24/02/2016 Tirada: 44.504 Categoría: Económicos Difusión: 28.999 Edición: Nacional Audiencia: 86.997 Página: 31 AREA (cm2): 732,7 OCUPACIÓN: 68,5% V.PUB.: 9.664 ECONOMIA Las secuelas económicas del ‘Brexit’ FUTURO COMERCIAL/ El referéndum en el que los ciudadanos británicos decidirán si ponen fin a cuatro Chris Giles. Financial Times La decisión de David Cameron de convocar un referénsum sobre la pertenencia de Reino Unido a la UE ha abierto un feroz debate sobre las implicaciones de una salida –sobre todo para la economía– de Reino Unido. En una encuesta realizada a más de 100 economistas a principios de 2016, más de tres cuartas partes de ellos creían que un Brexit afectaría de forma adversa a las perspectivas económicas de Reino Unido a medio plazo, nueve veces más que el 8% que pensaba que la economía británica se beneficiaría. Muchos de los que defienden una salida argumentan que los economistas suelen po- 1 sicionarse a favor de que Reino Unido siga siendo miembro de la UE porque están a favor de que se establezcan relaciones comerciales más estrechas con otros países. En realidad, la pertenencia de Reino Unido al bloque ha favorecido el comercio, pero también lo ha desviado. La mayoría de los economistas aceptan la evidencia de que la generación de comercio ha superado con creces el que se ha desviado, y ha creado una mayor competencia, innovación y especialización. Pero la economía no puede predecir lo que ocurrirá si Reino Unido abandona la UE. Por término general, los economistas recelan de las transiciones, temiendo que el ‘BOOM’ BRITÁNICO 2 Dreamstime décadas de Reino Unido dentro de la Unión Europea plantea distintos escenarios económicos. aumento de la incertidumbre sobre las relaciones de Reino Unido con otros países dañe la confianza y la inversión, al menos durante algunos años, si éste abandonase la UE. También es más probable que haya más economistas que políticos que resten importancia a la soberanía, manteniendo que ésta quedará compensada por la toma de decisiones. TRANSICIÓN DIFÍCIL El ‘Brexit’ es un proceso ordenado que evita turbulencias a corto plazo y genera una mayor prosperidad para los británicos a medio plazo. Salir de la UE es arriesgado y será negativo para la economía, pero una vez establecida una nueva relación, la situación no será ni mejor ni peor. LOS SUPUESTOS Si Reino Unido quiere prosperar más fuera que dentro de la UE tienen que cumplirse algunas de estas condiciones: revocar o modificar partes de la regulación de la UE; contar con una política de inmigración que no discrimine a favor de los ciudadanos de la UE; ahorrar la totalidad o parte de los 13.000 millones de libras anuales en transferencias presupuestarias netas a la UE; negociar acuerdos con países de la UE y de fuera de ella, incluidos EEUU, India, China, Japón y Australia. Este último punto sería urgente, ya que en 2014 más de la mitad de las actividades comerciales se produjeron dentro de la UE. LOS SUPUESTOS Se presupone que la pertenencia a la UE no es uno de los factores más importantes para la prosperidad británica. Aunque los lazos con la UE se deteriorarían, ésto se vería compensado por la mejora de las relaciones con otros países. El resto de fuerzas que influyen en el crecimiento –inversión, formación, competencia, innovación y emprendimiento– seguirían presentes. Pero la ruptura con el bloque generaría incertidumbre económica hasta que se creasen nuevos lazos dentro y fuera de la UE. Los inversores podrían dejar de prestar a Londres a corto plazo. ¿QUÉ DICEN LOS DEFENSORES? Patrick Minford, de la Cardiff Business School, expone que: “A largo plazo, el Brexit vivirá un periodo de aumento del crecimiento al liberarse de la UE y de su mentalidad proteccionista, y reestablezcer el libre comercio y una regulación inteligente que beneficie los intereses económicos británicos”. EL RETO Si Reino Unido siguiese formando parte del mercado único, tendría que aceptar las regulaciones de la UE, sin influencia para fijarlas. Seguiría teniendo que pagar por el acceso a ese mercado, como le ocurre a Noruega. No podría liberalizar más de lo que ya puede. Si adoptase un acuerdo comercial más flexible, tendría más control, pero le resultaría difícil negociar el mismo acceso a los bienes y los servicios. VEREDICTO DEL FT Los defensores de la salida contrastan con los grupos opositores al “mercado común” en el referéndum de 1975. Entonces, eran básicamente proteccionistas. En 2016, abogan por el libre comercio fuera de la UE. Pero sería difícil que Reino Unido mejorase sus relaciones comerciales con terceros países, o que mantuviese el mismo acceso al mercado único. ¿QUÉ DICEN LOS DEFENSORES? Algunos de los que exponen que un ‘Brexit’ cambia poco a largo plazo siguen mostrando su preocupación sobre la transición, como otros muchos economistas. Bridget Rosewell, asesora senior de Volterra Partners, señala que la “incertidumbre y los trastornos políticos podrían marcar la diferencia”. Por su parte, Neville Hill, de Credit Suisse, advierte de que “Dados los claros riesgos económicos, los mercados exigirían probablemente una prima de riesgo mucho más alta sobre los enormes flujos de capital necesarios para financiar el déficit”. EL RETO Muchos economistas rechazan la idea de que un ‘Brexit’ pudiera crear problemas meramente transitorios. Exponen que la inversión caería tras una salida difícil, lo que se traduciría en un crecimiento más bajo. Incluso los problemas temporales podrían tardar años en resolverse. VEREDICTO DEL FT El argumento de que el comercio es sólo un factor de la evolución a largo plazo de las economías está bien fundado. Pero esa idea puede exagerarse con facilidad, ya que está claro que el comercio es un elemento importante para la prosperidad. Una transición difícil fuera de la UE arriesgaría las condiciones de vida británicas. 3 Las consecuencias de un Brexit variarían dependiendo de los términos de la salida –que tendrían que ser negociados después de una votación–y del clima económico prevaleciente. Financial Times analiza tres futuros económicos muy distintos para un Reino Unido fuera de la UE: un boom, una transición difícil, y una decisión nefasta. El primero prevé una economía vibrante que no se ve limitada por la burocracia de Bruselas; el segundo augura un periodo de turbulencias e inestabilidad financiera antes de que Reino Unido encuentre su rumbo; el tercero presagia una economía que sufre daños a largo plazo. DECISIÓN NEFASTA La economía se resiente. Las negociaciones para dejar la UE son difíciles y las relaciones comerciales se deterioran. La economía cae por detrás de la de sus rivales europeos. LOS SUPUESTOS Tras agrias negociaciones, que disminuyen la confianza en la economía británica, Reino Unido empeora su relación comercial con la UE. Se restringe la libre circulación de personas, pero a costa de un menor acceso al mercado europeo de bienes y, en especial, servicios. Londres tiene dificultades para cerrar acuerdos comerciales beneficiosos con otros países, recibe una menor inversión extranjera, tiene menos inmigrantes y no mejora la regulación de la economía. ¿QUÉ DICEN LOS DEFENSORES? La mayoría de los partidarios de quedarse en la UE no prevén que Reino Unido logre una relación comercial igual de favorable fuera de la UE si insiste en frenar la libre circulación de personas. Michael Saunders, un economista de Citigroup, anticipa tres golpes: “Un empeoramiento de las exportaciones por el menor acceso a la UE para las empresas y los servicios financieros; un crecimiento potencial más bajo y un menor consumo por la reducción de la inmigración; un crecimiento más débil de la inversión, reflejo de estos factores y de la incertidumbre adicional”. EL RETO Los partidarios de abandonar la UE exponen que gracias a la importancia de Reino Unido como destino para productos de la UE, podría alcanzar un acuerdo de libre comercio con el bloque con relativa facilidad. Aunque Michael Froman, asesor del presidente Barack Obama en asuntos de comercio, ha advertido a Londres de que EEUU no es partidario de los acuerdos de libre comercio con países concretos, los defensores de una salida aseguran que EEUU no modificará sus relaciones comerciales con Reino Unido. VEREDICTO DEL FT Ante los claros riesgos económicos a corto y medio plazo, el Brexit no supera con facilidad un análisis de costes y beneficios.