El sector forestal y la recolección de frutos Silvestres.

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El sector forestal y la recolección de frutos Silvestres.
Por Verónica Salas
Las perspectivas de antes del 73.
“Chile se ha definido desde hace décadas como un proyecto de país forestal. A partir de los años
60, nuestro país ya confiere una trascendental importancia a la política de desarrollo forestal por
ser una riqueza renovable (la riqueza de un país no puede sustentarse en recursos agotables) y
porque tiene condiciones climáticas adecuadas para el desarrollo de la madera.
Durante el período 64 - 70 se modernizan y amplían las empresas forestales hacia la expansión de
la industria química de la madera, en la perspectiva de aliviar la balanza de pagos y de diversificar
los rubros de exportación. Al mismo tiempo se desarrolla un plan de reforestación que, permitirá
instalar nuevas unidades industriales de madera aserrada, para satisfacer las necesidades internas
del país y para lograr un saldo exportable hacia mercados de América Latina y Europa.
A partir de 1970 se generan y amplían proyectos forestales de envergadura y se crea el área social
forestal. Se expropian grandes fundos forestales para la constitución de empresas del Estado, con
el fin de aliviar la cesantía rural a través del incremento de la reforestación y el mejor uso de la
capacidad instalada. Se considera que esto permitirá conquistar una posición prominente en el
mercado internacional del papel y la celulosa.
Apertura para unos, hambre o migración para otros
En 1973 se inicia el proceso de privatización de la economía y las inversiones que el Estado había
hecho son traspasadas al sector privado. Los grupos económicos más importantes se adueñan de
un puñado de empresas y controlan el negocio de la explotación y exportación forestal” 1.
El ingreso de los grupos económicos a este sector, marca el fin de los obreros permanentes en las
faenas de forestación y su reemplazo por los “temporeros”, que dadas las condiciones del Plan
Laboral imperante en esa época, no pueden sindicalizarse, ni tener negociación colectiva. Para
complementar el sistema se introduce la formula de “contratistas” que llegan a la faena con
cuadrillas de temporeros que vienen de otros lugares. Sobre esta base, Chile asegura sus ventajas
comparativas en el mercado internacional.
Los campesinos aledaños a las nuevas empresas forestales comienzan a sufrir una situación de
miseria que se hace cada vez más insoportable. En el sector se agotan las posibilidades de
encontrar trabajo y en sus pequeñas propiedades, se ven limitados por las normas que imponen
las empresas con el fin de proteger sus plantaciones: prohibición de rozar los potreros después de
la cosecha, instalación de cercos que los obligan a transitar por predios ajenos, etc. La calidad de
vida de estos campesinos se ve profundamente deteriorada, entre otras cosas por el daño que
provoca la contaminación de sus aguas, como consecuencia de las fumigaciones con productos
tóxicos que en muchos casos ocasionan la muerte de los animales e incluso de personas.
Aprendiendo de sus antepasados, los campesinos hacen surgir un nuevo signo de
esperanza
La desesperación por conseguir la subsistencia del grupo familiar aumenta a tal punto, que las
mujeres comienzan a recurrir a la antigua tradición de recolectar frutos silvestres que aprendieron
“Chile, un proyecto de país forestal” Santiago, Octubre de 1980. Documento interno Programa de Acción
Solidaria (PAS).
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de padres y abuelos. A principios de los 80 su actividad se ve incentivada por la llegada de
intermediarios que les vienen a comprar sus frutos, por encargo de las empresas agroindustriales
que los procesaran y comercializaran en el exterior.
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En 1980 los suelos forestales de Chile se calculaban en 11.8 millones de hectáreas lo que
equivalía al 15.5 % de la superficie del país. 25 años después éstos se han extendido a 15.6
millones de hectáreas de bosques (20.7%) principalmente exóticos (eucaliptus y pinos), que
ofrecen un campo de trabajo que podría ser privilegiado para los miles de campesinos que no
tienen otras fuentes laborales,
actualmente en el país existen 220.000 personas trabajando como recolectoras y recolectores
de manera independiente.
la exportación de frutos silvestres (PFNM2) hoy día genera un ingreso de U$ 35 millones
anuales (equivalentes al ingreso que se percibe en la exportación de maderas elaboradas).
Estos antecedentes nos permiten situar el trabajo de los recolectores y recolectoras en el contexto
de la economía chilena, que en los últimos 30 años ha tomado dos opciones: la explotación de los
recursos naturales para la exportación y el desarrollo financiero. A esto se añade que hoy día la
actividad forestal representa la segunda entrada de ingresos del país.
Consideramos que el sector forestal es el que representa en forma más nítida, los efectos del
modelo neoliberal, porque por una parte reúne a los grupos económicos más poderosos del país y
por otra a aquellos que encarnan los sectores más abandonados y extensos donde se inscribe la
pobreza dura. Este es el contexto que enmarca el trabajo de los recolectores y recolectoras
chilenos. Situación que a nuestro parecer se extiende a lo largo de toda América Latina.
En el caso específico de las recolectoras, hay factores que agravan especialmente su situación
como son por ejemplo, los efectos de la desregulación de la economía que genera inestabilidad en
los precios de los productos, desinformación, falta de protección de los más pobres, condiciones de
desigualdad. Si nos detenemos en los Frutos Silvestres o Productos Forestales No Madereros,
podemos observar que en cada temporada las recolectoras desconocen hasta el último momento
el valor de sus productos.
Según las empresas agroindustriales esto se produce porque las empresas que compran los
productos desde el exterior, firman los contratos y establecen los precios sólo en el último
momento. Pero en el país tampoco hay nadie que fije, ni regule los precios y éstos se mantienen
fluctuantes durante toda la temporada. “Uno de los principales desafíos que es necesario superar
en el futuro”, señalan los investigadores del Instituto Forestal y de la Fundación Chile, “es superar
la informalidad en los mercados, la falta de confiabilidad, la inestabilidad en los suministros y la
estructuración de la oferta.3”
Por otra parte, tampoco logra conocerse en forma exacta el valor que reciben las empresas
nacionales por los productos que venden, ni cuánto pagan por los que compran. Esta
desinformación se reproduce hacia abajo, pues las recolectoras se informan del precio que
recibirán por sus productos, sólo en el momento en que viene el intermediario hasta su casa. Es
decir que por la falta de información y por las condiciones de aislamiento en que viven, las
recolectoras ni siquiera cuentan con las mínimas condiciones para “competir libremente” en el
mercado.
La desinformación también se reproduce en lo que respecta a las exportaciones, esta vez porque
las inscripciones se hacen bajo distintos nombres, tanto en los productos: callampas, hongos,
setas, etc. como en los otros rubros, ya que un mismo producto puede figurar en el ítem: alimentos,
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Productos Forestales No Maderables
“Innovación Tecnológica y comercialización de Productos Forestales No Madereros en Chile” Infor,
Fundación Chile. Santiago, Febrero 2005.
o en el de colorantes (caso del maqui), o como productos aromáticos (aprovechando las
franquicias de las exportaciones no tradicionales), etc. lo que impide conocer la cifra exacta de los
productos que se exportan. “La información sobre todos los aspectos de los Productos Forestales
No Madereros es escasa y desagregada. Los productos no han sido tratados adecuadamente en
las estadísticas y encuestas oficiales”4
Aparecen otros signos para sustentar la esperanza de las recolectoras
Pero no todo es negativo para los frutos silvestres porque en la actualidad también existen factores
que favorecen la actividad de los recolectores. En el ámbito de las investigaciones se nos plantea
que: “Chile posee una gran cantidad de Productos Forestales No Madereros5. A pesar de que ellos
han estado siempre intrínsecamente presentes en la actividad económica rural, recientemente
surge el interés por investigar y valorar su gran impacto en todos los ámbitos del quehacer
humano y sus consecuencias en los recursos naturales. En este sentido existe un potencial de
gran envergadura que es necesario manejar y potenciar considerando por sobre todas las cosas la
sustentabilidad de los Productos Forestales No Madereros.6”
Respecto a las empresas forestales consideramos de gran relevancia, la exigencia de Certificación
que se les ha ido imponiendo de manera imperativa. Esto implica que ellas deben cumplir con una
serie de normas entre las cuales está la de mantener una “buena relación con los campesinos que
viven en su entorno”.
De allí surgen diversas iniciativas de apertura de las empresas hacia sus vecinos. “Ahora nuestra
empresa tiene una política de puertas abiertas” nos comentaba Francisco Urcelay, gerente de
asuntos públicos de la Forestal Mininco, quien decía entender la actitud de quienes afligidos por su
situación de pobreza, llegan aún a agredir los bosques de la empresa. Esto nos hace pensar que a
través de la articulación de los actores vinculados a la recolección, es posible contribuir a que estas
buenas intenciones se transformen en “buenas prácticas”, lo que no implica necesariamente el
respeto de los derechos de los trabajadores.
En síntesis, desde la década del sesenta el sector forestal chileno ha tenido una importancia
estratégica, especialmente en los últimos 30 años debido a los ingresos económicos que genera.
Sin embargo Primero, porque puede ofrecer una fuente de trabajo digno para miles de recolectoras
y recolectores que laboran en él
hoy día se vislumbran para los Frutos Silvestres (PFNM) pueden pronosticar un futuro prominente
tanto para el país como para las miles de en nuestros campos y que hoy día tienen en sus manos
un gran desafío como sector de trabajadoras por construir.
En síntesis, para Chile el sector forestal ha sido históricamente un sector estratégico, debido a la
explotación y exportación de la madera y la celulosa. Sin embargo en el último tiempo entre los
chilenos ha ido creciendo la conciencia acerca de los daños que ha causado la explotación
indiscriminada del bosque desde el punto de vista ambiental. Y desde el punto de vista social y
laboral, también hemos constatado las consecuencias dramáticas que ha tenido para los
campesinos la instalación de las empresas forestales. Es por eso que hoy día en distintos lugares
se comienzan a levantar voces de alerta que llaman a defender el medio ambiente por una parte y
por otra, surgen las recolectoras y recolectores que se han ido organizando y capacitando para
asumir su oficio de recolectar, aprovechando las riquezas que ofrece el país en sus Frutos
“Innovación Tecnológica y comercialización de Productos Forestales No Madereros en Chile” Infor,
Fundación Chile. Santiago, Febrero 2005.
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Productos Forestales No Madereros es el nombre que se le da a los frutos silvestres en el sector forestal,
reconociendo que entre ambos existen algunas diferencias.
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“Innovación Tecnológica y comercialización de Productos Forestales No Madereros en Chile” Infor,
Fundación Chile. Santiago, Febrero 2005.
Silvestres (PFNM) que vienen a buscar desde Europa, Asia y Estados Unidos.
Santiago, Abril 2005
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