nuestro tiempo, las diferencias que distinguen unas especies de otras se conocen hoy con mayor precisión que en los pasados tiempos, y la apre­ ciación de las afinidades ha realizado muy gran­ des progresos, consolidando la obra de la clasifi­ cación. Las virtudes medicinales de las plantas sólo pueden explicarse hoy por la existencia en ellas de determinados compuestos químicos, que son los llamados principios activos. Mucho varían éstos desde el punto de vista de su naturaleza química, como varía también el órgano-vegetal en que radica su existencia. Desde el primer punto de vista puede decirse que los principios activos de los vegetales que con mayor energía actúan en la medicación, aquellos á que las plantas deben sus propiedades venenosas y por cuya existencia constituyen al mismo tiempo medicamentos preciosos cuando se emplean con acierto, son los principios llamados alcaloides y los glucósidos. Pero las plantas pue­ den ser medicinales, aun no conteniendo estos principios, si contienen otros también activos, aunque de menor energía, como esencias, ácidos, resinas, grasas especiales, mucílagos, etc. En el segundo concepto tampoco es indife­ rente el uso de uno ú otro órgano de una deter-