepín - 1986
HU
1970
Plaza Central - 1980
Apartamentos Ely - 1981
NC
|
Santo Domingo Motors - 1970
Edificio Machado - 1970
Centro Comercial Naco II
Banco Nacional de la Vivienda -BNVResidencia Pol - 1972
Conjunto de Torres Residencial Naco
Colegio San Júdas Tadeo
Edificio Haché - 1973
Apartamentos KG - 1974
Iglesia del Claret
Centro Olímpico Juan Pablo Duarte
TO
Centro Comercial Naco I
Inauguración Edificio La Cumbre - 1968
Residencia García Abarca - 1969
NS
Residencia Nader -1966
Apertura de la Ave. W. Churchill
WI
1960
SAVICA - 1961
Apertura de la Ave. 27 de Febrero
Avenida J. F. Kennedy
Supermercado El Nacional
E.
Creación Compañía NACO - 1957
Traslado del Aeropuerto Andrews
Inician construcción Naco I y II
AV
1900 | 1920 | 1930 | 1940 | 1950 |
Cierre del Ingenio La Encarnación
La Encarnación propiedad de la General Industry Company
Reparto Yolanda Morales
Reparto Esteva este
Ensanche Piantini
Banco de Reservas
La Yuca
Línea 2 Metro de SD
Urb. NACO
Reparto Esteva
Prop. Pelayo Rancier
Urb. Piantini
La Julia CXA
SAVICA
Centro Olímpico JPD
Urb. NACO II
Reparto Esteva oeste
Urb. La Arboleda
Siervas de María
Reparto Tavares
Línea 1 Metro de SD
Parques, áreas verdes
M1
6
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10
S
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AVE. LOPE DE VEGA
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4
La Esperilla
M2
AVE. JOHN F. KENNEDY
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No identificado
Ensayo crítico
En estas páginas, una de las primeras casas relevantes construidas en el Reparto Tavares,
propiedad de la familia del Sr. Gustavo Tavares. Diseñada por el arquitecto Gay Vega Malagón
hacia 1954, manifiesta uno de los más exitosos ensayos de integración de los los jardines a la
moderna arquitectura doméstica del período. La casa se conserva admirablemente bien.
Gustavo Luis Moré
Casa, jardín y ciudad:
la arquitectura doméstica en el
Polígono Central Santo Domingo
Toda una generación de arquitectos e ingenieros dominicanos participó en este ensayo
de desarrollo urbanístico, el más importante en la expansión de la capital durante la
segunda mitad del siglo XX. Este grupo fue compuesto en su mayoría por egresados de la
Universidad de Santo Domingo, educados académicamente por los maestros de la primera
generación, quienes, por su parte, se habían preparado internacionalmente. Los nombres
que se han identificado como parte del equipo de proyectistas que le dieron origen a la
visión urbano-arquitectónica de los diversos sectores son múltiples, y seguramente su
mención implique omisiones. Desde muy temprano en la concepción del Proyecto Naco,
en 1958, se cita a Guillermo González, Amable Frómeta y a Marcial Pou, como arquitectos
en el equipo encabezado por el ingeniero promotor Juan Bernal. Frómeta se constituyó,
adentrados los años 60, en el más prolífico autor del desarrollo, con infinidad de obras
realizadas, tanto domésticas como de gran escala. Podemos citar el emblemático desarrollo
inmobiliario de Plaza Naco, conjunto conformado por 2 bloques comerciales (fase 1, 1967;
y fase 2, 1970); la Torre La Cumbre, de oficinas; el desaparecido Autocinema Naco; y varias
torres de apartamentos que configuran pioneramente la escala que habría de alcanzar, con
los años, el resto del sector.
© Ricardo Briones
Por más de 5 décadas, en las cuales el territorio creado por varios barrios que hoy
comprendemos dentro de la denominación de Polígono Central (PC), la arquitectura
doméstica original ha sido valorada únicamente en términos de su potencial económico.
En los últimos años, el costo de la tierra en esta zona capitalina ha alcanzado unos
niveles tan asombrosos que las propiedades en ella situadas son consideradas como
bienes comercialmente despreciables y arquitectónicamente irrelevantes. Tal fenómeno
de temprana sustitución ha ocurrido sin dudas en otras muchas ciudades; pero es poco
probable que en ellas se haya evidenciado una tan vertiginosa desaparición, ocurrida en
menos de 2 generaciones.
“Las casas de Naco”, si pudiéramos asumir ese término genérico, obedecen en su
mayoría, a un esquema muy claro y de enorme flexibilidad, que les permitió, en los años
subsiguientes, convertirse en el objeto de múltiples intervenciones de reciclaje y de
remodelación para servir a infinitas tipologías comerciales, como las que fueron poblando
© Ricardo Briones
Manuel -Manolito- Baquero Ricart y Edgado -Gay- Vega Malagón también participan
en algunas de las iniciativas inmobiliarias del grupo. Pero es, sobre todo, la abundante
arquitectura residencial de Gay Vega la que actualmente sorprende en ese silente inventario
que ha sobrevivido hasta el día de hoy. Desde la temprana Casa Tavares (1954), realizada
frente al parquecito de la Lira, hasta la Casa Pol, en la Gustavo Mejía Ricart, Gay establece
y con el tiempo contradice, un estilo moderno, sensible a la naturaleza suburbana y tropical
del desarrollo, paralelamente ensayado en Gazcue y en Santiago de los Caballeros por
otros colegas de su generación, entre ellos, para sólo citar un caso, por William Reid Cabral.
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© Ricardo Briones
Las primeras casas construidas en el Ensanche Naco por la Compañía Nacional de Construcciones (NACO), en
1958. Las fotos y la planta corresponden a la residencia de la familia Martínez Lluberes, del Ing. Marcial Martínez
Soler, quien ha sido uno de los principales protagonistas en el desarrollo de la obra del Proyecto Naco.
las propiedades dispersas por los barrios del PC. Este esquema se observa pioneramente
desde las primeras 40 casas, ejecutadas por Bernal con la participación del Ing. Marcial
Martínez, al frente de los procesos de construcción relámpago que se han de convertir en el
procedimiento típico de la época. En las fotos y en la planta presentadas en estas páginas,
se ha de comprobar este esquema. Esta casa, cuya documentación ha sobrevivido hasta
ser presentada aquí, fue originalmente propiedad de la misma familia Martínez Lluberes. Su
arquitectura, en este caso cubierta a dos aguas, obedece a un planteamiento planimétrico
frecuentísimo, que de alguna manera, incorpora el espíritu del desarrollo.
La fórmula 3 x 3
Se trata de una planta (generalmente implantada en solares de 20 x 40 metros), en la que
se estructuran, a grandes rasgos, 3 crujías “verticales” y 3 crujías “horizontales”. Desde la
calle se intuye, a un lado de la propiedad –derecho o izquierdo, según la ubicación cardinal
del lote en el desarrollo urbano–, una primera crujía lateral –o martillo, según la terminología
colonial– que incluye marquesina para 1 vehículo, cocina y área de servicio. Luego
encontramos la crujía central, donde se ubica el acceso a la vivienda, y que presenta un
balcón o galería frontal hacia el jardín, un espacio de sala, el inevitable patio central o “patio
español”, el comedor, y una terraza, que abre la residencia hacia el fundamental patio. Esta
es la zona social, donde se vincula la vivienda al entorno (tanto natural como urbano), y que
cuenta con los espacios de mayor disfrute de las propiedades suburbanas. La tercera crujía,
dispuesta del lado opuesto a la de servicios, desarrolla los dormitorios y servicios sanitarios.
Las crujías horizontales siguen el trazado: hacia el frente, de un lado, marquesina y cocina,
galería y sala, y dormitorio principal; al centro, cocina, patio central y acceso al baño y
a las habitaciones; y al fondo, servicio, comedor-terraza, y habitaciones secundarias. El
esquema, con sutiles variaciones, no falla...
Su gran éxito no sólo radica en la posibilidad de representar los alcances de una
vida abierta al paisaje suburbano, que incorpora los elementos de la nueva sociedad
democrática –cocina moderna, servicios vinculados al esquema, marquesina, áreas
abiertas al exterior, paisajismo, etc.–, sino el hecho de que aprovecha una estructuración
constructiva de extrema simplicidad y economía; escasas columnas, muros de bloques,
losas simples, la menor cantidad de vigas que se pueda. Una arquitectura de lo mínimo,
con un máximo de ventajas vitales.
Especular la asociación de este esquema con la tradición colonial es ir demasiado lejos;
sin embargo, no hay dudas de que varios de los elementos presentes quieren hacerse
eco de los patrones abstractos de tan potente arquitectura en la cultura dominicana. Si
bien las afiliaciones no sean estilísticas o formales, la realidad es que la determinación
de un esquema en base –si bien inconsciente– de crujías y martillos, y la presencia de
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patios centrales y traseros, constituyen una herencia certera e inevitable. Estos patios se
disponen lateral (ver la Casa Tavares, de Gay Vega) o centralmente. Pueden trabajarse
transversalmente (ver la Casa Nader, de Nani Reyes) o longitudinalmente (ver la Casa
Álvarez, de López Rodríguez).
La manera en que se concretiza el bloque arquitectónico en la ciudad es también
novedosa, si bien algunos ensayos previos se aprecian en Gazcue y en la zona
universitaria. Los retiros frontales y traseros son generosos; las alineaciones laterales
garantizan la privacidad de los dormitorios y la posibilidad de más vehículos de motor o
áreas de servicio en las propiedades. Frutales y otros árboles exóticos se apropian de las
áreas verdes, y proponen espacios de imaginación lúdicos para infantes y mayores. Vivir
en Naco, o en Piantini, es sinónimo de vivir mejor; es vivir en la “parte alta” de la ciudad, en
los nuevos barrios de la creciente burguesía de la clase media dominicana. La presencia
de nuevos equipamientos públicos y cívicos, clubes, hospitales nuevos, estaciones de
policía, cines, del primer centro comercial de la ciudad extramuros, proporcionan ventajas
comparativas verdaderamente importantes.
Como se podrá apreciar, muchas de las casas de esta edición demuestran esta
disposición que hemos simplificado aquí como 3 x 3. Es fácil apreciarlo, una vez destacada
su presencia. Ya no se trata de las típicas habitaciones interconectadas, en rotación, o
yuxtaposición, clásicas de Gazcue, décadas antes. Este es otro esquema, más racional,
más moderno. Es aquí cuando la modernidad entra verdaderamente, es aquí que se hace
ciudadana, que se asume como estilo de vida, como presente cotidiano.
Este número explora tanto las virtudes y ubicuidad de este esquema, como expone
algunas casas que escapan al mismo, de las que sobreviven. Quizás en verdad, estas
casas poseen mucho mas valor que el terreno sobre el que reposan, hasta ahora.
Creemos que su ejemplo incorpora las ventajas de un minimalismo auténtico, genuino,
no amanerado estilísticamente, sino producto de una actitud consciente de la utilización
racional de los recursos económicos. Los presupuestos no debían pasar de los
RD$11,000.00, para poder calificar dentro de los planes de financiamiento de las recién
creadas asociaciones. La presencia de la decoración arquitectónica es muy discreta; el
arte se hace presente con la elegancia misma de la arquitectura o por medio de calados
y murales realizados por Antonio Prats Ventós, el artista escultor más exitoso del período,
muchas de cuyas obras se han perdido.
Esta arquitectura de estos arquitectos, está dando paso hoy a otra arquitectura de otros
arquitectos. ¿Sabremos como cultura arquitectónica local valorar estas pérdidas, estar a la
altura requerida para asumir su relevo intergeneracional hacia el futuro?
© Ricardo Briones
Arriba: Casa de fuerte inspiración Miesiana en la calle Alberto Larancuent 30.
Izquierda: Residencia Yepez Pagán. Arq. Benjamín Paiewonsky. Calle Andrés Avelino 17 esq. General Cambiaso, c. 1968.
Derecha: Residencia Lugo. Calle Andrés Avelino 20, c. 1968.
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© Ricardo Briones
Arriba: Hermosa residencia de la Sra. Grethel Franke, en la calle Federico Geraldino 60. La propiedad conserva un admirable orquideario en su patio posterior.
Izquierda: Residencia Cabrera Vitienes en la calle Gustavo Mejía Ricart, Naco.
Derecha: Casa en la calle Alberto Larancuent 32.
© Ricardo Briones
Arriba: Residencia en la calle Max Henríquez Ureña 40, sector en el que fueron mantenidas las formaciones
geográficas originales del terreno, en varias obras.
Izquierda: Casa de la familia Vargas Mera en la calle Boy Scouts. Diseñada por el Arq. José Ramón Vargas Mera.
Derecha: Boy Scouts 9.
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© Ricardo Briones
Arriba: Una de las estupendas residencias del Arq. Gay Vega en la calle Rafael Augusto Sánchez, muestra con
dignidad su condición de sobreviviente en un entorno cada vez más invasivo.
Izquierda: Casa en la calle Filomena Gómez de Cova.
Derecha: Casa en la calle Gustavo Mejía Ricart 26.
© Ricardo Briones
Arriba: Sencilla y amable residencia en la avenida Tiradentes esq. Paul Cabrera, una de las pocas del sector de
Naco que ha mantenido su patio frontal abierto a la ciudad, sin verjas. Obra de Marcial Martínez,
diseño atribuido a Marcial Pou. Izquierda: Casa en la Rafael Augusto Sánchez, actualmente ocupada por la
tienda Mobel. Derecha: Residencia Señor Dato Pagán en la calle Boy Scouts.
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© Ricardo Briones
Arriba: Residencia de gran estilo situada en la calle Rafael Augusto Sánchez, originalmente propiedad del Sr.
Pacho Saviñón Trujillo, donde ha fucionado la residencia del la Embajada de Italia en la República Dominicana
desde los años 60.
Abajo: Dos residencias colindantes de claro diseño y diverso espíritu, en la calle General Cambiaso, NACO.
© Ricardo Briones
Arriba: Residencia familia Esteva-Paniagua, Abraham Lincoln.
Izquierda: Casa en la calle Fantino Falco 29.
Derecha: Casa en la calle Max Henríquez Ureña.
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© Ricardo Briones
Arriba: Casa privada de la madre de Pacho Saviñón Trujillo, convertida en el Colegio Luis Muñoz Rivera,
situada en la calle Rafael Augusto Sánchez. A la izquierda, la fachada vidriada este de Novocentro.
Izquierda: Fantino Falco, 69.
Derecha: Fantino Falco, 27. Demolida en la semana del 25-30 mayo 2013.
Casa Álvarez Menicucci
© Ricardo Briones
Francisco López Rodríguez
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Casa familia Álvarez Menicucci
Francisco López Rodríguez
La Casa Álvarez-Menicucci fue diseñada por el Arquitecto Francisco López Rodríguez y
construida en 1963 para el Dr. Julio Álvarez. Está ubicada en la calle Federico Geraldino,
entre las calles Gustavo Mejía Ricart y prolongación Fantino Falco, en el sector de Piantini.
Consiste en una vivienda unifamiliar de aproximadamente 400 m2, con un bloque de servicio
separado de unos 30 m2 y se emplaza en una parcela de unos 1,375 m2 aproximadamente.
El proyecto es representativo de la tipología tradicional de las primeras casas del Polígono
Central, compuestas por tres crujías, con un patio interior en el centro, y en la parte frontal
el jardín, la galería, y la marquesina (que en este caso, en vez de ubicarse en uno de los
laterales se ubica en el centro, frente a la entrada). La distribución interior aún debe mucho
a la casa colonial, donde las distintas áreas se desarrollan alrededor de un patio interior
(con fuente); y donde los distintos espacios se desarrollan de manera independiente uno
del otro. De esta forma, la casa se vuelca hacia adentro, aún cuando su parcela ya no está
restringida a las medianeras características de la ciudad colonial.
En la distribución de los espacios no se manifiesta la continuidad espacial característica
del moderno, ni siquiera alrededor del patio interior, cuya circulación se ve truncada por
la pared ciega ubicada en uno de sus laterales. Los espacios ubicados en el fondo (dos
dormitorios y el estudio) tampoco se abren al patio posterior, el cual sirve de separación
entre la casa y el volumen separado que alberga las áreas de servicio (habitación, lavado
y depósito). Sólo el área de estar, en el extremo lateral derecho se abre a una pequeña
terraza que lo comunica con el patio.
Sin embargo, aún cuando la casa Álvarez-Menicucci no maneja la concepción espacial
moderna, su fachada sí empieza a reflejar la búsqueda de un nuevo repertorio formal. El
uso de techos planos, los vuelos en hormigón visto y la geometría abstracta del mosaico
de Antonio Prats-Ventos ubicado en la entrada, distancian la Casa Álvarez del prototipo
residencial de los años sesenta del Polígono Central. El manejo de la fachada colonial es
dejado a un lado, así como aquellos experimentos estilísticos de las casas de Gazcue. En
cambio, nos encontramos con un reduccionismo formal, donde la simplicidad y las formas
abstractas marcan un nuevo camino.
Esta dualidad entre modernidad y tradición; entre lo vernáculo y lo abstracto, caracteriza
la Casa Álvarez-Menicucci y la convierten en un interesante prototipo de la zona; donde
detalles como las jardineras en la entrada, las paredes con calados de formas ovoides, o la
rebosante vegetación del patio interior contrastan y en cierta forma dan vida, al blanco de
las paredes desnudas y los techos planos del lenguaje moderno.
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© Ricardo Briones
© Ricardo Briones
© Ricardo Briones
© Ricardo Briones
Casa familia Nader
© Francisco Manosalvas
José Manuel -Nani- Reyes
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Casa familia Nader
José Manuel -Nani- Reyes
La Casa Nader fue diseñada por el Arquitecto José Manuel Reyes, y construida en
1966 para el Sr. Arnol Nader. Consiste en una vivienda unifamiliar de aproximadamente
600 m2, ubicada en la calle Roberto Pastoriza, entre la Federico Geraldino y la Manuel
de Jesús Troncoso, en el sector de Piantini. La casa es bastante amplia para la época y
se organiza en torno a un patio interior. En la crujía oeste se localizan todas las áreas de
servicio (cocina, pantry, dos habitaciones, lavadero y porche); al norte se ubican los cuatro
dormitorios; y al sur-este se encuentran las áreas sociales (sala, comedor, estar y terraza).
La terraza y el patio central permiten la entrada de luz y vegetación al interior de la casa,
contribuyendo a la apertura y comunicación entre los espacios.
Tres cubiertas en forma de paraboloides, sostenidas por una columna rectangular central,
acompañan al visitante marcando el recorrido de entrada a la casa, desde la marquesina,
y a través de la rampa de acceso, hasta la amplia galería frontal. Los paraboloides van
disminuyendo de tamaño, el mayor cubriendo la marquesina, y el menor colindando con el
techo de la galería.
La elegancia de la fachada de la Casa Nader y la maestría con la que el arquitecto
maneja los diversos detalles, le otorgan un sitial privilegiado en la arquitectura residencial
dominicana de la década de los sesenta. En una primera impresión, su marcada
horizontalidad, su elevación en una plataforma o podium, su rampa de acceso, el espejo
de agua y la combinación del vidrio y el mármol, nos recuerdan a Mies van der Rohe,
en su legendario Pabellón de Barcelona de 1929. Sin embargo, la inclusión de las tres
paraboloides, alternando superficies lisas y rugosas, se aleja de la estética Miesiana, pura y
minimalista, en pos de un mayor expresionismo estructural.
No obstante, la verdadera maestría del arquitecto se manifiesta en dos aspectos. Primero,
en la manera en que otorga un lenguaje formal moderno y abstracto a una planta de
marcado carácter tradicional, cuyos espacios responden a unas necesidades y a un estilo
de vida que se remonta a la época colonial. El arquitecto preserva el patio interior, pulmón
y centro de la casa colonial; y la galería frontal, típico elemento de las casas construidas
en la ciudad extramuros (iniciado en los tiempos de Gazcue); añadiendo una terraza lateral
que fortalece ese vínculo con el exterior, ya arraigado y característico de la cultura local.
En segundo lugar, el arquitecto logra adaptar el lenguaje moderno a las exigencias del
clima tropical. La inclusión de muros calados en diversas áreas de la vivienda (tanto
exteriores como interiores), permiten su eficaz ventilación; a la vez que se convierten en
elementos estéticos que contribuyen, con sus aberturas de carácter abstracto-geométrico,
al juego expresivo de las superficies de cerramiento. Asimismo, los aleros son parte integral
de las elevaciones, protegiendo de los rayos solares todas las superficies acristaladas,
y convirtiéndose, como en el caso del amplio voladizo que cubre la galería frontal, en
elemento expresivo y protagonista de la fachada. La inclusión del agua y la vegetación,
por último, climatizan la vivienda y fortalecen el vínculo con la naturaleza, necesario y
característico de la vivienda tropical.
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© Ricardo Briones
© Ricardo Briones
© Ricardo Briones
© Ricardo Briones
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Casa García Abarca
© Ricardo Briones
Vital García
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Casa García Abarca
Vital García
Construida en 1969, esta casa unifamiliar ubicada en la Calle Gustavo Mejía Ricart esquina
Calle Santa María, en el ensanche Naco, fue diseñada por el arquitecto Vital García para
sus padres. Fue la primera obra proyectada por el arquitecto desde Madrid (en 1968), y
según sus propias palabras, su interés fue diseñar un espacio acogedor para sus viejos.
El arquitecto comenta que al momento de su construcción, la casa García rompió con la
tipología imperante en las casas de Naco, usualmente compuestas por una marquesina
y una galería o balcón en la fachada principal. La casa García rechaza este esquema y se
vuelca hacia adentro, con una fachada frontal sumamente cerrada, de paredes macizas
en piedra, combinadas con planos proyectantes de hormigón visto, donde incluso la
puerta principal aparece medio escondida entre las sombras del amplio voladizo, muy en
la tradición orgánicista tan en boga en la Europa mediterránea a fines de los años 60. Hoy
en día, sin embargo, la casa sigue rompiendo con la tipología imperante, curiosamente por
lo contrario, porque otorga a la calle un jardín frontal y recibe al visitante con un espacio
abierto que pocas edificaciones actualmente otorgan a la ciudad, al estar usualmente
emplazadas detrás de macizas y altas verjas.
La Casa García se caracteriza por su escala doméstica y sus proporciones equilibradas.
En un estilo Wrightiano con cierto aire brutalista, el arquitecto logra comunicar gran
expresividad al hacer un uso formal de diversos materiales y texturas, tales como piedras,
ladrillos y hormigón visto (liso y rugoso). Asimismo, el diseño del jardín frontal, con la
vegetación de clima seco; la topografía rocosa del terreno; y el jardín escalonado (en
ángulos de 45 grados), contribuyen a acentuar su fuerza expresiva.
La casa posee un primer nivel (con distintos desniveles), un sótano, y un segundo nivel
con terraza y techo-jardín, todo ello adaptado a la topografía sumamente irregular del
terreno. El interior, de espacios independientes y fragmentados, desniveles, techos bajos
(no más de 2.50 m.), y materiales vistos, busca crear espacios acogedores (siguiendo la
idea de Wright de la casa como ‘hogar’), que aíslan al visitante del caos urbano inmediato.
Para complementar el efecto arquitectónico, el arquitecto diseña cada uno de los detalles
interiores de la casa, las lámparas, el trabajo en madera del mobiliario, etc., buscando
unificar el criterio de diseño y crear una ‘obra de arte total’.
Planos cortesía de Kirssy Vásquez
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© Ricardo Briones
© Ricardo Briones
© Ricardo Briones
© Ricardo Briones
Casa Pol
© Ricardo Briones
Edgardo -Gay- Vega Malagón
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Casa Pol
Edgardo -Gay- Vega Malagón
La casa Pol fue diseñada y construida por el conocido arquitecto dominicano Edgardo
Vega Malagón, para el Ingeniero Luis de Pol en el año 1968. La casa Pol está ubicada en
la Calle Gustavo Mejía Ricart, justo al lado de la casa García Abarca. El proyecto consta
de dos niveles, un primer nivel (a nivel de la calle pero semi-soterrado por la topografía del
terreno), donde se ubican la marquesina y las áreas de lavado, almacén y servicios, y un
segundo nivel donde se desarrollan todas las áreas de la casa (cocina, áreas sociales y dos
dormitorios, cada uno con su baño).
La casa no posee ningún tipo de verja y se integra a la calle con un espacio abierto
caracterizado por las formaciones rocosas del terreno. Sin embargo, se diferencia
de la casa García en que su fachada se abre a la calle con una marcada frontalidad,
dada por el balcón, los grandes ventanales y la marquesina a la derecha, siguiendo la
distribución típica de las primeras casas del Polígono Central. Pero aparte de estos
elementos nada es típico en la Casa Pol, cuyo diseño nos acerca a una modernidad
muy adelantada para la época.
La casa Pol elimina el típico patio central que caracterizó las casas iniciales del Polígono
(herencia española y colonial) y los espacios cerrados y fragmentados, al adoptar una
planta libre, cuya distribución espacial se caracteriza por su extrema ortogonalidad,
racionalidad y funcionalidad. El acceso ya no se realiza de manera frontal y, tal vez
buscando privacidad, la entrada es localizada dentro de la marquesina, con una puerta que
abre a la escalera que conduce al segundo nivel. Esta escalera desemboca en un amplio
salón abierto (de planta libre) donde se ubican las áreas sociales, y cuya única división
consiste en una pared curva que separa el comedor del estudio (muy parecida a la usada
por Mies van der Rohe en el comedor de la Villa Tugendhat, en Brno, República Checa,
1929-30). Esta pared constituye el único elemento curvilíneo en el interior de la casa, cuyos
ángulos rectos sólo varían en el bloque de la cocina, adherido en un ángulo de 60 grados
al volumen puro del paralelepípedo (y aportando un juego volumétrico interesante, al
poseer un lenguaje formal diferente, y mucho más sólido y macizo).
Con un marcado carácter moderno, la estética del proyecto viene dada por el
protagonismo de la estructura, compuesta por los pilotis que soportan el balcón, los
pilares blancos y la fina losa del techo, con amplios aleros. Los elementos estructurales y
portantes están claramente diferenciados de las superficies de cerramiento, contrastando
el blanco de los finos pilares, con el gris inacabado del hormigón visto y las celosías
acristaladas de las ventanas. Su perfil horizontal, su monocromía, su combinación de
hormigón y cristal, así como sus delicados pilotis nos recuerdan el moderno californiano y
más ‘tropical’ de Rudolph Schindler y Richard Neutra.
Y es que la ‘tropicalidad’ es un tema contemplado en cada uno de los detalles del diseño.
Así por ejemplo observamos una preocupación por aspectos de ventilación e iluminación
en la inclusión de una franja horizontal de ventanas bordeando toda la casa (a ras del
techo) y que permite una ventilación cruzada y efectiva en cada uno de los espacios. De
igual manera, los grandes aleros, también incluidos en todas las elevaciones, constituye
otra adaptación moderna para enfrentar el cálido sol de los trópicos.
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© Ricardo Briones
Hacia una visión de futuro:
Reglamentos del Polígono Central
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Crítica del urbanismo en Santo Domingo
(Primera entrega)
José Marion-Landais / Adolfo Despradel
Generación – 1
La arquitectura dentro del Polígono Central está gobernada por un conjunto de
leyes que determinan el tamaño máximo de cualquier edificación. Si extrapolamos
el desarrollo de la ciudad basándonos en los reglamentos del Polígono Central
podríamos identificar tres grandes etapas o ‘generaciones’ que marcarían el desarrollo
y el incremento de la densidad construida.
En la primera generación, de baja densidad, abunda la casa unifamiliar original de
uno o dos niveles. Estas casas cuentan con una separación adecuada del vecino
colindante para maximizar la ventilación y la sensación de privacidad. Un patio
delantero amplio con vegetación extensa suele ser parte intrínseca de esta tipología
arquitectónica.
El bloque de apartamentos de 3 a 4 niveles y las plazas comerciales de 2 niveles son
las siguientes tipologías que podemos encontrar en el desarrollo natural de la ciudad.
A medida que la ciudad va creciendo los bloques de apartamentos se van haciendo
cada vez más altos y las plazas comerciales más grandes. Debido al requerimiento
mínimo de linderos laterales establecidos en las regulaciones del Polígono Central,
las edificaciones altas tienden a desplazar a los habitantes de las casas que se
encuentran en su lado.
Generación – 2
El desalojo involuntario, pero igualmente forzado, que produce la fricción entre
edificios altos y casas de baja altura, hace que los solares sean vendidos a nuevos
promotores e inversionistas que desarrollan edificios de mayor densidad en busca de
un producto que les genere el mayor retorno monetario posible. Esta estrategia de
‘más por más’ requiere de utilizar el máximo porcentaje de uso de suelo permitido
para así poder obtener el mayor volumen permitido. A su vez el porcentaje de
ocupación de suelo restante se convierte entonces en estacionamiento, reduciendo
de este modo la permeabilidad pluvial del suelo y la vegetación aparente en la ciudad.
Las exigencias de parqueo vehicular escritas en el ‘Reglamento para Estacionamiento
Vehicular en Edificaciones 1989’ exige 0.4 estacionamientos vehicular por
cada habitante. Hoy en día se están diseñando apartamentos considerando 1
estacionamiento por cada habitante, más del doble de la densidad vehicular estimada
por los reguladores. Esta proyección subestimada es un síndrome también presente
en las regulaciones de diseño del Polígono Central.
Las regulaciones existentes del Polígono Central están diseñadas principalmente
para aumentar la densidad de la ciudad, con poca consideración a la experiencia del
espacio urbano y a la calidad de vida del ciudadano que la habita.
Generación – 3
El desarrollo dirigido por los promotores de construcción va acelerando la
densificación. El siguiente paso para los inversionistas continua con la adquisición
y unificación de varios lotes para crear ‘mega-lotes’ y consecuentemente ‘megaproyectos’. Hasta hoy, no existe un límite estipulado para el área total de un solar.
Las vías vehiculares son el único parámetro que delimita estos mega-lotes, y aun así,
existen casos donde el proyecto sobre vuela el lindero y la calle.
Existe una ausencia de normas que ordenen la forma construida para mejorar la
calidad de vida del ciudadano. El “derecho a la luz y a la ventilación natural” y el
“derecho a la privacidad”, son solo algunos ejemplos de consideraciones no previstas
en las regulaciones actuales. Un mega-proyecto puede, por ley, crear un bloque
sólido, sin ninguna articulación que le ayude a brindar acceso a la luz, o a la ventilación
natural, ni para quienes lo habitan ni para las edificaciones colindantes.
Créditos / Agradecimientos
Sección del Polígono Central
La ciudad se está construyendo sin jerarquía de espacios, sin consideración a
vistas, sin forma urbana propiamente definida. Un edificio de ocho niveles requiere
alrededor de 3 años de labor para diseñarlo y construirlo, pero luego de ser erigido
se podrá quedar en pie por los próximos 50 a 100 años. Un compendio de reglas
comprensivas para la ciudad se pudiera desarrollar en el lapso de 1 solo año.
Proyecto
Polígono Central de la Ciudad de Santo
Domingo (primera fase)
Archivos Institucionales
Archivos de Arquitectura Antillana
Archivo General de la Nación
Instituto Cartográfico Universitario
Instituto Cartográfico Militar
Dirección General de Catastro Nacional
Archivo del DGPU/ Ayuntamiento del
Distrito Nacional
Dirección General de Ordenamiento
Territorial, Ministerio de Planificación,
Economía y Desarrollo
DoCoMoMo Dominicano
Bibliografía
Brea, E. J., Domínguez, M., Roca, L.,
Silvestre, R., Delmonte, J. E. (2006).
Santo Domingo: Guia de Arquitectura
= Santo Domingo: An Architectural
Guide. Sevilla: Consejería de Obras
Públicas y Transportes, Dirección
General de Arquitectura y Vivienda.
Martínez S., M. (2013). Memorias
Compiladas. Manuscrito no
publicado.
Moré, G. L. (Septiembre, 1998). La
construcción de la ciudad de Santo
Domingo: 1498-1998. Edición
temática de Archivos de Arquitectura
Antillana, AAA-08 (8), pp. 28-33.
Moré, G. L. (2008). Historias para
la construcción de la arquitectura
dominicana. Santo Domingo:
Colección Centenario, Grupo León
Jiménes.
Vercelloni, V. (1995). Atlas Cartográfico
de la ciudad de Santo Domingo.
Milano: Metropolitana Milanese.
Consultas y entrevistas
Arq. Juan Emilio Pérez Morales
Sra. Lucy Pérez de Moore
Ing. Marcial Martínez Soler
Arq. Marcial Martínez Lluberes
Arq. Fermín Villanueva
Dr. Luis Morales Garabote
Ing. Salvador E. Sturla Saleta
Sra. Sofía G. Piantini Pereyra
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Arq. Vital García Abarca
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Dis. María del Mar Moré
Lic. Gustavo Tavares
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