CARLOS MARX. PARA LA CUESTIÓN 2C JUSTIFICACIÓN DESDE LA POSICIÓN FILOSÓFICA DEL AUTOR Las relaciones de propiedad en el interior de cada modo de producción dividen a los seres humanos en propietarios y no propietarios de los medios de producción, hecho que viene a determinar las relaciones sociales de producción. Ahora bien, estas relaciones, a causa de su propia incapacidad para adaptarse a los cambios de las fuerzas productivas, así como al desarrollo de las mismas, terminan convirtiéndose en un freno u obstáculo para ellas, llegando incluso a provocar el colapso o fracaso generalizado del modo de producción correspondiente. Puede decirse, en consecuencia, que para Marx el fundamento de la revolución social se encuentra en la contradicción entre las fuerzas productivas, cada vez más sociales, y las relaciones de producción, cada vez más privadas. Este es el caso cuando la conflictividad y la violencia de la lucha de clases en el interior de una sociedad provocan una revolución social. Dicha revolución, entendida como la máxima expresión del enfrentamiento entre los intereses de los propietarios y los no propietarios de los modos de producción, sería el primer paso del proceso por el que el modo de producción capitalista se verá sustituido por un nuevo modo de producción, el comunismo, donde, al desaparecer la propiedad privada de los medios de producción, desaparecen también las clases sociales y los antagonismos entre ellas. La lucha de clases y las revoluciones sociales son, por tanto, el motor de la historia, lo que propicia el paso de un modo de producción a otro, favoreciando la evolución histórica. Marx va a aplicar a la Historia su concepción materialista y su idea de movimiento dialéctico para intentar demostrar que las leyes de este movimiento pueden explicar la evolución histórica. Según ello, la lucha de clases viene a ser el origen o motor de la historia por ser el elemento en el que la contradicción de los opuestos, los antagonismos sociales, toma forma y desencadena el proceso evolutivo mismo que llamamos historia. En este contexto las formas ideológicas son entendidas por Marx como el conjunto de ideas a través de las cuales nuestra conciencia percibe la realidad. En este caso dichas formas ideológicas nos posibilitan una percepción falsa, engañosa (invertida, dirá Marx) de nuestra realidad, por ello nuestra conciencia es una falsa conciencia que funciona con ideas que convienen a los intereses de la clase dominante o explotadora. Dos ejemplos de ello serían: a) la ideología política (las constituciones, leyes, partidos...) propia de los Estados burgueses hacen creer a sus ciudadanos que todos los hombres son libres e iguales, cuando, para Marx, esa igualdad y libertad son puramente formales, teóricas y abstractas, siendo el régimen de propiedad o no propiedad de los medios de producción lo que define en la práctica el grado de libertad e igualdad de cada uno. b) el Estado se presenta como árbitro neutral en el enfrentamiento entre clases sociales, pero en la práctica, según Marx, el Estado es el principal arma de opresión de la clase cominante sobre las demás clases. En definitiva, la ideología colabora en el proceso de alienación del ser humano, proceso a través del cual el ser humano pierde algo que le es esencialemte propio, la capacidad de percibir las cosas tal como son. El sujeto alienado pierde la posesión de sí mismo, pues al percibir la realidad con ideas de “otros”, pone sus intereses, su vida, en manos de esos “otros”. Para Marx el triunfo de la revolución instaura una sociedad sin clases sociales y por tanto, sin formas ideológicas, ya que en ausencia de una clases dominante estas formas pierden su función y son sustituidas por una conciencia nueva. El hecho de que la evolución histórica tenga las características de un movimiento dialéctico, implica que cada momento histórico alberga dentro de sí las contradicciones y antagonismos (elementos opuestos en lucha) que en su día darán lugar a un nuevo momento histórico. En este caso los elementos que con su oposición actúan como determinantes del proceso son, las fuerzas productivas por un lado y las relaciones de producción por otro. Marx pasa a enumerar los diferentes modos de producción que se han dado a lo largo de la historia: el asiático o primitivo (imperios indio, egipcio y persa) en los que la propiedad de la tierra es del Estado. El antiguo, referido a las economías esclavistas de Roma y Grecia. El feudal, caracterizado por la relación siervo de glebaseñor feudal. Y el burgués o modo de producción capitalista, objeto de estudio en la obra presente por parte de Marx. Para Marx el estado de permanente lucha y enfrentamiento de intereses entre las clases sociales es más propio de la prehistoria, por eso sitúa el comienzo de la historia en el advenimiento del modo de producción comunista con el que, al menos en teoría, no se producirán tales enfrentamientos.