11072209 23/12/2007 10:15 p.m. Page 4 4A|EL SIGLO DE DURANGO | LUNES 24 DE DICIEMBRE DE 2007 | EDITORIAL [email protected] JAQUE MATE PALABRAS DE PODER SERGIO SARMIENTO Sin opciones “Tengan cuidado: ellos tienen armas y no tienen opciones”. Riszard Kapuscinski arecería que no han transcurrido 10 años desde la matanza de Acteal. Los intentos por aprovechar políticamente el asesinato de cuando menos 45 indígenas el 22 de diciembre de 1997 siguen estando presentes. El sistema de justicia de México sigue haciendo gala de incapacidad. Las condiciones que promovieron la matanza aún están presentes. No hemos avanzado nada. Este sábado 22 de diciembre, el grupo tzotzil de Las Abejas, cercano al EZLN y al que pertenecían las víctimas de la matanza, reiteró su vieja acusación de que el responsable real del ataque a su comunidad fue Ernesto Zedillo, quien en 1997 era presidente de México. “El plan de la matanza fue diseñado por el ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León —señaló este sábado la organización en un documento—. Esta brutal matanza se inscribió en un contexto de guerra en el que las acciones paramilitares fueron parte clave de la estrategia contrainsurgente implementada por el gobierno mexicano en el estado de Chiapas”. El mismo lenguaje laberíntico y lleno de terminajos supuestamente técnicos no es de los indígenas de nuestro país sino el de las organizaciones políticas que viven de ellos. El Gobierno del Estado de Chiapas detuvo este fin de semana a uno de los presuntos responsables por la matanza de hace 10 años. Se trata de Antonio Santiz López, a quien varios testigos señalan como uno de los instigadores de la matanza y una de las personas que proporcionó armas a los grupos que se oponían al EZLN. Pero no se le acusa por su presunta participación en la matanza, de la cual fue ya absuelto por un juez “debido a la deficiencia de las pruebas de cargo”, sino de algunos de los robos con violencia y daños a la comunidad de Las Abejas que tuvieron lugar antes de la matanza como parte de una serie de enfrentamientos entre zapatistas y no zapatistas. Mientras tanto, alrededor de 70 indígenas han permanecido presos cerca de 10 años por la matanza de Acteal. Muchos de ellos no han sido siquiera sentenciados en primera instancia. En la enorme mayoría de los casos se trata de simples chivos expiatorios. No hay pruebas concretas en contra de la mayoría de los acusados. Algunos, de hecho, se encontraban muy lejos del lugar de los hechos. Las acusaciones en su contra fueron políticas. Los sobrevivientes de la matanza primero señalaron que no habían podido ver a los atacantes, pero después identificaron a más de un centenar de responsables de listas de indígenas opuestos al EZLN. ¿Quién les dio esas listas? No sabemos. De lo que no cabe duda es que más que un intento por lograr justicia ante uno de los hechos más lamentables de nuestra historia, las acciones de la Procuraduría General de la República se convirtieron en una cacería de brujas en contra de quienes se oponían al EZLN. Hoy el gobernador Juan Sabines ha iniciado una nueva investigación sobre lo acontecido hace 10 años en Acteal. Es saludable que lo haga. Son muchas las preguntas que aún quedan sobre la peor matanza de la historia reciente de México. Pero lo que sí sabemos es que la matanza fue la conclusión de una serie de enfrentamientos en que participaban grupos simpatizantes y adversarios del EZLN. La violencia de estas acciones fue aumentando debido a que las autoridades estatales y federales se negaron a intervenir. Lo que sabemos es que la matanza fue un acto de venganza por homicidios y robos cometidos con anterioridad por simpatizantes del EZLN. Quienes participaron en esa matanza estaban armados y no tenían opciones ante una justicia que había decidido cruzarse de brazos. La principal lección de la matanza de Acteal es que el Estado no puede abdicar de su responsabilidad fundamental. Al permitir que los simpatizantes del EZLN estuvieran armados, y expropiaran tierras y recursos de otras comunidades indígenas sólo por ser miembros o simpatizantes del EZLN, el Gobierno Federal creó las condiciones que llevaron al establecimiento de otros grupos armados que buscaban defender sus intereses frente a los zapatistas. Si no queremos que se repita en el futuro alguna matanza como la de Acteal, es importante que los políticos mexicanos entiendan cuál es la razón de ser del Estado. Éste debe proporcionar seguridad a todos los habitantes de un país. En el momento en que el Estado abdica del monopolio el uso de la fuerza, como sucedió en Chiapas en los años noventa, los gobernados no tendrán más opción que dirimir sus diferencias por la fuerza. P CONTRA LA CENSURA Un grupo de intelectuales encabezado por Federico Reyes Heroles está buscando un amparo contra las enmiendas a la Constitución realizadas como parte de la reforma electoral. Su argumento es que estas enmiendas, al prohibir a quienes no sean partidos políticos la contratación de tiempos de radio y televisión para defender sus ideas políticas, violan la garantía de libertad de expresión plasmada en el artículo sexto de la Constitución. Muchos jueces consideran que no es posible otorgar un amparo contra un artículo de la Constitución. Pero ¿qué ocurre cuando una enmienda viola una garantía fundamental de nuestra Carta Magna? Este amparo, y otros presentados por distintas organizaciones, buscan resolver este problema. Ojalá la Suprema Corte de Justicia termine por atraer estos juicios. Página de internet: www.sergiosarmiento.com JACINTO FAYA VIESCA Pureza de corazón es querer una sola cosa l filósofo danés Kierkegaard afirmó: “Pureza de corazón es querer una sola cosa”. De una manera consciente o inconsciente, todos queremos al menos llegar a alcanzar algo más que la medianía, ya sea en el trabajo, destrezas naturales para pintar, vender, administrar, etc. Aun, para alcanzar un buen nivel en el “arte de vivir”, es necesario que nos dediquemos a una sola cosa. La dispersión es uno de nuestros peores enemigos para el éxito de cualquier cosa que emprendamos; en cambio, la concentración es uno de nuestros aliados más poderosos. Napoleón se distinguía por su hábito de concentrarse solamente en la tarea que estaba desempeñando. Ya sabemos de las enormes proezas de inventores como Edison, Darwin; de artistas, escritores, empresarios; todos ellos pudieron lograr lo que lograron, en gran parte, a sus hábitos de concentrarse, en hacer una tarea a la vez, y en evitar la dispersión a toda costa. “Yo soy yo quien lo ha hecho”, escribió el poeta Virgilio, orgulloso de sus geniales creaciones. El poeta Ovidio expresó: “He acabado un monumento perenne como el bronce”, refiriéndose a la conclusión de uno de sus libros. Cuando tenemos muchos objetivos, no sabemos por lo general cuál es el más importante, y aun sabiéndolo, no le damos la atención debida, pues la multiplicidad de objetivos puede extraviarnos, sucediéndonos lo que dijo Séneca: “No hay viento favorable para él que no sabe a dónde va”. Por ello, hay que enfocarnos a lo más importante, y aun en las dificultades para llegar a lograrlo, finalmente las cosas estarán a nuestro favor, tal y como lo pensó el genial ensayista francés Montaigne, quien escribió: “Mil rutas se apartan del fin elegido, pero hay una que llega a él. El E gran psicoanalista Erich Fromm, en uno de sus escritos, así reflexionó sobre la importancia de dedicarse a un solo objetivo: “Cuando las energías se dividen entre varios objetivos, no sólo se dedica menos a cada uno, sino que también merma el total de energía, por los constantes choques que se producen entre ellos. Sirva de ejemplo la neurosis obsesiva. Quien duda de si hacer una cosa o la contraria y mantiene una actividad contradictoria frente a las personas más importantes de su vida, puede verse impedido para tomar una decisión y, finalmente, para actuar de algún modo. En el caso “normal”, cuando los objetivos no son tan ferozmente contradictorios, se pierde menos energía; pero, de todos modos, disminuye mucho la capacidad de alcanzar un objetivo. En realidad, no importa cuál sea el objetivo: material o espiritual, moral o inmoral. El atracador de un banco necesita tanto querer una sola cosa como el científico y el violinista, si es que quieren hacer perfectamente, o por lo menos bien, lo que están haciendo. La despreocupación lleva a uno a la cárcel, a otro ser un profesor improductivo y aburrido y, al tercero, a tocar en una orquesta de segunda. La cosa es distinta sí solo se pretende categoría de aficionado: el atracador, probablemente, se meterá en un lío, y el científico se sentirá frustrado, mientras que el violinista disfrutará por el mismo valor de su actividad, suponiendo que no aspire a la perfección”. El Premio Nobel de Medicina, el español Santiago Ramón y Cajal, en una utilísima obra titulada “Tónicos de la Voluntad”, preescribe una serie de consejos para toda persona que quiera destacar en alguna rama de la ciencia. Ramón y Cajal dice que uno de los caminos más directos y de una excepcional eficacia BARRÓN para el éxito propuesto consiste en enfocarnos en un solo objetivo, y aplicar en él toda nuestra concentración y disciplina. Santiago Ramón y Cajal obtuvo el Premio Nobel gracias a sus descubrimientos en el campo de la neurología. Este excepcional médico, en otra de sus obras, nos relata que él gozó de una inteligencia normal y nada sobresaliente, y que recordaba que solamente entre sus compañeros de salón en la escuela de Medicina había muchos que los superaban por mucho en inteligencia. Ramón y Cajal no sigue diciendo que sus grandes éxitos en los descubrimientos neurológicos se debieron al hecho de haberse enfocado a un objetivo y al haberse concentrado en él durante mucho tiempo. Critilo cree que debemos ser dóciles a los consejos de grandes hombres que han destacado en sus métodos de trabajo. Edison, el inventor más prolífico que ha dado la humanidad, al igual que Napoleón, inventores, empresarios, artistas, han triunfado por haberse enfocado solamente a un objetivo. Es el caso también del gran escultor francés Rodin, quien parecía desconectarse del espacio y del tiempo cuando estaba esculpiendo, que fue siempre su actividad. Comisión Nacional de los Salarios Pírricos EDGAR ALÁN ARROYO CISNEROS “Los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos”. Artículo 123 constitucional, Fracción VI del Apartado A l trabajo, en un Estado democrático y constitucional, colma necesidades. Permite una vida digna, en que desenvuelven anhelos, sueños y deseos; en efecto, la dignidad es una suerte de premisa que se transforma en un estilo de vida. En países donde la democracia y el constitucionalismo están consolidados, los auténticos ideales de Marx (no los deformados) se materializan. Se soliviantan penurias; no así en México, en que, como los precios, no hacen sino elevarse. Apenas hace dos días, en una de sus anuales e irrisorias sesiones, el elefante blanco denominado Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), aprobó un incremento en el salario mínimo diario de 4.0 por ciento para el 2008 que ya está a la vuelta de la esquina (y que traerá consigo una nueva escalada de precios y la lastimosa cuesta de enero que nos afecta a la mayoría de los mexicanos), a 52.59 pesos diarios para la zona E A, lo que representa un avance de 2.02 pesos. Para las zonas B y C (a la que pertenece Durango), los nuevos salarios serán de 50.96 pesos y 49.50 pesos, respectivamente. Contrastando el “cuantioso” incremento de 4.0 por ciento con la inflación proyectada para mediados de 2008, el panorama no luce nada halagüeño, pues los precios subirán en un 4.5 por ciento, porcentaje que tiene como causa principal el “gasolinazo” ya criticado, no debatido y aprobado, previa propuesta y posterior retractación del presidente (así con minúsculas) del empleo. En un país que, como se sabe, tiene a la mitad de la población en la pobreza, y a una tercera parte del total, en la extrema miseria, el salario mínimo no es ni siquiera una utopía; a lo sumo, es una fantasía anual presente en nuestros “ingenieros financieros”. La política económica del actual sexenio luce como un estrepitoso fracaso, que en el futuro mediato se ve nada alentadora. La muy sui géneris mezcla de políticas todavía neoliberales con una mala instrumentación de políticas sociales solamente ha engendrado problemas graves que repercutirán, indudablemente, en los bolsillos de los ciudadanos. Resumiéndola en una palabra, la macroeconomía mexicana es algo: inestabilidad. La Comisión Nacional de los Salarios Mínimos encuentra su sustento constitucional en el artículo 123 de nuestro Código Político, específicamente en la fracción VI del Apartado A. Formada por representantes de los trabajadores, de los patrones y del Gobierno, tiene como finalidad la fijación de los salarios mínimos generales que regirán en las tres zonas geográficas en que para tales efectos se ha dividido al país. La Constitución incluso la faculta para poder crear “comisiones especiales de carácter consultivo” que le puedan auxiliar en el mejor ejercicio y desempeño de sus funciones. Como el apreciable lector podrá observar, la misión de la Conasami luce muy bien en el papel, pero tal misión se tira por la borda cuando este organismo público (como casi todo en este país) se rinde ante los intereses de los poderosos y aprueba incrementos ridículos a los salarios. Así pues, toda la labor de investigación, consulta, debate, promoción, diseño institucional, proyección de esquemas financieros, así como de participación ciudadana que realiza (porque lo realiza, queremos pensar) la Conasami, parece una tomadura de pelo si de antemano se sabe que los precios aumentarán más que los salarios mínimos. ¿Cómo se le explica al indígena de las zonas altas de Chihuahua o de lo más inaccesible de Oaxaca, a los albañiles, a los plomeros, a los electri- cistas, a los tantos y tantos trabajadores esperanzados en tener un mejor nivel de vida en éste, el país de las oportunidades perdidas? Quizá no haya explicaciones que ofrecer, pues todos estamos acostumbrados a las risas nerviosas y de lástima que año con año nos saca la Conasami. Como la Conasami, organismo público descentralizado, existen muchos entes de Gobierno que deberían desaparecer, puesto que no dan soluciones sino conflictos y cargas innecesarias al erario. Como derecho fundamental, el trabajo se consagra en el inicio del propio artículo 123 constitucional, cuando se establece que “toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil”. ¿Será digno el trabajo si la carga es excesiva y la remuneración ínfima? ¿Será socialmente útil si el trabajador está harto de malas políticas, malos programas, malos gobernantes? El camino hacia un Estado constitucional y democrático se antoja muy complicado en la realidad actual mexicana. Ya se ha hablado de la merma a los derechos fundamentales que implica la aprobación de reformas como la que autoriza cateos sin orden judicial. Amén de tales medidas policiales, el día a día de los mexicanos se trastorna. No todo luce mal, está claro. Sin embargo, menos claro es el que todo esté bien, como se ha pretendido.