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¿Quien cambió el menú? Spodoptera cosmioides,
una nueva invitada a la mesa de la soja.
La mayoría de las orugas tradicionales serán obligadas a retirarse del
restaurante sojero argentino, porque las nuevas variedades Bt les caen
indigestas. Pero parece que puede haber una nueva lista de invitados…
Cuando ya se había generalizado el uso de maíces genéticamente modificados (Bt, Hx,
Powercore), la soja transgénica con tolerancia a lepidópteros hace su debut en la agricultura
argentina. Orugas, como la clásica medidora, la falsa medidora, la problemática bolillera, la
siempre presente Anticarsia y otras menores como la gata peluda, el barrenador del brote y la
isoca de la alfalfa, parece que ya no serán problema.
Así como las plantas Bt son eficientes para evitar daños de sus plagas objetivo (dominantes en
el nicho ecológico), su desaparición o disminución poblacional, la reducción en el uso de
insecticidas con la adopción de esta tecnología y el posible efecto de estas plantas sobre los
controladores biológicos, podrían indirectamente favorecer el "brote" de plagas no blanco, las
cuales deberán ser constantemente monitoreadas para conocer la evolución del nuevo
escenario.
Hay al menos 4 cuestiones que tienen que ser vigiladas con la introducción de la soja Bt en
Argentina : a) Efecto sobre especies naturalmente no susceptibles a la expresión de la toxina
Bt Cry1Ac, b) Impacto sobre el nicho ecológico y las relaciones de parasitoides y predatores
del anterior sistema con el nuevo medio, c) Aumento de la densidad de otras plagas, como
chinches, por menores tratamientos en las etapas vegetativas del cultivo, d) Posibilidad de
generación de resistencia de las orugas susceptibles a los nuevos materiales.
a) Las especies no susceptibles a la soja Bt
La susceptibilidad de la soja Bt que contiene la proteína Cry1Ac que está siendo introducida
en Argentina, afecta a la mayoría de las especies de orugas comunes en este cultivo en
nuestro territorio. Sin embargo esta proteína (tóxica para las larvas), al menos en las
concentraciones de los materiales actuales, tiene poco efecto sobre otras especies. Las dosis o
concentraciones a las cuales son susceptibles distintas especies han sido estudiadas en Brasil
habiendo una gran diferencia de tolerancia en las especies del género Spodoptera (100 veces
menos susceptibles que Anticarsia).
Especie
Anticarsia gemmatalis
Rachiplusia nu
Chrysodeixis includens
Spodoptera frugiperda
Spodoptera cosmioides
Spodoptera eridania
Dosis de susceptibilidad
(microgramos/ml de dieta)
0,04 a 0,21
0,7
0,77 a 3,72
Aprox. 100
Más de 100
Más de 100
Sosa Gómez y Omoto (2013)
En los últimos años, la ocurrencia de orugas del género Spodoptera está en aumento en el
cultivo de soja. A la conocida Spodoptera frugiperda (la cogollera del maíz) se agrega
Spodoptera cosmioides (la oruga del yuyo colorado), cada vez más frecuente.
Hubo confusiones sobre la verdadera identidad de esta especie. Se la determinó inicialmente
como Prodenia ornithogalli o Spodoptera latifascia, pero estas especies, muy similares, solo
habitan en el hemisferio norte. Las líneas actuales de investigación consideran que la especie
que coloniza cultivos de soja en Brasil, Paraguay, Bolivia y el noroeste Argentino es
Spodoptera cosmioides.
El adulto es una polilla robusta, de casi 40 mm de envergadura alar, siendo diferentes los
machos que las hembras. Las hembras poseen coloración parda con diseños blancos en las
alas anteriores y alas posteriores blancas. Los machos presentan las alas anteriores
amarillentas con diseños oscuros. Las hembras son capaces de colocar hasta 500 huevos por
día en condiciones favorables, colocados en la cara inferior de la hoja cerca de la nervadura
central, en el estrato medio de la planta, dispuestos en dos o más capas superpuestas
formando una masa de 20-300 huevos. Están recubiertos con escamas grises o rosadas para
su protección, siendo muy similar a la postura de la cogollera (Spodoptera frugiperda).
La larva tiene entre 6 o 7 etapas de desarrollo, hasta 8 en soja, lo cual puede significar una
menor adecuación de este cultivo para el desarrollo de las larvas. Las orugas recién
eclosionadas tienen coloración marrón clara con
Spodoptera cosmioides
cabeza negra, presentando un abultamiento entre el
tórax y el abdomen, el cual luego de los primeros
estadios va desapareciendo. En su último estadio la
longitud varía entre 40- 45 mm., son larvas robustas,
con la cabeza más pequeña que el cuerpo, con 3 líneas
longitudinales en el dorso de color naranja (una línea
central discontinua y dos laterales), con puntos
blancos. Sobre estos puntos blancos se observan
triángulos negros apuntando hacia el dorso del insecto.
En cada segmento abdominal, sobre las líneas
exteriores hay dos manchas triangulares blancas y
presentan una franja oscura entre el tercer par de
patas torácicas y el primer par de patas falsas
abdominales y otras dos franjas en las extremidades
finales del abdomen. A la vista presentan un aspecto
aterciopelado. El período larval de Spodoptera
cosmioides varía entre 13 y 28 días con temperaturas
entre 22 y 30 °C. Las pupas presentan el patrón común de los noctuidos y son encontradas en
el suelo, siendo de color castaño, sin pelos y brillosas.
Las larvas son caníbales desde los estadios iniciales (aunque hay publicaciones que afirman lo
contrario), y de hábito gregario en etapas tempranas. Generalmente se las encuentra en el
estrato medio de la planta, son de movimientos lentos y escaso desplazamiento y al ser
perturbadas reaccionan lentamente dejándose caer y luego enroscándose.
Come las hojas desde el borde hacia el interior, o realiza huecos respetando las nervaduras
más gruesas. En etapas reproductivas del cultivo se alimenta de vainas, siendo éstas
preferidas por sobre las hojas en las larvas más
desarrolladas.
El desarrollo más lento de las larvas lleva a un
mayor consumo, permaneciendo más tiempo
en el mismo lugar de alimentación. Diversos
autores compararon el potencial de consumo
foliar de diferentes lepidópteros plagas en soja,
verificando que S. cosmioides es capaz de
consumir el doble de área foliar que Anticarsia
gemmatalis,
Chrysodexis
(=Pseudoplusia)
includens y Spodoptera frugiperda.
Climas lluviosos y altas temperaturas favorecen
sus brotes poblacionales, por lo que su
colonización se espera que sea más importante
en el litoral y la región norte de nuestro país.
Spodoptera frugiperda y
Spodoptera cosmioides
La escasa sensibilidad a los materiales de soja Bt (Cry1Ac) puede influir en la selección de
individuos de esta especie, que a largo plazo pueden tener mayor ocurrencia en los cultivos,
ya que es una especie que tiene una amplia gama de hospedantes, con excepción del maíz,
presentes durante todo el año, pudiendo migrar entre ellos.
Ya hubo en años anteriores algunos casos de necesidad de control de esta oruga en el norte
de Argentina. A pesar de que los marbetes no marcan diferencia en dosis de distintos
productos y en la mayoría ni siquiera figura, se sabe que es más tolerante a las dosis
convencionales de otras orugas. En Brasil hay datos de que solo se pueden lograr controles
satisfactorios con el doble o más de dosis que para las orugas comunes.
b) Impacto sobre el nicho ecológico
Las relaciones entre los distintos organismos de un sistema se conocen con el nombre de
“nicho ecológico”. Al desaparecer o ser menos frecuentes las orugas que se alimentan de la
soja, los controladores biológicos quedarán sin alimento y sus poblaciones se verán muy
reducidas. Esto puede favorecer a insectos que eran bien controlados por esos enemigos
naturales y no aparecían como plagas principales, teniendo muchas posibilidades de pasar a
tener un protagonismo más importante.
c) Incremento de otras plagas
Al disminuir o desaparecer los tratamientos insecticidas para controlar orugas en las etapas
vegetativas de la soja (sobre todo de piretroides y fosforados), pueden “dispararse” otras
plagas como las chinches, tal como ocurriera en Brasil. Estos tratamientos también
controlaban infestaciones tempranas o poblaciones bajas de chinches que darían origen a
infestaciones más severas en etapas reproductivas. El incremento de chinches hacia el final
del cultivo es un problema, ya que la eficiencia de los tratamientos se relaciona directamente
con la densidad de población. Mas alta la densidad, menos eficientes los controles.
d) Generación de resistencia
Se sabe que muchas especies de orugas generaron resistencia al Bacillus thuringiensis muy
rápidamente. De allí deriva la proteína tóxica incluida en los materiales Bt, y la exposición
repetida a estas proteínas podría llevar a una selección de fenotipos resistentes de algunas
especies como las medidoras y Anticarsia. Por ello la implementación de refugios se torna
imprescindible.
La mesa de la soja se sirve ahora con otro menú. Muchas especies no van a ir a comer más allí.
Hay muchas sillas vacías. Y cuando se encuentren hojas con defoliación tal vez la pregunta
será: ¿Quien se “cosmió” la soja?.
Ing. Agr. Daniel Igarzábal (*)
Ing. Agr. María Celeste Galvez(*)
(*) Docentes de las Cátedras de
Protección vegetal y Zoología Agrícola
de la Facultad de Ciencias
Agropecuarias de la Universidad
Católica de Córdoba
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