do de manera diferente los procesos productivos al proporcionar bases organizativas a la orientación de estos procesos), 3. Asociado a lo anterior, la presencia de un alto grado de fragmentación territorial en manos de pequeños agricultores que no han encontrado un apoyo eficiente para su desarrollo, permaneciendo atrapados en redes de comercialización desfavorables para sus productos y, 4. La ausencia de un proyecto de desarrollo integral que, a la vez que busque nuevas y viables alternativas de aprovechamiento de los recursos, contemple los mecanismos apropiados para que sus habitantes sean los beneficiarios directos. Diagnóstico integrado: balance de recursos naturales En la etapa de integración del diagnóstico de un Ordenamiento Ecológico se realiza el análisis y valorización cuantitativa y cualitativa de la problemática ambiental, Figura 43. Mapa de vulnerabilidad socioeconómica en la cuenca del río Bobos, Ver. 146 Herramientas para la planeación territorial y el ordenamiento ecológico la cual se aborda inicialmente desde cada uno de los subsistemas: natural, social y productivo, para posteriormente integrarla. En esta evaluación se utilizan diferentes técnicas de análisis que permiten responder a la pregunta ¿cómo están los recursos y porqué? Es decir, con la información que se proporciona en la fase anterior se realiza una evaluación con criterios ecológicos de la situación actual del Área del Ordenamiento Ecológico (AOE) y se definen las causas del estado actual de los recursos. Puesto que el Ordenamiento Ecológico del Territorio es un proceso de planeación dirigido a evaluar y programar el uso del suelo y el manejo de los recursos naturales de forma tal que se preserve y restaure el equilibrio ecológico y se proteja el ambiente, esta etapa del estudio es fundamental ya que en ella se sintetiza y evalúa de manera integrada la información de la fase descriptiva y el diagnóstico por subsistemas. El conocimiento de los recursos existentes y la condición en que se encuentran, así como sus potencialidades y riesgos, son elementos sin los cuales resulta imposible orientar el desarrollo sustentable de una región. Lo anterior implica realizar la evaluación de los recursos disponibles en cuanto a su ubicación, calidad, abundancia, fragilidad y riesgo para poder planificar su aprovechamiento a través del tiempo, sin comprometer su disponibilidad para las generaciones futuras. De acuerdo con Álvarez Icaza (1999), “conceptualmente el desarrollo sustentable integra al medio ambiente y al desarrollo económico en el mismo plano jerárquico, como parte de una sola realidad. Para abordar este enfoque, es necesario garantizar que el uso de los recursos naturales renovables no rebase su umbral de renovabilidad ni la capacidad de carga de los sistemas, y que se promueva la búsqueda de sustitutos a los recursos naturales no renovables en previsión de su agotamiento. La sustentabilidad dependerá del equilibrio entre la disponibilidad de los recursos naturales y las tendencias de deterioro ocasionadas por su aprovechamiento, lo cual implica la adopción de acciones que involucran la participación de la población, el desarrollo de tecnologías y la modificación de los patrones de consumo en la sociedad, bajo criterios de equidad y justicia”. Por lo anterior, como primer paso para elaborar la integración del diagnóstico consideramos importante que se realice un balance regional de los principales recursos naturales –vegetación y fauna asociada, suelo y agua– en términos de su disponibilidad y grado de deterioro, lo que permite establecer la condición actual de los recursos y su potencialidad para el desarrollo futuro, así como delimitar aquellas zonas donde las actividades humanas han producido un impacto acumulativo sobre la base natural de los recursos, o por el contrario, ubicar las zonas donde existe D iagnóstico 147 una subutilización o bien un uso incompatible de los recursos naturales que genere conflictos ambientales. Balance regional de los recursos naturales La disponibilidad de recursos vegetales En sentido general puede plantearse que la significación de la silvicultura dentro del contexto económico de México ha sido modesta y en muchos casos, decreciente. Generalmente la actividad forestal comienza donde termina la agricultura y la ganadería, o como parte del proceso de extensión de la frontera de ambas actividades, lo cual ha conducido a una drástica disminución de la cobertura vegetal original. En tal caso, el ciclo productivo empieza con la extracción de árboles en bosques y selvas y la recolección de los denominados productos no maderables (Carabias, 1990). Dos aspectos importantes a considerar para esta evaluación son: en primer lugar que, la actividad forestal maderable se basa en un sistema de explotación de difícil aplicación, máxime cuando, para que esta actividad sea eficiente, requiere de elevados costos en tecnología y logística que la hagan productiva, y al mismo tiempo ayuden a preservar a largo plazo el recurso en explotación; por otra parte, la explotación no maderera carece de formas adecuadas de manejo que le confieran una mayor rentabilidad. El otro aspecto importante es la deficiencia en las políticas y estrategias de silvicultura adecuadas, que en la actualidad no cubren las necesidades de preservación de los recursos maderables, y son prácticamente nulas para los no maderables. En consecuencia, la carencia de sistemas legislativos eficientes y estrategias de desarrollo que regulen las actividades agropecuaria y forestal conduce, en muchos casos, a la drástica desaparición de numerosas hectáreas de bosques y selvas anualmente, las cuales no han podido ser recuperadas a través de los diversos programas de reforestación emprendidos por el gobierno, pues éstos también conllevan deficiencias hasta ahora no superadas, entre las que se incluyen el desproporcionado enfoque hacia la siembra de árboles sin que esta política sea acompañada de acciones inmediatas encaminadas a detener la expansión de la frontera agropecuaria en terrenos forestales y la tala clandestina. También incide negativamente la ausencia de programas de colecta de germoplasma que abastezcan a los viveros (también deficitarios) con árboles representativos de los diversos ecosistemas, así como la 148 Herramientas para la planeación territorial y el ordenamiento ecológico falta de seguimiento del mismo proceso de reforestación con la consecuente pérdida de un porcentaje importante de las plantas sembradas, entre otras. Metodología La elaboración de esta propuesta metodológica incluye la consulta de diversas fuentes bibliográficas, entre otras: Barroso, 1983; Bull et al.,1999; Carabias, 1990; Challenger, 1998; Chiappy, et al. (1995a, 1995b); Corrales, 1981; Fors y Reyes, 1967; Herrera et al., 1979; INEGI-SEMARNAP, 1998. Para la evaluación de la disponibilidad real de los recursos vegetales presentes en el área de estudio se decidió analizar –por tipo de vegetación– los siguientes aspectos: pendiente, temperatura, suelo y clima. Los lineamientos de la relación fragilidad–pendiente fueron tomados de acuerdo al criterio de fragilidad elaborado por el Instituto Nacional de Ecología (INE, 1998). Los criterios utilizados para evaluar la disponibilidad fueron los siguientes: a b c d e f g h i k Uso forestal comercial de productos maderables Uso forestal local de productos maderables y no maderables Uso forestal local de productos no maderables Reforestación Forestación Enriquecimiento Conservación Protección Recreación Otros usos socioeconómicos Uso forestal comercial de productos maderables: Trata de aquellas comunidades que dadas sus características pueden sustentar una explotación forestal intensiva con fines industriales y/o comerciales. Uso forestal local de productos maderables y no maderables: Trata del uso que hacen los pobladores de los diferentes productos que ofrece determinado tipo de vegetación para satisfacer sus necesidades de maderas para construcción, herramientas, leña, etc., así como otros productos no maderables con fines medicinales, comestibles, ornamentales y artesanales, entre otros. Uso forestal local de productos no maderables: Se trata de comunidades que D iagnóstico 149 por diferentes motivos sólo sustentan la recolección de productos no madereros, pero que resultan de vital importancia para el desenvolvimiento de la vida de los pobladores locales. Reforestación: Trata del restablecimiento paulatino del bosque, aún en explotación, en un área originalmente ocupada por éste. Puede llevarse a cabo por medios artificiales, como plantación o siembra directa, o por métodos naturales, como la regeneración natural partiendo del banco de semillas pertenecientes a la vegetación original. Forestación: Significa el establecimiento de bosques o selvas en áreas que originalmente no estuvieron cubiertas por estos tipos de vegetación, o que quizás fueron deforestadas en épocas muy lejanas. La forestación sólo puede llevarse a cabo por medios artificiales sobre suelos carentes de ambiente forestal o donde éste ha sido drásticamente transformado y por lo tanto, las condiciones no son muy favorables. Dadas estas características, la forestación implica un trabajo muy cuidadoso en el mantenimiento de las posturas sembradas hasta que puedan alcanzar un crecimiento y desarrollo adecuados. Enriquecimiento: El enriquecimiento o refinamiento de bosques y selvas secundarias contribuye a incrementar la regeneración natural de las especies primarias o aquellas de interés particular (enriquecimiento dirigido), mediante el uso de las especies secundarias, generalmente con mayores habilidades competitivas y de rápido crecimiento por lo que suelen inhibir la regeneración de las especies primarias. Esta práctica se convierte entonces, en un manejo silvicultural sustentable de selvas y bosques realizado por parte de las comunidades, a la vez que se favorece la regeneración de las especies valiosas y de importancia ecológica. Conservación: La conservación implica la declaración de determinados ecosistemas o hábitat bajo diferentes categorías de áreas protegidas o manejo sustentable en atención a que presenten condiciones importantes como por ejemplo, una elevada riqueza y biodiversidad, unicidad, presencia de especies raras, amenazadas o en peligro de extinción, importancia ecológica y biogeográfica, etc. Esta categoría no necesariamente significa que la vegetación no se encuentre disponible, sin embargo su uso suele estar relacionado con usos sostenibles de bajo impacto como son las UMA. Protección de bosques y selvas: Son aquellas comunidades vegetales asentadas en áreas de importancia estratégica para la protección de laderas con pendientes abruptas y alto riesgo de deslaves y/o procesos erosivos intensos, protección de márgenes de ríos, arroyos, lagunas, protección de cuencas, protección de franjas 150 Herramientas para la planeación territorial y el ordenamiento ecológico litorales contra la acción del viento, spray marino, procesos abrasivos y erosivos, penetraciones del mar, etc. Uso recreativo: Son comunidades vegetales que dadas sus características de accesibilidad y transitabilidad, confort climático, belleza escénica e interés etnocultural, entre otras, resultan adecuadas para la realización de actividades ecoturísticas, observación de fauna silvestre, campismo, paseos a caballo, ciclismo a campo traviesa, así como otras actividades recreativas y deportivas compatibles con un uso racional y de preservación de las mismas. Otros usos socioeconómicos: Además de los servicios directos e indirectos que brindan al hombre, las diferentes comunidades vegetales también pueden aportar otros servicios, como por ejemplo áreas para el desarrollo de la apicultura, desarrollo de agrosistemas forestales, ganadería extensiva en épocas de sequía, agotamiento o rotación de pastizales, así como refugio del ganado en épocas de contingencias meteorológicas, entre otros. Los factores que condicionan la disponibilidad de recursos vegetales La disponibilidad de recursos que puede ofrecer cualquier tipo de vegetación debe considerarse tanto en un sentido amplio, como en un sentido estricto. En el primer caso se entiende cuando un tipo de vegetación presenta, como parte de su composición florística, especies de interés económico –como maderas preciosas, productoras de resinas, celulosa, taninos, gomas, fibras, etc. –, los cuales, en sentido general, son conocidos como los valores directos que aporta la vegetación al hombre desde el punto de vista de su utilización económica. Aunado a lo anterior son conocidos los valores indirectos de la vegetación o sus servicios ambientales, como por ejemplo el papel que juegan en evitar la erosión en las laderas al impedir los deslizamientos de tierra, ayudar al proceso de infiltración de agua en el suelo contribuyendo al mantenimiento de la humedad y la captación de agua, atenuar la acción del viento y sus efectos erosivos, proteger las cuencas y cuerpos de agua, participar en la captación y almacenamiento de carbono mediante el proceso de fotosíntesis y liberación de oxígeno, a la vez que contribuyen a disminuir el calentamiento global y el efecto de invernadero. Al ser hábitat de la fauna silvestre permiten el establecimiento de un equilibrio biológico al actuar como biocontroladoras de plagas destructivas en la agricultura. Además de constituir santuarios para el mantenimiento de la biodiversidad, los diferentes tipos de vegetación son sitios para la investigación científica, proporcioD iagnóstico 151 nando también educación, cultura, recreación y esparcimiento. Sin duda la aportación de estos valores, incluso de mayor importancia para la estabilidad de la vida humana que los productos propiamente maderables y de uso económico directo, son los que llevan a reflexionar sobre otras formas de disponibilidad encaminadas a actividades de protección, mejoramiento, enriquecimiento y restauración de la cobertura vegetal para preservar los servicios ambientales que brindan. En un sentido estricto, la disponibilidad de los recursos de la vegetación, tanto directos como indirectos, se ve condicionada por diferentes factores que pueden limitar, disminuir o hacer prácticamente inaccesibles o inexistentes estos recursos, lo que significa la pérdida de la disponibilidad de estos fitorecursos. Entre los factores que pueden condicionar la disponibilidad de los recursos forestales maderables y no maderables se pueden citar los siguientes: • Relación de las especies de valor forestal con la fertilidad del suelo, exposición, pendiente, condiciones hidroclimáticas y altitud. La correlación de estos parámetros está vinculada estrechamente con las exigencias ambientales y la autoecología de cada especie forestal para que puedan alcanzar un crecimiento y un desarrollo óptimo. Es posible, dada su plasticidad ecológica, que una especie pueda crecer dentro de un rango amplio de variación de estos parámetros, pero puede suceder que su desarrollo no sea el óptimo para los estándares de la silvicultura u otros fines económicos, siendo frecuente una disminución de la estatura, una profusa ramificación a poca distancia del suelo o fustes retorcidos, lo cual incide considerablemente en la pérdida del valor comercial del ejemplar, y en otros casos en la pérdida o disminución de la calidad de los atributos que son de interés comercial. • Accesibilidad al recurso. En la mayoría de las zonas serranas del país es frecuente que algunas comunidades vegetales que poseen especies de interés forestal o de otro tipo se encuentren asentadas en zonas prácticamente inaccesibles, ya sea por encontrarse en laderas sumamente abruptas, zonas de gran aislamiento, etc., donde la factibilidad de llegar al recurso es sumamente difícil, lo cual conduce a que, aún estando presente el recurso, éste no se encuentre disponible para las actividades de extracción. • Factibilidad de tránsito hacia el recurso. En ocasiones, aunque el recurso se 152 Herramientas para la planeación territorial y el ordenamiento ecológico encuentre accesible, la carencia de infraestructura adecuada que permita su transportación, fundamentalmente en el caso de especies forestales de gran porte, dificulta la disponibilidad del mismo. En términos de la relación costobeneficio, puesto que su extracción requiere de equipos y técnicas más sofisticadas (por ejemplo helicópteros), se encarece considerablemente su obtención y explotación, disminuyendo la disponibilidad real del recurso. • Abundancia del recurso. Históricamente las talas selectivas de especies forestales de maderas preciosas altamente cotizadas en el mercado, como por ejemplo Cedrela odorata (cedro), Swietenia macrophylla (caoba), u otras con diferentes usos de interés comercial, ha provocado la disminución poblacional de éstas dentro de sus comunidades originales, haciendo difícil la disponibilidad de ejemplares con las características adecuadas para determinados usos o comercialización. • Otros factores importantes que afectan la disponibilidad de los fitorecursos de forma directa son: • Fragilidad ecológica. Se define como la susceptibilidad de los ecosistemas ante el impacto que ocasionan tanto los procesos naturales como las diferentes acciones antropogénicas a las que pueden estar expuestos. Las consecuencias que puedan sufrir los geosistemas ante estos impactos, y por ende su grado de deterioro, estarán en dependencia de la intensidad, duración y extensión de estos eventos y el grado en que pueden modificar la composición, estructura o funcionamiento de los mismos, afectando de diferente manera la disponibilidad de los recursos, ya sea de forma decreciente o total. • Endemismo. Son aquellas especies que solamente existen, viven y se desarrollan en un área determinada, ya sea una localidad, distrito, estado, región o país. Muchos taxa endémicos han sido históricamente de gran importancia para diferentes tipos de mercados en función de la diversidad de sus usos. Sin embargo, la sobrexplotación de los mismos, así como la restricción de su hábitat, ha conducido a que muchas de estas especies endémicas se encuentren amenazadas o en peligro de extinción, y en la actualidad se encuentren sujetas a algún tipo de estatus de protección, y por tanto su disponibilidad es nula desde el punto de vista legal. Se hace esta acotación ya que desafortunadamente muchas especies bajo estatus de D iagnóstico 153 protección siguen siendo explotadas de manera ilegal. • Complejidad estructural. Se refiere al número de estratos o pisos de vegetación que puede presentar en su estructura una formación vegetal, y que están relacionados con la composición de especies, la dinámica y funcionamiento de la misma. Las modificaciones que afectan esta estructura pueden provocar alteraciones drásticas no sólo en el crecimiento y desarrollo adecuado de ciertas especies de interés, sino también en su abundancia, disminuyendo en consecuencia su disponibilidad. • Exigencias ambientales. Son aquellos requerimientos abióticos específicos (altitud, régimen hidroclimático, luz, condiciones edáficas, etc.) que necesita un ecosistema para desarrollarse plenamente y, por consiguiente, las especies de interés que en ellos habitan. • Resilencia. Es la capacidad que posee determinado tipo de vegetación para regenerarse después de haber sufrido un disturbio, ya sea por causas naturales o por la propia actividad del hombre; por ende, la capacidad para garantizar el mantenimiento y sobrevivencia de sus especies. • Carácter relicto. Son ecosistemas o especies que ocuparon un territorio en determinadas condiciones paleogeográficas y que en la actualidad han quedado restringidas a su área original, rodeadas de condiciones ambientales diferentes; este hecho incide en la regeneración natural de muchos taxa de interés para el hombre y por tanto en su disponibilidad. Otros dos factores que de forma directa influyen en la posibilidad de acceder o disponer de los recursos vegetales dentro de un contexto geográfico espacial -cercano y continuo-, y que por consiguiente encarecen la gestión para su obtención son: • Fragmentación. Es el grado de división que ha sufrido un ecosistema o formación vegetal a causa de la actividad antropogénica circundante y el grado de presión que ejercen las actividades circundantes sobre los parches remanentes. • Insularidad. No tomado en un sentido biogeográfico, es consecuencia del anterior y se refiere a que los fragmentos de un ecosistema comienzan a funcionar como pequeñas islas, si es que aún tienen las posibilidades, dentro un contexto paisajístico semi-transformado o totalmente transformado. 154 Herramientas para la planeación territorial y el ordenamiento ecológico El deterioro de los recursos vegetales El estudio del deterioro de los recursos vegetales de una región ofrece un análisis del estado actual de la cobertura vegetal y su distribución a nivel municipal. Se comprende por Grado de Deterioro de los Recursos Vegetales al nivel de alteración de la vegetación, tomando como referencia las comunidades vegetales naturales. En el caso de la cuenca del río Bobos, Ver., para distinguir los diferentes grados de deterioro se emplearon tres variables: a. Tipo de vegetación: Considerando que el tipo de formación vegetal per-se, permite distinguir tres grandes niveles generales: Vegetación Natural, Vegetación Seminatural o Secundaria y Vegetación Cultural. b. Fragmentación: Considerada como la desmembración de los parches de vegetación. Dado que la vegetación cultural depende de la actividad antrópica para su disposición espacial y que no está sujeta a los procesos sucesionales, este índice de fragmentación solo se calculó para la vegetación natural y secundaria. Su evaluación se realizó de acuerdo con el siguiente indicador: [π (2 √ v A/p)] / P F= Nf donde: F = Índice de fragmentación. A = Área total del tipo de vegetación. P = Perímetro del tipo de vegetación. Nf = Número de fragmentos o polígonos del tipo de vegetación. π = 3.1416 El cociente del perímetro teórico de un círculo y el perímetro real nos ofrece el “coeficiente de redondez” de los polígonos, y este valor, dividido entre el número de polígonos de la clase dada, permite obtener un índice de fragmentación. Teóricamente (M’cgarigal y Marks, 1994), se asume que un parche de vegetación dado aumenta su estabilidad interna a medida que el perímetro del mismo se aproxima más al períD iagnóstico 155 metro de un círculo, pues se hace más estable a la influencia de los polígonos vecinos y aumenta su resistencia ante los procesos de perturbación, disminuyendo el “efecto de borde”. Por otra parte, la mayor sinuosidad de los parches de vegetación indica una mayor intensidad de asimilación antrópica en sus límites o bordes. • Presión del uso circundante: Se calculó de acuerdo al porcentaje de los tipos de usos circundantes al parche de vegetación, asumiendo que un polígono dado de vegetación está sometido a mayor presión de acuerdo al siguiente gradiente: Vegetación natural Vegetación secundaria Pastizal con árboles Cultivos permanentes Cultivos temporales y pastizales Zonas urbanas + En las figuras 44 y 45 se muestran los mapas de disponibilidad y deterioro de la vegetación elaborados mediante el método descrito para el estudio de ordenamiento de la cuenca del río Bobos, Ver. Disponibilidad del recurso suelo La clasificación agroproductiva se enmarca dentro de un sistema de evaluación de las tierras donde se esclarece la vocación del suelo para su mejor uso, ya sea en cultivos, ganadería, actividad forestal, etc. (Mesa y Naranjo 1984). En el caso utilizado como ejemplo (cuenca del río Bobos, Ver.) la disponibilidad del recurso suelo se evaluó a través de estimar su agroproductividad y el potencial morfométrico del relieve para las actividades agropecuarias. Ambas propiedades se integran a partir de la consideración de que ofrecen una visión más objetiva sobre la potencialidad del territorio para el desarrollo de actividades del sector primario, que es la actividad económica más relevante en esta zona. La evaluación se hizo teniendo en cuenta tanto las propiedades morfogenéticas del suelo, como su relación particular con el éxito en la cosecha de cada uno de los cultivos. El otro componente utilizado en el análisis de disponibilidad, es decir, la potencialidad del relieve, se evalúa de manera conjunta tanto para la actividad agrícola como pecuaria. Esta variable utiliza información sobre los riesgos de erosión y de 156 Herramientas para la planeación territorial y el ordenamiento ecológico inundación, las posibilidades para la mecanización, introducción de ganadería y su densidad, tipificación de cultivos (posibilidades de establecer grandes plantaciones) y tipo de regadío permisible, principalmente. Figura 44 A. Mapa de disponibilidad de la vegetación en la cuenca del río Bobos, Ver. Metodología Para esta evaluación se recurrió a caracterizar todos los suelos y cultivos (anuales y perennes) que se encuentran en la región de estudio. Una vez interpretadas las características de los tipos de suelos, analizado su valor agrícola, y esclarecida su relación con cada cultivo, se debe clasificar cada suelo en una categoría dada de agroproductividad. La capacidad agroproductiva de un determinado suelo (entendida como la D iagnóstico 157 Figura 44 B.- Mapa de deterioro de los recursos vegetales en la cuenca del río Bobos, Ver. capacidad para producir un rendimiento dado) dentro del rango de condiciones edafológicas y climáticas de una zona determinada, queda establecida de manera directa por el carácter (calidad y cantidad) de las cosechas obtenidas. A partir de esta evaluación, se ponderan las valoraciones de compatibilidad y se calcula el promedio para cada suelo. La ponderación se llevó a cabo según test sencillo de mínimo valor en caso de compatibilidad cultivo-suelo. La relación de compatibilidad se pondera con un punto, la parcialmente compatible con dos y la incompatibilidad con tres puntos. Posteriormente, y mediante el método de rompimiento natural en aplicación SIG (ESRI 1996 a y b), se agrupan los suelos en cinco categorías de agroproductividad: Muy Alta, Alta, Media, Baja y Muy Baja. La evaluación del relieve se lleva a cabo sobre la base de los criterios de IPF 158 Herramientas para la planeación territorial y el ordenamiento ecológico (1981) y Priego-Santander (1987), que tienen en cuenta el distinto grado de favorabilidad agropecuaria de la inclinación de las pendientes, la disección vertical y la disección horizontal del relieve. La potencialidad morfométrica de cada unidad se define según cálculo de distancia euclidiana hasta el modelo teórico de máxima potencialidad. En el caso utilizado como ejemplo, el modelo es el siguiente: Modelo teórico de máxima potencialidad morfométrica Angulo de las pendientes Disección vertical (m/ (0) km2) 1-3 2.5-10 Disección horizontal (km/ km2) 0.3-1 A continuación, se diferencian cinco clases de potencial morfométrico según método de rompimiento natural (ESRI 1996 a y b). Teóricamente, la evaluación del relieve deberá arrojar cinco categorías de potencialidad que se definen como sigue: • Muy alto: Condiciones óptimas para la actividad agropecuaria. No existen riesgos de inundación y no se manifiestan procesos erosivos. Mecanización total. Adecuada tipificación de los cultivos. Riego por aspersión y por gravedad. • Alto: Aceptable con limitaciones. Riego por aspersión y por gravedad con regulaciones. Pueden presentarse ligeras limitaciones para la mecanización, pero ésta se puede llevar a cabo. Aún es factible la tipificación de los cultivos, pero con menos extensión. Puede requerir técnicas antierosivas. • Medio: Límite para el roturado anual de la tierra y para los cultivos anuales. Riego únicamente por aspersión. Límite para la mecanización agrícola. Ganadería controlada y de baja a mediana densidad. • Bajo: Únicamente cultivos perennes. Ganadería muy controlada y de mínima densidad. Fuertes procesos erosivos. No se recomienda riego ni mecanización. Requiere técnicas antierosivas. • Muy bajo: Sin potencial agropecuario. Únicamente uso forestal. En el caso de la cuenca analizada, como resultado del proceso de evaluación de la agroproductividad de los suelos, se encontraron tres relaciones de compatibilidad cuyas definiciones son las siguientes: D iagnóstico 159 1 Compatible: El cultivo puede realizarse y se obtienen cosechas exitosas sin necesidad de elevados requerimientos de insumos. Las propiedades morfogenéticas del suelo son adecuadas a los requerimientos ecológicos de la planta. 2 Parcialmente Compatible: El cultivo puede realizarse con limitaciones. Necesidad de diseño de manejo o de administración de insumos para obtener cosechas aceptables. 3 Incompatible: El cultivo no debe realizarse. Las propiedades morfogenéticas del suelo no son adecuadas a los requerimientos ecológicos de la planta. Deterioro del recurso suelo Por deterioro del recurso suelo se entiende el grado de alteración actual de las propiedades físico-químicas de la cobertura edáfica como consecuencia de las actividades antrópicas. El diagnóstico del estado actual de deterioro del suelo se basa en estimaciones sobre la erosión potencial actual y en la información disponible sobre el uso de insumos químicos y mecanización en las diferentes actividades agropecuarias. Metodología Para estimar los riesgos de erosión actual (o erosión potencial), se construye un modelo teórico de mínimo riesgo de erosión según los criterios de Mesa y Naranjo (1984) y Riverol (1985), pero tomando como universo de análisis el área de estudio, lo que implica que el modelo es válido para la cuenca analizada. Posteriormente, mediante aplicaciones de SIG (ESRI, 1996 a y b), se calcula la distancia euclidiana de cada unidad hasta el modelo y, siguiendo el método de rompimiento natural, se logran diferenciar las diferentes clases de Riesgos de Erosión, de acuerdo al análisis del histograma de frecuencia. Modelo de mínimo riesgo de erosión Vegetación Textura del suelo Bosque de ciénaga Arenosa Manglar Vegetación de dunas costeras 160 Precipitación 300-500 mm Pendiente < 10 Herramientas para la planeación territorial y el ordenamiento ecológico Teóricamente, el modelo supone que los riesgos de erosión, en las variables consideradas, se comporta según los siguientes gradientes: Tipo de vegetación BC MG VC BE BMM SMS BA AcBMM AcSBC AcBA BG Pl PA P AT Riesgo de erosión - Bosque de ciénaga Manglar Vegetación de dunas costeras Bosque de encinos Bosque mesófilo de montaña Selva mediana Subperennifolia Bosques Aciculifolios Acahual de bosque mesófilo de montaña Acahual de selva baja caducifolia Acahual de bosque aciculifolio Bosque de galería Plantaciones Pastos con árboles Pastos Agricultura de temporal + Ángulo de la pendiente Riesgo de erosión Textura del suelo < 1º 1º - 3º 3º - 5º 5º - 10º 10º - 15º 15º - 20º 20º - 30º 30º - 45º - ARE ARE-MIG ARE-ARC ARC-ARE LIM ARC Riesgo de erosión Arenosa Areno-Migajonosa Areno-Arcillosa Arcillo-Arenosa Limosa Arcillosa + Precipitación promedio anual (mm) 300 – 500 500 – 800 800 – 1000 1000 –1500 1500 – 2000 2000 – 2500 2500 – 3000 - + Riesgo de erosión - + D iagnóstico 161 Por otra parte, para establecer la intensidad de la intervención tecnológica, se debe construir un cartograma complejo que integra la información sobre el ingreso de pesticidas y fertilizantes, así como el uso de mecanización en la actividad agrícola. Ambas variables se pueden evaluar como sigue, dependiendo de los valores que se registren en la región sujeta a estudio: Tabla 23. Niveles de Ingreso de Insumos Químicos en la cuenca del río Bobos, Ver. Ingreso de insumos Alto Medio Bajo Pesticidas (kg/ha) > 200 100 – 200 ≤ 20 Fertilizantes (kg/ha) > 600 100 – 300 ≤ 20 Tabla 24. Niveles de Mecanización establecidos en la cuenca del río Bobos, Ver. Nivel de mecanización Alto Medio Bajo Características Se emplea mecanización durante una parte importante del ciclo agrícola del cultivo, principalmente en la preparación de la tierra (roturado) y la cosecha. Se emplea mecanización solamente en una parte del ciclo agrícola del cultivo, principalmente en la preparación de la tierra. No se emplea mecanización en el ciclo agrícola. El roturado de la tierra se hace mediante arado y tracción animal. La tabla 25 expone la clasificación final de la intervención tecnológica utilizada en la cuenca del río Bobos, Ver. Tabla 25. Niveles de Intensidad de Intervención Tecnológica sobre los Suelos en la cuenca del río Bobos, Ver. Intensidad tecnológica Nula * Baja Media Alta Ingreso de insumos químicos Bajo Nivel de mecanización Bajo Medio Bajo – medio Alto Alto * Nula: Suelos que mantienen sus propiedades morfogenéticas en estado natural, sin aprovechamiento agropecuario y cobertura vegetal en adecuado estado de conservación (Vegetación Natural). 162 Herramientas para la planeación territorial y el ordenamiento ecológico Finalmente, a través del método de superposición cartográfica es posible definir las superficies con distinto grado de deterioro (7 clases), de acuerdo al riesgo de erosión y a la intensidad de la intervención tecnológica, teniendo en cuenta la coincidencia espacial de las diferentes categorías de ambas variables. La disposibilidad del recurso agua Para explicar las características y procesos hidrológicos predominantes en un área de estudio, se recomienda determinar los límites de la(s) cuenca(s) que se localizan en el territorio y realizar una división basada en las características naturales que determinan dichos procesos. Las unidades resultantes de tal división poseen un arreglo jerárquico que en orden descendente es el siguiente: • Complejo hidrológico (C.H.) • Sistema hidrológico (S.H.) • Unidad hidrológica territorial (U.H.T.) El Complejo hidrológico es la unidad superior de esta clasificación y su delimitación se basa en la ubicación altitudinal del mismo, así como en la macro-exposición geográfica que presente. El término macro-exposición geográfica se refiere a la forma en que las montañas u otros tipos de relieve se encuentran orientados hacia los vientos y la humedad provenientes del océano o de cuerpos de agua. Se denomina macro-exposición de barlovento cuando los vientos húmedos pegan directamente en las laderas de la montaña, incluso en ocasiones dicha montaña funciona como una barrera provocando que la humedad no pase del otro lado, es decir, hacia la macro-exposición de sotavento que es la ladera opuesta que no está expuesta a los vientos húmedos. Por ejemplo, en la zona montañosa central de Veracruz, el volcán Cofre de Perote funciona de esta manera: en las laderas húmedas (barlovento) sobre las que se asienta Xalapa, pueden precipitar más de 2400 mm anuales, en contraste el altiplano de Perote (sotavento) recibe menos de 700 mm anuales. Esta variación se debe a las diferencias en la macro-exposición geográfica de ambas laderas. Continuando con las unidades hidrológicas territoriales, en la cuenca del río Bobos, por ejemplo, se determinaron cuatro unidades superiores, las que se ubican de la siguiente forma: D iagnóstico 163 • Complejo Hidrológico de la parte alta de la cuenca, con Norte. • Complejo Hidrológico de la parte media de la cuenca, con Noreste y Noroeste. • Complejo Hidrológico de la parte baja de la cuenca, con Noreste y Noroeste. • Complejo Hidrológico altitudinalmente indiferenciado, con Noreste y ligeramente cóncavo (c.c = 25 m). macroexposición macroexposición macroexposición macroexposición Como se observa, la disposición altitudinal y la macroexposición geográfica que presentan los complejos hidrológicos son los elementos básicos para la clasificación taxonómica, debido a que estas características dan una idea precisa de la posición del complejo hidrológico ante las diversas situaciones sinópticas (por ejemplo la posición ante los vientos húmedos del Atlántico Norte) propias del territorio utilizado como ejemplo, y por tanto de la dinámica hidrológica interior que en ellos ocurre. La posición intermedia en esta clasificación le corresponde a los Sistemas Hidrológicos (S.H.), que son subdivisiones de la jerarquía anterior y tienen características propias y definidas, como son la macroexposición de la vertiente y su coeficiente de concavidad, índice que refleja la profundidad (en metros) del sistema, así como su capacidad y velocidad de escurrimiento superficial durante las precipitaciones. La Unidad Hidrológica Territorial (U.H.T.) es la división taxonómica inferior, y así mismo la unidad básica para el análisis hidrológico, ya que en ella se concentran la mayor cantidad de características hidrológicas relevantes para la escala de trabajo que se requiere en este tipo de estudios regionales. La definición de las unidades hidrológicas territoriales Para definir las unidades hidrológicas territoriales (U.H.T.), en primer lugar se divide el territorio sobre la base de los distintos tipos morfológicos de redes hidrológicas, las que en su expresión visual (en plano), reflejan la influencia directa de los componentes del paisaje (Seco, 1984). Se parte de considerar que la forma de la red de drenaje aporta información importante sobre los procesos que están sucediendo en un territorio concreto. En segundo lugar se deben tomar en cuenta las diferentes zonas funcionales dentro de los Sistemas Hidrológicos; en general, todas las cuencas se pueden sub164 Herramientas para la planeación territorial y el ordenamiento ecológico dividir en tres zonas hidrológicas funcionales (Spiridonov, 1981), que son: 1. Zona de cabezada: Es la zona donde nacen las corrientes hidrológicas, –por ende se localizan en las partes más altas de la cuenca–; generalmente la rodean y por su función (principalmente de captación) presentan la mayor fragilidad y deben estar sujetas a protección y/o restauración. 2. Zona de captación-transporte: Es la porción de la cuenca que en principio se encarga de captar la mayor parte del agua que entra al sistema, así como de transportar el agua proveniente de la zona de cabezada. Esta zona podría considerarse de mezcla, ya que en ella confluyen masas de agua con diferentes características físico-químicas, debido a que esta agua arrastra sedimentos con iones y cationes disueltos de diferente índole química. 3. Zona de emisión: Se caracteriza por ser la zona que emite a una corriente más caudalosa el agua proveniente de las otras dos zonas funcionales; es la más pequeña de todas las zonas descritas, pues solo incluye la corriente de mayor orden en la clasificación dicotómica de Strahler (1967). El fundamento para la diferenciación de los Sistemas Hidrológicos en estas zonas funcionales es la clasificación de las corrientes en función de su orden, bajo el esquema de Strahler (1967). La lógica de esta clasificación consiste en asignar un valor numérico a cada corriente según el grado de bifurcación que presente. La zona de cabezada es el área comprendida entre el parteaguas –línea de unión de los puntos con mayor altitud– que dividen a los Sistemas Hidrológicos y la división en la unión de las corrientes de orden 1. La zona de emisión comprende el área entre el parteaguas y la unión de las dos corrientes que dan origen a la corriente de mayor orden dentro del S.H.; el resto del territorio dentro de cada Sistema Hidrológico se considera como la zona de captación-transporte, la cual siempre se encuentra entre la zona de cabezada y la zona de emisión, de ahí su carácter intermedio y de mezcla. La tercera característica que se incluye para la determinación de las U.H.T. es la disección horizontal del relieve o densidad de drenaje. Esta variable indica la longitud total de la red de drenaje dispuesta en un área determinada y se expresa en la unidad de Km/Km2. Según Seco (1984) la densidad de drenaje está determinada por la interacción de varios factores, siendo los más significativos los siguientes: D iagnóstico 165 • Litología: La existencia de rocas permeables en la superficie permite una intensa infiltración de las aguas meteóricas, por lo que en estos casos el drenaje superficial se desarrolla poco. Si las rocas que afloran son impermeables (por ejemplo, lutitas), ocurre lo contrario y habrá un gran desarrollo del drenaje superficial y de las formas a él asociadas, con proliferación de cárcavas y barrancos. • Pendiente: A medida que aumenta la pendiente se favorece el escurrimiento y, por tanto, la densidad de drenaje será mayor. • Precipitación: Existe una relación directa entre la densidad de drenaje y la precipitación, de forma tal que: a mayor precipitación mayor densidad de drenaje. El resultado de este análisis permite elaborar un Mapa de Unidades Hidrológicas, el cual se construye a partir de la superposición de los tres mapas antes mencionados: disección horizontal ó densidad de drenaje, morfología de la red de drenaje, y delimitación de las zonas de funcionamiento hidrológico. Metodología del balance hidrológico Un elemento fundamental para poder evaluar la disponibilidad real y el grado de deterioro del recurso agua es realizar el Balance Hidrológico de la(s) cuenca(s). Este se lleva a cabo de acuerdo con la clasificación jerárquica de los paisajes hidrológicos establecida en el Mapa de Unidades Hidrológicas, de forma tal que el balance se desarrolla para cada una de las Unidades Hidrológicas Territoriales (U. H. T.). El estimado de los volúmenes de agua resultantes en cada una de ellas se suma de acuerdo a los Sistemas Hidrológicos (S. H.) que los componen, y estos últimos a su vez se agrupan y adicionan de acuerdo al nivel jerárquico superior que son los Complejos Hidrológicos (C. H.). Esta metodología nos permite relacionar la captación de agua con las características hidrológicas de la(s) cuenca(s) en estudio. Para poder tener mayor precisión en cuanto a la disponibilidad real del recurso, se recomienda realizar el balance tanto para el período de estiaje como para el de lluvias por separado, por lo que los resultados se expresan en una carta para cada uno de ellos. La fórmula general que se utiliza en el balance hidrológico es la siguiente: Captación – Evapotranspiración = Escorrentía superficial + Infiltración A continuación se desarrolla el método utilizado para determinar cada una de los componentes de esta fórmula. Como el balance hidrológico se lleva a cabo en 166 Herramientas para la planeación territorial y el ordenamiento ecológico las Unidades Hidrológicas Territoriales (U. H. T.), en cada una de ellas se determinan, clasifican y ponderan las áreas que ocupan los diferentes tipos de vegetación, suelo, litología, disección horizontal y pendientes, así como las áreas cubiertas por cada una de las isoyetas e isotermas. En la siguiente tabla se muestran los componentes naturales que se utilizaron para definir cada uno de los componentes de la formula descrita. Tabla 26. Relación entre los componentes naturales y los componentes del balance hidrológico Componentes de la fórmula de balance hidrológico Tipos de suelo Tipos de vegetación Tipos litológicos Tipos de pendientes Tipos de disección horizontal Precipitación Temperatura Componentes naturales Captación Evapotranspiración Escorrentía superficial (%) X X Infiltración (%) X X X X X X X X X En cada U.H.T. se ponderan las áreas ocupadas por cada uno de los componentes naturales relacionados en la tabla anterior, en función al área total de cada U.H.T. De esta manera se establecen las magnitudes en que cada una de ellas interviene sobre los componentes de la fórmula de balance. A continuación se presentan como ejemplo parte de las tablas en las que se relacionaron los diferentes tipos de componentes naturales de las U.H.T. que se utilizaron para el balance en la cuenca del río Bobos, Ver., así como su clasificación de acuerdo a sus características hidrológicas. D iagnóstico 167 Tipos de suelo No clave Tipos de suelo 11 Leptosol lítico 13 Arenosol calcárico 1 Fluvisol eútrico 2 Fluvisol eútri-calcárico 3 Fluvisol eútri-calcárico + gleysol móllico + arenosol gléico 8 Regosol eútrico + leptosol lítico 14 Arenosol cámbico + arenosol gléico 15 Arenosol gléico + histosol terri-gléico 37 Depósitos aluviales poligenéticos 4 Regosol eútrico 9 Regosol calcárico + leptosol lítico 10 Regosol eútrico + andosol úmbrico 12 Leptosol úmbrico 24 Phaeozem calcárico 16 Arenosol lúvico + arenosol gléico 17 Andosol háplico 18 Andosol úmbrico 19 Andosol háplico + acrisol háplico 20 Andosol úmbrico + leptosol úmbrico 21 Andosol úmbrico + regosol eútrico 5 Regosol calcárico 6 Regosol úmbrico 7 Regosol calcari-eútrico 22 Vertisol eútrico 23 Phaeozem háplico 25 Phaeozem lúvico 26 Phaeozem úmbrico 168 1 2 3 4 5 6 Herramientas para la planeación territorial y el ordenamiento ecológico + La tabla anterior presenta los tipos de suelo presentes en la cuenca, clasificados de acuerdo a su grado de permeabilidad; esta clasificación se desarrolló considerando las características de cada tipo de suelo. Litología La siguiente tabla ordena los diferentes tipos litológicos presentes en la cuenca del río Bobos, Ver., de acuerdo a su permeabilidad. Más permeable 1 2 3 4 5 5 6 7 8 9 10 Clave 11 8 5 3 4 7 2 1 6 9 10 Menos permeable Tipos litológicos Depósitos marinos de arenas biodetríticas Areniscas Cenizas volcánicas Brechas volcánicas Tobas piroclásticas Lutitas y areniscas Basaltos Andesitas basálticas Calizas y lutitas Depósitos aluviales poligenéticos Complejo de depósitos aluviales y marinos interestratificados Pendientes y disección horizontal del relieve A continuación se presentan las tablas 27 y 28 de clasificación de las pendientes y de la disección horizontal, donde se observa que, a medida que aumentan estas dos características del relieve, la escorrentía superficial debe aumentar en detrimento de la infiltración. Tabla 27. Clasificación de las pendientes Pendientes Grado Ap (º) 1 <1 2 1º - 3º Clasificación Pendientes planas Pendientes muy suavemente inclinadas D iagnóstico 169 Tabla 27. Continúa Pendientes Grado Ap (º) 3 3º - 5º 4 5º - 10º 5 10º - 15º 6 15º - 20º 7 20º - 30º 8 30º - 45º 9 > 45 10 10 Clasificación Pendientes suavemente inclinadas Pendientes ligeramente inclinadas Pendientes ligera a medianamente inclinadas Pendientes medianamente inclinadas Pendientes fuertemente inclinadas Pendientes muy fuertemente inclinadas Pendientes abruptas Complejo de depósitos aluviales y marinos interestratificados Tabla 28. Clasificación de la disección horizontal del relieve Grado Densidad de drenaje (km/km2) < 0.3 0.3 _ 1 1_2 2_3 3_4 4_5 >5 1 2 3 4 5 6 7 Disección horizontal del relieve muy suavemente diseccionado suavemente diseccionado ligeramente diseccionado ligera a medianamente diseccionado medianamente diseccionado fuertemente diseccionado muy fuertemente diseccionado Para determinar los porcentajes de infiltración y de escorrentía superficial, se suman los valores ponderados de la clasificación de los suelos, la litología, la disección horizontal y la pendiente de acuerdo al grado de permeabilidad que proporcionan en cada U.H.T. Los valores encontrados se clasifican en seis intervalos de clases, que se hacen corresponder con los porcentajes de infiltración como se muestra a continuación. Tabla 29. Clases de porcentaje de infiltración y escorrentía superficial. Clases 1 2 170 Porcentaje de infiltración 100 80 Porcentaje de escorrentía superficial 0 20 Herramientas para la planeación territorial y el ordenamiento ecológico Tabla 29. Clases de porcentaje de infiltración y escorrentía superficial. Clases 3 4 5 6 Porcentaje de infiltración 60 40 20 0 Porcentaje de escorrentía superficial 40 60 80 100 Evapotranspiración y los tipos de vegetación Para determinar la evapotranspiración se suele utilizar la fórmula propuesta por Holdridge (1987) que se presenta a continuación: Evapotranspiración real de la vegetación Altura (en m) de x de cualquier asociación terrestre = la vegetación dominante { 4 sí son arbustos } 8 sí son herbaceas La evapotranspiración total de la U.H.T. es la suma de las evapotranspiraciones ponderadas de acuerdo al área ocupada por cada tipo de vegetación presente en la Unidad Hidrológica. La tabla 30 que se presenta a continuación relaciona los tipos de vegetación que se encontraron en la cuenca del río Bobos, Ver. con el número y altura de los estratos que la conforman. El método que se utilizó para elaborar esta tabla conjuntó la consulta de expertos, la revisión bibliográfica, así como la observación directa en campo. Tabla 30. Relación entre los tipos de vegetación, número de estratos y altura en la cuenca del río Bobos, Ver. Cobertura vegetal Clave 1 2 3 Nº de estratos 3 3 3 Altura (m) estrato 1 5.00 1.00 1.00 Altura (m) estrato 2 10 15 10 Bosques aciculifolios Bosque de encinos Bosque mesófilo de montaña Bosque de ciénaga Altura (m) estrato 3 20 30 40 5 3 2.00 30 40 D iagnóstico 171 Tabla 30. Continúa Cobertura vegetal Clave 6 Nº de estratos 3 Altura (m) estrato 1 2.00 Altura (m) estrato 2 10 Selva mediana subperennifolia Acahual de bosque aciculifolios Acahual de bosque mesófilo de montaña Acahual de selva baja caducifolia Pastizal con elementos arbóreos Vegetación riparia Agricultura de temporal Plantaciones agrícolas Manglar Vegetación de dunas costeras Pastizal Altura (m) estrato 3 30 8 2 5.00 5 0 9 2 5.00 10 0 10 2 2.00 20 0 11 2 1.00 5 0 13 14 15 4 7 2 2 2 1 1 1.00 1.00 3.00 0.50 3.00 5 5 6 0 0 0 0 0 0 0 12 1 0.50 0 0 Captación Se define como la cantidad de agua que recibe cada unidad de área del territorio por efecto de la precipitación. El resultado de este cálculo se da en m3 y el estimado se realiza utilizando las isoyetas para secas y para lluvias calculadas en la carta climática de la cuenca, de la siguiente forma: 172 Herramientas para la planeación territorial y el ordenamiento ecológico Determinación de la precipitación ponderada para cada U.H.T.: Pp. de la U.H.T. =Σ[(Área isoyeta en la U.H.T. / Área de la U.H.T.) x Precipit. Isoyeta en la U.H.T.] Para determinar la captación en m3 de toda el área de la U.H.T.: Captación U.H.T. m3 = (Pp. de la U.H.T. / 1,000) x Área de la U.H.T. Para los tipos de suelo, litología, vegetación y temperatura, se utiliza la misma fórmula de ponderación que se presenta para la captación, solo que en estos casos las áreas ponderadas de cada tipo se multiplican por el valor correspondiente con el que se clasifican las características hidrológicas requeridas para despejar la formula de balance. La estimación de la acumulación hídrica total El balance regional de la disponibilidad y deterioro del recurso agua se construye a través de la estimación de diversos parámetros que toman como base el Balance Hidrológico descrito anteriormente. La estimación de la acumulación total de agua en la(s) cuenca(s) forma parte del balance regional de los recursos naturales y es un elemento fundamental a considerar como parte de las actividades de planeación regional para el uso sustentable de los recursos y la protección del medio ambiente. Este cálculo tiene como finalidad el definir aquellas porciones o unidades del territorio que, por causas naturales, concentran mayor o menor acumulación de agua y, por tanto, presentan una mayor o menor disponibilidad de este recurso, tanto para las diferentes actividades humanas como para el mantenimiento de los procesos ecológicos y el equilibrio de los ecosistemas. La acumulación hídrica total la definimos como el volumen de agua captado y acopiado a través de la escorrentía superficial, subsuperficial y subterránea en un área determinada de la(s) cuenca(s). La unidad en que se expresa esta medida es en litros por día por kilómetro cuadrado (l/día/km2). Como parte del balance regional de los recursos naturales –en términos de disponibilidad y deterioro–, este cálculo permite, entre otros aspectos, definir aquellas zonas que, en función al consumo y descarga de residuales de agua, son las más adecuadas para un futuro crecimiento industrial. De la misma manera, permite deD iagnóstico 173 finir áreas en las que la acumulación de agua y/o la disponibilidad de humedad favorecen el establecimiento de sistemas de riesgo o de micro-irrigación para las actividades agropecuarias, así como las zonas idóneas para el crecimiento urbano en función de su cercanía a áreas con disponibilidad de agua para consumo directo, u otras actividades económicas que dependan, entre otros factores, de los volúmenes de agua disponibles. También permite definir dentro del territorio aquellas subregiones en las que el agua es o puede llegar a ser un recurso deficitario, al menos en ciertos periodos del año. El resultado de esta evaluación es el Mapa de Acumulación Total de Agua (Superficial y Subterránea). La estimación de este indicador utiliza los datos obtenidos en el balance hídrológico, correspondientes a la precipitación promedio anual, evapotranspiración potencial y el coeficiente de escurrimiento superficial. En el caso de la cuenca del río Bobos, Ver., para poder calcular con precisión los volúmenes de agua acumulados se utilizó un modelo diseñado mediante aplicaciones en SIG (ArcInfo, Arcview ESRI, 1996), el cual consiste en la suma de los valores intrínsecos de captación más los valores de los pixeles contiguos con altura relativa mayor. La explicación gráfica de este procedimiento se muestra en la figura 45. La estimación del consumo humano de agua Si consideramos los requerimientos del sistema natural, del total de agua que se acumula en una cuenca hidrológica, solo una parte se encuentra disponible para consumo humano, el cual se concibe como el proceso de extracción, almacenamiento y uso diversificado del agua, por la acción directa y deliberada del hombre. El cálculo del nivel de consumo humano de agua por parte de los habitantes de una cuenca se define como un parámetro determinado fundamentalmente por las condiciones socioeconómicas de la población, y en menor medida por la ubicación de la localidad de acuerdo a sus características climáticas, considerando que el consumo de agua es mayor en las localidades ubicadas en zonas de clima cálido; finalmente, también se toma en cuenta que los patrones de consumo varían de acuerdo al sector productivo predominante en el área donde se ubica la población. Así por ejemplo, en las localidades de la cuenca del río Bobos, Ver. donde predominan las actividades primarias (zonas rurales), la dotación de servicios e infraestructura es escasa o prácticamente nula, y las temperaturas promedio anuales suelen ser bajas, se definió un consumo de agua promedio per capita menor a los 174 Herramientas para la planeación territorial y el ordenamiento ecológico Figura 45. Modelo de acumulación hídrica. En esta figura se muestra el funcionamiento del modelo de acumulación hídrica. La unidad básica de captación de lluvia es un pixel de 1Km2, el cual tiene una cantidad intrínseca de recepción de agua. Conforme se desciende por la pendiente, los volúmenes de agua acumulada van aumentando de acuerdo al acumulado del pixel anterior. De esta manera, los pixeles dispuestos en la parte más cercana al parteaguas presentan el valor mínimo de acumulación dentro de cada sistema hidrológico, mientras que los que se encuentran en la zona de emisión del acuífero presentan los valores máximos de acumulación (superficial y subterránea). 100 l/habitante/día. La situación contraria la encontramos cuando la actividad económica fundamental se concentra en los sectores terciario y secundario, donde las localidades cuentan con servicios e infraestructura para la mayoría de los habitantes, y se localizan en áreas donde las condiciones climáticas son cálidas; en estos territorios, los patrones de consumo humano de agua per capita se estima que llega a valores cercanos a los 500 l/habitante/día. Los hábitos culturales influyen en el consumo del recurso agua, sin embargo, este parámetro se omitió por no poder evaluarse matemáticamente. Para la elaboración del mapa correspondiente (Mapa de Consumo Humano de Agua) se deben ponderar las variables socioeconómicas relativas al Sector D iagnóstico 175 Productivo, la Fragilidad Social, así como el tipo de clima. Con base en estas variables se calculan los estimados de consumo per capita y posteriormente se extrapolan a la totalidad de la población bajo estudio. La base y expresión geográfica de este análisis la constituyen los polígonos de intensidad de apropiación del territorio. La unidad en que se define este cálculo es l/habitante/día. En la cuenca del río Bobos, Ver., el Mapa de Consumo Humano de Agua definió niveles diferenciados de consumo en función de los indicadores descritos anteriormente (estimado en l/día), los cuales abarcan cinco clases: Tabla 31. Niveles de consumo de agua de acuerdo con los volúmenes en la cuenca del río Bobos, Ver. Nivel de consumo (clases) Muy bajo Bajo Medio Alto Muy alto Volumen de consumo (l/día) 0 – 294,300 294,301 – 962,500 962,501 – 8,220,500 8,220,501 – 16,457,200 16,457,201 – 53,145,600 El resultado de este análisis diferenciado se resume en el Mapa de Consumo Humano de Agua, el cual ofrece una idea precisa de la demanda de agua en diferentes escenarios socioeconómicos y geográfico-climáticos, así como para diferentes concentraciones demográficas, tanto espacial como temporalmente. Por lo anterior, se considera que esta cartografía y la base de datos asociada puede apoyar aspectos relacionados con la planeación urbana y la definición de diferentes escenarios de crecimiento socioeconómico territorial. Un crecimiento urbano ordenado deberá tomar en cuenta este análisis, sobre todo en sus proyecciones, pues ello garantizaría cubrir la demanda de agua actual, así como prever con suficiente tiempo las posibles zonas de déficit hídrico y los períodos de escasez a través del año. La estimación de la disponibilidad del recurso agua El cálculo de la cantidad de agua disponible para las actividades humanas en una cuenca debe partir de considerar que, del volumen total de agua presente en el sistema natural en un periodo dado, solo una parte se encuentra disponible para 176 Herramientas para la planeación territorial y el ordenamiento ecológico