26 l`entrevista “ME EXPULSARON Y Me DiJerOn que NO Debía

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l’entrevista 26
VSB SETEMBRE 2010
¿Tu pertenencia a la iglesia evangélica puede haber
tenido algo que ver en tu expulsión?
“Desde marzo se ha oído hablar de expulsiones, sobre todo
cristianos evangélicos, pero también católicos e incluso
musulmanes de otras tendencias. Pero no estoy segura de
que la religión sea la única
razón. La mayoría de mis
alumnos eran saharauis y a
las autoridades marroquíes
no les gusta que estén en contacto con extranjeros.”
LA SANTBOIANA SARA DOMENE HA
TRABAJADO MÁS DE TRES AÑOS
COMO PROFESORA DE ESPAÑOL
EN EL SÁHARA. las autoridades
marroquíes la HAN EXPULSADO
ALEGANDO “UNA grave
amenaza para el orden público”. lA iglesia evangélica de
sant boi, a la que pertenece,
RECLAMA LA RETIRADA DE LA
ORDEN DE EXPULSIÓN. EL ALCALDE, JAUME BOSCH, HA enviado
una carta al cónsul marroquí
para SOLICITAR información.
“me he sentido
muy bien acogida”
¿En qué consistía tu tarea en el Sáhara?
“Daba clases de español para extranjeros en los locales
de dos asociaciones que ayudan a niños con parálisis
cerebral, síndrome de Down y sordomudos. Los fondos
recaudados ayudaban a financiar sus actividades. A mí
me pagaba la iglesia evangélica de Sant Boi.”
¿Qué te llevó al Sáhara?
“Estoy interesada en ayudar a gente sin recursos. En un
viaje por Marruecos, la gente del Sáhara me fascinó. Yo
daba clases en institutos. Pedí una baja temporal y me
acabó gustando tanto que fui alargando mi estancia.”
SARA DOMENE CORRAL. FILóloga, profesora de ESPAÑOL y
cooperante en el sáhara
“ME EXPULSARON Y ME
DIJERON que NO debía HACER PREGUNTAS”
¿Cómo recibiste la noticia de tu expulsión?
“El viernes 25 de junio, en principio un día normal. Tenía
planes para ver el España-Chile. A mediodía, el depositario
de bienes de la Casa España en El Aaiún me comunicó la
orden de expulsión. Me enseñó un fax firmado por el gobernador del Sáhara. Me quedé muy desconcertada. No
esperaba algo tan grave. Yo estaba allí para ayudar...”
¿Te explicaron las razones concretas de tu expulsión?
“En absoluto. Me vi ante cinco policías y un traductor. Les
dije que su decisión era injustificada y arbitraria y sus acusaciones, falsas. Se enfadaron. El traductor dijo que yo no
estaba allí para hacer preguntas. Me dieron 48 horas para
marcharme si no quería enfrentarme a ‘represalias’.”
¿Qué sensaciones tuviste durante esas 48 horas?
Te llamaron “grave amenaza para el orden público”...
“Después de tres años y medio, recoger mis cosas en dos
“Mis amigos y yo hacemos broma con eso, pero entonces días, acabar de pagar facturas, contar lo ocurrido y despeme enfadé muchísimo.”
dirme fue estresante, violento y difícil de asimilar.”
¿Ser cooperante es un oficio peligroso?
“Eso parece. Y desagradecido. Pero aunque haya acabado
así, lo que he vivido y lo que he recibido ha merecido mucho
la pena. Mis alumnos vinieron a despedirme al aeropuerto.
Uno de ellos me dijo: ‘Profe, me has dejado una huella
imborrable’. Yo no le había enseñado esa palabra.”
¿Qué te han enseñado estos años?
“Muchísimas cosas. Convivir con musulmanes me ha librado de algunos prejuicios. Con los saharauis, he podido
observar cómo mantienen bellas costumbres de la vida
nómada: su hospitalidad con los extranjeros, el significado
del larguísimo ritual del té (“amargo como la vida, dulce
como el amor, suave como la muerte”)... Me he sentido muy
bien acogida, tratada como una hija. Ha sido bonito.”
¿Y ahora, qué?
“Me reincorporaré a la enseñanza. Quiero aprovechar lo
que he vivido y lo que he descubierto. Me espera un tiempo
de reflexión, de ver qué estoy llamada a hacer.”
¿Será imposible volver?
“Estoy mentalizada de que esta etapa está cerrada. Aun
así, mi caso está en estudio para ver si es posible revocar
la orden para poder regresar, aunque sea como turista.”
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