Revoluciones políticas burguesas

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A. Enumerar las revoluciones polÃ-ticas burguesas, según la fecha en que ocurrieron.
B. Realizar una breve reseña sobre cada una.
C. Elegir una, analizarla en profundidad, buscar información sobre los personajes prominentes que
participaron en la misma, analizar sus opiniones.
D. Realizar una conclusión general y dar una opinión personal fundamentada.
El Trabajo debe contener:
• Introducción, desarrollo y conclusión
• Citas al pie de pagina
• BibliografÃ-a
• Ãndice
Ãndice:
3. Introducción
4. Enumeración de Revoluciones Burguesas. Revolución de los PaÃ-ses Bajos.
Revolución Inglesa Estadounidense o Revolución Americana.
5. Revolución Francesa. Hispanoamericanas: De Mayo; Oriental
6.Revoluciones De 1820 :Trienio Liberal ;De Oporto ;Griega 1821−23. Revoluciones De 1830: De julio
7. Revoluciones De 1830: Belga. Revolución De 1848. De Ayutla 1854.De 1868 o La Gloriosa 1868
8. Revolución Francesa. La crisis del antiguo régimen en Francia. Crisis del estado
9. Revolución Francesa. El proceso revolucionario Frances
10. Revolución Francesa. El proceso revolucionario Frances
11. Revolución Francesa. Etapas de este periodo. Personajes
12. Revolución Francesa. Personajes
13. Revolución Francesa. Personajes
14. Revolución Francesa. Análisis de opiniones. Significado de la revolución Francesa
15. Conclusión General. Opinión personal. BibliografÃ-a
16. Citas
El término burguesÃ-a fue empleado en la Edad Media para designar al grupo social compuesto
esencialmente por comerciantes, artesanos libres y personas no sometidas a la jurisdicción señorial que
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vivÃ-a en las ciudades. En la actualidad es utilizado coloquialmente para designar a la clase social integrada
por quienes disfrutan de una acomodada situación económica.
En el siglo XIX la industrialización y las revoluciones liberales le otorgaron el poder económico y
polÃ-tico. Los revolucionarios socialistas y anarquistas consideraban a la burguesÃ-a la clase que, frente al
proletariado (los obreros), ostentaba la propiedad de los medios de producción (capital dinerario, máquinas,
materias primas, las fábricas, inmuebles urbanos, tierras, etc.).
Sin embargo, la burguesÃ-a decimonónica en cuanto que clase social, era muy heterogénea
La Alta burguesÃ-a Situada en la cúspide de la sociedad capitalista. Controlaba las industrias, la banca, el
comercio y los altos cargos de la administración del Estado. Se adueñó de muchas tierras procedentes de
la Iglesia y la nobleza arruinada, transformándose en terrateniente. Familias de significada relevancia
durante el siglo XIX fueron los Rothschild (banqueros y comerciantes), los Krupp (magnates de la siderurgia),
los Thyssen o los Péreire. Este grupo se aristocratizó en ciertos casos, bien uniéndose con la antigua
nobleza, bien mediante la compra de nuevos tÃ-tulos.
La burguesÃ-a media También conocida por "clases medias". Estaba integrada por profesionales de alta
cualificación (abogados, ingenieros, intelectuales, profesores universitarios, miembros de profesiones
liberales, etc.), comerciantes, agricultores acomodados, etc.
La pequeña burguesÃ-a
Constituida por pequeños comerciantes, artesanos, funcionarios de nivel medio−bajo, empleados diversos.
Imitaba las formas de vida de la burguesÃ-a alta y media. En realidad se encontraba a un paso de caer en la
proletarización. Buena parte de los problemas que aquejaron a este colectivo coincidÃ-an con los de los
trabajadores. Junto a ellos intervinieron en protestas, demandas y reivindicaciones comunes, como ocurrió
durante la Revolución de 1848.
El liberalismo es un movimiento de amplia proyección (económica, polÃ-tica y filosófica) que defendÃ-a
como idea esencial el desarrollo de la libertad personal individual como forma de conseguir el progreso de la
sociedad. Una parte de sus ideólogos propugnaron la aplicación de esos principios de forma gradual, en
tanto que otros más radicales utilizaron la vÃ-a revolucionaria para impulsarlos. En cualquier caso la clase
social que dio aliento al liberalismo fue la burguesÃ-a. El liberalismo se desarrolló paralelamente a otro gran
fenómeno del siglo XIX: la Revolución Industrial.
A)
1) Revolución de los PaÃ-ses Bajos 1568−1648
2) Inglesa 1688−89
3) Estadounidense o Revolución Americana 1776
4) Francesa 1789−99
5) Hispanoamericana 1808−24
• De mayo 1810−20
• Oriental 1811 − 1820
6) De 1820
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• Trienio Liberal 1820−23
• De Oporto 1820 (24 de agosto)
• Griega 1821−23
7) De 1830
• De julio 1830 (27 al 29 de julio)
• Belga 1830
8) De 1848
9) De Ayutla 1854
10) De 1868 o La Gloriosa 1868
B)
1) Revolución de los PaÃ-ses Bajos 1568−1648:
Por la presión de Fernando II (rey de España) en lo económico (perjudico el comercio en beneficio de
España), en lo polÃ-tico (Saco el poder a funcionarios de estos paÃ-ses y puso funcionarios españoles) y
lo religioso (En los paÃ-ses bajos se habÃ-an difundido la reforma especÃ-ficamente calvinista, Fernando II
inicio una persecución religiosa), debido a esto se produjo la guerra de los 80 años que termino en 1648
con los tratado de Westfalia, holanda fue reconocido como estado independiente.
2) Revolución Gloriosa Inglesa 1688−89:
La revolución gloriosa tuvo lugar en Inglaterra en 1688, Carlos I, rey de Inglaterra, habÃ-a disuelto el
parlamento e instaurado un gobierno absolutista el enfrentamiento
Entre el rey y el parlamento habÃ-a desencadenado, 1642, una guerra civil. Los campesinos y la aristocracia
apoyaban al rey y la pequeña nobleza, los artesanos, los comerciantes y los citadinos defendÃ-an al
parlamento. En esos enfrentamientos, el rey que vencido, procesado y condenado a muerte. Se instauro
entonces un protectorado parlamentario a cargo de Oliver Cromwell, finalmente se restauro la monarquÃ-a y
con el asenso de la casa de orange quien acepto la Bill Of Rights (declaración de derechos de 1689) y la
toleration act (ley de tolerancia religiosa). Esto implico el acceso de las personas a ciertos derechos −sobre
todo civiles− comprendidos en el concepto de ciudadanÃ-a
3) Revolución Estadounidense o Revolución Americana 1776:
La rebelión de las colonias que el Reino Unido poseÃ-a en el norte de América constituyó la primera
revolución de carácter burgués y el precedente de otras posteriores .Su importancia radicó en que por
vez primera se puso en práctica de forma real y concreta una organización polÃ-tica de carácter liberal
asentada sobre las bases ideológicas de la Ilustración.
Se produjo tras la Guerra de los Siete Años que Inglaterra habÃ-a mantenido con Francia (1756 y 1763).
Este conflicto generó una crisis financiera del Estado que la Corona intentó paliar recurriendo al forzoso
concurso económico de los colonos en forma de nuevos impuestos.
Uno de estos impuestos fue la Stamp Act o "Ley del timbre" (1765), sello que gravaba la adquisición de
documentos oficiales y la prensa. La oposición de las colonias a lo que consideraban una tasa abusiva
obligó a la Corona a retirarla. Se consumó la primera revolución de carácter liberal que permitió hacer
realidad las ideas más avanzadas de la Ilustración. La Constitución de 1787 fue la primera escrita de la
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historia. La República Federal que articuló el nuevo Estado llevó a la práctica la división de poderes de
Montesquieu
4) Revolución francesa 1789−99:
La revolución Francesa se produjo durante el reinado de Luis XVI. En 1788 en medio de una severa crisis
financiera−producto de la participación de Francia durante le independencia norteamericana y de gastos
desmedidos de los nobles−, el monarca declaro la banca rota del estado. Convoco entonces a una reunión de
los estados generales, un parlamento en el que la nobleza, el clero y el tercer estado−compuesto por
burgueses, campesinos y artesanos, aunque solo los primeros participaron de la asamblea− se reunÃ-an en
forma separada. Pero los representantes del tercer estado, los más afectados por la crisis, se aliaron contra el
rey y le exigieron la reunión de una asamblea nacional, en la cual todos los representantes deliberan y
tomaran decisiones en conjunto. El rey entonces envÃ-o un ejército para que rodeara la ciudad de Paris y
estallo una guerra civil.
El 14 de julio de 1789 una gran masa de personas tomo la vieja prisión de la bastilla, los tumultos se
extendieron a la campiña y los campesinos declararon su liberación marcando asÃ- el fin del feudalismo
en Francia.
5) Revolución Hispanoamericana 1808−24:
• De mayo 1810−20:
Durante la etapa virreinal, España mantuvo un férreo monopolio con sus colonias americanas, impidiendo
el libre comercio con Inglaterra, beneficiaria de una extensa producción manufacturera en plena revolución
industrial. La condena a la intermediación perpetua por parte de España encarecÃ-a los intercambios
comerciales y sofocaba el crecimiento de las colonias. La escasez de autoridades españolas y la necesidad
de reemplazar al régimen monopólico, sumado a las convulsiones que se vivÃ-an Europa tras la invasión
napoleónica, llevaron a un grupo destacado de la población criolla a impulsar un movimiento
revolucionario.
Para febrero de 1810 casi toda España se encontraba en manos de los franceses. Un Consejo de Regencia
gobernaba la penÃ-nsula en nombre de Fernando VII, prisionero de Napoleón. El 13 de mayo de 1810
llegaron a Buenos Aires las noticias de la caÃ-da de la Junta Central de Sevilla, último bastión del poder
español.
La autoridad que habÃ-a designado al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros habÃ-a, por tanto, caducado y la
propia autoridad del virrey se encontraba cuestionada. Pronto Cisneros debió ceder a las presiones de las
milicias criollas y de un grupo de jóvenes revolucionarios y convocó a un Cabildo Abierto para el 22 de
mayo de 1810. El Cabildo, dominado por españoles, burló la voluntad popular y estableció una junta de
gobierno presidida por el propio Cisneros. Esto provocó la reacción de las milicias y el pueblo. Cornelio
Saavedra y Juan José Castelli obtuvieron la renuncia del ex virrey.
El 25 de mayo, reunido en la Plaza de la Victoria, actual Plaza de Mayo, el pueblo de Buenos Aires
finalmente impuso su voluntad al Cabildo creando la Junta Provisoria Gubernativa del RÃ-o de la Plata
integrada por: Cornelio Saavedra, presidente; Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Miguel de
Azcuénaga, Manuel Alberti, Domingo Matheu, Juan Larrea, vocales; y Juan José Paso y Mariano
Moreno, secretarios. Quedó asÃ- formado el primer gobierno patrio, que no tardó en desconocer la
autoridad del Consejo de Regencia español.
• Oriental 1811 − 1820:
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Entre febrero y abril se produjeron en la campaña los primeros levantamientos contra Montevideo. Eran
movimientos aislados, dirigidos por hacendados − que eran caudillos en cada pago − y a veces hasta por los
curas párrocos.
Fue asÃ-, que en febrero de 1811 se produjo sobre el arroyo Asencio (Soriano) la primera manifestación
revolucionaria de nuestros gauchos, dirigidos por los paisanos Pedro Viera y Venancio Benavides. Fue el
llamado Grito de Asencio.
El 28 de febrero, un grupo de patriotas manifestaron su voluntad de luchar por la libertad. Este
pronunciamiento se conoce con el nombre de Grito de Asencio y estuvo a cargo de los caudillos Viera y
Benavides.
Artigas, se incorpora a la revolución, poniéndose a las órdenes de la Junta de Buenos Aires y el 11 de
abril de 1811, hace una proclama en la ciudad de Mercedes.
A este movimiento se plegaron caudillos como Fructuoso Rivera, Tomás GarcÃ-a de Zúñiga, Manuel
Francisco Artigas, Juan Antonio Lavalleja y Fernando Otorgués. Poco a poco van cayendo puntos
estratégicos de la campaña en manos de los orientales. La revolución oriental habÃ-a comenzado.
6) De 1820:
• Trienio Liberal 1820−23:
Finalmente, un pronunciamiento liberal terminó por triunfar. Poniéndose al frente de un ejército que en
Cabezas de San Juan (Cádiz) estaba acantonado para marchar hacia América a luchar contra los
rebeldes independientes, el teniente coronel Riego se puso al frente de este contingente y proclamó la
Constitución de 1812. Tras diferentes avatares la insurrección se generalizó. El 9 de marzo de 1820,
Fernando VII, atemorizado, juró la Constitución de 1812. Tras la derrota de Napoleón en 1815, las
grandes potencias absolutistas (Prusia, Austria, Rusia y la Francia de Luis XVIII), reunidas en el Congreso de
Viena y coaligadas la Santa Alianza, se habÃ-an comprometido a intervenir ante cualquier amenaza liberal
que surgiera en Europa contra los principios de la Restauración (absolutismo, antiguo régimen). AsÃ-,
reunidas en 1822 un Congreso en Verona, las potencias acordaron la intervención en España. El 7 de abril
de 1823 un ejército francés, conocido como los Cien Mil Hijos de San Luis, entró y, sin encontrar
resistencia popular, conquistó fácilmente el paÃ-s. El 1 de octubre puso fin al último foco de resistencia
del gobierno liberal en Cádiz y repuso como monarca absolutista a Fernando VII.Â
• De Oporto 1820 (24 de agosto):
Se inició en Oporto en agosto de 1820 entre la burguesÃ-a mercantil, descontenta por la apertura de los
puertos brasileños al mundo, y reclamaron una Constitución. Todas las capas sociales se le unieron, ya que
el principal objetivo de la revolución era la vuelta de la familia real que llevaba viviendo en Brasil desde la
invasión de Napoleón. Se formó una asamblea constituyente y elaboraron una constitución inspirada en
la española de 1812. El rey Juan VI tuvo que regresar a Portugal en 1821 dejando como regente de Brasil a
su hijo Pedro. Entonces, las cortes portuguesas que estaban descontentas porque habÃ-a un regente en Brasil
pidieron el regreso de Pedro. Los diputados brasileños abandonaron las cortes y Pedro proclamó la
independencia de Brasil en 1822. La revolución liberal habÃ-a triunfado en Portugal pero tuvo que sufrir la
separación de Brasil.
• Griega 1821−23:
En Grecia la revolución, que perseguÃ-a la independencia respecto al Imperio Turco, fue apoyada por Gran
Bretaña, Rusia y Francia. Tras una larga guerra que duró casi una década y que concluyó en 1829,
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TurquÃ-a reconoció la independencia del nuevo Estado.
7) De 1830
• De julio 1830 (27 al 29 de julio)
Se inició en Oporto en agosto de 1820 entre la burguesÃ-a mercantil, descontenta por la apertura de los
puertos brasileños al mundo, y reclamaron una Constitución. Todas las capas sociales se le unieron, ya que
el principal objetivo de la revolución era la vuelta de la familia real que llevaba viviendo en Brasil desde la
invasión de Napoleón.
Se formó una asamblea constituyente y elaboraron una constitución inspirada en la española de 1812. El
rey Juan VI tuvo que regresar a Portugal en 1821 dejando como regente de Brasil a su hijo Pedro.
Entonces, las cortes portuguesas que estaban descontentas porque habÃ-a un regente en Brasil pidieron el
regreso de Pedro. Los diputados brasileños abandonaron las cortes y Pedro proclamó la independencia de
Brasil en 1822.
La revolución liberal habÃ-a triunfado en Portugal pero tuvo que sufrir la separación de Brasil.
• Belga 1830
Logró independizarse de los PaÃ-ses Bajos (Holanda) a la que habÃ-a sido unida en 1815 como
"Estado−Tapón". Formó un nuevo estado basado en una monarquÃ-a constitucional representada por
Leopoldo I.
8) De 1848
La oleada revolucionaria de 1848 se inició −al igual que la de 1830− en Francia y se extendió a
continuación por gran parte de Europa. Es conocida con el nombre de "primavera de los pueblos".
La negación de derechos y libertades a importantes sectores de la sociedad francesa: la monarquÃ-a de Luis
Felipe de Orleans sólo satisfacÃ-a los intereses de la alta burguesÃ-a, en tanto que la pequeña burguesÃ-a
como el proletariado quedaban polÃ-tica y económicamente desatendidos.
En febrero la insurrección, protagonizada por sectores pequeño−burgueses, obreros y estudiantes forzó la
abdicación de Luis Felipe y la proclamación de la IIª República bajo un régimen de acusado matiz
social que implementó las siguientes medidas: sufragio universal masculino (frente al censitario), libertad de
prensa, libertad de asociación y derecho al trabajo.
En junio la revolución se radicalizó y la pequeña burguesÃ-a que habÃ-a estado del lado de las clases
obreras se alió con la alta burguesÃ-a. La lucha contra el absolutismo se transformó en una lucha
interclasista entre burgueses y obreros que se saldó con una fuerte represión (más de 1.500 ejecutados).
Tras la aprobación de la Constitución fue nombrado presidente de la República Luis Napoleón
Bonaparte, sobrino de Napoleón, quien en 1852 se proclamó emperador con el nombre de Napoleón III,
dando al traste con la mayor parte de las reivindicaciones revolucionarias e inaugurando el Segundo Imperio
francés.
9) De Ayutla 1854
Plan de Ayutla, manifiesto y programa polÃ-tico mexicano, proclamado por el coronel Florencio Villarreal el
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1 de marzo de 1854 en la localidad homónima del estado de Guerrero (en la actualidad, denominada Ayutla
de los Libres), con el objeto de deponer al general y dictador Antonio López de Santa Anna, asÃ- como
proceder a la convocatoria de un congreso extraordinario con carácter constituyente. Sus más destacados
redactores fueron los generales Ignacio Comonfort y Juan Ãlvarez, este último su principal impulsor. El 13
de julio de 1855, sus defensores lograron que la guarnición militar de la ciudad de México promulgara su
contenido y, al mes siguiente, Santa Anna renunció a la presidencia y marchó al exilio. Una junta de
representantes, prevista en el plan y presidida por ValentÃ-n Gómez FarÃ-as, eligió presidente a Ãlvarez
poco después, quien renunció en diciembre de ese año y resultó sustituido por Comonfort. El Congreso
Constituyente elegido en 1856 trajo como resultado la Constitución federal de 1857, fruto directo del Plan de
Ayutla.
10) De 1868 o La Gloriosa 1868
Revolución de 1868, también conocida como la Gloriosa, levantamiento revolucionario español que
tuvo lugar en septiembre de 1868 y supuso el destronamiento de la reina Isabel II, asÃ- como el consiguiente
inicio del periodo denominado Sexenio Democrático. Fue provocada por una crisis económica
generalizada, la división interna del Partido Moderado (en el poder desde 1844), la discordia entre unionistas
y moderados tras la muerte de sus lÃ-deres (Leopoldo O'Donnell, en 1867, y Ramón MarÃ-a Narváez, en
1868) e, incluso, por la propia conducta de Isabel II. La Unión Liberal, dirigida por Francisco Serrano,
duque de la Torre, firmó el 30 de junio de 1867 con progresistas y demócratas, en oposición al gobierno y
la Corona, el denominado Pacto de Bruselas, que completaba el Pacto de Ostende (signado el 16 de agosto de
1866 por los representantes del Partido Progresista y del Partido Demócrata, con el objeto de derrocar a la
Reina). Los generales conspiradores, Francisco Serrano Bedoya entre otros, fueron desterrados a Canarias,
asÃ- como los duques de Montpensier, para no contribuir a fomentar la conspiración. Esta polÃ-tica de
represión agudizó el espÃ-ritu de rebeldÃ-a. La insurrección armada estalló en AndalucÃ-a, preparada
por las juntas revolucionarias constituidas por demócratas y progresistas, que actuaban en paralelo a una
conspiración militar. Se inició en Cádiz con el pronunciamiento militar del brigadier Juan Bautista
Topete. La escuadra sublevada tomó la plaza de acuerdo con los generales Juan Prim y el duque de la Torre.
En un manifiesto conjunto, los generales acusaban a Isabel II y exigÃ-an una reforma constitucional y el
respeto a los derechos individuales. Las juntas revolucionarias, más radicales, exigieron por su parte la
soberanÃ-a nacional.
Mientras Topete permanecÃ-a en Cádiz al frente de la flota sublevada, Prim recorrÃ-a la costa
mediterránea hasta Cataluña. Las tropas del gobierno se mostraron muy lentas a la hora de cortar estos
pronunciamientos. Los revolucionarios las derrotaron, el 28 de septiembre, en la batalla de Alcolea. El apoyo
de Barcelona y la costa mediterránea a la revolución fue decisivo. En tanto que el duque de la Torre se
dirigÃ-a hacia Madrid, la Reina dudaba, pero terminó por doblegarse ante los acontecimientos y abandonó
el paÃ-s el 30 de septiembre, sin abdicar de sus derechos. Se constituyó un gobierno provisional bajo el
mando del general Serrano, duque de la Torre. A partir de ese momento, se iniciaba una etapa de seis años
(Sexenio Democrático), en los que, a través de diferentes ensayos polÃ-ticos, se intentó crear un sistema
democrático que desembocó en la fallida experiencia de la I República.
C) Revolucion Francesa:
El proceso que conocemos como Revolución Francesa supuso la caÃ-da del Antiguo Régimen en uno de
los paÃ-ses más poderosos del mundo. Las repercusiones de tal conflicto no afectaron exclusivamente a
Francia, sino que, en mayor o menor medida, sirvieron de referente a aquellos que en Europa conspiraban
contra de las monarquÃ-as absolutas y luchaban por la abolición de las desigualdades del régimen feudal
La crisis del Antiguo Régimen en Francia
En las postrimerÃ-as del siglo XVIII, Francia asiste al desmoronamiento de sus caducas estructuras feudales.
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El proceso se manifestó a través de una crisis social y del Estado que condujeron a la descomposición del
absolutismo. Las ideas de la Ilustración jugaron un papel muy importante en este conflicto. La mala
coyuntura económica que aquejó al paÃ-s durante los años 80 aceleró el proceso.
Crisis de la sociedad
Legalmente la sociedad francesa estaba dividida en estamentos fundamentados sobre los privilegios y la
desigualdad. Los beneficiarios de este orden social eran la nobleza y el clero , ambos poseedores de
privilegios y exenciones.
Un tercer grupo que estaba constituido por burgueses, artesanos, campesinos y otros colectivos marginales
carecÃ-a de privilegios y sumaba el 90% de la población . Sobre ese heterogéneo conjunto recaÃ-an los
impuestos y cargas económicas en los que se sustentaba el Estado.
Los cambios económicos que estaban teniendo lugar en el seno del capitalismo comercial dotaban a la
burguesÃ-a de un fuerte poder económico que no se correspondÃ-a con su escaso protagonismo polÃ-tico.
Este desajuste originaba gran frustración en una clase rica y culta que reclamaba un nuevo marco social y
polÃ-tico donde poder desarrollar sus expectativas.
Crisis del Estado
Francia estaba gobernada por una monarquÃ-a absoluta encarnada en un rey de derecho divino y un Estado
fuertemente centralizado. Pero a la altura de 1789 esta organización habÃ-a quedado obsoleta y el aparato
administrativo y judicial no funcionaban correctamente. Para muchos se hacÃ-a necesaria una profunda
reforma a la que, sin embargo, estaban poco dispuestos los privilegiados.
La crisis del Estado se traducÃ-a en un crónico déficit que hacÃ-a que anualmente los gastos de la
Hacienda Pública superasen en un 20% a los ingresos. Las medidas que se acometieron para paliar el
problema no hicieron sino complicar la situación pues se centraron no en una profunda reforma fiscal, sino
en el creciente recurso a empréstitos y al incremento de la presión fiscal (es decir, más impuestos). Esta
difÃ-cil situación constituirá uno de los detonantes del estallido revolucionario.
El proceso revolucionario francés
Atravesó las siguientes fases:
La revuelta de los privilegiados
La protagonizaron la aristocracia y el clero que se opusieron a las propuestas del ministro de Luis XVI,
Calonne. Éste para evitar la bancarrota de la Hacienda proyectó una reforma fiscal que incorporaba como
contribuyentes a los privilegiados.
Reunidos en una Asamblea de Notables, integrada por prÃ-ncipes, grandes nobles y altos dignatarios
eclesiásticos, los dos grupos privilegiados se opusieron frontalmente a las pretensiones de Calonne y
solicitaron al rey la convocatoria de los Estados Generales, una asamblea en la que también tenÃ-a
representación el Estado Llano.
Los Estados Generales (1789)
Se reunieron en Versalles el 5 de mayo de 1789 con el propósito de solventar el problema financiero. En la
práctica sirvieron de plataforma para que el Estado Llano pidiese reformas polÃ-ticas radicales, canalizando
dichas demandas mediante los llamados Cuadernos de Quejas.
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El Estado Llano, que contaba con un número de componentes que igualaba al de los otros dos juntos,
planteó que las votaciones se hiciesen individualmente, es decir, cada diputado un voto y no por estamentos,
a lo que tanto la nobleza como el clero se negaron.
Ante tal rechazo, los representantes del Tercer Estado optaron por reunirse separadamente, lo que realizaron
en forma de Asamblea Nacional en un frontón (juego de pelota) ante la imposibilidad de hacerlo en la
Cámara que habÃ-a sido cerrada por orden real.
La Asamblea Nacional y la Asamblea Constituyente (1789−1791)
Frente a las presiones para que la Asamblea Nacional se disolviese, el 20 de junio de 1789 los diputados
juraron no hacerlo hasta elaborar una Constitución para Francia (Juramento del Juego de Pelota) . Desde ese
instante la Asamblea Nacional se transformó en Asamblea Constituyente. A los intentos del monarca por
reprimir una insubordinación que cuestionaba el orden establecido respondió el pueblo de ParÃ-s con el
Asalto a la Bastilla (14 de julio). Las revueltas se extendieron rápidamente por todo el territorio francés.
La Asamblea Constituyente realizó la siguiente labor:
1. Abolió los privilegios feudales y la sociedad estamental.
2. Declaró los Derechos del Hombre y del ciudadano, la soberanÃ-a nacional, la libertad e igualdad de los
hombres, principios que se formalizaron en la primera constitución francesa, cuyo precedente inmediato fue
la estadounidense de 1787.
3. Redactó la Constitución Civil del Clero, que suponÃ-a la formación de una Iglesia nacional desgajada
de la obediencia del Papa. Esta medida provocó la consiguiente división del clero en dos sectores: los
juramentados (que se atuvieron a la norma) y los refractarios (reacios a acatarla).
4. Promulgó la Constitución de 1791, ley fundamental que organizaba la vida de Francia y en la que se
contempló la soberanÃ-a nacional, la división de poderes y el sufragio censitario.
La Asamblea Nacional ponÃ-a la Revolución en manos de los sectores moderados, los girondinos. Con ella
Francia dejó de ser una monarquÃ-a absoluta y se organizó como una monarquÃ-a de carácter limitado y
constitucional.
La Asamblea Legislativa (1791−1792)
De acuerdo con la Constitución de 1791 se configuró una nueva Asamblea, que habrÃ-a de trabajar junto al
rey en la elaboración nuevas leyes. Durante ese perÃ-odo tuvieron lugar una serie de hechos que
radicalizaron la revolución:
En exterior
Tras la aprobación de la Constitución del Clero, el rey intentó huir a Austria (2 de junio de 1791).
Descubierto en Varennes fue obligado a regresar a ParÃ-s, quedando en entredicho su lealtad, pero también
afectando negativamente a las iniciativas de los miembros más moderados de la Asamblea Constituyente y a
la propia Constitución monárquica de 1791
Como reacción, las potencias absolutistas encabezadas por Austria y Prusia (Declaración de Pillnitz)
decidieron intervenir en ayuda del monarca francés. La Asamblea Legislativa, dominada por los girondinos
(republicanos moderados), declaró la guerra a Austria (1792), en tanto que los jacobinos (republicanos
radicales) discrepaban de la decisión pues suponÃ-a una internacionalización de la Revolución que en
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principio no deseaban.
En el interior
Se desencadenó la escisión del frente revolucionario. Esta división se vio propiciada por los iniciales
reveses militares franceses en la primavera de 1792. Surgieron grupos radicales (como el de los
Sans−Culottes) que reivindicaban cambios democráticos y sociales avanzados. El 10 de agosto instauraron
en ParÃ-s una Comuna revolucionaria que destituyó y arrestó al rey procediendo a la sistemática
persecución de sus seguidores. Se ponÃ-a fin de ese modo a la monarquÃ-a constituyente consagrada en la
Constitución de 1791
La Convención Nacional (1792−1794)
La Asamblea Legislativa fue reemplazada mediante sufragio universal por la Convención Nacional. Ésta
abolió la monarquÃ-a e implantó una República.
La Convención contó en su seno con varias tendencias articuladas en los siguientes grupos:
Los Girondinos (Brissot). Representantes de la alta burguesÃ-a, partidarios de controlar con moderación el
proceso revolucionario e incluso, pese su republicanismo, transigir con la monarquÃ-a. Constituyen la
derecha revolucionaria.
Los Jacobinos (Robespierre, Saint−Just). Representantes de la burguesÃ-a media. Apoyados por los
sans−culottes (clases populares, artesanos y obreros) y la Comuna de ParÃ-s (eran centralistas), evolucionaron
hacia posturas cada vez más radicales.
Aún más exaltados que los jacobinos, eran los "cordeliers" (del cinturón de cuerda que integraba el
hábito de los frailes en cuyo antiguo convento se reunÃ-an). Figuras destacadas de este grupo fueron
Hébert, Danton y Marat.
Junto con los jacobinos integraban la llamada "Montaña", el grupo más intransigente de la revolución
La Llanura (que comprendÃ-a la mayor parte de la Convención) fluctuaba entre ambos grupos.
Etapas de este Periodo:
La girondina (septiembre de 1792−junio de 1793). Mientras duró, la Convención estuvo dominada por los
moderados girondinos. Se venció a los prusianos (Valmy), pero la presión de los radicales jacobinos forzó
a la ejecución del rey (enero de 1793), lo que avivó la ofensiva europea, encabezada por Inglaterra.
La jacobina (junio de 1793−julio de 1794). En esta fase los más exaltados se hicieron con el poder
desbancando a los girondinos, que fueron perseguidos y muchos de ellos ejecutados. Entre los nuevos
dirigentes sobresalió la figura de Robespierre. El Comité de Salud Pública se convirtió en el verdadero
órgano de gobierno de la Convención. A través de un Tribunal Revolucionario se implantó un
Régimen de Terror durante el cual fueron guillotinadas más de 16.000 personas, entre ellas, incluso
significados lÃ-deres nada moderados, como Danton o Hébert.
En julio de 1794 (mes de thermidor según el calendario revolucionario), un golpe de estado protagonizado
por los diputados centristas (la Llanura) depuso a Robespierre y mandó ejecutarlo. El ascenso revolucionario
quedó interrumpido y Francia se adentró en una etapa moderada.
El Directorio (1795−1799)
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Tras la ejecución de Robespierre y de otros elementos jacobinos ("montañeses") la revolución se adentró
en una fase moderada. Fue redactada una nueva Constitución, la de 1795, y se ensayó la fórmula del
Directorio, asÃ- denominado porque el poder Ejecutivo quedaba en manos de 5 miembros (directores), en
tanto que el Legislativo descansaba en dos Cámaras (Consejo de los Quinientos y el Senado).
Un militar de prestigio, Napoleón Bonaparte, se convirtió durante algún tiempo en el árbitro de la
polÃ-tica, hasta que en noviembre de 1799 (brumario) decidió poner fin al sistema mediante un golpe de
estado.
Personajes de la Revolución:
Luis XVI (1754 − 1793), Rey de Francia
Nació en Versalles y falleció en ParÃ-s.
Luis XV en 1769 solicitó formalmente a la Archiduquesa MarÃ-a Teresa de Austria, la mano de su hija
MarÃ-a Antonieta para el joven Augusto, DelfÃ-n y futuro Rey de Francia, contaba entonces con 15 años.
Se casaron en Versalles el 16 de mayo de 1770. El primer vástago resultó ser una niña, la princesa
MarÃ-a Teresa.
A la muerte de Luis XV en 1774, el DelfÃ-n asumió el trono con el nombre de Luis XVI.
Su primera medida como Rey de Francia, para congraciarse con la aristocracia, fue destituir al Triunvirato que
ejercÃ-a el gobierno.
Debido a sus gestiones, y a la firma del 'Tratado Versalles' en septiembre de 1783, Francia obtuvo la
devolución de los territorios de Senegal, Tobago y Santa LucÃ-a. En polÃ-tica exterior puso su confianza en
Vergennes, que en febrero de 1778 propició la intervención francesa en la Guerra de Independencia de
Estados Unidos, a favor de los rebeldes y en contra de la corona británica. Frente al deterioro de la
situación interior, tuvo que acceder a la convocatoria de Estados Generales en 1789, en los que la nobleza y
el clero se negaron a deliberar con el Tercer Estado, hecho que sumado a la destitución del Ministro Jacques
Nècker (1732 − 1804), motivó la indignación del pueblo y conluyó en el amotinamiento de la Bastilla.
Luis XVI, temiendo por su seguridad, decidió abandonar ParÃ-s para hacer un llamamiento a su ejército y
efectuar la contrarrevolución, pero fue detenido en Varennes y conducido de nuevo a ParÃ-s.
En agosto de 1792, y tras haber sido invadido el Palacio de las TullerÃ-as por el pueblo, Luis XVI fue
encerrado con su familia en la iglesia del Temple, de donde salió para comparecer ante 'La Convención'.
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Sentenciado a muerte por el pueblo, fue guillotinado el 21 de enero de 1793.
Maximiliano Robespierre (1758 − 1794)
Nació en Arras (al norte de Francia) el 6 de mayo de 1758.
Conocido también como 'El Incorruptible'.
Estudió leyes y ejerció la abogacÃ-a con decisión y honestidad que le eran caracterÃ-sticas, gracias a las
cuales ganó el prestigio que le convirtió en protagonista de un perÃ-odo importante en la historia universal.
Fue representante de los ciudadanos en los Estados Generales de 1789, que se hallaban reunidos en Versalles
por convocatoria del Rey Luis XVI, con la finalidad de solicitar dinero que permitiera un desahogo a las
finanzas del Estado, golpeadas a causa de las cuantiosas deudas que arrastraba.
Activo representante ante el Tercer Estado, con sus conocimientos contribuyó para enriquecer no sólo el
texto de la Constitución, sino también la Declaración de los Derechos del Hombre (1789). Robespierre
representaba a la facción de lÃ-nea dura y su capacidad de liderazgo era indudable. Cuando se juzgó al rey
Luis XVI, pidió se le aplicara la pena de muerte sin comparecer ante un tribunal. Representante de ParÃ-s en
la Convención Nacional, adquirió una inmensa popularidad que le permitió derrotar a los girondinos,
quienes le acusaban de aspirar a la Dictadura. En 1793, logró imponerse el gobierno revolucionario, formado
por un grupo reducido de diputados, con Robespierre a la cabeza, que se hacÃ-an llamar Comité de
Salvación Pública. Fue el alma de las insurrecciones que dieron el triunfo al Partido de la Montaña, y
después de las ejecuciones de los hebertistas y de los dantonistas, fue el único jefe del Gobierno
revolucionario conocido en la historia como el "Terror". Vencido, por una coalición de los restos de todos
los partidos, fue guillotinado en ParÃ-s en julio de 1794, junto a Antoine Louis Saint Just, Georges Couthon y
Philippe François Joseph Lebas.
Georges Jacques Danton (1759 − 1794)
Nació en Arcis sur Aube en 1759 y murió en la guillotina en ParÃ-s en 1794.
Hijo de un procurador de Arcis. Fue abogado en el Consejo del Rey (1785 − 1791).
En julio de 1790 fundó la Sociedad de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, más conocida por el
Club de los Cordeliers, nombre que el pueblo daba a los franciscanos.
Formó parte de la Comuna y del Directorio del departamento de ParÃ-s, desde el cual dirigió la revuelta
republicana que siguió a la huida del rey, que fue sangrientamente reprimida.
Tras un corto exilio en Gran Bretaña, en 1792 regresó a ParÃ-s.
Participó en la insurrección del 10 de agosto de 1792.
La Asamblea Legislativa le nombró Ministro de Justicia. Al suscitarse la controversia sobre la guerra con las
potencias contrarrevolucionarias, Georges Jacques Danton apoyó en principio la posición de Robespierre,
quien consideraba peligrosa una guerra exterior sin haber consolidado la Revolución, pero más tarde
guardó silencio ante la propuesta de guerra planteada por el monarca y defendida por los girondinos.
Ante el avance prusiano hacia ParÃ-s, Danton propuso la resistencia a ultranza, negándose a retirar el
gobierno del Loira. En noviembre de 1792 fue enviado por la Convención a Bélgica, por lo que no estuvo
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presente en la vista del juicio contra Luis XVI, pero al dictarse sentencia, votó por la muerte del rey.
Defendió la anexión de Bélgica a la República y la creación de un Comité de Salvación Pública,
del cual fue miembro preponderante. Su escaso éxito en la gestión y su polÃ-tica conciliatoria con las
potencias extranjeras impidieron su reelección, y en su lugar fue elegido Maximiliano Robespierre.
La implicación de Danton en la compañÃ-a de Indias provocó su procesamiento y después la condena
a muerte. Murió en la guillotina el 5 de abril de 1794.
Jean−Paul Marat
(Boudry, Francia, 1743−ParÃ-s, 1793)
PolÃ-tico francés. Estudió medicina en ParÃ-s y se doctoró en Londres, donde en 1774 publicó en
inglés The Chains of Slavery, obra en la que critica a la monarquÃ-a ilustrada. De este perÃ-odo datan sus
primeros contactos con la francmasonerÃ-a. Al estallar la Revolución Francesa aumentó su exaltada
propaganda de la misma, lo que le granjeó no pocas amonestaciones y enemistades. La publicación del
periódico L'Ami du Peuple, plataforma de sus ideas sobre la libertad de expresión y la condena del Antiguo
Régimen, lo llevó a prisión por primera vez. Como miembro del club de los cordeliers, dirigió fuertes
ataques contra el ministro Necker, La Fayette y el rey Luis XVI cuando éste trató de huir de Francia. Sus
virulentas crÃ-ticas le obligaron a exiliarse en Londres en dos ocasiones. Sin embargo, sus ideas y su defensa
de los derechos del pueblo lo convirtieron en un personaje muy apreciado y popular.
En 1792 tomó parte en las matanzas de septiembre y fue elegido miembro de la Convención y de la
Comuna de ParÃ-s, pero tropezó con la animadversión de los girondinos al incitar al pueblo a usar la fuerza
y reclamar la dictadura. Cerró su antiguo periódico para publicar el Journal de la Republique Française, y
consiguió los votos necesarios para enviar a Luis XVI a la guillotina. Durante la crisis de la primavera de
1793, los girondinos consiguieron que la Convención le acusase de incitar al pueblo a la violencia, pero fue
declarado inocente. La caÃ-da definitiva de los girondinos se produjo el 2 de junio de 1793, pero Marat,
enfermo y exhausto tras años de lucha, abandonó la Convención. Poco después, el 13 de julio, fue
asesinado por la girondina Charlotte Corday.
MarÃ-a Antonieta
Con 12 años fue elegida para matrimoniar con el duque de Berry y delfÃ-n Luis XVI y su madre se
empeñó en hacer de ella una perfecta cortesana, asignando a la joven un preceptor eclesiástico y un
peluquero. A los 14 años contrajo matrimonio −16 de mayo de 1770− y se convirtió en una de las damas
más bellas de Europa.
Fue presentada por la prensa clandestina como una mujer vendida a los intereses austriacos, poniendo el
acento en su capacidad para derrochar y su facilidad para la burla. Su fama serÃ-a deteriorada aún más con
el escándalo de un célebre collar, asunto en el que se implicó a la reina.
Tras el estallido de la Revolución, los monarcas pensaron en huir del paÃ-s. Sólo llegaron a Varennes
donde fueron detenidos, siendo trasladados a ParÃ-s y encarcelados. Luis XVI fue ejecutado en enero de 1793
y MarÃ-a Antonieta trasladada a la Conciergerie hasta ser enjuiciada y condenada a muerte. El 16 de octubre
será guillotinada y su cabeza exhibida ante el pueblo de ParÃ-s como un triunfo de la Revolución.
Jacques Necker
Financiero y polÃ-tico francés (Ginebra, 1732 − Coppet, Ginebra, 1804). Vivió en ParÃ-s desde los
quince años y se convirtió en uno de los banqueros más importantes de la ciudad. Desde 1768,
abandonó sus negocios, atraÃ-do por la ciencia y la literatura (en el salón de su mujer se reunÃ-an por
entonces algunos de los intelectuales más destacados de la Ilustración, como Diderot y D'Alaembert). En
sus escritos atacó las ideas económicas de Quesnay y Turgot, defendiendo una mayor regulación estatal de
los mercados
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La confianza que inspiró en el mundo financiero y el acierto de sus primeras medidas produjeron una mejora
transitoria de la situación, rota a partir de 1780 cuando la intervención francesa en la Guerra de
Independencia de los Estados Unidos de América (1778−83) volvió a desequilibrar las cuentas.
Por otro lado, la corte y los parlamentos provinciales se opusieron a las reformas fiscales que proponÃ-a
Necker, temerosos de perder sus privilegios; cuando el ministro expuso su punto de vista en un Informe al rey
fue inmediatamente destituido, pues, además de atacar el principio del secreto de las finanzas reales, habÃ-a
puesto en evidencia a la aristocracia denunciando las pensiones que recibÃ-a de unas arcas reales a las que no
contribuÃ-a (1781).
Análisis de Opiniones:
Luis XVI intentaba ser un monarca absoluto (durante el siglo XVII surgió la teorÃ-a que el soberano solo
respondÃ-a ante Dios, donde Luis XIV en su máximo exponente, a quien se le atribuye la frase que define el
poder absoluto el estado soy yo). Maria Antonieta siguió a su marido hasta la muerte, fue el sÃ-mbolo para
los franceses de toda la corrupción y el despilfarro de la monarquÃ-a. Jacques Necker fue el ministro de
finanzas de Luis XVI con ideas intenta imponer sus ideas y termina chocando con la corte del rey. Marat,
Robespierre, Danton pertenecÃ-an al club de los jacobinos, sus pensamientos derivaban de la ilustración con
autores como Rousseau, Montesquieu, Voltaire.
Significado de la Revolución Francesa
1. Fue la primera revolución polÃ-tica burguesa del continente europeo Sus precedentes hay que buscarlos
en la Revolución Inglesa del siglo XVII y en la Independencia de los Estados Unidos.
2. Supuso la implantación del liberalismo Asestó un golpe decisivo al absolutismo monárquico que fue
reemplazado por la soberanÃ-a nacional, el reparto de poderes y el reconocimiento de las libertades
individuales.
3. Dotó a Francia de una nueva estructura de la propiedad agrÃ-cola Aunque pervivieron las grandes
propiedades agrarias (en manos de la burguesÃ-a), nació un nuevo tipo de explotación de tamaño medio
en sustitución de los antiguos latifundios pertenecientes a la nobleza y al clero.
4. Constituyó un referente polÃ-tico e ideológico Las futuras revoluciones burguesas que se desarrollan a lo
largo del siglo XIX volverán sus ojos hacia ella. Sucedió asÃ- en las oleadas de 1820, 1830 y 1848 y en los
procesos de independencia colonial que dieron origen a nuevos estados, como los de la América hispana.
D)
Conclusión General:
Las revoluciones burguesas europeas, producidas entre 1789 y 1848 dieron lugar a un nuevo tipo de Estado
que los historiadores denominan "liberal. La ideologÃ-a que sustentaba estos regimenes es el denominado
"liberalismo, que a mediados del siglo XIX presentaba un doble aspecto: polÃ-tico y económico. El
liberalismo económico significaba respeto a las libertades ciudadanas e individuales (libertad de expresión,
asociación, reunión), existencia de una constitución inviolable que determinase los derechos y deberes de
ciudadanos y gobernantes; separación de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) para evitar cualquier
tiranÃ-a; y el derecho al voto, muchas veces limitado a minorÃ-as.
Opinión Personal:
Las revoluciones burguesas significaron el comienzo de las libertades de los individuos que no pertenecÃ-an
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ni a la nobleza ni al clero, el aumento de las libertades significo el fin de los regimenes absolutistas por un
tiempo en algunos casos, pero finalmente en el presente llegamos a darnos cuenta de donde provienen las
luchas por la libertades en algunos casos intereses en otros y como la combinación de estos y otros factores
van formando el presente y futuro de las naciones.
BibliografÃ-a:
Historia 2 Jose Ibañez
Derechos Humanos y Ciudadania ( adrian Melo y silvina Zimerman)
Felipe Pigna Los Mitos de la Historia Argentina, Buenos Aires, 2004
Juan Carlos Ocaña
Encarta
Luis XVI Danton y Robespierre de fuenterebollo
Arte historia
La Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano. Agosto de 1789.
Constitución francesa de 1791.
Duclerc, E. Diccionario polÃ-tico y enciclopédico
La era del capitalismo. Eric J. Hobsbawn.
La Revolución Francesa. Soboul, A.
Memorias sobre la revolución francesa. Marqués de Bouillé .
Historia 2 (Omar H. Bagnoli; Gustavo L. Paz; Alejandro Cattaruzza; Ofelia Manzi y Marcela Ternavasio)
Los orÃ-genes de la Revolución Francesa. Godechot, J.
5
La burguesÃ-a domina. Ella es la nueva aristocracia, la nobleza del siglo XIX. (...) La burguesÃ-a domina
porque maneja todas las fuerzas sociales; porque posee las fuentes de riqueza, los instrumentos de trabajo, el
crédito. El gobierno es tributario suyo, igual que la nación. Por ella el pueblo vive; por ella muere. Ella es,
en fin, señora y reina del mundo social. Este dominio está consagrado, proclamado por las instituciones
polÃ-ticas. Es la burguesÃ-a quien hace la ley y quien la aplica..
Duclerc, E. Diccionario polÃ-tico y enciclopédico. ParÃ-s, 1842.
La burguesÃ-a ha sometido el campo a la denominación de la ciudad. Ha creado ciudades enormes, ha
incrementado en alto grado el número de la población urbana en relación a la rural. Ha hecho depender a
los paÃ-ses bárbaros y semibárbaros de los civilizados, a los pueblos campesinos de los pueblos burgueses,
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al Oriente del Occidente. La burguesÃ-a va superando cada vez más la fragmentación de los medios de
producción, de la propiedad y de la población. Ha centralizado los medios de producción y ha concentrado
la propiedad en unas pocas manos.
Marx y Engels. Manifiesto del Partido Comunista. 1848.
El oficial de nuestro ejército después de asombrar al enemigo por su valor, debe ganar a los pueblos por
el irresistible atractivo de su instrucción. El que se encuentre desnudo de estas cualidades redoble sus
esfuerzos para adquirirlas, y no se avergüence de una dócil resignación a la enseñanza que se le ofrece,
pues en un pueblo naciente todos somos principiantes, y no hay otra diferencia que la de nuestros buenos
deseos: el que no sienta los estÃ-mulos de una noble ambición de saber y distinguirse en su carrera,
abandónela con tiempo, y no se exponga al seguro bochorno de ser arrojado con ignominia: busque para su
habitación un pueblo de bárbaros o de esclavos y huya de la gran Buenos Aires que no quiere entre sus
hijos hombres extranjeros a las virtudes.
El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes, y el honor de éstos se interesa en que
todos conozcan la execración con que miran aquellas reservas y misterios inventados por el poder para cubrir
sus delitos. El pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren bien, debe aspirar a que nunca puedan obrar
mal.
Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce, lo que vale, lo que
puede y lo que sabe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas y después de vacilar algún tiempo entre
mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte, mudar de tiranos, sin destruir la tiranÃ-a
Fuente: Mariano Moreno, Escritos PolÃ-ticos, Buenos Aires, La Cultura Argentina, 1915
Nosotros, descendientes de los sabios y nobles pueblos de la Hélade, nosotros que somos los
contemporáneos de las esclarecidas y civilizadas naciones de Europa (...) no encontramos ya posible sufrir
sin cobardÃ-a y autodesprecio el yugo cruel del poder otomano que nos ha sometido por más de cuatro
siglos (...). Después de esta prolongada esclavitud, hemos decidido recurrir a las armas para vengarnos y
vengar nuestra patria contra una terrible tiranÃ-a.
   La guerra contra los turcos (...) no está destinada a la obtención de ventajas para una parte aislada
del pueblo griego; es una guerra nacional, una guerra sagrada, una guerra cuyo objeto es reconquistar los
derechos de la libertad individual, de la propiedad y del honor, derechos que los pueblos civilizados de
Europa, nuestros vecinos, gozan hoy.
Asamblea Nacional Griega, 27 de enero de 1822. Proclamación de la independencia de Grecia.
Las revoluciones de 1848, pues, requerirÃ-an un estudio detallado por estados, pueblos y regiones. No
obstante, cabe decir que tuvieron muchos aspectos en común, como que ocurrieron simultáneamente, que
sus destinos estaban unidos y que todas ellas tenÃ-an un carácter y estilo comunes, una curiosa atmósfera
romántica y utópica, y una retórica similar, para la que los franceses inventaron la palabra
qurante−huitard (*cuarentayochista). Cualquier historiador lo reconoce de inmediato: las barbas, los chales,
los sombreros de ala ancha de los militantes, las banderas tricolores, las barricadas, el sentido inicial de
liberación, de enorme esperanza y de confusión optimista. Era la primavera de los pueblos y, como ocurre
con la estación, no perduró (...). Todas ellas se desarrollaron y languidecieron rápidamente, y en la
mayorÃ-a de los casos de manera total.
Eric J. Hobsbawn. La era del capitalismo.
Las revoluciones del 48 cuentan con un componente social nuevo y de gran importancia para el desarrollo de
futuros acontecimientos en Europa: se trata del proletariado, que asciende con fuerza y con conciencia de
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clase; y considera necesaria su intervención en el Estado para poder llevar a cabo reformas de tipo social,
como la limitación del horario de trabajo, el salario mÃ-nimo, etc.
AsÃ- pues, los conflictos sociales se presentan en 1848 como una lucha de clases triangular, con dos
burguesÃ-as (la grande y la pequeña) y la masa popular. Contra la gran burguesÃ-a se hará la revolución
de febrero, aunque después las dos burguesÃ-as volverán a soldarse ante el peligro social y aislarán a su
vez al proletariado.
Droz: Restauración y revolución en Europa, Madrid, Siglo XXI, 1984.
Los impuestos señoriales eran los más duros y los más impopulares. El régimen feudal pesaba sobre
todas las tierras y llevaba consigo la percepción de derechos (...) Los derechos propiamente señoriales
abarcaban los derechos de caza, pesca, palomas, peajes, mercados, trabajos principales al servicio del señor
(...) el derecho a que muelan en su molino (...) el señor conservaba la propiedad directa de las tierras que
cultivaban los campesinos, por las que pagaban réditos anuales (rentas y censos en dinero y algunas
gavillas de mieses) de las cosechas. Este régimen variaba de intensidad según las regiones (...) Para
apreciar su nivel hay que tener en cuenta no sólo los propios impuestos, sino también las vejaciones y
abusos a los que daba lugar.
Soboul, A. La Revolución Francesa.
HabÃ-an recibido (los burgueses), en general, una educación que les era más necesaria que a los
gentilhombres, de los que unos por nacimiento y por su riqueza obtenÃ-an los primeros puestos del Estado sin
mérito y sin talento, mientras que otros estaban destinados a languidecer en los empleos subalternos del
ejército (...)
AsÃ-, en ParÃ-s y en las grandes ciudades, la burguesÃ-a era superior en riquezas, en talento y en mérito
personal. TenÃ-an en las ciudades de provincia la misma superioridad sobre la nobleza rural, y sentÃ-a esa
superioridad, aunque en todas partes era humillada.
Marqués de Bouillé (1739−1800). Memorias sobre la revolución francesa.
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