Riesgos hidrológicos

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Riesgos hidrológicos
Desastres naturales
Desastres naturales, desastres debidos a circunstancias naturales que ponen en peligro el bienestar del
hombre y/o el medio ambiente.
Los riesgos más conocidos y divulgados son los que se materializan de forma episódica, a menudo con
alcance catastrófico. Con todo, hay riesgos continuados cuya naturaleza resulta menos obvia, como los
relacionados con la radiactividad natural o los metales tóxicos presentes en la naturaleza. Existen
numerosos desastres tanto continuos como episódicos debidos al hombre, que pueden tener un impacto
comparable al de los desastres naturales más graves.
Ciertos riesgos pueden verse exacerbados por la actividad humana.
ciertos riesgos pueden verse exacerbados por la actividad humana, por ejemplo las inundaciones.
Los desastres naturales, en sus formas más graves, ocurren sobre todo en los países en vías de
desarrollo, lo que en parte refleja las condiciones climáticas de los trópicos, en parte la localización de
zonas de riesgo geológico, y en parte una peor infraestructura en lo que se refiere a la protección de la
población y el medio ambiente.
Los desastres naturales pueden clasificarse en:
• Atmosféricos: huracanes, tornados, tormentas eléctricas, olas de frío polar, olas de calor,
sequías, tempestad de granizo, exceso de precipitaciones.
• Hidrológicas: inundaciones fluviales, inundaciones costeras, salinización, erosión, y
sedimentación, tempestades y marejadas, aluviones.
• Sísmicos: ruptura de fallas, sacudimiento del terreno, terremotos, maremotos.
• Volcánicos: gases, ceniza, lapilli, flujos de lava, flujos de lodo, proyectiles.
• Otros fenómenos geológicos−hidrológicos: avalanchas, suelos expansivos, caída de rocas,
hundimientos.
• Biológicos (animal y vegetal): plagas, pestes, pandemias, etc.
• Hidrológico−atmosférico: marea roja.
• Fenómenos del espacio cósmico: meteoritos y meteoroides.
Amenazas a la biodiversidad
• Existen alrededor de tres mil plantas con reconocidas propiedades curativas contra distintos
tipos de tumores y aproximadamente tres cuartas partes de éstas se encuentran en las selvas
tropicales amenazadas por la destrucción, el avance de la agricultura y los incendios.
• El comercio ilegal de especies de fauna y flora silvestre es el segundo negocio ilegítimo en el
nivel mundial, después del tráfico de drogas.
• "El uso racional de los recursos locales por parte de los pueblos cuya forma de vida está ligada
con la fertilidad y la riqueza natural del suelo, lisa. Cualquier comunidad que sepa que sus hijos
y nietos van a seguir viviendo en el mismo sitio que ellos estará mejor capacitada para adquirir
una visión a largo plazo de cómo actuar, que una comunidad que no se sienta vinculada con el
lugar que habita"
Alan Thein Durning
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• El comercio global de especies salvajes se estima en el orden de los 5000 y los 8000 millones de
dólares anuales, de los que un 70% corresponden a transacciones legales. (Informe
Worldwatch).
Salinizacion
La Salinización es una concentración anormalmente elevada de sales, por ejemplo de sodio, en el suelo,
debida a la evaporación. Se observa a menudo asociada a la irrigación y conduce a la muerte de las
plantas y a la pérdida de estructura del suelo.
¿Qué la produce?
la sobreexplotación, en la que el suelo se agota por la pérdida de nutrientes y la erosión; la tala excesiva
de vegetación, a menudo para leña; el uso de técnicas agrícolas rudimentarias y prácticas poco
apropiadas, y la mala gestión de los programas de irrigación, que conduce a la salinización del suelo.
¿A que afecta?
La salinización es uno de los ejemplos más claros de desertización inducida por el hombre, y afecta a
casi una quinta parte de todas las tierras de regadío de Australia y Estados Unidos y a un tercio de las
de países como Egipto, Pakistán y Siria. En Irak la proporción es de un 50%. La excesiva concentración
de sales en los suelos irrigados afecta adversamente al rendimiento de las cosechas y puede llegar a
matar las plantas.
Erosión
Erosión, procesos naturales de naturaleza física y química que desgastan y destruyen continuamente los
suelos y rocas de la corteza terrestre; incluyen el transporte de material pero no la meteorización
estática. La mayoría de los procesos erosivos son resultado de la acción combinada de varios factores,
como el calor, el frío, los gases, el agua, el viento, la gravedad y la vida vegetal y animal. En algunas
regiones predomina alguno de estos factores, como el viento en las zonas áridas. En función del
principal agente causante de la erosión y del tiempo que sus efectos sobre la superficie terrestres tardan
en manifestarse, se habla de erosión geológica o natural y de erosión acelerada. La primera es debida a
la acción de agentes y procesos naturales que actúan a lo largo de millones de años; mientras que la
erosión acelerada es el resultado de la acción antrópica y sus efectos se dejan sentir en un periodo de
tiempo mucho menor.
Erosión geológica
Los fenómenos climáticos inician la erosión de los suelos y causan alteraciones en la superficie de sus
estratos. En climas secos, el estrato superior de la roca se expande debido al calor del sol y acaba
resquebrajándose, ya que si la roca está compuesta por varios minerales, éstos sufren diferentes grados
de expansión y la tensión que se genera conduce a su fragmentación. El viento puede arrastrar diversos
fragmentos y acumularlos en otro lugar, formando dunas o estratos de arena. El material perdido por
la roca también puede ser arrastrado por la arroyada en fenómenos de escorrentía.
En climas húmedos, la lluvia actúa tanto química como mecánicamente en la erosión de las rocas. El
vapor de agua contenido en la atmósfera absorbe dióxido de carbono y lo transforma en ácido
carbónico; al precipitar, en forma de lluvia (lluvia ácida), disuelve algunos minerales y descompone
otros. El duro feldespato del granito se transforma en arcilla; y determinados minerales del basalto,
combinados con oxígeno y agua, forman óxidos de hierro como la limonita. Las altas temperaturas
intensifican este tipo de erosión.
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En climas fríos, el hielo rompe las rocas debido al agua que se introduce por sus fisuras y poros y se
expande con las heladas. Las rocas también se agrietan por la acción de las raíces de las plantas.
El agua de los arroyos y de los ríos es un poderoso agente erosivo; disuelve determinados minerales y
los cantos que transporta la corriente desgastan y arrastran los depósitos y lechos fluviales. Los ríos
helados también erosionan sus valles; el lento movimiento del glaciar remueve gradualmente todo el
material suelto de la superficie por la que se desliza, dejando algunas partes de roca desnuda cuando el
hielo se derrite. Además de movilizar los materiales sueltos, los glaciares erosionan activamente la roca
por la que se desplazan; los fragmentos de roca inmersos en el fondo y en los lados de la masa de hielo
en movimiento actúan como un abrasivo, al arañar y pulir el lecho rocoso de los lados y del fondo de los
valles.
En la costa, la erosión de acantilados rocosos y playas de arena es el resultado de la acción del mar, las
olas y las corrientes. Ésta es especialmente fuerte durante las tormentas. En muchos lugares del mundo,
la pérdida de terreno debido a la erosión costera representa un serio problema; de cualquier modo, la
acción de las olas es superficial, por lo que la erosión marina tiende a modelar una característica
plataforma plana sobre las rocas de la costa.
El agua tiene un papel aún más importante en lo que se refiere al transporte de material erosionado.
Desde el momento en el que cualquier lugar reciba más agua (en forma de lluvia, nieve derretida o
hielo) de la que el terreno pueda absorber, el excedente fluirá hacia niveles más bajos arrastrando el
material suelto. Las laderas suaves sufren una erosión laminar y abarrancamientos, durante los cuales
la denominada escorrentía arrastra la fina capa superior del suelo sin dejar rastros visibles de haber
erosionado esa superficie. Este tipo de erosión puede compensarse con la formación de nuevos suelos. A
menudo, especialmente en zonas áridas con escasa vegetación, los arroyos dejan un rastro de cárcavas.
Parte de los detritos y de los suelos que arrastran los arroyos se depositan en los valles, pero una gran
parte llega hasta el mar a través de los cursos de agua. El río Mississippi deposita todos los años unos
300 millones de m3 de sedimentos en el golfo de México.
La erosión esculpe constantemente nuevos relieves en la superficie de la tierra. La forma de los
continentes cambia continuamente, a medida que las olas y las mareas invaden tierra firme y el limo de
los ríos gana terreno al mar. De igual modo que los arroyos y ríos ahondan sus cauces, las cárcavas se
convierten en barrancos y éstos en valles. El Gran Cañón del Colorado, en Estados Unidos, con más de
2 km de profundidad, es el máximo ejemplo de un cañón producido por la erosión a lo largo de un
millón de años, no sólo por la acción del viento y las temperaturas extremas, sino también por la del río
Colorado, cortando grandes espesores de roca.
El efecto conjunto del desgaste de montañas y mesetas tiende a nivelar el terreno; existe una propensión
a la reducción del relieve al nivel del mar (nivel de base). Por ejemplo, cada 7.000 ó 9.000 años, la
cuenca del Mississippi pierde un promedio de 30 cm de altitud. La tendencia contraria la representan
las erupciones volcánicas y movimientos de la corteza terrestre, que levantan montañas, mesetas y
nuevas islas. Gran parte de la geología y de la geografía (en particular la geomorfología) se ocupa de las
fuerzas y resultados de las formas de erosión sobre la tierra.
Erosión acelerada
Sin la intervención humana, las pérdidas de suelo debidas a la erosión probablemente se verían
compensadas por la formación de nuevos suelos en la mayor parte de la Tierra. En terreno sin alterar,
los suelos están protegidos por el manto vegetal. Cuando la lluvia cae sobre una superficie cubierta por
hierba u hojas, parte de la humedad se evapora antes de que el agua llegue a introducirse en la tierra.
Los árboles y la hierba hacen de cortavientos y el entramado de las raíces ayuda a mantener los suelos
en el lugar, frente a la acción de la lluvia y el viento. La agricultura y la explotación forestal, la
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urbanización, la instalación de industrias y la construcción de carreteras destruyen parcial o totalmente
el dosel protector de la vegetación, acelerando la erosión de determinados tipos de suelos. Ésta es menos
intensa en zonas con cultivos como el trigo, que cubren uniformemente el terreno, que en zonas con
cultivos como el maíz o el tabaco, que crecen en surcos.
El exceso de pastoreo, que a la larga puede transformar la pradera en desierto, y las prácticas agrícolas
poco cuidadosas, han tenido efectos desastrosos en determinadas regiones del mundo. Algunos
historiadores piensan que la erosión del suelo ha sido un factor determinante en el conjunto de causas
que han provocado algunos desplazamientos de población, debidos a la sequía, y en la decadencia de
algunas civilizaciones. Las ruinas de pueblos y ciudades encontradas en regiones áridas, como los
desiertos de Mesopotamia, indican que hubo un momento en el que la agricultura fue una actividad
generalizada por toda la zona.
En síntesis la erosión es el desgaste o destrucción lenta de la superficie terrestre y posterior transporte
de las partículas, producido por algún agente físico, como el viento, la lluvia, las mareas, las olas, etc.
Cuando la velocidad de estos agentes en su acción erosiva es superior a la de la productividad del suelo,
éste acaba destruido, incapaz de albergar vida vegetal. La erosión, por lo tanto, es el fenómeno que da
pasó a la desertificación.
Pronóstico:
La erosión de los suelos podría reducir la producción agrícola. El contexto ecológico de la agricultura
presenta síntomas inquietantes.
Sedimentación
Es fácil reconocer la corriente de agua de un río, pero no siempre se aprecia que esta corriente está
compuesta por sedimentos además de por agua. La carga de sedimentos arrastrados por la corriente
tiene una gran importancia, ya que proporciona al agua la capacidad de erosionar, transportar y
depositar materiales, lo cual constituye el papel principal de los ríos en el modelado de las formas del
relieve. Cada año, los ríos transportan hasta los océanos 20.000 millones de toneladas de sedimentos.
Esto sería suficiente como para reducir la altura de los continentes 3 cm cada 1.000 años, lo que deja
pequeña la capacidad erosiva de otros agentes como el viento o el hielo.
Sedimentación en procesos:
Tratamientos de las aguas residuales
Una vez eliminada la fracción mineral sólida, el agua pasa a un depósito de sedimentación donde se
depositan los materiales orgánicos, que son retirados para su eliminación. El proceso de sedimentación
puede reducir de un 20 a un 40% la DBO5 y de un 40 a un 60% los sólidos en suspensión.
La tasa de sedimentación se incrementa en algunas plantas de tratamiento industrial incorporando
procesos llamados coagulación y floculación químicas al tanque de sedimentación. La coagulación es un
proceso que consiste en añadir productos químicos como el sulfato de aluminio, el cloruro férrico o
polielectrolitos a las aguas residuales; esto altera las características superficiales de los sólidos en
suspensión de modo que se adhieren los unos a los otros y precipitan. La floculación provoca la
aglutinación de los sólidos en suspensión. Ambos procesos eliminan más del 80% de los sólidos en
suspensión.
Flotación
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Una alternativa a la sedimentación, utilizada en el tratamiento de algunas aguas residuales, es la
flotación, en la que se fuerza la entrada de aire en las mismas, a presiones de entre 1,75 y 3,5 kg por
cm2. El agua residual, supersaturada de aire, se descarga a continuación en un depósito abierto. En él,
la ascensión de las burbujas de aire hace que los sólidos en suspensión suban a la superficie, de donde
son retirados. La flotación puede eliminar más de un 75% de los sólidos en suspensión.
Introducción a:
Inundaciones y sequías
El agua es un elemento indispensable para la vida del hombre, pero en su justa medida; su exceso o
escasez prolongada son dos variables de gran difusión geográfica. Sus consecuencias se dejan sentir
durante meses y hasta años, modificando la economía y el modo de vida del área afectada.
Algunas causas de las sequías o inundaciones:
La deforestación no es lo mismo que la degradación forestal, que consiste en una reducción de la
calidad del bosque. Ambos procesos están vinculados y producen diversos problemas. Pueden producir
erosión del suelo y desestabilización de las capas freáticas, lo que a su vez favorece las inundaciones o
sequías. Reducen la biodiversidad (diversidad de hábitats, especies y tipos genéticos), lo que resulta
sobre todo significativo en los bosques tropicales, que albergan buena parte de la biodiversidad del
mundo.
Inundaciones
Las inundaciones se encuentran entre las catástrofes más frecuentes. Pueden ser ocasionadas por la
crecida de un río, un largo período de lluvia en un área de poco desagüe o escasa pendiente, por
deshielos bruscos provocados por una temprana y prolongada masa de aire cálido, etc. Desde el
comienzo de la historia el hombre ha elegido las riberas o las cercanías de un río para instalarse, pero
estas áreas no siempre son un lugar seguro. La imprudencia y la falta de previsión llevan al hombre a
instalarse en las riberas bajas o en los valles fluviales que periódicamente sufren el desborde del río.
Además, algunas de sus obres empeoran la situación, como por ejemplos los caminos y tendidos de
ferrocarriles, que pueden llegar a actuar como diques y no dejar pasar el agua en forma natural.
Solución de problemas:
Para solucionar los problemas derivados de las inundaciones hay que tener en cuenta el estado de los
diques, de los embalses, de los canales de riego, mantener la limpieza de los desagües, controlar el
estado de los espigones de defensa y realizar todo tipo de obra que permita tener un mayor control
sobre ellas.
Las catastróficas inundaciones en la costa de Bangla Desh se deben a muchos factores: elevación
pasajera del nivel del mar y vientos fuertes producidos por el monzón; subida del nivel del agua en el
delta de Brahmaputra debido a la deforestación de su cabecera; y la densidad de la población de las
tierras bajas de la llanura de inundación costera. Estos riesgos naturales, en general, son regulares y
predecibles.
La tala de las selvas y las inundaciones:
La tala de los árboles:
Los árboles actúan como grandes esponjas, que absorben la humedad y esta con el viento va a otros
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lugares, y de ese modo puede modificar a el clima.
Además los árboles al producir la fotosíntesis forman el CO2 (dióxido de carbono) Y libera el O2 , si
estos se talan disminuye la cantidad de O2 y aumenta el CO2, modificando la temperatura alrededor de
4 grados, y así derritiendo los hielos y el casquete polar, aumentando 0,60 metros el nivel del mar.
Represas hidroeléctricas
• Su función es generar luz
Consecuencias:
• Grandes espejos de agua que cambian el microclima de la zona.
• Interrumpen la navegación.
• Se derraman 1.000 litros de aceite de motor mensualmente en el río.
• Cambia el ciclo natural de la reproducción de los peces.
• Por la descomposición de la vegetación bajo el agua provoca que falte el oxígeno en los diques.
"El Niño"
"El Niño" es un fenómeno climático que, desde 1.976 a aumentado tanto la intensidad como la
frecuencia, y la duración de este episodio. Este fenómeno traía grandes y frecuentas lluvias. Este es una
consecuencia fundamental del recalentamiento de la tierra.
Las masas de aire caliente absorben mucha más cantidad de vapor de agua, descargando fuertemente
en otros sitios, así provocando grandes inundaciones.
Grandes impactos
Cuando cae el diluvio:
La deforestación y la pobreza agravan el efecto de las inundaciones en las regiones monozonicas.
En Bangla Desh siempre llueve sobre mojado. Y cuando llegan las lluvias, sus efectos pueden ser
catastróficos. El último episodio grave ocurrió en 1.991 y se cobro la vida de unas 139.000 personas.
Tiempo atrás, en este pequeño país de clima monzónico situado en el área de influencia del Himalaya,
apenas sabían que era una inundación. Las grandes lluvias, pese a su frecuencia, no ocasionaban
mayores daños. Las estadísticas señalaban que el terreno se inundada cada medio siglo. Ahora ocurre
prácticamente durante todos los años. Desde la década del cincuenta, los desastres han aumentado en
magnitud y frecuencia en forma alarmante − se han multiplicado por 14 −, y se debe principalmente a
la combinación de tres factores: deforestación, pobreza, y clima local. Desde 1.953, Nepal ha perdido la
mitad de sus bosques y cada año las lluvias arrastran entre 35 y 75 toneladas de tierra por hectárea de
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las laderas del Himalaya, provocando que el lecho de los ríos se eleven unos 15 centímetros anuales. Las
aguas de lluvia corren sobre cursos cada vez menos profundos y provocan la inundación de los terrenos
adyacentes. En 1.970, un gran ciclón ocasiono inundaciones récord en el delta de los ríos Grandes y
Brahmaputra. El saldo mortal, nunca calculado oficialmente, fue entre 150.000 y 300.000 personas.
Desde entonces, cada cuatro años se repite un episodio grave y, puntualmente, como en 1.991, muy
grave. En un año normal, cerca de 50.000 poblaciones y unos nueve millones de hectáreas de las
regiones monozómicas sufren inundaciones. Desde la década de los setenta, las poblaciones afectadas en
todo el mundo por las inundaciones se ha triplicado. La causa fundamental es la deforestación.
Clarín, 1996
Se vienen los mares:
Para el año 2.100, si no antes, el nivel del mar subirá entre 15 y 95 centímetros. Los que creen que
comenzará la era de oro del surf, deberían preguntarle a Holanda o a los habitantes de las islas Fiji.
Unos ya tuvieron que arreglárselas para ganarle tierras al mar, que amenazaba con hacer desaparecer
su país. Los otros asisten al lento, pero persistente aumento del océano con la mirada desorbitada de
quien ve venir un maremoto.
Si bien este fenómeno todavía no eleva el nivel del mar, pone en peligro a las poblaciones de pingüinos,
y afecta a la navegación y a especies en la cadena alimentaria marina como el krill, que no es afectado a
las aguas termales.
La Nación, 1.999
De los glaciares a las cataratas:
En las zonas más frías del planeta, el agua se acumula en forma de grandes depósitos de nieve y hielo
compactados llamados glaciares. Para que estas acumulaciones se puedan mantener a través del
tiempo, es necesario que la cantidad de agua que reciben cada año, en forma de nieve, sea mayor que la
masa de hielo que se funde.
Se suele distinguir entre los grandes glaciares continentales, con superficies superiores a los 50.000
kilómetros cuadrados y espesores de centenares de metros, y los glaciares de valles o alpinos, menos
extensos y profundos. En la actualidad, un 10% de la superficie de los continentes esta cubierto por
glaciares. Cuando se produce un avance glaciar en áreas de modelado fluvial con formas redondeadas y
pendientes suaves, su inicia una fase diferente del modelado, que se puede observar en su totalidad
cuando se produce el deshielo.
Los cursos de muchos ríos jóvenes, especialmente en las regiones recién elevadas, a menudo son muy
irregulares. Una característica usual de estos ríos son las caídas de agua, que se forman cuando el río
cae bruscamente sobre una pendiente empinada o un risco. Las caídas de agua que tienen un pequeño
volumen de líquido a menudo se denominan cascadas. Las que tienen un volumen muy amplio reciben
el nombre de cataratas. Los rápidos aparecen en las pendientes menos empinadas.
El río erosiona las rocas más blandas sobre las que se superponen las capas de rocas duras en los
lugares de la caída. De tanto en tanto se quiebran losas de piedras calizas y caen al agua. A causa de
este proceso, algunas cataratas están retrocediendo a un promedio de 1 metro anual aproximadamente.
En la Argentina, el agua es la protagonista principal de los mas bellos paisajes, como ocurre en el caso
del Glaciar Perito Moreno, y en las Cataratas del Iguazú.
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Sequías
La sequía es un fenómeno que se forma con más lentitud, se expande con mayor alcance y dura más
tiempo, en general, que otros desastres naturales. Todos los continentes poseen grandes extensiones
afectadas por la falta de agua. La aridez es una condición permanente, la sequía se origina cuando
sobrevienen largos períodos de ausencia de lluvias en áreas donde normalmente llueve. Es importante
resaltar que no es lo mismo aridez que sequía. Cuando los hombres viven en medios difíciles como los
desiertos, donde el agua falta siempre, se adaptan a ellos. Las actividades que se realizan están en
relación con las precipitaciones esperadas. Por el contrario, cuando deja de llover en lugares donde
normalmente llueve, los efectos son mucho mayores, y sus consecuencias provocan problemas que
pueden convertirse en catástrofes. La falta del líquido sumada a la acción implacable del sol generan
paisajes desoladores.
Consecuencias:
Las consecuencias son múltiples: se pierden cosechas, muere el ganado, suelen estallar incendios, se
reducen las fuentes de provisión de aguas potables, y el hambre impulsa a los pobladores de las áreas
afectadas a emigrar.
Otras consecuencias de las inundaciones y sequías
Las sequías seguidas de lluvias torrenciales, la disminución de predadores y el ascenso de temperaturas
favorecen al animal que más muertes causa: el mosquito. Este transmite la malaria (enfermedad
infecciosa que más muertes produce al año), el dengue, la fiebre amarilla y distintos tipos de encefalitis.
El propio protozoo que causa la malaria, se reproduce más rápidamente si aumenta la temperatura.
Así, a 20 º C tarda 26 días, a 25º C tan sólo 13 días. Aumenta también la duración de los brotes de
malaria y la tasa reproductora del mosquito y permite que éste colonice nuevas zonas, antaño
demasiado frías para él. En los últimos 15 años ha aparecido la malaria en tierras altas de Africa y
Nueva Guinea. El mosquito Aedes Aegypti (transmisor del dengue y la fiebre amarilla) en los Andes
Orientales (Colombia) y tierras altas septentrionales de la India. A finales del siglo XXI, la zona
potencial de extensión de la malaria pasará, de un área que abarca el 45% de la población mundial, al
60%. En Europa, por ejemplo, el riesgo de contraerla se multiplicará por dos. Desde 1990 'el decenio
cálido' ha habido brotes locales en Texas, Florida, Georgia, Michigan, Nueva Jersey y Nueva York. Ha
retornado, también, a la península Coreana, Europa meridional y la antigua URRS, áreas con una
población mucho más susceptible a la enfermedad.
Las condiciones extremas, dentro de unos límites, favorecen la extensión de plagas 'oportunistas' que se
reproducen mucho más deprisa y medran, siendo más difíciles para organismos especializados.
Extremos climáticos de larga duración y fluctuaciones drásticas del tiempo pueden agotar la capacidad
de resistencia del ecosistema y del buen funcionamiento de éste depende el control de posibles plagas.
La sequía y las lluvias favorecen, además, la contaminación de los pozos de agua potable.
Por si esto fuera poco, el exceso de calor produce gran mortandad 'per se' sobre todo en países como el
nuestro. Es lo que se conoce como mortalidad por 'golpes de calor'. Esta es una patología bastante
desconocida y subestimada ya que pocos médicos consiguen identificarla como tal. La mortalidad se
relaciona en forma de V con la temperatura, siendo mayor en días muy fríos o muy calientes. Pero el
aumento de muertos es mucho mayor en los días de más calor. En Grecia, por ejemplo, durante una
fuerte ola de calor aumentó un 33% la mortalidad en las ciudades. En la India, en julio del 95, 2.600
personas, según fuentes oficiales (las extraoficiales hablaban del doble) murieron por el calor. En la
Comunidad de Madrid, en concreto, se define una ola de calor como 2 o más días con temperaturas
mayores de 36,5º C y mínimas de 20º C y supone una media de aumento de 2 muertos por día. Son más
susceptibles los ancianos, los niños y personas con una enfermedad de base (asmáticos, diabéticos,
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cardiópatas, etc.). En Madrid, entre las mujeres mayores de 75 años, aumenta en 8,5 personas muertas
por día por cada grado que exceda los 36,5º C.
(Agradecemos estos datos al USP).
Informe especial
AGUA − UNA VÍA DE SALIDA DEL DESASTRE
POR: GER BERGKAMP.
ADJUNTO DEL PROGRAMA DE ZONAS HÚMEDAS Y RECURSOS HÍDRICOS DE LA UICN .
¿Hacia donde nos estamos dirigiendo si continuamos con nuestras prácticas de uso y gestión del agua
alrededor del mundo de la manera como han sido desarrolladas durante las últimas décadas?
La apropiación por el hombre de los recursos hídricos está llevando a la desecación y contaminación de
ríos, lagos y recursos hídricos subterráneos, a la escasez de agua potable, a la destrucción de
ecosistemas de agua dulce, a la extinción de especies y a la degradación de áreas costeras. Gobiernos
corruptos contribuyen en gran medida a la degradación de los recursos a gran escala, al vender
recursos hídricos, forestales y minerales a corporaciones (multi−) nacionales por un precio que no
representa su valor real. La disminución de los recursos y el acceso desigual a los recursos remanentes
constituyen la base de conflictos, desde locales hasta regionales, que en ciertas ocasiones llegan a la
violencia.
Viendo hacia el nuevo milenio, un escenario desconsolador retrata una sociedad mundial que continua
a depender fuertemente de la ingeniería de equipos y soportes, de las tecnologías industriales y los
mecanismos del mercado mundial, y de las corporaciones (multi−) nacionales, para resolver los
problemas presentes y futuros. Gobernadas por un consumismo oportunista, una sociedad civil
débilmente organizada y por gobiernos paralizados, las sociedades son incapaces de desarrollar
respuestas sociales y políticas coherentes para la libre extracción y degradación de los recursos hídricos.
Bajo este escenario, la humanidad fallará en dar atención a las fuerzas que ocasionan la disminución de
los ecosistemas de agua dulce: la expansión de la población humana, el aumento del consumo per capita
y la pobreza creciente. El resultado será un mayor incremento del consumo y una apropiación libre de
los recursos hídricos, y una creciente desigualdad en el uso y acceso a los recursos hídricos. Al inicio del
nuevo milenio el mundo debe optar por un nuevo camino para los recursos hídricos.
El mundo en desarrollo: población y consumo crecientes
El crecimiento de la población seguirá siendo un factor responsable por la degradación en el mundo en
desarrollo. La población crecerá a una tasa de 2−3%, lo cual significa que, hacia el año 2.025, el 80% de
la población del planeta vivirá en estos países. Cerca del 50% de esta gente vivirá en áreas urbanas,
ubicadas principalmente en regiones costeras y cercanas a los ríos. Crecientemente, los patrones
occidentalizados de consumo agravarán la distribución injusta de los recursos. Hacia el año 2.025 la
extracción de agua aumentará en un 47%, alcanzando los 3.851 km3/año. La mayor parte del agua será
extraída con fines agrícolas. Cultivos como los de algodón, flores, plátanos y soja serán producidos para
la exportación. El crecimiento de la producción agrícola estimulará el uso de pesticidas. Junto con las
aguas servidas sin tratar de las (mega−) ciudades, la contaminación de los sistemas hídricos
superficiales y subterráneos aumentarán dramáticamente.
Estas presiones cambiarán la situación de muchos de los ecosistemas de agua dulce y otros ecosistemas
relacionados del mundo en desarrollo. Muchos de estos ecosistemas no serán capaces de continuar
suministrando bienes y servicios esenciales para la supervivencia de las sociedades. Las zonas húmedas
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y los bosques abren paso a las tierras agrícolas y, al mismo tiempo, a nuevos problemas. Por ejemplo, se
prevé que la degradación de las cuencas altas en América Latina y el Sudeste Asiático ocasionará
inundaciones y suministros menos confiables de agua. Los ecosistemas degradados, como las zonas
húmedas, no continuarán a atemperar las inundaciones. La pérdida de especies y hábitats reducirá
dramáticamente la diversidad biológica del planeta.
Las poblaciones y países más pobres son los que sienten los impactos de la degradación. Ellos serán más
y más vulnerables a las fluctuaciones de los mercados mundiales. Las inundaciones y sequías tienen un
impacto mayor en las poblaciones pobres, que generalmente viven en áreas vulnerables y no cuentan
con recursos financieros para salir adelante. Al mismo tiempo, las inundaciones proveen recursos para
millones de habitantes de las llanuras de inundación que dependen del mantenimiento de las
inundaciones para sostener sus medios de vida. La creciente contaminación proveniente de las ciudades,
las industrias y la agricultura causará enfermedades y un aumento en el precio del agua potable y los
servicios de salud. La pérdida de diversidad biológica de agua dulce amenaza las bases económicas de
los pescadores y los agricultores que dependen del retrocesos de las inundaciones, y afecta
indirectamente a sociedades enteras al minar las bases de las redes ecológicas de alimentación
esenciales.
Los países industrializados: consumo y explotación crecientes
En el siglo próximo se espera que el crecimiento de la población en los países industrializados
permanecerá bajo. Los patrones de consumo y el crecimiento económico, sin embargo, continuarán
causando una degradación ambiental. El crecimiento económico, los patrones de consumo y los estilos
de vida ejercerán presiones sobre los ecosistemas de agua dulce y los ecosistemas relacionados. La
extracción total de agua aumentará en un 18% hasta 1.385 km3/año.
La construcción de represas para hidroeléctricas e irrigaciones se concretará sólo en unos pocos países
(p. ej. España y Turquía), en la medida que los precios proyectados de los combustibles fósiles
permanecen bajos. Bajo un escenario de "negocios como de costumbre", se realzan inversiones
insuficientes en la infraestructura relacionada con los recursos hídricos, tal como represas y diques, y
en la rehabilitación de los ecosistemas de agua dulce y los ecosistemas relacionados, tales como cuencas
altas, zonas húmedas, llanuras de inundación y deltas. La explotación excesiva de los recursos hídricos
continúa a causar daños severos en los hábitats naturales y en la infraestructura, y causa la intrusión de
agua del mar en áreas costeras. La contaminación de los recursos hídricos de superficie y subterráneos,
con nitrógeno y fósforo provenientes de fertilizantes y abonos, puede convertir en inútiles a muchos de
ellos.
Las presiones crecientes afectarán a muchos de los ecosistemas de agua dulce y los ecosistemas
relacionados del mundo desarrollado. No continuarán cumpliendo sus funciones esenciales, tal como el
suministro de agua potable limpia. En las áreas templadas vinculadas con áreas montañosas, tal como
en ciertas partes de Europa Noroccidental, se proyecta un incremento de las inundaciones tardías de
invierno como resultado del cambio climático. Las llanuras de inundación, desconectadas de sus ríos, no
serán capaces de proveer una capacidad de almacenamiento mínima, ni un atemperamiento del caudal
máximo de la inundación. En muchas áreas, los suelos y sedimentos contaminados formarán bombas de
tiempo químicas que seguirán contaminando los recursos hídricos superficiales y subterráneos muchos
años después de su liberación o deposición. La contaminación afectará a la salud humana e inducirá
deficiencias en los animales. Las especies de plantas y animales invasoras continuarán proliferando,
afectando las vías y los cuerpos de agua, alterando ecosistemas enteros y causando una disminución
severa de la diversidad biológica de agua dulce.
La disminución de muchos ecosistemas de agua dulce y ecosistemas relacionados tendrá repercusiones
sociales y económicas directas de gran escala. Por ejemplo, es muy probable que las inversiones en el
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control y mitigación de la contaminación hídrica se duplicarán hasta US$ 250 per capita por año. La
destrucción de los hábitats naturales de agua dulce también tendrán impacto en otros sectores
económicos, como el turismo. Grupos sociales y ambientes naturales impotentes serán crecientemente
privados de agua si sus requerimientos no son protegidos.
La respuesta requerida: gestión de ecosistemas dentro de cuencas hidrográficas
Las sociedades y los individuos tiene que responder. Esta respuesta deberá de estar basada sobre la
gestión de ecosistemas (bosques, ríos, zonas húmedas, lagos, etc.) dentro de cuencas fluviales e
hidrográficas. Este enfoque respeta los valores intrínsecos de los ecosistemas y pretende mantener la
habilidad del ecosistema para continuar suministrando bienes y servicios a la humanidad. La gente
debe "aprender a cuidar" los ríos, lagos y zonas húmedas que les suministran muchos beneficios. Esto
significa que la atención de los gestores de recursos hídricos estará en reconciliar los requerimientos de
diferentes sectores económicos, a la vez que se mantiene y conserva la naturaleza. La recuperación de
ríos, lagos o cuencas degradas son esenciales para establecer un mundo hídrico sostenible. Una
distribución más equitativa de los recursos hídricos puede convertirse en la fuerza que una, y no divida,
a los pueblos y naciones, y que reduzca los conflictos y el número de refugiados ambientales.
Experiencias de todo el mundo indican que este enfoque alternativo de la gestión del agua no es
irrealista. La restauración en curso de una llanura de inundación fluvial en el norte de Camerún
demuestra que se pueden reparar ciertos daños y que los ecosistemas son la base del sustento de los
pueblos. Las compañías de agua están dispuestas a invertir en la gestión y protección de los ecosistemas
de las cuencas altas, al constituir las fuentes del agua potable que ellas venden. Para lograr una
sociedad que cuida sus recursos necesitamos establecer un paradigma fundamentalmente diferente
para el uso, el desarrollo y la conservación de los recursos hídricos − un enfoque de ecosistema. En este
enfoque la calidad y cantidad se valoran igualmente, y se prefiere la sostenibilidad en el largo plazo a
los beneficios a corto plazo. Basadas en la habilitación y en la adaptación a las condiciones locales, las
actividades se enfocan en el suministro en curso de bienes y servicios, a partir de ecosistemas de agua
dulce y ecosistemas relacionados.
La UICN hace un llamado a los políticos, gestores de recursos hídricos, encargados de decidir y grupos
locales, para que desarrollen una estrategia para el cambio, y para iniciar la ejecución de las acciones
requeridas. Los temas de prioridad son:
1. Cuidar, conservar y rehabilitar ecosistemas de agua dulce y ecosistemas relacionados al ser fuentes
de agua y vida; sus necesidades básicas de agua son un derecho, igual que las necesidades básicas de la
humanidad.
2. Planear y gestionar todos los usos del territorio y del agua dentro de cuencas, usando un enfoque de
ecosistema, tomando en total consideración los valores culturales, ecológicos y económicos intrínsecos
de los bienes y servicios del ecosistema.
3. Habilitar a los grupos locales para que desarrollen usos responsables del agua, accedan de manera
equitativa a los recursos hídricos e incluyan a los ecosistemas como un asociado en iguales condiciones.
4. Crear voluntad política y buen gobierno para construir colaboración y consenso entre todos los
grupos interesados, sobre la conservación y el uso de los ecosistemas de agua dulce y los ecosistemas
relacionados, sobre la base de una participación informada que sienta las bases para evitar y reducir
conflictos.
5. Sensibilizar sobre la necesidad de proteger los ecosistemas y de usar de manera sostenible los
recursos hídricos, y de estimular un cambio de conducta, formar capacidades y desarrollar capacidades
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para que esto suceda.
6. Desarrollar, mantener e intercambiar conocimiento e información sobre las funciones que los
ecosistemas de agua dulce y los ecosistemas relacionados cumplen en el mantenimiento de los recursos
hídricos y un ambiente saludable, y el camino hacia su gestión sostenible.
Esta estrategia no es un mandato. Diferentes naciones, pueblos, culturas e instituciones deberán
emplear un conjunto de acciones diferentes para lograr los cambios deseados. La riqueza, la calidad de
vida y las condiciones ambientales son diferentes alrededor del mundo, y continuarán cambiando a lo
largo del tiempo. Sin embargo, donde la conservación y el uso sostenible de los recursos hídricos están
interesados, se requiere tomar acción inmediata. No por un grupo solitario de gestores de recursos
hídricos, o una sola nación. No, todos los individuos, pueblos y naciones juntos tienen que reconsiderar
su relación y comportamiento hacia los recursos hídricos. Si el uso de los recursos hídricos se desarrolla
y gestiona, tomando en consideración todas las funciones del agua, es posible que sea sostenible, no
disruptivo, y eficiente.
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