la presentación del señor

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LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR
Lecturas:
Malaquías 3,1-4
Salmo 23
Hebreos 2,14-18
Evangelio: Lucas 2,22-40
“Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de
Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo
escrito en la ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al
Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de
tórtolas o dos pichones. »
Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y
piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él.
Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de
ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.
Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto
por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:
- «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los
pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel”
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Para centrar nuestro texto, primero vamos a colocarlos en el díptico que
Lucas arma en los dos primeros capítulos de su Prólogo Teológico:
1.- ANUNCIACIÓN: JUAN (1,5-25),
JESÚS (1,26-56)
2.- NACIMIENTO: JUAN (1,57-58) JESÚS (2,1-20)
3.- CIRCUNCISIÓN: JUAN (1,59-79) JESÚS (2,21)
4.- PRESENTACIÓN: JUAN: xx
JESÚS (2,22-39)
Llama la atención:
2.- En JESÚS, el Nacimiento es importante;
3.- En JUAN, la Circuncisión es muy importante, cuando en Jesús
hay un solo versículo, solamente necesario para ponerle el nombre.
4.- En la columna de JUAN, que es sacerdote por ser hijo de
sacerdote, no hay una PRESENTACIÓN EN EL TEMPLO, mientras que en la
columna de JESÚS, tenemos todo este artículo bien estructurado.
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De hecho, Lucas más que en la Presentación, y no se diga en la
Purificación, se detiene en dos bellísimas escenas de dos pobres de
Yahvé: Simeón y Ana
Niño Dios a Dios.
que son testigos gozosos de la Presentación del
vv. 22-24: Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos,
según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle
al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: “Todo varón
primogénito será consagrado al Señor” y para ofrecer en sacrificio “un
par de tórtolas o dos pichones”, conforme a lo que se dice en la Ley del
Señor.
Aquí nos encontramos con dos prescripciones de la Ley de Moisés:
1.- Consagración del Primogénito (Ex 13,2: “Conságrame todo
primogénito, todo lo que abre el seno materno entre los israelitas. Ya sean
hombres o animales, míos son todos.”
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2.- La purificación de la madre (Lv 12,1-8: “Yahvé habló a Moisés y
dijo: Habla a los israelitas y diles: Cuando una mujer conciba y tenga un hijo
varón, quedará impura durante siete días; será impura como en el tiempo de
sus reglas. Al octavo día será circuncidado el niño en la carne de su prepucio,
pero ella permanecerá todavía 33 días purificándose de su sangre. No tocará
ninguna cosa santa ni irá al santuario hasta cumplirse los días de su
purificación. Al cumplirse los días de su purificación, sea por niño o niña,
presentará al sacerdote, a la entrada de la Tienda del Encuentro, un cordero de
un año como holocausto, y un pichón o una tórtola como sacrificio por el
pecado. El sacerdote lo ofrecerá ante Yahveh, haciendo expiación por ella, y
quedará purificada del flujo de su sangre. Esta es la ley referente a la mujer
que da a luz a un niño. Mas si a ella no le alcanza para presentar una res
menor, tome dos tórtolas o dos pichones, uno como holocausto y otro como
sacrificio por el pecado; y el sacerdote hará expiación por ella y quedará pura”)
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El primogénito de la madre debía ser consagrado a Dios. Más tarde los
levitas sustituyeron a los primogénitos, como los que atendían al culto
religioso. Los primogénitos de los animales eran sacrificados a Dios o
rescatados si el animal no era sagrado.
María, como pobre, ofrece dos tórtolas o dos pichones.
No es necesario comentar nada. Sirva para tener un poco de cultura
religiosa. Es curioso que la religiosidad popular se ha fijado más en la
Purificación que en la Presentación.
vv. 25-26: Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado
Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de
Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. Le había sido revelado por el
Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del
Señor.
Consolación: Consolador de Israel. Es uno de los nombres del Mesías.
Desde la infancia de Jesús, el Espíritu Santo anda muy activo para
iluminar a los pobres la vocación mesiánica del Niño; actúa para que lo
reconozcan y reciban.
La iluminación a Simeón, y a todos los pobres de Yahvé que él representa,
es magnífica: Este niño pobre es el Mesías-Cristo, el Kyrios-Señor.
No tenemos que olvidar que Lucas nos narra una historia de la Salvación
en este Prólogo; no es un periodista-teólogo.
vv. 27-28 a: Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres
introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre
él, le tomó en brazos y bendijo a Dios
Como Jesús, y todo buen cristiano, Simeón es movido por el
Espíritu. Lc 3, 1: Jesús, lleno de Espíritu Santo, se volvió del
Jordán, y era conducido por el Espíritu en el desierto; v.14: Jesús
volvió a Galilea por la fuerza del Espíritu,
vv. 28b-32: Diciendo: “Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar
que tu siervo se vaya en paz;
Dejar libre: El verbo en griego se usa para la manumisión de los
esclavos en un templo, a cuyo servicio se dedicaban al dios o a la diosa del
templo. “Señor” es el Dios-Yahvé a quien Simeón sirve con amor.
Según tu palabra: Simeón no va a morir, sino vivir al ver al Mesías de
su Señor Dios.
porque han visto mis ojos tu salvación,
mis ojos han visto: Todo yo puedo contemplar.
Salvación: El Salvador… toda la espiritualidad de Israel se orienta hacia
el Salvador-Mesías.
la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para
iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.
Todos los pueblos: Lucas abre la salvación que trae el Mesías a todos
los pueblos, va a ser Luz para los gentiles. Esto será una gloria para Israel.
v.33: Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él.
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Toda nueva intervención de Dios causa una admiración gozosa en la
criatura. José y María representan a los cristianos que van
experimentando gracia tras gracia (Jn 1,16).
vv. 34: Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: “Este está puesto
para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de
contradicción - ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! a fin de
que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.”
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Además del sacerdote también podía bendecir el padre y el profeta, como
en este caso Simeón.
Las palabras proféticas se dirigen a María y dicen de la suerte que va a
correr la Madre y su hijo-Mesías.
Está puesto, es su vocación. Es la contradicción que el Mesías Jesús va a
tener de los otros judíos.
Tenemos una participación de María, su Madre, con su Hijo.
Una espada: Sufrimiento por la división-guerra que harán a su Hijo.
vv. 36-37: Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu
de Aser, de edad avanzada; después de casarse había vivido siete años
con su marido, y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años; no
se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y
oraciones.
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Ana significa Gracia. Es significativo que nos da su apellido y ascendencia
tribal. Muchísimos judíos de ese tiempo no sabían de qué tribu procedían.
Era profetisa. Se entiende como María, la hermana de Moisés y Aarón
(Ex 15,20), o Débora (Jc 4), Hulda (2Re 22,14), es decir, mujer inspirada
por el Espíritu, como Simeón. Era una viuda que no se había vuelto a
casar; en el pueblo de Israel se apreciaba mucho la fidelidad de la viuda.
Los ochenta y cuatro años parece que hay que entenderse en total. De
todos modos, era muy mayor, más que hoy una centenaria.
No se apartaba… Venía con muchísima frecuencia al Templo, venía a las
horas canónicas de oración –cinco veces al día.
Sirviendo a Dios… Con un culto continuo de oración y ayuno.
v. 38: Como se presentase en aquella misma hora, alababa a Dios y
hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
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Para Lucas es providencial que se presentase en aquella misma hora,
cuando la Sagrada Familia llegaba al Templo.
La profetisa Ana hablaba del Niño… Lo proclamaba como Mesías.
La redención de Jerusalén. Jerusalén es todo Israel. Liberación total
realizada por Dios por medio del Mesías…
v.39: Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor,
volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.
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Lucas lleva al Niño Jesús a Nazaret; será Jesús de Nazaret.
No narra nada de la venida de los Magos ni de la huida a Egipto, como lo
hace Mateo. Se ve que no entraba en su esquema teológico o que no
conocía este material catequético.
v. 40: El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia
de Dios estaba sobre él.
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Sabiduría: Es un empalme con la escena que sigue de Jesús adolescente
entre los Doctores de la Ley. Sabiduría en el sentido bíblico tiene
referencia a las normas de una vida honesta y feliz bajo la mirada de
Dios.
La gracia de Dios: Dios se complacía en él; Jesús poseía una santidad
infinita.
Jesús se desarrolla sanamente en el aspecto físico y espiritual, como un
hombre normal bajo la mirada de su Padre.
Señor Jesús, uno siente ternura por estos dos ancianos que
representan a los pobres de Yahvé que con infinita paciencia
te esperaban como liberación de Israel y de toda humanidad.
Gracias por este par de personas mayores que tienen el hálito
de amor por su patria y por todos los pueblos. Bendito seas
tú, Jesús, Señor y Liberador.
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