03 Ate urg 6819 sobredosis

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03 Ate urg 6819 sobredosis
27/4/06
17:17
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Atención urgente
Sobredosis y reacciones adversas
al consumo de cannabis
B. Climent-Díaz
Unidad de Toxicología Clínica. Servicio de Medicina Interna. Consorcio Hospital General Universitario de Valencia. Valencia. España.
Intoxicaciones agudas
y reacciones adversas por cannabis
La intoxicación leve por cannabis cursa con somnolencia, moderada euforia, risa espontánea e inapropiada, alteración de la
percepción del tiempo y aumento de la percepción sensorial.
La intoxicación moderada produce un deterioro de la memoria a corto plazo, incapacidad de ejecutar tareas que requieran de múltiples etapas mentales, pérdida de la destreza
motora, despersonalización, falta de atención y disminución
de la inhibición social.
Las intoxicaciones graves se asocian con disminución de la
coordinación motora y de la fuerza muscular, sedación, disminución de la capacidad de concentración, ataxia, incremento
del tiempo de reacción, reacciones de pánico, mioclonías y
convulsiones. Altas dosis prolongadas pueden provocar disminución de la frecuencia cardíaca y fallo cardíaco congestivo.
Asimismo, en el consumo de cannabis, tras la inhalación profunda, pueden producirse neumomediastino y neumotórax.
En pediatría, la ingesta accidental cursa con disminución del
nivel de conciencia, midriasis, hipotonía y disminución de parpadeo, pudiendo llegar al coma.
Uno de los motivos de consulta más frecuente en la intoxicación aguda por fumar cannabis es la crisis de ansiedad. En
algunas ocasiones se pueden presentar agitación y alucinaciones o síntomas psicóticos. En la tabla I se resumen las manifestaciones clínicas de la intoxicación por cannabis.
Tabla I.
Principales manifestaciones clínicas de la
intoxicación por cannabis
Somnolencia y disminución del nivel de conciencia
Presencia de alucinaciones, crisis de ansiedad, despersonalización
Crisis comiciales
Risa espontánea e inapropiada, euforia
Alteraciones cognitivas graves con disminución de la coordinación motora
Deterioro de la memoria a corto plazo
Taquicardia e hipotensión
Disminución de la inhibición social
Tabla II. Criterios de derivación a un centro hospitalario tras
el consumo de cannabis
Intoxicaciones agudas pediátricas, habitualmente por ingesta
Presencia de alucinaciones y reacciones psicóticas
Crisis comiciales
Disminución del nivel de conciencia
Alteraciones cognitivas graves
Sintomatología respiratoria (disnea, dolor torácico)
Sintomatología cardiovascular (hipotensión grave, taquicardia, dolor precordial)
Intoxicación por múltiples drogas de abuso
Diagnóstico del paciente intoxicado
por cannabis
El diagnóstico suele obtenerse por anamnesis, que aporta información sobre la forma de consumo y el tipo de preparado.
En la exploración física hay que buscar signos de intoxicación
por cannabis, como hiperemia conjuntival, boca seca, taquicardia o hipotensión.
La confirmación analítica del consumo se realiza habitualmente mediante una técnica de enzimoinmunoensayo en orina, que
permite identificar el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC). Tras el
consumo de un cigarrillo de marihuana, los metabolitos pueden
ser detectados durante varios días. En consumidores habituales,
los cannabinoides se detectan en orina durante 4 semanas.
Se debe realizar un electrocardiograma si hay alteración del
ritmo cardíaco o dolor precordial, y radiografía de tórax y gasometría arterial si el paciente presenta clínica respiratoria. La
realización de una analítica general que incluya hemograma y
bioquímica se decidirá según las manifestaciones clínicas del
paciente. Ante una crisis comicial, se planteará la conveniencia de una tomografía computarizada cerebral.
Un aspecto muy importante es el policonsumo de tóxicos,
que se debe tener siempre en cuenta en la atención del paciente que consulta por una intoxicación por cannabis. Es habitual el consumo de cannabis y alcohol, y los efectos psicoactivos de ambos se potencian. Se consume cannabis para mitigar los efectos de la cocaína, de las anfetaminas y del éxtasis,
aunque la combinación produce mayor taquicardia. También
se utiliza para prolongar los efectos de la heroína.
Actuación inmediata
La tabla II muestra los criterios de derivación a un centro hospitalario, en caso de reacción adversa al consumo de cannabis.
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dada
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Sobredosis y reacciones adversas al consumo de cannabis
B. Climent-Díaz
Para disminuir la absorción del preparado de cannabis ante
una ingesta oral se puede administrar jarabe de ipecacuana.
Es más eficaz cuando se administra dentro de los 30 min tras
la ingesta del cannabis. Las contraindicaciones para su uso
son la disminución del nivel de conciencia, convulsiones, ingesta de sustancias con potencial peligro de broncoaspiración
o ingesta de sustancias corrosivas.
La administración de carbón activado ante una ingesta de
productos que contengan cannabis se debería hacer dentro
del intervalo de 1 h. Se debe utilizar siempre que el paciente
esté consciente, no haya presentado convulsiones y sea capaz
de proteger las vías respiratorias.
El tratamiento de las manifestaciones clínicas de una intoxicación por cannabis será sintomático, teniendo en cuenta la
mayor gravedad en la población infantil. Las reacciones depresivas y las crisis de ansiedad y de agitación deben ser tratadas
manteniendo al paciente en un área tranquila del centro sanitario, explicándole las características de los efectos padecidos
y su desaparición en pocas horas. Las benzodiazepinas (diazepam oral, 5-10 mg) son el tratamiento de elección en estos casos. Si se presentan alucinaciones y reacciones psicóticas,
puede ser necesario administrar neurolépticos (risperidona,
olanzapina, aripiprazol) y realizar una valoración psiquiátrica.
Los casos poco probables de body-packer (portador de paquetes de droga en el interior del cuerpo) o de body-stuffer
(ingesta precipitada de papelinas o paquetes ante la llegada
de la policía) cuyo contenido, por afirmación del propio portador, sea cannabis (normalmente hachís), siempre deben ser
valorados en un centro hospitalario, en donde se seguirá el
protocolo habitual. La sobredosis aguda producida por la rotura de alguno de estos paquetes es una emergencia médica y
produce una disminución del nivel de conciencia, con deterioro de la función respiratoria e hipotensión.
Tras la asistencia a un paciente intoxicado por cannabis se
debe valorar una posible adicción subyacente. Como en todas
las intoxicaciones agudas, siempre hay que realizar un parte
judicial.
A tener en cuenta
• Las intoxicaciones pediátricas por ingesta
de cannabis, bajo cualquier forma de preparado,
poseen mayor gravedad y cursan con una rápida
disminución del nivel de conciencia.
• Valorar el consumo de otras drogas en el cuadro
clínico.
• La mayoría de reacciones adversas son crisis
de ansiedad, que se pueden controlar tranquilizando
al paciente y con benzodiazepinas.
• Un test urinario positivo sólo indica la posibilidad
de uso previo, sin que se correlacione con la clínica.
• El body-packer y el body-stuffer de cannabis
requieren un manejo hospitalario, por las graves
complicaciones que conlleva la rotura de un paquete.
Errores habituales
• No valorar la intoxicación simultánea con otras
drogas.
• No derivar al paciente a una unidad especializada
en el tratamiento de adicciones.
• No valorar el posible consumo de cannabis
en un cuadro psiquiátrico agudo en un paciente
joven, tanto si es de diagnóstico reciente como
si se trata de una reagudización.
Anexo 1
Diferentes preparaciones de cannabis
Cannabis sativa es una planta que crece en regiones
templadas y de la que se han descrito más de 100 variedades distintas (fig. 1). Contiene unos 60 alcaloides,
de los cuales el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC) es
el más importante en cuanto a actividad psicoactiva,
pero además contiene otras 400 sustancias diferentes.
La concentración de cannabinoides varía enormemente según la parte de la planta, el tipo y la zona geográfica de cultivo. El mayor contenido en THC son los
brotes florecientes de la parte superior, seguido de las
hojas, los tallos y las semillas. La marihuana es el término utilizado para referirse a las diferentes preparaciones del cannabis. Se prepara con flores, hojas y tallos
desecados y triturados, con un contenido que oscila entre el 0,5 y el 5% de THC. La principal forma de consumo es fumada como cigarrillos o porros, o bien en pipa,
mezclado con tabaco.
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Figura 1.
Planta de Cannabis
sativa (tomada de
www.erowid.com).
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Figura 2. Resina de hachís
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El hachís contiene entre un 3 y un 6% de THC, y está formado por resina exudada y flores prensadas; es de color
negro-marrón y usualmente se fuma en pipa (fig. 2). El
aceite de hachís es un preparado que puede contener
hasta un 30-50% de THC. La marihuana y el hachís también pueden consumirse mezclados con alimentos, sobre
todo pasteles. Actualmente, la extensión del cultivo doméstico con técnicas hidropónicas y mezclas de semillas,
adquiridas habitualmente por internet, está promoviendo
el consumo de variedades de cannabis con un alto contenido en cannabinoides, por lo que es posible que en un
futuro se incrementen las intoxicaciones tras su consumo.
El comienzo de la acción psicoactiva del cannabis tras
inhalación se inicia entre los 6-12 min, con una duración
de 3-4 h. Cuando el cannabis es administrado por vía oral,
su acción se inicia a los 30-60 min y persiste entre 4 y 6 h.
(tomada de www.erowid.com).
Anexo 2
Anexo 2. Efectos clínicos del cannabis
El consumo de cannabis puede causar enrojecimiento
conjuntival, quemosis, midriasis, nistagmo y reducción
de la presión intraocular. En el sistema cardiovascular
produce hipotensión postural y taquicardia. Se ha descrito que el consumo de cannabis produce también una
disminución de la tolerancia al ejercicio en la cardiopatía isquémica. En los pulmones causa irritación de las
vías respiratorias y tos. Presenta un efecto broncodilatador que es dependiente de la dosis. Fumar marihuana
se ha asociado a sintomatología respiratoria crónica.
En el aspecto psiquiátrico puede producir estados
confusionales, despersonalización, aumento de suspicacia, ideación paranoide y ansiedad. Exacerba la esquizofrenia preexistente. Hay controversia sobre si el
cannabis es capaz de causar esquizofrenia en personas previamente sanas. El síndrome amotivacional se
produce principalmente en adolescentes y cursa con
cambios de humor y comportamiento, apatía, alejamiento de la familia y de los amigos.
Produce aumento del apetito (especialmente para
dulces), disminución de la motilidad intestinal, boca seca y retención urinaria. Facilita la inducción del sueño y
prolonga ligeramente su duración. El consumo crónico
se ha relacionado con un deterioro en la función de los
linfocitos T, pero no se ha demostrado un incremento en
la susceptibilidad a la infección.
Tabla III. Efectos del cannabis
Enrojecimiento conjuntival
Alucinaciones y reacciones psicóticas
Hipotensión postural y taquicardia
Deterioro de la función de los linfocitos T
Ansiedad y alteraciones cognitivas
Reducción de la presión intraocular
Aumento del apetito
Broncodilatación e irritación de las vías respiratorias
El consumo de cannabis también se ha relacionado
con isquemia cerebral, y se han descrito casos de accidente isquémico transitorio y de infarto cerebral. Se han
propuesto como mecanismos fisiopatológicos el vasospasmo, la hipotensión y la afectación de la autorregulación del flujo sanguíneo cerebral, aunque esta relación
no ha sido establecida definitivamente. Se han descrito,
debido a las propiedades vasoconstrictoras vasculares,
casos de arteritis en adultos jóvenes que remedan a la
enfermedad de Buerger. Los principales efectos del
cannabis se resumen en la tabla III.
Bibliografía recomendada
Goldfrank LR, Flomenbaum NE, Lewin NA, Howland MA, Hoffman
R, Nelson LS. Goldfrank’s Toxicologic Emergencies. 7th ed. New
York: Mc Graw-Hill; 2002.
Hall W, Solowij N. Adverse effects of cannabis. Lancet. 1998;352:
1611-6.
Macnab A, Anderson E, Susak L. Ingestion of cannabis: a cause of
coma in children. Pediatr Emerg Care. 1989;5:238-9.
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