Los nuevos alquimistas y la creación de células sintéticas

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El Clarí-n de Chile
Los nuevos alquimistas y la creación de células sintéticas
autor Javier Flores
2010-05-25 15:11:33
Estamos ante algo realmente sorprendente. Se trata, sin duda, de uno de los mayores logros del conocimiento humano,
que nos remite a los sueños de los antiguos alquimistas. Se ha conseguido, por primera vez, crear una célula cuyas
funciones están controladas por un genoma producido artificialmente. Este descubrimiento marca el comienzo de una
nueva era en la biologÃ-a, y tiene importantes implicaciones cientÃ-ficas y filosóficas.Â
El trabajo fue dado a conocer apenas hace unos dÃ-as, el 20 de mayo, en la versión online de la revista Science. Fue
realizado por un equipo de 24 cientÃ-ficos del Instituto J. Craig Venter, ubicado en San Diego, California, integrado por
Daniel G. Gibson y sus colegas, entre los que se encuentra el propio Venter, brillante y ambicioso impulsor de los
estudios para descifrar la secuencia del ácido desoxirribonucleico (ADN) en diferentes especies, y célebre por haber
participado exitosamente en la carrera por la lectura completa del ADN humano.
El trabajo es fascinante, pues se coloca en la cima del conocimiento en tres áreas: la primera es la lectura rápida y la
digitalización de la secuencia de la molécula de ADN. La segunda, que me parece impresionante, es la sÃ-ntesis en el
laboratorio de la molécula completa de ADN, y la tercera, y quizá la más impactante, es el transplante de la molécula
recién creada a una célula diferente. Pero veamos esto con un mayor detalle.
Puede decirse que la lectura del genoma se ha convertido en un proceso rutinario en varios laboratorios del mundo. Se
han acumulado a la fecha miles de genomas de diferentes especies en bases de datos públicas. Además, la capacidad
de digitalizar esta información mediante nuevos paradigmas computacionales se ha incrementado notablemente en los
pasados 25 años. En el trabajo que comento se eligió un genoma bien caracterizado, el de una bacteria llamada
Mycoplasma micoydes. Conociendo la secuencia de las unidades básicas del ADN de esta bacteria, y almacenando
esta información en los sistemas de cómputo, surge una pregunta: ¿Es posible emprender ahora la ruta inversa, y
crear, desde una computadora, la molécula completa de ADN?
Esto fue lo que hizo el grupo liderado por Craig Venter. A partir de los compuestos quÃ-micos esenciales (fabricados por
la empresa de biotecnologÃ-a Blue Heron) se diseñó una estrategia en varias etapas para el ensamblaje de una
molécula de ADN, (casi) idéntica a la de la bacteria M. micoydes. No era la primera vez que el equipo de Venter lograba
sintetizar ADN. En 2003 se habÃ-a conseguido reproducir artificialmente el genoma de un fago (virus que infecta
bacterias), y en 2008 el de una pequeña bacteria, pero estas moléculas habÃ-an fallado en una prueba esencial:
demostrar que funcionan.
En quÃ-mica, cuando se logra conocer la estructura de una molécula, el paso siguiente es sintetizarla, pero la etapa
crucial consiste en probar que funciona de la misma manera que lo hace en su forma natural. Hasta hoy, esto nunca se
habÃ-a logrado en el campo de la genómica. Hay que tomar en cuenta, además, que en este caso no se trata de
cualquier compuesto, sino del ADN, al que se considera la molécula de la vida.
El ADN recién ensamblado se trasplantó a una bacteria diferente, llamada Mycoplasma capricolum. En el proceso de
trasplante, el genoma de la bacteria receptora fue completamente remplazado por el ADN creado artificialmente. Las
células creadas de esta forma muestran la capacidad de autorreplicarse, es decir, se reproducen formando colonias. Su
forma, evaluada a través de la microscopÃ-a electrónica, es parecida a la de la bacteria M. mycoides. Pero no sólo eso:
hay un cambio en el tipo de proteÃ-nas que se producen en las nuevas células, proceso que es ahora guiado por el ADN
sintético: La progenie, o sea, las células hijas, no contienen ninguna de las moléculas proteicas presentes originalmente
en la bacteria receptora (M. capricolum).
Estos resultados nos dejan atónitos y a la vez maravillados. De confirmarse, estarÃ-amos ante una nueva revolución en
la ciencia, en particular en la biologÃ-a. Se estarÃ-a abriendo una puerta que nos conducirÃ-a a nuevas dimensiones para
comprender en detalle los procesos de la vida, asÃ- como a aplicaciones potenciales en los campos de la salud, la
energÃ-a o el medio ambiente. Pero también, como todo conocimiento, lleva aparejados nuevos desafÃ-os, por sus
implicaciones éticas y sociales. Algunos se preguntan si estos resultados significan que nuestra especie ha logrado
crear nuevas formas de vida. No lo sé, pero lo que sÃ- es seguro es que al menos se ha logrado crear una nueva
subespecie, que antes de estos experimentos no existÃ-a (el ADN creado tiene diferencias en 19 sitios respecto del
genoma original de M. mycoides).
Como la antigua alquimia que empleaba azufre, sal y mercurio para transmutar los metales, ahora los nuevos
alquimistas ensamblan las letras (A, C, T y G) para crear células sintéticas. Según la leyenda, en la Edad Media y el
Renacimiento los magos y protoquÃ-micos buscaban crear con sus procedimientos el Oro (con mayúscula) a partir de
metales imperfectos. En el camino creaban homúnculos y panaceas, pero su meta no era la forma metálica del oro, sino
su sentido filosófico, cuyo significado más profundo era aproximarse a Dios.
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