Del Senador Omar Fayad Meneses con proyecto de decreto por el

Anuncio
INICIATIVA CON PROYECTO DE DECRETO POR EL QUE SE MODIFICAN LOS
ARTÍCULOS 76 FRACCIÓN II, 78 FRACCIÓN VII Y 89 FRACCIÓN III, DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, PARA
QUE EL NOMBRAMIENTO DEL TITULAR DE LA SECRETARÍA DE
RELACIONES EXTERIORES, SEA APROBADO POR EL SENADO DE LA
REPÚBLICA A PROPUESTA DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA.
El suscrito, Senador Omar Fayad Meneses, integrante del grupo parlamentario
del Partido Revolucionario Institucional en la LXII legislatura del Congreso de la
Unión, en ejercicio de la facultad que confiere la fracción II del artículo 71 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el artículo 8 numeral 1
fracción I del Reglamento del Senado de la República, someto a consideración de
este pleno la presente iniciativa con proyecto de decreto por el que se modifican
los artículos 76 fracción II, 78 fracción VII y 89 fracción III, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, para que el nombramiento del Titular de
la Secretaría de Relaciones Exteriores, sea aprobado por el Senado de la República
a propuesta del Presidente de la República al tenor de la siguiente:
Exposición de Motivos
El tema del nombramiento de los secretarios de estado, ha sido una constante en
la historia del México Independiente, confrontando los argumentos de si debe ser
una facultad exclusiva del Presidente de la República para evitar la injerencia de
alguno de los otros poderes en respeto de la división de funciones que entre estos
existe, o bien que para garantizar la idoneidad de quien es nombrado para el
cargo, debe sujetarse a la revisión de alguno de los otros poderes, máxime del
Poder Legislativo como representante de la Nación y del pueblo.
Desde la Constitución de Apatzingán de 1814 en la que se otorgaba al Congreso al
inicio del período de gobierno la facultad para nombrar a los secretarios del
Supremo Gobierno, se vislumbraba una postura tendente a mantener el equilibrio
entre los Poderes de la Unión,
Es en la Constitución de 1857 cuando se otorgó al presidente como facultad y
obligación previa aprobación del Congreso el nombrar a sus ministros entre otros
funcionarios, para que con las reformas de 1874 y el regreso del sistema
bicamaral, se dotara al Senado con la Facultad exclusiva para ratificar los cargos
mencionados, como se señala en el estudio del CEDIA de la Cámara de
Diputados.[1]
En la constitución vigente, se mantiene la postura de la ratificación por parte del
Senado de algunos cargos como los de embajadores, cónsules generales,
empleados superiores de Hacienda, integrantes de los órganos colegiados
encargados de la regulación en materia de telecomunicaciones, energía y
competencia económica, coroneles y demás jefes superiores del Ejército, Armada y
Fuerza Aérea Nacionales, excluyendo los Secretarios de Estado, cuyo
nombramiento y remoción, sigue siendo por decisión unilateral por parte del
Presidente de la República.
Si bien han existido diversos proyectos de iniciativa para romper con este esquema
y que se contemple la ratificación de los secretarios de estado por parte del
Senado de la República o por la Cámara de Diputados, éstas por regla general
contemplan que dicha ratificación contemple a la totalidad de las dependencias,
situación que dificultaría enormemente que el Ejecutivo desempeñara sus
funciones.
La diferencia en este caso en concreto, se particulariza en la Secretaría de
Relaciones Exteriores, en razón, que a diferencia de la mayoría de las otras
secretarías, las facultades que tiene en materia de política exterior se vinculan
estrechamente con las que tiene el Senado en el mismo campo.
No hay duda que la política exterior, debe ser dirigida por el Ejecutivo, la Ley
Orgánica de la Administración Pública Federal es muy clara al respecto, al señalar
en el artículo 28 como parte de la competencia de la Secretaría de Relaciones
Exteriores:
a) El realizar las distintas actividades encaminadas a conducir la política exterior,
para lo que podrá intervenir en toda clase de tratados, acuerdos y convenciones en
los que el país sea parte y
b) Las relacionadas con el servicio exterior en sus aspectos diplomáticos, velando
por el buen nombre de México, los que tengan relación con la protección de los
mexicanos y aplicar las medidas tributarias y manejo de las propiedades en el
extranjero.
Pero que ante lo delicado de estos temas, se consideró en la parte teleológica de la
Constitución, la necesidad de que las facultades del Presidente y del encargado del
despacho del ramo, gozaran de un contrapeso, por ello en la propia Constitución
se plasmó en la fracción I del artículo 76, como facultades exclusivas del Senado:
a) Primero el análisis de la política exterior, partiendo de los informes que al
respecto deben rendir al Congreso cada año, tanto el presidente como el titular de
la secretaría y
b) La aprobación de los tratados internacionales y convenciones que el Ejecutivo
Federal suscriba, e incluso para dotar de mayor alcance la intervención del Senado
en el tema, también debe aprobar las decisiones presidenciales para terminar,
denunciar, suspender, modificar, enmendar, retirar reservas y formular las
declaraciones que emanen de su interpretación.
Ante todo esto, la relación entre el Congreso representado por el Senado y el
Ejecutivo representado por el titular del despacho, deben mantener una relación
de cooperación que si bien no tiene porque ser empática ni pretender que la toma
de decisiones se dé más por razones emotivas que pragmáticas; si deben estar
sustentadas en una relación armónica que permita el sano debate para lograr los
objetivos que se persigan en nuestras relaciones con el exterior.
De nada sirve a los intereses de la nación que quien representa a la Secretaría de
Relaciones Exteriores y los senadores, estén en continua confrontación en vez de
buscar el cumplimiento de los objetivos de la política exterior, como tampoco sirve
un secretario de estado alejado de la relación que debe privilegiar con el Senado
de la República y que sólo aparezca en las glosas del informe para evadir
respuestas de temas trascendentales, para cumplir con el trámite o para disimular
la incompetencia y pocos conocimientos del área de su especialidad.
Para subsanar estos vicios, es indudable que está relación armónica y de sana
cooperación debe surgir desde el inicio del encargo, es por ello que en éste, deben
interactuar las dos fuerzas que regularán el rumbo de tan importante secretaría;
primero, el Ejecutivo seleccionando a quien considere debe ostentar tal papel y
segundo, el Senado revisando el nombramiento y aprobándolo una vez que haya
verificado que éste realmente recaiga en la persona ideal que cuente con
conocimientos, experiencia y las cualidades que se requieren para el alto honor
que conlleva el representarnos ante los demás países.
En conclusión, si la revisión de la política exterior, la regulación de las leyes
domésticas y la aprobación de los instrumentos que van a regir las relaciones con
otros Estados, es una facultad exclusiva del Senado, con mayor razón lo debe ser
el aprobar el nombramiento de la persona que va a aplicar las reglas y dirigir el
cumplimiento de sus objetivos.
Todo esto motiva la presente iniciativa que propone reformar los artículos 76
fracción II, 78 fracción VII y 89 fracción III de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos para que el nombramiento del Titular de la Secretaría
de Relaciones Exteriores, sea aprobado por el Senado de la República a propuesta
del Titular del Ejecutivo.
Por lo anterior expuesto someto a ésta honorable Asamblea la siguiente:
Iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforman los artículos 76
fracción II, 78 fracción VII y 89 fracción III, de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos.
Artículo Único. Se reforman los artículos 76 fracción II, 78 fracción VII y 89
fracción III de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para
quedar como sigue:
Artículo 76. Son facultades exclusivas del Senado:
I. (…)
II. Ratificar los nombramientos que el mismo funcionario haga del Procurador
General
de
la
República, del
Secretario
de
Relaciones
Exteriores, embajadores, cónsules generales, empleados superiores de Hacienda,
integrantes de los órganos colegiados encargados de la regulación en materia de
telecomunicaciones, energía y competencia económica, coroneles y demás jefes
superiores del Ejército, Armada y Fuerza Aérea Nacionales, en los términos que la
ley disponga;
Artículo 78. Durante los recesos del Congreso de la Unión habrá una Comisión
Permanente compuesta de 37 miembros de los que 19 serán Diputados y 18
Senadores, nombrados por sus respectivas Cámaras la víspera de la clausura de
los períodos ordinarios de sesiones. Para cada titular las Cámaras nombrarán, de
entre sus miembros en ejercicio, un sustituto.
La Comisión Permanente, además de las atribuciones que expresamente le
confiere esta Constitución, tendrá las siguientes:
I. (…)
II. (…)
III. (…)
IV. (…)
V. (…)
VI. (…)
VII. Ratificar los nombramientos que el Presidente haga del Secretario de
Relaciones Exteriores, embajadores, cónsules generales, empleados superiores
de Hacienda, integrantes de los órganos colegiados encargados de la regulación en
materia de telecomunicaciones, energía y competencia económica, coroneles y
demás jefes superiores del Ejército, Armada y Fuerza Aérea Nacionales, en los
términos que la ley disponga, y
Artículo 89. Las facultades y obligaciones del Presidente, son las siguientes:
I. (…)
II. (…)
III. Nombrar, con aprobación del Senado, al Secretario de Relaciones
Exteriores, a los embajadores, cónsules generales, empleados superiores de
Hacienda y a los integrantes de los órganos colegiados encargados de la regulación
en materia de telecomunicaciones, energía y competencia económica;
Transitorios
Artículo Único. El presente decreto entrará en vigor al día siguiente de su
publicación en el Diario Oficial de la Federación.
Senado de la República, a 18 de septiembre de 2012.
Senador Omar Fayad Meneses
Descargar