Transformaciones en la clase obrera/ El precariado, ¿nueva clase

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IES JUAN GRIS
Departamento de Economía
TRANSFORMACIONES EN LA CLASE OBRERA:
EL PRECARIADO,
¿NUEVA CLASE SOCIAL O MISMA E INEXORABLE
LUCHA DE CLASES?
INVESTIGACIÓN PRESENTADA POR
Jesús Martín Adrados
Director
Francisco Javier Murillo Arroyo
Madrid, 2016
TRABAJO DE INVESTIGACIÓN
TRANSFORMACIONES EN LA CLASE OBRERA:
EL PRECARIADO,
¿NUEVA CLASE SOCIAL O MISMA E INEXORABLE
LUCHA DE CLASES?
Jesús Martín Adrados
Director de trabajo: Francisco Javier Murillo Arroyo
Programa: Bachillerato de investigación
Departamento de Economía
IES Juan Gris
1
2
A todos esos miles de abuelos; hoy anónimos, asesinados en silencio por haber
defendido la democracia.
A esos valientes hombres y mujeres de las Brigadas Internacionales, a quienes
hicieron suya mi guerra mientras el mundo miraba hacia otro lado.
Gracias por los servicios prestados que este país todavía no ha sabido agradeceros.
3
4
“Ser joven y no ser revolucionario es una
contradicción hasta biológica.”
(Salvador Allende)
5
6
Agradecimientos
Antes que nada, quiero expresar mi más sincero agradecimiento a Javi por su labor como
director de esta investigación, ayudándome sobremanera no solo a estructurar los
contenidos y a comprender las cuestiones más espinosas, sino en general a afrontar
todas aquellas dificultades con las que me he ido encontrando, demostrando una
paciencia y una disponibilidad infinitas. Probablemente, de otro modo todavía seguiría
intentando definir mi objeto de estudio o me habría acabado desviando del mismo hace
tiempo. También quiero agradecerle su incondicional apoyo y su sentido crítico absoluto,
siendo; tanto su persona como sus clases, una incesante fuente de inspiración y
motivación.
Asimismo, agradecer a todos aquellos profesores y profesoras que, a propósito o no, han
contribuido a despertar en mí un pensamiento crítico y un insaciable anhelo de
conocimiento.
«Està bé que ens deixen eixes coses a nosaltres
perquè no s’ha d’oblidar que sóm esponges.
En definitiva açò és perquè m'estime als que
et fan vore la vida tal com la disfruten més.
I és que m'alegra la gent que comet l'error i l'encert
d'intentar educar-nos per a que ens pareguem a ells.»
Atupa. “Records.” QuatribaRap. 2012.
A su vez, quiero dar las gracias a mis compañeros y compañeras, de quienes también he
aprendido mucho y con los que tan buenos ratos he pasado durante todos estos años.
En particular quiero agradecer a mi colega investigadora Noelia su ánimo y su mirífico
interés, siendo su virtuosa disciplina una importante motivación para mí, concretamente
durante el ultimo curso.
También quiero manifestar un especial agradecimiento a mis amigos de “la Plaza”, sobre
todo a Alex y a Samy, por aguantarme a diario, por enseñarme tanto y por regalarme
tantísimas buenas tardes e innumerables sonrisas. Ellos me han acompañado en mis
momentos de debilidad y de euforia, y por ello les debo tanto y les estoy tan agradecido.
Indudablemente, su amistad ha sido igualmente una de mis motivaciones para escribir
este trabajo, y por ello merecen tal reconocimiento.
7
Y por supuesto, no pudiendo ser de otra forma, quiero agradecer a mi familia por
soportarme día tras día y apoyarme en todo momento. En especial, quiero dar las gracias
a mis padres y a mi hermano, pues, aunque a veces no se lo demuestre, saben que les
amo. Y a mis primos, principalmente a Santi y a Marcos; con los que tanto tiempo paso a
diario, a mis abuelos y a mis tíos, especialmente a Espe, a Olga y a Fernando, por
haberme cuidado y aguantado durante todo este tiempo.
Por último, quiero agradecer a todos aquellos artistas comprometidos e intelectuales
orgánicos que han coadyuvado a construir hegemonía; contrahegemonía.
Nunca en el olvido.
8
9
Índice
Agradecimientos
7
Índice
10
Listado de siglas
13
INTRODUCCIÓN
16
Sobre la necesidad de este trabajo
17
Antecedentes
18
Revisión de las principales investigaciones sobre el precariado
20
Objetivos de la investigación
20
Estructura del trabajo de investigación
21
SOBRE LOS CONCEPTOS PRECARIEDAD Y PRECARIADO
23
Introducción
24
Sobre el significado del concepto precariedad
25
Sobre el significado del concepto precariado
27
Sobre el origen del término
27
Sobre Standing y el precariado entendido como una nueva clase social
29
Sobre los tipos de precariedad y sus características según Standing
33
Sobre la organización del precariado y la defensa de sus intereses: según Standing,
¿sigue siendo útil la figura del sindicato de clase?
34
Sobre el uso del término “precariado” como concepto aglutinante
EL INCREMENTO DE LA PRECARIEDAD EN EL CASO ESPAÑOL
37
40
Introducción
41
Sobre las reformas laborales en España: la ruta de la precariedad
42
Introducción
42
Antecedentes
43
Sobre la creación del Estatuto de los Trabajadores (1980), la primera reforma del mismo en
1984 y la razón de ser de las primeras reformas del PSOE
44
Sobre la evolución de las primeras contrarreformas: el camino hacia la contratación y el
empleo gradualmente desregulado
46
Sobre la evolución de las últimas contrarreformas laborales: se generaliza el despido barato y
se dinamita la negociación colectiva
50
Sobre los sindicatos: el papel de CCOO y UGT
55
A modo de resumen
57
Sobre el impacto de las contrarreformas laborales y la precariedad
60
Sobre el carácter euro-periférico de nuestra estructura productiva como causa
estructural de la elevada incidencia de la precariedad en España
75
10
Perspectivas de futuro con respecto a la precariedad: sobre la canallada de la
flexiseguridad, el contrato único, los minijobs y el workfare
78
REVISIÓN CRÍTICA DEL PRECARIADO DESDE EL MARXISMO
82
Introducción
83
Sobre la teoría marxista de clases y el error de Standing
84
Sobre la ofensiva neoliberal y el ejército industrial de reserva
88
Sobre los sindicatos: la respuesta organizada del “precariado”
91
CONCLUSIONES
94
A modo de conclusión
95
Sobre la principal limitación del trabajo y las líneas de investigación que quedan
abiertas
99
EPÍLOGO
101
Sobre la renta básica universal y algunas medidas ‘asequibles’ para reducir la
precariedad
102
ANEXOS
107
Canción
108
Bibliografía citada y/o consultada
111
Referencias a informes y datos
118
Otros documentos citados y/o consultados
125
11
12
Listado de siglas
AEOPAS – Asociación Española de Operadores Públicos de Abastecimiento y
Saneamiento
ATTAC – Asociación por la Tasación de las Transacciones financieras y por la Acción
Ciudadana
BCE – Banco Central Europeo
BIEN – Basic Income Earth Network (Red Global de Renta Básica)
CCOO – Comisiones Obreras
CE – Comisión Europea
CGT – Confederación General del Trabajo
CNC – Comisión Nacional de la Competencia
CNMV – Comisión Nacional del Mercado de Valores
CNT – Confederación Nacional del Trabajo
CEOE – Confederación Española de Organizaciones Empresariales
CEPYME – Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa
EFC – Economistas Frente a la Crisis
EPA – Encuesta de Población Activa
ERE – Expediente de Regulación de Empleo
ET – Estatuto de los Trabajadores
ETT – Empresa de Trabajo Temporal
FedEE – Federation of European Employers (Federación Europea de Empleadores)
FOGASA – Fondo de Garantía Salarial
FSE – Foro Social Europeo
GESTHA – Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda
INE – Instituto Nacional de Estadística
JSF – Juventud Sin Futuro
LSE – London School of Economics
OCDE – Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos
OCU – Organización de Consumidores y Usuarios
OIT – Organización Internacional del Trabajo
OMS – Organización Mundial de la Salud
OWS – Occupy Wall Street
PAH – Plataforma de Afectados por la Hipoteca
PCE – Partido Comunista de España
13
PIB – Producto Interior Bruto
PP – Partido Popular
PSOE – Partido Socialista Obrero Español
RAE – Real Academia Española
RBU – Renta Básica Universal
RRB – Red Renta Básica
SAT – Sindicato Andaluz de Trabajadores
SEPE – Servicio Público de Empleo Estatal
SMI – Salario Mínimo Interprofesional
SOAS – School of Oriental and African Studies (Escuela de Estudios Orientales y
Africanos)
SPD – Sozialdemokratische Partei Deutschlands (Partido Socialdemócrata de Alemania)
TLV – Teoría laboral del valor (también llamada teoría del valor-trabajo)
UE – Unión Europea
UEM – Unión Económica y Monetaria
UGT – Unión General de Trabajadores
14
15
INTRODUCCIÓN
16
Sobre la necesidad de este trabajo
Ante la desesperanza y el desengaño característico de nuestros tiempos, es sumamente
necesario elaborar mecanismos sociales que confluyan en la recuperación de la ilusión y
del optimismo por parte de las clases populares. En un mundo en el que todo está
mercantilizado, en el que las personas somos cosificadas sistemáticamente y en el que
«la gente decente anda perpleja, y los canallas, envalentonados» (Monedero, 2013: 12),
los intelectuales y las personas con espíritu de cambio en general, debemos hacer todo
lo posible por facilitar la subversión, ya sea mediante la militancia, la cultura o, como es el
caso, desde la educación y el ámbito académico en su totalidad.
Para ello, es imprescindible el estudio y la realización de investigaciones con espíritu
crítico que, como intenta hacer esta, cuestionen la vigencia de determinados
planteamientos dominantes basados en la defensa de un sistema esencialmente injusto y
opresor como es el capitalismo.
Desde el punto de vista personal, las motivaciones a la hora de iniciar este trabajo son
muchas y muy variadas. Tal vez la influencia más directa, especialmente para con el
objeto de estudio, haya sido cierto artículo1 de Nega (vocalista del grupo de rap político
valenciano Los Chikos del Maíz) publicado en Kaosenlared en el que, entre otros asuntos,
habla de la precariedad laboral, los chavs y el precariado entendido como «la clase media
que eventualmente (o eso creen ellos) visita la clase obrera». Sin embargo, el acicate para
realizar este trabajo no se puede entender sin el profundo interés que, desde hace ya un
tiempo, despertaron en mí el marxismo y ciertas corrientes intelectuales de la izquierda,
así como una predilección por el estudio de las ciencias sociales. Independientemente de
todos estos factores ‘emocionales’, contribuyen ciertamente no pocos otros que me han
condicionado a la hora de elegir este objeto de estudio en concreto. Estos van desde la
actualidad del tema en cuestión a la autenticidad del mismo, pasando por factores
técnicos que de alguna manera también han influido en su elección.
Pero a todos estos, ciertamente han de sumarse la conciencia de clase y la aspiración de
contribuir al desarrollo de un pensamiento contrahegemónico que visibilice las
numerosas atrocidades fruto de las relaciones de poder capitalistas.
1
http://2014.kaosenlared.net/colaboradores/item/63046-la-clase-obrera-hoy-canis-e-informáticosrespuesta-a-pablo-iglesias.html
17
Antecedentes
Durante la década de los ochenta y bajo la excusa de acabar con la dura crisis que
azotaba el capitalismo desde los años setenta, las élites económicas y políticas
mundiales llevaron a cabo una serie de contrarreformas2 económicas, sociales y políticas
de corte neoliberal que han llegado hasta la actualidad y cuyo principal objetivo ha sido
aumentar la tasa de ganancia de los capitalistas en detrimento de las rentas del trabajo
(salarios).
Estas políticas implementadas gradualmente en la economía mundial, trajeron consigo
otros objetivos, en un primer momento sutiles y secundarios, que sirvieron como medios
para el ya mencionado fin. Entre estos, destaca el propósito de quebrar los lazos de
solidaridad característicos de la clase obrera que permitieron a esta gozar de
significativas mejoras durante los Treinta años gloriosos, periodo englobado desde 1945
hasta 1975. También destaca el deseo de aniquilar el Estado social conseguido gracias a
las luchas del movimiento obrero durante los siglos XIX y XX. Todo ello para dar fin,
además de a la profunda crisis económica, a una crisis de gobernabilidad a la que en
1975 la Comisión Trilateral3 catalogó en cierto informe como una «Crisis de democracia».
Nadie puede negar que la consecución de estos objetivos ha sido todo un éxito.
La destrucción del Estado social y el quebranto de las relaciones de solidaridad entre los
asalariados de las que se hablaba anteriormente, unido a la globalización, que a su vez
implica, entre otros, procesos de deslocalización, ha traído consigo gravísimas
consecuencias. Entre ellas, destaca el manifiesto y masivo incremento de la desigualdad,
así como la polarización social. Avanzamos, si no hacemos nada para impedirlo, hacia un
mundo en el que los ricos serán excelsamente ricos y poderosos y los pobres
ridículamente pobres e insignificantes. Otra de las innegables consecuencias provocadas
por la devastación del Estado social y de las relaciones solidarias entre obreros, e
intrínsecamente ligada al aumento de la desigualdad, es el auge de la precariedad.
2
Las denominamos contrarreformas y no simplemente reformas debido a que rompen con el
carácter progresista de estas últimas, siendo caracterizadas por la regresión y el retroceso;
principalmente en materia de derechos.
3
La Comisión Trilateral, fundada en 1973, es una asociación privada compuesta por influyentes
miembros de las élites de tres regiones: Japón, Europa y «Norteamérica» (Estados Unidos y
Canadá). Creada por el magnate estadounidense David Rockefeller, se accede solo mediante
invitación y entre sus principales objetivos destaca el fomento de la cooperación y el desarrollo de
los intereses de los países que la conforman.
18
Pese a que tradicionalmente la clase obrera siempre ha sufrido los efectos de la
precariedad, fruto de la asimétrica correlación de fuerzas entre capital y trabajo propia del
sistema capitalista, es en la actualidad, tras la leve mejoría experimentada con el auge de
la socialdemocracia durante la Edad de oro del capitalismo después de la Segunda
Guerra Mundial, cuando los sectores subalternos están sufriendo con mayor intensidad
sus efectos. Este hecho, lejos de ser incongruente, es sumamente coherente de acuerdo
con el perverso funcionamiento del capitalismo, y fue predicho por Marx en su obra más
madura, El capital, hace casi 150 años, en el contexto de la polarización social.
La explicación de este aumento de la precariedad, especialmente laboral, y de la pérdida
de derechos y garantías a la que se ha visto sometida la clase obrera en las últimas
décadas, no reside en que los capitalistas fueran presos de un altruismo insólito hasta la
década de los ochenta y que entonces se volvieran seres hostiles y desalmados. Fueron
sus intereses de clase los que les llevaron a tomar medidas para maximizar su tasa de
ganancia o beneficios en el contexto de la crisis de la década de los setenta, medidas
que se materializaron en el incremento de la precariedad, en la presión a la baja sobre los
salarios y en el empeoramiento de las condiciones laborales. Pero para ello fue
indudablemente necesaria la naturalización de un orden tan empíricamente nocivo como
lo es el modelo neoliberal. A ningún empresario, antes de ese cambio en el paradigma
social, se le habría ocurrido proponer contratos tan abusivos y explotadores como el
británico de cero horas4 ; una flexibilidad que roza la esclavitud.
En definitiva y como se intentará mostrar a lo largo del trabajo, es precisamente este
incremento sin precedentes de la precariedad en todas las esferas de la vida, en especial
en la laboral, unido y retroalimentado por la deriva de la mayor parte de las economías de
los países del centro hacia sociedades posindustriales y posfordistas cuyas principales
características son la terciarización de la economía y la alta mecanización y productividad
de los procesos productivos, el que ha dado lugar a un nuevo sujeto político con
características propias al que algunos han denominado precariado.
4
El contrato de cero horas, propio de la legislación británica, se caracteriza porque el empleador
no está obligado a garantizar al trabajador unas horas mínimas de trabajo a la semana; por lo que
tampoco le garantiza un salario, una jornada o una remuneración. Sin embargo, el asalariado sí
garantiza al empleador la completa disposición de su tiempo, y en muchos casos existen cláusulas
de exclusividad que prohiben que este compagine otros trabajos.
19
Revisión de las principales investigaciones sobre el precariado
Ante esta realidad, han surgido dos maneras intrínsecamente dicotómicas de entender la
misma. Desde las posturas más subversivas, el precariado es entendido, a pesar de sus
características propias, como uno de los nuevos sujetos de transformación sobre los que
articular la revolución democrática, un proletariado que se ha ido desarrollando y
evolucionando según lo ha ido haciendo el capitalismo hasta llegar al momento actual.
Adaptándose al mismo, condicionado y configurado sobre las características propias del
presente estado de desarrollo del sistema.
Por el contrario y desde otras vertientes ideológicas, el precariado es entendido como
una nueva clase social en formación que, sin llegar a ser una clase para sí en términos
marxistas (es decir y como veremos de manera pormenorizada más adelante, con
conciencia de clase propia) posee ciertas características que la configuran como una
realidad ‘en sí’. Entre los que defienden esta segunda visión, destaca el economista
británico Guy Standing, en cuya obra El Precariado: Una nueva clase social sienta las
bases de esta línea de argumentación. Más adelante desgranaremos las ideas clave de
este singular ensayo.
Objetivos de la investigación
En líneas generales, el objetivo del trabajo es realizar una investigación con espíritu crítico
que, además de contrastar el aumento de la precariedad con la realidad española, nos
permita, desde un marxismo humano, no dogmático y crítico mas sin caer en
contradicciones posmodernas, discernir si el precariado es la misma clase proletaria
golpeada de siempre o si por el contrario, y como afirma Standing, se trata de «una
nueva clase social en proceso de formación, aunque no sea todavía una clase para sí, en
el sentido marxista del término» (Standing, 2013: 26).
20
Estructura del trabajo de investigación
El trabajo estará dividido en tres partes y estas en diferentes subapartados.
En la primera, profundizaremos sobre los conceptos precariedad y precariado, haciendo
especial hincapié en el segundo (sus orígenes, implicaciones políticas, influencias, etc.).
Para ello nos apoyaremos en referencias bibliográficas, principalmente ensayos, artículos,
otros trabajos de investigación, etc.
En la segunda parte, contrastaremos la información obtenida en el apartado anterior con
la realidad en España: revisando las reformas laborales llevadas a cabo en nuestro país
en las últimas décadas y evidenciando empíricamente el importante incremento de la
precariedad en nuestro país.
En la última parte, realizaremos una revisión crítica del precariado desde el marxismo,
donde aspectos como la conciencia de clases y el conflicto de intereses propio de la
lucha de clases, así como el concepto ejército industrial de reserva, se tornarán clave
para entender la precariedad.
Por último, sintetizaremos en un depurado apartado de conclusiones las extraídas a lo
largo del proceso de investigación, concluyendo de este modo la disertación. Cabe
señalar que tras un lacónico apartado en el que se expondrá la principal limitación del
trabajo así como las líneas de investigación que quedan abiertas, se anexará un epílogo
en el que el autor intentará arrojar algunas de las posibles soluciones al problema de la
precariedad.
21
22
PRIMERA PARTE
SOBRE LOS CONCEPTOS
PRECARIEDAD Y PRECARIADO
23
Introducción
En esta primera parte del trabajo, se expondrán con detenimiento las visiones
preexistentes con respecto al precariado, haciendo especial hincapié en la postura de
Standing, quien como veremos más adelante, defiende que el precariado es una realidad
diferente de la clase obrera tradicional, catalogándolo como una nueva clase social.
Comenzaremos por definir los conceptos precariedad y precariado, analizando
brevemente los orígenes del segundo término. A continuación, se expondrá en detalle la
posición de Standing, precisando cada idea clave de su argumentación. Seguidamente,
se plantearán los tipos de precariedad que este contempla y sus características.
Después, continuaremos con la exposición de su tesis con respecto a la organización de
los intereses del precariado y si los sindicatos continúan siendo útiles para articular la
defensa de estos. Por último, se explicará otra visión del concepto precariado distinta a
la de Standing, más política y con un inmenso potencial.
Con todo ello, la intención en esta primera parte es limitarnos a explicar la postura más
extendida con respecto al precariado entendido como una nueva clase social, llevando a
cabo una exposición de carácter descriptiva y postergando la realización de una
valoración crítica al respecto.
24
Sobre el significado del concepto precariedad
Si buscamos en el Diccionario de la lengua española el significado del sustantivo
precariedad, la acepción que este nos arroja reza: «cualidad de precario». Si a
continuación buscamos el significado del adjetivo precario, su principal acepción
sentencia: «de poca estabilidad o duración». Este es, precisamente, uno de los aspectos
clave para entender la precariedad y con ello al precariado: la inestabilidad. A la anterior,
hemos de sumar otra idea que, pese a no aparecer en la definición de la RAE, resume
perfectamente el sentir general de quienes padecen esta cruel precariedad: la
inseguridad. Por último, hay un tercer concepto que nos ayuda a comprender todo
aquello que implica la precariedad, ya sea de manera directa o indirecta, y este es: la
frustración.
En concreto, de la inestabilidad se deriva la ya mencionada inseguridad, y de esta la
frustración. Los trabajos inestables, generalmente temporales y a jornada parcial no
deseados a los que de ahora en adelante nos referiremos como subempleo, traen
consigo una gran inseguridad, y con ella un fuerte miedo a perder lo poco que se tiene y
a tener que volver, como en un macabro parchís, a empezar desde la casilla de salida: de
nuevo sin nada. Esta situación lleva a su vez a una profunda frustración, que se agranda
cuando quienes experimentan la precariedad carecen de conciencia de clase. Además,
ven como todo aquello que el capitalismo, en conjunción con la profundamente
desprestigiada socialdemocracia europea de las últimas décadas, les había prometido se
derrumba, asumiendo la pérdida de cualquier esperanza o sueño pasado y dándose
cuenta de que están inmersos en medio de un mar de clases sociales con las que, ya sea
por sus condiciones materiales o por sus aspiraciones, fundamentadas sobre burdas
falacias, mentiras y engaños neoliberales, no se sienten identificados. Este brutal choque
con la realidad más cruda es frustrante para muchos.
Inestabilidad, inseguridad y frustración. Estos tres conceptos son clave para entender la
precariedad y con ella el sentir de quienes la padecen. Existe una película inglesa, The
Full Monty, que además de mostrar de manera peculiar las consecuencias de la
reconversión industrial llevada a cabo por Margaret Thatcher en la década de los
ochenta, trae consigo una bella a la par que trágica metáfora: cuando no tienes trabajo,
estás ‘en bolas’. Es así, desnudos, frágiles, débiles e indefensos, como se sienten
muchas de las personas con abusivos contratos temporales, o directamente sin contrato
25
o sin trabajo. En un estado de total vulnerabilidad en el que el más mínimo e
insignificante error puede llevarles a caer en el abismo. Este fenómeno se produce, entre
otros motivos, por la pérdida de la conciencia y de la dignidad asociada al trabajo. Antes,
en el viejo modelo industrial donde los empleos duraban décadas, nuestro trabajo era el
que determinaba nuestro lugar en la sociedad, nuestras relaciones con esta y con todos
sus elementos, nuestro futuro. Nuestro empleo estable nos permitía marcarnos nuestros
planes de vida, nuestras ambiciones y aspiraciones, nos situaba en el mundo y en el
sistema. Ordenaba nuestras vidas y nos transfería ciertas garantías de estabilidad y
seguridad. Al haberse precarizado en su más pura esencia la mayor parte del trabajo
remunerado, concreta y específicamente desde la década de los 80, esta pista sobre la
que estructurar nuestras vidas se ha perdido y nos ha dejado, como dice Monedero,
despistados y perplejos, en un estado de desconcierto absoluto; con serias dudas sobre
nuestro futuro y sobre nuestro lugar en la sociedad. Además, debido a la hegemonía
consumista y al capitalismo del deseo, tenemos elevadas ambiciones y pretensiones,
cimentadas sobre el embustero y embaucador sueño liberal de la movilidad social
ascendente, que difícilmente se podrán cumplir en la sociedad que se describe, lo que a
su vez nos produce una terrible sensación de frustración.
26
Sobre el significado del concepto precariado
Como veremos más adelante, el concepto precariado es un término relativamente
novedoso que se usa, por lo general, para designar un grupo de asalariados con o sin
empleo en situación de precariedad por su bajo nivel de ingresos y por la incertidumbre
sobre su futuro.
Dicho término ha adquirido cierta popularidad en los últimos años, pese a no existir un
consenso firme sobre su sentido más estricto, pues mientras que para algunos
académicos representa una clase social con características propias que la separan de la
tradicional clase obrera, -este es el caso de Guy Standing, economista británico cuya
posición desarrollaremos más adelante al ser el principal científico social que lo
considera una nueva clase social-, otros utilizan, como veremos posteriormente, el
vocablo como concepto aglutinante para crear un determinado sentir común y con ello
cierta conciencia de clase o grupo.
Sobre el origen del término
Los orígenes del término precariado, así como de sus equivalentes en otras lenguas
europeas, son difusos e inciertos. Sin embargo, podemos afirmar que se usa desde hace
al menos dos décadas. En el ámbito académico, en 1995, el sociólogo francés Robert
Castel ya estudió el fenómeno en su ensayo La metamorfosis de la cuestión social: Una
crónica del salariado y lo continuó desarrollando hasta acuñar el término en sus obras
posteriores. Desde otra perspectiva, en 2006, la Fundación Friedrich Ebert, vinculada al
Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD por sus siglas en alemán), utilizó el término
«prekariat» en su estudio Gesellschaft im Reformprozess, -esto es: ‘La sociedad en
proceso de reforma’. Con él, se refería «a los grandes cambios que se estaban
produciendo en un mercado de trabajo que ha ido transformando a los asalariados
estables en trabajadores permanentemente en precario»5 . A su vez, el término ya había
sido utilizado por algunos activistas italianos vinculados al EuroMayDay6 , movimiento a
su vez vinculado al Foro Social Europeo (FSE).
5
http://elpais.com/diario/2008/05/01/catalunya/1209604039_850215.html
6
El EuroMayDay es un día de acción política contra la precariedad laboral llevado a cabo por
ciertos grupos anticapitalistas, feministas y en pro de los migrantes. Se celebra de manera
alternativa el Primero de Mayo (Día Internacional de los Trabajadores) como intento para
‘actualizar’ el tradicional, haciendo hincapié en la precariedad laboral frente a la habitual
concepción de lucha obrera articulado mediante los sindicatos de clase.
27
Por otro lado, la mayoría de las fuentes coinciden en que este neologismo es un
acrónimo del sustantivo proletariado y el adjetivo precario, aunque para Robert Castel se
trata de una contracción de los sustantivos precariedad y solidaridad.
Por tanto, pese a que, como acabamos de ver, probablemente fue Castel el primero en
usar formalmente el término precariado, ha sido Standing quien lo ha puesto en el punto
de mira en la actualidad. Es por esto que muchos documentos afirman que Standing fue
el precursor del neologismo, pese a ser esta una afirmación esencialmente errónea.
Además, Castel fue quizás el primer científico social reconocido en asegurar que la
precariedad (y por tanto el precariado) no es transitoria ni pasajera, ni tampoco un
aspecto coyuntural. Este fue más allá afirmando que la precariedad se ha vuelto un
estado permanente, y que el precariado «corresponde a una nueva condición salarial, o
más bien infra-salarial»7, desarrollada más allá del empleo clásico y de todo lo que el
mismo implica.
Esta concepción del precariado y de la precariedad como un ente constante, fijo y
estable que va a caracterizar las relaciones sociales en el capitalismo durante su próxima
fase, ha servido como base para el desarrollo de estudios e investigaciones ciertamente
más modernas que abogan por el reparto del trabajo y del tiempo como medio para
acabar con esa precariedad inherente al momento actual del sistema. Abriendo la puerta
a un nuevo paradigma social caracterizado por la completa desvinculación del trabajo;
entendido como toda aquella actividad productiva (remunerada o no) -poiesis según
Platón-, y el empleo; trabajo necesariamente remunerado. Esto que se comenta breve,
casi lacónicamente, lleva, a su vez, a la ruptura de nuestras sociedades; esencialmente
fordistas y caracterizadas por el empleo como núcleo irradiador y garante de derechos,
con sus obsoletas constituciones; posibilitando de forma inevitable profundos cambios
en el seno de las mismas. Siendo un enfoque casi tan subversivo como el bolchevismo a
comienzos del siglo XX, pero en nuestras enfermas sociedades posmodernas.
7
http://www.psicologiagrupal.cl/escuela/index.php?option=com_content&view=article&id=226:laprecariedad-se-ha-vuelto-un-estado-permanente&catid=43:articulos&Itemid=69
28
Sobre Standing y el precariado entendido como una nueva clase social
Como ya se ha expuesto anteriormente, una parte para nada desdeñable de los
científicos sociales que tratan el tema en cuestión entiende el precariado como una clase
social independiente de la tradicional clase obrera. El principal divulgador de esta postura
es el economista británico Guy Standing, quien fue experto de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) durante 30 años y para quien el precariado es una nueva
clase social en proceso de formación. Además, cofundó en 1986 la Red Global de Renta
Básica (BIEN por sus siglas en inglés), de la que aún hoy es copresidente. Actualmente,
es profesor en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS por sus siglas en
inglés) de Londres. Con respecto al tema que nos concierne, ha escrito dos ensayos
centrados en esta temática y en su particular visión de la misma. El primero, titulado en
nuestro idioma El Precariado: Una nueva clase social (Barcelona, Pasado & Presente,
2013), expone, de manera detallada, qué es el precariado, por qué crece, qué grupos lo
conforman y algunas de sus características principales. Este primer ensayo posee el
acierto de entender que los cambios en la estructura laboral traen cambios en nuestra
realidad más cercana que vaticinan un futuro desolador. A este se suma un segundo
titulado Precariado: Una carta de derechos (Madrid, Capitán Swing Libros, 2014), donde
propone «29 medidas políticas que, juntas, supondrían un revival de la gran trinidad de
igualdad, libertad y fraternidad, porque todas ellas han sido sacrificadas por el consenso
político neoliberal»8. Entre ellas destacan medidas de justicia social, redistribución de la
riqueza, recuperación del estado social y a favor de la defensa de una renta básica
universal. En nuestro trabajo, nos centraremos en su primer ensayo en torno a esta
temática, pues es aquí donde se dan las claves para entender este enfoque que ha
cautivado a no pocos adeptos.
En palabras del propio Standing, el precariado «se trata de una clase en proceso de
formación, aunque no sea todavía una clase para sí; en el sentido marxista del término»,
siendo «algo distinto de la “clase obrera” o del “proletariado”» (Standing, 2013: 26).
«Estos últimos términos sugieren una sociedad que consiste principalmente en
trabajadores con un puesto relativamente duradero y estable, con jornadas de trabajo
fijas y vías bastante claras de mejora, sindicados y con convenios colectivos, cuyos
puestos de trabajo tenían un nombre que sus padres y madres habrían entendido, frente
a patronos locales cuyos nombres y rasgos les eran familiares. La mayoría de los
8
https://www.diagonalperiodico.net/global/25874-video-entrevista-guy-standing.html
29
trabajadores precarizados no conocían a su patrono ni sabían cuántos empleados tenía
este o podría llegar a tener en el futuro. Tampoco eran de “clase media", ya que no tenían
un salario estable o predecible ni el estatus y ventajas que se supone que posee la gente
de clase media» (Standing, 2013: 25). Es decir, para el economista británico, los rasgos
propios y características que conforman el precariado lo diferencian en un grado tan
sumamente alto de la clase obrera tradicional, principal sector subalterno de la sociedad
a lo largo de los siglos XIX y XX, que lo convierten en algo distinto a ella. Además, esta
nueva clase social iría en camino de sustituir y desplazar a la clase obrera tradicional. En
esto hace especial hincapié con su última y lapidaria afirmación «todos somos
precarios», en el cierre de su trabajo.
Según Standing, «la era de la globalización ha dado lugar a una fragmentación de las
estructuras de clase nacionales. A medida que crecían las desigualdades y que el mundo
se movía hacia un mercado laboral abierto y flexible, las clases no desaparecían, pero
surgía una estructura global de clases más fragmentada» (Standing, 2013: 26). A
continuación, describiré la particular estructura social que Standing expone en su libro.
En total se podrían distinguir siete grupos. En lo alto de la pirámide se encontraría la
«élite», formada por un pequeño grupo de «ciudadanos globales» ridículamente ricos que
«dominan el universo con sus millardos de dólares y que aparecen en la lista anual de
Forbes como excelsos seres sobrehumanos, capaces de condicionar la acción de los
gobiernos en todas partes y de realizar espléndidos gestos filantrópicos» (ibídem). Por
debajo de ellos si situarían los «altos directivos» o «ejecutivos», quienes gozan de
«empleo estable a tiempo completo» (ib.) y de los privilegios que ostenta la élite: «sus
pensiones, sus vacaciones pagadas y su participación en los beneficios de la
empresa» (Standing, 2013: 27). Para Standing, este grupo «se concentra en las grandes
empresas, las agencias gubernamentales y el funcionariado que dirige y gestiona la
administración pública» (ib.). En una posición subordinada se situaría un grupo más
pequeño que el británico denomina profitécnicos; «término que combina las ideas
tradicionales de “profesional” y “técnico” y se aplica a cuantos poseen habilidades
cotizadas en el mercado que les permiten obtener elevados ingresos por contrato, como
asesores o trabajadores independientes por cuenta propia» (ib.). Así, «los profitécnicos
equivalen en cierto modo a los caballeros de la Edad Media dispuestos a desplazarse
continuamente de un lado a otro sin afincarse permanentemente en un empleo a tiempo
completo en una sola empresa. La “relación de empleo estándar” no es para ellos» (ib.).
Por debajo, en términos de ingresos, se encontraría un «“núcleo” cada vez menor de
30
trabajadores manuales, la esencia de la antigua “clase obrera”» (ib.). Según Standing,
«los estados de bienestar, así como los sistemas de regulación laboral, se construyeron
pensando en ellos; pero los batallones de trabajadores industriales que vertebran el
movimiento obrero han mermado considerablemente y se ha perdido su conciencia de
solidaridad social» (ib.). Asimismo, es especialmente crítico con este tipo de políticas
encuadradas en la socialdemocracia a las que denomina laborismo, entendido como «la
actitud hacia la creación de puestos de trabajo a toda costa y la consecución de un
trabajo para toda la vida, con los pactos sociales que ello comporta, defendida
ciegamente por los sindicatos» (Standing, 2013: 10). Estos dos últimos son quizás los
más difusos de los grupos sociales descritos por Standing. Por debajo de los cuatro
grupos anteriormente descritos se encontraría el precariado, «flanqueado por un ejército
de desempleados» (Standing, 2013: 27), -que los marxistas incluirían en el ejército
industrial de reserva-, «y un grupo deshilvanado de fracasados e inadaptados sociales
que viven de los desechos de la sociedad» (ib.). Esta sería, en detalle, la pintoresca
estructura social en la que el economista británico ubica al precariado y hacia la que
habrían derivado las sociedades capitalistas tras la globalización.
En cuanto a la creación del precariado, Standing lo achaca en su totalidad a las agresivas
políticas neoliberales llevadas a cabo durante la globalización, lo que contribuyó a
dinamitar el Estado social. En sus propias palabras, «la era de la globalización no era sino
la fase inicial de una Transformación Global, en la que gobiernos como el español
llegaron a un pacto faústico con la supuesta mayoría de su población, permitiendo una
orgía de consumo insostenible mientras debilitaban las instituciones de solidaridad social
en pro de un modelo neoliberal de capitalismo, generando así al precariado» (Standing,
2013: 10). Esta pérdida de la solidaridad social se torna un factor clave para entender su
tesis, y es por ello que la práctica totalidad de sus propuestas de recuperación abogan
por rescatar esa solidaridad social característica de la clase obrera y devastada tras
décadas de urbanismo neoliberal.
Sobre los grupos que conforman el precariado, Standing no es especialmente claro, pues
habla de una clase social muy diversa que incluiría a los descendientes de la antigua
clase obrera industrial, a los inmigrantes, a los jubilados, a los jóvenes con estudios;
desempleados o con empleos muy precarios, a los parados, etc. Todos con una
característica en común: la inseguridad económica.
31
En su libro, diferencia dos tipos de precariado antagónicos: uno bueno y responsable que
lucharía por construir el futuro que se merece y otro malo que caería en las garras de la
derecha populista y xenófoba; llegando a provocar oleadas de violencia.
Otro aspecto en el que hace especial hincapié es la supuesta desconexión que el
precariado experimenta con «las viejas relaciones de producción y distribución»9 , aspecto
que explicaría su desprecio hacia los sindicatos y la dilución de su conciencia de clase.
Sin embargo, parece un error achacar esto al precariado en sí en lugar de a otros
aspectos como la posmodernidad o la sociedad del riesgo; aspectos que, al igual que el
espíritu del mayo del 68, condicionan enormemente al precariado10.
Para tratarse de una exposición enormemente ambiciosa, el libro deja bastantes
interrogantes, así como explicaciones ambiguas y difusas. Aun así, Standing consigue
desarrollar una versión alternativa de la precariedad, opuesta a los planteamientos
liberales dominantes tradicionales, mas sin llegar a esbozar ese nuevo paradigma
comentado anteriormente que supone el reparto del tiempo y la desvinculación entre
trabajo y empleo como herramienta de subversión. Es su eclecticismo lo que le lleva a
redundar en una excesiva heterogeneidad de elementos, sin llegar a concretar sus
postulados ni a sentar una tesis sólida.
Finalmente, cabe recordar que las ideas expuestas en este apartado pertenecen al primer
libro del autor especializado en esta materia en concreto, y añadir que Standing es un
comprometido activista y defensor del precariado, por lo que sus planteamientos en
torno a este etéreo sujeto político van perfilándose con cada nueva entrevista.
9
http://www.elmundo.es/economia/2015/03/01/54ef7d27ca4741bf718b456e.html
10
Según Standing, «entre sus héroes intelectuales se contaban Pierre Bourdieu (1998) quien
expuso y detalló el concepto de precariedad, Michel Foucault, Jürgen Habermas y Michel Hardt y
Tony Negri (2000), cuyo Imperio fue un texto premonitorio, con Hannah Arendt (1958) como
trasfondo. También se podían detectar rastros de los levantamientos de 1968 que ligaban al
precariado con la escuela de Frankfurt y el Hombre Unidimensional de Herbert Marcuse
(1964)» (Standing, 2013: 19).
32
Sobre los tipos de precariedad y sus características según Standing
Es evidente que la precariedad no solo se manifiesta en forma de contratos temporales y
sobrecualificación, también en la pobre calidad de los trabajos, la seguridad laboral, etc.
Por ello, para Standing existen siete tipos de seguridad ligadas al trabajo; reconocidas a
su vez por la OIT, y por tanto, siete tipos de precariedad. Estas son:
1. Seguridad de los ‘mercados’ laborales. Implica un nivel de ofertas de trabajo
adecuado. A nivel macroeconómico, se consigue mediante la búsqueda del pleno
empleo por parte de los gobiernos y las sociedades.
2. Seguridad del empleo. Hace referencia a la protección del trabajador ante
despidos improcedentes e incluye aquella parte de la legislación basada en las
normativas de contratación y despido. Impone los costes sobre los empleadores
si estos se saltan la ley.
3. Seguridad del trabajo. Se centra en la habilidad de los trabajadores para
mantener su empleo. También se incluyen en este apartado las oportunidades que
el trabajador tiene para ascender en su trabajo en términos de estatus e ingresos.
4. Seguridad laboral. Incluye la protección frente a accidentes y enfermedades en el
trabajo, mediante, por ejemplo, regulación en temas de seguridad y salud laboral,
jornada laboral máxima, compensaciones por accidente o peligrosidad, etc.
5. Seguridad de formación. Comprende las oportunidades para adquirir
determinadas destrezas, mediante el aprendizaje en el oficio, formación para el
empleo, etc., así como la oportunidad para hacer uso de las competencias.
6. Seguridad de ingresos. Asegura el recibo de un salario adecuado y estable,
protegido mediante, por ejemplo, el salario mínimo, la adecuación de los salarios,
un impuesto progresivo sobre la renta, etc.
7. Seguridad de representación. Permite a los trabajadores tener una voz colectiva
en el ‘mercado’ laboral, mediante, por ejemplo, los sindicatos y el derecho a
huelga.
Como veremos más adelante, en nuestro país el aumento general de la precariedad se
manifiesta de forma notoria, máxime debido a las contrarreformas laborales que, como
se verá después, han acabado con las principales formas de dichos tipos de seguridad.
Finalmente, cabe señalar la importancia de la última de las seguridades planteadas por
Standing: la “seguridad de representación”, sumamente mermada durante los últimos
años en España, entre otros, al dinamitar la negociación colectiva.
33
Sobre la organización del precariado y la defensa de sus intereses:
según Standing, ¿sigue siendo útil la figura del sindicato de clase?
La opinión de Standing sobre los sindicatos radica en una exagerada y desmesurada
concepción posfordista y postindustrial de la fuerza de trabajo, según la cual las
diferencias entre lo que él denomina precariado y la clase obrera tradicional son tan
grandes que ni siquiera ambos grupos sociales comparten los mismos intereses
asociados a su posición de clase subalterna. Esta idea que ya se confrontará más
adelante, define totalmente el pensamiento de Standing y configura su agresiva opinión
con respecto al papel de los tradicionales sindicatos de clase. El británico aboga, en las
últimas páginas de su ya mencionado ensayo y en las diversas entrevistas y artículos que
firma, por la ruptura total con estos y por que el precariado se auto-organice, de manera
independiente, en defensa de sus reivindicaciones (que como ya se ha mencionado
serían tan diferentes de las de la clase obrera tradicional, ligada al anticuado modelo
industrial, que harían insalvables las diferencias entre ambas clases sociales, por lo que
estas no deberían compartir espacios de lucha al tener intereses, si no contrapuestos, al
menos dispares). Para Standing, los objetivos tan perseguidos por el precariado no son
otros que la recuperación de la seguridad, aunque no a toda costa, pues sostiene que
este no desea una vida ligada a un único empleo como la de sus padres (clase obrera).
Anhelan una seguridad que les permita embarcarse en múltiples proyectos y que les
garantice cierta protección frente a las posibles adversidades. Esta tesis enlaza de lleno
con la propuesta de Standing de una renta básica universal que garantice la reproducción
material del precariado en el tiempo.
A su vez, Standing sostiene que a las violentas políticas neoliberales se sumaron, en los
países gobernados por partidos socialdemócratas a finales de los años 80 y durante la
década de los 90, un pacto de masas entre la mayoría de la población (esto son los
antiguos trabajadores industriales) y sus gobernantes. También se incluirían aquí los
grandes sindicatos con estrechas relaciones con el poder, que debilitó de manera
acentuada la solidaridad social entre los ciudadanos a la vez que los metía de lleno en
una ola de consumismo e individualismo alienante.
Estos partidos socialdemócratas y sindicatos a los que Standing se refiere, se engloban
en la tercera vía de Tony Blair que, como una epidemia, se expandió por el resto de
partidos socialdemócratas de la Unión Europea (UE) tras los trágicos gobiernos de
34
Margaret Thatcher. De ahí que la primera ministra llegara a sentenciar, en un tono
ciertamente ufano, que Tony Blair y el nuevo Partido Laborista eran su mayor logro. Esta
tercera vía es bien conocida por Standing y también posee cierta relevancia e influencia
en su particular opinión sobre los sindicatos.
A todas estas críticas, se suma una fundamental, relacionada en lo más profundo de su
ser con la que muchos expertos hacen del modelo insiders/outsiders11: la idea de que el
papel de la socialdemocracia y de los sindicatos de clase desde las últimas décadas solo
ha beneficiado y privilegiado a los antiguos trabajadores industriales, o séase, a aquellos
trabajadores -para Standing ‘no precarios’- con contratos fijos, una relativa seguridad y
cierta identidad basada en el trabajo. Sostiene que los sindicatos «cometieron un error
histórico cuando se resistieron durante las décadas de 1980 y 1990 a la flexibilización de
las relaciones laborales que acompañaba a la globalización» (Standing, 2013: 10-11).
Esto que puede parecer contradictorio y paradójico es repetido en varias ocasiones a lo
largo de su argumentación. «Deberían haberla aceptado y forzar a cambio una
negociación con el Estado para proporcionar a todos seguridad económica, como un
derecho universal. Los progresistas deberían reconocer que el empleo temporal no es
perverso de por sí, aunque en muchos de los empleos de ese tipo uno no querría estar
mucho tiempo» (ib.), continúa.
Tal visión crítica del dualismo presente en los contratos españoles no es exclusiva de
Standing, también otros economistas liberales como Luis Garicano, coordinador del
Programa Económico de Ciudadanos, mantienen esta postura discordante y defienden el
mal llamado contrato único, del que hablaremos más adelante, como la mejor solución
posible al problema de la dualidad contractual. La última reforma laboral, llevada a cabo
por el gobierno de Rajoy, va por ese camino, igualando ambos tipos de contratos por lo
bajo (es decir, rebajando las indemnizaciones por despido y los derechos laborales en
general) con el objetivo de acabar con la ya mencionada dualidad y «fomentar la
contratación».
11
Según la teoría de los insiders/outsiders, la intensa dualidad presente en el ‘mercado’ laboral
lleva necesariamente a la existencia de dos tipos de trabajadores: los protegidos (insiders); donde
se englobarían aquellos trabajadores que gozan de convenios colectivos dignificantes y otros
‘privilegios’ que los caracterizan, y los desprotegidos (outsiders), donde se encontrarían todos
aquellos asalariados con trabajos precarios o en desempleo y caracterizados por la vulnerabilidad.
Los defensores de este enfoque sostienen que la dualidad divide a los trabajadores y con ellos
sus intereses como clase.
35
La defensa que hace Standing de que sea el propio precariado quien se articule en
defensa de sus demandas en lugar de los viejos sindicatos de clase ocupa la mayor parte
de sus últimos artículos al respecto del tema. Esta reflexión se engloba en tres líneas de
pensamiento radicalmente. contradictorias: el posfordismo, la posindustrialización y la
posmodernidad.
Por otro lado, es precisamente la articulación del precariado como actor político una de
sus más claras dificultades. Si bien el precariado fue indudablemente la base del 15M,
-entre otros aspectos porque eran los únicos cuyo estilo de vida; muy lejos de el del resto
de trabajadores más tradicionales, les permitía acampar indefinidamente en las plazas-,
este y otros movimientos sociales no tuvieron la suficiente valentía como para
organizarse en un actor político hegemónico que verdaderamente quisiese y pudiera
revertir la situación. Tal vez en la actualidad, la articulación de dicho actor político
pensado ‘en precario’ esté cada vez más cerca gracias a iniciativas como Juventud Sin
Futuro (JSF), mas lo cierto es que se torna realmente difícil articular un verdadero sujeto
político de confrontación al margen de los sindicatos. A simple vista, parecería más eficaz
que estos adopten una serie de reformas esenciales que permitan asumir en su ideario
las reivindicaciones del precariado. Después de todo, nadie niega que los sindicatos
hayan disfrutado de una situación de gran comodidad durante las últimas décadas de
capitalismo neoliberal.
36
Sobre el uso del término “precariado” como concepto aglutinante
Un uso del término precariado alternativo al de nueva clase social propuesto por
Standing es el de concepto aglutinante. De esta forma, el concepto precariado delimita
un grupo muy amplio y no particularmente definido de personas que sufren la
precariedad y las injusticias del sistema. Este uso, por naturaleza atacado por los
marxistas más ortodoxos, conlleva implícitamente la pretensión de trasladar cierta
conciencia de clase o grupo con el objetivo de convertir a las personas que lo conforman
en uno de los nuevos sujetos de transformación sobre los que articular la revolución
democrática. En este sentido lo ha usado recientemente Noam Chomsky en su reseña
sobre el movimiento Occupy Wall Street (OWS)12 , oponiendo el 1% representado por las
élites financieras y empresariales al 99% representado por «lo que se denomina "un
precario”» -y por extensión el precariado.
Una de las virtudes de este uso es su amplitud y permisividad frente al restrictivo término
clase planteado por Standing. No entiende de ideologías y es sumamente incluyente.
Además, nos permite dotar al precariado de cierta conciencia de clase y situarlo, de
manera clara, en un lugar determinado de la escala social y de la inexorable lucha de
clases; caracterizándolo como sector subalterno. En este sentido, y en una concepción
más filosófica, sociológica y política, este uso del concepto precariado que discurre
paralelo al de Standing es similar al de significante vacío, concepto acuñado por el
teórico postmarxista argentino Ernesto Laclau; como «conceptos útiles para la crítica
social que admiten más de un significado y cuya elasticidad facilita la articulación política
del malestar»13 . En ese aspecto, es muy similar al, recientemente popularizado por
Podemos, ‘los de abajo’ que por oposición permite confrontarlo con ‘los de arriba’, ‘las
élites’, ‘la casta’, etc.; con una fuerza léxica y performativa significativamente mayor que
la que conseguían los comunistas del siglo XX cuando se referían al proletariado y por
oposición a la burguesía. Es así como lo ha usado recientemente el profesor Monedero
en su libro-conversación con Julio Anguita; A la izquierda de lo posible, cuestionando
sutilmente la fuerza del concepto proletariado en la actualidad tras las transformaciones
que han tenido lugar en el campo productivo.
12
http://occupywallst.org/article/noam-chomsky-solidarity/
13
http://www.radical.es/info/6406/podemos-o-la-practica-de-los-significantes-vacios
37
Este uso, empero, y es algo de lo que adolece el término precariado en su carácter más
general, es por sí mismo urbanita y pierde fuerza entre las masas rurales. Sin embargo, es
debido a su heterogeneidad y cohesión de mayor carga revolucionaria que el empleado
por Standing.
38
39
SEGUNDA PARTE
EL INCREMENTO DE LA PRECARIEDAD
EN EL CASO ESPAÑOL
40
Introducción
En esta segunda parte, contrastaremos las posiciones teóricas expuestas en el apartado
anterior con la realidad española, a la vez que evidenciaremos el excepcional incremento
de la precariedad experimentado en nuestro país.
Consiguientemente, centraremos toda la atención en la evidencia empírica tras una
revisión crítica de las contrarreformas laborales llevadas a cabo en España en las últimas
décadas.
Nuestro objetivo es, por tanto, constatar que dichas contrarreformas han acentuado
sobremanera el aumento de la precariedad en nuestro país, y que lejos de ser esta un
problema coyuntural asociado a la particular crisis económica que vivimos, se identifica,
como se demostrará después, con las características estructurales del sistema
capitalista.
Finalmente, realizaremos una revisión crítica de las principales soluciones que desde las
esferas económicas dominantes se presentan al problema de la precariedad, girando
estas en torno a los conceptos “flexiseguridad” y “workfare”; materializándose en
medidas como los minijobs o el ya mencionado contrato único.
41
Sobre las reformas laborales en España: la ruta de la precariedad
Introducción
Antes de analizar en profundidad la serie de recurrentes modificaciones de la legislación
laboral española, es primordial señalar el hilo conductor regresivo; desde la perspectiva
de los asalariados y vehiculando el aumento de la precariedad, que todas ellas siguen,
invirtiendo de este modo la tendencia histórica preestablecida mediante la cual las
reformas laborales tenían connotaciones progresistas y de avance en la conquista de
derechos laborales y sociales14. Por el contrario, en las últimas décadas las reformas
laborales han ido dirigidas a la ‘flexibilización’ del uso de la fuerza de trabajo,
consecuencia de las demandas de la patronal y de la penetración en el propio estado y
en los sindicatos mayoritarios de los postulados neoliberales que abogan por la
desregulación y por la supresión de todos esos derechos conquistados duramente por
los trabajadores en un pasado ciertamente oscuro.
Estas contrarreformas, han sido llevadas a cabo, retrogradando en mayor o menor
medida, por los sucesivos gobiernos de la derecha e izquierda política española fruto del
sistema bipartidista característico del régimen del 78: el Partido Popular (PP) y el Partido
Socialista Obrero Español (PSOE).
Observamos como, independientemente del momento coyuntural de la economía (si esta
se encontraba sumida en un ciclo de crisis económica o, en su defecto, en una fase de
auge), las políticas implementadas han seguido una senda similar, mostrándose
sustancialmente más agresivas en las etapas recesivas y centrándose en un mismo
objetivo: el abaratamiento del trabajo, esgrimiéndolo como la única forma de creación de
empleo y supeditando el crecimiento del mismo al del capital15 , oponiéndose; de este
modo, al reparto del trabajo mencionado anteriormente.
14
Hemos de recordar que dichos derechos no fueron concesiones de una burguesía amable para
con sus trabajadores sino el resultado de arduos años de movimiento obrero y de hitos como la
estandarización de la jornada laboral de 8 horas, luchas que costaron a quienes las llevaron a
cabo represión y muerte -no solo en nuestro país sino en todo el mundo. Basta con recordar, la
revuelta de Haymarket en Chicago, el terrorismo patronal durante el pistolerismo barcelonés, la
huelga de La Canadiense, etc.
15
En todo esto que se comenta se materializa uno de los principales postulados neoliberales
mencionados anteriormente: la falacia de que debemos ser ‘competitivos’ a toda costa pues si el
capital está contento (esto es, tiene una fiscalidad laxa en materia de impuestos y salarios bajos,
entre otras ‘facilidades’) invierte, mejorando así la economía y las condiciones materiales de
todos. Esto es esencialmente falso, pues para nosotros solo quedan migajas.
42
Antecedentes
A continuación, se expondrá el contenido de las principales contrarreformas llevadas a
cabo en las últimas décadas en nuestro país. Sin embargo, se muestra necesario exponer
cuál era la situación anterior, y esto implica analizar brevemente la regulación en materia
de empleo durante el régimen franquista.
Durante este execrable periodo de nuestra historia, la jurisprudencia abogó «por el
principio de la estabilidad en el empleo, esto es, por el llamado “trabajo fijo”» (Ruiz
Galacho, 2006: 2), posibilitando una eventualidad limitada a la naturaleza temporal de la
actividad objeto del contrato y dando lugar a cierta negociación colectiva desde la Ley de
Convenios Colectivos de 1958. Se contemplaba el despido descausalizado por parte de
los capitalistas siempre que este fuera motivado e indemnizado, lo que hacía procedente
el despido disciplinario -que a su vez daba lugar a la actuación política y sindical
antifranquista- y el despido colectivo por motivos principalmente económicos y
materializado en expedientes de regulación de empleo. Por otro lado, el despido
improcedente cuya indemnización era fijada por las instituciones de la época podía ser
pactado mediante un determinado trámite conciliatorio por el sindicato vertical.
La estabilidad que se comenta, propia del empleo en el tardofranquismo, estuvo
impulsada por la intensa industrialización desarrollada entre 1960 y 1973. Durante esta
fase, «se asiste a un fuerte incremento de la producción y de la productividad en el
trabajo» (ib.), lo que unido a la gran emigración a países de Europa central como Suiza y
Alemania, y a la baja incorporación de las mujeres al trabajo asalariado, permitió colocar
la fuerza de trabajo, predominantemente masculina, en una situación cercana al ‘pleno
empleo’. No obstante y desde ese último año, la tasa de paro irá aumentando debido a la
crisis económica que azotaba las economías de todo el mundo a mediados de la década
de los setenta.
La ya mencionada crisis económica tuvo en nuestro país repercusiones similares a las del
resto de Europa occidental: una fuerte caída de la tasa de ganancia empresarial con la
consiguiente reducción de la inversión y del empleo que esto implica. Debido a la
particularidad española, en concreto a la fortaleza del movimiento obrero durante los
últimos años del franquismo, se impidió que la burguesía española abordase la crisis
económica como lo hicieron sus homólogas europeas. «La ofensiva obrera explica, pues,
la “paradoja” de que en plena crisis económica se formulara pues el Derecho del Trabajo
43
español una norma legal explícitamente favorable a la contratación indefinida» (ib.), así
como un constatable desbordamiento de los topes salariales.
Esto dará lugar a que en el periodo posterior, los contratos temporales sean
considerados ‘excepciones’. A su vez, se impuso una restricción al despido
descausalizado pagado, impidiendo de manera clara el despido improcedente y
obligando a los empresarios a la readmisión.
Tras una de las primeras contrarreformas, llevada a cabo por la patronal en el segundo
gobierno de la Monarquía presidido por Adolfo Suárez, se acabó con estas ‘rigideces’:
concluyendo con la restricción al despido descausalizado pagado e «introduciendo como
causa objetiva de despido la falta de adaptación del trabajador a las modificaciones
tecnológicas y las “necesidades de la empresa”» (ib.). A estas novedades se incorporan
el contrato en prácticas para los nuevos titulados universitarios y la creación del Fondo
de Garantía Salarial (FOGASA), cuya principal función era y es pagar los salarios
pendientes de los asalariados en caso de insolvencia o concurso del empresario para el
que trabaja.
El gobierno de Suárez identificó estas modificaciones con los cambios necesarios para la
homologación de la legislación española a los estándares del Mercado Común Europeo.
Sobre la creación del Estatuto de los Trabajadores (1980), la primera reforma
del mismo en 1984 y la razón de ser de las primeras reformas del PSOE
Tras la transición anteriormente expuesta de un modelo franquista basado en la
estabilidad del empleo a uno ‘flexibilizado’ y equiparado al de los demás países
europeos, se tornó necesaria la aprobación por las Cortes en 1980 de un Estatuto de los
Trabajadores (ET) que regulase los derechos y deberes laborales de entre los que
destacan, como principal y del que se desarrollan los demás, el «deber de trabajar» y el
«derecho al trabajo» que ya recogía la Constitución de 197816 .
No deja de ser paradójico que se den al mismo tiempo el «deber de trabajar» y el «derecho al
trabajo» puesto que los conceptos deber y derecho se muestran como dicotomías antagónicas.
Este sutil matiz nos sirve para comprender hasta qué punto nuestra legislación está basada en el
trabajo como pilar fundamental y núcleo irradiador sobre el que se articulan nuestras sociedades.
16
44
Este ET, descafeinado tras la derechización del mismo que llevó a cabo la patronal sobre
el proyecto presentado por el grupo parlamentario comunista en la legislatura de 1979,
reconoció la contratación temporal coyuntural con el objetivo de fomentar el empleo -esto
es permitir al empresario contratar de forma temporal aún cuando la necesidad que se
pretende cubrir es de carácter fijo, rompiendo así con el principio de causalidad. «Por
otro lado, la disminución de la cuantía de las indemnizaciones en caso de despido
improcedente se redujeron de 48 a 42 mensualidades, a la par que se le restó facultad a
los jueces para determinarlas, puesto que el ET establecía la cantidad en cada caso. El
juez tan sólo fallaba sobre el carácter procedente, improcedente, o nulo del despido en
cuestión.» (Ruiz Galacho, 2006: 5)
Asimismo, cabe mencionar como uno de los aspectos que confirma la atribución de
nuevos derechos al capital a costa de la desposesión de los trabajadores, el Artículo 56
del ET. Este indica que en caso de despido improcedente, el empresario «podrá optar
entre la readmisión del trabajador o el abono de una indemnización»; el mismo
empresario que le ha despedido. Anteriormente, era el trabajador quien decidía si
deseaba ser indemnizado o readmitido.
Mientras tanto, el desempleo continuó creciendo en torno a dos puntos por año,
ascendiendo al 14% en 1981 y pese a los no pocos factores reductivos que ejercían un
carácter disuasorio.
Paradójicamente y lejos de mantenerse intacto, el ET fue prontamente reformado en 1984
(esto es durante la primera legislatura de Felipe González); lo que explicita su tremenda
inconsistencia. Durante este periodo, al objetivo de contener la inflación se sumó el de
mantener la tasa de ganancia de los capitalistas; todo ello a costa de aplicar medidas de
‘moderación salarial’ que llevaron a un profundo malestar social. En este sentido, cabe
destacar la reducción de jornada a 40 horas, cuya aplicación dará lugar al primer
conflicto relevante con los sindicatos. A su vez, y desde este momento, la contratación
temporal «se “descausaliza”, pues ya el empresario no tiene que justificar causa
alguna» (Ruiz Galacho, 2006: 7). Esta reforma amplió el catálogo de la contratación
temporal incluyendo 14 modalidades, y con ello los ‘contratos basura’.
«Por un lado, alargó la duración de los contratos de trabajo en prácticas y para la
formación de 1 a 3 años; por otro extendió el margen de utilización del contrato a tiempo
parcial, y el contrato de relevo, vinculado a la jubilación parcial y el contrato de
45
lanzamiento de nueva actividad empresarial, con una duración entre seis meses y
máxima de 3 años, a la par que generalizó la utilización del contrato temporal para
fomento del empleo, cuya duración máxima se fijó en tres años,con indemnización fija de
despido de 12 días por año trabajado» (ib.).
Toda esta ‘flexibilización’ llevará a que la mayor parte de la contratación se realice en
forma de trabajo temporal de fomento del empleo; debido a su menor regulación, dando
lugar a una de las lacras de nuestro ‘mercado’ laboral: la intensa temporalidad. A su vez,
y de forma paralela a todo esto que se comenta, tenía lugar la reconversión industrial,
que aumentó significativamente la temporalidad y trajo consigo la incentivación de la
jubilación anticipada.
Sobre la evolución de las primeras contrarreformas: el camino hacia la
contratación y el empleo gradualmente desregulado
Destaca como principal característica durante el periodo jalonado entre las
contrarreformas de 1994 y 2006 la masiva creación de empleo que acompaño dicha fase
de crecimiento, llegándose a alcanzar un ritmo más intenso que el de las principales
potencias. Sin embargo y, como veremos más adelante, debido fundamentalmente a la
peculiar estructura productiva española, estos empleos fueron ciertamente precarios en
su mayoría y esencialmente temporales, supeditando su existencia a la demencial
burbuja inmobiliaria, al vituperable turismo y a la especulación más improductiva.
Tras la generalización de los contratos temporales de fomento del empleo y mediante la
aprobación de un Real Decreto en 1992, «el gobierno recortó drásticamente las
prestaciones del seguro de paro y dictó una serie de medidas de control de la
contratación temporal» (Ruiz Galacho, 2006: 8). Esto se materializó en un «triple recorte:
disminuir los parados con derecho a la prestación, disminuir la cuantía y el periodo de
percepción de las prestaciones, y disminuir la aportación del Estado» (ib.), abrazando «así
el reaccionario punto de vista de que las prestaciones a los parados lo que hacen es
desincentivar la búsqueda de empleo, cuando no convierten a los parados en unos
defraudadores» (ib.), en unos vagos a ojos de los liberales; visión que se trata de
extender a toda la sociedad.
En ese mismo decreto se «elevó la duración mínima de los contratos temporales de
fomento del empleo, de 6 a 12 meses, en consonancia con el incremento del periodo
46
mínimo cotizado, para acceder a las prestaciones contributivas por desempleo» (ib.). A su
vez, se motivó la contratación indefinida; en especial de jóvenes menores de 29 años o
mayores de 45 años y de determinados grupos de mujeres, introduciendo una serie de
incentivos económicos. Pese a estos incentivos, el resultado fue el incremento de la
temporalidad y de una contratación de muy corta duración.
Una vez expuesta la situación de partida y analizado el cambio inicial de un modelo
franquista basado en la estabilidad del empleo a uno ‘flexibilizado’ al estilo europeo y a
medida de la patronal, donde se reconoce el despido descausalizado, rebajando así la
protección al empleo, se crea el contrato en prácticas para los nuevos titulados
universitarios y se introducen como causa de despido factores tan sumamente
interesados, ideologizados y politizados que responden plenamente a intereses de clase,
como los mencionados más arriba, en los siguientes subsubapartados analizaremos con
un enfoque global cómo se han ido modificando a lo largo del tiempo los distintos
aspectos de los que depende la legislación laboral, haciendo especial hincapié en las
reformas laborales de 1994, 1997, 2002, 2006 y las dos más recientes: 2010 y 2012.
1994
La de 1994 fue quizás la contrarreforma más intensa del ‘mercado’ laboral español y a su
vez una de las más profundas del ET; fue llevada a cabo por el Gobierno socialista y sin la
participación de los sindicatos. Se implementó en un momento de evidente recesión
económica y «con una tasa de paro que alcanzaba casi a un 25 por ciento de los activos»
(Ruiz Galacho, 2006: 9). En este contexto, «el gobierno procedió a la revisión más
ambiciosa del ET, al ocuparse tanto de la entrada en el mercado de trabajo (contratación
temporal), como de la salida (despidos) y de la estancia (condiciones de trabajo y
salario)» (ib.). Las medidas se materializaron en, como veremos a continuación, una
mayor ‘flexibilización’ de la legislación en materia de contratación y negociación
colectiva17 , estableciendo nuevas formas contractuales. Con ello, se consolidó la
contratación temporal de carácter estructural (esto incluye contratos de obra, por
circunstancias de la producción, etc.) lo que redundó en una aún mayor temporalidad,
siendo otra de las causas del aumento de esta la creación del contrato de aprendizaje,
17
En este sentido se produjeron alteraciones de las condiciones de trabajo en cuanto a la
movilidad funcional y geográfica, vacaciones, descansos, medidas organizativas y económicas,
etc., lo que implicaba una desregulación de la ya mencionada negociación colectiva.
47
’contrato basura’ con el que se intentó erradicar inútilmente la alta tasa de paro entre los
jóvenes18.
Se incorporó, asimismo, el mal llamado despido económico (o por causas económicas)
«mediante el cual los empresarios obtuvieron la potestad de despedir -con un coste
menor- al 10 por ciento de la plantilla de la empresa sin necesidad de acudir al
Expediente de Regulación de Empleo (ERE). Este despido indemnizado lo era por 10 días
al año con un tope de 12 mensualidades» (Ruiz Galacho, 2006: 10). Uno de los aspectos
más sangrantes de dicho tipo de despido es la subjetividad que le es inherente, dado que
la justificación del mismo «se basaba en la fórmula de la “situación negativa” de la
empresa, que a la hora de su aplicación resultó discutible para los jueces» (ib.).
En resumen, «las modificaciones más importantes se centran en aspectos tales como
ampliación de las causas legales de despido, jornada laboral, movilidad geográfica y
funcional y cambio en las condiciones laborales»19.
1997
La de 1997 fue la primera contrarreforma llevada a cabo por la derecha orgánica
española: el PP. En este caso, se efectúa en un momento de crecimiento económico,
aspecto que explica el hecho de que una parte contundente de esta reforma estuviera
compuesta de medidas para combatir la precariedad de en el empleo20. En este caso, la
contrarreforma fue fruto del consenso entre las patronales (CEOE y CEPYME) y los
sindicatos (CCOO y UGT). Con esta reforma, los dos sindicatos mayoritarios,
conformados como tal tras la Transición, se supeditaron finalmente a los intereses del
capitalismo neoliberal dominante en estos años.
Destaca la creación de un nuevo contrato indefinido con una menor indemnización por
despido: 33 días con un límite de 24 mensualidades frente a los 45 con un máximo de 42
mensualidades que correspondían al contrato indefinido ordinario, abaratándose de este
modo la contratación fija. Se eliminaron los incentivos (bonificaciones) a la contratación
18
Esta forma de contratación fue enormemente facilitada por las Empresas de Trabajo Temporal
(ETT), lo que contribuyó a la extensión y generalización de ambas.
19
http://elpais.com/diario/1994/06/14/economia/771544808_850215.html
20
Cabe destacar que ya en estos momentos España era uno de los países europeos con mayor
temporalidad.
48
temporal -excepto la de minusválidos-, sustituyéndose por alicientes a la contratación
estable y fija. Pese a todo lo comentado anteriormente, la tasa de temporalidad apenas
se redujo, manteniéndose como indicador de inestabilidad social.
2002
Tras la eliminación del límite máximo de jornada del contrato indefinido a tiempo parcial
(situado anteriormente en el 77% de la jornada de convenio) y su ampliación a más
colectivos21 con el objetivo de estimular su utilización, la segunda gran reforma del PP; a
la que rápidamente se tildó de ‘decretazo’, estuvo encaminada a la ‘racionalización del
gasto por desempleo’. Esto es, «con el fin de modificar una vez más la normativa de
prestaciones por desempleo y de abaratamiento del despido» (Ruiz Galacho, 2006: 13).
La reforma laboral se impuso por la vía inmediata y fue aplicada por decreto ley,
recortándose las prestaciones por desempleo «mediante la pérdida de periodos
contributivos, junto a las restricciones impuestas al subsidio agrario. Al tiempo que se
seguían detrayendo recursos financieros del sistema de protección por desempleo,
aportado por los asalariados, para engrosar la prórroga de las bonificaciones de los
costes de la seguridad social de los empresarios» (ib.). Todo ello pese a no existir
evidencia empírica que relacione estos incentivos con el aumento de la estabilidad en el
empleo, existiendo, eso sí, una significativa relación entre estas bonificaciones y el
aumento de los beneficios empresariales.
Por otro lado, una de las más ofensivas y cruentas situaciones y medidas que
contemplaba esta contrarreforma era la retirada de la prestación por desempleo del
parado si este rechazaba las ofertas de trabajo o de formación que la Administración
considerara ‘adecuadas’ para él22.
21
Cabe destacar que dicha desregulación tampoco logró reducir “las aún excesivas tasas de
temporalidad existentes” que se esgrimieron en la exposición de motivos de la reforma en aquel
momento.
22
Este aspecto que causó un enorme revuelo entre la opinión pública y los sindicatos, -de hecho
estos últimos acordaron por unanimidad la convocatoria de una huelga general (la primera
declarada al gobierno del PP) para el día 20 de junio de 2002-, constituye una evidencia de hasta
qué punto habían calado las ideas y los postulados neoliberales en el escenario político nacional.
49
2006
En un periodo de crecimiento económico cimentado sobre la burbuja del ladrillo y con los
objetivos de disminuir la excesiva temporalidad en el ‘mercado’ de trabajo y rebajar los
costes a las empresas, principalmente las cotizaciones, se llevó a cabo, tras la firma de
un acuerdo tripartito entre el Gobierno, la patronal y los sindicatos, la primera reforma
laboral del mandato de Zapatero. También se vendió, como uno de sus aspectos
positivos, una dudosa mejora de la productividad «al facilitar la acumulación de capital
humano y la mejor inserción y compromiso con la empresa»23 .
La medida más destacada, fue la limitación del encadenamiento abusivo de contratos
temporales24. En la misma noticia que la línea citada anteriormente, leemos como «todo
trabajador que haya encadenado dos o más contratos para un mismo puesto durante
más de dos años en un plazo de 30 meses pasará a ser fijo». Esta medida afectaba
también a los trabajadores contratados mediante ETT. Con el mismo objetivo, se
subvencionó con 800 euros la conversión de los trabajadores temporales en indefinidos.
Asimismo, se extendió de dos a cuatro años el periodo de incentivos para las empresas
que firman nuevos contratos25 .
Sobre la evolución de las últimas contrarreformas laborales: se generaliza
el despido barato y se dinamita la negociación colectiva
A la notable desregulación de la contratación y del empleo con que acabó el bloque
anterior, se suman las dos contrarreformas efectuadas después que mermaron aún más
las escasas garantías y derechos de los trabajadores. Estas siguen una misma
23
http://elpais.com/diario/2006/05/10/economia/1147212002_850215.html
24
Esta es, sin duda, una de las mayores deficiencias de nuestro ‘mercado’ laboral, también en la
actualidad. Como se verá más adelante no es que nuestra legislación en este sentido sea
excesivamente laxa (pese a ser cierto que lo es sustancialmente más que la de las economías
centrales europeas), sino que existe un enorme fraude. Por tanto, y debido a que la mayoría de
los asalariados no denuncian -en la actualidad es aún más difícil (y costoso) que antes debido a
las insultantes tasas judiciales-, los empresarios encadenan en demasiadas ocasiones distintos
tipos de contratos temporales con el mismo trabajador, eludiendo la ley sin ninguna consecuencia
y precarizando sobremanera las relaciones laborales.
25
Sin embargo y pese a esto que se comenta, la facilidad con la que las empresas encadenan
contratos al margen de la legalidad es brutal, y no se erradicará el fraude hasta que los gobernantes
combatan dicha estafa aumentando las inspecciones laborales y los recursos de los inspectores,
destapando así los contratos temporales fraudulentos y sancionando de forma ejemplarizante.
50
trayectoria: el abaratamiento del despido, lo que llevará, a su vez, a un significativo
aumento de la precariedad.
2010
En materia de contratación, tal vez lo más novedoso de esta reforma fue la generalización
del contrato de fomento del empleo. Este contempla una indemnización de 33 días por
año trabajado en caso de despido improcedente. Si bien dicha modalidad de contrato ya
existía desde el año 1997, hasta este momento con unos requisitos relativamente
restringentes, con la reforma llevada a cabo por el Gobierno de Zapatero en 2010 se
amplió este tipo de contratación «a los desempleados entre 31 y 44 años que hayan
tenido un contrato fijo y que hayan sido despedidos»26 ; algo que el por aquel entonces
ministro de Trabajo Celestino Corbacho consideró "de justicia" y que con la anterior
legislación era “imposible”. De facto, se extendía a la mayoría de asalariados.
Esta medida no afectaba directamente a aquellos trabajadores con contratos fijos
ordinarios puesto que, al no tener efectos retroactivos, mantuvo sus derechos, estos son
los 45 días de indemnización por año trabajado en caso de despido improcedente.
En el mismo artículo podemos leer como, por otro lado y a excepción de los despidos
disciplinarios, la reforma contempla «que el Estado se haga cargo de una parte de la
indemnización en casi todos los casos de despido, tanto si son improcedentes de fijos
ordinarios (45 días) o de fomento del empleo (33 días) y de los colectivos por causas
objetivas (20 días)», siendo el empresario quien pagará el resto de la indemnización. De
este modo, se descarga al capital, facilitando de este modo el despido. El dinero lo
aportaba el mencionado anteriormente FOGASA a pesar de que, como ya se ha
expuesto, originalmente fuese creado para hacerse cargo de las indemnizaciones de los
asalariados en caso de insolvencia o quiebra del empresario para quien trabajaban. En
concreto, el FOGASA ha de pagar 8 días (esto es el 40%) de las indemnizaciones de
despido por causas objetivas, independientemente del tipo de contrato.
Con el objetivo de desincentivar la contratación temporal se aumentaron las
indemnizaciones por despido de 8 a 12 días por año trabajado. Sin embargo, la
26
http://www.20minutos.es/noticia/739190/0/claves/reforma/laboral/
51
aplicación de este apartado de la ley se llevó a cabo de forma paulatina, por lo que es
solapada por la reforma de 2012 que veremos más adelante.
Además, se facilitaron los despidos procedentes (con 20 días de indemnización por año
trabajado) a las empresas con pérdidas económicas, dejando de ser condición necesaria
la constatación de pérdidas y bastando con tan solo prever tenerlas.
La negociación colectiva se vio fuertemente perjudicada. Se acepta la «posibilidad de
que las empresas no apliquen determinadas cláusulas pactadas en los convenios
colectivos. No obstante, la movilidad geográfica de los trabajadores deberá seguir siendo
negociada entre trabajadores y empresarios como hasta ahora»27 . De este modo, se
extiende considerablemente el abanico de situaciones en las que la empresa se puede
descolgar.
Entre otros, también se aprobó el llamado modelo alemán; esto es la reducción de
jornada por causas económicas, un mayor control sobre los desempleados, permitiendo
su sanción si estos rechazan cursos de formación en un periodo superior a 30 días -cabe
destacar el endurecimiento ya que anteriormente el límite se situaba en 100 días.
También destaca la facilitación del despido por absentismo: se reduce del 5% al 2,5% el
índice de absentismo total que puede tener una empresa (lo que pone este tipo de
despido al alcance de casi cualquiera), y la modificación unilateral por la empresa de
determinados acuerdos y/o pactos internos, así como una serie de bonificaciones para
las empresas.
2012
La contrarreforma laboral más reciente en el tiempo se caracteriza, pese a haber
eliminado formalmente el despido exprés de Aznar y posteriormente de Zapatero, por
incorporar indemnizaciones por despido sustancialmente más bajas y procedimientos
para la extinción de los contratos más ágiles; en especial en el caso de los despidos
colectivos.
En cuanto al contexto en el que se plantea, hemos de recordar que esta se redacta
escasos meses después de la victoria electoral en la que el PP obtuvo la mayoría
27
http://www.elmundo.es/mundodinero/2010/09/09/economia/1284042795.html
52
absoluta. Además, es reseñable mencionar que este partido se presentó ante los
ciudadanos como el partido de la recuperación, aspirando a «crear 3,5 millones de
empleos»28 -cifra grotesca si la contrastamos con nuestra cruda realidad. Con todo lo
comentado anteriormente, se entiende que gracias a la pseudo-legitimidad que las urnas
otorgaron al Gobierno, este pudiera llevar a cabo su, como veremos más adelante,
sumamente agresiva reforma laboral pese a la notable oposición y contemplando
ciertamente trascendentales medidas que sin embargo no llevaba en su programa.
Expuesto de forma implícita el objetivo -crear empleo sin importar la calidad de este y a
cualquier precio- el Ejecutivo dio todo tipo de facilidades a los empresarios, asumiendo
que de este modo mantendrían y crearían empleo. Con esta falsa premisa, se facilitó y
abarató el despido, combinando nuevas modalidades contractuales y bonificaciones;
acabando con derechos colectivos de los trabajadores y aumentando el poder de los
empresarios.
Destaca la reducción de la indemnización por despido improcedente de 45 a 33 días, con
un máximo de 24 mensualidades en lugar de 42 como hasta ahora. Es importante
mencionar que esta generalización se llevó a cabo incluso con carácter retroactivo.
A su vez, se amplían las causas del despido objetivo; que mantiene la exigua
indemnización de 20 días por año trabajado con un máximo de 12 mensualidades,
permitiendo a los empresarios echar a sus trabajadores por causas económicas,
organizativas (viéndose estas a su vez extendidas), técnicas o de producción. De hecho,
una de las más sangrantes medidas que contempla esta reforma laboral se relaciona
concretamente con lo que se acaba de comentar. Esta es el despido como medida
preventiva, lo que significa hacer condición suficiente para despedir, no la justificación de
pérdidas, sino la reducción de ingresos o ventas en un periodo inferior a un ejercicio
económico (tres trimestres consecutivos). Además, «el Real Decreto alude directamente a
la aplicación de las causas económicas, técnicas, organizativas o productivas a los
organismos y entidades que forman parte del sector público para justificar la extinción de
los contratos de trabajo, tanto por la vía del despido colectivo como del despido objetivo.
Esta cuestión plantea la enorme incongruencia de hacer descansar la responsabilidad de
un hipotético excedente de plantilla o del excesivo déficit público, únicamente sobre el
28
http://politica.elpais.com/politica/2011/09/07/actualidad/1315426723_306350.html
53
personal laboral fijo de las Administraciones Públicas, pues son los únicos susceptibles
de ser afectados por estas medidas» (CCOO, 2012: 2).
Por otro lado, no hará falta la autorización previa de la Administración para ejercer el
despido colectivo (esto son los ERE). Tampoco para reducir la jornada de trabajo,
decisión que se deja en manos de la empresa.
A todo lo anteriormente comentado, se suman nuevas bonificaciones a la contratación,
aspecto que como ya se ha expuesto con motivo de las anteriores reformas, resulta
terriblemente ineficaz, además de reducir los fondos públicos -que podrían de otro modo
utilizarse en materia de educación, sanidad, dependencia, pensiones, etc. En concreto,
destaca una «nueva modalidad contractual indefinida para empresas de hasta 50
trabajadores/as, con la particularidad relativa a la duración de su periodo de prueba de
un año, y el reconocimiento de determinados beneficios e incentivos fiscales. Estamos
hablando de un contrato que no genera ningún tipo de compensación a favor del
trabajador, y cuyo carácter indefinido habría que modularlo, ya que durante el primer año
es en realidad un contrato con un nivel de estabilidad en el empleo inferior al de cualquier
contrato temporal, en el que opera el despido libre, sin causa y sin compensación alguna,
como hemos dicho, para el trabajador. Dicha extensión temporal del periodo de prueba
es desmesurada, y carece de toda razonabilidad para la práctica totalidad de los puestos
de trabajo, incluyendo los que requieren el más alto nivel de cualificación» (ib.).
Por otro lado, acaba, también formalmente, el encadenamiento de contratos temporales.
Esto que se menciona se presenta con el fin del Gobierno de acabar con la dualidad y se
materializa en la extinción de «los encadenamientos de contratos temporales que
superen los 24 meses a partir del 31 de diciembre de 2012»29.
Destaca a su vez la posibilidad de que las ETT participen en los servicios públicos de
empleo; potenciando la privatización de esta actividad, -poniendo en manos de los
capitalistas los datos personales de aquellos trabajadores en paro y la posibilidad de
realizar actividades de intermediación laboral.
29
http://www.lavanguardia.com/economia/20120210/54252850910/reforma-laboral.html
54
En materia de negociación colectiva, se limita la prórroga máxima de los convenios
colectivos vencidos a dos años, estableciendo «que las partes deberán negociar un
nuevo convenio en el plazo máximo de dos años, fecha en la que dejará de estar vigente»
(ib.). Asimismo, se priorizan los convenios de empresa y se posibilita a estas
’descolgarse’ del mismo, es decir, no cumplir con lo pactado por las partes. Con todo
ello, este debilitamiento de la negociación colectiva redunda en que quien está bien
considerado dentro de la empresa acuerde unas condiciones laborales relativamente
dignas a costa de la ruina del resto, favoreciendo así el individualismo y contribuyendo a
la destrucción de esas relaciones de solidaridad a las que nos referíamos anteriormente.
Sobre los sindicatos: el papel de CCOO y UGT
Después de la Transición, se estableció un sistema bisindical configurado por CCOO30 y
UGT31 que condenaba al ostracismo y a la más absoluta marginalidad a aquellos
sindicatos minoritarios críticos con los Pactos de la Moncloa, de entre los que destaca en
la corriente anarcosindicalista y libertaria el caso de la CNT, hegemónica durante la
Segunda República.
Pese a que al comienzo los dos sindicatos mayoritarios se mostraron ciertamente críticos
con las reformas laborales efectuadas, -destaca la figura de Marcelino Camacho,
Secretario General de CCOO entre 1976 y 1987-, oponiéndose firmemente a algunos de
los puntos de las mismas, desde la década de los 90 hasta la actualidad estos han
abrazado una concepción sumamente neoliberal del trabajo, acordando con la patronal
algunos de los puntos más infames de las anteriormente expuestas contrarreformas.
Este sometimiento al capital les ha costado más de 50.000 afiliados en cinco años32 ,
además del desprecio de muchos trabajadores que ven como ambos sindicatos se
muestran condescendientes con los empresarios en lugar de defender sus derechos.
Especial hastío ha causado entre los trabajadores el discutible papel que tanto CCOO
como UGT han desarrollado en la firma de los numerosos ERE, desafortunadamente muy
prolíficos durante la última crisis. «Los representantes de las federaciones aterrizan de
30
Inicialmente vinculado al PCE (Partido Comunista de España), aunque como podemos leer en
su web: «independiente de cualquier partido político».
31
Vinculado al PSOE desde su fundación, aunque en su web también nos informan de su
condición de «independientes».
32
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/01/05/catalunya/1388948288_149877.html
55
inmediato, repartiendo consignas de contemporización y dilación en las movilizaciones. A
continuación empiezan a negociar las condiciones de los despidos, algo que ya es
conocido aceptan las empresas sin mayor problema. Finalmente, se pone a votación el
acuerdo cuando no hay plazo ante una plantilla derrumbada y resignada. En un escenario
de desequilibrio de fuerzas, frenan toda propuesta de movilización firme, dividiendo a la
plantilla, boicoteando movilizaciones de otros y firmando ERE tras ERE sin apenas ruido.
¿Por qué?»33. Lo cierto es que los dos sindicatos mayoritarios se muestran poco
contundentes en la mayor parte de sus actuaciones, y que sus secretarios generales en
la actualidad, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, parecen interesarse más en
almorzar con la patronal y en firmar reformas laborales que en defender y mejorar los
intereses de los trabajadores. Paradigmático es el caso de este último, quien desde 1994
ejerce como Secretario General del sindicato UGT.
Por todo lo que se comenta, es claro el distanciamiento entre las bases y la directiva. Es
precisamente por esto que la tradición anarcosindicalista aboga por no entrar a formar
parte del sistema: para evitar ser fagocitada por él.
Asimismo, y esto es algo de lo que adolecen la práctica totalidad de los sindicatos, no
están consiguiendo articular el descontento social de la forma que lo logró el movimiento
sindical a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Se torna cada vez más evidente que
los sindicatos han disfrutado de una situación de gran comodidad durante las últimas
décadas de capitalismo neoliberal y, aparentemente, en su mayoría no están dispuestos
a abandonar ese confort en forma de aburguesamiento del que disfrutan en la actualidad.
Y es que cada vez que un sindicato que se dice “de clase” pacta o legitima los puntos de
alguna contrarreforma laboral, está traicionando la defensa de los derechos y las
libertades de los trabajadores a quienes, al menos sobre el papel, representa.
33
http://cgtinformatica.org/content/el-fantástico-negocio-de-los-eres-amistosos
56
A modo de resumen
Como se ha mostrado anteriormente, en las últimas décadas, han tenido lugar en nuestro
país no pocas reformas laborales que, pese a su gran número, no han conseguido acabar
con el drama de la precariedad y la temporalidad en el empleo. De hecho, han, directa o
indirectamente, intensificado estas propiedades en nuestro ‘mercado’ laboral,
extendiendo la precariedad y temporalidad inicial que se limitaba a quienes se
incorporaban por primera vez a este o a determinadas actividades (causalidad) a todos
los asalariados y procesos productivos (descausalización); especialmente a «los sectores
de baja tecnología, cuya competitividad se basa principalmente en los “ajustes”
permanentes de los costes laborales» (Ruiz Galacho, 2006: 14).
Sobre las consecuencias de las primeras ofensivas contra los trabajadores
En concreto y tras la serie de contrarreformas expuestas en el primer bloque;
especialmente las efectuadas por el PSOE de Felipe González, acabó por supeditarse en
su práctica totalidad el trabajo al capital. Sometiendo «la vida de los trabajadores
asalariados a los intereses de las ganancias empresariales y a la organización del trabajo
en las empresas, a la par que han desarrollado la división y la atomización en la clase
obrera y el resto de los trabajadores asalariados» (ib.). Según se fue extendiendo esta
división y atomización de los trabajadores, y consecuentemente según el movimiento
obrero fue perdiendo fuelle, las reformas fueron sucediéndose en tonos cada vez más
agresivos y se fueron, asimismo, realizando mayores concesiones a las patronales,
especialmente en materia de contratación temporal y facilidad (y abaratamiento) del
despido.
Las reformas realizadas por los Gobiernos de Aznar, en una fase alcista de la economía,
impusieron la barbarie neoliberal más radical: tratando de reducir en todo lo posible el
gasto público de carácter social; esto implica el recorte de las prestaciones por
desempleo y mayores dificultades para beneficiarse de las mismas, y aminorando los
costes del despido descausalizado. Es reseñable volver a mencionar que pese a la
urgencia con la que se expuso la necesidad de reducir el gasto público, se intentó
motivar la contratación estable; de forma fallida, mediante cuantiosas ayudas e incentivos
para las empresas.
57
Sin embargo, y pese a que todas estas reformas laborales se vendieron a los ciudadanos
como necesarias para la homologación con la Europa comunitaria inicialmente y el
posterior ingreso en la Unión Económica y Monetaria (UEM), no nos llegamos nunca a
equiparar a sus tasas de temporalidad, rebasando «las cifras de paro, precariedad y
siniestralidad de la Unión europea» (ib.).
Lo que sí propició esta serie de contrarreformas fue la creación de un nutrido ejército
industrial de reserva34, -agrandado además por la llegada entre 1999 y 2004 de más de
medio millón de inmigrantes por año35-, lo que asimismo permitió a su vez llevar a cabo
la tan aclamada por la patronal ‘moderación’ salarial. Esto que se comenta incide de lleno
en un aumento de la precariedad, puesto que sumado a la facilidad y el abaratamiento
del despido y a la habilidad de las empresas para encadenar contratos temporales,
permite a los empresarios disponer de una inmensa fuerza de trabajo y obliga a los
trabajadores a moderar sus pretensiones y a aceptar contratos cada vez más abusivos.
Esto que se comenta se asocia, a su vez, con la denominada trampa de la precariedad,
que sostiene que una vez que se acepta un empleo precario no hay vuelta atrás.
Según señala Ruiz Galacho (2006: 15):
«Así, las patronales se benefician no sólo de la explotación “normal” de la mano de obra,
sobre la base de una “moderación salarial” convertida en el estado “natural” de los
asalariados, sino de toda la sobreexplotación y opresión que la precarización del empleo
significa. Por si fuera poco, los empleadores capitalistas han visto aumentar sus
fabulosos beneficios mediante la reducción de la inflación y de los tipos de interés,
mediante las privatizaciones y externalización de actividades, y la reducción de
cotizaciones o las bonificaciones a la creación de empleo.»
34
Marx denomina ejército industrial de reserva al excedente de fuerza de trabajo (esto son,
principalmente, trabajadores permanentemente desempleados, aunque no solo ellos sino también
subempleados, temporales, ocupados en la economía irregular, etc.,) y sostiene que este
constituye una condición necesaria para la acumulación del capital. Lo que se comenta es
ciertamente coherente y fácil de comprender ya que, al existir mucha ‘oferta’ de fuerza de trabajo
(pues todos aquellos trabajadores desempleados, subempleados, etc., que se comentaba
anteriormente están deseosos de conseguir un empleo o alcanzar uno de carácter más estable),
los capitalistas pueden permitirse empeorar las ya de por sí indecentes condiciones de trabajo y
de jornada de sus trabajadores y rebajar sus salarios puesto que existe una presión a la baja
sobre los mismos. Además, permite satisfacer sus necesidades crecientes de fuerza de trabajo.
Todo ello sin generar el más mínimo indicio de conflictividad.
35
Si tenemos en cuenta que el destino de estos inmigrantes, en especial de los ‘sin papeles’, es la
economía sumergida o irregular, se produce una todavía mayor depreciación de los salarios y de
las condiciones de los trabajadores.
58
Sobre el paradigma actual después de haberse generalizado el despido barato y
dinamitado la negociación colectiva
Las dos últimas contrarreformas laborales -la segunda de Zapatero en 2010 y la de Rajoy
en 2012- intensificaron las tendencias anteriores. Cabe asimismo señalar que ambas se
encuadran en una estrategia de reacción frente a la crisis. El despido se facilitó y se
abarató considerablemente, al mismo tiempo que se permitió a las empresas ‘flexibilidad’
total para evitar así más despidos36. También se posibilitó a las empresas efectuar
importantes modificaciones de forma unilateral, reduciendo la importancia de la que
anteriormente gozó la negociación colectiva y convirtiéndola en simple papel mojado.
Sin embargo, pese a la intensa desregulación en materia de derechos laborales, esta no
ha traído consigo una reducción significativa del número de parados, empero, ha
inclinado la balanza a favor del capital; perjudicando en todo momento a los
trabajadores.
Por todo ello, se evidenció que la tan perseguida ‘flexibilidad’ no conduce a una mayor
creación de puestos de trabajo, ni tampoco a una menor destrucción de los mismos. De
este modo, se desmiente el bulo y la falacia neoliberal de que si los empresarios están
contentos sus beneficios se reinvierten en la sociedad, creando empleo y riqueza. Todo lo
contrario. Lo único que se consigue con estas políticas es que una minoría insaciable
llene aún más sus bolsillos, a costa de que la mayoría vea como los suyos,
indudablemente más pequeños, se vacían día tras día. Así, lo único que se produce es un
reparto antológico de miseria, aumentando la precariedad y la temporalidad de manera
sistemática y brutalmente salvaje.
36
Hemos de recordar que, durante estos años, se evidencian los efectos de la Crisis económica
de 2008 (o Gran Recesión), que en nuestro país, trae consigo un aumento de la tasa de
desempleo sin parangón.
59
Sobre el impacto de las contrarreformas laborales y la precariedad
Desigualdad y precariedad son dos características inherentes al capitalismo. La primera
es una realidad palmaria y se manifiesta en todo momento, pues para que unos beban
champán otros tienen que servirlo. Sin embargo, que la precariedad está necesariamente
ligada al capitalismo no es tan evidente. Además de la hegemonía cultural que, mediante
consumismo e individualismo alienante, nos impide discernir esta inseparable relación,
ciertos análisis y analistas romos intentan hacernos creer que la precariedad no está
ligada al capitalismo sino a la crisis. Pero es que, como bien expuso Marx, las crisis en el
capitalismo son recurrentes. Por ello, capitalismo y crisis van de la mano, y capitalismo y
precariedad también.
La desigualdad es palpable, y en nuestro país se expresa, por ejemplo, en que en
Barcelona una persona que reside en el barrio pudiente de Pedralbes viva 6 años más
que quien lo hace en un barrio obrero como el Raval37 . También se materializa en los
2.826.549 niños y niñas que viven hoy en España en riesgo de pobreza o exclusión social
según la ONG Save the Children38 , uno de cada tres. Asimismo, se evidencia cuando
leemos en un informe realizado por la Asociación de Ciencias Ambientales en 2012 que la
pobreza energética en España aumentó un 19% en dos años, afectando esta a un 9% de
los hogares españoles, casi uno de cada diez -unos cuatro millones de personas39 . Esto
que se comenta es especialmente grave si tenemos en cuenta que, según la
Organización Mundial de la Salud (OMS), no tener calefacción en los fríos meses de
invierno provoca unas 7.000 muertes prematuras en nuestro país al año40 . A su vez y
según denuncia la Asociación Española de Operadores Públicos de Abastecimiento y
Saneamiento (AEOPAS), se tramitan al año más de 500.000 avisos de corte de agua, un
30% más que hace cuatro años de los que se ejecutan un 60%; es decir, 300.00041 .
También han aumentado los hogares que llegan a fin de mes con “mucha dificultad”,
situándose, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el 16,9%, su nivel más
37
http://blogs.publico.es/dominiopublico/10811/las-desigualdades-de-vida-y-muerte/
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/10/22/catalunya/1445511654_450579.html
38
https://www.savethechildren.es/publicaciones/2826549-razones-contra-la-pobreza-infantil
39
http://www.cienciasambientales.org.es/index.php/noticias/331-7-millones-de-ciudadanos-tienendificultades-para-pagar-las-facturas-de-energia-.html
40
http://www.publico.es/actualidad/pobreza-energetica-causa-000-muertes.html
41
http://www.aeopas.org/index.php/section-blog/222-iniciativa-ciudadana-europea-por-el-derechoal-agua-y-al-saneamiento
60
alto en la crisis42. La misma estadística igualmente revela que el 40,9% de los hogares no
tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos, y que el 45,8% de los hogares
españoles no se puede permitir ir de vacaciones al menos una semana al año; también
cifra récord en la crisis. Por último, cabe destacar la abismal brecha salarial que
encontramos en nuestro país, donde un CEO (consejero delegado) gana en una hora lo
que un asalariado medio en ocho días y lo que un trabajador de menor rango en 21 días,
según las conclusiones que extrae The Economist tras analizar los datos de la Federación
Europea de Empleadores (FedEE por sus siglas en inglés), liderando; junto con Italia, el
ránking de países europeos con mayor brecha salarial entre altos ejecutivos y
subordinados; solo superados por Rumanía, Ucrania y Rusia43.
En cuanto a los indicadores sintéticos elaborados para medir la desigualdad, el
coeficiente de Gini44 se ha disparado en España en 2014, según Eurostat, subiendo al
34,7 y superando así a Grecia (34,5); aunque quedando por detrás de Letonia (35,5)45 ,
consolidándose como el segundo país más desigual de la UE de acuerdo con este
indicador. Cabe mencionar que en los países nórdicos el porcentaje es de alrededor del
25. En el mismo articulo referido anteriormente, observamos que la ratio 80/20 (indicador
que relaciona la renta del 20% de la población más rica con la del 20% más pobre) se
sitúa en nuestro país en 6,8 , haciendo de España el país más desigual de la UE, por
encima de Grecia y Letonia que han obtenido una ratio del 6,5. Destaca Finlandia con un
3,6 , siendo la media de la Eurozona de 5,0 en 2013 (último dato disponible). De este
modo, y pese a que la importancia de estos dos últimos indicadores es relativa puesto
que son sintéticos y se elaboran sobre la renta y no sobre los salarios, ambos reflejan una
desigualdad visible y ciertamente alarmante.
Dicha desigualdad adquiere una dimensión aún mayor si contemplamos únicamente los
salarios, pues estos han sufrido una importante merma en los últimos años. En el
siguiente gráfico, elaborado a partir de la Encuesta anual de estructura salarial del INE y
42
http://www.europapress.es/economia/macroeconomia-00338/noticia-economia-hogares-lleganfin-mes-mucha-dificultad-escalan-169-nivel-mas-alto-crisis-20131120114326.html
43
http://www.economist.com/blogs/graphicdetail/2013/06/daily-chart-6
El coeficiente de Gini es un indicador que se encarga de medir la concentración del ingreso
entre los individuos tomando valores entre 0 y 100 donde el cero indica que todos los individuos
del país tienen el mismo nivel de ingresos mientras que el 100 indica desigualdad absoluta.
44
45
http://www.eleconomista.es/economia/noticias/6848234/07/15/Espana-sigue-batiendo-recordsde-desigualdad-ya-supera-a-Letonia-y-Grecia.html
61
mostrando el «porcentaje de trabajadores en función de su ganancia con respecto al
Salario Mínimo Interprofesional (SMI) (respecto al total de trabajadores)»; confeccionado
sobre la totalidad de los tipos de jornada46 y sobre ambos sexos, se evidencian dos
tendencias claramente definidas. En primer lugar, se observa cómo los salarios más
bajos, para los cuales consideramos las categorías “de 0 a 1 SMI” y “de 1 a 2 SMI”,
aumentan sustancialmente su peso relativo, pasando de un 33,4% del total de los
trabajadores en 2004 a un 46,1% en 2007 y manteniéndose en un 46,2% en 2013,
constatándose de este modo que casi la mitad de los trabajadores cobran salarios
menores a 2 SMI. Secundariamente, se observa un significativo trasvase del grupo de
trabajadores con “de 1 a 2 SMI” al de aquellos con “de 0 a 1 SMI”, pues mientras en
2004 y 2007 encontramos aproximadamente un trabajador que cobre “de 0 a 1 SMI” por
Porcentaje sobre el total de trabajadores
Gráfico 1 – Trabajadores según su nivel salarial en función del SMI
40%
30%
20%
10%
0%
De 0 a 1 SMI
De 2 a 3 SMI
2004
De 4 a 5 SMI
2007
46
De 6 a 7 SMI
Más de 8 SMI
2013
Es necesario destacar y mencionar este hecho dado que los salarios de aquellos trabajadores a
jornada parcial se sitúan fundamentalmente por debajo del SMI, siendo este en la actualidad de
9172,80€ anuales (en 14 pagas; 655,20€ mensuales). Sin embargo, hemos creído necesario
elaborar la tabla de esta manera y no limitándonos a trabajadores a tiempo completo dado que las
contrarreformas han impulsado la importancia del subempleo, pese a que, como se comprobará
más adelante, la mayor parte de los trabajadores acepta este tipo de empleos contra su voluntad.
62
cada 4,5-5 trabajadores que cobran “de 1 a 2 SMI”, en 2013 por cada 2,5 trabajadores
que cobran “de 1 a 2 SMI” encontramos aproximadamente 1 que cobre “de 0 a 1 SMI”.
Asimismo, y como se observa de forma inapelable, en los últimos años los salarios han
sufrido una fuerte presión a la baja que ha duplicado en 2013 (13,3%) el número de
trabajadores que en 2004 (6%) cobraba “de 0 a 1 SMI”, rozando estos en la actualidad el
15%.
Todo esto se materializa sobremanera en nuestra cotidianidad y, de hecho, nuestras
sociedades ya lo han asimilado, pues mientras hace unos años ser mileurista era visto
como algo escandaloso47, en la actualidad muchas personas sobreviven con 650€ al mes
y ciertamente somos aún pocos los que nos escandalizamos.
La parcialidad en el empleo es otro de los indicadores de la precariedad, y en nuestro
país se evidencia en el aumento de los trabajadores con jornada a tiempo parcial en
relación con el total. En el siguiente gráfico, elaborado también sobre la Encuesta de
Gráfico 2 – Trabajadores con jornada a tiempo parcial en relación con el total
100%
75%
50%
25%
0%
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
Jornada a tiempo parcial
47
2009
2010
2011
2012
2013
Jornada a tiempo completo
http://economia.elpais.com/economia/2009/08/25/actualidad/1251185578_850215.html
63
2014
Población Activa (EPA) del INE48, se revela un aumento gradual del peso de los
trabajadores con jornada a tiempo parcial. En concreto, se pasa de un 8,68% en 2004 a
un 11,59% en 2007 y a un 15,8% en 2013.
Para estudiar apropiadamente estos datos es necesario introducir una segunda tabla
donde se desglosen las razones del empleo a tiempo parcial. Parecería que una parte
importante de los trabajadores no quiere empleos con jornada a tiempo completo, pero
nada más lejos de la realidad. El empleo parcial es en la mayoría de los casos una
Tabla – Razones del empleo a tiempo parcial
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
Seguir cursos
de enseñanza o
formación
11,68%
12,69%
12,02%
11,6%
9,01%
7,83%
6,8%
5,59%
5,21%
4,77%
Enfermedad o
incapacidad
propia
1,84%
1,94%
1,69%
1,84%
1,52%
1,26%
1,16%
1,13%
1,03%
1%
Cuidado de
niños o de
adultos
enfermos,
incapacitados o
mayores
11,61%
12%
13,56%
14,08%
13,21%
11,84%
11,69%
10,83%
9,69%
9,27%
Otras
obligaciones
familiares o
personales
10,45%
11,48%
12,72%
10,8%
9,12%
7,33%
6,22%
5,23%
4,43%
4,52%
No haber podido
encontrar
trabajo de
jornada
completa
31,96%
32,7%
32,29%
34,86%
43,94%
49,97%
53,59%
58,31%
61,99%
62,9%
No querer
trabajo de
jornada
completa
10,89%
11,11%
12,42%
11,85%
10,22%
9,55%
9,09%
7,27%
6,46%
6,88%
Otros motivos
20,65%
17,45%
14,71%
14,52%
12,65%
11,97%
11,16%
11,32%
10,92%
10,42%
No sabe el
motivo
0,91%
0,62%
0,59%
0,46%
0,33%
0,24%
0,29%
0,31%
0,27%
0,24%
Fuente: EPA, INE.
Ocupados a tiempo parcial por motivo de la jornada parcial, sexo y grupo de edad.
*Elaboración propia después de haber calculado las medias anuales a partir de los datos trimestrales.
Mostrando, en este caso, los «ocupados por tipo de contrato o relación laboral de los
asalariados, sexo y tipo de jornada» y confeccionado después de haber calculado las medias
anuales a partir de los datos trimestrales.
48
64
imposición, dada la dificultad que atañe encontrar trabajo a jornada completa y siendo
España el país de la UE con más contratos a tiempo parcial forzosos según Eurostat49 .
Ello impulsa, en muchos casos, la búsqueda de un segundo empleo.
Si consideremos el subempleo como aquellos trabajadores recogidos en el grupo cuyo
motivo para tener un empleo a tiempo parcial es “no haber podido encontrar trabajo de
jornada completa”, observamos como entre el 2005 y el 2014 el porcentaje se duplica,
pasando de casi un 32% a cerca de un 63%. Este dato refleja notoriamente la magnitud
del problema, dado que a casi dos tercios de nuestros trabajadores con contratos a
tiempo parcial les gustaría trabajar más horas. El singular aumento de aquellos con
trabajos a tiempo parcial ‘porque no hay más remedio’ se contrapone con la reducción
que sufren quienes esgrimen como principal razón para tener un empleo a tiempo parcial
“no querer trabajo de jornada completa”. En este caso, el porcentaje pasa de casi un
11% en 2005 a cerca de un 7% en 2014. Este contraste se refleja sobremanera en el
siguiente gráfico.
Gráfico 3 – Incidencia del subempleo sobre el total del empleo parcial
Porcentaje sobre el total del empleo parcial
70%
52,5%
35%
17,5%
0%
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
No haber podido encontrar trabajo de jornada completa
No querer trabajo de jornada completa
49
http://economia.elpais.com/economia/2014/04/10/actualidad/1397127664_514877.html
65
2014
La temporalidad es otra de las formas mediante las que se cristaliza la precariedad. La
incidencia del empleo temporal sobre el total experimentó en nuestro país, como se
evidencia en el siguiente gráfico, elaborado sobre los datos de Eurostat, un aumento
exponencial entre 1987 y 1992, estabilizándose en torno al 33% durante los años
posteriores, sufriendo una ligera caída con la llegada de la crisis económica (esto es
principalmente en 2007 y 2008) y volviendo a estabilizarse durante los últimos años; en
este caso en torno al 25%. Cabe indicar que la explicación al peculiar descenso del
empleo temporal experimentado en 2007 y 2008 radica en que son los trabajadores con
contratos temporales los primeros en ser despedidos a consecuencia de la crisis
económica.
Gráfico 4 – Incidencia del empleo temporal sobre el total
Porcentaje sobre el empleo total
36%
27%
18%
9%
0%
1987 1989 1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003 2005 2007 2009 2011 2013
Empleo temporal
Además y si usando la misma fuente de datos se comparan los obtenidos en nuestro
país con los de otros europeos, se observa cómo España se encuentra a la cabeza de la
temporalidad en todo momento.
Porcentaje sobre el empleo total
Gráfico 5 – Incidencia de la temporalidad sobre el empleo total en Europa
40%
30%
20%
10%
0%
Grecia
Italia
Portugal
2000
España
Francia Reino Unido Alemania
2007
66
Suecia
Finlandia
2014
UE-27
Eurozona
Todo este significativo aumento de la precariedad trae consigo consecuencias
demográficas terroríficas. Según las contundentes proyecciones de población para el
periodo 2013-2023 elaboradas por el INE, España perderá 2,6 millones de habitantes en
los próximos 10 años, un 5,6% de la población. A su vez, prácticamente todos los grupos
de edad de más de 50 años -con todo lo que ello implica- experimentarán un
crecimiento. En concreto, la intensidad del proceso de envejecimiento es tal que dentro
de una década, en nuestro país residirán 19,7 millones de personas mayores de 64 años,
1,5 millones más que en la actualidad. Esto que se comenta es agravado por el saldo
migratorio negativo y el severo descenso de la natalidad, y es que (entre otros motivos) si
los trabajos que se ofrecen difícilmente dan para subsistir, menos para poder criar hijos.
«Así, entre 2013 y 2022 nacerían en torno a 3,9 millones de niños, un 17,1% menos que
en la década pasada.»50 Dicho descenso de la natalidad hará que en 2023 haya casi un
millón menos de niños menores de 10 años que en la actualidad. Los inconvenientes que
se derivan de este desalentador pronóstico demográfico no se limitan al pago de las
pensiones, de las que, de seguir así solo podrán disfrutar aquellos privilegiados con un
plan de pensiones privado, sino que tendremos, en definitiva, «una sociedad envejecida
que cobra cada vez menos mientras paga cada vez más deuda» (Moruno, 2015: 35).
Indignante es que, mientras se aumenta la edad legal de jubilación, los jóvenes se vean
abocados a emigrar porque no encuentran trabajo. Parecería más razonable disminuirla y
repartir el trabajo si, de acuerdo con la fase actual del capitalismo y dado el papel europeriférico de nuestra economía y estructura productiva, esencialmente no existe empleo
para todos.
Por otro lado, mientras se nos intenta plantear como la principal preocupación de la UE el
problema del paro juvenil, lo cierto es que, según un informe elaborado por la Comisión
Nacional de la Competencia (CNC), más del 90% de las ayudas públicas concedidas en
2011 se destinaron al sector financiero, lo que supone un total de 84.195 millones de
euros; el 7,84% del PIB y 1.781 euros por habitante51. Desde mayo de 2009, la mal
llamada reestructuración del sistema financiero ha costado al erario público 61.495
50
http://www.elconfidencial.com/espana/2013-11-22/espana-perdera-2-6-millones-de-habitanteshasta-2023-con-el-actual-ritmo-demografico_57736/
51
http://www.europapress.es/economia/finanzas-00340/noticia-economia-finanzas-mas-90ayudas-publicas-concedidas-2011-destinaron-sector-financiero-cnc-20130910111223.html
67
millones de euros52 , de los cuales tan solo se han recuperado 1.760 millones, lo que
equivale a que cada español ha puesto 1.300 euros y ha recuperado 37 euros53 .
Asimismo, si en 2013 la UE destinó 6.000 millones para fomentar el empleo juvenil54 , esta
aprobaba crear un fondo de rescate del sistema bancario por valor de 700.000 millones
que entraba en vigor en dicho año55 .
Pero lo más dramático es que, en la actualidad y rompiendo con el sentido común previo,
tener un trabajo ya no garantiza salir de la pobreza. Esto que se comenta fue tristemente
constatado por Cáritas, en cuyo informe de acción anual de 2014 se revela que en el
53% de los hogares atendidos hay algún miembro con empleo56. Esta situación
excepcionalmente penosa está inherentemente ligada al aumento de la precariedad y a
la agudizada bajada salarial; especialmente si tenemos en cuenta la insólita pérdida de
poder adquisitivo experimentada por las clases trabajadoras, generalizándose la
anteriormente inusitada figura del trabajador pobre. A su vez, la Comisión Europea (CE)
ha advertido que el 65% de los españoles en riesgo de pobreza no escapa de ella tras
encontrar trabajo57.
Otro elemento importante a destacar con respecto a la realidad española es el gran peso
de la economía sumergida. Esta, según el estudio La economía sumergida pasa factura.
El avance del fraude en España durante la crisis elaborado por el Sindicato de Técnicos
del Ministerio de Hacienda (Gestha), aumentó en 60.000 millones de euros durante la
crisis, situándose en el 24,6% del PIB al finalizar 2012, lo que supone 253.000 millones
de euros ocultos y un aumento de la actividad económica 'en negro’ de 15.000 millones
52
http://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/6681712/05/15/avance-el-frob-recuperael-5-de-las-ayudas-para-la-reestructuracion-financiera-que-alcanzan-los-61495-millones.html
53
http://www.publico.es/actualidad/espanol-prestado-bancos-300-euros.html
54
Enmarcados dentro de la Iniciativa sobre Empleo Juvenil: http://ec.europa.eu/social/main.jsp?
catId=1079&langId=es
55
http://www.lavanguardia.com/economia/20110325/54131841415/la-ue-aprueba-crear-un-fondode-rescate-por-valor-de-700-000-millones.html
56
http://www.eldiario.es/sociedad/Caritas-advierte-trabajo-implica-pobre_0_438506692.html
57
http://www.elmundo.es/economia/2014/01/21/52de64b0268e3eb4208b4570.html
68
de euros de media desde 200858 . Dada la propia naturaleza de esta, quienes trabajan
dentro de ella sufren lo peor de la precariedad.
A su vez, y según datos del mismo sindicato, cada español paga casi 2.000 euros más al
año de impuestos por culpa del fraude fiscal59 . Por otro lado, la presión fiscal española (el
cociente entre los ingresos fiscales y el tamaño de la economía) es de las más bajas de
Europa: ocho puntos de PIB por debajo de la media de la eurozona, situándose en el
32,5% del este en 2012 según Eurostat60 . Con estas cifras, se entiende que, según la
EPA, las empresas se ahorren 2.200 millones de euros en horas extras no pagadas,
superando su numero el 50% en 2012 frente al 38% de 200861. Además, muchas de
estas abusivas empresas tienen, según el Observatorio de Responsabilidad Social
Corporativa, presencia en paraísos fiscales, contando el 86% de las empresas del Ibex
35 (30 compañías) en 2010 con presencia activa; un 66,6% más que al inicio de la crisis
económica ya que en 2008 fueron 1662 . Empresas cuyos dueños, a pesar de ser un 67%
más ricos desde que gobierna Rajoy63 , en concreto en menos de dos años y medio,
redujeron sus plantillas en 120.809 personas en el segundo semestre de 2013 según
consta en los datos recogidos por la Comisión Nacional del Mercado de Valores
(CNMV)64.
Otro dato singular que evidencia la precariedad y en especial la aguda inseguridad que
de ella se deriva es el “presentismo” laboral (presencia de los trabajadores en sus
puestos de trabajo más allá de su horario normal), que en nuestro país ha aumentado 40
58
http://www.europapress.es/economia/fiscal-00347/noticia-economia-ampl-crisis-dispara-60000millones-economia-sumergida-246-pib-gestha-20140129140528.html
59
http://www.europapress.es/economia/fiscal-00347/noticia-gestha-calcula-cada-espanol-tributacasi-2000-euros-mas-evasion-fiscal-20130522182754.html
60
http://economia.elpais.com/economia/2014/06/16/actualidad/1402915565_449103.html
61
http://cadenaser.com/ser/2013/03/30/economia/1364603950_850215.html
62
http://gara.naiz.eus/paperezkoa/20120210/321199/es/El-86-empresas-Ibex-35-tiene-presenciaparaisos-fiscales
63
http://www.publico.es/actualidad/duenos-del-ibex-son-67.html
64
http://www.europapress.es/economia/finanzas-00340/noticia-economia-empresas-ibexredujeron-plantillas-120809-personas-segundo-semestre-2013-20140406131734.html
69
puntos porcentuales en sólo dos años: desde el 45% de 2010 al 85% en 2012, según
una encuesta de Randstad65.
La agónica y angustiosa incertidumbre que el fuerte temor a perder el empleo trae
consigo, ha provocado asimismo que el consumo de hipnosedantes (tranquilizantes y
somníferos con y sin receta) se haya disparado en España con la crisis, siendo la única
droga cuyo consumo ha aumentado en los últimos dos años66. Según la Encuesta
Domiciliaria sobre Alcohol y otras Drogas llevada a cabo por el Ministerio de Sanidad,
Servicios Sociales e Igualdad, entre 2005 y 2011 se ha duplicado el porcentaje de
población de entre 15 y 64 años que reconoce haberlos tomado en los últimos doce
meses, hasta alcanzar el 11,4%, colocándose así como la tercera sustancia psicoactiva
más consumida entre los españoles por detrás del alcohol y el tabaco, y superando por
primera vez al cannabis. Este consumo masivo hace de nuestro país el segundo de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en consumo de
tranquilizantes tras Portugal, según un estudio presentado durante el X Congreso
Internacional de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés
celebrado en la Universitat de València en 201467 . Y es que, según los resultados de
cierto estudio de la Fundación Pfizer, «el 44% de la población sufre más estrés y tensión
que hace dos años debido a la crisis económica»68.
Asimismo, y también estrechamente relacionado con la ansiedad propia de la
precariedad, según datos del INE, desde 2008 (fecha significativa dado que marca el
inicio de la mal llamada ‘crisis’ y su consiguiente aumento de la pobreza) el suicidio es la
primera causa de muerte no natural en España69 ; por delante de los accidentes de tráfico,
aumentando los fallecidos por suicidio un 11,3% en 2012 respecto al año anterior70.
65
http://www.europapress.es/economia/laboral-00346/noticia-economia-laboral-crisis-eleva-40puntos-presentismo-laboral-espana-solo-dos-anos-randstad-20120326105936.html
66
http://www.abc.es/sociedad/20130122/abci-encuesta-drogas-hipnosedantes-201301221531.html
67
http://www.infosalus.com/salud-investigacion/noticia-espana-segundo-pais-ocde-consumotranquilizantes-portugal-estudio-20140910144755.html
68
http://www.elconfidencial.com/sociedad/2010-11-12/la-calidad-de-vida-empeora-casi-la-mitadde-los-espanoles-tiene-mas-estres-que-hace-2-anos_299370/
69
http://www.publico.es/actualidad/relacion-incremento-suicidios-y-crisis.html
70
http://www.eldiario.es/sociedad/suicidio-espana-tasa-salud-publica_0_300970441.html
70
Por otro lado, a la anteriormente expuesta bajada de los salarios; siendo según un
estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) seis de cada diez los
trabajadores que tienen menos ingresos que hace un año71, se suma la drástica subida
de precios en determinados artículos. Destaca el caso de la luz, cuyo recibo aumentó un
71% en la última década, de acuerdo con los datos difundidos por el ministro de
Industria72 , acumulando una subida interanual del 12,7% entre 2014 y 2015, según el
análisis de FACUA-Consumidores en Acción73. Y es que en España el precio de la luz ha
subido el doble que en el resto de la UE, según datos extraídos de Eurostat74, con las
terribles consecuencias que este oligopolístico aumento tiene sobre aquellos con menos
recursos. También destaca el incremento generalizado de los precios como consecuencia
de la fatal75 y esperpéntica76 subida del IVA, incidiendo especialmente en la cultura77 ;
siendo España el país con el IVA cultural más alto de toda la eurozona. Pese a estar a la
cabeza en la ya mencionada subida de la luz a nivel europeo o en, como se acaba de
comentar, el IVA cultural, el salario mínimo en España es el noveno más alto de la UE78 ,
siendo el propio Comité Europeo de Derechos Sociales del Consejo de Europa quien
reconoció que el salario mínimo en nuestro país "no garantiza un nivel de vida digno”79 .
Además y según un estudio elaborado por Adecco, los salarios en España son un 20%
más bajos que los de la UE, acumulándose en los últimos cinco años «una caída en el
poder adquisitivo del 7,1%, lo que equivale a una pérdida de 125 euros por mes –1.500
euros al año–»80.
71
http://www.europapress.es/economia/laboral-00346/noticia-economia-laboral-seis-cada-dieztrabajadores-tienen-menos-ingresos-hace-ano-ocu-20121220122055.html
72
http://www.elconfidencial.com/empresas/2013-09-18/el-gobierno-admite-que-el-recibo-de-la-luzaumento-un-71-en-la-ultima-decada_29569/
73
https://www.facua.org/es/noticia.php?Id=9268
74
http://www.elmundo.es/economia/2015/10/20/5626187fca474195608b45c7.html
75
http://www.20minutos.es/noticia/1536021/0/mariano-rajoy/iva/impuestos/
76
http://www.periodistadigital.com/economia/vivienda/2012/07/13/los-bienes-y-servicios-que-vana-subir-el-1-de-septiembre.shtml
77
http://vozpopuli.com/ocio-y-cultura/48459-balance-de-dos-anos-de-iva-cultural-al-21-soloirritacion-y-perdidas
78
http://ec.europa.eu/eurostat/statistics-explained/index.php/Minimum_wage_statistics/es
79
http://www.europapress.es/economia/laboral-00346/noticia-economia-europa-denuncia-salariominimo-espana-no-garantiza-nivel-vida-digno-20150122202151.html
80
h t t p : / / w w w. a b c . e s / e c o n o m i a / 2 0 1 5 0 5 1 8 / a b c i - a d e c c o - r e m u n e r a c i o n espanoles-201505181233.html
71
El último aspecto a tratar en este apartado se relaciona estrechamente con la supuesta
creación de empleo esgrimida históricamente por los sucesivos gobiernos como signos
de ‘recuperación económica’. En la actualidad, el gobierno de Mariano Rajoy (haciendo lo
propio anteriormente el de José Luis Rodríguez Zapatero) intenta transmitir a la
ciudadanía la sensación de una hipotética recuperación por medio de las cifras del paro.
Independientemente de que paradójica aunque efectivamente ha bajado el paro sin crear
empleo81 (esto es posible a costa de que hoy en España haya menos población activa
que cuando Rajoy llegó al poder pues España cuenta con cerca de medio millón menos
de personas en su fuerza laboral que en 2011), lo cierto es que la mayoría son ‘contratos
basura’ y jóvenes sobreexplotados. En primer lugar y como ya se ha detallado
anteriormente, el porcentaje de trabajadores que ganan en nuestro país una cantidad
igual o inferior al SMI se ha duplicado holgadamente desde 2004, siendo solamente
superado, en riesgo de pobreza de trabajadores82, por Rumanía y Grecia, según los datos
publicados por el INE y las cuentas de Eurostat. Y es que la supuesta ‘mejoría’ del
empleo no trae contratos indefinidos, siendo sólo un 8% de los firmados en 2015 fijos83 ,
según los datos del Ministerio de Empleo. A su vez y como ya se ha comentado, los
contratos indefinidos a tiempo parcial alcanzaron en 2014 un nuevo récord,
sobrepasando, según los datos difundidos por el Ministerio de Empleo, el 35% del total
de los contratos indefinidos84 . Además, pese a que las cifras de afiliación a la Seguridad
Social terminaron dicho año con un aumento de su media de cotizantes del 2,5%, ese
crecimiento se sustentó «sobre pilares frágiles y peligrosos. Porque dicho empleo, según
las estadísticas, es temporal y a tiempo parcial»85. En el mismo artículo leemos como «ni
el contrato de apoyo a los emprendedores –indefinido, aunque con un periodo de prueba
de un año y muy bonificado– ni la tarifa de plana –reducción a 100 euros de la cotización
por contingencias comunes a los contratos fijos– consiguen modificar apreciablemente
ese desigual reparto a favor de los empleos temporales: nunca por debajo del 92% de
los contratos». Esos mismos trabajadores a tiempo parcial cobran de media en torno a
81
http://ctxt.es/es/20151202/politica/3278/paro-empleo-trabajo-población-españa-elecciones-20dgatopardo-o-cambio-real-datos-de-campaña.htm
82
http://economia.elpais.com/economia/2014/06/25/actualidad/1403721076_723458.html
83
http://www.eleconomista.es/indicadores-espana/noticias/7035064/09/15/La-mejoria-del-empleono-trae-contratos-indefinidos-solo-un-8-de-los-firmados-en-2015-son-fijos.html
84
http://www.elconfidencial.com/espana/2014-03-04/el-tiempo-parcial-alcanza-un-nuevo-recordentre-los-contratos-indefinidos_97085/
85
http://www.infolibre.es/noticias/economia/2015/01/05/
los_contratos_temporales_tiempo_parcial_sustentan_creacion_empleo_2014_26269_1011.html
72
un 30% menos según la encuesta trimestral de coste laboral del INE. Asimismo y de
forma paralela a esto que se comenta, se observa cómo la duración media de esos
contratos a tiempo parcial se reduce drásticamente, pasando, según datos del Servicio
Público de Empleo Estatal (SEPE), de ser casi un 32% de los trabajadores quienes tenían
un contrato inferior a un mes al comenzar la crisis en 2008, a un 40,4% durante los
primeros once meses del 201386 : siendo cuatro de cada diez contratos de trabajo de
naturaleza temporal los que duran ya menos de un mes. Es especialmente revelador el
siguiente gráfico extraído del artículo anterior, pues en él podemos observar cómo la
tendencia al aumento de la precariedad sigue su curso independientemente de la
implementación de las reformas laborales cuyo objetivo; al menos sobre el papel, era
reducirla.
El aumento de la temporalidad es tal, que, según cierto informe elaborado por el
sindicato UGT, los contratos de menos de siete días suponen el 22,5% del total87, siendo
este porcentaje diez puntos superior al registrado antes de la crisis ya que en julio de
2007 representaban el 13,5%. El mismo informe aporta otros datos relevantes, pues del
total de contratos de una semana o menos, el 74% son eventuales por circunstancias de
la producción, el 18 % por obra y servicio y el 7 % por interinidad, y es entre los más
jóvenes donde más se dan este tipo de contratos. Otro estudio, en este caso de «la
federación de metal y construcción de UGT (MCA-UGT) muestra –a partir de datos
86
http://www.elconfidencial.com/economia/2013-12-10/la-precariedad-se-dispara-el-40-de-loscontratos-dura-ya-menos-de-un-mes_64264/
87
http://www.publico.es/economia/cuatro-contratos-son-menos-semana.html
73
oficiales- cómo la duración de los contratos industriales ha caído de 157 días de media
en 2010 a 60 en 2015»88. «Además, señala el sindicato, uno de cada cuatro contratos en
la industria de los firmados durante 2015 ha tenido una duración menor de siete días,
mientras que hace cinco años esta situación sólo se daba en el 7% de los
contratos» (ib.). Todos estos datos, ciertamente estremecedores si tenemos en cuenta
que tradicionalmente y por su propia naturaleza ha sido la industria el sector considerado
más estable en términos de contratación89. Empero no escapando a la creciente
precarización del mercado laboral español, coinciden con los extraídos del ya
mencionado SEPE90.
A modo de conclusión, es importante señalar que desde la crisis no se crea empleo en
términos netos. Además, al ser los nuevos puestos de trabajo; como se acaba de
constatar a lo largo de este apartado, de una calidad paupérrima, caracterizándose por la
temporalidad, la parcial, la grotesca corta duración y en definitiva la elevada precariedad,
no se reduce el ejército de industrial de reserva anteriormente mencionado, lo que a su
vez ejerce una presión a la baja sobre los salarios y sobre las condiciones laborales en
general.
Así, el incremento de la precariedad tiene, como acabamos de ver, consecuencias
múltiples y variadas. Paralelamente a esa tendencia clara a un mayor peso relativo de la
contratación temporal y parcial, se reducen sustancialmente los salarios de los
trabajadores y se aumenta la intensidad del trabajo; debido entre otros a las fatídicas
reducciones de personal. Como veremos más adelante, todo ello responde a la voluntad
del capital de aumentar su tasa de ganancia o beneficio en detrimento de los costes
laborales.
88
http://cadenaser.com/ser/2015/07/02/economia/1435820159_723562.html
89
Además del que menos subempleo tiene y aquel donde los sueldos son mayores.
90
http://economia.elpais.com/economia/2016/01/12/actualidad/1452634939_734819.html
74
Sobre el carácter euro-periférico de nuestra estructura
productiva como causa estructural de la elevada incidencia de
la precariedad en España
Las elevadas tasas de desempleo y temporalidad españolas (y con ellas la alta
precariedad que encontramos en nuestro país) se encuentran muy vinculadas a su
estructura productiva.
La fuerte especialización en sectores como el turismo o la construcción hace que el
desempleo tenga dos rasgos definitorios fundamentales: la estacionalidad, siendo en los
meses de verano y Navidad cuando más empleo se crea a lo largo del año, y la fuerte
influencia que en nuestra economía ejerce la fase del ciclo económico en la que nos
encontremos, siendo particularmente sensible a las fases de recesión. Esta singular
afectación y dependencia ayuda entender por qué, incluso en fases económicas de auge,
la tasa de desempleo se encuentra siempre elevada si la comparamos con otros países
europeos, y por qué en fases de recesión como la actual, esta es tremendamente
superior. Además, ese elevado nivel de desempleo, como componente del ya
mencionado ejército industrial de reserva del que volveremos a hablar más adelante,
ejerce una presión a la baja sobre las condiciones laborales, lo que también contribuye a
explicar la mayor precariedad.
Tras la traumática reconversión industrial efectuada bajo el mandato de Felipe González
en la década de los ochenta, la estructura productiva de nuestro país desarrolló un
carácter marcadamente euro-periférico similar al de otros PIGS91. Ello se relaciona
necesariamente con la división del trabajo europea impulsada por las élites económicas y
políticas que implica por una parte un norte acreedor y desarrollado y por otra un sur
deudor con mano de obra barata, sin derechos y con pocas expectativas de futuro. Un
sur condescendiente al que los ricos y las clases medias del norte vienen a pasar las
vacaciones. Es la misma división del trabajo de la que hablaba Eduardo Galeano: unos se
especializan en ganar y otros en perder.
Con el objetivo de evidenciar el carácter euro-periférico de la estructura productiva
española, similar como ya se ha comentado al de otras economías mediterráneas,
91
PIGS (‘cerdos’) es un acrónimo peyorativo inglés por el que se conoce al grupo de países de la
Unión Europea conformado por Portugal, Italia, Grecia y España.
75
comparándolo con una de esas economías del norte aparentemente boyantes como es la
alemana, utilizaremos los datos que aparecen en cierto artículo92 del economista Alberto
Garzón.93
Para comenzar, es importante contemplar el porcentaje del PIB de la eurozona que estas
dos economías representan, siendo del 29% del PIB en el caso de Alemania y de algo
más del 10% en nuestro caso. Pero las causas estructurales a las que hacíamos
referencia antes van más allá del peso cuantitativo en el PIB, radicando en una mayor e
importante medida en el papel que las distintas economías juegan en el sistema-mundo
capitalista. Como acertadamente indica el autor: «esto, que es evidente para los analistas
de tradición marxista, es sistemáticamente obviado en los análisis convencionales».
La estructura productiva se materializa en elementos muy diversos que afectan de lleno a
nuestra cotidianidad. Uno de ellos es el número medio de horas trabajadas al año, siendo
en nuestro país casi un 20% más que en Alemania.
La explicación a «por qué entonces la crisis es tan fuerte aquí y no tanto en Alemania»
está en la productividad. A su vez, nuestra menor productividad con respecto a otros
países de ese norte anteriormente mencionado se explica directamente por el hecho de
que las ramas productivas en las que España se especializa son; por su propia
naturaleza, muy poco permeables al cambio técnico, a la mecanización, etc., requiriendo
mano de obra menos cualificada. Es esta la causa más rigurosa y no otras esgrimidas
frecuentemente, como que los trabajadores mediterráneos somos más vagos y que no
ponemos el mismo esfuerzo que los alemanes. En el mismo artículo leemos cómo «en
España la productividad es sólo del 75% respecto a la productividad alemana». Y es que
«no es lo mismo producir productos agrícolas que productos de biotecnología».
Con estos datos, es plausible comprobar cómo la economía española es periférica en
relación con la alemana, materializándose ello en una menor solidez y, además, en una
mayor volatilidad. «Asimismo, el carácter periférico hace a estas economías muy
dependientes de las economías del centro», indica el autor.
92
http://www.eldiario.es/zonacritica/Grecia-capital_6_414068620.html
93
Alberto Garzón es miembro del Consejo Científico de ATTAC España.
76
En conclusión, y aunque a veces se nos intente hacer creer que las altas tasas de
precariedad, temporalidad y desempleo en nuestro país se deben a circunstancias
coyunturales adversas como la mal llamada crisis; inevitables y convirtiéndose así en una
especie de catástrofe natural o fenómeno meteorológico contra el que nada se puede
hacer, o a cierto gen vago en los trabajadores mediterráneos, lo cierto es que las causas
son puramente estructurales. El papel que las élites económicas y políticas,
pertenecientes a una trama oligárquica, han hecho asumir a nuestro país y a nuestra
economía en el sistema-mundo capitalista, es tristemente el de una economía periférica
dentro de la eurozona, con las elevadas tasas de precariedad, temporalidad y desempleo
que esto implica. El de unos ‘cerdos’ malolientes, desunidos, deficitarios y esclavos a los
que recortar sus derechos y su ya maltrecho estado social.
En conclusión, el carácter euro-periférico de la estructura productiva española permite
explicar la elevada incidencia de la precariedad en nuestro país, penosa y
significativamente mayor que en otras economías de la UE, empero, no explica la
creciente precariedad, siendo esta una característica estructural de la fase actual del
capitalismo a escala mundial, pues como veremos más adelante obedece a la voluntad
del capital de aumentar su tasa de ganancia o beneficio.
77
Perspectivas de futuro con respecto a la precariedad: sobre la
canallada de la flexiseguridad, el contrato único, los minijobs y
el workfare
Por último, y con el objetivo de cerrar esta tercera y última parte y dar paso a las
conclusiones, trataremos de resumir en este último apartado algunas de las soluciones
que los defensores y legitimadores del sistema aportan con respecto al problema de la
precariedad.
Pero antes, es importante aclarar que lejos de lo que se suele plantear, el problema de la
temporalidad no son los contratos temporales en sí, como intentan hacernos creer los
partidarios de la ya mencionada teoría de los insiders/outsiders, sino el mal uso que se
hace de estos y el fraude organizado en torno a ellos. Este es uno de los principales
mitos del mercado laboral español y, para defenderlo, sus adeptos argumentan que la
supuesta sobreprotección de la que gozarían los trabajadores indefinidos fuerza a las
empresas a contratar un volumen de trabajadores temporales superior a la media de
otros países europeos. Cabe recordar que en este momento España tiene tras Polonia la
segunda tasa de temporalidad más elevada de la UE (25,3% -casi el doble que la media-)
según Eurostat94, segmentando de este modo el mercado de trabajo. Sin embargo y
como se constata con vehemencia en cierto articulo de Antonio González, miembro de
Economistas Frente a la Crisis (EFC)95, «ni la legislación (incluidas las indemnizaciones)
del despido individual, ni tampoco la del despido colectivo se encuentran entre las más
rígidas de Europa, sino todo lo contrario, entre las más laxas y permisivas», siendo la
protección frente al despido individual en España una de las más bajas de toda la UE.
«Finalmente, es falso que los trabajadores temporales tengan menos protección frente al
despido que los indefinidos», podemos leer. Lo cierto es que la forma contractual en
cuestión es de gran utilidad para determinadas circunstancias de la producción, empero,
en nuestro país se abusa de la misma ante la impasibilidad de la Administración. Huelga
decir que una vez más esto es una decisión completamente política, careciendo los
inspectores de trabajo de los medios suficientes para destapar los contratos temporales
fraudulentos.
94
http://cincodias.com/cincodias/2012/10/05/economia/1349573011_850215.html
95
http://economistasfrentealacrisis.com/mitos-del-mercado-de-trabajo-espanol/
78
Por otro lado, el principal problema de las pymes y autónomos no es como a menudo se
nos trata de convencer el coste de contratación, sino la falta de clientes y las dificultades
para acceder al crédito, tal como demuestra la última edición de la Encuesta de acceso a
financiación de las empresas96; elaborada por el Banco Central Europeo (BCE).
No obstante, las soluciones que los defensores de la barbarie capitalista arguyen no
contemplan, por razones obvias, esto que se acaba de exponer. Por ello, estas pasan por
reducir los costes laborales y “flexibilizar” (desregular) el mercado de trabajo. De este
modo, bajo el eufemismo “flexibilidad laboral” se esconden medidas como la
deslocalización industrial, la mal llamada ‘movilidad geográfica’, el trabajo a comisión, la
contratación por horas, la subcontratación, etc. Algunos organismos internacionales
como la OIT y la OCDE van más lejos, abogando por la “flexiseguridad”, concepto
novedoso nacido en Dinamarca a finales de siglo que defiende la “flexibilidad” del
mercado de trabajo en conjunción con altas prestaciones por desempleo y políticas de
formación eficientes como el modelo a imitar. El grotesco circunloquio eufemístico roza el
más absoluto absurdo en un intento por ocultar la realidad más evidente.
En este mismo sentido y tomando por cierta la teoría de los insiders/outsiders emerge la
figura del contrato único. Esta aboga por la implantación de una única forma contractual,
acabando sobre el papel con las diferencias entre contratos temporales e indefinidos.
Aunque hay quienes plantean que el contrato único en sí no tiene ideología, siendo este
liberal en un mayor o menor grado según sus condiciones (p.ej.: según la indemnización
por despido), a fin de cuentas y en la mayoría de casos este supone una equiparación a
la baja de las condiciones laborales. Paradigmático es el caso de esta propuesta en
nuestro país, defendida por el partido político Ciudadanos e incluida en su programa,
como ya hemos comentado, por el economista de la London School of Economics (LSE),
Luis Garicano. Y es que de acuerdo con las premisas anteriormente expuestas, no
parece que el contrato único vaya a resolver el problema de las altas tasas de
precariedad y temporalidad en nuestro país, tornándose como medida más efectiva el
aumento de los recursos y de los medios de los inspectores de trabajo para que estos
puedan perseguir el engaño existente en torno a los contratos temporales.
96
http://www.europapress.es/economia/noticia-pymes-europeas-consideran-problema-muchomayor-encontrar-clientes-prestamos-bce-20151202142654.html
79
Asimismo, otra de las ‘soluciones’, recomendadas tanto por el BCE97 como por la
CEOE98 como alternativa al tan anhelado empleo estable, ha sido la compaginación de
distintos minijobs99. Sin embargo, algunos nos negamos a aceptar que la única forma de
subsistencia posible sea coleccionar empleos precarios, sobreexplotados y sin apenas
derechos.
Por último, cabe destacar la implantación del workfare como la última frontera a cruzar
para continuar la reproducción de un sistema que se ha probado ineficaz además de
sumamente injusto en tantísimas ocasiones. Este es quizás el concepto más canalla de
los que han aparecido en este apartado, haciendo referencia a un Estado del bienestar
alternativo al que solo se puede acceder mediante el trabajo. Si bien esto ya era así
antes, siendo importante recordar que casi todas las constituciones europeas tratan el
trabajo como un derecho y al mismo tiempo como un deber, el que nos convierte en
ciudadanos, el workfare, originado en Gran Bretaña, transforma en un requisito
indispensable la necesidad de demostrar cierto nivel de pobreza así como acreditar la
búsqueda de empleo para beneficiarse de exiguos subsidios como la prestación por
desempleo. En aquellos países donde la implantación de tal aberración es plena, el mero
rechazo a un determinado curso de formación y/o puesto de trabajo, por inconveniente
que este sea, puede suponer la pérdida del subsidio. Así, muchas personas se ven
obligadas a aceptar trabajos sin cobrar ante el miedo a perder el seguro de desempleo.
En conclusión, las medidas que las instituciones nacionales e internacionales del sistema
proponen para corregir el problema que ellos mismos han creado se muestran no solo
ineficaces sino en muchos casos perjudiciales, derivando en una mayor situación de
pobreza, temporalidad y precariedad en general.
97
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/12/07/economia/1323273892.html
98
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/12/14/economia/1323885482.html
99
Los minijobs son contratos de baja remuneración con máximo 15 horas de trabajo a la semana.
Esta formada de empleo nacida en Alemania ha permitido mantener la economía de dicho país en
auge durante la crisis a pesar del empobrecimiento de sus trabajadores.
80
81
TERCERA PARTE
REVISIÓN CRÍTICA DEL PRECARIADO
DESDE EL MARXISMO
82
Introducción
Por último, en esta tercera parte se defenderá que la precariedad no implica nada nuevo
en el sistema capitalista, siendo ya contemplada por los clásicos del marxismo y
explicada según sus postulados fundamentales. Y es que, una vez constatado el
incremento de la precariedad, no es necesario acudir a nuevas clases sociales, sino que
la naturaleza de dicho aumento puede ser explicada desde el enfoque marxista.
De este modo, mediante la teoría de clases y los intereses contrapuestos que de ella se
derivan y el concepto ejército industrial de reserva, es posible comprender cómo el
incremento de la precariedad no es sino parte de la ofensiva del capital por aumentar sus
beneficios, siendo la forma particular mediante la que se ha pretendido resolver los
problemas de rentabilidad.
En el último apartado y antes de pasar a las conclusiones, retomaremos la cuestión sobre
el papel de los sindicatos iniciada en la primera parte de la investigación.
83
Sobre la teoría marxista de clases y el error de Standing
El objetivo que esconde el aumento de la precariedad es claro y evidente: aumentar el
beneficio de los capitalistas, su tasa de ganancia. No es que estos sean por naturaleza
personas malvadas y pérfidas, o al menos no es eso lo que, según el marxismo, lleva a
los capitalistas a comportarse así. Simplemente, sus intereses se contraponen a los de
aquellos que sufren la precariedad. Es esto y la agresiva guerra de todos contra todos en
la que participan contra el resto de capitalistas lo que les lleva a hacer todo lo posible
para no quedarse atrás. Un solo paso en falso puede ser letal. De este modo,
objetivamente existen ciertas tensiones sobre la rentabilidad (manifestadas de forma
diversa: burbujas, crisis, etc.,) que explican el intento por mejorar la ganancia, siendo la
rebaja de los costes laborales la estrategia utilizada por el capital para contrarrestarlas.
Como se acaba de exponer, la teoría marxista de clases no es maniquea, sino
radicalmente dialéctica y materialista. Marx postula que la nuestra es la “época de la
burguesía”, caracterizada «por el hecho de haber simplificado los antagonismos de
clase» [Marx y Engels, 2012 (1848): 14]. De esta forma, si bien en épocas anteriores
opresores y oprimidos estuvieron necesariamente enfrentados entre sí (ciudadanos libres
y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, etc.), la sociedad se encontraba
estructurada en estamentos diferentes, -«una gradación variada de posiciones sociales»
dirá Marx-, mientras que, en la actualidad, «la sociedad entera se divide cada vez más en
dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases directamente enfrentadas entre
sí: burguesía y proletariado»100 (ib.). Como se puede apreciar, esto último que se
comenta, la tendencia a la proletarización, choca de lleno con la opinión de Standing,
quien no solamente habla de siete clases sociales distintas sino que además predice un
descomunal trasvase del resto de clases sociales que él contempla a la que domina
“precariado”.
Marx supedita la pertenencia a una u otra clase social a la propiedad o falta de esta de
los medios de producción. Los burgueses o capitalistas son tenedores de los medios de
producción y por tanto no necesitan vender su fuerza de trabajo. Los proletarios, obreros
Así y partiendo de un grado alto de abstracción, Marx habla de dos clases esenciales en el
capitalismo: burguesía y proletariado. Sin embargo, cabe mencionar que naturalmente reconoce la
existencia de otras clases intermedias y con carácter subordinado, cuyo máximo exponente en la
actualidad es la figura del autónomo (trabajadores independientes y empresarios sin asalariados),
que no son considerados ni capitalistas ni asalariados. No obstante, Marx sí entiende que por la
propia naturaleza del capitalismo estás clases intermedias están condenadas a proletarizarse.
100
84
o trabajadores asalariados, por el contrario, carecen de medios de producción,
quedándoles solo la venta de su fuerza de trabajo como único medio para poder
subsistir.
Desde este dicotómico enfoque, la amalgama de clases sociales presentada por
Standing pierde todo sentido, pudiéndose simplificar notablemente entre quienes sí
poseen medios de producción y quienes no, e identificando los intereses antagónicos de
una manera clara. Así, los obreros de mono azul, con jornadas de ocho horas y
vacaciones pagadas, arquetipo del caduco fordismo, y los teleoperadores sumamente
precarios y prototípicos del posfordismo actual, comparten objetivamente una misma
lucha y unos mismos intereses, esencialmente opuestos a los de los capitalistas. Por ello,
el hecho de que los primeros tuviesen «un puesto relativamente duradero y estable, con
jornadas de trabajo fijas y vías bastante claras de mejora, sindicados y con convenios
colectivos, cuyos puestos de trabajo tenían un nombre que sus padres y madres habrían
entendido, frente a patronos locales cuyos nombres y rasgos les eran
familiares» (Standing, 2013: 25), mientras que los segundos, por oposición, tienen un
puesto sumamente efímero y precario, con jornadas de trabajo variables y nulas vías de
mejora, desprotección por parte de los sindicatos y sin convenios colectivos, cuyos
puestos de trabajo tienen un nombre que sus padres y madres ni entienden ni son
capaces de pronunciar, frente a patronos extranjeros cuyos nombres y rasgos les son
enteramente desconocidos, no les excluye de sus intereses comunes: acabar con la
explotación que les es ejercida al serles sustraída la plusvalía101. Es precisamente este el
principal error de la argumentación de Standing, estrechamente ligado a la mitificación
que el autor británico realiza del fordismo y de los obreros sindicados, pues no hay que
olvidar que, aunque aquellos se conformasen con trabajar toda su vida en la misma
empresa mientras que quienes Standing denomina “precariado” desean cambiar de
empresa cada cierto tiempo y desarrollar distintos empleos a lo largo de su vida, los
obreros de mono azul sufrían y sufren la explotación de la misma forma que los jóvenes
con contratos de cero horas a los que nos referíamos al comienzo del trabajo, aunque
estos últimos en mayor grado.
101
Partiendo de la teoría del valor-trabajo [también llamada teoría laboral del valor (TLV)] marxista,
se entiende por plusvalor o plusvalía la fracción del valor que el trabajador asalariado genera por
encima del valor de su fuerza de trabajo. De esta se apropia, por las relaciones de producción
específicas del capitalismo, gratuitamente el capitalista, formando por tanto la base de la
explotación y de la acumulación del capital.
85
Por otro lado, al ser el proletariado «una categoría sobre todo objetiva, que designa a
todo aquel que mantiene una relación salarial con un patrón (sea privado o el Estado),
con independencia de la ideología que tenga o el grado de conciencia política o sindical
que manifieste» (Guerrero, 2005: 7), es necesario recurrir a una oportuna distinción en el
análisis de clase para poder entender por qué, en demasiadas ocasiones, los
trabajadores no son capaces «de comprender el sentido real de sus propias condiciones
de vida y de trabajo, de sentir la explotación en carne propia y de comprender qué
significa realmente la explotación, y aun menos de intentar combatir a un sistema que,
mediante la imposición de una fuerza disciplinaria que en último término sigue siendo la
férrea “disciplina del hambre”, los agota hasta la inactividad total (más allá del
“exprimido” que sufren en la empresa)» (Guerrero, 2005: 17). Esta precisa distinción a la
que me refiero aparece en la obra de Marx entre clase en sí y clase para sí. Consideramos
como clase en sí la clase social como tal a la que pertenece objetivamente cada individuo
en función de la propiedad, o mejor dicho falta de esta, de los medios de producción. En
cambio, el concepto clase para sí se refiere a la clase social de la que estos mismos
individuos conscientemente102 se sienten parte, dada su posición y contexto histórico, y
llegando a ser, los intereses que defienden, intereses de clase. Es en la lucha cuando esta
masa se constituye en clase para sí misma. «Los intereses que defiende se convierten en
intereses de clase. Pero la lucha de clase contra clase es una lucha política» [Marx, 1970
(1847): 120].
Esta diferencia que se expone entre el obrero consciente y organizado; que se reconoce
como tal, y aquel sin conciencia de clase debido a la alienación, unida a la omnímoda
hegemonía cultural que reproduce la ideología dominante en todos los aspectos de
nuestras vidas y a «la necesidad que tiene la mayoría de trabajar una cantidad excesiva
de horas y con unos ritmos y una intensidad de trabajo que agotan al trabajador normal –
y no le dejan tiempo más que para seguir “trabajando” fuera de la empresa (en otras
actividades imprescindibles como las compras, las visitas al banco para la hipoteca, el
tiempo que pasa conduciendo o reparando el coche, etc.) o bien seguir alienándose y
descansando su fatigado cerebro gracias a la televisión y el fútbol–» (Guerrero, 2005: 17)
son la razón de que la mayoría de estos trabajadores no pueda pensar. Y como bien
indica este último, si los trabajadores no tienen tiempo para pensar difícilmente estarán
102
La consciencia es un elemento clave en lo que concierne a la clase para sí, puesto que esta
implica necesariamente el reconocimiento por parte del individuo de la clase a la que este
pertenece. Sin esa consciencia y ese reconocimiento sería imposible articular la lucha.
86
en condiciones de subvertir este sistema despótico. Por ello y en definitiva, la única
oportunidad de redención de la clase obrera (y con ella del mal llamado “precariado”),
implica necesariamente la adquisición de conciencia de clase.
Volviendo al epicentro del debate en torno al que gira esta investigación, es
especialmente relevante señalar que, lejos de lo que algunos interesadamente plantean,
el incremento de la precariedad es generalizado a la clase asalariada en su conjunto, sin
distinguir entre niveles de cualificación103 o sectores productivos104 . Sin embargo,
ciertamente se observan algunas especificidades en cuanto a la edad; registrándose una
mayor precariedad entre los jóvenes, y el género, dada la naturaleza patriarcal del
sistema capitalista y siendo las mujeres quienes sufren más y en un grado mayor la
precariedad105; lo que entre otros aspectos se materializa en el aumento de la brecha
salarial en España más de 3 puntos durante la crisis según Eurostat106 .
Esta indiferenciación entre los distintos factores es sumamente coherente dado que la
precariedad es la herramienta de la que, como veremos con un menor nivel de
abstracción en el siguiente apartado, se valen los capitalistas para ejercer una presión a
la baja sobre los salarios y las condiciones laborales con el objetivo de aumentar su
rentabilidad. Por ello afecta a toda la clase trabajadora, porque el origen de la
precariedad, materializada en diversas formas, es fruto del conflicto, naturalmente
antagónico, entre burgueses y proletarios inherente al capitalismo.
103
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/11/18/barcelona/1321602069.html
104
http://cadenaser.com/emisora/2016/01/17/radio_madrid/1453042338_207845.html
105
http://economia.elpais.com/economia/2016/02/09/actualidad/1455016595_125467.html
106
http://www.expansion.com/2015/03/05/economia/1425559936.html
87
Sobre la ofensiva neoliberal y el ejército industrial de reserva
Tras la crisis económica de los años setenta, caracterizada por una crisis de
sobreproducción, ciertos desequilibrios financieros y una caída de la tasa de ganancia, la
respuesta articulada por las élites económicas y políticas mundiales se concretó en la
ofensiva neoliberal iniciada en la década de los ochenta y que se extiende hasta la
actualidad. Esta puso en el centro de su ataque las conquistas sociales de las clases
trabajadoras, ganadas tras arduos años de movimiento obrero que forzaron a esas
mismas élites; tras la Segunda Guerra Mundial y ante el temor a una ola revolucionaria
dada la enorme influencia de la URSS, a consentir algunas concesiones.
El objetivo era aumentar la tasa de ganancia de los capitalistas a toda costa, lo que se
hizo efectivo mediante la ‘desregulación’ de los mercados y la consiguiente reducción de
los costes de la fuerza de trabajo: disminuyendo sustancialmente el salario de los
trabajadores, el relativo en fases económicas de auge y también el real en fases de
recesión, aumentando notablemente la carga de trabajo y la tasa de explotación, y
mermando los derechos sociales ya maltrechos en el caso español. Todo ello se
materializó asimismo en el aumento de la precariedad y en altas tasas de desempleo y
temporalidad.
Es precisamente el desempleo, «fenómeno de gran amplitud (y no sólo en España),
cuando no un fenómeno de creciente magnitud (al menos en términos globales
mundiales y medido en términos de medias decenales)» (Guerrero, 2005: 8), englobado
en el ejército industrial de reserva, una de las principales causas del aumento de la
precariedad, contribuyendo a su vez a retroalimentar a este último. La explicación a dicha
causalidad radica en el incremento de la competencia resultante entre todos los
trabajadores, que será tan intensa como la que existe entre los capitalistas que persiguen
la máxima rentabilidad de sus inversiones, y que en consecuencia dificultará cada vez
más la mejora del nivel de vida obrero o asalariado. De este modo, aunque se pellizquen
de vez en cuando ciertas subidas salariales, «el incremento del empleo precario o el
aumento de la jornada laboral y de la intensidad del trabajo se revelan como un precio
real demasiado alto para conseguir esas migajas» (ib.).
Lo que se comenta es dilucidado con pasmosa claridad por Marx en uno de los capítulos
del primer tomo de El capital mediante el concepto mencionado anteriormente ejército
88
industrial de reserva. Este se refiere a un contingente «a disposición del capital, que le
pertenece a éste tan absolutamente como si lo hubiera criado a sus expensas» [Marx,
1975 (1867): 786], brindándole «el material humano explotable y siempre disponible,
independientemente de los límites del aumento real experimentado por la población» (ib.).
De este modo, la acumulación capitalista descansa precisamente en esas masas
humanas o superpoblación obrera, pues, como bien indica Marx, «a la producción
capitalista no le basta, de ninguna manera, la cantidad de fuerza de trabajo disponible
que le suministra el incremento natural de la población» [Marx, 1975 (1867): 790]. Así,
«para poder desenvolverse libremente, requiere un ejército industrial de reserva que no
dependa de esa barrera natural» (ib.). Paralelamente, «el trabajo excesivo de la parte
ocupada de la clase obrera engruesa las filas de su reserva, y, a la inversa, la presión
redoblada que esta última, con su competencia, ejerce sobre el sector ocupado de la
clase obrera, obliga a éste a trabajar excesivamente y a someterse a los dictados del
capital» [Marx, 1975 (1867): 792]. Y es que «la condena de una parte de la clse obrera al
ocio forzoso mediante el exceso de trabajo impuesto a la otra parte, y viceversa, se
convierte en medio de enriquecimiento del capitalista singular y, a la vez, acelera la
producción del ejército industrial de reserva en una escala acorde con el progreso de la
acumulación social» (ib.).
Por ello y con el objetivo de explicar cómo sucede esto, Marx indica que «durante los
períodos de estancamiento y de prosperidad media, el ejército industrial de reserva o
sobrepoblación relativa ejerce presión sobre el ejército obrero activo, y pone coto a sus
exigencias durante los períodos de sobreproducción y de paroxismo» [Marx, 1975 (1867):
795]. De este modo, «la sobrepoblación relativa, pues, es el trasfondo sobre el que se
mueve la ley de la oferta y la demanda del trabajo» (ib.). «Comprime el campo de acción
de esta ley dentro de los límites que convienen de manera absoluta el ansia de
explotación y el afán de poder del capital» (ib.).
Por último, y en lo que se refiere al ejército industrial de reserva, cabría indicar que «la
demanda de trabajo no es idéntica al crecimiento del capital, la oferta de trabajo no se
identifica con el aumento de la clase obrera, como si se tratara de dos potencias
independientes que se influyen recíprocamente» [Marx, 1975 (1867): 796].
La conclusión ulterior que de todo esto se infiere es que el marxismo clásico ya
contemplaba el incremento de la precariedad, interpretándolo mediante el ejército
89
industrial de reserva, conformado no solo por los desempleados sino también por
aquellos trabajadores subempleados, temporales, etc., que pese a estar ocupados
ejercen de facto una importante presión a la baja sobre las condiciones laborales. Este
soporte intelectual previo tan sumamente riguroso y desarrollado, y ciertamente
contrastado, torna el mal llamado “precariado” y el precedente aumento de la
precariedad en algo, obviando toda la reciente charlatanería posmoderna al respecto,
ciertamente previsible.
En definitiva, y desde un análisis marxista, el aumento de la precariedad se entiende no
como una novedad, sino como el empeoramiento masivo y generalizado de las
condiciones laborales de los trabajadores en su conjunto. Ello obedece a un objetivo
principal: la necesidad del capital de aumentar sus beneficios, en particular tras la crisis
económica de los años setenta y dado que los problemas que se derivan de la
rentabilidad forman parte del funcionamiento objetivo del sistema capitalista. Para
conseguir dicho propósito, los capitalistas se valen de las altas tasas de desempleo y del
ejército industrial de reserva en su totalidad a fin de rebajar los costes laborales.
90
Sobre los sindicatos: la respuesta organizada del “precariado”
Dado que, como ya se ha señalado anteriormente, el obrero de mono azul de la cadena
de montaje y el oficinista de cuello blanco sobreexplotado con un contrato en prácticas
pertenecen, desde un análisis materialista, en esencia a la misma clase social, sufriendo
en un mayor o máximo grado los efectos de la precariedad, parece evidente que la lucha
a articular ha de ser conjunta. De este modo y una vez refutada la artificial e inútil
diferenciación sostenida por Standing, se torna sumamente irracional sostener que
quienes sufren la precariedad en su grado más alto deben auto-organizarse de manera
independiente en defensa de sus propias reivindicaciones. Esto es naturalmente debido a
que dichas reivindicaciones propias no existen como tal, siendo sustancialmente las
mismas que las de la clase obrera de la que forman parte y a que de la espuria desunión
solo se beneficiaría al capital. Cabe explicitar que el deterioro de las condiciones
laborales, más intenso en quienes sufren la precariedad en su mayor grado, acaba
ejerciendo una presión a la baja sobre las condiciones de todos los asalariados.
Sin embargo y pese a lo que se comenta, es incuestionable que muchos de esos
trabajadores intrínsecamente ligados a un modelo posfordista (teleoperadores,
informáticos, camareros, reponedores de supermercado, etc.,) no ven ningún atractivo en
la tradicional lucha obrera sindical107, empero, sería un error rechazar, como de algún
modo hace Standing, la figura de las organizaciones sindicales. Y es que aunque las
cúpulas de los sindicatos hegemónicos y orgánicos del régimen (los que posibilitan el
dominio de las clases económicamente dominantes) practiquen el inmovilismo más
reaccionario, la labor de base del sindicalismo obrero es en general encomiable. Además
y dado que por su propia naturaleza son la herramienta en manos del trabajador más
próxima al centro de trabajo, se mantienen como una de las más útiles y eficaces para
defender y mejorar los intereses de los trabajadores. Por otro lado, y aunque usual e
interesadamente se nos intente convencer de la debilidad de los sindicatos, estos aún, y
afortunadamente, tienen cierto poder de convocatoria (especialmente en la rama
industrial). Pese a ello, la decadencia es incontestable, al igual que la pérdida de
credibilidad.
107
Cabe mencionar que el desdén hacia los sindicatos no solo lo suscitan quienes sufren la
precariedad en su magnitud más elevada, sino la sociedad civil en su conjunto; siendo tal
desapego una consecuencia más de la crisis de régimen que en la actualidad atraviesa nuestro
país.
91
Ante lo que se plantea, y en un contexto tan particular como el actual en cuanto a las
transformaciones del trabajo, el incremento de la precariedad y el ya mencionado
inmovilismo de los sindicatos tradicionales, han aparecido -y es imprescindible que
aparezcan- nuevas formas de organización en defensa de los intereses de los asalariados
en particular y de la clase obrera en general. Estas necesariamente han de ir más allá,
superando las formas del sindicalismo clásico y con ello sus limitaciones, e integrando
las diversas luchas que en la actualidad afectan a la clase trabajadora; en lugar de
circunscribirse a aquellas puramente ‘laborales’.
Lo que se comenta es indispensable dado que la ofensiva del capital no se ha limitado
solamente al ámbito del trabajo, sino que se ha extendido a otros como la educación, la
sanidad, la cultura, etc. Por ello, la respuesta ha de ser simultánea y coordinada,
articulada en base a estas nuevas formas de organización. Desde esta perspectiva, los
sindicatos de clase ‘tradicionales’ como la CGT o el SAT y los colectivos, asociaciones y
movimientos sociales como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) o Juventud
Sin Futuro (JSF) constituyen una misma herramienta en manos de los asalariados para
revertir su penosa situación. No obstante, es importante considerar que la mayor
precariedad dificulta, por diferentes motivos, la defensa de los intereses de los
asalariados mediante la figura de los sindicatos.
En conclusión, de todo ello se extrae que lo principal es organizar la respuesta efectiva
no solo del “precariado” sino de la clase trabajadora en su totalidad, siendo ciertamente
más importante el fin que los medios. Sin embargo, es especialmente relevante reiterar
que los sindicatos deberían ser un ente flexible y dinámico que evolucione al mismo ritmo
al que lo hace el capitalismo, adaptándose a los nuevos tiempos y a las ‘nuevas’ formas
de explotación.
92
93
CONCLUSIONES
94
A modo de conclusión
Durante las últimas décadas, y de acuerdo con la evolución natural del capitalismo, se ha
producido una ruptura, causada entre otros por la instauración del modelo posfordista,
que ha traído consigo relaciones laborales planteadas como novedosas pero que
esencialmente reflejan las tendencias ontológicas del proceso de acumulación capitalista.
Este hecho ha llevado a que términos tales como proletariado y clase obrera cada vez
tengan menos adeptos e incluso provoquen, ante la incomprensión de los más
ortodoxos, un efecto disgregador. Frente a este fenómeno, indudablemente surge la
imperiosa necesidad de articular sujetos políticos capaces de crear hegemonía y de
disputar lo político. Pero aún siendo ello imprescindible si queremos alterar el orden
establecido en este mundo enfermo, es sumamente importante no caer en un
eclecticismo ingenuo que nos impida discernir e incluso tomar por nuevos
comportamientos tan vetustos como lo es el propio sistema108.
El principal error de Standing, es precisamente este: sucumbir a la posmodernidad más
contradictoria e inocentemente creer que la precariedad es una característica reciente del
capitalismo, surgida a raíz la contraofensiva neoliberal de la década de los ochenta. De
ahí que el economista británico defienda que el “precariado”, es decir, quienes sufren la
precariedad, son una nueva clase social. Pero su tesis es tan errónea que incluso él
mismo acaba sentenciando explícitamente que «todos somos precarios», asumiendo
tácitamente que eso a lo que él se refiere con el término precariado no es, a la postre,
algo novedoso, no siéndolo tampoco la precariedad en un sentido más general.
De este modo, si bien en las últimas décadas se ha producido un aumento de la
precariedad, nada más lejos de la realidad: esta ya existía y ha sido originariamente una
característica inherente al propio sistema capitalista y a la clase asalariada en su
conjunto. Por ello, pese a haber más precariedad, este no es un fenómeno novedoso, ni
tampoco una nueva clase social. Así, es posible comprender dicho incremento de la
precariedad desde la óptica de Marx y mediante las herramientas teóricas propuestas por
él. Y es que dada su propia naturaleza, cuya mayor particularidad es el carecimiento de
los medios de producción, esta se ve obligada a vender su fuerza de trabajo al precio que
los capitalistas estén dispuestos a pagar, lo que se materializa en una perpetua situación
108
Esto que se comenta es en la actualidad más necesario y difícil que nunca, dado que
paradójicamente y gracias a la hegemonía cultural burguesa dominante se camufla una
explotación no solo persistente sino en aumento, así como una situación de opresión omnímoda.
95
de subalternidad caracterizada por la persecución de intereses radicalmente
contrapuestos. Es justamente la subordinación que se describe el porqué de la relación
salarial intrínsecamente precaria. Con todo ello, esta es la principal conclusión del
trabajo: no siendo el precariado una nueva clase social sino la misma e inexorable lucha
de clases inherente al sistema capitalista, y atendiendo consecuentemente el aumento
global de la precariedad a la necesidad del capital de mejorar su rentabilidad.
En resumen, y según se deduce de todo lo anteriormente expuesto a lo largo de la
investigación, después de un periodo de relativa estabilidad del capital tras la Segunda
Guerra Mundial, en la década de los setenta se desencadena una nueva crisis; asociada
a la inexorable tensión en torno a la ganancia consustancial al proceso de acumulación
capitalista. Ante esto que se formula, al capital se le planteó la necesidad de aumentar la
tasa de plusvalor. Para ello, se llevó a cabo un salvaje ajuste salarial, materializado en el
incremento de la tasa de explotación. Cabe señalar que dada la elevada productividad de
los países del norte de Europa, en ellos se contó con un mayor margen de maniobra,
llevándose a cabo un proceso con el mismo fin mas de manera tácita. Sin embargo y
dado que la productividad en España es ciertamente baja a causa de su estructura
productiva, aquí el proceso de ajuste salarial fue notoriamente visible. Es importante,
empero, reiterar que el objetivo era el mismo en toda la economía mundial: aumentar la
rentabilidad del capital, lo que trajo consigo un aumento global de la precariedad.
En España, todo esto se realizó simultáneamente a la incorporación de nuestro país en la
UE en 1986, requiriéndose enormes reformas económicas, privatizaciones, y procesos
tan traumáticos como la mal llamada reconversión industrial, lo que acabó de consolidar
nuestro papel euro-periférico basado en ramas productivas tan dependientes como el
turismo. También destaca la gradual implementación de la desregulación laboral, así
como una perniciosa reestructuración fiscal. Destaca a su vez y en todo momento la
indudable rapidez con la que se realizó este arduo proceso de reformas, pues cabe
recordar la situación inicial: la sumamente atrasada, reaccionaria y execrable dictadura
franquista. Todo esto que se comenta es planteado como parte de la necesidad de
mejorar la competitividad del país a nivel internacional, siempre dentro del contexto de la
globalización burguesa. Así, el empleo que se crea es sumamente precario, por lo que el
ejército industrial de reserva no desciende en la misma proporción que el paro, ejerciendo
en todo momento una presión a la baja sobre los salarios y las condiciones laborales.
96
Paralelamente, y como es natural debido a la feroz competencia entre los capitalistas, se
produce una tendencia a la asalarización (proletarización) y la polarización social, lo que
asimismo consolida una regresión salarial, incluso en una etapa de auge como la previa a
la crisis.
Esta tendencia hacia la regresión salarial, no solo en términos de salario en sí sino
también de las condiciones laborales y de determinados servicios asociados al asolado
Estado del bienestar, siempre en torno al objetivo de incrementar la tasa de plusvalor y
con ella la tasa de ganancia y los beneficios de los capitalistas, se produce
fundamentalmente, como se vio en la segunda parte del trabajo, gradualmente mediante
las sucesivas contrarreformas laborales. De este modo, y además de todas sus nocivas
especificidades ya expuestas, paulatinamente se aniquila la negociación colectiva,
acentuando el individualismo y la predisposición a convertirnos en lo que los liberales
llaman “empresarios de nosotros mismos”. Las consecuencias que se derivan de esto
son escándalosas, pudiendo, quien está bien considerado dentro de la empresa, acordar
unas condiciones laborales relativamente dignas a costa de la ruina del resto. Esta
tendencia hacia un mayor individualismo no es, ciertamente, exclusiva de las relaciones
laborales, sino que se extiende y penetra en el quid de nuestras sociedades.
Cabe señalar que todo este proceso ha sido efectuado con una escasa o en ocasiones
nula resistencia. Esto es debido a que los sindicatos, cuyas cúpulas hace tiempo
claudicaron, sucumbiendo a los postulados neoliberales, fueron interesada y
culpablemente debilitados, llegando incluso a firmar no pocas de esas mismas
contrarreformas. Además, no supieron articular el descontento ni adaptarse al incremento
de la precariedad ni a las ‘nuevas’ formas de explotación, ni tampoco a una economía
terciarizada ni al individualismo alienante. Por ello, la necesidad de repensar la lucha
sindical y las organizaciones de clase se muestra evidente si se quiere mejorar los
derechos y las condiciones materiales de los obreros.
Tras todo este periplo de consecuencias, como ya se ha podido comprobar, desoladoras,
el panorama es profundamente desalentador. Pese a ello, quien escribe este trabajo trata
de conjugar, como decía Gramsci, «el pesimismo de la razón con el optimismo de la
voluntad», lo que le lleva a proponer, a modo de epílogo, una breve, sucinta y última
disertación con la que arrojar algunas ideas sobre cuáles han de ser los pasos a seguir
97
para revertir la penosa situación que en la actualidad padecen los sectores de la
población más precarios, siempre en el contexto de una lucha mayor: la de la subversión
de un sistema inmoral basado en la explotación más despiadada, que nos mercantiliza
sobremanera y oprime mediante el miedo más irracional -la barbarie capitalista. De este
modo, y ante las transformaciones del sistema y de los sujetos que lo conforman, se
torna extremadamente imprescindible el análisis, la investigación y en definitiva el
estudio, aunque las clases dirigentes nos intenten deliberadamente hacer creer lo
contrario para debilitarnos, desunirnos y así poder seguir enriqueciéndose a costa de
nuestro trabajo. En una civilización tan sumamente desigual, individualista, superficial,
plástica, egoísta y carente de principios, es precisamente por esto que las siguientes tres
necesidades planteadas por el comunista sardo continúan siendo vitales si queremos
afrontar la lucha:
Instruíos,
necesitaremos toda vuestra inteligencia.
Agitaos,
necesitaremos todo vuestro entusiasmo.
Organizaos,
necesitaremos toda vuestra fuerza.
Y es que a veces pararse a reflexionar puede ser el gesto más revolucionario.
98
Sobre la principal limitación del trabajo y las líneas de
investigación que quedan abiertas
Por la propia naturaleza de este trabajo, la principal limitación con la que nos hemos
encontrado, y que indudablemente ha influido en el contenido y el desarrollo del mismo,
ha sido la imperiosa necesidad de acotar y precisar en todo momento, pues era fácil
desviarse del objeto de estudio y de la perspectiva disciplinar de análisis (principalmente
económica). Es justamente debido al reto que supuso esquivar el planteamiento de
nuevos debates, que ha sido obligada una insistente depuración. Por todo ello, nos
parece relevante señalar las posibles líneas de investigación a desarrollar en estudios
posteriores que traten el tema de la precariedad.
Para nuestra investigación, nos ha sido inviable analizar el peso de la precariedad desde
una perspectiva de género, empero, la potencialidad y el interés de tal estudio son
notorios. Aún más dada la invisibilización que sufre, en nuestro país y en la práctica
totalidad del planeta, el trabajo de cuidados; particularmente realizado por mujeres.
Asimismo y a pesar de que como se ha tratado de demostrar en este trabajo, la
precariedad no solo afecta a los jóvenes, también sería interesante el desarrollo de
investigaciones centradas en sus efectos sobre este segmento de la población, mas no
solo contemplando únicamente aquellos modélicos, con dos carreras y varios masters,
sino extendiendo el análisis a los mal llamados “fracasados escolares” y evitando un
enfoque clasista109 .
Por otro lado y ante el drama de los ‘refugiados’ que yace sobre Europa, un lúcido
análisis de la forma en que los capitalistas se aprovechan de la inmigración para
aumentar sus parasitarios beneficios, naturalmente mediante la precarización de las
relaciones laborales, podría resultar ciertamente clarividente.
Se evidencia así el peso de la temática de nuestra investigación, pues además de ser el
aumento de la precariedad, como hemos pretendido demostrar en todo momento, la
tendencia en la actual fase del capitalismo, los efectos que esta provoca tienen una
magnitud mayúscula en nuestras sociedades.
109
Con esto último, el autor se refiere a investigaciones críticas no condescendientes en las que
no se pretenda justificar la precariedad para estos últimos y condenarla en el caso de los
graduados universitarios, sino afearla categóricamente por lo que esta implica.
99
100
EPÍLOGO
101
Sobre la renta básica universal y algunas medidas ‘asequibles’
para reducir la precariedad
Como se ha intentado defender a lo largo de toda la investigación, la precariedad es
inherente al sistema capitalista y, en concreto, a la clase obrera, pues; dada la correlación
de fuerzas consustancial al mismo, esta queda en todo momento relegada a una
situación de subordinación con respecto al patrón, ya que; a diferencia de él,
necesariamente ha de vender su fuerza de trabajo. De este modo y por su propia
naturaleza, los asalariados están inexorablemente abocados a aceptar condiciones
laborales funestas si quieren acceder a un puesto de trabajo o conservarlo. Cabe,
empero, señalar que el carácter injusto e inmoral del capitalismo no radica, o al menos no
únicamente, en las condiciones más o menos favorables (esto incluye los salarios) de los
trabajadores, sino en la extracción por parte de los capitalistas de la anteriormente
comentada plusvalía; lo que redunda en la explotación material de los asalariados. Con
todo ello, es precisamente esta naturaleza estructural de la precariedad lo que torna
espuria la tesis de Standing.
Pese a ello, y aunque sería sumamente ingenuo; además de pueril, pensar que es factible
revertir este sistema mediante reformas superficiales que no ataquen su núcleo, la
defensa y la mejora de los intereses de los trabajadores por medio de una serie de
medidas ‘asequibles’ es ciertamente posible; mas para ello es indudablemente necesaria
una marcada voluntad política de cambio.
Cuando se habla de soluciones que permitan poner fin al problema de la precariedad y
mejorar las condiciones materiales de los trabajadores en su conjunto con la mayor
inmediatez -lo que es realmente imperioso dada la gravísima situación de tantas y
tantos-, Standing y muchos otros científicos sociales hablan de la renta básica universal
(RBU) como la solución más efectiva y viable. En palabras del profesor Vicenç Navarro,
«el concepto de renta básica implica que todo ciudadano o residente tendrá garantizada
por parte del estado la renta necesaria para vivir una vida digna»110. Esto, además de
suponer toda una revolución copernicana antropológica y filosófica; garantizando la
reproducción material humana dada su mera existencia, dotaría; por motivos obvios, a
los trabajadores de un notable poder de negociación. Y es que si existiera una RBU
110
http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2013/08/20/que-renta-basica/
102
superior al salario mínimo, un tercio de nuestros trabajadores111 no lo serían por no más
de 655,20€ al mes en 14 pagas.
Asimismo, y de acuerdo con el argumentario neokeynesiano, permitiría incentivar la
capacidad de consumo112 en la medida en que suben los salarios, aumentando de esta
manera la creación de puestos de trabajo que, a diferencia de los que se crean en la
actualidad, serían puestos de trabajo con ciertas garantías y de una relativa calidad.
Aunque a priori pueda parecer que una medida tan sumamente ambiciosa como la que
se comenta es inasequible y pese a la inapelable movilización de no pocos recursos,
esto, como lúcidamente exponen Jordi Arcarons, Antoni Domènech, Daniel Raventós y
Lluís Torrens en cierto artículo113, no se corresponde con la realidad, ya que la RBU no
solo es plausible sino verdaderamente realizable y conveniente.
Indiscutiblemente, este tipo de medidas requieren una importante participación estatal,
pero es que al contrario de lo que los liberales quieren hacernos creer con la defensa de
la “no intervención del Estado”, -lo que se evidencia radicalmente incongruente puesto
que este siempre interviene a favor de uno de los dos bandos de la particular guerra que
se desarrolla en el sistema capitalista-, es imprescindible el desarrollo de políticas
públicas transformadoras que mejoren la vida de los de abajo. De ahí la importancia de
‘asaltar las instituciones’ y construir poder popular.
Del mismo modo y siempre con el objetivo de reducir la precariedad, y con ella el
desempleo y la temporalidad; lo que se consigue mediante la creación de empleo estable
y digno, el Estado debería ir más allá y, mediante el reparto del trabajo, fortalecer los
servicios públicos; haciendo especial hincapié en la educación y en la sanidad, dignificar
y visibilizar el trabajo doméstico; actualmente no remunerado mas sí con la RBU, e
impulsar nuevas actividades; esencialmente el cuidado medioambiental.
111
http://www.elmundo.es/economia/2014/11/21/546e5c3dca4741a15b8b457d.html
112
Cabe recordar que es este, encontrar clientes, el principal problema de las pymes y
autónomos, y no como a menudo se nos trata de convencer el coste de contratación, según la
encuesta referida anteriormente.
113
http://www.sinpermiso.info/textos/un-modelo-de-financiacin-de-la-renta-bsica-para-el-conjuntodel-reino-de-espaa-s-se-puede-y-es
103
Cabe señalar que, como brillantemente indica Daniel Raventós; economista y presidente
de la Red Renta Básica (RRB), la RBU «no acaba con el capitalismo, como tampoco
acaba con el capitalismo un buen convenio, ni unas mejores condiciones laborales. Pero
viviríamos en un capitalismo diferente al que conocemos ahora»114. Esto es porque el
calado, la trascendencia y el potencial de una medida capaz de garantizar aquello que en
última instancia ha sido la motivación principal de todas las personas a lo largo de la
historia, su reproducción material, no tiene parangón.
Por otro lado y aun sin entrar en soluciones tan profundas, es posible para los distintos
gobiernos (locales, autonómicos y estatales) adoptar una serie de medidas concretas
capaces de, si no revertir, al menos atenuar el problema de la precariedad. Algunas de
estas son:
- No contratar los servicios de empresas donde las y los trabajadores no tengan unas
condiciones laborales dignas. En este sentido, la flamante alcaldesa de Barcelona,
Ada Colau, redujo recientemente a la mitad el contrato del Ayuntamiento con
Telefónica con la intención de revisar el acuerdo con la multinacional para “hacer
cumplir los derechos laborales de los trabajadores” una vez constituido el nuevo
consistorio115.
- Aplicar una serie de cláusulas sociales de obligado cumplimiento a la contratación
pública y a la concesión de ayudas a las empresas. De esta manera, se conseguirían
mejorar las condiciones laborales a unos mínimos para todas las empresas que
pretendan establecer contratos con el ayuntamiento o recibir ayudas del Estado.
- Limitar la subcontratación encubierta en el sector público. Es importante que
seamos una sociedad lo suficientemente madura como para dejar de ingerir el veneno
que nos está matando: la receta neoliberal basada en la “externalización” y en la
privatización. Por ello, tanto los ayuntamientos, como las diputaciones e incluso el
propio Estado han de acabar con la subcontratación en el sector público. Esto incluye
servicios como los de limpieza, telecomunicaciones, etc.
114
http://ctxt.es/es/20160113/Politica/3689/Daniel-Raventós-renta-básica-universal-RBU
http://www.lamarea.com/2015/06/05/barcelona-en-comu-reduce-a-la-mitad-el-contrato-delayuntamiento-con-telefonica/
http://www.publico.es/economia/bcomu-frena-contrato-telefonica-hasta.html
115
104
- Recuperar como públicos aquellos servicios “externalizados” o privatizados. Estos
incluyen la gestión de los polideportivos públicos, bibliotecas, etc., jardinería, recogida
de basuras, servicios sociales…
- Dejar de buscar la oferta más barata en los contratos a toda costa y primar la
calidad del empleo, con lo que se evitarían conflictos como el que tuvo lugar en
Madrid con respecto a las empresas de recogida de basuras. Sin embargo, para llevar
a cabo medidas como la que se menciona, en las que se preponderen otros aspectos
como la calidad, la sostenibilidad y la responsabilidad social, es necesario cambiar
determinadas leyes a nivel local y regional que, en defensa del austericidio, establecen
la obligatoriedad de seleccionar la oferta más baja. En este sentido ha ido encabezada
una de las últimas medidas llevadas a cabo por el ayuntamiento de Manuela Carmena
en la capital española116 .
Pero sin duda, quizá la medida primordial sea el ya mencionado anteriormente aumento
de los recursos y de los medios de los inspectores de trabajo para que estos puedan
perseguir el engaño existente en torno a los contratos temporales y su fraudulento
encadenamiento.
Por último, y a modo de digresión, cabe apuntar que, desde una perspectiva racional -y
por tanto necesariamente anticapitalista-, si por vez primera hay un desarrollo
tecnológico que está destruyendo empleo, naturalmente hemos de repartírnoslo y
trabajar menos para otros; en lugar de aumentar la jornada laboral y la edad de jubilación.
Pero la lógica absurda y miope del capitalismo es completamente irracional. Por ello se
prefiere producir de forma masiva; a costa de la explotación de tantos, para
posteriormente consumir de forma masiva; a costa de la alienación de tantos, y todo ello
a costa de la progresiva devastación de nuestro agónico planeta y en beneficio de unos
pocos parásitos sin escrúpulos.
En definitiva:
«El trabajo es un maldición (…). ¡Abajo el trabajo que uno tiene que hacer para
ganarse la vida! Ese trabajo no honra como dicen algunos, solo sirve para llenarles
la andorga a los cochinos explotadores. En cambio el que se hace por gusto; por
afición, ennoblece al hombre. Ojalá todos pudieran trabajar de ese modo.»
Buñuel, Luis, Tristana, España, Época Films / Talia Films, 1970, 98 min.
116
http://www.elmundo.es/madrid/2015/09/23/5602c7c622601dc31f8b4585.html
105
106
ANEXOS
107
Canción
Bonus track: #Faena (Radio Macramé)
Nom, direcció, telèfon, e-mail foto amb la cara de ser super guai premis guanyats, curros passats cotxe, carnet, habilitats incorporació inmediata disponibilitat: jornada completa deixar de banda poble i amics, paga la pena el sacrifici comença per mi Experiencia: birres i birres sempre fent barres; el Dalai Lama aguantant macarres a homes que aspiren a ser mobles menjant-me les lliçons de vida de mig poble un veterà de guerra, un tonto en el amor un somniador, un inventor de jerga un vividor de barri, del under el millor sempre perdent al joc de menjar merda Fuck!! foc!!! maten a base de por precarietat i tristesa no té altre nom: explotació, trauen de tu la riquesa volen que et trenques l'esquena ningú mereix eixa pena nuga al patró, plena el bidó foc i fi de la faena I tu? de part de qui vens? quants diplomes? quina és la formació que tens? que ens dones? què pena un expedient tan impecable tu eres pa mi sols un negoci, estalvis contrat de pràctiques, faena inabarcable treball infame, salari miserable paga la pena fer-ho en negre, al final ells no perden i tu no vas a jubilar-te mai Curriculum amunt i avall, deseperança la cara del que sap que açò no avança quants volen convertir-se en un heroi trobant feina? quants tenen ja la soga al coll? les ganes de morir-se o matar, equilibrismes caminant per abismes les ganes de cremar ETT's indignes que anomenen treball al esclavisme 108
Fuck!! foc!!! maten a base de por precarietat i tristesa no té altre nom: explotació trauen de tu la riquesa... volen que et trenques l'esquena ningú mereix eixa pena nuga al patró, plena el bidó foc i fi de la faena Massa pressió, poca passió molta rutina, obligacions poc de jornal, trist i real massa que perden, tants pocs guanyant moltes mogudes i gordes massa reformes i normes poca justicia social, molta avaricia i molt poca sal!
Zoo. “Bonus track: #Faena (Radio Macramé).” Tempestes vénen del sud. 2014.
109
110
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precariedad en el caso español.
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119
• “La UE aprueba crear un fondo de rescate por valor de 700.000 millones”, 2011.
http://www.lavanguardia.com/economia/20110325/54131841415/la-ue-aprueba-crearun-fondo-de-rescate-por-valor-de-700-000-millones.html
(Consultado por última vez el 10/12/2015)
• “Tener trabajo ya no garantiza salir de la pobreza”, 2015.
h t t p : / / w w w. e l d i a r i o . e s / s o c i e d a d / C a r i t a s - a d v i e r t e - t r a b a j o - i m p l i c a pobre_0_438506692.html
(Consultado por última vez el 10/12/2015)
• “El 65% de los españoles en riesgo de pobreza no escapa de ella tras encontrar
trabajo”, 2014.
http://www.elmundo.es/economia/2014/01/21/52de64b0268e3eb4208b4570.html
(Consultado por última vez el 10/12/2015)
• “La crisis dispara en 60.000 millones la economía sumergida, hasta el 24,6% del PIB,
según Gestha”, 2014.
http://www.europapress.es/economia/fiscal-00347/noticia-economia-ampl-crisisdispara-60000-millones-economia-sumergida-246-pib-gestha-20140129140528.html
(Consultado por última vez el 13/12/2015)
Informe:
h t t p : / / w w w . g e s t h a . e s / a r c h i v o s / a c t u a l i d a d /
2014/2014-01-29_INFORME_LaEconomiaSumergidaPasaFactura.pdf
• “Gestha calcula que cada español tributa casi 2.000 euros de más por la evasión
fiscal”, 2013.
http://www.europapress.es/economia/fiscal-00347/noticia-gestha-calcula-cada-espanoltributa-casi-2000-euros-mas-evasion-fiscal-20130522182754.html
(Consultado por última vez el 13/12/2015)
• Pérez, C. (2014): “La presión fiscal española supera solo la de los bálticos y algunos
países del Este”
http://economia.elpais.com/economia/2014/06/16/actualidad/1402915565_449103.html
(Consultado por última vez el 13/12/2015)
• “Las empresas se ahorran 2.200 millones por no pagar horas extra”, 2013.
http://cadenaser.com/ser/2013/03/30/economia/1364603950_850215.html
(Consultado por última vez el 13/12/2015)
120
• Basterra, J. (2012): “El 86% de las empresas del Ibex 35 tiene presencia en paraísos
fiscales”
http://gara.naiz.eus/paperezkoa/20120210/321199/es/El-86-empresas-Ibex-35-tienepresencia-paraisos-fiscales
(Consultado por última vez el 13/12/2015)
Informe: http://observatoriorsc.org/wp-content/uploads/2014/08/
NP_Ibex35_OBRSC_2011.pdf
• Clavero, V. (2014): “Los dueños del Ibex son un 67% más ricos desde que gobierna
Rajoy”
http://www.publico.es/actualidad/duenos-del-ibex-son-67.html
(Consultado por última vez el 13/12/2015)
• “Las empresas del Ibex redujeron sus plantillas en 120.809 personas en el segundo
semestre de 2013”, 2014.
http://www.europapress.es/economia/finanzas-00340/noticia-economia-empresas-ibexredujeron-plantillas-120809-personas-segundo-semestre-2013-20140406131734.html
(Consultado por última vez el 13/12/2015)
• “La crisis eleva 40 puntos el 'presentismo' laboral en España en sólo dos años, según
Randstad”, 2012.
http://www.europapress.es/economia/laboral-00346/noticia-economia-laboral-crisiseleva-40-puntos-presentismo-laboral-espana-solo-dos-anosrandstad-20120326105936.html
(Consultado por última vez el 23/12/2015)
• Garrido, C. (2013): “El consumo de tranquilizantes se dispara en España con la crisis”
h t t p : / / w w w. a b c . e s / s o c i e d a d / 2 0 1 3 0 1 2 2 / a b c i - e n c u e s t a - d ro g a s hipnosedantes-201301221531.html
(Consultado por última vez el 23/12/2015)
Informe: http://www.lamoncloa.gob.es/serviciosdeprensa/notasprensa/Documents/
Encuesta%20sobre%20alcohol%20y%20drogas%202013-14.pdf
• “España es el segundo país de la OCDE en consumo de tranquilizantes tras Portugal,
según un estudio”, 2014.
http://www.infosalus.com/salud-investigacion/noticia-espana-segundo-pais-ocdeconsumo-tranquilizantes-portugal-estudio-20140910144755.html
(Consultado por última vez el 23/12/2015)
121
• “La calidad de vida empeora: casi la mitad de los españoles tiene más estrés que hace
2 años”, 2010.
http://www.elconfidencial.com/sociedad/2010-11-12/la-calidad-de-vida-empeora-casi-lamitad-de-los-espanoles-tiene-mas-estres-que-hace-2-anos_299370/
(Consultado por última vez el 23/12/2015)
I n f o r m e : h t t p s : / / w w w . f u n d a c i o n p fi z e r. o r g / s i t e s / d e f a u l t / fi l e s / p d f /
101104_NdP_FORO_IMPACTO_CRISIS.pdf
• González Orozco, I. (2014): “"La relación entre el incremento de los suicidios y la crisis
económica es clarísima"”
http://www.publico.es/actualidad/relacion-incremento-suicidios-y-crisis.html
(Consultado por última vez el 23/12/2015)
• Rejón, R. (2014): “La tasa de suicidios en España oculta un problema de salud pública”
http://www.eldiario.es/sociedad/suicidio-espana-tasa-salud-publica_0_300970441.html
(Consultado por última vez el 23/12/2015)
• “Seis de cada diez trabajadores tienen menos ingresos que hace un año, según la
OCU”, 2012.
http://www.europapress.es/economia/laboral-00346/noticia-economia-laboral-seis-cadadiez-trabajadores-tienen-menos-ingresos-hace-ano-ocu-20121220122055.html
(Consultado por última vez el 24/12/2015)
• Navas, J. A. (2013): “El Gobierno admite que el recibo de la luz aumentó un 71% en la
última década”
http://www.elconfidencial.com/empresas/2013-09-18/el-gobierno-admite-que-el-recibode-la-luz-aumento-un-71-en-la-ultima-decada_29569/
(Consultado por última vez el 24/12/2015)
• “La luz acumula una subida interanual del 12,7% tras bajar un punto en marzo”, 2015.
https://www.facua.org/es/noticia.php?Id=9268
(Consultado por última vez el 24/12/2015)
• Martínez, V. (2015): “El precio de la luz sube en España el doble que en el resto de la
UE”
http://www.elmundo.es/economia/2015/10/20/5626187fca474195608b45c7.html
(Consultado por última vez el 24/12/2015)
122
• “Mariano Rajoy anuncia una subida del IVA del 18 al 21%”, 2012.
http://www.20minutos.es/noticia/1536021/0/mariano-rajoy/iva/impuestos/
(Consultado por última vez el 24/12/2015)
• “Los bienes y servicios que van a subir el 1 de septiembre”, 2012.
http://www.periodistadigital.com/economia/vivienda/2012/07/13/los-bienes-y-serviciosque-van-a-subir-el-1-de-septiembre.shtml
(Consultado por última vez el 24/12/2015)
• Sainz Borgo, K. (2014): “Balance de dos años de IVA cultural al 21%: solo irritación y
pérdidas”
http://vozpopuli.com/ocio-y-cultura/48459-balance-de-dos-anos-de-iva-cultural-al-21solo-irritacion-y-perdidas
(Consultado por última vez el 24/12/2015)
• “Estadísticas sobre los salarios mínimos”, 2015.
http://ec.europa.eu/eurostat/statistics-explained/index.php/Minimum_wage_statistics/es
(Consultado por última vez el 24/12/2015)
• “Europa denuncia que el salario mínimo en España no garantiza un nivel de vida
digno”, 2015.
http://www.europapress.es/economia/laboral-00346/noticia-economia-europa-denunciasalario-minimo-espana-no-garantiza-nivel-vida-digno-20150122202151.html
(Consultado por última vez el 24/12/2015)
• “Los salarios en España son un 20% más bajos que los de la Unión Europea”, 2015.
h t t p : / / w w w. a b c . e s / e c o n o m i a / 2 0 1 5 0 5 1 8 / a b c i - a d e c c o - r e m u n e r a c i o n espanoles-201505181233.html
(Consultado por última vez el 24/12/2015)
• Marín, J. L. (2015): “Cómo bajar el paro sin crear empleo”
http://ctxt.es/es/20151202/politica/3278/paro-empleo-trabajo-población-españaelecciones-20d-gatopardo-o-cambio-real-datos-de-campaña.htm
(Consultado por última vez el 24/12/2015)
• Mars, A. (2014): “Solo Rumanía y Grecia superan a España en riesgo de pobreza de
trabajadores”
http://economia.elpais.com/economia/2014/06/25/actualidad/1403721076_723458.html
(Consultado por última vez el 24/12/2015)
123
• Calderón, I. (2015): “La mejoría del empleo no trae contratos indefinidos: sólo un 8%
de los firmados en 2015 son fijos”
http://www.eleconomista.es/indicadores-espana/noticias/7035064/09/15/La-mejoria-delempleo-no-trae-contratos-indefinidos-solo-un-8-de-los-firmados-en-2015-son-fijos.html
(Consultado por última vez el 24/12/2015)
• Grasso, D. (2014): “El tiempo parcial alcanza un nuevo récord entre los contratos
indefinidos”
http://www.elconfidencial.com/espana/2014-03-04/el-tiempo-parcial-alcanza-un-nuevorecord-entre-los-contratos-indefinidos_97085/
(Consultado por última vez el 24/12/2015)
• P. Ramírez, B. (2015): “Los contratos temporales y a tiempo parcial sustentan la
creación de empleo en 2014”
http://www.infolibre.es/noticias/economia/2015/01/05/
los_contratos_temporales_tiempo_parcial_sustentan_creacion_empleo_2014_26269_101
1.html
(Consultado por última vez el 24/12/2015)
• Sánchez, C. (2013): “La precariedad se dispara: el 40% de los contratos dura ya
menos de un mes”
http://www.elconfidencial.com/economia/2013-12-10/la-precariedad-se-dispara-el-40de-los-contratos-dura-ya-menos-de-un-mes_64264/
(Consultado por última vez el 24/12/2015)
• “Uno de cada cuatro contratos de trabajo dura menos de una semana”, 2015.
http://www.publico.es/economia/cuatro-contratos-son-menos-semana.html
(Consultado por última vez el 24/12/2015)
Informe: http://www.ugt.es/publicaciones/15_10_08_informe_ugt_contratos_corta_duracion.pdf
• Bernardo, R. (2015): “La industria se precariza: los contratos duran dos meses de
media”
http://cadenaser.com/ser/2015/07/02/economia/1435820159_723562.html
(Consultado por última vez el 24/12/2015)
• V. Gómez, M. (2016): “La duración del contrato temporal en la industria cae a menos de
dos meses”
http://economia.elpais.com/economia/2016/01/12/actualidad/1452634939_734819.html
(Consultado por última vez el 24/12/2015)
124
Otros documentos citados y/o consultados
Gráficos:
• Picazo, B. y Sánchez, R. (2015): “¿Cuánto cuesta un trabajador en España?”
h t t p : / / w w w. e l d i a r i o . e s / e c o n o m i a / G R A F I C O S - c u e s t a - t r a b a j a d o rEspana_0_414359367.html
(Consultado por última vez el 29/07/2015)
• Grasso, D. (2014): “Cuatro gráficos que explican cómo ha aumentado la desigualdad
en España”
http://www.elconfidencial.com/espana/2014-06-20/cuatro-graficos-que-explican-comoha-aumentado-la-desigualdad-en-espana_149667/
(Consultado por última vez el 11/12/2014)
• Garzón, E. (2015): “Diez gráficos que muestran la extrema pobreza y desigualdad en
España”
http://www.lamarea.com/2015/06/16/diez-graficos-que-muestran-la-extrema-pobreza-ydesigualdad-en-espana/
(Consultado por última vez el 19/08/2015)
Entrevistas:
• Parra, I. (2015): “¿Conoces a mucha gente que viva libre de la espada de Damocles de
la precariedad?” (Entrevista a David Casassas.)
http://www.sinpermiso.info/textos/conoces-a-mucha-gente-que-viva-libre-de-la-espadade-damocles-de-la-precariedad-entrevista
(Consultado por última vez el 07/10/2015)
• Alabao, N. (2016): “El trabajo no dignifica, dignifica la existencia material
garantizada” (Entrevista a Daniel Raventós.)
http://ctxt.es/es/20160113/Politica/3689/Daniel-Raventós-renta-básica-universal.htm
(Consultado por última vez el 13/02/2016)
125
• Burns, C. (2015): “La mayoría de los sindicatos no han sido capaces de responder a
las necesidades y aspiraciones del precariado” (Entrevista a Guy Standing.)
http://www.sinpermiso.info/textos/la-mayoria-de-los-sindicatos-no-han-sido-capacesde-responder-a-las-necesidades-y-aspiraciones-del
(Consultado por última vez el 26/12/2015)
• Castro, K.; G. Rubio, I.; Herreros, R. (2015): “El precariado se está convirtiendo en una
nueva clase social” [Entrevista a Guy Standing (vídeo).]
https://www.diagonalperiodico.net/global/25874-video-entrevista-guy-standing.html
(Consultado por última vez el 12/10/2015)
• Fresneda, C. (2015): “La renta básica ha de ser un derecho” (Entrevista a Guy
Standing.)
http://www.elmundo.es/economia/2015/03/01/54ef7d27ca4741bf718b456e.html
(Consultado por última vez el 26/09/2015)
• Lomeña, A. (2013): “Tenemos que luchar por una Renta Básica” (Entrevista a Guy
Standing.)
http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=6112
(Consultado por última vez el 06/08/2015)
• Castro, E. (2014): “Tengo que ponerme en tu pellejo” (Entrevista a Guy Standing.)
http://www.eldiario.es/cultura/libros/Guy-Standing-ponerme-pellejo_0_335966566.html
(Consultado por última vez el 06/08/2015)
• M. Sandri, P. (2015): “O se cambia de rumbo o el precariado explotará. Y una defensa
de la Renta Básica” (Entrevista a Guy Standing.)
http://www.sinpermiso.info/textos/o-se-cambia-de-rumbo-o-el-precariado-explotara-yuna-defensa-de-la-renta-basica
(Consultado por última vez el 26/12/2015)
• R. Cañil, A. (2015): “Crear un millón de puestos de trabajo en el sector público es más
eficiente que la renta básica” (Entrevista a Eduardo Garzón.)
h t t p : / / w w w. e l d i a r i o . e s / e c o n o m i a / o b j e t i v o - p u e s t o s - t r a b a j o - p u b l i c o eficiente_0_380062875.html
(Consultado por última vez el 07/09/2015)
126
• “La precariedad se ha vuelto un estado permanente” (Entrevista a Robert Castel.)
http://www.psicologiagrupal.cl/escuela/index.php?
option=com_content&view=article&id=226:la-precariedad-se-ha-vuelto-un-estadopermanente&catid=43:articulos&Itemid=69
(Consultado por última vez el 02/11/2015)
• Entrevista a Guy Standing por Attac TV (vídeo), 2015.
http://www.attac.tv/2015/02/19333
(Consultado por última vez el 01/11/2015)
Noticias:
• Salvador, I. (2016): “"3 euros la hora y a correr"”
http://cadenaser.com/emisora/2016/01/17/radio_madrid/1453042338_207845.html
(Consultado por última vez el 08/02/2016)
• “Así queda la reforma laboral: despido más barato y mayor control a los parados”,
2010.
http://www.elmundo.es/mundodinero/2010/09/09/economia/1284042795.html
(Consultado por última vez el 14/11/2015)
• Parra, C.; Abellán, L.; Díez, A.; Barbero, L. (2002): “Aznar responde a la huelga general
con un ‘decretazo'"
http://elpais.com/diario/2002/05/25/economia/1022277601_850215.html
(Consultado por última vez el 07/11/2015)
• “Barcelona En Comú reduce a la mitad el contrato del Ayuntamiento con Telefónica”,
2015.
http://www.lamarea.com/2015/06/05/barcelona-en-comu-reduce-a-la-mitad-el-contratodel-ayuntamiento-con-telefonica/
(Consultado por última vez el 27/09/2015)
• “BComú frena un contrato con Telefónica hasta que negocie con los huelguistas”,
2015.
http://www.publico.es/economia/bcomu-frena-contrato-telefonica-hasta.html
(Consultado por última vez el 28/09/2015)
127
• Blanchar, C. (2014): “CC OO y UGT han perdido más de 50.000 afiliados en cinco
años”
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/01/05/catalunya/1388948288_149877.html
(Consultado por última vez el 08/11/2015)
• Núñez, F. (2014): “El 34% de los trabajadores españoles gana menos de 645 euros
mensuales”
http://www.elmundo.es/economia/2014/11/21/546e5c3dca4741a15b8b457d.html
(Consultado por última vez el 27/09/2015)
• Martínez, J. C. (2010): “Las claves de la reforma laboral: el Gobierno abarata y facilita el
despido”
http://www.20minutos.es/noticia/739190/0/claves/reforma/laboral/
(Consultado por última vez el 14/11/2015)
• Mezcua, U. (2013): “El contrato británico de cero horas, ¿flexibilidad que roza la
esclavitud?”
http://www.abc.es/economia/20130810/abci-contrato-cero-horas-201308091746.html
(Consultado por última vez el 19/12/2014)
• G. Barnés, H. (2013): “El contrato ‘sin horas’ de las empresas británicas: ¿flexibilidad o
esclavitud?”
http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2013-08-07/el-contrato-sin-horas-delas-empresas-britanicas-flexibilidad-o-esclavitud_15865/
(Consultado por última vez el 28/12/2014)
• “El fantástico negocio de los EREs amistosos”, 2015.
http://cgtinformatica.org/content/el-fantástico-negocio-de-los-eres-amistosos
(Consultado por última vez el 20/08/2015)
• González, G. (2014): “El trabajo, para el que agarre el billete de 50 euros”
http://www.elmundo.es/cataluna/2014/03/04/5315316122601d422d8b4583.html
(Consultado por última vez el 19/07/2015)
• “España, el país de la OCDE con más desigualdad”, 2014.
http://www.euroxpress.es/index.php/noticias/2014/12/9/no-habra-crecimientoeconomico-sin-igualdad-alerta-la-ocde/
(Consultado por última vez el 11/12/2014)
128
• “España, el país de la OCDE donde más ha crecido la desigualdad”, 2014.
http://cincodias.com/cincodias/2014/06/19/economia/1403176696_390123.html
(Consultado por última vez el 11/12/2014)
• “La brecha salarial entre hombres y mujeres aumenta en España más de 3 puntos
durante la crisis”, 2015.
http://www.expansion.com/2015/03/05/economia/1425559936.html
(Consultado por última vez el 08/02/2016)
• “La CEOE entra en la campaña del 20-D: pide despidos más baratos y fomentar el
empleo precario”, 2015.
http://www.infolibre.es/noticias/economia/2015/10/07/
la_ceoe_entra_campana_del_pide_despidos_mas_baratos_fomentar_empleo_precario_38
917_1011.html
(Consultado por última vez el 10/10/2015)
• Bernardo, R. (2015): “La industria se precariza: los contratos duran dos meses de
media”
http://cadenaser.com/ser/2015/07/02/economia/1435820159_723562.html
(Consultado por última vez el 08/09/2015)
• Belver, M. (2015): “La oferta más barata deja de ser obligatoria en los contratos del
Ayuntamiento de Madrid”
http://www.elmundo.es/madrid/2015/09/23/5602c7c622601dc31f8b4585.html
(Consultado por última vez el 28/09/2015)
• “La pobreza y la desigualdad se han duplicado en España desde 2007”, 2015.
http://www.publico.es/sociedad/pobreza-y-desigualdad-han-duplicado.html
(Consultado por última vez el 09/09/2015)
• “La reforma laboral al detalle”, 2012.
http://www.lavanguardia.com/economia/20120210/54252850910/reforma-laboral.html
(Consultado por última vez el 21/11/2015)
• “La reforma laboral que entró en vigor ayer amplía el despido y recoje la movilidad
funcional y geográfica”, 1994.
http://elpais.com/diario/1994/06/14/economia/771544808_850215.html
(Consultado por última vez el 07/11/2015)
129
• “Las pymes europeas consideran un problema mucho mayor encontrar clientes que
préstamos, según BCE”, 2015.
http://www.europapress.es/economia/noticia-pymes-europeas-consideran-problemamucho-mayor-encontrar-clientes-prestamos-bce-20151202142654.html
(Consultado por última vez el 09/01/2016)
• “'Los 100 economistas' apuestan por el contrato 'único' y por mejores prestaciones de
paro, pero más cortas”, 2013.
http://www.eldiario.es/economia/economistas-apuestan-contrato-mejoresprestaciones_0_145235805.html
(Consultado por última vez el 04/08/2015)
• Munera, I. (2015): “Menos del 40% de los asalariados tiene un empleo a tiempo
completo e indefinido, según la OIT”
http://www.elmundo.es/economia/2015/05/19/555b2728ca474145768b4582.html
(Consultado por última vez el 03/11/2015)
• Mondelo, V. (2011): “Los rostros de la precariedad universitaria”
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/11/18/barcelona/1321602069.html
(Consultado por última vez el 29/12/2014)
• V. Gómez, M. (2015): “Más de 1,2 millones de trabajadores llevan cuatro años o más en
paro”
http://economia.elpais.com/economia/2015/08/02/actualidad/1438541164_733483.html
(Consultado por última vez el 17/08/2015)
• Hermida, X. (2016): “Mujeres en la cuneta laboral”
http://economia.elpais.com/economia/2016/02/09/actualidad/1455016595_125467.html
(Consultado por última vez el 13/02/2016)
• “Ofrecen empleo a cambio de alojamiento, manutención y «posible sueldo futuro»”,
2013.
h t t p : / / w w w. a b c . e s / e c o n o m i a / 2 0 1 3 0 3 0 7 / a b c i - t r a b a j a r- g r a t i s esclavitud-201303071650.html
(Consultado por última vez el 14/09/2015)
• E. Cué, C. (2011): “Pons dice que Rajoy aspira a crear 3,5 millones de empleos”
http://politica.elpais.com/politica/2011/09/07/actualidad/1315426723_306350.html
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• Girón Guadalajara, A. (2013): “Se busca trabajador serio y responsable a cambio de
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(Consultado por última vez el 14/09/2015)
• Parra, C. (1997): “Sindicatos y patronal firman la reforma y piden a Arenas su
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(Consultado por última vez el 07/11/2015)
• Bau, J. (2013): “¿Son abusivos los contratos de cero horas?”
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• Abellán, L. (2006): “Zapatero asegura que la reforma laboral mejorará la productividad”
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(Consultado por última vez el 07/11/2015)
Otros:
• “Cronología de las reformas laborales en España”, 2010.
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(Consultado por última vez el 07/11/2015)
• González, J. S. (2012): “Tres décadas de reformas laborales”
http://economia.elpais.com/economia/2012/02/10/actualidad/1328866949_808378.html
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• Fernández Liria, C. y Alegre Zahonero, L. (2009): “Mercado, derecho y
capitalismo” [Ponencia (vídeo).]
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(Consultado por última vez el 22/11/2015)
• Monedero, J. C. (2015): “Consumidores del Siglo XXI; demócratas del Siglo
XIX” [Ponencia (vídeo).]
https://www.youtube.com/watch?v=Keqw0U7qaTg
(Consultado por última vez el 26/07/2015)
131
• Monedero, J. C. (2013): “El poder de las palabras” [Ponencia (vídeo).]
https://www.youtube.com/watch?v=kcdABAZgxBM
(Consultado por última vez el 18/08/2015)
• Monedero, J. C. (2014): “La transición contada a nuestros padres” [Ponencia (vídeo).]
https://www.youtube.com/watch?v=PmGYgo2UzSc
(Consultado por última vez el 20/08/2015)
• Moruno, J. (2015): Ponencia para Podem València con motivo de la presentación de su
libro La fábrica del emprendedor: Trabajo y política en la empresa-mundo (vídeo.)
Disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=YWLhIMMvgSQ
(Consultado por última vez el 30/10/2015)
• Nega (2014): Ponencia con motivo de la presentación de Podemos en Valencia (vídeo.)
Disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=xuZv0EIej7E, min. 31:05-39:55.
(Consultado por última vez el 08/09/2015)
Programas:
• EKO TV (2015): “Empleo decente, ¿misión imposible?”
Disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=eUgU51njNZQ
(Consultado por última vez el 26/12/2015)
• Fort Apache (2014): “¿Renta básica o trabajo garantizado?”
Disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=9pD4dceiAws
(Consultado por última vez el 27/09/2015)
• La Tuerka (2012): “Especial Huelga General 29M”
Disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=4dExDcSkIEs
(Consultado por última vez el 21/11/2015)
132
• Salvados (2013): “El precariado”
http://www.atresplayer.com/television/programas/salvados/temporada-7/capitulo-3precariado_2013110800802.html
También disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=3zBYawAkZ0o
(Consultado por última vez el 27/09/2015)
• Salvados (2015): “Viva la clase media”
http://www.atresplayer.com/television/programas/salvados/temporada-11/capitulo-7viva-clase-media_2015112000450.html
(Consultado por última vez el 22/11/2015)
133
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