Cibersociedad y juventud: la cara oculta

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Cibersociedad y juventud: la cara oculta (buena) de la Luna.
en AGUIAR, M.V. y FARRAY, J.I. (2005): Un nuevo sujeto para la sociedad de la información, A Coruña,
Netbjblo, 13-42, (ISBN: 84-9745-093-0)
Julio Cabero Almenara
Universidad de Sevilla (España – UE)
[email protected]
http://tecnologiaedu.us.es
1.- Las imágenes de la juventud.
Aunque no es el objetivo central de mi intervención realizar un análisis psicológico,
sociológico y cultural de la juventud, creo que es necesario efectuar algunos comentarios, para
interpretar los planteamientos que posteriormente realizaré, respecto al impacto de las TICs en
los jóvenes, y la utilización que éstos hacen de las mismas.
No está mal comenzar afirmando que la juventud es una construcción social, cuya
representación depende de los valores y creencias que se utilicen en un espacio social y
temporal concreto. Entendiendo en este caso por espacio, los contornos socioculturales,
ideológicos, económicos y políticos, en los que conviven una serie de personas y que por ello
los unen.
Estos comentarios nos llevan a señalar dos aspectos significativos: uno, que más que
hablar de juventud, en singular, deberíamos hacerlo en plural, ya que los espacios son
polivalente, o al menos deben serlo y más aún en modelos sociales democráticos como en los
que nos desenvolvemos en nuestra cultura occidental, y dos, que el estereotipo (ideológico,
físico, estético,..) que resaltará será el impuesto por la cultura dominante en un momento y la
idea que en la misma se tenga de la juventud.
Para seguir redundando en el tema nos apoyaremos en la investigación realizada por
Comas (2003), donde identifica diferentes estilos de vida de los jóvenes: el primero es el de los
“estudiosos”, donde se sitúa el 42% de los jóvenes urbanos españoles entre los 15 y 24 años; el
segundo el de los “trabajadores”, donde nos encontramos un 23% y en él predominan los más
adultos; el tercero estaría conformado por los “marchosos”, que aglutinarían al 17% y que se
encuentran bastante centrados en la banda de edad de los 18-22 años; el cuarto, lo conformarían
los “consumistas”, con un 12%, donde mayoritariamente se sitúan los varones, al contrario que
como usualmente se piensa; y un último estilo que lo conformarían los “hogareños” con un 6%.
En esta misma línea de distinción de grupos, nos encontramos también con la propuesta
que Elzo elaboró en 1994, y en la que distingue seis grupos básicos: sin sentido/pasota,
integrado, postmoderno, reaccionario, radical y conservador/liberal. El primero lo conforman el
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10,11% de los jóvenes y se caracterizan por su liberalidad a la hora de justificar actos incívicos;
tienen poca confianza en las instituciones, viven fuera del ámbito político y religioso de su
contexto y se mostraban egoístas, sus objetivos básicos son el ganar dinero y satisfacerse
sexualmente. Los segundos, constituyen el grupo más numerosos con el 34,42%; son los más
serios y éticos, se muestran como ecologistas y pacifistas; presentan una gran confianza en las
instituciones. Los tercero, son permisivos y tolerantes, sus niveles de confianza con las
instituciones son inferiores a la media de jóvenes; justifican el aborto, la eutanasia, la
homosexualidad, y se suelen declarar agnósticos, conforman el 24,31% de la población juvenil.
Los quintos, forman el 2,7% de la población, les conceden bastante poder a las instituciones
sociales y a la prensa; y se muestran permisivos con las drogas y el alcohol; y piensa que el
éxito en el trabajo depende más de la suerte que de la capacitación. Mientras que los últimos, no
conceden valoraciones positivas a los movimientos homosexuales, ni hacia los refugiados; son
los que más a favor se encuentran respecto a la empresa privada, siendo los objetivos
fundamentales que persiguen en la vida el ganar dinero y tener un buen trabajo; tienden a pensar
exclusivamente en sí mismos, son los más deportistas y muestran un culto hacia el
mantenimiento del cuerpo.
Lo comentado nos lleva a señalar que más que una definición del concepto, nos
encontramos con una pluralidad del mismo, a los cuales no nos vamos a referir aquí, pero que si
mantienen dos características básicas: el tránsito y la exclusión. Tránsito hacia un estado de la
vida adulta, y exclusión (“no son”), en cuanto a la percepción de estadios evolutivos
incompletos y limitados. Lógicamente tales percepciones han sido realizadas desde la lógica y
racionalidad de las personas adultas, hecho que como posteriormente veremos, tendrá
repercusiones significativas en las relaciones que se quieran establecer entre los jóvenes y las
tecnologías, y que nos llevarán a la necesidad de replantear los esquemas conceptuales desde las
que hacemos las propuestas de la alfabetización mediática de los jóvenes.
Como estamos viendo la consideración de la juventud como un estadio evolutivo
específico, es una situación compleja, entre otros motivos porque continuamente se están
ampliando los márgenes de edad entre los cuales la situamos. Fernández y otros (2003, 41) nos
hablan que se considera formalmente concluida a los 35 años; sin embargo, resulta curioso que
cuando se le pregunta a los jóvenes que definan qué es la juventud, el mayor porcentaje de
respuesta se lo llevaba la opción: “tener un espíritu joven” (32,9%), aludiendo con ello a un
estado psíquico, y no físico y cronológico (Fernández y otros, 2003, 41). Independientemente de
la valoración y concreción con una fecha, hay un dato significativo y es que esta se está
ampliando en la sociedad occidental por diversos motivos: situación económica, ampliación del
período de estudios, dificultad para la emancipación, …
Diferentes mitos y preocupaciones han ido apareciendo sobre la juventud: pereza,
violencia, falta de respeto por los valores tradicionales, falta de interés por la política,…; y un
cúmulo de adjetivos que seguro que se aglutinan en la famosa frase: “Yo en tu tiempo”. Pero
veamos algunos datos desde la investigación, para comprobar lo acertado o equivocado de los
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mismos. Así por ejemplo, cuando se les ha preguntado a los propios actores que puntuaran
respecto a las características más significativas que creen que poseen los jóvenes actuales, los
resultados confirman algunas de las imágenes que tradicionalmente se tienen de ellos, como
podemos observar en la tabla siguiente (tabla nº1).
Categoría
Porcentaje
Solidaridad.
10,7%
Responsabilidad.
12,8%
Conformismo.
14,2%
Rebeldía.
36,8%
Consumismo.
27,3%
Espíritu de sacrificio.
3%
Individualismo.
10,2%
Cooperación.
2,9%
Despreocupación.
28,5%
Idealismo.
4,6
Amistad.
17,9%
Otros.
1.1%
Tabla nº 1. Características de la juventud (Fernández y otros, 2003, 43).
De la tabla anterior se desprende que tres son las opciones más puntuadas: rebeldía
(36,8%), despreocupación (28,5%), y consumismo (27,3%). Pero estos datos pueden parecer
contradictorios cuando los relacionamos con los que se refieren a la importancia que los jóvenes
le conceden a una serie de cosas en la vida. Como podemos observar del trabajo de Comas
(2003), cuya población de estudio fueron los jóvenes de ambos géneros de edad comprendidas
entre 15-24 años, residentes en todo el territorio nacional y que viven en municipios de más de
2000 habitantes, las valoraciones que efectuaban eran muy equilibradas entre las diferentes
opciones (tabla nº 2).
Categoría
Porcentaje
Tener buenas relaciones familiares.
8,76
Ganar dinero.
8,34
Vivir como a él gusta sin pensar en el qué dirán.
8,26
Tener muchos amigos y conocidos.
8,23
Tener éxito en el trabajo.
8,70
Tener una vida sexual satisfactoria.
8,10
Obtener un buen nivel de capacitación cultural y profesional.
7,97
Tabla nº 2. Importancias concedida por jóvenes a una serie de aspectos (1= menos
importante – 10= más importante). (Comas, 2003, 187).
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Los datos apuntados pueden reforzarse con los obtenidos por Fernández y otros (2003,
166) cuando les preguntaron a los jóvenes que informaran sobre las diferentes cosas que les
gustaría alcanzar en la vida (tabla nº 3).
Categoría
Porcentaje
Pasarlo bien.
21,41%
Estar satisfecho en mi trabajo.
49,0%
Formar una familia.
56,0%
Ser rico/a.
8,8%
Viajar mucho.
9,1%
Ver como desaparecen las guerras y las miserias.
19,9%
Acumular muchos conocimientos.
4,81%
Ser famosos/a
0,21%
Desarrollarme en mi hobby.
2,41%
Otros
14%
Tabla nº 3. Cosas que les gustaría a los jóvenes alcanzar en la vida (Fernández y otros,
2003, 166).
Larios (2003, 334-335) por su parte, nos habla de una serie de características distintivas
que tienen los jóvenes, frente a los niños y adolescentes:
-
Dentro de sus temas de conversación destacan los de formación académica,
futuro y trabajo.
Suelen valorar positivamente las actividades de voluntariado en beneficio de
la sociedad.
Ocupan su tiempo libre en bares, hablando con sus amigos, hacer deporte e ir
al cine.
Es poco frecuente que realicen actividades artísticas.
Les interesa el presente más que el futuro.
Muestran repulsa hacia la violencia.
Están a favor de la igualdad entre los hombres y las mujeres.
El modelo que perciben de familia es diferente al de sus padres.
La imagen ideal que tienen de sus amigos es que eviten problemas,
discusiones y satisfagan a cuanto les rodean.
Los actos delictivos y violentos se producen más en los hombres que en las
mujeres.
Perciben una separación entre lo que estudian y la realidad a la que se
enfrentan cuando acceden al mercado laboral.
La religión no es un tema que fundamentalmente les preocupa.
Y suelen ser grandes consumidores del alcohol, especialmente los fines de
semana.
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En esta misma línea Mateos y Monrel (1998), en la investigación que realizan ponen
claramente de manifiesto como los jóvenes poseen una serie de valores positivos, entre los
cuales se pueden destacar, la capacidad de diálogo, el espíritu de paz y la solidaridad.
De todas formas no podemos percibir los comentarios y las valoraciones que realizamos
como fijas, como señala Majón (1998) en su tesis doctoral, efectuada sobre jóvenes
universitarios sevillanos, los valores se van transformando con el paso del tiempo. Así cuando
comienzan los estudios, son más sensibles a problemas relacionados con temas humanos y
ambientales, mientras que cuando están a punto de terminarlos lo son más hacia los problemas
relacionados con la vida económica-profesional. Por otra parte, cuando comienzan, perciben
como más problemático los peligros derivados de la falta de conciencia social y desprecio hacia
los demás; percepciones que se van diluyendo con el paso del tiempo.
De la observación de las tablas expuestas y por los comentarios realizados, y asumiendo
que los valores no son estáticos sino dinámicos, podemos obtener la conclusión que frente a las
imágenes tradicionales que se ofrecen de los jóvenes (violentos, pasotas, …), existen
percepciones o autopercepciones diferentes que los representan como personas responsables y
altamente comprometidas contra las divisiones, clasificaciones y desigualdades sociales,
basadas en las clases sociales y en el género (Comás, 2003). Como se señala en el Libro Blanco
de la Comisión Europea (Comisión de las Comunidades Europeas, 2001): “Los jóvenes
consideran injusta e infundadas la opinión de que se muestran poco interesados y poco
comprometidos. Piensan que no se les proporciona ni los medios financieros ni la información,
ni la formación que les permita desempeñar un papel más activo” (Comisión de las
Comunidades Europeas, 2001, 25).
Paralelo a las temáticas que hemos presentado, nos encontramos con el tema de la
violencia. Aunque la realidad es que existen grupos de jóvenes violentos, también lo es que
existen menos conductas violentas en los jóvenes que lo que usualmente se cree o los medios
de comunicación proclaman. En el informe al cual anteriormente hacíamos referencia, se nos
señala que los jóvenes defienden un ideal europeo basado en los valores de paz, prosperidad y
democracia. Potenciando al mismo tiempo la búsqueda de una Europa como espacio de
derechos y libertades, más que económica (Comisión de las Comunidades Europeas, 2001, 57).
Posiblemente muchos de los estereotipos e imágenes que manejamos sobre los jóvenes,
son reflejo más de los propios medios de comunicación social, que de la realidad misma,
creándose imágenes antisociales, violentas, de relación con las drogas y el alcohol, y de
vagabundeo; que no corresponden con su comportamiento social real. Los medios de
comunicación han creado una imagen social de la juventud, lo mismo que lo han hecho de la
mujer, o de los profesores y la enseñanza (Cabero y Loscertales, 1998).
De todas formas también es cierto, como señala Verdú (2003, 15), que frente a la
diversidad que ha existido siempre, cada vez nos encontramos más con la homogenización.
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Homogenización del pensamiento, homogenización de los valores culturales, y homogenización
de los gustos, vestimentas y ritos.
2.- Un nuevo modelo de sociedad: la sociedad de la comunicación – la cibersociedad.
Ya he tratado la problemática de la sociedad de la información en distintos trabajos
(Cabero, 2001), por ello aquí únicamente plantearé una serie de características generales que
nos sirvan para situar los comentarios que posteriormente voy a realizar.
Como es sabido la historia de la humanidad ha pasado por diferentes revoluciones
tecnológicas, que por lo general se han encuadrado en tres: agrícola, industrial y de la
información. Si la primera, venía marcada por la fuerza de los animales, la segunda por el
desarrollo de la industria textil y del acero, la última, se desarrolla en torno a las tecnologías de
la información y comunicación, que adquieren valor y pleno sentido en sí misma.
A grandes rasgos podríamos decir, que las características que se le incorpora son las
siguientes:
-
“Globalización de las actividades económicas.
-
Incremento del consumo y producción masiva de los bienes de consumo.
-
Sustitución de los sistemas de producción mecánicos, por otros de carácter
electrónicos y automáticos.
-
Modificación de las relaciones de producción, tanto social como desde una posición
técnica.
-
Selección continua de áreas de desarrollo preferente en la investigación, ligadas al
impacto tecnológico.
-
Flexibilización del trabajo e inestabilidad laboral.
-
Aparición de nuevos sectores laborales, como el dedicado a la información y de
nuevas modalidades laborales como el teletrabajo.
-
Girar en torno a los medios de comunicación y más concretamente alrededor de las
nuevas tecnologías de la información y comunicación, como híbrido resultante de la
informática y la telemática. Y como consecuencia de la misma la potenciación de la
creación de una infraestructura tecnológica.
-
Globalización de los medios de comunicación de masas tradicionales, e
interconexión de las tecnologías tanto tradicionales como novedosas, de manera que
permitan romper las barreras espacio-temporales y el alcance de grandes distancias.
-
Transformación de la política y de los partidos políticos, estableciéndose nuevos
mecanismos para la lucha por el poder.
-
Tendencia a la americanización de la sociedad.
-
Establecimiento de principios de calidad y la búsqueda de una rentabilidad
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inmediata tanto en los productos como en los resultados, alcanzando las propuestas
a todos los niveles: cultural, económico, político y social.
-
Y apoyo en una concepción ideológica neoliberal de la sociedad y de las relaciones
que deben de establecerse entre los que en ella se desenvuelven.” (Cabero, 2001,
38-39).
Al ser la información una de las características básicas de esta sociedad, nos
encontramos con una serie de problemas: uno, ser una sociedad mediatizadas por las diferentes
tecnologías, que imponen su cultura y realidad, y dos, la velocidad con que están
desarrollándose y transformándose. Vivimos en un mundo donde las tecnologías de la
información, nada más que nacer fallecen, y su vida media disminuye progresivamente.
Posiblemente de todas ellas la que más se están extendiendo sea la telemática, que está
configurando un nuevo tipo de sociedad, donde las gestiones, comunicaciones, relaciones y
economía se realizan en un no lugar físico, sino virtual denominado ciberespacio. (Cabero,
1996). Como señalan Tiffin y Rajasingham (1995, 2): la “… sociedad industrial depende del
movimiento físico de las personas y las mercancías, para ello las infraestructuras críticas
tecnológicas son raíles, carreteras y redes de comunicación y redes de transporte aéreos. Las
infraestructuras crítica tecnológica de una sociedad de la información, sin embargo, son las
redes de telecomunicaciones”
Esta velocidad de transformación y desarrollo lleva parejo un problema, y es que se
están incorporando con tal velocidad a todos los sectores, que falta un análisis y una reflexión
crítica sobre sus verdaderas posibilidades, las limitaciones que introduce, y los impactos que de
verdad llega a tener. Como afirma Wallace (2001, 16): “Lo explosivo de Internet se ha
producido con tanta rapidez que no hemos tenido tiempo para distanciarnos un poco de este
medio de comunicación y observarlo de una manera más sistemática, como un entorno nuevo
que puede tener unos efectos muy intensos en nuestra conducta”.
Independientemente de su velocidad de implantación, de su calidad técnica, de la
posibilidad de romper las variables espacio-temporales para sugerir nuevas modalidades de
comunicación, su gran especificidad es que impactan en todos los sectores, desde la cultura, la
economía, la política, o la educación. Como señala Silvio (2000, 35): "La nueva sociedad tiene
un espacio (ciberespacio), una red social (cibersociedad) y una cultura (cibercultura). Cabría
preguntarse si el ciberespacio y sus propiedades y actividades son una simple extensión de la
sociedad humana o si dentro de él y por efecto de una comunicación mediada por computadora,
surgen propiedades emergentes, nuevas y típicas de ese ciberespacio".
Siempre ha existido información, por tanto siempre ha habido sociedad de la
información. Lo característico y diferente del momento actual, es que su impacto alcanza a
todos los sectores, repercutiendo en lo cultural, político y económico.
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Lo expuesto nos lleva a señalar con toda claridad que el cambio tecnológico es hoy
cambio social, al contrario que como ha ocurrido en otros momentos históricos, donde las
transformaciones tecnológicas, tuvieron efectos en colectivos o aspectos muy concretos: la
construcción, la medicina, los desplazamiento...; en contrapartida este ciberespacio supone
nuevas formas de educarse, relacionarse, producir, culturizarse; en definitiva de vivir.
Podemos afirmar que en contraposición con lo que ocurrió con las tecnologías
tradicionales, que sólo cambiaban la naturaleza, las denominadas como nuevas, tecnologías, no
sólo transformaron la naturaleza, sino que al mismo tiempo como hemos apuntado traen
cambios sociales y culturales de gran significación. Si las tecnologías clásica adaptan el entorno
al ser humano, las nuevas producen el efecto contrario, adaptan el ser humano a las tecnologías,
valga como ejemplo lo que ocurre con los teléfonos móviles, que han llevado lo particular y
reducido de la comunicación humana, a situaciones y entornos públicos.
En consecuencia podemos decir que las nuevas tecnologías están produciendo un nuevo
modelo de cultura, la cibercultura o cultura de la red. Y cuando hablamos de cultura, no lo
hacemos en el sentido restrictivo del término, dominio de ciertos conocimientos y contenidos,
sino más bien en un sentido amplio: “… formas de vida de los miembros de una sociedad o de
sus grupos. Incluye el modo de vestir, las costumbres matrimoniales y la vida familiar, las
pautas laborales, las ceremonias religiosas y los pasatiempos.” (Giddens, 1998, 43-44).
Esta cibersociedad presenta una serie de mitos, que deben ser asumidos para su correcta
interpretación, y que ya fueron tratados en otro trabajo (Cabero, 2002b), y por ello aquí
exclusivamente solamente los apuntaré:
M1: Favorecer un modelo democrático de educación, que facilita el acceso a todas las
personas. Educación/formación para todos.
M2: Mito de la libertad de expresión y la participación igualitaria de todos.
M3: Mito de la amplitud de la información y el acceso ilimitado a todos los contenidos.
M4: El mito del valor “per se” de las tecnologías.
M5: Mito de la neutralidad de las TICs.
M6: Mito de la interactividad.
M7: Los mitos de los “más”: “más impacto”, “más efectivo”, y “más fácil del retener”.
M8: Los mitos de las “reducciones”: “reducción del tiempo de aprendizaje” y
“reducción del costo”.
M9: Los mitos de las “ampliaciones”: “a más personas” y “más acceso”.
M10: Las tecnologías como manipuladoras de la actividad mental.
M11: El mito de la cultura deshumanizadora y alienante.
M12: La existencia de una única tecnología. La supertecnología.
M13: Mito de la sustitución del profesor.
M14: Mito de la construcción compartida del conocimiento.
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M15: Las tecnologías como la panacea que resolverá todos los problemas educativos.
Asociado de forma directa con estos mitos, nos encontramos con la problemática de sus
efectos, aspecto en los que me detendré a continuación.
3.- El impacto y los efectos de la exposición a las tecnologías.
Mucho se ha escrito en los últimos tiempos sobre la problemática del efecto de los
medios, y al respecto nos encontramos con posturas que van desde lo claramente catastrofista,
hasta las que se desarrollan en una vertiente más confiada. Temáticas que claramente quedaron
expuestas en un libro clásico escrito por Umberto Eco que se titulaba “Apocalípticos e
integrados”, aludiendo con ello a lo mesiánico de ambas posiciones.
Para que se comprenda con claridad lo que voy a decir, comenzaré con unas palabras
formuladas por Masterman (1993, 18): “… los medios son importantes moldeadores de nuestras
percepciones e ideas.” Ello es cierto, pero además ha sido cierto siempre a lo largo de la historia
de la Humanidad; el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela realizado por
el maestro Mateo, no creo que cumpliera una función meramente estética; las diferentes
representaciones de la cruz de la cristiandad configuraban al mismo tiempo una realidad de
entender, o mejor de aplicar, la religión; las pinturas que hizo Manet de la Exposición Mundial
de París, reflejan con claridad la posición de rechazo del autor a la intervención de Francia sobre
México.
Estas posibilidades que los medios tienen para crear y configurar estereotipos y
realidades, han despertado siempre el interés de partidos políticos o “club culturales”, por
controlarlos y supervisarlos. No creo que exista ningún país, donde los medios sean
completamente libres e independientes, todos, y debe ser así, responden a círculos concretos de
entender la vida.
Este efecto no es exclusivamente unidireccional sino de “galaxias de medios”; no
debemos olvidarnos, que hoy en día más que hablar de medios de comunicación social
específicos, deberíamos hablar de verdaderas galaxias de medios o industrias culturales, que
llegan a proponer, y por supuesto con una misma carga ideológica, una visión e interpretación
del mundo. Es decir, el efecto y la persuasión se nos hace llegar no sólo por un medio, sino por
la combinación de ellos: cine, televisión, música, internet, prensa, radio y videojuegos.
Conexiones que superan la esfera de lo local y alcanzar lo global, para ofrecernos una
cosmovisión e interpretación del mundo.
Todos estaremos de acuerdo que en nuestra sociedad a los medios de comunicación se
le conceden un poder absoluto y relevante, frases como “lo ha dicho la tele” o “lo he visto en el
cine”, llegan a configurar una realidad mediática y unas expectativas sobre ellos que superan
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con crece la realidad física y las posibilidades que tienen. Con ello lo que venimos a querer
decir es que el medio, el envoltorio del mensaje, e incorporando en él tanto el componente
técnico como sus lenguajes, ya tienen unas influencias específicas para el receptor; como bien
matizó el filósofo de la comunicación Mcluham con su frase mítica “el medio es el mensaje”.
Recuérdese por otra parte y creo que vale como ejemplo de lo que indicamos, el número de
personas que se “apuntan” para hacer de público en los programas de las cadenas televisivas,
con la única pretensión de poder decir que “ha salido en la tele”, como si ello supusiera el haber
conseguido una imagen social representativa y valorada positivamente.
Un caso típico de lo que hablamos son las películas de la factoría Disney, donde
diferentes estudios y análisis que se han realizado sobre ellas (Granado, 2002), han puesto
claramente de manifiesto que los infantiles e inocentes dibujitos reflejan patrones y arquetipos
culturales, y propuestas ideológicas específicas de un estilo de vida. “Hablar de Disney en
nuestra sociedad actual es mucho más que hablar de una productora de Dibujos Animados. El
fenómeno Disney va más allá del atractivo de una película animada para el público infantil. Su
extensión y popularización alcanza a todos los rincones del mundo” (Granado, 2002, 127-128).
Y con ello se consigue tener fuertes influencias culturales y sociales en diferentes partes del
planeta: “… mientras los marines pasan a los revolucionarios por las armas, Disney los pasa por
sus revistas. Son dos formas de asesinato: por la sangre y por la inocencia.” (Dorfman y
Mattelart, 1987, 58).
Granado (2002, 133-136) al analizar en su tesis doctoral la posibilidad que tienen las
películas Disney para ser utilizadas en la escuela, llega a señalar una diversidad de valores que
transmiten, en concreto apunta los siguientes: exaltación del capitalismo, occidentalización,
falsa moral, sexista, potenciación de la propiedad privada incluso a nivel de sentimientos,
resignación social, maniqueísmo de las relaciones sociales presentando grupos claramente
dicotómicos “los buenos” y “los malos”, inmovilidad del estatus social, sometimiento
jerárquico, sentimentalismo fácil, y manipulación psicológica y antropológica.
En esta línea de análisis de los diferentes mitos y valores que tienden a transferirse a
través de los medios de comunicación, Correa (2001) ha llamado la atención sobre la tendencia
a marcar los siguientes: individualismo y la decisión personal, tendiéndose a presentar que la
libertad se ampara en lo individual y en la privatización; la neutralidad de las diferentes
instituciones, de la iglesia, del estado y de los jueces; de la naturaleza humana inmutable, ya que
no cambia lo mismo que tampoco cambia el mundo; de la ausencia de conflictos sociales; y por
último, el del pluralismo de los medios ya que reflejan las diferentes ideologías y posiciones de
la sociedad.
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Reconociendo los comentarios anteriores, tampoco podemos obviar los efectuados en su
momento por Katz y Lazarsfeld (1979), cuando indicaron que el estudio sobre los efectos de los
medios se había desarrollado desde una perspectiva bastante simple, ya que la realidad es que no
existe un único efecto, sino una diversidad de interacción de los mismos. Encontrándonos su
influencia, en otras variables que van desde la dimensión interna individual, como la creación y
potenciación de actitudes y valores, hasta la cultural y política, sin olvidarnos del contexto
familiar, grupos de amigos e instituciones formales de educación. Dicho en otros términos y es
lo que vamos a comentar aquí ahora, los medios tienen efectos sobre las personas, su mundo
vital y concepción del mundo, pero posiblemente no tanto como desde ciertos círculos se les ha
incorporado.
Desde la investigación en el terreno de los medios de comunicación de masas y de
acuerdo con los trabajos que en su momento formuló Wolf (1987 y 1994), podríamos distinguir
diferentes tipos de corrientes y momentos en la misma, entre los cuales destacarían tres: la teoría
hipodérmica, la teoría de los efectos limitados y la teoría de los efectos a largo plazo. De ellas
nos vamos a referir en este momento a las dos primeras, puesto que son las que se refieren más a
la temática que ahora nos preocupa.
La teoría hipodérmica surge desde los planteamientos conductista del aprendizaje y los
medios, mediante la cual éstos se perciben como instrumentos que provocan determinadas
respuestas en los sujetos de forma unidireccional (Cabero, 2001); es decir, desde esta teoría se
plantea que los medios son estímulos que influyen de forma directa y significativa en las
personas configurando en ellos respuestas y modificando su repertorio conductual tanto en los
valores y actitudes, como en las creencias. Como señalan McQuail y Windahl (1989, 94): “…
consideran al contenido de los medios como una inyección en las venas de la audiencia, que se
suponía que habría de reaccionar de un modo previsible”.
Por tanto desde esta posición, las personas son contempladas “… como colectivo
masificado al cual se le debe movilizar en una orientación prefijada de antemano por los
poderes fácticos que dominan y son responsables de los medios… La relación se establece, por
tanto, entre el medio y el receptor, obviando todas las posibles influencias mediacionales que
pueden entrar en interacción en el contexto psicosocial y comunicativo concreto”. (Cabero y
Loscertales, 1998, 90).
Dada la ineficacia de la teoría hipodérmica para explicar los efectos de los medios de
comunicación social, se planteó la teoría de los efectos limitados. Como refleja Vilches (1993,
33): “... el continuo desarrollo de los estudios sobre la comunicación de masas... condujo a la
conclusión de que los efectos de los medios sobre los individuos y los grupos eran mucho
menos relevantes de lo que se había especulado y esperado. Se afirma entonces que la
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comunicación de masas no produce efectos en las audiencias sino que su función se traduce más
en el refuerzo que en el cambio de actitudes.”
Esta teoría llega a suponer un cambio rotundo en el planteamiento respecto a
comprender los efectos de los medios, de manera que frente a asumir su efecto unidireccional
sobre el sujeto se alude que la influencia de ellos no dependerá exclusivamente de los mismos,
ni del individuo aislado y de sus características psicológicas, sino fundamentalmente de la
estructura social en la cual éste se desenvuelve. “Esta forma supone una visión sociocultural de
la investigación en medios, donde el contexto se presenta como determinante de la interacción y
el medio es concebido como un instrumento mediador cultural de transmisión de información y
valores culturales” (Cabero, 2001, 482). Como nos llama la atención Wolf (1994), en la
actualidad se está desarrollando una vuelta atrás hacia la significación de los medios sobre los
efectos individuales y sociales. “Hoy estamos en una fase de reevaluación del poder de influencia
de los media, y además, el estudio de los efectos ha desplazado su atención hasta las influencias a
largo plazo, sobre todo aquellas que se ejercen ya no sólo sobre cada individuo sino sobre el
sistema social entero o sobre parte de él” (Wolf, 1994, 48). Desde una perspectiva de efecto
unidireccional a otra de carácter sistémico.
Esta posición que durante bastante tiempo no ha sido bien asumida ni comprendida,
sobre todo cuando nos referíamos a la posible influencia que los medios de comunicación tenían
en la concreción de conductas violentas, y donde se ha llegado a asumir y a defender con cierta
ligereza una fuerte y determinante asociación entre observar películas y programas de televisión
violentos y la manifestación de conductas agresivas en los espectadores. Se está viendo
transformada de manera que se empieza a asumir que no podemos establecer una relación
unidireccional entre las dos variables, observación de programas violentos y manifestación de
conductas agresivas por los receptores, ya que el simple hecho de que muchas veces vayan
junta, como se dan casos, no es para generalizar y establecer una correlación positiva de
consecuencia directa e inmediata de una sobre la otra. Como recientemente ha apuntado
Jacquinot (2002, 28): “la correlación entre la violencia mostrada en los medios y las “conductas
inmorales y criminales (versión de los años sesenta) o “la delincuencia juvenil (versión de los
años noventas) no han podido ser probadas científicamente. La verdadera violencia se sitúa
mayoritariamente en el entorno social.”
Como síntesis de lo que queremos venir a decir, nos pueden servir los comentarios que
Wolf (1987) establece respecto a los estudios sobre las características de las audiencias y su
posible manipulación, donde pone de manifiesto que las audiencias no son tan manipulables
como se esperaba debido a una serie de variables:
1) En relación con la audiencia.
12
a. El interés y la motivación del público son un factor a tener en consideración
al estudiar los efectos de la comunicación.
b. Los receptores se exponen a medios afines a sus creencias y actitudes.
c. Los sujetos con sus predisposiciones y actitudes decodifican los mensajes
adaptándolos a sus creencias.
d. Los aspectos del mensaje coherentes con los propias opiniones y actitudes
son mejor memorizados que los demás y esta tendencia tiende a realizarse
de manera más fuerte con el paso del tiempo.
2) En relación con el mensaje.
a. La credibilidad del comunicador
b. El orden de argumentación.
c. La exhaustividad de las argumentaciones.
d. La aplicación de las conclusiones.
Dicho en otros términos la influencia del mensaje de un medio de comunicación, la
persuasión e influencia que pueda tener sobre un individuo dependerá de una serie de variables,
que irán desde la confianza que el medio tenga para el espectador, su marca, el estatus-prestigio
y lo atractivo de la marca para el sujeto, etc… Como señala Roiz (2002, 589: “Nunca se ha
encontrado una única causalidad “determinante” unilineal y directa. Los medios y sus
contenidos siempre operan en forma indirecta y concurrente, es decir, como influencia”
El recorrido efectuado nos permite señalar que los medios no llegan a producir por sí
mismos las cantidades de efectos que se les ha venido a considerar, tanto desde la literatura
científica, como desde el mundo coloquial, sino que más bien desempeñan un papel de
potenciador de conductas preexistentes en los individuos. Dicho en otros términos, el posible
impacto de los medios no dependerá exclusivamente del medio en sí, sino de la interacción de una
serie de variables que irán desde las características cognitivas y actitudinales del sujeto que recibe
los mensajes, el contexto en el cual éstos son recibidos o las características de diseño y
presentación del medio. Sin olvidarnos de las características concretas de los contenidos a
transmitir.
Estos aspectos han supuesto una verdadera transformación de la investigación y en las
ideas que manejamos sobre ellos, desplazando el centro de interés de los medios y sus
características técnicas y estéticas, al resto de variables y dimensiones presentes en la
interacción con el medio, que van desde el contexto en donde el sujeto recibe el mensaje, a sus
propias características socioculturales y psicológicas. La investigación en lugar “de preguntarse
qué es lo que los medios de comunicación hacen al público, los investigadores se han
preguntado lo que los públicos hacen de los medios, en función de diferentes variables como el
13
contexto económico y socio-cultural que, sin lugar a dudas, juega un papel muy importante en el
caso de la violencia” (Jacquinot, 2002, 29).
Estos cambios que apuntamos nos llevan también a platear que tenemos que analizar las
cosas desde nuevas perspectivas y filosofías; es decir, no podemos seguir pretendiendo explicar
los acontecimientos apoyándonos en viejas teorías, muchas de las cuales no siempre han estado
bien confirmadas por la investigación, ni del terreno de la comunicación ni de la educación. Por
otra parte, los comportamientos de las personas ante los medios han cambiado, poseen cada vez
más experiencia de ellos y establecen mejor la separación entre la realidad y la realidad
mediada.
Frente a la idea que se ha manejado sobre los niños y jóvenes como inexpertos en el
análisis de los medios y las nuevas tecnologías, comienzan aparecer otras donde se les perciben
como competentes para interpretarlos, y adaptar y reformular su información. Cada vez
aparecen voces más críticas contra el planteamiento que hacen alusión a que exclusivamente la
competencia de decodificación de los medios, pertenece a ciertos profesionales de la
información y la educación. Muchas veces, éstos aportan en la decodificación del mensaje, más
de lo que hay en realidad.
Al mismo tiempo ha cambiado el concepto de manipulación, que ya no se consigue tanto
por el impacto directo del medio y de sus características, sino más por eso que se ha
denominado como “marca”. Nos creemos las noticias no por su veracidad, sino porque ha sido
publicada, en el “El país”, “ABC”, o “Correo de Andalucía”. Verdú en un reciente libro (2003,
62), expone como los clubs futbolísticos y las entidades deportivas, empiezan a estar
fuertemente interesadas por constituir una marca como elemento económico rentable: “El
Bayer, el Milan, el Machester, el Barcelona, el Real Madrid son marcas mundiales. “El real
Madrid es como Walt Disney pero todavía sin explotar”, declaró Florentino a finales de 2001, y
esta clase de explotación se manifestó desde la operación de Figo a la de Zidane y de Zidane a
Ronaldo. La marca real Madrid es ahora la primera de fútbol y a la marca viene a ser capital.”
Es importante no perder de vista, que la red ha introducido una variante muy
significativa, y es que frente a los modelos de comunicación horizontal que propiciaban los
medios de comunicación de masas tradicionales, ésta ha establecido un modelo que “a priori”,
después la realidad es que el modelo no funciona en estado puro y se dan diferentes tipos de
cambios, de comunicación horizontal.
De todas formas no podemos olvidarnos, por una parte, que sigue siendo útil no perder
de vista el hecho de contemplar que los medios nunca representan la realidad, sino que crean
14
una realidad mediada y en consecuencia manipulada, y por otra, del poder que tienen para
estructurar y organizar nuestro entorno.
Lo comentado nos lleva a llamar la atención claramente sobre un aspecto y es que no
podemos achacar algunos de los comportamientos que tienen los jóvenes, sobre todo aquellos
que se consideran antisociales, a la simple interacción que tienen con diferentes medios, desde
los tradicionales como la televisión, hasta los más novedosos como los videojuegos e internet.
4.- Los jóvenes grandes consumidores de medios: ¿Y ahora viene Internet y las nuevas
tecnologías?
Los jóvenes, salvo de los impresos informativos, siempre han sido grandes
consumidores de medios de comunicación de masas. Lo han sido tradicionalmente de la
televisión y el cine, y lo empiezan a ser ahora de otras nuevas tecnologías, sobre todo de la
telefonía móvil, internet y los videojuegos. En un estudio realizado recientemente por el
Instituto Nacional de la Juventud (2003), se nos aportan datos significativo de lo que
comentamos; en concreto allí se señala que el 87,9% de la población juvenil tiene teléfono
móvil y el 51,1% utiliza Internet regularmente. En este último caso, su utilización es también
bastante amplia con respecto a otras bandas de edad, como podemos observar en la figura nº 1
de NetValue (NetValue, 2002), donde la banda de sujetos comprendida entre 15 y 34 años,
ocupan más de 50% de toda la distribución de internautas que en España había en el año 2002.
Fig. nº 1. Uso de Internet según la edad.
Por su parte en el “Estudio General de Medios” (EGM, 2003) realizado en noviembre
del 2003 (Nielsen/NetRating, 2003), se indicaba que el perfil de usuarios de Internet en
octubre/noviembre de 2003, tenía mayoritariamente una edad entre 25 y 34 año (31,1%). En el
cuadro que presentamos a continuación ofrecemos los porcentajes alcanzados en las últimas tres
mediciones y la banda de edad de los sujetos, donde se expresa con claridad el amplio
porcentaje de utilización, en las edades a las que nos estamos refiriendo.
15
Fecha
14 a 19
20 a 24
25 a 34
35 a 44
45 a 54
>54
Feb/Mar03
18,2
18,1
29,8
18,7
11,3
3,9
Abr/May03 18,6
18,4
29,1
18,8
10,9
4,2
Oct/Nov03
18,3
31,1
19,5
10,0
3,9
17,2
Respecto al lugar desde donde efectúan la conexión, el 67,8% la realizan desde su casa,
el 10% desde la casa de un amigo, el 17% desde el trabajo, el 23,7% desde la Universidad o su
centro de estudio, y un 15,7% se conecta desde terminales públicos (bibliotecas o cybercafé). Es
decir, nos encontramos con una diversidad de lugares desde donde se comunican, aunque
creemos que la penetración progresiva que está teniendo Internet en los hogares españoles, más
las posibilidades de la conexión inalámbrica, ampliará su utilización en los domicilios y
progresivamente se irán convirtiendo en un verdadero medio de comunicación utilizado por las
masas, sin que ello no signifique reconocer la brecha digital.
Otros datos, como los referidos al número de horas que pasan con ellos, son claros
referentes del amplio consumo que realizan. Así en el estudio efectuado recientemente por el
Instituto Nacional de la Juventud (2003), nos encontramos que llegan a utilizar a internet una
media de 9,19 horas a la semana, con una desviación típica de 12,04; existiendo una
distribución de porcentaje altamente uniforme de horas de utilización: hasta 2 horas: 26,6%, de
2 a 5 horas: 25,2%, de 5 a 10 horas: 23,1%, y más de 10 horas: 25,1%. Tal amplitud de
utilización se debe a una serie de causas: ser el medio típico de la cibercultura, converger en
ellos diferentes tecnologías, servir de herramientas de comunicación,…
Ello en cierta medida puede ser debido a las grandes potencialidades que tiene esta
tecnología, ya que como señala Echevarría (1999, 52-53), puede servir como: 1) Un medio de
comunicación. Donde se está integrando los otros medios. Al mismo tiempo es un medio
público y privado de comunicación; 2) Medio de información. Permite obtener, procesar
recuperar y transmitir; 3) medio de memorización. Posibilidad de almacenar y memorizar
diferente tipo de información en formato digital; 4) Medio de producción, como lo demuestra el
teletrabajo. Es un medio excelente para la producción, elaboración, compraventa y distribución
de información; 5) Medio de comercio (e intercambio); 6) Medio para el ocio y el
entretenimiento; y 7) Medio de interacción. A ellos deberíamos incorporarles es que además es
un medio que puede servir para la formación.
Estas potencialidades se reflejan en los usos que los jóvenes realizan de Internet que a
diferencia de lo que pudiera parecer, es más diverso y amplio de lo que comúnmente se cree. En
el estudio al que anteriormente hicimos referencia, los usos que indicaron los jóvenes que eran a
los que se dedicaban con este medio, fueron los siguientes:
- Navegar por la red: Varias veces a la semana (44,6%) y varias veces al día (29,6%).
16
- Correo electrónico: Varias veces a la semana (37,7%) y varias veces al día (33,6%).
- Transferencia de ficheros (ftp): Nuca (34,7%), casi nunca (34,7%).
- Chat: nunca (25,9%), casi nunca (19,5%), varias veces al día (16,6%), varias veces a la
semana (16,5%).
- Foros de discusión: Nunca (52,6%) y nunca (19,5%). (Instituto Nacional de la
Juventud, 2003, 8).
En esta misma línea, los resultados encontrados respecto a las actividades para las que
lo utilizan, eran las siguientes:
- Lectura de noticias de actualidad (39,4%).
- Realizar gestiones bancarias (14,2%).
- Comprar algún producto o servicio (11,3).
- Búsqueda de información o documentación (83,8%).
- Juegos en red (30,1%).
- Consultas de ocio y tiempo libre (TV, cine, espectáculos): 52, 8%.
- Compra o reservas de entradas para cine, espectáculos. (12,9%).
- Consulta de páginas de contenido erótico (6,9%).
- Descarga de archivos musicales (MP3): 54 %.
- Envío de mensajes a móviles: 29,2%.
- Búsqueda de empleo: 18,9%.
- Descarga de archivo, películas: 28,4%.
- Envío de postales (e-cards).
- Videoconferencia: 4.9%.
- Gestiones con la Administración (padrón, seguridad social… (7.5%)
Nacional de la Juventud (2003, 8).
Instituto
Para finalizar, citaremos los resultados encontrados por Sánchez y Aguaded (2001, 7376) en su investigación sobre la utilización que hacen los jóvenes de esta tecnología. Y allí
cuando le preguntaron sobre la opinión que tenían de este medio, obtuvieron los siguientes
porcentajes de respuestas:
- El 40% están más bien de acuerdo con que Internet es "revolucionario". Sobre todo los
varones, y también los de más edad.
- El 41% está más bien de acuerdo en que se puede confiar en las informaciones que se
encuentran en Internet.
- El 50% está en desacuerdo en afirmar que internet es una pérdida de tiempo.
- El 52% está de acuerdo en indicar que internet permite mejorar la comunicación entre
17
la gente.
- Existe una cierta igualdad en lo que respecta a la valoración que hacen respecto a que
"Internet es más que nada un medio de diversión" - El 33% está más bien en
desacuerdo, mientras que le 32% está más bien de acuerdo.
- Los alumnos no creen que Internet pueda crearles adicción.
- El 68% de los jóvenes creen necesario el control de Internet. Siendo las mujeres las
que se muestran más favorables del control.
- Los alumnos muestran un gran acuerdo sobre la significación que tendrá Internet en un
futuro: el 51% considera que dentro de pocos años será normal tener Internet en el
domicilio, el 55% la significación que tendrá para adquirir las compras, el 68% está de
acuerdo en indicar que para trabajar en la sociedad del futuro será necesario dominar
Internet, no existe un gran acuerdo respecto a que Internet reemplazará a la televisión.
Estas contestaciones nos permiten al mismo tiempo obtener referencias respecto a las
representaciones mentales que tienen de internet, que como podemos ver son más realistas, que
lo que muchos adultos hacen sobre la misma, y más amplia que el simple chateo y bajada de
fichero de música y vídeos. Al mismo tiempo, su análisis nos ofrece la idea que la tecnología de
la que hemos hablado, y que pensamos que también se puede extender a los multimedia y la
telefonía móvil, se está convirtiendo en un elemento claramente asociado a la juventud.
No debe caber la menor duda que el dominio que los jóvenes poseen de las nuevas
tecnologías, tiene consecuencias más amplias que la simple capacitación tecnológica. Si en un
mundo marcado por los códigos impresos, los que los dominaban podían acceder a la
información, y conocer e interpretar el mundo; en uno dominado por los medios de
comunicación de masas (televisión, multimedia e internet) y por los códigos icónicos, tal
formación “a priori” no se percibe como tan necesaria para poder acceder a la información, lo
que facilita poder tener cierta información, por supuesto mediada y parcial, de lo acaecido a
nuestro alrededor. En consecuencia podríamos decir que los jóvenes actuales están más
informados que lo estábamos nosotros en nuestra época; y aunque es cierto que esta
información se aleja muchas veces de la conceptual, y que posiblemente saben menos en lo
concreto, también lo puede ser, que saben más en lo abstracto y en la relación con su entorno.
Al mismo tiempo si tenemos en cuenta la facilidad con que los jóvenes utilizan las
nuevas tecnologías, frente a la torpeza con que se enfrentan ante ellas por lo general los adultos;
llegamos a la conclusión que se está produciendo una auténtica brecha digital entre los primeros
y los segundos, De ahí que muchas conductas de satanización de los nuevos medios, vengan
más del desconocimiento y la incertidumbre hacia su utilización que de las realidades. Es el
miedo a lo desconocido y a lo que no se sabe manejar, el que llega a producir su rechazo.
Todos estos aspectos nos llevan a plantear la relación entre los medios y la juventud
18
desde una perspectiva diferente a como tradicionalmente se había pensado, como indica
Bukingham (2002) se está produciendo una brecha digital, por una parte entre los medios que
manejan los jóvenes y los que manejan sus padres, y por otra, en la capacidad que tienen los
jóvenes para interaccionar con las tecnologías y las que tienen sus padres.
5.- Las influencias negativas de las tecnologías.
Sin querer extendernos mucho en el tema, ya que no es el objeto central de mi
intervención, no podemos negar que a los medios de comunicación a los que nos estamos
refiriendo en nuestro análisis, se les han achacado una serie de problemas, de los que debemos
ser conscientes a la hora de su utilización, y de los cuales a continuación presentaremos algunos
de ellos:
- Nuestra inteligencia emocional no se muestra con toda claridad en la red. Debemos
reconocer que es un medio de comunicación más frío que otros, al no llegar muchas
veces a existir referencias externas del emisor y receptor; aunque también como
veremos en su momento este planteamiento debe ser entendido con matices ya que la
gente forma comunidades, y comunidades muy afectivas en la red.
- Están fomentando la denominada brecha digital, es decir la distancia existente entre
aquellos que están dentro del mundo de las tecnologías y los que se ven privados, y por
tanto marginados, de ellas. Esta brecha se desarrolla desde diferentes perspectivas: entre
países, entre zonas de países, entre géneros, o entre clases sociales.
- Las nuevas tecnologías atacan los localismos y nos introducen en una globalización
despiadada, en un modelo de vida americanizado norteño.
- Están favoreciendo el desarrollo del pensamiento único, y la aparición de la debilidad
de pensamiento, que no es lo mismo que el pensamiento débil y flexible.
- Problemas de adicción a las tecnologías, específicamente a los videojuegos e Internet.
- Las capacidades que tienen para estructurar y organizar nuestro entorno; favorecen la
continuación del orden establecido. Refuerzan los modelos de comunicación existentes
y los roles sociales dominantes.
- Potencian valores violentos, xenófobos y antidemocráticos e igualitarios.
- Favorece un mundo de soledades múltiples o de soledades interactivas.
- Problemas y deformaciones físicas: como el aumento del ritmo cardiaco, “codo
Nintendo”, ataques epilépticos,…
Presentados estos aspectos, es importante tener también en cuenta los comentarios que
realiza Buckingham (2002, 57), cuando señala que se han trasladado todas las maldades que en
su momento se incorporaron a la televisión a los medios informáticos y de ahí a internet: ejercer
un poder maligno sobre los niños, potenciar la violencia, ser malas para el cerebro y para el
cuerpo (engordan, "codo nintendo", producir ataques epilépticos y adicción psicológicas); ser
19
perjudiciales para la vida social, o que reflejan valores de género. Es cierto, que las nuevas, y las
tradicionales tecnologías, no salvarán al mundo, pero tampoco lo llevarán a la hoguera.
Tanto los profesores, como los padres y ciertas instituciones, indican que cada vez hay
más conductas violentas, mayores agresiones sexuales,…; en definitiva la alarma social se ha
vuelto a levantar, y aparecen llamadas de atención a restringir el uso de ciertos medios, a poner
filtros que impidan el acceso a ciertos contenidos, o a exigir un control sobre ellos por parte de
los poderes públicos. En contrapartida los apocalípticos e integrados están cada vez más fuera
de juego en las nuevas situaciones que se están produciendo, y asumimos con mayor libertad
que todas estas situaciones no son exclusivamente, ni principalmente, consecuencia de la
exposición y uso de diferentes tecnologías.
6.- La cara oculta (buena) de la Luna.
Realizados estos comentarios sobre los aspectos negativos de las tecnologías, pasaremos
a presentar los positivos que hacen que debamos de percibirlas como elementos de gran utilidad
y de aportaciones beneficiosas a los jóvenes. Y en este sentido puede ser interesante desde el
principio tener presente los comentarios realizados por Levy (1999, 14) referidos a lo virtual,
cuando indica: “… lo virtual, en un sentido estricto, tiene poca afinidad con lo falso, lo ilusorio
o lo imaginativo. Lo virtual no es, en modo alguno opuesto a lo real, sino una forma de ser
fecunda y potente que favorece los procesos de creación, abre horizontes, cava pozos llenos de
sentido bajo la superficialidad de la presencia física inmediata”.
Por otra parte, y antes de comenzar nuestro análisis, nos gustaría señalar que muchos de
los miedos y fobias que se le quieren achacar a las nuevas tecnologías, fundamentalmente a
Internet, radica en la velocidad con que se ha introducido en nuestras vidas, de forma que ha
existido poco tiempo para reflexionar sobre sus posibilidades (velocidad de escape); es el
miedo, como ya hemos dicho anteriormente, ante lo desconocido. Estoy seguro que conforme se
vaya implantando, la resituaremos en su justa posición, lo mismo que en su momento ocurrió
con otras tecnologías.
Dentro de las potencialidades significativas de este medio nos encontramos con el
aumento de la capacidad de comunicación que permite. No se puede negar que internet y la
telefonía móvil, se han convertido en las herramientas básicas de comunicación e intercambio
de información entre los jóvenes. Y además lo han hecho propiciando no sólo una comunicación
sincrónica, aspecto que era posible con las tecnologías anteriores, sino también asincrónica, que
es lo verdaderamente novedoso.
El chat ya no es sólo un medio, es más que nada un fenómeno de comunicación que
transforma los hábitos sociales, culturales, comunicativos y estéticos de nuestra sociedad. Y lo
20
mismo ocurre con los mensajes SMS a móviles, respecto a los cuales recientemente indicaba el
“Buho” del programa “Hoy por hoy” de la Cadena Ser, que: “… los mensajes de texto a móviles
han sufrido un importante incremento en los últimos años, tanto que empiezan a hacerse
estudios que certifican que sus efectos en la sociedad son mayores que los de la televisión. En
este sentido el Búho aporta un dato significativo: el pasado 13 de marzo, un día antes de las
elecciones, las compañías Amena y Vodafone incrementaron un 20% el tráfico de los SMS.
(http://www.cadenaser.com/seccion.html?id=80&f=20040319&i=2&anchor=serprohoysec17/03
/04).
Es cierto que tales usos están siendo criticados por la cultura oficial, por lo que se
supone de reduccionismo del lenguaje y las desviaciones respecto a las normas, y no sin falta de
razón en la gran mayoría de casos. Pero también lo es, que no debemos olvidar que el ser
humano es un ser social y lo importante es que interaccione y se comunique con los demás. Que
lo haga con una u otra herramienta, es posiblemente un acontecimiento secundario.
Los modos de aprender y capturar la realidad han variado con el transcurso del tiempo.
Y en este caso no podemos negar que el ciberespacio es el referente más actual que tenemos. El
“ciberespacio es hoy ese entorno que representan nuestro universo exterior, el impacto que está
teniendo en la mentalidad de las personas, y por tanto en el espacio y en las sociedades”
(Salinas, 1996, 144). En líneas generales podemos decir que hemos pasado por diferentes
culturas dirigidas por distintos medios: la cultura oral – la cultura impresa – la cultura
audiovisual – la cultura multimedia – y la cultura telemática. Hecho que condiciona el dominio
de los más jóvenes de las herramientas de comunicación de su momento histórico. Así por
ejemplo, en la actualidad a los niños los padres les regalan antes juegos y materiales multimedia
que libros, lo que sin lugar dudas incide en que sean más habilidosos para interaccionar con
estas tecnologías que sus mayores. Esto mismos hechos podría servir para explicar la diferencia
de competencia tecnológica inicialmente entre los niños y las niñas; es decir, la brecha digital de
género.
Una de las críticas que se le ha hecho a Internet, y a otras tecnologías que se apoyan en
la informática, ha consistido en señalar que han creado un mundo de solitarios. La realidad es
que estas tecnologías están sirviendo, para la creación de una serie de comunidades virtuales de
personas, que favorecen el encuentro entre las personas, y entre las personas de diferentes
contexto y posición. Posiblemente el concepto que en la década de los 80 planteó la UNESCO
de “un solo mundo, voces múltiples”, puede llegar a transformarse por el de “diversos mundos,
únicas voces, pero todos hablando (participando)”.
Ello está repercutiendo para que los jóvenes comiencen a tomar decisiones de
participación en la construcción de mensajes. Visto desde otra perspectiva, podríamos decir que
pasamos de un mundo mudo a uno de voces múltiple, producido por tecnologías diferentes.
21
Los comentarios que estamos realizando tienen bastante relación con la creación de
comunidades. Término que es muy complejo de definir, ya que como señala Baym (2003, 55):
"tiene connotaciones descriptivas, normativas e ideológicas y abarca tanto dimensiones
materiales como simbólicas." De todas formas podríamos definirlas como un lugar electrónico
donde las personas se reúnen durante cierto tiempo para compartir experiencias e intercambiar
información, sobre unos objetivos (algunas veces no explícitos) e intereses comunes.
Lógicamente, por ello comparten valores, lenguajes, códigos y experiencias.
Su significación está siendo de tal forma que estas comunidades virtuales se están
configurando como uno de los espacios de comunicación más significativos de la sociedad del
conocimiento. Y en ellas podemos distinguir diferentes tipos: de ocio, profesionales y de
aprendizaje; encontrándonos en las mismas diferentes tipos de modalidades de comunicación
desde la “uno a uno”, hasta la de “muchos a muchos”; permitiéndonos al mismo tiempo una
comunicación flexible en el tiempo. Su funcionamiento puede ser diverso, y en ella nos
encontramos desde las que son abiertas a todo el mundo, hasta las cerradas y que es necesario
registrarse para poder pertenecer a ellas, desde las que son moderadas por alguna persona hasta
las que son de funcionamiento libre.
Las comunidades virtuales presentan la ventaja adicional del anonimato, y por tanto la
seguridad que va asociado al mismo. Como señala Rheingold (1996, 46): "Como nos vemos los
unos a los otros en el espacio en el cibernético, el sexo, la edad, la nacionalidad y la apariencia
física no son evidentes hasta que alguien desea hacer públicas dichas características. Las
personas cuyos impedimentos físicos les hacen difícil hacer nuevas amistades, descubren que
las comunidades virtuales los tratan como siempre quisieron ser tratados: como seres pensantes
y transmisores de ideas y sentimientos, no como envases carnales con determinado aspecto y
manera de caminar y de hablar (o de no caminar y no hablar)." Bajo estas perspectivas y
condiciones, la red se convierte en un instrumento de sociabilidad e interacción. Dicho en otros
términos la red más que ser red tecnológica se ha convertido en red de interacción humana;
permitiendo más que una conexión entre personas y máquinas, entre personas a través de las
máquinas.
Por otra parte no podemos olvidarnos que las nuevas tecnologías han servido
fuertemente para conseguir la implantación y el desarrollo del concepto de “Emerec” formulado
en su momento por Jean Cloutier, y que nos indica que no sólo somos receptores de mensajes,
sino que también al mismo tiempo nos podemos convertir en productores y realizadores. En este
sentido pueden ser significativas las palabras formuladas por De Pablo Coello (2001, 29-329),
cuando señala que las nuevas tecnologías han permitido la democratización de la comunicación,
y ello ha sido debido a la eclosión de diferentes tecnologías: los programas de tratamiento de
texto, programas de autoedición, el escáner, la tecnología láser en impresión, el módem,...”;
éstos han permitido que el lector se convierta en un lectoautor, las grandes posibilidades
22
Nunca en la historia de la humanidad los jóvenes se han convertido en productores de
mensajes como en los momentos actuales, independientemente de que a ellos no se les
consideraba como competentes para la realización de determinadas cosas que pertenecían al
mundo de los adultos, las tecnologías existentes no propiciaban tampoco que se convirtieran
fácilmente en productores de mensajes, y los intentos de producción mediática (periódico,
programas de radio o películas en formatos super 8) eran esporádicos y no continuos. En
contrapartida las nuevas tecnologías, facilitan que se conviertan en productores y creadores de
sus propios mensajes, y no sólo en códigos impresos, sino también en audiovisuales y
multimedia. Al mismo tiempo, la hipertextualidad de los lenguajes de los nuevos medios, nos
lleva a que en su interacción no somos lectores, sino lectoautores, ya que en función de las
decisiones que vayamos adoptando, construiremos los mensajes de forma específica.
Es cierto que el anonimato se presenta como un inconveniente por la falta de referencias
que tienen tanto el emisor como el receptor para saber quien está detrás de la pantalla, pero la
realidad es que este hecho también se presenta como una ventaja para que personas con
problemas de inseguridad, miedo, vergüenza, o timidez, participen en la comunicación sin
dificultad. En el estudio que citamos en su momento de Sánchez y Aguaded (2001, 37): cuando
se les pregunta a los jóvenes para que suelen utilizar Internet, las contestaciones indican
claramente referencias a lo que nos estamos refiriendo: "Lo más habitual, dicen, es buscar
informaciones que les interesan personalmente (87%) y comunicarse directamente con otros
usuarios participando en tertulias IRC (87%)." Estos, más otros datos, le llevan a los autores
anteriores a señalar que existen tres usos básicos de Internet por los jóvenes: el primero, el
comunicacional; el segundo, un uso de pasatiempo/diversión (jugar, escuchar música,…) y por
último un uso enciclopédico (ampliación del conocimiento buscando información) (Sánchez y
Aguaded, 2003, 39).
La red tiene también una serie de ventajas para que establezcamos relaciones entre las
personas ya que en ella “… nadie nos asigna a unos grupos al azar, ni nos indica una tarea
concreta en la que trabajar. Podemos elegir de antemano a qué grupo nos vamos a unir y
encontrar gente que piense como nosotros y que casi con toda seguridad, reforzarán nuestros
puntos de vista y harán que nos acerquemos un poco más hacia una postura extrema” (Wallace,
2001, 110-111).
Por otra parte, no es cierto que no existan datos en la comunicación virtual que nos
impidan informarnos de las “características” de los receptores y emisores, hay algunos que nos
pueden aportar algunos indicios sobre la otra persona que se encuentra detrás de la pantalla,
como por ejemplo: el nombre del dominio del correo electrónico (no es lo mismo tener un
dominio de alguna empresa o institución educativa, que uno que se refiera a entidades gratuitas),
la incorporación de firma, la vinculación a determinadas páginas personales web, o el historial
de la intervención de la persona en la comunidad virtual. De todas formas esto no significa que
no se puedan dar comportamientos lúdicos, de cambios de personalidad y de simulación.
23
Como señala Wallace (2001, 83), ha existido una posición que ha creído que en la red
no se pueden formar grupos, por la creencia de ausencia de las señales sociales y de naturaleza
transitoria de tantas interacciones en la red, pero después la realidad ha demostrado lo contrario.
Los motivos que unen a las personas para formar parte de la red no son únicamente la búsqueda
de la información, sino el sentimiento de comunidad. Podemos decir con rotundidad que en
algunos casos las “… personas se sienten muy comprometidas con sus compañeros de grupo en
la red y los vínculos que forman pueden llegar a ser mucho más fuerte que los que les unen con
otros grupos en la vida real.” (Wallace (2001, 83). En cierta medida pensamientos como los
formulados por Dreyfus (2003, 114): “Se debe de dejar claro que los ordenadores no son
neutrales y que el uso de Internet, específicamente atenta contra la implicación personal en las
realidades físicas y sociales. Como resultado, se ve afectada nuestra capacidad para producir
sentido de la realidad. En efecto, parece que cuanto más utilicemos la Red, más nos veremos
arrastrado hacia ese mundo irreal, solitario y extraño"; son más producto de una visión
catastrofista que real.
Estas comunidades poseen otras ventajas, y es la percepción de la diversidad en la que
nos introducen, al darnos cuenta las distintas personas, etnias y modos de ver e interpretar la
realidad que existen en nuestro mundo. Siendo necesario para participar en ella, el asumir el
punto de vista de los demás y el respeto de su visión del mundo. Lo que llevará a la necesidad
de estar formado, tanto en una actitud positiva para aceptar otros puntos de vista y sistemas de
organización social y dinamización cultural, como en una aptitud para poder hacerlo.
Podríamos decir que las nuevas formas de relacionarse nos están llevando a asumir que
la gente se comunica en la red, vive en la red y siente en la red. Debemos comenzar a
plantearnos que el mundo ha cambiado, que las herramientas de comunicación se han
transformado, y que el concepto idílico de comunicación entre las personas se está viendo
modificado. En cierta medida las nuevas tecnologías, en este caso internet, está sirviendo a los
jóvenes para hacer realidad una de las aportaciones de la teoría de Mcluhan, los medios como
extensiones del hombre, ya que no cabe duda que están sirviendo como mecanismos de
extensión de las diferentes percepciones humanas. Es más, no es que llegan a suplantar la
realidad, sino que se han convertido en la realidad misma, donde los jóvenes, interaccionan con
otros jóvenes, intercambian información, transfieren ficheros de su interés, y constituyen
verdaderas comunidades en torno a sus gustos y preferencias. Se llega a tener tantos o más
amigos en la red, que fuera de ella. La digitalización trae consigo una nueva realidad, con lo que
ello supone para la posibilidad de crear nuevas culturas y nuevos modelos culturales por el
propio sujeto.
Lo que estamos apuntando se relaciona directamente con el concepto de “inteligencias
distribuidas”. Concepto que se refiere a que cada vez más, la información que posee el sujeto se
encuentra esparcida entre diferentes instrumentos, elementos, medios y personas. Como señala
24
Pea (2001, 76): "La inteligencia puede estar distribuida también para su uso en artefactos
diseñados tan diversos como las herramientas físicas, representaciones tales como los diagramas
y las interfaces entre la computadora y su usuario para tareas complejas" Para continuar
diciendo: "Si se lo mira de cerca, los entornos en los que viven los seres humanos están llenos
de artefactos inventados que se emplean constantemente para estructurar la actividad, para
ahorrar trabajo mental o para evitar el error, y se los adapta de manera creativa casi sin que se lo
advierta. Esas ubicuas estructuras mediadoras que organizan y limitan la actividad abarcan no
sólo los objetos diseñados tales como herramientas, instrumentos de control y representaciones
simbólicas como gráficos, diagramas, textos, planos y figuras, sino también a las personas en
sus relaciones sociales, lo mismo que a aspectos e hitos del entorno. (Pea, 2001, 77).
Si esta posición va a tener cada vez más significación en la sociedad del conocimiento,
como lo pone de manifiesto la aparición de nuevos términos como el de “inteligencia
ambiental”, que se refiere a la inteligencia que existirá en el mundo como consecuencia de la
exposición y disposición que tendremos hacia diferentes tecnologías de la información, las
cuales soportarán acciones conocimientos y contenidos, que tendríamos que realizar nosotros.
Desde esta perspectiva no debe cabernos la menor duda que los nuevos usuarios se van a ver
más capacitado por el dominio que tienen de la tecnología, para trabajar y vivir en estos nuevos
entornos.
Por otra parte ya no se puede hablar de un único tipo de inteligencia, sino más bien de
inteligencias múltiples (Gardner, 1998), que supone que frente a una concepción monolítica de
la inteligencia, existente diferentes tipos de ella: musical, cinético-corporal, lógico-matemática,
lingüística, espacial, interpersonal e intrapersonal; que, sin lugar a dudas, interaccionarán mejor
con unos tipos de códigos simbólicos que con otros. Y bajo este supuesto las posibilidades
simbólicas e interactivas que introducen las diferentes tecnologías puede ser una opción
beneficiosa para el desarrollo de la estructura cognitiva del sujeto. Como he dicho en algunos
lugares, desde mi punto de vista el mejor enfoque de la enseñanza es el multimedia, es decir
aquel que combina las posibilidades expresivas, comunicativas y psicológicas de los diversos
sistemas simbólicos, para facilitar la interacción del individuo con la información, y la creación
de entornos específicos para la comunicación, la negociación y la interacción.
Estas posibilidades que estamos apuntando de las nuevas tecnologías, están teniendo
consecuencia sobre las formas de interaccionar de los jóvenes, y en este sentido Karpati (2003)
ha realizado una propuesta (cuadro nº 1), para reflejar las diferencias fundamentales que se dan
entre lo que él denomina como “Generación de la TV” y la “Generación net”.
Generación TV
Generación Net
1. La publicidad influye en las decisiones del 1. Elecciones bien documentadas tras una
cliente.
intensa búsqueda en Internet y una minuciosa
2. Principal objetivo: formar parte de un grupo comparación.
25
paritario basado en una apariencia y unas 2. La personalización es importante, los
actividades predeterminadas.
productos de masas que no se pueden
modificar ni personalizar son menos
3. Devoción por las marcas.
4. Cómpralo, pruébalo, y si no funciona interesantes.
convéncete de que es culpa tuya (¡en la 3. Desconfianza ante las grandes compañías
comerciales; pasión por los productos
televisión funcionaba perfectamente!).
5. Las modas "ciber" y deportiva compensan alternativos, gratuitos, de fuentes abiertas.
un estilo de vida pasivo.
6. Cuanto más nuevo, mejor.
4. Cómpralo, pruébalo, y si no te convence
devuélvelo.
5. La moda "retro" (pasión por la ropa antigua
y los complementos de los sesenta) es el
contrapunto de la alta tecnología del entorno.
6. La función es más importante que la
constante actualización; el rendimiento.
Cuadro nº 1. Diferencias entre la generación TV y net (Karpati, 2003).
Me imagino, que también se podrían establecer diferencias entre la generación del libro
y de los audiovisuales, ya algunos autores hacían la diferencia entre la cultura mosaico de la
televisión y la cultura enciclopédica de los materiales impresos.
Nuestras últimas referencias quieren centrarse en los videojuegos y multimedias, que
son los otros medios típicos, junto con el móvil, de esta nueva cultura a los cuales también se les
ha satanizado, y frente a los cuales se llega a pensar que fomentan la violencia, el sexismo, o el
individualismo. Sin negar que como todo medio, y en función de las características individuales
del sujeto y del entorno social en el cual se desenvuelve, pueden tener ciertas consecuencias
negativas. Tampoco nos podemos olvidar que su utilización conllevan una serie de aspectos
positivos, que van desde introducir a los jóvenes en el mundo tecnológico e informático,
perfeccionar sus destrezas manipulativas, desarrollar sus habilidades espaciales, perfeccionar las
estrategias de solución de problemas, o profundizar en sus habilidades memorísticas.
Gros (2002) una de las autoras que más ha trabajado en nuestro contexto, le concede
inicialmente tres grandes posibilidades a los videojuegos, para poder ser utilizados desde una
perspectiva educativa, que son las siguientes: incorporan diversas notaciones simbólicas, son
dinámicos, y ofrecen grandes posibilidades interactivas.
Aunando las propuestas que diferentes autores (Coldwell y otros, 1995; Nussbaum y
otros 1999; Begoña y Sánchez, 2002), podemos llegar a proponer los siguientes aspectos
positivos de los videojuegos, que pueden justificar su utilización por los jóvenes:
-
Incorporan al sujeto en el mundo y dominio tecnológico, facilitan la alfabetización
26
digital del sujeto.
-
Potencian las habilidades de comprensión: comprensión de palabras problemas,
comprensión de los procedimientos, y comprensión de las directrices del juego.
-
Aumentan las estrategias de resolución de problemas de juegos matemáticos y
lingüísticos.
-
Control de la motricidad a partir de uso del ratón en la navegación y selección de
objetos. Favorece el desarrollo oculo-manual.
-
Potencia el desarrollo de habilidades para la toma de decisiones y el pensamiento
creativo. Fomento de la flexibilidad y la orientación hacia los logros independientes.
-
Favorecen la sociabilidad.
-
Aumento de la capacidad de concentración y de la memorización.
Por supuesto para una correcta ubicación de los aspectos anteriormente señalados es
importante no perder de vista que estos aspectos positivos no son universales y dependen
bastante del tipo de videojuego seleccionado. Como es lógico suponer que no desarrollarán las
mismas habilidades y potenciaran los mismos valores, los videojuegos de acción y destrezas,
que los de estrategias, o los de deportes o de arcade.
Un ejemplo de lo que estamos diciendo nos lo encontramos en el reciente estudio
comparativo de los valores y contravalores realizado por Ortega y otros (2002), con dos
videojuegos clásicos: "Age of EmpreII" y "Commandos", donde encuentran resultados como los
que exponemos en el cuadro nº 2.
Age of Empire II
Commandos
Valores
Contravalores
Valores
Contravalores
fomenta la curiosidad
por
descubrir
y
conocer la historia,
las diferentes culturas
y civilizaciones.
Ansia por acumular,
materialismo y lucro;
adoctrinamiento
religioso
Patriotismo
y
capacidad
de
compromiso
personal; altruismo;
responsabilidad;
lealtad
Imposición de la
autoridad al margen
de la razón, prepotencia, culto a la
muerte, el crimen y la
guerra, injusticia y
opresión,
dictatoriedad, autoritarismo,
coacción; adoctrinamiento e imposición;
miedo
y
abuso;
imposición unidireccional de conductas;
27
desprecio, intolerancia e insultos.
Cuadro nº 2. Diferencias en valores y contravalores entre los videojuegos "Age of
EmpreII" y "Commandos" (Ortega y otros, 2002).
Para finalizar nos gustaría de nuevo llamar la atención respecto a que los contextos en
los cuales se desenvuelven hoy los jóvenes son tecnológicos y dentro de eso que algunos han
denominado como tercer entorno (Echevarría, 2000); es decir, si el primero, era la naturaleza, y
le segundo la ciudad, el tercero, es el producido por la telemática. Y ello no significa que sea
menos real que los otros dos, lo que si es cierto que nos incorporará una serie de problemáticas,
ya que si por una parte los humanos somos lentos, reales y localizados en nuestro entorno
inmediato, la nueva cultura generada en este tercer entorno, es rápida, virtual, y globalizada en
el ciberespacio, y ello requerirá capacidades específicas para desenvolvernos en él.
Por otra parte, hay un último punto de vista que justifica claramente su utilización, y es
que nos guste o nos disguste el mundo del futuro será cada vez más tecnificado, por ello que sea
necesario que cada vez de forma más rápida y crítica, los jóvenes incorporen las tecnologías en
su mundo cotidiano.
7.- Y tendremos que replantearnos el concepto de alfabetización mediática.
Para finalizar mi intervención, me gustaría efectuar algunos comentarios respecto a la
problemática de la alfabetización mediada. Y lo primero a indicar es que no quiero tratar aquí el
tema de su necesidad, lo han realizado diferentes personas y algunas de gran valía de nuestro
contexto científico español como Aparici, García Matilla, Aguaded, o Correa, por citar algunos
y además también dada su importancia, la propia Unión Europea ha desarrollado un foro para su
discusión:
“Digital
Literacy
and
Media
Education”
(http://www.elearningeuropa.info/forums.php?fPage=viewtopic&t=269&p1=1&p2=1&p3=1&p
4=1&lng=4 1/04/04) ; sino más bien realizar unos breves comentarios respecto a la necesidad de
introducir algunas ideas para ponerla en funcionamiento. Tampoco me voy a referir a su
importancia, asumo completamente que en una sociedad del conocimiento aquellos sujetos que
no se encuentren capacitados para incorporar las TICs de forma expresiva, comunicativa, de
ocio, laboral, o social, a su mundo, se van a ver notablemente marginados de la ciudadanía, y
con menos posibilidades para desarrollarse y desenvolverse en todos los niveles sociales. La
renombrada brecha digital, no se produce sólo entre naciones y contextos geográficos, sino
también entre personas.
Como definición de alfabetización digital vamos a adoptar la expuesta por el MECD y
OCDE (2003, 80) y que alude a que debe superar el simple hecho de saber manejar un
ordenador, en concreto en él se dice que "se refiere a un sofisticado repertorio de competencias
que impregna el lugar de trabajo, la comunidad y la vida social, entre las que se incluyen las
28
habilidades necesarias para manejar la información y la capacidad de evaluar la relevancia y la
fiabilidad de lo que busca en internet".
Desde esta perspectiva que comentamos esta alfabetización deberá capacitar al joven
para una serie de competencias y aspectos, como los siguientes:
•
Conocer cuando hay una necesidad de información.
•
Identificar la necesidad de información.
•
Trabajar con diversidad de fuentes y códigos de información.
•
Saber dominar la sobrecarga de información.
•
Evaluar la información y discriminar la calidad de la fuente de información.
•
Organizar la información.
•
Usar la información eficientemente para dirigir el problema o la investigación.
•
Saber comunicar la información encontrada a otros.
Estamos de acuerdo con Buckingham (2004), cuando nos llama la atención que
debemos revisar el concepto que manejamos de educación para los medios, ya que este suele ir
paralelo a una noción racionalista y anticuada de ciudadanía, donde lo que importa es crear
“ciudadanitos buenos”, que cumplan su deber y actúen de manera responsable, y asegurarse de
que estén convenientemente informados. Bajo esta perspectiva, hay quienes entienden que la
educación sobre los medios consiste, en primer lugar, en captar la diferencia entre hechos y
opiniones en la prensa o en detectar enfoques tendenciosos, y, de manera implícita, en animar a
los niños a dejar de leer sucios periódicos sensacionalistas (si es que alguna vez leen algún
periódico) y pasarse a la prensa seria. Posición que no concuerda con la visión de los medios
que tienen los jóvenes. Por ello es necesario partir más de la visión que poseen ellos de estos
instrumentos, y de las funciones para las cuales los movilizan y utilizan; es decir, comenzar
desde una perspectiva centrada en el usuario y no del instrumento.
Ello nos lleva a proponer una posición más centrada que en la supervivencia y
resistencia al impacto de los medios, a otra, donde el uso y la producción sea el eje en torno a la
cual gire y se desarrolle esta alfabetización digital. Lo que quiero venir a indicar con ello es que
frente a una visión de la alfabetización mediática desde una óptica adulta, que persigue la
salvación del adolescente de los mensajes expuestos por ello, tenemos que desenvolvernos en
una óptica más creativa y abierta, que nos lleve a comprender que las tecnologías son
tecnologías de comunicación y por tanto que debemos formar a los jóvenes para su uso crítico y
creativo.
Los profesores cada vez están más de acuerdo que la educación en medios no ha de ser
una cruzada para rescatar los niños de estos instrumentos. Los enfoques proteccionistas de la
educación en medios -ya sean de carácter cultural, moral o político- cada vez más se consideran
más redundantes o contraproducentes. (Buckingham, 2003), y se reclaman enfoques más
abiertos y creativos, y menos proteccionistas.
29
Para finalizar creo que a la juventud, tanto como a los no tan jóvenes, nos ha tocado
vivir un mundo, aunque los últimos acontecimientos realizados por algunos locos tanto de
occidente como de oriente, quieren hacernos creer lo contrario, fascinante y con grandes
posibilidades de cambio y transformación; por ello tal vez sea necesario hacer esfuerzos para
liderar el cambio y dirigirlos hacia posiciones humanísticas, creativas y de conocimiento; y
acercarnos a esta nueva sociedad desde la esperanza y la emoción que nos indicaba el poeta
Constantino Cavafy en su viaje a Ítaca: “Cuando emprendas el viaje de regreso a Ítaca,
ruega que el viaje sea largo,
lleno de aventuras, lleno de enseñanzas.
No temas a los Lestrigones, ni a los Cíclopes,
ni al irritado Poseidón.
Jamás te los encontrarás en tu camino,
si tus pensamientos se mantienen nobles
y el ideal anima a tu cuerpo y a tu espíritu.”
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