Tema: LOS REYES CATÓLICOS Los Reyes Católicos

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Tema: LOS REYES CATÓLICOS
Los Reyes Católicos (Título que les otorgó el papa Alejandro VI en 1496.)
Isabel la Católica (Isabel I de Castilla)
Nace el 22 de abril de 1451 en el pueblo abulense de Madrigal de las Altas Torres., Fue la tercera hija
del rey Juan II de Castilla, casado en segundas nupcias con doña Isabel de Portugal, la madre de la
futura Reina Católica. Tras la muerte de su padre, pasó su infancia en Arévalo y en Maqueda, alejada
de su madre, que había dado muestras de enajenación mental, y con la sola compañía de su hermano
menor, Alfonso y los tutores de ambos.
Poco se sabe de su instrucción, suponiendo que en estos años aprendería a leer y escribir.
Reina de Castilla y León (1474−1504) y de la Corona de Aragón (1479−1504). , Tenía sólo tres años
cuando su hermano Enrique IV ciñó la corona castellana en 1454. En 1464 el rey Enrique IV, su
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hermanastro, la lleva a su corte, dotándola de rentas, mercedes y una villa en Casarrubios del Monte.
Las relaciones entre los hermanos son bastante estrechas y don Enrique da muestras de cariño hacia la
joven infanta al igual que a su otro hermano, don Alfonso.
La situación en la corte de Enrique no es muy gratificante ya que los nobles desean restar aún más poder al
legítimo monarca, produciéndose un soterrado enfrentamiento entre los partidarios de una monarquía fuerte y
los que optan por un monarca manejable del que puedan conseguir todo tipo de gracias. En este ambiente se
produce un hecho significativo conocido como "Farsa de Avila". En una grotesca ceremonia los nobles
deponen a Enrique IV y nombran rey de Castilla al príncipe Alfonso, alegando que la heredera −Juana, hija de
Enrique y de su segunda esposa Juana de Portugal− es ilegítima al ser fruto de los amores de la reina y Beltrán
de la Cueva, (duque de Alburquerque) de donde viene el nombre de Beltraneja con el que la infanta es
conocida posteriormente. Isabel está al margen de todas estas maniobras pero pronto entrará en escena. En
1468, el monarca, hombre de carácter débil e indeciso, reconoció a la princesa Isabel como heredera al trono
en el pacto de los Toros de Guisando, con lo cual privó de sus derechos sucesorios a su propia hija, la princesa
Juana, la Beltraneja .Como princesa Asturias Isabel debe elegir un buen marido para casarse. Los candidatos a
este matrimonio político serán varios: Alfonso V de Portugal; don Pedro Girón, maestre de Calatrava, y
Fernando de Aragón, heredero de la corona vecina. La elección se consumó en Ocaña , donde Isabel
constituyó su casa; con el objetivo de consolidar su posición política, los consejeros de Isabel acordaron su
boda con el príncipe Fernando, primogénito de Juan II de Aragón, enlace que se celebró en secreto, en
Valladolid, el 19 de octubre de 1469, presentando el arzobispo Carrillo una bula papal falsa ya que ambos
contrayentes eran primos segundos, teniendo como antepasado común a Juan I de Castilla. De este
matrimonio nacieron 5 hijos: María, Isabel, Juan de Aragón, Catalina, Juana De Castilla. Pero este matrimonio
significará el enfrentamiento entre los dos hermanos ya que al año siguiente, molesto por este matrimonio,
Enrique IV decidió desheredar a Isabel y rehabilitar en su condición de heredera a Juana, que fue desposada
con Alfonso V de Portugal.
La guerra civil está servida aunque aún queden algunos años para estallar. La posición de Isabel es cada vez
más fuerte y parece que el propio Enrique se aviene a negociar. Pero en estos momentos el monarca fallece en
Madrid, 1474, sin hacer testamento. Tomando como base el tratado de los Toros de Guisando Isabel se
proclama reina de Castilla en Segovia, el 13 de diciembre. La consecuencia fue que, a la muerte del rey, en
1474, un sector de la nobleza proclamó a Isabel soberana de Castilla, mientras que otra facción nobiliaria
reconocía a Juana, lo cual significó el inicio de una sangrienta guerra civil. A pesar de la ayuda del monarca
portugués a la Beltraneja, el desenlace del conflicto fue a favor de Isabel ( la derrota portuguesa en las
cercanías de Toro el 1 de marzo de 1476). En tanto en enero de 1475 se firma la Concordia de Segovia entre
Isabel y Fernando donde se produce un reparto de competencias entre ambos monarcas. Isabel es "reina y
propietaria de Castilla" y su esposo recibe el título de rey. Los combates, sin embargo, se sucedieron en la
frontera castellanoportuguesa hasta 1479, en que el tratado de Alcaçobas supuso el definitivo reconocimiento
de Isabel como reina de Castilla por parte de Portugal, además de delimitar el área de expansión castellana en
la costa atlántica de África. Aquel mismo año, por otra parte, el óbito de Juan II posibilitó el acceso de
Fernando II al trono de la Confederación catalanoaragonesa, y la consiguiente unión dinástica de Castilla y la
Corona de Aragón. Las líneas maestras de la política conjunta que desarrollaron Isabel I y Fernando II fueron
el afianzamiento y la expansión del poder real, el estímulo de la economía, la conclusión de la reconquista
total a los musulmanes del territorio peninsular y el fortalecimiento de la fe católica. Para consolidar y
prestigiar la monarquía, la reina implantó la Santa Hermandad, institución encargada de garantizar la
estabilidad del orden público y la administración de justicia (1476), abolió las prerrogativas otorgadas a la
nobleza por Enrique IV (1480) y convirtió el Consejo Real en el principal órgano de gobierno del reino, en
detrimento de las Cortes. En el aspecto económico, saneó la hacienda pública merced a un estricto sistema
fiscal e incentivó el desarrollo de la ganadería ovina y del comercio lanero. Además, supo canalizar la
tradición militar y expansiva de Castilla hacia la conquista del reino nazarí de Granada, último bastión
islámico en la Península (1492), y la guerra contra los musulmanes norteafricanos, a los que arrebató Melilla
(1497). Con todo, el mayor logro de la política exterior isabelina fue, sin duda, la financiación de la
expedición que culminaría con el descubrimiento de América por Cristóbal Colón (1492).
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Gracias a las bulas "Inter Caetera" (mayo de 1493) el papa Alejandro VI concedió la soberanía de las tierras
descubiertas, aunque Colón pensaba que había llegado a las Indias. Será este mismo pontífice quien otorgue a
Isabel y Fernando el título de Reyes Católicos en 1494 posiblemente para compensar al título de "Rey
Cristianísimo" que ostentaban los soberanos franceses− que también disfrutarán todos sus herederos.
En materia religiosa, la soberana llevó a cabo una profunda reforma eclesiástica con la ayuda del cardenal
Cisneros, creó el tribunal de la Inquisición para velar por la ortodoxia católica (1478) y culminó el proceso de
unificación religiosa con la expulsión de los judíos (1492) y los mudéjares (1502).
La muerte de su hijo, el príncipe Juan en 1497 provocará a doña Isabel una depresión, quizá por motivos
sucesorios. En 1498 fallece su hija Isabel y en 1500 su nieto Miguel, heredero de las coronas de Portugal por
su padre, Castilla por su abuela y Aragón por su abuelo aumentaron la desazón en la reina que fallecerá en
Medina del Campo el 26 de noviembre de 1504, víctima de un cáncer. El testamento deja como heredera y
propietaria de la Corona de Castilla a su hija Juana llamada la loca, dadas sus muestras de demencia. En el
testamento destaca un párrafo: "cuando la Princesa, mi hija, no estuviere presente en estos reinos o estando en
ellos no quisiere o no pudiere entender en la gobernación de ellos (...) el rey Fernando, mi señor, rija,
administre y gobierne los dichos mis reinos y señoríos por la dicha Princesa". Quizá por este párrafo se puede
deducir que Isabel aprecia ciertos trastornos mentales en su hija y no desea que el reino caiga en manos de
Felipe.
El cadáver de doña Isabel fue llevado a Granada donde fue enterrado, pudiéndose apreciar hoy en día un
mausoleo en la Capilla Real de la catedral de Granada, acompañada de su esposo Fernando.
Fernando el Católico (Fernando II de Aragón)
Rey de Aragón (1479−1516) y Rey consorte de Castilla (1474−1516).
Nació el 10 de Mayo de 1452 en Sos, Zaragoza, hijo primogénito del rey Juan II de Aragón y su segunda
esposa, la castellana Juana Enríquez, hija de don Fadrique Enríquez, almirante de Castilla. Juan II sabia que
un día su hijo sería rey y quería que él estuviese listo para esto. Juan II estaba encargado de la educación de su
hijo, le busco los maestros y se le instruyo. Aunque él hizo lo que su papa quería, a Fernando no le encantaba
la escuela. Le gustaba el canto e instrumentos musicales. Era buen jinete que le gustaba jugar y asistía a las
cacerías.
Las Cortes de Calatayud le juran como heredero de la corona de Aragón en 1461, tras la muerte de su
hermanastro Carlos, el príncipe de Viana.
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Antes de su matrimonio se sabe de algunas aventuras amorosas del joven con Aldonza Roig. Como resultados
de estos amores nacerán dos hijos naturales: Alfonso, que será nombrado años más tarde arzobispo de
Zaragoza y virrey de Aragón; y Juana, futura esposa de don Bernardino Fernández de Velasco, condestable de
Castilla.
El 19 de octubre de 1469 casó con Isabel de Castilla, en una maniobra política dirigida a reforzar la posición
de ambos contrayentes. Antes de concretar el matrimonio se firma un protocolo entre Fernando II e Isabel I,
futuros esposos por el que Fernando se compromete a actuar en estrecha colaboración con Isabel y adoptar las
decisiones en común. El enlace no satisface a Enrique IV por lo que se realizará en secreto. Fernando parte a
tierras castellanas en octubre de ese año y el día 19 se celebrará el matrimonio, oficiado por el arzobispo
Carrillo quien proporciona a la pareja una dispensa papal falsa, necesaria debido a tener como antepasado
común a Juan I de Castilla. Esta situación será regularizada por Sixto IV en 1471. El enlace sirvió para
establecer una nueva organización de los reinos de Castilla y Aragón, que seguían manteniendo sus propias
leyes, así como sus instituciones de autogobierno, pero que eran administrados indistintamente por ambos, ya
que Fernando e Isabel firmaban siempre conjuntamente sus documentos oficiales. La muerte de Enrique IV el
12 de diciembre de 1474 y la posterior autoproclamación de Isabel como reina de Castilla 13 de diciembre de
1474 sorprenderá a Fernando en Aragón. La guerra civil castellana está servida y el aragonés quiere mover sus
cartas. Se proclama el único descendiente varón vivo de Enrique IV y se presenta como candidato al trono
castellano. Esta actuación motivará la firma entre los esposos de la concordia de Segovia el 15 de enero de
1475 en la que se establece absoluta igualdad entre ambos en el ejercicio del poder real.
Fernando logró defender los derechos de su esposa con brillantez en el campo de batalla, derrotando a los
partidarios de Juana la Beltraneja, hija de Enrique IV, que era tildada de ilegítima, partidarios que deseaban
arrebatar a Isabel su corona. El inicial avance portugués es frenado al obtener una contundente victoria en la
batalla de Toro 1 de marzo de 1476. La guerra estaba sentenciada al ser expulsados los franceses de
Fuenterrabía, aunque los focos de resistencia en Andalucía y Extremadura aún tardarán tres años en ser
apagados. El fin de la guerra se sentencia en los Tratados de Alcaçovas en septiembre de 1479. Desde ese
momento la labor personal de Fernando e Isabel resulta difícil de diferenciar, no sólo en Castilla sino también
en Aragón donde el rey Juan II ha muerto en enero de 1479 siendo sucedido por Fernando.
Fernando trajo a todas partes de España su gobierno; echó fuera a los Moros; pagó por los viajes de Colón; le
hizo competencia a los Franceses para ciertos derechos en Italía. La Inquisición fue iniciada por Fernando
(también se le atribuye a Isabel). La meta expresa fue que España seria purificada de una manera absoluta de
judíos y moros; el crecimiento de cristianos sería controlado por la Iglesia Católica. El monarca Fernando
usaría a los cleros para crear los medios para llegar a los fines deseados. El reino y la iglesia querían purificar
el ambiente social para que sólo existiesen elementos españoles y católicos. Su carácter personal explica cómo
Fernando le falló a Ximénez (el líder eclesiástico encargado en el manejo de la "Reconquista") y a Cristóbal
Colón. Él temía que Ximénez y Colón llegarían a ser muy poderosos e independientes. Ellos iban a conseguir
la fama que le debía de pertenecer al rey. Él tenía que evitarlo. Fernando no fue una persona muy agradable ni
de buen humor. Era sagaz, honesto, valiente pero calculador. A veces se dejaba llevar por la pasión y
emoción. Durante el matrimonio también mantuvo relaciones extra conyugales, naciendo dos hijas, una de
ellas llamada María de Aragón que pasarían sus días en un convento de agustinas de los alrededores de
Madrid.
Isabel y Fernando dirigieron su atención al reino de Granada, en cuya conquista empeñaron sus esfuerzos
durante once años (1481−1492).
El restablecimiento de la Inquisición en la corona aragonesa trajo en un primer momento problemas graves
que acabaron con el asesinato del inquisidor Pedro de Arbues. La respuesta fue contundente y la Inquisición
se afianzó en la corona.
Siempre se ha hecho referencia al reparto de funciones entre Isabel y Fernando, adjudicando a la soberana los
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asuntos internos y al monarca los externos. En los asuntos de política exterior Fernando demostró su
capacidad política. Uno de los primeros objetivos será poner punto final a la Reconquista, en unos momentos
en que el reino nazarí de Granada estaba dando muestras de crisis y decadencia. La guerra duró diez años y en
enero de 1492 Boabdil entregaba las llaves de la ciudad, poniendo fin a siete siglos de presencia musulmana
en la península. A pesar de que la empresa se presentó como iniciativa de la corona castellana, el papel
desempeñado por Fernando fue crucial. Aprovechando las rencillas internas del reino musulmán, Fernando
fue capaz de oponer sagazmente a los diferentes bandos en litigio, de forma que los cabecillas granadinos
nunca pudieron ofrecer una resistencia unificada. Otros campos de lucha de Fernando fueron Italia, donde se
opuso con éxito a los intentos franceses de apoderarse de Nápoles; el norte de África, que fue escenario de
diversas operaciones militares castellanas; el Rosellón, que consiguió recuperar por la vía diplomática; y
Navarra, de la cual se apoderó en 1512. Aparte del descubrimiento de América en 1492, en el terreno
internacional se caracterizó por la voluntad de aislar diplomáticamente a Francia.
Tras la sufrida muerte de su querida esposa Isabel en 1504. De ella dijo "fue la más excelente esposa que un
rey haya tenido", la regencia de Castilla pasó a manos de Felipe el Hermoso, y Fernando, a causa de la poca
simpatía que tenía a su yerno, se retiró del lugar, luego contrajo matrimonio con Germana de Foix, con la cual
tuvo un hijo que murió muy joven, El matrimonio se celebró en Valladolid el 18 de marzo de 1506. La muerte
de Felipe El Hermoso el 25 de septiembre de 1506 vuelve a poner de nuevo a Fernando en la órbita castellana.
Juana da muestras de incapacidad mental y en el país impera la anarquía por lo que se decide llamar a
Fernando en calidad de regente, iniciándose la segunda regencia que abarcará entre 1507 y 1516. En el otoño
de 1509 se encierra a Juana en Tordesillas al ser declarada loca y ese mismo año fallece el pequeño Juan, hijo
de Fernando y Germana (3 de mayo de 1509). La energía caracteriza este segundo periodo de regencia
imponiendo fuertes castigos a la nobleza levantisca, siendo el episodio más destacado la invasión de Navarra
en 1512. La invasión del reino vecino se encuadra en las luchas contra Francia ya que el pequeño estado era
un fiel aliado francés.
Antes de morir Fernando redactó dos testamentos; en el primero, de mayo de 1512 dejaba al infante Fernando
como regente en espera de la llegada de Carlos I, Sin embargo este testamento será modificado en enero de
1516, poco antes de morir (calculador hasta el final) en el cual designaba al cardenal Cisneros como regente
de Castilla.
En un delicado estado de salud, Fernando emprendió un viaje a Andalucía para organizar una gran armada
contra los turcos pero antes de llegar la comitiva regia a Madrigalejo (Cáceres) el rey fallecía. Era el 23 de
enero de 1516 y las coronas de Castilla y Aragón iban a parar al joven Carlos quien se hacía proclamar rey en
Bruselas el 14 de marzo de 1516.
Los restos mortales de Fernando El Católico fueron trasladados, junto a los de su esposa Isabel, a la Capilla
Real de la catedral de Granada.
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Catedral de Granada.
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Mausoleo Reyes Católicos y de los reyes Felipe y Juana. Capilla real, catedral de Granada.
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Mausoleo Reyes Católicos. Capilla real, catedral de Granada.
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