Escenario Think Up South 2016 7 de mayo en la

Anuncio
Escenario Think Up South 2016
7 de mayo en la Escuela de Agrónomos
Same es un distrito ubicado al noreste de Tanzania, conformado por 91 poblaciones rurales. Es el distrito más al
sur de la región de Kilimanjaro, famoso
por los parques que atraen numerosos
turistas cada año.
En Same se encuentran las montañas Pare:
una cadena montañosa cuyo grupo étnico
principal se llama como las mismas
montañas (pare). Este núcleo montañoso
marca muy significativamente la geografía
de la zona; al este el distrito es mucho más
húmedo y tiene una tierra propicia para el
cultivo, al oeste la tierra es mucho más
seca y polvorienta. En la zona más alta de
estas montañas los Pare llevan
generaciones viviendo de la explotación
del
bosque
que
rodea
a
sus
asentamientos.
En todo el distrito la actividad económica principal es la agricultura. Aunque los cultivos de subsistencia (el maíz
principalmente) se cultiva acoplado a la época de lluvias, hay muchos canales de agua que las poblaciones utilizan
para desarrollar su agricultura excavados en su mayoría en la propia tierra. Sin embargo, el alto crecimiento de la
población, las variaciones en el precio de los cultivos y las largas épocas de sequía hacen de la agricultura un medio
de vida poco seguro.
El pueblo de Maore, se encuentra a una hora y
media de traqueteos y botes en coche 4x4 de la
ciudad de Same, capital del distrito. Es uno de los
últimos pueblos que cruza el río Yongoma, que
nace en la zona alta de las montañas Pare. Su
población ha crecido muy significativamente en los
últimos años, y ahora tiene casi 6.000 habitantes.
Todos ellos viven en casitas de adobe con techos de
hoja de palmeras, aunque empiezan a verse
algunos construidos con chapa, lo que es indicativo
de su desarrollo. Su calle principal está llena de
pequeñas tiendas en casetas de madera donde se
pueden encontrar toda variedad de productos,
desde plátanos de distintas variedades hasta garrafas de gasolina.
¡Hay que coger fuerzas para el día! A las 6 de la mañana, desayunamos chapati (una especie de crepe hecho con
agua y harina de maíz con muy alto poder calorífico!) y plátano para comenzar con las tareas. Mujeres y niñas se
encargan de traer sobre sus cabezas agua para la cocina y la cosecha de la mañana que luego, como es jueves,
ellas mismas llevarán al mercado semanal en la población de Maore, en las faldas de la montaña. Recorren largas
distancias con la mercancía a cuestas y al final del día, vuelven montaña arriba. El pueblo está alborotado desde
primera hora, con mucha gente llegando a pie transportando fardos en la cabeza, o en bicicleta.
En el mercado en Maore se respira un ambiente muy agradable y al aire libre. Al ritmo de las negociaciones en
swahili o kipare (idioma propio de los pare), se venden deliciosas frutas y verduras, aunque también se puede
encontrar pescado seco. La mayoría de la comida se expone sobre unas telas en el suelo, en puestos construidos a
base de palos y telas por las mujeres que la venden. En el mercado también se pueden encontrar cestas, vajillas,
cazuelas, telas y botellas de plástico usadas. La mercancía se vende por unidades o por calderos (a falta de
básculas), y es importante que lleven sus propias bolsas de plástico o cestas para poder transportar las compras.
Al estar Maore en las faldas de las montañas Pare, el recurso hídrico está más comprometido. La actividad de las
zonas altas de las montañas condiciona sustancialmente tanto la cantidad, por la sobreexplotación; como la
calidad, principalmente debido a la defecación al aire libre en las zonas altas de las montañas. Así en la época seca,
el río Yongoma, caudaloso e imponente en la zona alta, se transforma en un sucio hilo de agua que al final termina
transformándose en vertedero de basuras y desperdicios.
En Maore se ha invertido mucho en la ampliación y remodelación de las redes de abastecimiento de agua. Por
este motivo, diariamente reciben a mujeres y niños de otros pueblos (algunos a muchos kilómetros de la zona) que
vienen a por agua.
Esta red distribución coge agua del río Yongoma a
unos cuantos kilómetros del pueblo, y para mejorar
la mala calidad con la que baja, cuenta con un
tanque sedimentador. Sin embargo, a veces el
tanque no se usa y se “bypasea” porque los propios
gestores del sistema piensan que puede ser causa
de
reducción del caudal a los tanques de
distribución. El sistema lleva agua a puntos públicos
de distribución (fuentes) de los que coge agua las
familias con cubos de 20 litros. Normalmente existe
una persona gestionando cada punto de agua con
un horario que se decide en cada barrio y zona.
Para garantizar un acceso de toda la población, el
número de familias por cada punto de agua está
limitado. En el punto de agua más cercano se ven a
dos mujeres charlando mientras el chorro de agua golpea con fuerza según cae en el cubo. En cuanto se despistan
el agua empieza a rebosar y el sonido cambia. Es el momento de preparar el mullido que llevan en la cabeza para
subir el cubo. Ahora la distancia es corta, no más de 400 metros.
Además, a lo largo de los años han ido proliferando las conexiones privadas. Así hay casas que tienen un grifo en el
patio de la casa. Pagan una tarifa especial y más elevada correspondiente a su consumo.
Muchas de las viviendas cuentan con letrinas tradicionales, que son casetas pequeñas con un agujero cubierto con
maderas y barro, y en el mejor de los casos con losas de cemento. Sin embargo, aún existe un porcentaje de la
población que practica la defecación al aire libre.
Para concienciar a las personas de la importancia de construir o mejorar las letrinas e incorporar medidas básicas
de higiene, son necesarias reuniones públicas para visibilizar el problema, destapar el tabú y buscar soluciones
conjuntas paras la comunidad.
Al final del día, cuando los niños que tuvieron tiempo de ir al colegio salen, les gusta mucho participar en cualquier
novedad. Son poco vergonzosos y muy habladores. Sobre todo en presencia de mzungus (pieles blancas) que para
muchos de ellos son como celebridades.
Descargar