MARTES, 30 ENERO 2007 VIVIR LA VANGUARDIA 5 La memoria no tiene precio LA BISNIETA DE PUIG I CADAFALCH SE NIEGA A QUE EL AYUNTAMIENTO DE ARGENTONA SE APROPIE DE SU CASA FAMILIAR FRANCESC PEIRÓN BARCELONA l lenguaje administrativo lo denomina permuta. Pero a cualquier hijo de vecino le podría parecer simplemente una expropiación. Núria Riera tiene la sensación de que le quieren quitar sin justificación una parte de su pasado, de su memoria. Núria Riera es la bisnieta del arquitecto, político e historiador Josep Puig i Cadafalch (1867-1957), y la heredera y propietaria de la residencia, situada en el centro de Argentona, que su familiar reconstruyó a partir de tres casas. El inmueble, que ostenta la catalogación de bien de interés cultural (BIC), con la categoría de monumento, se acabó en 1905, como indica la placa colocada en una de las fachadas del jardín, bien cuidado, con varias esculturas y detalles de alto valor. Excepto este rincón dedicado a la naturaleza, la actual propietaria, que cuenta con el asesoramiento legal de la abogada María del Carmen Pérez-Pozo, reconoce que a la mansión le hace falta algo más que una mano de pintura. De hecho, dispone de un dictamen del arquitecto Josep M. Genescà en el que, entre otras cuestiones, se apunta la necesidad de que se rehagan la cubiertas con carácter prioritario debido a su mal estado. “Las fachadas –añade– precisan de rehabilitación, ya que, aunque en menor medida, también han sido responsables del deterioro de las viguetas de madera”. Estas viguetas muestran una decoración que se gana en el dictamen el adjetivo de extraordinaria. La heredera propone la cesión de los bajos –incluso hay una sala diseñada como un bar y LAS IMÁGENES DE UN TESORO E EL ENCLAVE. Núria se asoma desde la terraza, años después de una de tantas reuniones festivas de su bisabuelo (segundo a la izquierda) y su esposa, el abuelo y una persona no identificada (en el centro) El municipio trata de permutar la casa del artista, pero su heredera se opone y ofrece los bajos para museo en cuya bodega se conservan botellas de vino elaborado en la finca– y de la zona ajardinada para abrir un museo. Esta cesión le permitiría sufragar la reconstrucción. Según la responsable de Urbanismo de la localidad, la concejal Montse Brugal, su trato consiste en hacerse con este edificio –“el gusto espacial hacen de la casa de Argentona una obra maestra del modernismo y un hecho insólitamente vanguardista dentro de la producción de Puig”, sostuvo Oriol Bohigas– gracias a un plan de ordenación urbanística. Este plan supone una carambola a tres bandas. El Ayuntamiento permite al propietario de un solar, según explicó la concejal, la construcción de un centenar de pisos y, como plusvalía a esa autorización, la descendiente de Puig i Cadafalch debería recibir en compensación “una o varias de estas viviendas a cambio de la casa de su bisabuelo”. “No es –insistió Montse Brugal– más que una propuesta inicial. Estamos dispuestos a negociar, porque sabemos que la señora Núria Riera ha presentado alegaciones”. El Consistorio considera que el edificio –lo destinaría a equipamientos– se encuentra en un estado bastante deplorable”, pero no achaca la responsabilidad a su propietaria, sino al devenir en la herencia. “Este lugar encierra los mejores recuerdos que guardo de mi familia”, explica Núria durante un paseo por toda la geografía de esta construcción de fantasía en la que se suceden los recuerdos del bisabuelo. En el despacho del artista se acumulan revistas de época, como una del 1906 –Hojas Selectas– donde, en los anuncios telegráficos, se proclama “salud y vida a la Humanidad por medio de los glóbulos regeneradores vitales...”. El regenerador de Núria sería conservar su pasado. “Aunque me den muchos millones, la propiedad la quiero para mí”.c 1905. Es el año en que se acabó el edificio EXTERIOR. FOTOS: PEDRO CATENA LA UBICACIÓN. La casa, de 538 m2 construidos, se encuentra en la la isla entre Dolors Monserdà, Torras i Bages y la plaza del Vendre Detalle artístico en la calle COLORIDO. Una de las torres que coronan la casa LABORATORIO. Aún quedan vestigios de la pasión investigadora del artista EN EL INTERIOR. Los tres pisos cuentan con una profusa decoración DESPACHO. En este enclave, en la planta baja, cerca del laboratorio, creaba el artista EL DETERIORO. Una arcada apuntalada y figuras sin cabeza