IES JUAN GRIS Departamento de Economía TRANSFORMACIONES EN LA CLASE OBRERA: EL PRECARIADO, ¿NUEVA CLASE SOCIAL O MISMA E INEXORABLE LUCHA DE CLASES? INVESTIGACIÓN PRESENTADA POR Jesús Martín Adrados Director Francisco Javier Murillo Arroyo Madrid, 2016 TRABAJO DE INVESTIGACIÓN TRANSFORMACIONES EN LA CLASE OBRERA: EL PRECARIADO, ¿NUEVA CLASE SOCIAL O MISMA E INEXORABLE LUCHA DE CLASES? Jesús Martín Adrados Director de trabajo: Francisco Javier Murillo Arroyo Programa: Bachillerato de investigación Departamento de Economía IES Juan Gris 1 2 A todos esos miles de abuelos; hoy anónimos, asesinados en silencio por haber defendido la democracia. A esos valientes hombres y mujeres de las Brigadas Internacionales, a quienes hicieron suya mi guerra mientras el mundo miraba hacia otro lado. Gracias por los servicios prestados que este país todavía no ha sabido agradeceros. 3 4 “Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica.” (Salvador Allende) 5 6 Agradecimientos Antes que nada, quiero expresar mi más sincero agradecimiento a Javi por su labor como director de esta investigación, ayudándome sobremanera no solo a estructurar los contenidos y a comprender las cuestiones más espinosas, sino en general a afrontar todas aquellas dificultades con las que me he ido encontrando, demostrando una paciencia y una disponibilidad infinitas. Probablemente, de otro modo todavía seguiría intentando definir mi objeto de estudio o me habría acabado desviando del mismo hace tiempo. También quiero agradecerle su incondicional apoyo y su sentido crítico absoluto, siendo; tanto su persona como sus clases, una incesante fuente de inspiración y motivación. Asimismo, agradecer a todos aquellos profesores y profesoras que, a propósito o no, han contribuido a despertar en mí un pensamiento crítico y un insaciable anhelo de conocimiento. «Està bé que ens deixen eixes coses a nosaltres perquè no s’ha d’oblidar que sóm esponges. En definitiva açò és perquè m'estime als que et fan vore la vida tal com la disfruten més. I és que m'alegra la gent que comet l'error i l'encert d'intentar educar-nos per a que ens pareguem a ells.» Atupa. “Records.” QuatribaRap. 2012. A su vez, quiero dar las gracias a mis compañeros y compañeras, de quienes también he aprendido mucho y con los que tan buenos ratos he pasado durante todos estos años. En particular quiero agradecer a mi colega investigadora Noelia su ánimo y su mirífico interés, siendo su virtuosa disciplina una importante motivación para mí, concretamente durante el ultimo curso. También quiero manifestar un especial agradecimiento a mis amigos de “la Plaza”, sobre todo a Alex y a Samy, por aguantarme a diario, por enseñarme tanto y por regalarme tantísimas buenas tardes e innumerables sonrisas. Ellos me han acompañado en mis momentos de debilidad y de euforia, y por ello les debo tanto y les estoy tan agradecido. Indudablemente, su amistad ha sido igualmente una de mis motivaciones para escribir este trabajo, y por ello merecen tal reconocimiento. 7 Y por supuesto, no pudiendo ser de otra forma, quiero agradecer a mi familia por soportarme día tras día y apoyarme en todo momento. En especial, quiero dar las gracias a mis padres y a mi hermano, pues, aunque a veces no se lo demuestre, saben que les amo. Y a mis primos, principalmente a Santi y a Marcos; con los que tanto tiempo paso a diario, a mis abuelos y a mis tíos, especialmente a Espe, a Olga y a Fernando, por haberme cuidado y aguantado durante todo este tiempo. Por último, quiero agradecer a todos aquellos artistas comprometidos e intelectuales orgánicos que han coadyuvado a construir hegemonía; contrahegemonía. Nunca en el olvido. 8 9 Índice Agradecimientos 7 Índice 10 Listado de siglas 13 INTRODUCCIÓN 16 Sobre la necesidad de este trabajo 17 Antecedentes 18 Revisión de las principales investigaciones sobre el precariado 20 Objetivos de la investigación 20 Estructura del trabajo de investigación 21 SOBRE LOS CONCEPTOS PRECARIEDAD Y PRECARIADO 23 Introducción 24 Sobre el significado del concepto precariedad 25 Sobre el significado del concepto precariado 27 Sobre el origen del término 27 Sobre Standing y el precariado entendido como una nueva clase social 29 Sobre los tipos de precariedad y sus características según Standing 33 Sobre la organización del precariado y la defensa de sus intereses: según Standing, ¿sigue siendo útil la figura del sindicato de clase? 34 Sobre el uso del término “precariado” como concepto aglutinante EL INCREMENTO DE LA PRECARIEDAD EN EL CASO ESPAÑOL 37 40 Introducción 41 Sobre las reformas laborales en España: la ruta de la precariedad 42 Introducción 42 Antecedentes 43 Sobre la creación del Estatuto de los Trabajadores (1980), la primera reforma del mismo en 1984 y la razón de ser de las primeras reformas del PSOE 44 Sobre la evolución de las primeras contrarreformas: el camino hacia la contratación y el empleo gradualmente desregulado 46 Sobre la evolución de las últimas contrarreformas laborales: se generaliza el despido barato y se dinamita la negociación colectiva 50 Sobre los sindicatos: el papel de CCOO y UGT 55 A modo de resumen 57 Sobre el impacto de las contrarreformas laborales y la precariedad 60 Sobre el carácter euro-periférico de nuestra estructura productiva como causa estructural de la elevada incidencia de la precariedad en España 75 10 Perspectivas de futuro con respecto a la precariedad: sobre la canallada de la flexiseguridad, el contrato único, los minijobs y el workfare 78 REVISIÓN CRÍTICA DEL PRECARIADO DESDE EL MARXISMO 82 Introducción 83 Sobre la teoría marxista de clases y el error de Standing 84 Sobre la ofensiva neoliberal y el ejército industrial de reserva 88 Sobre los sindicatos: la respuesta organizada del “precariado” 91 CONCLUSIONES 94 A modo de conclusión 95 Sobre la principal limitación del trabajo y las líneas de investigación que quedan abiertas 99 EPÍLOGO 101 Sobre la renta básica universal y algunas medidas ‘asequibles’ para reducir la precariedad 102 ANEXOS 107 Canción 108 Bibliografía citada y/o consultada 111 Referencias a informes y datos 118 Otros documentos citados y/o consultados 125 11 12 Listado de siglas AEOPAS – Asociación Española de Operadores Públicos de Abastecimiento y Saneamiento ATTAC – Asociación por la Tasación de las Transacciones financieras y por la Acción Ciudadana BCE – Banco Central Europeo BIEN – Basic Income Earth Network (Red Global de Renta Básica) CCOO – Comisiones Obreras CE – Comisión Europea CGT – Confederación General del Trabajo CNC – Comisión Nacional de la Competencia CNMV – Comisión Nacional del Mercado de Valores CNT – Confederación Nacional del Trabajo CEOE – Confederación Española de Organizaciones Empresariales CEPYME – Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa EFC – Economistas Frente a la Crisis EPA – Encuesta de Población Activa ERE – Expediente de Regulación de Empleo ET – Estatuto de los Trabajadores ETT – Empresa de Trabajo Temporal FedEE – Federation of European Employers (Federación Europea de Empleadores) FOGASA – Fondo de Garantía Salarial FSE – Foro Social Europeo GESTHA – Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda INE – Instituto Nacional de Estadística JSF – Juventud Sin Futuro LSE – London School of Economics OCDE – Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos OCU – Organización de Consumidores y Usuarios OIT – Organización Internacional del Trabajo OMS – Organización Mundial de la Salud OWS – Occupy Wall Street PAH – Plataforma de Afectados por la Hipoteca PCE – Partido Comunista de España 13 PIB – Producto Interior Bruto PP – Partido Popular PSOE – Partido Socialista Obrero Español RAE – Real Academia Española RBU – Renta Básica Universal RRB – Red Renta Básica SAT – Sindicato Andaluz de Trabajadores SEPE – Servicio Público de Empleo Estatal SMI – Salario Mínimo Interprofesional SOAS – School of Oriental and African Studies (Escuela de Estudios Orientales y Africanos) SPD – Sozialdemokratische Partei Deutschlands (Partido Socialdemócrata de Alemania) TLV – Teoría laboral del valor (también llamada teoría del valor-trabajo) UE – Unión Europea UEM – Unión Económica y Monetaria UGT – Unión General de Trabajadores 14 15 INTRODUCCIÓN 16 Sobre la necesidad de este trabajo Ante la desesperanza y el desengaño característico de nuestros tiempos, es sumamente necesario elaborar mecanismos sociales que confluyan en la recuperación de la ilusión y del optimismo por parte de las clases populares. En un mundo en el que todo está mercantilizado, en el que las personas somos cosificadas sistemáticamente y en el que «la gente decente anda perpleja, y los canallas, envalentonados» (Monedero, 2013: 12), los intelectuales y las personas con espíritu de cambio en general, debemos hacer todo lo posible por facilitar la subversión, ya sea mediante la militancia, la cultura o, como es el caso, desde la educación y el ámbito académico en su totalidad. Para ello, es imprescindible el estudio y la realización de investigaciones con espíritu crítico que, como intenta hacer esta, cuestionen la vigencia de determinados planteamientos dominantes basados en la defensa de un sistema esencialmente injusto y opresor como es el capitalismo. Desde el punto de vista personal, las motivaciones a la hora de iniciar este trabajo son muchas y muy variadas. Tal vez la influencia más directa, especialmente para con el objeto de estudio, haya sido cierto artículo1 de Nega (vocalista del grupo de rap político valenciano Los Chikos del Maíz) publicado en Kaosenlared en el que, entre otros asuntos, habla de la precariedad laboral, los chavs y el precariado entendido como «la clase media que eventualmente (o eso creen ellos) visita la clase obrera». Sin embargo, el acicate para realizar este trabajo no se puede entender sin el profundo interés que, desde hace ya un tiempo, despertaron en mí el marxismo y ciertas corrientes intelectuales de la izquierda, así como una predilección por el estudio de las ciencias sociales. Independientemente de todos estos factores ‘emocionales’, contribuyen ciertamente no pocos otros que me han condicionado a la hora de elegir este objeto de estudio en concreto. Estos van desde la actualidad del tema en cuestión a la autenticidad del mismo, pasando por factores técnicos que de alguna manera también han influido en su elección. Pero a todos estos, ciertamente han de sumarse la conciencia de clase y la aspiración de contribuir al desarrollo de un pensamiento contrahegemónico que visibilice las numerosas atrocidades fruto de las relaciones de poder capitalistas. 1 http://2014.kaosenlared.net/colaboradores/item/63046-la-clase-obrera-hoy-canis-e-informáticosrespuesta-a-pablo-iglesias.html 17 Antecedentes Durante la década de los ochenta y bajo la excusa de acabar con la dura crisis que azotaba el capitalismo desde los años setenta, las élites económicas y políticas mundiales llevaron a cabo una serie de contrarreformas2 económicas, sociales y políticas de corte neoliberal que han llegado hasta la actualidad y cuyo principal objetivo ha sido aumentar la tasa de ganancia de los capitalistas en detrimento de las rentas del trabajo (salarios). Estas políticas implementadas gradualmente en la economía mundial, trajeron consigo otros objetivos, en un primer momento sutiles y secundarios, que sirvieron como medios para el ya mencionado fin. Entre estos, destaca el propósito de quebrar los lazos de solidaridad característicos de la clase obrera que permitieron a esta gozar de significativas mejoras durante los Treinta años gloriosos, periodo englobado desde 1945 hasta 1975. También destaca el deseo de aniquilar el Estado social conseguido gracias a las luchas del movimiento obrero durante los siglos XIX y XX. Todo ello para dar fin, además de a la profunda crisis económica, a una crisis de gobernabilidad a la que en 1975 la Comisión Trilateral3 catalogó en cierto informe como una «Crisis de democracia». Nadie puede negar que la consecución de estos objetivos ha sido todo un éxito. La destrucción del Estado social y el quebranto de las relaciones de solidaridad entre los asalariados de las que se hablaba anteriormente, unido a la globalización, que a su vez implica, entre otros, procesos de deslocalización, ha traído consigo gravísimas consecuencias. Entre ellas, destaca el manifiesto y masivo incremento de la desigualdad, así como la polarización social. Avanzamos, si no hacemos nada para impedirlo, hacia un mundo en el que los ricos serán excelsamente ricos y poderosos y los pobres ridículamente pobres e insignificantes. Otra de las innegables consecuencias provocadas por la devastación del Estado social y de las relaciones solidarias entre obreros, e intrínsecamente ligada al aumento de la desigualdad, es el auge de la precariedad. 2 Las denominamos contrarreformas y no simplemente reformas debido a que rompen con el carácter progresista de estas últimas, siendo caracterizadas por la regresión y el retroceso; principalmente en materia de derechos. 3 La Comisión Trilateral, fundada en 1973, es una asociación privada compuesta por influyentes miembros de las élites de tres regiones: Japón, Europa y «Norteamérica» (Estados Unidos y Canadá). Creada por el magnate estadounidense David Rockefeller, se accede solo mediante invitación y entre sus principales objetivos destaca el fomento de la cooperación y el desarrollo de los intereses de los países que la conforman. 18 Pese a que tradicionalmente la clase obrera siempre ha sufrido los efectos de la precariedad, fruto de la asimétrica correlación de fuerzas entre capital y trabajo propia del sistema capitalista, es en la actualidad, tras la leve mejoría experimentada con el auge de la socialdemocracia durante la Edad de oro del capitalismo después de la Segunda Guerra Mundial, cuando los sectores subalternos están sufriendo con mayor intensidad sus efectos. Este hecho, lejos de ser incongruente, es sumamente coherente de acuerdo con el perverso funcionamiento del capitalismo, y fue predicho por Marx en su obra más madura, El capital, hace casi 150 años, en el contexto de la polarización social. La explicación de este aumento de la precariedad, especialmente laboral, y de la pérdida de derechos y garantías a la que se ha visto sometida la clase obrera en las últimas décadas, no reside en que los capitalistas fueran presos de un altruismo insólito hasta la década de los ochenta y que entonces se volvieran seres hostiles y desalmados. Fueron sus intereses de clase los que les llevaron a tomar medidas para maximizar su tasa de ganancia o beneficios en el contexto de la crisis de la década de los setenta, medidas que se materializaron en el incremento de la precariedad, en la presión a la baja sobre los salarios y en el empeoramiento de las condiciones laborales. Pero para ello fue indudablemente necesaria la naturalización de un orden tan empíricamente nocivo como lo es el modelo neoliberal. A ningún empresario, antes de ese cambio en el paradigma social, se le habría ocurrido proponer contratos tan abusivos y explotadores como el británico de cero horas4 ; una flexibilidad que roza la esclavitud. En definitiva y como se intentará mostrar a lo largo del trabajo, es precisamente este incremento sin precedentes de la precariedad en todas las esferas de la vida, en especial en la laboral, unido y retroalimentado por la deriva de la mayor parte de las economías de los países del centro hacia sociedades posindustriales y posfordistas cuyas principales características son la terciarización de la economía y la alta mecanización y productividad de los procesos productivos, el que ha dado lugar a un nuevo sujeto político con características propias al que algunos han denominado precariado. 4 El contrato de cero horas, propio de la legislación británica, se caracteriza porque el empleador no está obligado a garantizar al trabajador unas horas mínimas de trabajo a la semana; por lo que tampoco le garantiza un salario, una jornada o una remuneración. Sin embargo, el asalariado sí garantiza al empleador la completa disposición de su tiempo, y en muchos casos existen cláusulas de exclusividad que prohiben que este compagine otros trabajos. 19 Revisión de las principales investigaciones sobre el precariado Ante esta realidad, han surgido dos maneras intrínsecamente dicotómicas de entender la misma. Desde las posturas más subversivas, el precariado es entendido, a pesar de sus características propias, como uno de los nuevos sujetos de transformación sobre los que articular la revolución democrática, un proletariado que se ha ido desarrollando y evolucionando según lo ha ido haciendo el capitalismo hasta llegar al momento actual. Adaptándose al mismo, condicionado y configurado sobre las características propias del presente estado de desarrollo del sistema. Por el contrario y desde otras vertientes ideológicas, el precariado es entendido como una nueva clase social en formación que, sin llegar a ser una clase para sí en términos marxistas (es decir y como veremos de manera pormenorizada más adelante, con conciencia de clase propia) posee ciertas características que la configuran como una realidad ‘en sí’. Entre los que defienden esta segunda visión, destaca el economista británico Guy Standing, en cuya obra El Precariado: Una nueva clase social sienta las bases de esta línea de argumentación. Más adelante desgranaremos las ideas clave de este singular ensayo. Objetivos de la investigación En líneas generales, el objetivo del trabajo es realizar una investigación con espíritu crítico que, además de contrastar el aumento de la precariedad con la realidad española, nos permita, desde un marxismo humano, no dogmático y crítico mas sin caer en contradicciones posmodernas, discernir si el precariado es la misma clase proletaria golpeada de siempre o si por el contrario, y como afirma Standing, se trata de «una nueva clase social en proceso de formación, aunque no sea todavía una clase para sí, en el sentido marxista del término» (Standing, 2013: 26). 20 Estructura del trabajo de investigación El trabajo estará dividido en tres partes y estas en diferentes subapartados. En la primera, profundizaremos sobre los conceptos precariedad y precariado, haciendo especial hincapié en el segundo (sus orígenes, implicaciones políticas, influencias, etc.). Para ello nos apoyaremos en referencias bibliográficas, principalmente ensayos, artículos, otros trabajos de investigación, etc. En la segunda parte, contrastaremos la información obtenida en el apartado anterior con la realidad en España: revisando las reformas laborales llevadas a cabo en nuestro país en las últimas décadas y evidenciando empíricamente el importante incremento de la precariedad en nuestro país. En la última parte, realizaremos una revisión crítica del precariado desde el marxismo, donde aspectos como la conciencia de clases y el conflicto de intereses propio de la lucha de clases, así como el concepto ejército industrial de reserva, se tornarán clave para entender la precariedad. Por último, sintetizaremos en un depurado apartado de conclusiones las extraídas a lo largo del proceso de investigación, concluyendo de este modo la disertación. Cabe señalar que tras un lacónico apartado en el que se expondrá la principal limitación del trabajo así como las líneas de investigación que quedan abiertas, se anexará un epílogo en el que el autor intentará arrojar algunas de las posibles soluciones al problema de la precariedad. 21 22 PRIMERA PARTE SOBRE LOS CONCEPTOS PRECARIEDAD Y PRECARIADO 23 Introducción En esta primera parte del trabajo, se expondrán con detenimiento las visiones preexistentes con respecto al precariado, haciendo especial hincapié en la postura de Standing, quien como veremos más adelante, defiende que el precariado es una realidad diferente de la clase obrera tradicional, catalogándolo como una nueva clase social. Comenzaremos por definir los conceptos precariedad y precariado, analizando brevemente los orígenes del segundo término. A continuación, se expondrá en detalle la posición de Standing, precisando cada idea clave de su argumentación. Seguidamente, se plantearán los tipos de precariedad que este contempla y sus características. Después, continuaremos con la exposición de su tesis con respecto a la organización de los intereses del precariado y si los sindicatos continúan siendo útiles para articular la defensa de estos. Por último, se explicará otra visión del concepto precariado distinta a la de Standing, más política y con un inmenso potencial. Con todo ello, la intención en esta primera parte es limitarnos a explicar la postura más extendida con respecto al precariado entendido como una nueva clase social, llevando a cabo una exposición de carácter descriptiva y postergando la realización de una valoración crítica al respecto. 24 Sobre el significado del concepto precariedad Si buscamos en el Diccionario de la lengua española el significado del sustantivo precariedad, la acepción que este nos arroja reza: «cualidad de precario». Si a continuación buscamos el significado del adjetivo precario, su principal acepción sentencia: «de poca estabilidad o duración». Este es, precisamente, uno de los aspectos clave para entender la precariedad y con ello al precariado: la inestabilidad. A la anterior, hemos de sumar otra idea que, pese a no aparecer en la definición de la RAE, resume perfectamente el sentir general de quienes padecen esta cruel precariedad: la inseguridad. Por último, hay un tercer concepto que nos ayuda a comprender todo aquello que implica la precariedad, ya sea de manera directa o indirecta, y este es: la frustración. En concreto, de la inestabilidad se deriva la ya mencionada inseguridad, y de esta la frustración. Los trabajos inestables, generalmente temporales y a jornada parcial no deseados a los que de ahora en adelante nos referiremos como subempleo, traen consigo una gran inseguridad, y con ella un fuerte miedo a perder lo poco que se tiene y a tener que volver, como en un macabro parchís, a empezar desde la casilla de salida: de nuevo sin nada. Esta situación lleva a su vez a una profunda frustración, que se agranda cuando quienes experimentan la precariedad carecen de conciencia de clase. Además, ven como todo aquello que el capitalismo, en conjunción con la profundamente desprestigiada socialdemocracia europea de las últimas décadas, les había prometido se derrumba, asumiendo la pérdida de cualquier esperanza o sueño pasado y dándose cuenta de que están inmersos en medio de un mar de clases sociales con las que, ya sea por sus condiciones materiales o por sus aspiraciones, fundamentadas sobre burdas falacias, mentiras y engaños neoliberales, no se sienten identificados. Este brutal choque con la realidad más cruda es frustrante para muchos. Inestabilidad, inseguridad y frustración. Estos tres conceptos son clave para entender la precariedad y con ella el sentir de quienes la padecen. Existe una película inglesa, The Full Monty, que además de mostrar de manera peculiar las consecuencias de la reconversión industrial llevada a cabo por Margaret Thatcher en la década de los ochenta, trae consigo una bella a la par que trágica metáfora: cuando no tienes trabajo, estás ‘en bolas’. Es así, desnudos, frágiles, débiles e indefensos, como se sienten muchas de las personas con abusivos contratos temporales, o directamente sin contrato 25 o sin trabajo. En un estado de total vulnerabilidad en el que el más mínimo e insignificante error puede llevarles a caer en el abismo. Este fenómeno se produce, entre otros motivos, por la pérdida de la conciencia y de la dignidad asociada al trabajo. Antes, en el viejo modelo industrial donde los empleos duraban décadas, nuestro trabajo era el que determinaba nuestro lugar en la sociedad, nuestras relaciones con esta y con todos sus elementos, nuestro futuro. Nuestro empleo estable nos permitía marcarnos nuestros planes de vida, nuestras ambiciones y aspiraciones, nos situaba en el mundo y en el sistema. Ordenaba nuestras vidas y nos transfería ciertas garantías de estabilidad y seguridad. Al haberse precarizado en su más pura esencia la mayor parte del trabajo remunerado, concreta y específicamente desde la década de los 80, esta pista sobre la que estructurar nuestras vidas se ha perdido y nos ha dejado, como dice Monedero, despistados y perplejos, en un estado de desconcierto absoluto; con serias dudas sobre nuestro futuro y sobre nuestro lugar en la sociedad. Además, debido a la hegemonía consumista y al capitalismo del deseo, tenemos elevadas ambiciones y pretensiones, cimentadas sobre el embustero y embaucador sueño liberal de la movilidad social ascendente, que difícilmente se podrán cumplir en la sociedad que se describe, lo que a su vez nos produce una terrible sensación de frustración. 26 Sobre el significado del concepto precariado Como veremos más adelante, el concepto precariado es un término relativamente novedoso que se usa, por lo general, para designar un grupo de asalariados con o sin empleo en situación de precariedad por su bajo nivel de ingresos y por la incertidumbre sobre su futuro. Dicho término ha adquirido cierta popularidad en los últimos años, pese a no existir un consenso firme sobre su sentido más estricto, pues mientras que para algunos académicos representa una clase social con características propias que la separan de la tradicional clase obrera, -este es el caso de Guy Standing, economista británico cuya posición desarrollaremos más adelante al ser el principal científico social que lo considera una nueva clase social-, otros utilizan, como veremos posteriormente, el vocablo como concepto aglutinante para crear un determinado sentir común y con ello cierta conciencia de clase o grupo. Sobre el origen del término Los orígenes del término precariado, así como de sus equivalentes en otras lenguas europeas, son difusos e inciertos. Sin embargo, podemos afirmar que se usa desde hace al menos dos décadas. En el ámbito académico, en 1995, el sociólogo francés Robert Castel ya estudió el fenómeno en su ensayo La metamorfosis de la cuestión social: Una crónica del salariado y lo continuó desarrollando hasta acuñar el término en sus obras posteriores. Desde otra perspectiva, en 2006, la Fundación Friedrich Ebert, vinculada al Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD por sus siglas en alemán), utilizó el término «prekariat» en su estudio Gesellschaft im Reformprozess, -esto es: ‘La sociedad en proceso de reforma’. Con él, se refería «a los grandes cambios que se estaban produciendo en un mercado de trabajo que ha ido transformando a los asalariados estables en trabajadores permanentemente en precario»5 . A su vez, el término ya había sido utilizado por algunos activistas italianos vinculados al EuroMayDay6 , movimiento a su vez vinculado al Foro Social Europeo (FSE). 5 http://elpais.com/diario/2008/05/01/catalunya/1209604039_850215.html 6 El EuroMayDay es un día de acción política contra la precariedad laboral llevado a cabo por ciertos grupos anticapitalistas, feministas y en pro de los migrantes. Se celebra de manera alternativa el Primero de Mayo (Día Internacional de los Trabajadores) como intento para ‘actualizar’ el tradicional, haciendo hincapié en la precariedad laboral frente a la habitual concepción de lucha obrera articulado mediante los sindicatos de clase. 27 Por otro lado, la mayoría de las fuentes coinciden en que este neologismo es un acrónimo del sustantivo proletariado y el adjetivo precario, aunque para Robert Castel se trata de una contracción de los sustantivos precariedad y solidaridad. Por tanto, pese a que, como acabamos de ver, probablemente fue Castel el primero en usar formalmente el término precariado, ha sido Standing quien lo ha puesto en el punto de mira en la actualidad. Es por esto que muchos documentos afirman que Standing fue el precursor del neologismo, pese a ser esta una afirmación esencialmente errónea. Además, Castel fue quizás el primer científico social reconocido en asegurar que la precariedad (y por tanto el precariado) no es transitoria ni pasajera, ni tampoco un aspecto coyuntural. Este fue más allá afirmando que la precariedad se ha vuelto un estado permanente, y que el precariado «corresponde a una nueva condición salarial, o más bien infra-salarial»7, desarrollada más allá del empleo clásico y de todo lo que el mismo implica. Esta concepción del precariado y de la precariedad como un ente constante, fijo y estable que va a caracterizar las relaciones sociales en el capitalismo durante su próxima fase, ha servido como base para el desarrollo de estudios e investigaciones ciertamente más modernas que abogan por el reparto del trabajo y del tiempo como medio para acabar con esa precariedad inherente al momento actual del sistema. Abriendo la puerta a un nuevo paradigma social caracterizado por la completa desvinculación del trabajo; entendido como toda aquella actividad productiva (remunerada o no) -poiesis según Platón-, y el empleo; trabajo necesariamente remunerado. Esto que se comenta breve, casi lacónicamente, lleva, a su vez, a la ruptura de nuestras sociedades; esencialmente fordistas y caracterizadas por el empleo como núcleo irradiador y garante de derechos, con sus obsoletas constituciones; posibilitando de forma inevitable profundos cambios en el seno de las mismas. Siendo un enfoque casi tan subversivo como el bolchevismo a comienzos del siglo XX, pero en nuestras enfermas sociedades posmodernas. 7 http://www.psicologiagrupal.cl/escuela/index.php?option=com_content&view=article&id=226:laprecariedad-se-ha-vuelto-un-estado-permanente&catid=43:articulos&Itemid=69 28 Sobre Standing y el precariado entendido como una nueva clase social Como ya se ha expuesto anteriormente, una parte para nada desdeñable de los científicos sociales que tratan el tema en cuestión entiende el precariado como una clase social independiente de la tradicional clase obrera. El principal divulgador de esta postura es el economista británico Guy Standing, quien fue experto de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) durante 30 años y para quien el precariado es una nueva clase social en proceso de formación. Además, cofundó en 1986 la Red Global de Renta Básica (BIEN por sus siglas en inglés), de la que aún hoy es copresidente. Actualmente, es profesor en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS por sus siglas en inglés) de Londres. Con respecto al tema que nos concierne, ha escrito dos ensayos centrados en esta temática y en su particular visión de la misma. El primero, titulado en nuestro idioma El Precariado: Una nueva clase social (Barcelona, Pasado & Presente, 2013), expone, de manera detallada, qué es el precariado, por qué crece, qué grupos lo conforman y algunas de sus características principales. Este primer ensayo posee el acierto de entender que los cambios en la estructura laboral traen cambios en nuestra realidad más cercana que vaticinan un futuro desolador. A este se suma un segundo titulado Precariado: Una carta de derechos (Madrid, Capitán Swing Libros, 2014), donde propone «29 medidas políticas que, juntas, supondrían un revival de la gran trinidad de igualdad, libertad y fraternidad, porque todas ellas han sido sacrificadas por el consenso político neoliberal»8. Entre ellas destacan medidas de justicia social, redistribución de la riqueza, recuperación del estado social y a favor de la defensa de una renta básica universal. En nuestro trabajo, nos centraremos en su primer ensayo en torno a esta temática, pues es aquí donde se dan las claves para entender este enfoque que ha cautivado a no pocos adeptos. En palabras del propio Standing, el precariado «se trata de una clase en proceso de formación, aunque no sea todavía una clase para sí; en el sentido marxista del término», siendo «algo distinto de la “clase obrera” o del “proletariado”» (Standing, 2013: 26). «Estos últimos términos sugieren una sociedad que consiste principalmente en trabajadores con un puesto relativamente duradero y estable, con jornadas de trabajo fijas y vías bastante claras de mejora, sindicados y con convenios colectivos, cuyos puestos de trabajo tenían un nombre que sus padres y madres habrían entendido, frente a patronos locales cuyos nombres y rasgos les eran familiares. La mayoría de los 8 https://www.diagonalperiodico.net/global/25874-video-entrevista-guy-standing.html 29 trabajadores precarizados no conocían a su patrono ni sabían cuántos empleados tenía este o podría llegar a tener en el futuro. Tampoco eran de “clase media", ya que no tenían un salario estable o predecible ni el estatus y ventajas que se supone que posee la gente de clase media» (Standing, 2013: 25). Es decir, para el economista británico, los rasgos propios y características que conforman el precariado lo diferencian en un grado tan sumamente alto de la clase obrera tradicional, principal sector subalterno de la sociedad a lo largo de los siglos XIX y XX, que lo convierten en algo distinto a ella. Además, esta nueva clase social iría en camino de sustituir y desplazar a la clase obrera tradicional. En esto hace especial hincapié con su última y lapidaria afirmación «todos somos precarios», en el cierre de su trabajo. Según Standing, «la era de la globalización ha dado lugar a una fragmentación de las estructuras de clase nacionales. A medida que crecían las desigualdades y que el mundo se movía hacia un mercado laboral abierto y flexible, las clases no desaparecían, pero surgía una estructura global de clases más fragmentada» (Standing, 2013: 26). A continuación, describiré la particular estructura social que Standing expone en su libro. En total se podrían distinguir siete grupos. En lo alto de la pirámide se encontraría la «élite», formada por un pequeño grupo de «ciudadanos globales» ridículamente ricos que «dominan el universo con sus millardos de dólares y que aparecen en la lista anual de Forbes como excelsos seres sobrehumanos, capaces de condicionar la acción de los gobiernos en todas partes y de realizar espléndidos gestos filantrópicos» (ibídem). Por debajo de ellos si situarían los «altos directivos» o «ejecutivos», quienes gozan de «empleo estable a tiempo completo» (ib.) y de los privilegios que ostenta la élite: «sus pensiones, sus vacaciones pagadas y su participación en los beneficios de la empresa» (Standing, 2013: 27). Para Standing, este grupo «se concentra en las grandes empresas, las agencias gubernamentales y el funcionariado que dirige y gestiona la administración pública» (ib.). En una posición subordinada se situaría un grupo más pequeño que el británico denomina profitécnicos; «término que combina las ideas tradicionales de “profesional” y “técnico” y se aplica a cuantos poseen habilidades cotizadas en el mercado que les permiten obtener elevados ingresos por contrato, como asesores o trabajadores independientes por cuenta propia» (ib.). Así, «los profitécnicos equivalen en cierto modo a los caballeros de la Edad Media dispuestos a desplazarse continuamente de un lado a otro sin afincarse permanentemente en un empleo a tiempo completo en una sola empresa. La “relación de empleo estándar” no es para ellos» (ib.). Por debajo, en términos de ingresos, se encontraría un «“núcleo” cada vez menor de 30 trabajadores manuales, la esencia de la antigua “clase obrera”» (ib.). Según Standing, «los estados de bienestar, así como los sistemas de regulación laboral, se construyeron pensando en ellos; pero los batallones de trabajadores industriales que vertebran el movimiento obrero han mermado considerablemente y se ha perdido su conciencia de solidaridad social» (ib.). Asimismo, es especialmente crítico con este tipo de políticas encuadradas en la socialdemocracia a las que denomina laborismo, entendido como «la actitud hacia la creación de puestos de trabajo a toda costa y la consecución de un trabajo para toda la vida, con los pactos sociales que ello comporta, defendida ciegamente por los sindicatos» (Standing, 2013: 10). Estos dos últimos son quizás los más difusos de los grupos sociales descritos por Standing. Por debajo de los cuatro grupos anteriormente descritos se encontraría el precariado, «flanqueado por un ejército de desempleados» (Standing, 2013: 27), -que los marxistas incluirían en el ejército industrial de reserva-, «y un grupo deshilvanado de fracasados e inadaptados sociales que viven de los desechos de la sociedad» (ib.). Esta sería, en detalle, la pintoresca estructura social en la que el economista británico ubica al precariado y hacia la que habrían derivado las sociedades capitalistas tras la globalización. En cuanto a la creación del precariado, Standing lo achaca en su totalidad a las agresivas políticas neoliberales llevadas a cabo durante la globalización, lo que contribuyó a dinamitar el Estado social. En sus propias palabras, «la era de la globalización no era sino la fase inicial de una Transformación Global, en la que gobiernos como el español llegaron a un pacto faústico con la supuesta mayoría de su población, permitiendo una orgía de consumo insostenible mientras debilitaban las instituciones de solidaridad social en pro de un modelo neoliberal de capitalismo, generando así al precariado» (Standing, 2013: 10). Esta pérdida de la solidaridad social se torna un factor clave para entender su tesis, y es por ello que la práctica totalidad de sus propuestas de recuperación abogan por rescatar esa solidaridad social característica de la clase obrera y devastada tras décadas de urbanismo neoliberal. Sobre los grupos que conforman el precariado, Standing no es especialmente claro, pues habla de una clase social muy diversa que incluiría a los descendientes de la antigua clase obrera industrial, a los inmigrantes, a los jubilados, a los jóvenes con estudios; desempleados o con empleos muy precarios, a los parados, etc. Todos con una característica en común: la inseguridad económica. 31 En su libro, diferencia dos tipos de precariado antagónicos: uno bueno y responsable que lucharía por construir el futuro que se merece y otro malo que caería en las garras de la derecha populista y xenófoba; llegando a provocar oleadas de violencia. Otro aspecto en el que hace especial hincapié es la supuesta desconexión que el precariado experimenta con «las viejas relaciones de producción y distribución»9 , aspecto que explicaría su desprecio hacia los sindicatos y la dilución de su conciencia de clase. Sin embargo, parece un error achacar esto al precariado en sí en lugar de a otros aspectos como la posmodernidad o la sociedad del riesgo; aspectos que, al igual que el espíritu del mayo del 68, condicionan enormemente al precariado10. Para tratarse de una exposición enormemente ambiciosa, el libro deja bastantes interrogantes, así como explicaciones ambiguas y difusas. Aun así, Standing consigue desarrollar una versión alternativa de la precariedad, opuesta a los planteamientos liberales dominantes tradicionales, mas sin llegar a esbozar ese nuevo paradigma comentado anteriormente que supone el reparto del tiempo y la desvinculación entre trabajo y empleo como herramienta de subversión. Es su eclecticismo lo que le lleva a redundar en una excesiva heterogeneidad de elementos, sin llegar a concretar sus postulados ni a sentar una tesis sólida. Finalmente, cabe recordar que las ideas expuestas en este apartado pertenecen al primer libro del autor especializado en esta materia en concreto, y añadir que Standing es un comprometido activista y defensor del precariado, por lo que sus planteamientos en torno a este etéreo sujeto político van perfilándose con cada nueva entrevista. 9 http://www.elmundo.es/economia/2015/03/01/54ef7d27ca4741bf718b456e.html 10 Según Standing, «entre sus héroes intelectuales se contaban Pierre Bourdieu (1998) quien expuso y detalló el concepto de precariedad, Michel Foucault, Jürgen Habermas y Michel Hardt y Tony Negri (2000), cuyo Imperio fue un texto premonitorio, con Hannah Arendt (1958) como trasfondo. También se podían detectar rastros de los levantamientos de 1968 que ligaban al precariado con la escuela de Frankfurt y el Hombre Unidimensional de Herbert Marcuse (1964)» (Standing, 2013: 19). 32 Sobre los tipos de precariedad y sus características según Standing Es evidente que la precariedad no solo se manifiesta en forma de contratos temporales y sobrecualificación, también en la pobre calidad de los trabajos, la seguridad laboral, etc. Por ello, para Standing existen siete tipos de seguridad ligadas al trabajo; reconocidas a su vez por la OIT, y por tanto, siete tipos de precariedad. Estas son: 1. Seguridad de los ‘mercados’ laborales. Implica un nivel de ofertas de trabajo adecuado. A nivel macroeconómico, se consigue mediante la búsqueda del pleno empleo por parte de los gobiernos y las sociedades. 2. Seguridad del empleo. Hace referencia a la protección del trabajador ante despidos improcedentes e incluye aquella parte de la legislación basada en las normativas de contratación y despido. Impone los costes sobre los empleadores si estos se saltan la ley. 3. Seguridad del trabajo. Se centra en la habilidad de los trabajadores para mantener su empleo. También se incluyen en este apartado las oportunidades que el trabajador tiene para ascender en su trabajo en términos de estatus e ingresos. 4. Seguridad laboral. Incluye la protección frente a accidentes y enfermedades en el trabajo, mediante, por ejemplo, regulación en temas de seguridad y salud laboral, jornada laboral máxima, compensaciones por accidente o peligrosidad, etc. 5. Seguridad de formación. Comprende las oportunidades para adquirir determinadas destrezas, mediante el aprendizaje en el oficio, formación para el empleo, etc., así como la oportunidad para hacer uso de las competencias. 6. Seguridad de ingresos. Asegura el recibo de un salario adecuado y estable, protegido mediante, por ejemplo, el salario mínimo, la adecuación de los salarios, un impuesto progresivo sobre la renta, etc. 7. Seguridad de representación. Permite a los trabajadores tener una voz colectiva en el ‘mercado’ laboral, mediante, por ejemplo, los sindicatos y el derecho a huelga. Como veremos más adelante, en nuestro país el aumento general de la precariedad se manifiesta de forma notoria, máxime debido a las contrarreformas laborales que, como se verá después, han acabado con las principales formas de dichos tipos de seguridad. Finalmente, cabe señalar la importancia de la última de las seguridades planteadas por Standing: la “seguridad de representación”, sumamente mermada durante los últimos años en España, entre otros, al dinamitar la negociación colectiva. 33 Sobre la organización del precariado y la defensa de sus intereses: según Standing, ¿sigue siendo útil la figura del sindicato de clase? La opinión de Standing sobre los sindicatos radica en una exagerada y desmesurada concepción posfordista y postindustrial de la fuerza de trabajo, según la cual las diferencias entre lo que él denomina precariado y la clase obrera tradicional son tan grandes que ni siquiera ambos grupos sociales comparten los mismos intereses asociados a su posición de clase subalterna. Esta idea que ya se confrontará más adelante, define totalmente el pensamiento de Standing y configura su agresiva opinión con respecto al papel de los tradicionales sindicatos de clase. El británico aboga, en las últimas páginas de su ya mencionado ensayo y en las diversas entrevistas y artículos que firma, por la ruptura total con estos y por que el precariado se auto-organice, de manera independiente, en defensa de sus reivindicaciones (que como ya se ha mencionado serían tan diferentes de las de la clase obrera tradicional, ligada al anticuado modelo industrial, que harían insalvables las diferencias entre ambas clases sociales, por lo que estas no deberían compartir espacios de lucha al tener intereses, si no contrapuestos, al menos dispares). Para Standing, los objetivos tan perseguidos por el precariado no son otros que la recuperación de la seguridad, aunque no a toda costa, pues sostiene que este no desea una vida ligada a un único empleo como la de sus padres (clase obrera). Anhelan una seguridad que les permita embarcarse en múltiples proyectos y que les garantice cierta protección frente a las posibles adversidades. Esta tesis enlaza de lleno con la propuesta de Standing de una renta básica universal que garantice la reproducción material del precariado en el tiempo. A su vez, Standing sostiene que a las violentas políticas neoliberales se sumaron, en los países gobernados por partidos socialdemócratas a finales de los años 80 y durante la década de los 90, un pacto de masas entre la mayoría de la población (esto son los antiguos trabajadores industriales) y sus gobernantes. También se incluirían aquí los grandes sindicatos con estrechas relaciones con el poder, que debilitó de manera acentuada la solidaridad social entre los ciudadanos a la vez que los metía de lleno en una ola de consumismo e individualismo alienante. Estos partidos socialdemócratas y sindicatos a los que Standing se refiere, se engloban en la tercera vía de Tony Blair que, como una epidemia, se expandió por el resto de partidos socialdemócratas de la Unión Europea (UE) tras los trágicos gobiernos de 34 Margaret Thatcher. De ahí que la primera ministra llegara a sentenciar, en un tono ciertamente ufano, que Tony Blair y el nuevo Partido Laborista eran su mayor logro. Esta tercera vía es bien conocida por Standing y también posee cierta relevancia e influencia en su particular opinión sobre los sindicatos. A todas estas críticas, se suma una fundamental, relacionada en lo más profundo de su ser con la que muchos expertos hacen del modelo insiders/outsiders11: la idea de que el papel de la socialdemocracia y de los sindicatos de clase desde las últimas décadas solo ha beneficiado y privilegiado a los antiguos trabajadores industriales, o séase, a aquellos trabajadores -para Standing ‘no precarios’- con contratos fijos, una relativa seguridad y cierta identidad basada en el trabajo. Sostiene que los sindicatos «cometieron un error histórico cuando se resistieron durante las décadas de 1980 y 1990 a la flexibilización de las relaciones laborales que acompañaba a la globalización» (Standing, 2013: 10-11). Esto que puede parecer contradictorio y paradójico es repetido en varias ocasiones a lo largo de su argumentación. «Deberían haberla aceptado y forzar a cambio una negociación con el Estado para proporcionar a todos seguridad económica, como un derecho universal. Los progresistas deberían reconocer que el empleo temporal no es perverso de por sí, aunque en muchos de los empleos de ese tipo uno no querría estar mucho tiempo» (ib.), continúa. Tal visión crítica del dualismo presente en los contratos españoles no es exclusiva de Standing, también otros economistas liberales como Luis Garicano, coordinador del Programa Económico de Ciudadanos, mantienen esta postura discordante y defienden el mal llamado contrato único, del que hablaremos más adelante, como la mejor solución posible al problema de la dualidad contractual. La última reforma laboral, llevada a cabo por el gobierno de Rajoy, va por ese camino, igualando ambos tipos de contratos por lo bajo (es decir, rebajando las indemnizaciones por despido y los derechos laborales en general) con el objetivo de acabar con la ya mencionada dualidad y «fomentar la contratación». 11 Según la teoría de los insiders/outsiders, la intensa dualidad presente en el ‘mercado’ laboral lleva necesariamente a la existencia de dos tipos de trabajadores: los protegidos (insiders); donde se englobarían aquellos trabajadores que gozan de convenios colectivos dignificantes y otros ‘privilegios’ que los caracterizan, y los desprotegidos (outsiders), donde se encontrarían todos aquellos asalariados con trabajos precarios o en desempleo y caracterizados por la vulnerabilidad. Los defensores de este enfoque sostienen que la dualidad divide a los trabajadores y con ellos sus intereses como clase. 35 La defensa que hace Standing de que sea el propio precariado quien se articule en defensa de sus demandas en lugar de los viejos sindicatos de clase ocupa la mayor parte de sus últimos artículos al respecto del tema. Esta reflexión se engloba en tres líneas de pensamiento radicalmente. contradictorias: el posfordismo, la posindustrialización y la posmodernidad. Por otro lado, es precisamente la articulación del precariado como actor político una de sus más claras dificultades. Si bien el precariado fue indudablemente la base del 15M, -entre otros aspectos porque eran los únicos cuyo estilo de vida; muy lejos de el del resto de trabajadores más tradicionales, les permitía acampar indefinidamente en las plazas-, este y otros movimientos sociales no tuvieron la suficiente valentía como para organizarse en un actor político hegemónico que verdaderamente quisiese y pudiera revertir la situación. Tal vez en la actualidad, la articulación de dicho actor político pensado ‘en precario’ esté cada vez más cerca gracias a iniciativas como Juventud Sin Futuro (JSF), mas lo cierto es que se torna realmente difícil articular un verdadero sujeto político de confrontación al margen de los sindicatos. A simple vista, parecería más eficaz que estos adopten una serie de reformas esenciales que permitan asumir en su ideario las reivindicaciones del precariado. Después de todo, nadie niega que los sindicatos hayan disfrutado de una situación de gran comodidad durante las últimas décadas de capitalismo neoliberal. 36 Sobre el uso del término “precariado” como concepto aglutinante Un uso del término precariado alternativo al de nueva clase social propuesto por Standing es el de concepto aglutinante. De esta forma, el concepto precariado delimita un grupo muy amplio y no particularmente definido de personas que sufren la precariedad y las injusticias del sistema. Este uso, por naturaleza atacado por los marxistas más ortodoxos, conlleva implícitamente la pretensión de trasladar cierta conciencia de clase o grupo con el objetivo de convertir a las personas que lo conforman en uno de los nuevos sujetos de transformación sobre los que articular la revolución democrática. En este sentido lo ha usado recientemente Noam Chomsky en su reseña sobre el movimiento Occupy Wall Street (OWS)12 , oponiendo el 1% representado por las élites financieras y empresariales al 99% representado por «lo que se denomina "un precario”» -y por extensión el precariado. Una de las virtudes de este uso es su amplitud y permisividad frente al restrictivo término clase planteado por Standing. No entiende de ideologías y es sumamente incluyente. Además, nos permite dotar al precariado de cierta conciencia de clase y situarlo, de manera clara, en un lugar determinado de la escala social y de la inexorable lucha de clases; caracterizándolo como sector subalterno. En este sentido, y en una concepción más filosófica, sociológica y política, este uso del concepto precariado que discurre paralelo al de Standing es similar al de significante vacío, concepto acuñado por el teórico postmarxista argentino Ernesto Laclau; como «conceptos útiles para la crítica social que admiten más de un significado y cuya elasticidad facilita la articulación política del malestar»13 . En ese aspecto, es muy similar al, recientemente popularizado por Podemos, ‘los de abajo’ que por oposición permite confrontarlo con ‘los de arriba’, ‘las élites’, ‘la casta’, etc.; con una fuerza léxica y performativa significativamente mayor que la que conseguían los comunistas del siglo XX cuando se referían al proletariado y por oposición a la burguesía. Es así como lo ha usado recientemente el profesor Monedero en su libro-conversación con Julio Anguita; A la izquierda de lo posible, cuestionando sutilmente la fuerza del concepto proletariado en la actualidad tras las transformaciones que han tenido lugar en el campo productivo. 12 http://occupywallst.org/article/noam-chomsky-solidarity/ 13 http://www.radical.es/info/6406/podemos-o-la-practica-de-los-significantes-vacios 37 Este uso, empero, y es algo de lo que adolece el término precariado en su carácter más general, es por sí mismo urbanita y pierde fuerza entre las masas rurales. Sin embargo, es debido a su heterogeneidad y cohesión de mayor carga revolucionaria que el empleado por Standing. 38 39 SEGUNDA PARTE EL INCREMENTO DE LA PRECARIEDAD EN EL CASO ESPAÑOL 40 Introducción En esta segunda parte, contrastaremos las posiciones teóricas expuestas en el apartado anterior con la realidad española, a la vez que evidenciaremos el excepcional incremento de la precariedad experimentado en nuestro país. Consiguientemente, centraremos toda la atención en la evidencia empírica tras una revisión crítica de las contrarreformas laborales llevadas a cabo en España en las últimas décadas. Nuestro objetivo es, por tanto, constatar que dichas contrarreformas han acentuado sobremanera el aumento de la precariedad en nuestro país, y que lejos de ser esta un problema coyuntural asociado a la particular crisis económica que vivimos, se identifica, como se demostrará después, con las características estructurales del sistema capitalista. Finalmente, realizaremos una revisión crítica de las principales soluciones que desde las esferas económicas dominantes se presentan al problema de la precariedad, girando estas en torno a los conceptos “flexiseguridad” y “workfare”; materializándose en medidas como los minijobs o el ya mencionado contrato único. 41 Sobre las reformas laborales en España: la ruta de la precariedad Introducción Antes de analizar en profundidad la serie de recurrentes modificaciones de la legislación laboral española, es primordial señalar el hilo conductor regresivo; desde la perspectiva de los asalariados y vehiculando el aumento de la precariedad, que todas ellas siguen, invirtiendo de este modo la tendencia histórica preestablecida mediante la cual las reformas laborales tenían connotaciones progresistas y de avance en la conquista de derechos laborales y sociales14. Por el contrario, en las últimas décadas las reformas laborales han ido dirigidas a la ‘flexibilización’ del uso de la fuerza de trabajo, consecuencia de las demandas de la patronal y de la penetración en el propio estado y en los sindicatos mayoritarios de los postulados neoliberales que abogan por la desregulación y por la supresión de todos esos derechos conquistados duramente por los trabajadores en un pasado ciertamente oscuro. Estas contrarreformas, han sido llevadas a cabo, retrogradando en mayor o menor medida, por los sucesivos gobiernos de la derecha e izquierda política española fruto del sistema bipartidista característico del régimen del 78: el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Observamos como, independientemente del momento coyuntural de la economía (si esta se encontraba sumida en un ciclo de crisis económica o, en su defecto, en una fase de auge), las políticas implementadas han seguido una senda similar, mostrándose sustancialmente más agresivas en las etapas recesivas y centrándose en un mismo objetivo: el abaratamiento del trabajo, esgrimiéndolo como la única forma de creación de empleo y supeditando el crecimiento del mismo al del capital15 , oponiéndose; de este modo, al reparto del trabajo mencionado anteriormente. 14 Hemos de recordar que dichos derechos no fueron concesiones de una burguesía amable para con sus trabajadores sino el resultado de arduos años de movimiento obrero y de hitos como la estandarización de la jornada laboral de 8 horas, luchas que costaron a quienes las llevaron a cabo represión y muerte -no solo en nuestro país sino en todo el mundo. Basta con recordar, la revuelta de Haymarket en Chicago, el terrorismo patronal durante el pistolerismo barcelonés, la huelga de La Canadiense, etc. 15 En todo esto que se comenta se materializa uno de los principales postulados neoliberales mencionados anteriormente: la falacia de que debemos ser ‘competitivos’ a toda costa pues si el capital está contento (esto es, tiene una fiscalidad laxa en materia de impuestos y salarios bajos, entre otras ‘facilidades’) invierte, mejorando así la economía y las condiciones materiales de todos. Esto es esencialmente falso, pues para nosotros solo quedan migajas. 42 Antecedentes A continuación, se expondrá el contenido de las principales contrarreformas llevadas a cabo en las últimas décadas en nuestro país. Sin embargo, se muestra necesario exponer cuál era la situación anterior, y esto implica analizar brevemente la regulación en materia de empleo durante el régimen franquista. Durante este execrable periodo de nuestra historia, la jurisprudencia abogó «por el principio de la estabilidad en el empleo, esto es, por el llamado “trabajo fijo”» (Ruiz Galacho, 2006: 2), posibilitando una eventualidad limitada a la naturaleza temporal de la actividad objeto del contrato y dando lugar a cierta negociación colectiva desde la Ley de Convenios Colectivos de 1958. Se contemplaba el despido descausalizado por parte de los capitalistas siempre que este fuera motivado e indemnizado, lo que hacía procedente el despido disciplinario -que a su vez daba lugar a la actuación política y sindical antifranquista- y el despido colectivo por motivos principalmente económicos y materializado en expedientes de regulación de empleo. Por otro lado, el despido improcedente cuya indemnización era fijada por las instituciones de la época podía ser pactado mediante un determinado trámite conciliatorio por el sindicato vertical. La estabilidad que se comenta, propia del empleo en el tardofranquismo, estuvo impulsada por la intensa industrialización desarrollada entre 1960 y 1973. Durante esta fase, «se asiste a un fuerte incremento de la producción y de la productividad en el trabajo» (ib.), lo que unido a la gran emigración a países de Europa central como Suiza y Alemania, y a la baja incorporación de las mujeres al trabajo asalariado, permitió colocar la fuerza de trabajo, predominantemente masculina, en una situación cercana al ‘pleno empleo’. No obstante y desde ese último año, la tasa de paro irá aumentando debido a la crisis económica que azotaba las economías de todo el mundo a mediados de la década de los setenta. La ya mencionada crisis económica tuvo en nuestro país repercusiones similares a las del resto de Europa occidental: una fuerte caída de la tasa de ganancia empresarial con la consiguiente reducción de la inversión y del empleo que esto implica. Debido a la particularidad española, en concreto a la fortaleza del movimiento obrero durante los últimos años del franquismo, se impidió que la burguesía española abordase la crisis económica como lo hicieron sus homólogas europeas. «La ofensiva obrera explica, pues, la “paradoja” de que en plena crisis económica se formulara pues el Derecho del Trabajo 43 español una norma legal explícitamente favorable a la contratación indefinida» (ib.), así como un constatable desbordamiento de los topes salariales. Esto dará lugar a que en el periodo posterior, los contratos temporales sean considerados ‘excepciones’. A su vez, se impuso una restricción al despido descausalizado pagado, impidiendo de manera clara el despido improcedente y obligando a los empresarios a la readmisión. Tras una de las primeras contrarreformas, llevada a cabo por la patronal en el segundo gobierno de la Monarquía presidido por Adolfo Suárez, se acabó con estas ‘rigideces’: concluyendo con la restricción al despido descausalizado pagado e «introduciendo como causa objetiva de despido la falta de adaptación del trabajador a las modificaciones tecnológicas y las “necesidades de la empresa”» (ib.). A estas novedades se incorporan el contrato en prácticas para los nuevos titulados universitarios y la creación del Fondo de Garantía Salarial (FOGASA), cuya principal función era y es pagar los salarios pendientes de los asalariados en caso de insolvencia o concurso del empresario para el que trabaja. El gobierno de Suárez identificó estas modificaciones con los cambios necesarios para la homologación de la legislación española a los estándares del Mercado Común Europeo. Sobre la creación del Estatuto de los Trabajadores (1980), la primera reforma del mismo en 1984 y la razón de ser de las primeras reformas del PSOE Tras la transición anteriormente expuesta de un modelo franquista basado en la estabilidad del empleo a uno ‘flexibilizado’ y equiparado al de los demás países europeos, se tornó necesaria la aprobación por las Cortes en 1980 de un Estatuto de los Trabajadores (ET) que regulase los derechos y deberes laborales de entre los que destacan, como principal y del que se desarrollan los demás, el «deber de trabajar» y el «derecho al trabajo» que ya recogía la Constitución de 197816 . No deja de ser paradójico que se den al mismo tiempo el «deber de trabajar» y el «derecho al trabajo» puesto que los conceptos deber y derecho se muestran como dicotomías antagónicas. Este sutil matiz nos sirve para comprender hasta qué punto nuestra legislación está basada en el trabajo como pilar fundamental y núcleo irradiador sobre el que se articulan nuestras sociedades. 16 44 Este ET, descafeinado tras la derechización del mismo que llevó a cabo la patronal sobre el proyecto presentado por el grupo parlamentario comunista en la legislatura de 1979, reconoció la contratación temporal coyuntural con el objetivo de fomentar el empleo -esto es permitir al empresario contratar de forma temporal aún cuando la necesidad que se pretende cubrir es de carácter fijo, rompiendo así con el principio de causalidad. «Por otro lado, la disminución de la cuantía de las indemnizaciones en caso de despido improcedente se redujeron de 48 a 42 mensualidades, a la par que se le restó facultad a los jueces para determinarlas, puesto que el ET establecía la cantidad en cada caso. El juez tan sólo fallaba sobre el carácter procedente, improcedente, o nulo del despido en cuestión.» (Ruiz Galacho, 2006: 5) Asimismo, cabe mencionar como uno de los aspectos que confirma la atribución de nuevos derechos al capital a costa de la desposesión de los trabajadores, el Artículo 56 del ET. Este indica que en caso de despido improcedente, el empresario «podrá optar entre la readmisión del trabajador o el abono de una indemnización»; el mismo empresario que le ha despedido. Anteriormente, era el trabajador quien decidía si deseaba ser indemnizado o readmitido. Mientras tanto, el desempleo continuó creciendo en torno a dos puntos por año, ascendiendo al 14% en 1981 y pese a los no pocos factores reductivos que ejercían un carácter disuasorio. Paradójicamente y lejos de mantenerse intacto, el ET fue prontamente reformado en 1984 (esto es durante la primera legislatura de Felipe González); lo que explicita su tremenda inconsistencia. Durante este periodo, al objetivo de contener la inflación se sumó el de mantener la tasa de ganancia de los capitalistas; todo ello a costa de aplicar medidas de ‘moderación salarial’ que llevaron a un profundo malestar social. En este sentido, cabe destacar la reducción de jornada a 40 horas, cuya aplicación dará lugar al primer conflicto relevante con los sindicatos. A su vez, y desde este momento, la contratación temporal «se “descausaliza”, pues ya el empresario no tiene que justificar causa alguna» (Ruiz Galacho, 2006: 7). Esta reforma amplió el catálogo de la contratación temporal incluyendo 14 modalidades, y con ello los ‘contratos basura’. «Por un lado, alargó la duración de los contratos de trabajo en prácticas y para la formación de 1 a 3 años; por otro extendió el margen de utilización del contrato a tiempo parcial, y el contrato de relevo, vinculado a la jubilación parcial y el contrato de 45 lanzamiento de nueva actividad empresarial, con una duración entre seis meses y máxima de 3 años, a la par que generalizó la utilización del contrato temporal para fomento del empleo, cuya duración máxima se fijó en tres años,con indemnización fija de despido de 12 días por año trabajado» (ib.). Toda esta ‘flexibilización’ llevará a que la mayor parte de la contratación se realice en forma de trabajo temporal de fomento del empleo; debido a su menor regulación, dando lugar a una de las lacras de nuestro ‘mercado’ laboral: la intensa temporalidad. A su vez, y de forma paralela a todo esto que se comenta, tenía lugar la reconversión industrial, que aumentó significativamente la temporalidad y trajo consigo la incentivación de la jubilación anticipada. Sobre la evolución de las primeras contrarreformas: el camino hacia la contratación y el empleo gradualmente desregulado Destaca como principal característica durante el periodo jalonado entre las contrarreformas de 1994 y 2006 la masiva creación de empleo que acompaño dicha fase de crecimiento, llegándose a alcanzar un ritmo más intenso que el de las principales potencias. Sin embargo y, como veremos más adelante, debido fundamentalmente a la peculiar estructura productiva española, estos empleos fueron ciertamente precarios en su mayoría y esencialmente temporales, supeditando su existencia a la demencial burbuja inmobiliaria, al vituperable turismo y a la especulación más improductiva. Tras la generalización de los contratos temporales de fomento del empleo y mediante la aprobación de un Real Decreto en 1992, «el gobierno recortó drásticamente las prestaciones del seguro de paro y dictó una serie de medidas de control de la contratación temporal» (Ruiz Galacho, 2006: 8). Esto se materializó en un «triple recorte: disminuir los parados con derecho a la prestación, disminuir la cuantía y el periodo de percepción de las prestaciones, y disminuir la aportación del Estado» (ib.), abrazando «así el reaccionario punto de vista de que las prestaciones a los parados lo que hacen es desincentivar la búsqueda de empleo, cuando no convierten a los parados en unos defraudadores» (ib.), en unos vagos a ojos de los liberales; visión que se trata de extender a toda la sociedad. En ese mismo decreto se «elevó la duración mínima de los contratos temporales de fomento del empleo, de 6 a 12 meses, en consonancia con el incremento del periodo 46 mínimo cotizado, para acceder a las prestaciones contributivas por desempleo» (ib.). A su vez, se motivó la contratación indefinida; en especial de jóvenes menores de 29 años o mayores de 45 años y de determinados grupos de mujeres, introduciendo una serie de incentivos económicos. Pese a estos incentivos, el resultado fue el incremento de la temporalidad y de una contratación de muy corta duración. Una vez expuesta la situación de partida y analizado el cambio inicial de un modelo franquista basado en la estabilidad del empleo a uno ‘flexibilizado’ al estilo europeo y a medida de la patronal, donde se reconoce el despido descausalizado, rebajando así la protección al empleo, se crea el contrato en prácticas para los nuevos titulados universitarios y se introducen como causa de despido factores tan sumamente interesados, ideologizados y politizados que responden plenamente a intereses de clase, como los mencionados más arriba, en los siguientes subsubapartados analizaremos con un enfoque global cómo se han ido modificando a lo largo del tiempo los distintos aspectos de los que depende la legislación laboral, haciendo especial hincapié en las reformas laborales de 1994, 1997, 2002, 2006 y las dos más recientes: 2010 y 2012. 1994 La de 1994 fue quizás la contrarreforma más intensa del ‘mercado’ laboral español y a su vez una de las más profundas del ET; fue llevada a cabo por el Gobierno socialista y sin la participación de los sindicatos. Se implementó en un momento de evidente recesión económica y «con una tasa de paro que alcanzaba casi a un 25 por ciento de los activos» (Ruiz Galacho, 2006: 9). En este contexto, «el gobierno procedió a la revisión más ambiciosa del ET, al ocuparse tanto de la entrada en el mercado de trabajo (contratación temporal), como de la salida (despidos) y de la estancia (condiciones de trabajo y salario)» (ib.). Las medidas se materializaron en, como veremos a continuación, una mayor ‘flexibilización’ de la legislación en materia de contratación y negociación colectiva17 , estableciendo nuevas formas contractuales. Con ello, se consolidó la contratación temporal de carácter estructural (esto incluye contratos de obra, por circunstancias de la producción, etc.) lo que redundó en una aún mayor temporalidad, siendo otra de las causas del aumento de esta la creación del contrato de aprendizaje, 17 En este sentido se produjeron alteraciones de las condiciones de trabajo en cuanto a la movilidad funcional y geográfica, vacaciones, descansos, medidas organizativas y económicas, etc., lo que implicaba una desregulación de la ya mencionada negociación colectiva. 47 ’contrato basura’ con el que se intentó erradicar inútilmente la alta tasa de paro entre los jóvenes18. Se incorporó, asimismo, el mal llamado despido económico (o por causas económicas) «mediante el cual los empresarios obtuvieron la potestad de despedir -con un coste menor- al 10 por ciento de la plantilla de la empresa sin necesidad de acudir al Expediente de Regulación de Empleo (ERE). Este despido indemnizado lo era por 10 días al año con un tope de 12 mensualidades» (Ruiz Galacho, 2006: 10). Uno de los aspectos más sangrantes de dicho tipo de despido es la subjetividad que le es inherente, dado que la justificación del mismo «se basaba en la fórmula de la “situación negativa” de la empresa, que a la hora de su aplicación resultó discutible para los jueces» (ib.). En resumen, «las modificaciones más importantes se centran en aspectos tales como ampliación de las causas legales de despido, jornada laboral, movilidad geográfica y funcional y cambio en las condiciones laborales»19. 1997 La de 1997 fue la primera contrarreforma llevada a cabo por la derecha orgánica española: el PP. En este caso, se efectúa en un momento de crecimiento económico, aspecto que explica el hecho de que una parte contundente de esta reforma estuviera compuesta de medidas para combatir la precariedad de en el empleo20. En este caso, la contrarreforma fue fruto del consenso entre las patronales (CEOE y CEPYME) y los sindicatos (CCOO y UGT). Con esta reforma, los dos sindicatos mayoritarios, conformados como tal tras la Transición, se supeditaron finalmente a los intereses del capitalismo neoliberal dominante en estos años. Destaca la creación de un nuevo contrato indefinido con una menor indemnización por despido: 33 días con un límite de 24 mensualidades frente a los 45 con un máximo de 42 mensualidades que correspondían al contrato indefinido ordinario, abaratándose de este modo la contratación fija. Se eliminaron los incentivos (bonificaciones) a la contratación 18 Esta forma de contratación fue enormemente facilitada por las Empresas de Trabajo Temporal (ETT), lo que contribuyó a la extensión y generalización de ambas. 19 http://elpais.com/diario/1994/06/14/economia/771544808_850215.html 20 Cabe destacar que ya en estos momentos España era uno de los países europeos con mayor temporalidad. 48 temporal -excepto la de minusválidos-, sustituyéndose por alicientes a la contratación estable y fija. Pese a todo lo comentado anteriormente, la tasa de temporalidad apenas se redujo, manteniéndose como indicador de inestabilidad social. 2002 Tras la eliminación del límite máximo de jornada del contrato indefinido a tiempo parcial (situado anteriormente en el 77% de la jornada de convenio) y su ampliación a más colectivos21 con el objetivo de estimular su utilización, la segunda gran reforma del PP; a la que rápidamente se tildó de ‘decretazo’, estuvo encaminada a la ‘racionalización del gasto por desempleo’. Esto es, «con el fin de modificar una vez más la normativa de prestaciones por desempleo y de abaratamiento del despido» (Ruiz Galacho, 2006: 13). La reforma laboral se impuso por la vía inmediata y fue aplicada por decreto ley, recortándose las prestaciones por desempleo «mediante la pérdida de periodos contributivos, junto a las restricciones impuestas al subsidio agrario. Al tiempo que se seguían detrayendo recursos financieros del sistema de protección por desempleo, aportado por los asalariados, para engrosar la prórroga de las bonificaciones de los costes de la seguridad social de los empresarios» (ib.). Todo ello pese a no existir evidencia empírica que relacione estos incentivos con el aumento de la estabilidad en el empleo, existiendo, eso sí, una significativa relación entre estas bonificaciones y el aumento de los beneficios empresariales. Por otro lado, una de las más ofensivas y cruentas situaciones y medidas que contemplaba esta contrarreforma era la retirada de la prestación por desempleo del parado si este rechazaba las ofertas de trabajo o de formación que la Administración considerara ‘adecuadas’ para él22. 21 Cabe destacar que dicha desregulación tampoco logró reducir “las aún excesivas tasas de temporalidad existentes” que se esgrimieron en la exposición de motivos de la reforma en aquel momento. 22 Este aspecto que causó un enorme revuelo entre la opinión pública y los sindicatos, -de hecho estos últimos acordaron por unanimidad la convocatoria de una huelga general (la primera declarada al gobierno del PP) para el día 20 de junio de 2002-, constituye una evidencia de hasta qué punto habían calado las ideas y los postulados neoliberales en el escenario político nacional. 49 2006 En un periodo de crecimiento económico cimentado sobre la burbuja del ladrillo y con los objetivos de disminuir la excesiva temporalidad en el ‘mercado’ de trabajo y rebajar los costes a las empresas, principalmente las cotizaciones, se llevó a cabo, tras la firma de un acuerdo tripartito entre el Gobierno, la patronal y los sindicatos, la primera reforma laboral del mandato de Zapatero. También se vendió, como uno de sus aspectos positivos, una dudosa mejora de la productividad «al facilitar la acumulación de capital humano y la mejor inserción y compromiso con la empresa»23 . La medida más destacada, fue la limitación del encadenamiento abusivo de contratos temporales24. En la misma noticia que la línea citada anteriormente, leemos como «todo trabajador que haya encadenado dos o más contratos para un mismo puesto durante más de dos años en un plazo de 30 meses pasará a ser fijo». Esta medida afectaba también a los trabajadores contratados mediante ETT. Con el mismo objetivo, se subvencionó con 800 euros la conversión de los trabajadores temporales en indefinidos. Asimismo, se extendió de dos a cuatro años el periodo de incentivos para las empresas que firman nuevos contratos25 . Sobre la evolución de las últimas contrarreformas laborales: se generaliza el despido barato y se dinamita la negociación colectiva A la notable desregulación de la contratación y del empleo con que acabó el bloque anterior, se suman las dos contrarreformas efectuadas después que mermaron aún más las escasas garantías y derechos de los trabajadores. Estas siguen una misma 23 http://elpais.com/diario/2006/05/10/economia/1147212002_850215.html 24 Esta es, sin duda, una de las mayores deficiencias de nuestro ‘mercado’ laboral, también en la actualidad. Como se verá más adelante no es que nuestra legislación en este sentido sea excesivamente laxa (pese a ser cierto que lo es sustancialmente más que la de las economías centrales europeas), sino que existe un enorme fraude. Por tanto, y debido a que la mayoría de los asalariados no denuncian -en la actualidad es aún más difícil (y costoso) que antes debido a las insultantes tasas judiciales-, los empresarios encadenan en demasiadas ocasiones distintos tipos de contratos temporales con el mismo trabajador, eludiendo la ley sin ninguna consecuencia y precarizando sobremanera las relaciones laborales. 25 Sin embargo y pese a esto que se comenta, la facilidad con la que las empresas encadenan contratos al margen de la legalidad es brutal, y no se erradicará el fraude hasta que los gobernantes combatan dicha estafa aumentando las inspecciones laborales y los recursos de los inspectores, destapando así los contratos temporales fraudulentos y sancionando de forma ejemplarizante. 50 trayectoria: el abaratamiento del despido, lo que llevará, a su vez, a un significativo aumento de la precariedad. 2010 En materia de contratación, tal vez lo más novedoso de esta reforma fue la generalización del contrato de fomento del empleo. Este contempla una indemnización de 33 días por año trabajado en caso de despido improcedente. Si bien dicha modalidad de contrato ya existía desde el año 1997, hasta este momento con unos requisitos relativamente restringentes, con la reforma llevada a cabo por el Gobierno de Zapatero en 2010 se amplió este tipo de contratación «a los desempleados entre 31 y 44 años que hayan tenido un contrato fijo y que hayan sido despedidos»26 ; algo que el por aquel entonces ministro de Trabajo Celestino Corbacho consideró "de justicia" y que con la anterior legislación era “imposible”. De facto, se extendía a la mayoría de asalariados. Esta medida no afectaba directamente a aquellos trabajadores con contratos fijos ordinarios puesto que, al no tener efectos retroactivos, mantuvo sus derechos, estos son los 45 días de indemnización por año trabajado en caso de despido improcedente. En el mismo artículo podemos leer como, por otro lado y a excepción de los despidos disciplinarios, la reforma contempla «que el Estado se haga cargo de una parte de la indemnización en casi todos los casos de despido, tanto si son improcedentes de fijos ordinarios (45 días) o de fomento del empleo (33 días) y de los colectivos por causas objetivas (20 días)», siendo el empresario quien pagará el resto de la indemnización. De este modo, se descarga al capital, facilitando de este modo el despido. El dinero lo aportaba el mencionado anteriormente FOGASA a pesar de que, como ya se ha expuesto, originalmente fuese creado para hacerse cargo de las indemnizaciones de los asalariados en caso de insolvencia o quiebra del empresario para quien trabajaban. En concreto, el FOGASA ha de pagar 8 días (esto es el 40%) de las indemnizaciones de despido por causas objetivas, independientemente del tipo de contrato. Con el objetivo de desincentivar la contratación temporal se aumentaron las indemnizaciones por despido de 8 a 12 días por año trabajado. Sin embargo, la 26 http://www.20minutos.es/noticia/739190/0/claves/reforma/laboral/ 51 aplicación de este apartado de la ley se llevó a cabo de forma paulatina, por lo que es solapada por la reforma de 2012 que veremos más adelante. Además, se facilitaron los despidos procedentes (con 20 días de indemnización por año trabajado) a las empresas con pérdidas económicas, dejando de ser condición necesaria la constatación de pérdidas y bastando con tan solo prever tenerlas. La negociación colectiva se vio fuertemente perjudicada. Se acepta la «posibilidad de que las empresas no apliquen determinadas cláusulas pactadas en los convenios colectivos. No obstante, la movilidad geográfica de los trabajadores deberá seguir siendo negociada entre trabajadores y empresarios como hasta ahora»27 . De este modo, se extiende considerablemente el abanico de situaciones en las que la empresa se puede descolgar. Entre otros, también se aprobó el llamado modelo alemán; esto es la reducción de jornada por causas económicas, un mayor control sobre los desempleados, permitiendo su sanción si estos rechazan cursos de formación en un periodo superior a 30 días -cabe destacar el endurecimiento ya que anteriormente el límite se situaba en 100 días. También destaca la facilitación del despido por absentismo: se reduce del 5% al 2,5% el índice de absentismo total que puede tener una empresa (lo que pone este tipo de despido al alcance de casi cualquiera), y la modificación unilateral por la empresa de determinados acuerdos y/o pactos internos, así como una serie de bonificaciones para las empresas. 2012 La contrarreforma laboral más reciente en el tiempo se caracteriza, pese a haber eliminado formalmente el despido exprés de Aznar y posteriormente de Zapatero, por incorporar indemnizaciones por despido sustancialmente más bajas y procedimientos para la extinción de los contratos más ágiles; en especial en el caso de los despidos colectivos. En cuanto al contexto en el que se plantea, hemos de recordar que esta se redacta escasos meses después de la victoria electoral en la que el PP obtuvo la mayoría 27 http://www.elmundo.es/mundodinero/2010/09/09/economia/1284042795.html 52 absoluta. Además, es reseñable mencionar que este partido se presentó ante los ciudadanos como el partido de la recuperación, aspirando a «crear 3,5 millones de empleos»28 -cifra grotesca si la contrastamos con nuestra cruda realidad. Con todo lo comentado anteriormente, se entiende que gracias a la pseudo-legitimidad que las urnas otorgaron al Gobierno, este pudiera llevar a cabo su, como veremos más adelante, sumamente agresiva reforma laboral pese a la notable oposición y contemplando ciertamente trascendentales medidas que sin embargo no llevaba en su programa. Expuesto de forma implícita el objetivo -crear empleo sin importar la calidad de este y a cualquier precio- el Ejecutivo dio todo tipo de facilidades a los empresarios, asumiendo que de este modo mantendrían y crearían empleo. Con esta falsa premisa, se facilitó y abarató el despido, combinando nuevas modalidades contractuales y bonificaciones; acabando con derechos colectivos de los trabajadores y aumentando el poder de los empresarios. Destaca la reducción de la indemnización por despido improcedente de 45 a 33 días, con un máximo de 24 mensualidades en lugar de 42 como hasta ahora. Es importante mencionar que esta generalización se llevó a cabo incluso con carácter retroactivo. A su vez, se amplían las causas del despido objetivo; que mantiene la exigua indemnización de 20 días por año trabajado con un máximo de 12 mensualidades, permitiendo a los empresarios echar a sus trabajadores por causas económicas, organizativas (viéndose estas a su vez extendidas), técnicas o de producción. De hecho, una de las más sangrantes medidas que contempla esta reforma laboral se relaciona concretamente con lo que se acaba de comentar. Esta es el despido como medida preventiva, lo que significa hacer condición suficiente para despedir, no la justificación de pérdidas, sino la reducción de ingresos o ventas en un periodo inferior a un ejercicio económico (tres trimestres consecutivos). Además, «el Real Decreto alude directamente a la aplicación de las causas económicas, técnicas, organizativas o productivas a los organismos y entidades que forman parte del sector público para justificar la extinción de los contratos de trabajo, tanto por la vía del despido colectivo como del despido objetivo. Esta cuestión plantea la enorme incongruencia de hacer descansar la responsabilidad de un hipotético excedente de plantilla o del excesivo déficit público, únicamente sobre el 28 http://politica.elpais.com/politica/2011/09/07/actualidad/1315426723_306350.html 53 personal laboral fijo de las Administraciones Públicas, pues son los únicos susceptibles de ser afectados por estas medidas» (CCOO, 2012: 2). Por otro lado, no hará falta la autorización previa de la Administración para ejercer el despido colectivo (esto son los ERE). Tampoco para reducir la jornada de trabajo, decisión que se deja en manos de la empresa. A todo lo anteriormente comentado, se suman nuevas bonificaciones a la contratación, aspecto que como ya se ha expuesto con motivo de las anteriores reformas, resulta terriblemente ineficaz, además de reducir los fondos públicos -que podrían de otro modo utilizarse en materia de educación, sanidad, dependencia, pensiones, etc. En concreto, destaca una «nueva modalidad contractual indefinida para empresas de hasta 50 trabajadores/as, con la particularidad relativa a la duración de su periodo de prueba de un año, y el reconocimiento de determinados beneficios e incentivos fiscales. Estamos hablando de un contrato que no genera ningún tipo de compensación a favor del trabajador, y cuyo carácter indefinido habría que modularlo, ya que durante el primer año es en realidad un contrato con un nivel de estabilidad en el empleo inferior al de cualquier contrato temporal, en el que opera el despido libre, sin causa y sin compensación alguna, como hemos dicho, para el trabajador. Dicha extensión temporal del periodo de prueba es desmesurada, y carece de toda razonabilidad para la práctica totalidad de los puestos de trabajo, incluyendo los que requieren el más alto nivel de cualificación» (ib.). Por otro lado, acaba, también formalmente, el encadenamiento de contratos temporales. Esto que se menciona se presenta con el fin del Gobierno de acabar con la dualidad y se materializa en la extinción de «los encadenamientos de contratos temporales que superen los 24 meses a partir del 31 de diciembre de 2012»29. Destaca a su vez la posibilidad de que las ETT participen en los servicios públicos de empleo; potenciando la privatización de esta actividad, -poniendo en manos de los capitalistas los datos personales de aquellos trabajadores en paro y la posibilidad de realizar actividades de intermediación laboral. 29 http://www.lavanguardia.com/economia/20120210/54252850910/reforma-laboral.html 54 En materia de negociación colectiva, se limita la prórroga máxima de los convenios colectivos vencidos a dos años, estableciendo «que las partes deberán negociar un nuevo convenio en el plazo máximo de dos años, fecha en la que dejará de estar vigente» (ib.). Asimismo, se priorizan los convenios de empresa y se posibilita a estas ’descolgarse’ del mismo, es decir, no cumplir con lo pactado por las partes. Con todo ello, este debilitamiento de la negociación colectiva redunda en que quien está bien considerado dentro de la empresa acuerde unas condiciones laborales relativamente dignas a costa de la ruina del resto, favoreciendo así el individualismo y contribuyendo a la destrucción de esas relaciones de solidaridad a las que nos referíamos anteriormente. Sobre los sindicatos: el papel de CCOO y UGT Después de la Transición, se estableció un sistema bisindical configurado por CCOO30 y UGT31 que condenaba al ostracismo y a la más absoluta marginalidad a aquellos sindicatos minoritarios críticos con los Pactos de la Moncloa, de entre los que destaca en la corriente anarcosindicalista y libertaria el caso de la CNT, hegemónica durante la Segunda República. Pese a que al comienzo los dos sindicatos mayoritarios se mostraron ciertamente críticos con las reformas laborales efectuadas, -destaca la figura de Marcelino Camacho, Secretario General de CCOO entre 1976 y 1987-, oponiéndose firmemente a algunos de los puntos de las mismas, desde la década de los 90 hasta la actualidad estos han abrazado una concepción sumamente neoliberal del trabajo, acordando con la patronal algunos de los puntos más infames de las anteriormente expuestas contrarreformas. Este sometimiento al capital les ha costado más de 50.000 afiliados en cinco años32 , además del desprecio de muchos trabajadores que ven como ambos sindicatos se muestran condescendientes con los empresarios en lugar de defender sus derechos. Especial hastío ha causado entre los trabajadores el discutible papel que tanto CCOO como UGT han desarrollado en la firma de los numerosos ERE, desafortunadamente muy prolíficos durante la última crisis. «Los representantes de las federaciones aterrizan de 30 Inicialmente vinculado al PCE (Partido Comunista de España), aunque como podemos leer en su web: «independiente de cualquier partido político». 31 Vinculado al PSOE desde su fundación, aunque en su web también nos informan de su condición de «independientes». 32 http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/01/05/catalunya/1388948288_149877.html 55 inmediato, repartiendo consignas de contemporización y dilación en las movilizaciones. A continuación empiezan a negociar las condiciones de los despidos, algo que ya es conocido aceptan las empresas sin mayor problema. Finalmente, se pone a votación el acuerdo cuando no hay plazo ante una plantilla derrumbada y resignada. En un escenario de desequilibrio de fuerzas, frenan toda propuesta de movilización firme, dividiendo a la plantilla, boicoteando movilizaciones de otros y firmando ERE tras ERE sin apenas ruido. ¿Por qué?»33. Lo cierto es que los dos sindicatos mayoritarios se muestran poco contundentes en la mayor parte de sus actuaciones, y que sus secretarios generales en la actualidad, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, parecen interesarse más en almorzar con la patronal y en firmar reformas laborales que en defender y mejorar los intereses de los trabajadores. Paradigmático es el caso de este último, quien desde 1994 ejerce como Secretario General del sindicato UGT. Por todo lo que se comenta, es claro el distanciamiento entre las bases y la directiva. Es precisamente por esto que la tradición anarcosindicalista aboga por no entrar a formar parte del sistema: para evitar ser fagocitada por él. Asimismo, y esto es algo de lo que adolecen la práctica totalidad de los sindicatos, no están consiguiendo articular el descontento social de la forma que lo logró el movimiento sindical a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Se torna cada vez más evidente que los sindicatos han disfrutado de una situación de gran comodidad durante las últimas décadas de capitalismo neoliberal y, aparentemente, en su mayoría no están dispuestos a abandonar ese confort en forma de aburguesamiento del que disfrutan en la actualidad. Y es que cada vez que un sindicato que se dice “de clase” pacta o legitima los puntos de alguna contrarreforma laboral, está traicionando la defensa de los derechos y las libertades de los trabajadores a quienes, al menos sobre el papel, representa. 33 http://cgtinformatica.org/content/el-fantástico-negocio-de-los-eres-amistosos 56 A modo de resumen Como se ha mostrado anteriormente, en las últimas décadas, han tenido lugar en nuestro país no pocas reformas laborales que, pese a su gran número, no han conseguido acabar con el drama de la precariedad y la temporalidad en el empleo. De hecho, han, directa o indirectamente, intensificado estas propiedades en nuestro ‘mercado’ laboral, extendiendo la precariedad y temporalidad inicial que se limitaba a quienes se incorporaban por primera vez a este o a determinadas actividades (causalidad) a todos los asalariados y procesos productivos (descausalización); especialmente a «los sectores de baja tecnología, cuya competitividad se basa principalmente en los “ajustes” permanentes de los costes laborales» (Ruiz Galacho, 2006: 14). Sobre las consecuencias de las primeras ofensivas contra los trabajadores En concreto y tras la serie de contrarreformas expuestas en el primer bloque; especialmente las efectuadas por el PSOE de Felipe González, acabó por supeditarse en su práctica totalidad el trabajo al capital. Sometiendo «la vida de los trabajadores asalariados a los intereses de las ganancias empresariales y a la organización del trabajo en las empresas, a la par que han desarrollado la división y la atomización en la clase obrera y el resto de los trabajadores asalariados» (ib.). Según se fue extendiendo esta división y atomización de los trabajadores, y consecuentemente según el movimiento obrero fue perdiendo fuelle, las reformas fueron sucediéndose en tonos cada vez más agresivos y se fueron, asimismo, realizando mayores concesiones a las patronales, especialmente en materia de contratación temporal y facilidad (y abaratamiento) del despido. Las reformas realizadas por los Gobiernos de Aznar, en una fase alcista de la economía, impusieron la barbarie neoliberal más radical: tratando de reducir en todo lo posible el gasto público de carácter social; esto implica el recorte de las prestaciones por desempleo y mayores dificultades para beneficiarse de las mismas, y aminorando los costes del despido descausalizado. Es reseñable volver a mencionar que pese a la urgencia con la que se expuso la necesidad de reducir el gasto público, se intentó motivar la contratación estable; de forma fallida, mediante cuantiosas ayudas e incentivos para las empresas. 57 Sin embargo, y pese a que todas estas reformas laborales se vendieron a los ciudadanos como necesarias para la homologación con la Europa comunitaria inicialmente y el posterior ingreso en la Unión Económica y Monetaria (UEM), no nos llegamos nunca a equiparar a sus tasas de temporalidad, rebasando «las cifras de paro, precariedad y siniestralidad de la Unión europea» (ib.). Lo que sí propició esta serie de contrarreformas fue la creación de un nutrido ejército industrial de reserva34, -agrandado además por la llegada entre 1999 y 2004 de más de medio millón de inmigrantes por año35-, lo que asimismo permitió a su vez llevar a cabo la tan aclamada por la patronal ‘moderación’ salarial. Esto que se comenta incide de lleno en un aumento de la precariedad, puesto que sumado a la facilidad y el abaratamiento del despido y a la habilidad de las empresas para encadenar contratos temporales, permite a los empresarios disponer de una inmensa fuerza de trabajo y obliga a los trabajadores a moderar sus pretensiones y a aceptar contratos cada vez más abusivos. Esto que se comenta se asocia, a su vez, con la denominada trampa de la precariedad, que sostiene que una vez que se acepta un empleo precario no hay vuelta atrás. Según señala Ruiz Galacho (2006: 15): «Así, las patronales se benefician no sólo de la explotación “normal” de la mano de obra, sobre la base de una “moderación salarial” convertida en el estado “natural” de los asalariados, sino de toda la sobreexplotación y opresión que la precarización del empleo significa. Por si fuera poco, los empleadores capitalistas han visto aumentar sus fabulosos beneficios mediante la reducción de la inflación y de los tipos de interés, mediante las privatizaciones y externalización de actividades, y la reducción de cotizaciones o las bonificaciones a la creación de empleo.» 34 Marx denomina ejército industrial de reserva al excedente de fuerza de trabajo (esto son, principalmente, trabajadores permanentemente desempleados, aunque no solo ellos sino también subempleados, temporales, ocupados en la economía irregular, etc.,) y sostiene que este constituye una condición necesaria para la acumulación del capital. Lo que se comenta es ciertamente coherente y fácil de comprender ya que, al existir mucha ‘oferta’ de fuerza de trabajo (pues todos aquellos trabajadores desempleados, subempleados, etc., que se comentaba anteriormente están deseosos de conseguir un empleo o alcanzar uno de carácter más estable), los capitalistas pueden permitirse empeorar las ya de por sí indecentes condiciones de trabajo y de jornada de sus trabajadores y rebajar sus salarios puesto que existe una presión a la baja sobre los mismos. Además, permite satisfacer sus necesidades crecientes de fuerza de trabajo. Todo ello sin generar el más mínimo indicio de conflictividad. 35 Si tenemos en cuenta que el destino de estos inmigrantes, en especial de los ‘sin papeles’, es la economía sumergida o irregular, se produce una todavía mayor depreciación de los salarios y de las condiciones de los trabajadores. 58 Sobre el paradigma actual después de haberse generalizado el despido barato y dinamitado la negociación colectiva Las dos últimas contrarreformas laborales -la segunda de Zapatero en 2010 y la de Rajoy en 2012- intensificaron las tendencias anteriores. Cabe asimismo señalar que ambas se encuadran en una estrategia de reacción frente a la crisis. El despido se facilitó y se abarató considerablemente, al mismo tiempo que se permitió a las empresas ‘flexibilidad’ total para evitar así más despidos36. También se posibilitó a las empresas efectuar importantes modificaciones de forma unilateral, reduciendo la importancia de la que anteriormente gozó la negociación colectiva y convirtiéndola en simple papel mojado. Sin embargo, pese a la intensa desregulación en materia de derechos laborales, esta no ha traído consigo una reducción significativa del número de parados, empero, ha inclinado la balanza a favor del capital; perjudicando en todo momento a los trabajadores. Por todo ello, se evidenció que la tan perseguida ‘flexibilidad’ no conduce a una mayor creación de puestos de trabajo, ni tampoco a una menor destrucción de los mismos. De este modo, se desmiente el bulo y la falacia neoliberal de que si los empresarios están contentos sus beneficios se reinvierten en la sociedad, creando empleo y riqueza. Todo lo contrario. Lo único que se consigue con estas políticas es que una minoría insaciable llene aún más sus bolsillos, a costa de que la mayoría vea como los suyos, indudablemente más pequeños, se vacían día tras día. Así, lo único que se produce es un reparto antológico de miseria, aumentando la precariedad y la temporalidad de manera sistemática y brutalmente salvaje. 36 Hemos de recordar que, durante estos años, se evidencian los efectos de la Crisis económica de 2008 (o Gran Recesión), que en nuestro país, trae consigo un aumento de la tasa de desempleo sin parangón. 59 Sobre el impacto de las contrarreformas laborales y la precariedad Desigualdad y precariedad son dos características inherentes al capitalismo. La primera es una realidad palmaria y se manifiesta en todo momento, pues para que unos beban champán otros tienen que servirlo. Sin embargo, que la precariedad está necesariamente ligada al capitalismo no es tan evidente. Además de la hegemonía cultural que, mediante consumismo e individualismo alienante, nos impide discernir esta inseparable relación, ciertos análisis y analistas romos intentan hacernos creer que la precariedad no está ligada al capitalismo sino a la crisis. Pero es que, como bien expuso Marx, las crisis en el capitalismo son recurrentes. Por ello, capitalismo y crisis van de la mano, y capitalismo y precariedad también. La desigualdad es palpable, y en nuestro país se expresa, por ejemplo, en que en Barcelona una persona que reside en el barrio pudiente de Pedralbes viva 6 años más que quien lo hace en un barrio obrero como el Raval37 . También se materializa en los 2.826.549 niños y niñas que viven hoy en España en riesgo de pobreza o exclusión social según la ONG Save the Children38 , uno de cada tres. Asimismo, se evidencia cuando leemos en un informe realizado por la Asociación de Ciencias Ambientales en 2012 que la pobreza energética en España aumentó un 19% en dos años, afectando esta a un 9% de los hogares españoles, casi uno de cada diez -unos cuatro millones de personas39 . Esto que se comenta es especialmente grave si tenemos en cuenta que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), no tener calefacción en los fríos meses de invierno provoca unas 7.000 muertes prematuras en nuestro país al año40 . A su vez y según denuncia la Asociación Española de Operadores Públicos de Abastecimiento y Saneamiento (AEOPAS), se tramitan al año más de 500.000 avisos de corte de agua, un 30% más que hace cuatro años de los que se ejecutan un 60%; es decir, 300.00041 . También han aumentado los hogares que llegan a fin de mes con “mucha dificultad”, situándose, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el 16,9%, su nivel más 37 http://blogs.publico.es/dominiopublico/10811/las-desigualdades-de-vida-y-muerte/ http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/10/22/catalunya/1445511654_450579.html 38 https://www.savethechildren.es/publicaciones/2826549-razones-contra-la-pobreza-infantil 39 http://www.cienciasambientales.org.es/index.php/noticias/331-7-millones-de-ciudadanos-tienendificultades-para-pagar-las-facturas-de-energia-.html 40 http://www.publico.es/actualidad/pobreza-energetica-causa-000-muertes.html 41 http://www.aeopas.org/index.php/section-blog/222-iniciativa-ciudadana-europea-por-el-derechoal-agua-y-al-saneamiento 60 alto en la crisis42. La misma estadística igualmente revela que el 40,9% de los hogares no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos, y que el 45,8% de los hogares españoles no se puede permitir ir de vacaciones al menos una semana al año; también cifra récord en la crisis. Por último, cabe destacar la abismal brecha salarial que encontramos en nuestro país, donde un CEO (consejero delegado) gana en una hora lo que un asalariado medio en ocho días y lo que un trabajador de menor rango en 21 días, según las conclusiones que extrae The Economist tras analizar los datos de la Federación Europea de Empleadores (FedEE por sus siglas en inglés), liderando; junto con Italia, el ránking de países europeos con mayor brecha salarial entre altos ejecutivos y subordinados; solo superados por Rumanía, Ucrania y Rusia43. En cuanto a los indicadores sintéticos elaborados para medir la desigualdad, el coeficiente de Gini44 se ha disparado en España en 2014, según Eurostat, subiendo al 34,7 y superando así a Grecia (34,5); aunque quedando por detrás de Letonia (35,5)45 , consolidándose como el segundo país más desigual de la UE de acuerdo con este indicador. Cabe mencionar que en los países nórdicos el porcentaje es de alrededor del 25. En el mismo articulo referido anteriormente, observamos que la ratio 80/20 (indicador que relaciona la renta del 20% de la población más rica con la del 20% más pobre) se sitúa en nuestro país en 6,8 , haciendo de España el país más desigual de la UE, por encima de Grecia y Letonia que han obtenido una ratio del 6,5. Destaca Finlandia con un 3,6 , siendo la media de la Eurozona de 5,0 en 2013 (último dato disponible). De este modo, y pese a que la importancia de estos dos últimos indicadores es relativa puesto que son sintéticos y se elaboran sobre la renta y no sobre los salarios, ambos reflejan una desigualdad visible y ciertamente alarmante. Dicha desigualdad adquiere una dimensión aún mayor si contemplamos únicamente los salarios, pues estos han sufrido una importante merma en los últimos años. En el siguiente gráfico, elaborado a partir de la Encuesta anual de estructura salarial del INE y 42 http://www.europapress.es/economia/macroeconomia-00338/noticia-economia-hogares-lleganfin-mes-mucha-dificultad-escalan-169-nivel-mas-alto-crisis-20131120114326.html 43 http://www.economist.com/blogs/graphicdetail/2013/06/daily-chart-6 El coeficiente de Gini es un indicador que se encarga de medir la concentración del ingreso entre los individuos tomando valores entre 0 y 100 donde el cero indica que todos los individuos del país tienen el mismo nivel de ingresos mientras que el 100 indica desigualdad absoluta. 44 45 http://www.eleconomista.es/economia/noticias/6848234/07/15/Espana-sigue-batiendo-recordsde-desigualdad-ya-supera-a-Letonia-y-Grecia.html 61 mostrando el «porcentaje de trabajadores en función de su ganancia con respecto al Salario Mínimo Interprofesional (SMI) (respecto al total de trabajadores)»; confeccionado sobre la totalidad de los tipos de jornada46 y sobre ambos sexos, se evidencian dos tendencias claramente definidas. En primer lugar, se observa cómo los salarios más bajos, para los cuales consideramos las categorías “de 0 a 1 SMI” y “de 1 a 2 SMI”, aumentan sustancialmente su peso relativo, pasando de un 33,4% del total de los trabajadores en 2004 a un 46,1% en 2007 y manteniéndose en un 46,2% en 2013, constatándose de este modo que casi la mitad de los trabajadores cobran salarios menores a 2 SMI. Secundariamente, se observa un significativo trasvase del grupo de trabajadores con “de 1 a 2 SMI” al de aquellos con “de 0 a 1 SMI”, pues mientras en 2004 y 2007 encontramos aproximadamente un trabajador que cobre “de 0 a 1 SMI” por Porcentaje sobre el total de trabajadores Gráfico 1 – Trabajadores según su nivel salarial en función del SMI 40% 30% 20% 10% 0% De 0 a 1 SMI De 2 a 3 SMI 2004 De 4 a 5 SMI 2007 46 De 6 a 7 SMI Más de 8 SMI 2013 Es necesario destacar y mencionar este hecho dado que los salarios de aquellos trabajadores a jornada parcial se sitúan fundamentalmente por debajo del SMI, siendo este en la actualidad de 9172,80€ anuales (en 14 pagas; 655,20€ mensuales). Sin embargo, hemos creído necesario elaborar la tabla de esta manera y no limitándonos a trabajadores a tiempo completo dado que las contrarreformas han impulsado la importancia del subempleo, pese a que, como se comprobará más adelante, la mayor parte de los trabajadores acepta este tipo de empleos contra su voluntad. 62 cada 4,5-5 trabajadores que cobran “de 1 a 2 SMI”, en 2013 por cada 2,5 trabajadores que cobran “de 1 a 2 SMI” encontramos aproximadamente 1 que cobre “de 0 a 1 SMI”. Asimismo, y como se observa de forma inapelable, en los últimos años los salarios han sufrido una fuerte presión a la baja que ha duplicado en 2013 (13,3%) el número de trabajadores que en 2004 (6%) cobraba “de 0 a 1 SMI”, rozando estos en la actualidad el 15%. Todo esto se materializa sobremanera en nuestra cotidianidad y, de hecho, nuestras sociedades ya lo han asimilado, pues mientras hace unos años ser mileurista era visto como algo escandaloso47, en la actualidad muchas personas sobreviven con 650€ al mes y ciertamente somos aún pocos los que nos escandalizamos. La parcialidad en el empleo es otro de los indicadores de la precariedad, y en nuestro país se evidencia en el aumento de los trabajadores con jornada a tiempo parcial en relación con el total. En el siguiente gráfico, elaborado también sobre la Encuesta de Gráfico 2 – Trabajadores con jornada a tiempo parcial en relación con el total 100% 75% 50% 25% 0% 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 Jornada a tiempo parcial 47 2009 2010 2011 2012 2013 Jornada a tiempo completo http://economia.elpais.com/economia/2009/08/25/actualidad/1251185578_850215.html 63 2014 Población Activa (EPA) del INE48, se revela un aumento gradual del peso de los trabajadores con jornada a tiempo parcial. En concreto, se pasa de un 8,68% en 2004 a un 11,59% en 2007 y a un 15,8% en 2013. Para estudiar apropiadamente estos datos es necesario introducir una segunda tabla donde se desglosen las razones del empleo a tiempo parcial. Parecería que una parte importante de los trabajadores no quiere empleos con jornada a tiempo completo, pero nada más lejos de la realidad. El empleo parcial es en la mayoría de los casos una Tabla – Razones del empleo a tiempo parcial 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 Seguir cursos de enseñanza o formación 11,68% 12,69% 12,02% 11,6% 9,01% 7,83% 6,8% 5,59% 5,21% 4,77% Enfermedad o incapacidad propia 1,84% 1,94% 1,69% 1,84% 1,52% 1,26% 1,16% 1,13% 1,03% 1% Cuidado de niños o de adultos enfermos, incapacitados o mayores 11,61% 12% 13,56% 14,08% 13,21% 11,84% 11,69% 10,83% 9,69% 9,27% Otras obligaciones familiares o personales 10,45% 11,48% 12,72% 10,8% 9,12% 7,33% 6,22% 5,23% 4,43% 4,52% No haber podido encontrar trabajo de jornada completa 31,96% 32,7% 32,29% 34,86% 43,94% 49,97% 53,59% 58,31% 61,99% 62,9% No querer trabajo de jornada completa 10,89% 11,11% 12,42% 11,85% 10,22% 9,55% 9,09% 7,27% 6,46% 6,88% Otros motivos 20,65% 17,45% 14,71% 14,52% 12,65% 11,97% 11,16% 11,32% 10,92% 10,42% No sabe el motivo 0,91% 0,62% 0,59% 0,46% 0,33% 0,24% 0,29% 0,31% 0,27% 0,24% Fuente: EPA, INE. Ocupados a tiempo parcial por motivo de la jornada parcial, sexo y grupo de edad. *Elaboración propia después de haber calculado las medias anuales a partir de los datos trimestrales. Mostrando, en este caso, los «ocupados por tipo de contrato o relación laboral de los asalariados, sexo y tipo de jornada» y confeccionado después de haber calculado las medias anuales a partir de los datos trimestrales. 48 64 imposición, dada la dificultad que atañe encontrar trabajo a jornada completa y siendo España el país de la UE con más contratos a tiempo parcial forzosos según Eurostat49 . Ello impulsa, en muchos casos, la búsqueda de un segundo empleo. Si consideremos el subempleo como aquellos trabajadores recogidos en el grupo cuyo motivo para tener un empleo a tiempo parcial es “no haber podido encontrar trabajo de jornada completa”, observamos como entre el 2005 y el 2014 el porcentaje se duplica, pasando de casi un 32% a cerca de un 63%. Este dato refleja notoriamente la magnitud del problema, dado que a casi dos tercios de nuestros trabajadores con contratos a tiempo parcial les gustaría trabajar más horas. El singular aumento de aquellos con trabajos a tiempo parcial ‘porque no hay más remedio’ se contrapone con la reducción que sufren quienes esgrimen como principal razón para tener un empleo a tiempo parcial “no querer trabajo de jornada completa”. En este caso, el porcentaje pasa de casi un 11% en 2005 a cerca de un 7% en 2014. Este contraste se refleja sobremanera en el siguiente gráfico. Gráfico 3 – Incidencia del subempleo sobre el total del empleo parcial Porcentaje sobre el total del empleo parcial 70% 52,5% 35% 17,5% 0% 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 No haber podido encontrar trabajo de jornada completa No querer trabajo de jornada completa 49 http://economia.elpais.com/economia/2014/04/10/actualidad/1397127664_514877.html 65 2014 La temporalidad es otra de las formas mediante las que se cristaliza la precariedad. La incidencia del empleo temporal sobre el total experimentó en nuestro país, como se evidencia en el siguiente gráfico, elaborado sobre los datos de Eurostat, un aumento exponencial entre 1987 y 1992, estabilizándose en torno al 33% durante los años posteriores, sufriendo una ligera caída con la llegada de la crisis económica (esto es principalmente en 2007 y 2008) y volviendo a estabilizarse durante los últimos años; en este caso en torno al 25%. Cabe indicar que la explicación al peculiar descenso del empleo temporal experimentado en 2007 y 2008 radica en que son los trabajadores con contratos temporales los primeros en ser despedidos a consecuencia de la crisis económica. Gráfico 4 – Incidencia del empleo temporal sobre el total Porcentaje sobre el empleo total 36% 27% 18% 9% 0% 1987 1989 1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003 2005 2007 2009 2011 2013 Empleo temporal Además y si usando la misma fuente de datos se comparan los obtenidos en nuestro país con los de otros europeos, se observa cómo España se encuentra a la cabeza de la temporalidad en todo momento. Porcentaje sobre el empleo total Gráfico 5 – Incidencia de la temporalidad sobre el empleo total en Europa 40% 30% 20% 10% 0% Grecia Italia Portugal 2000 España Francia Reino Unido Alemania 2007 66 Suecia Finlandia 2014 UE-27 Eurozona Todo este significativo aumento de la precariedad trae consigo consecuencias demográficas terroríficas. Según las contundentes proyecciones de población para el periodo 2013-2023 elaboradas por el INE, España perderá 2,6 millones de habitantes en los próximos 10 años, un 5,6% de la población. A su vez, prácticamente todos los grupos de edad de más de 50 años -con todo lo que ello implica- experimentarán un crecimiento. En concreto, la intensidad del proceso de envejecimiento es tal que dentro de una década, en nuestro país residirán 19,7 millones de personas mayores de 64 años, 1,5 millones más que en la actualidad. Esto que se comenta es agravado por el saldo migratorio negativo y el severo descenso de la natalidad, y es que (entre otros motivos) si los trabajos que se ofrecen difícilmente dan para subsistir, menos para poder criar hijos. «Así, entre 2013 y 2022 nacerían en torno a 3,9 millones de niños, un 17,1% menos que en la década pasada.»50 Dicho descenso de la natalidad hará que en 2023 haya casi un millón menos de niños menores de 10 años que en la actualidad. Los inconvenientes que se derivan de este desalentador pronóstico demográfico no se limitan al pago de las pensiones, de las que, de seguir así solo podrán disfrutar aquellos privilegiados con un plan de pensiones privado, sino que tendremos, en definitiva, «una sociedad envejecida que cobra cada vez menos mientras paga cada vez más deuda» (Moruno, 2015: 35). Indignante es que, mientras se aumenta la edad legal de jubilación, los jóvenes se vean abocados a emigrar porque no encuentran trabajo. Parecería más razonable disminuirla y repartir el trabajo si, de acuerdo con la fase actual del capitalismo y dado el papel europeriférico de nuestra economía y estructura productiva, esencialmente no existe empleo para todos. Por otro lado, mientras se nos intenta plantear como la principal preocupación de la UE el problema del paro juvenil, lo cierto es que, según un informe elaborado por la Comisión Nacional de la Competencia (CNC), más del 90% de las ayudas públicas concedidas en 2011 se destinaron al sector financiero, lo que supone un total de 84.195 millones de euros; el 7,84% del PIB y 1.781 euros por habitante51. Desde mayo de 2009, la mal llamada reestructuración del sistema financiero ha costado al erario público 61.495 50 http://www.elconfidencial.com/espana/2013-11-22/espana-perdera-2-6-millones-de-habitanteshasta-2023-con-el-actual-ritmo-demografico_57736/ 51 http://www.europapress.es/economia/finanzas-00340/noticia-economia-finanzas-mas-90ayudas-publicas-concedidas-2011-destinaron-sector-financiero-cnc-20130910111223.html 67 millones de euros52 , de los cuales tan solo se han recuperado 1.760 millones, lo que equivale a que cada español ha puesto 1.300 euros y ha recuperado 37 euros53 . Asimismo, si en 2013 la UE destinó 6.000 millones para fomentar el empleo juvenil54 , esta aprobaba crear un fondo de rescate del sistema bancario por valor de 700.000 millones que entraba en vigor en dicho año55 . Pero lo más dramático es que, en la actualidad y rompiendo con el sentido común previo, tener un trabajo ya no garantiza salir de la pobreza. Esto que se comenta fue tristemente constatado por Cáritas, en cuyo informe de acción anual de 2014 se revela que en el 53% de los hogares atendidos hay algún miembro con empleo56. Esta situación excepcionalmente penosa está inherentemente ligada al aumento de la precariedad y a la agudizada bajada salarial; especialmente si tenemos en cuenta la insólita pérdida de poder adquisitivo experimentada por las clases trabajadoras, generalizándose la anteriormente inusitada figura del trabajador pobre. A su vez, la Comisión Europea (CE) ha advertido que el 65% de los españoles en riesgo de pobreza no escapa de ella tras encontrar trabajo57. Otro elemento importante a destacar con respecto a la realidad española es el gran peso de la economía sumergida. Esta, según el estudio La economía sumergida pasa factura. El avance del fraude en España durante la crisis elaborado por el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), aumentó en 60.000 millones de euros durante la crisis, situándose en el 24,6% del PIB al finalizar 2012, lo que supone 253.000 millones de euros ocultos y un aumento de la actividad económica 'en negro’ de 15.000 millones 52 http://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/6681712/05/15/avance-el-frob-recuperael-5-de-las-ayudas-para-la-reestructuracion-financiera-que-alcanzan-los-61495-millones.html 53 http://www.publico.es/actualidad/espanol-prestado-bancos-300-euros.html 54 Enmarcados dentro de la Iniciativa sobre Empleo Juvenil: http://ec.europa.eu/social/main.jsp? catId=1079&langId=es 55 http://www.lavanguardia.com/economia/20110325/54131841415/la-ue-aprueba-crear-un-fondode-rescate-por-valor-de-700-000-millones.html 56 http://www.eldiario.es/sociedad/Caritas-advierte-trabajo-implica-pobre_0_438506692.html 57 http://www.elmundo.es/economia/2014/01/21/52de64b0268e3eb4208b4570.html 68 de euros de media desde 200858 . Dada la propia naturaleza de esta, quienes trabajan dentro de ella sufren lo peor de la precariedad. A su vez, y según datos del mismo sindicato, cada español paga casi 2.000 euros más al año de impuestos por culpa del fraude fiscal59 . Por otro lado, la presión fiscal española (el cociente entre los ingresos fiscales y el tamaño de la economía) es de las más bajas de Europa: ocho puntos de PIB por debajo de la media de la eurozona, situándose en el 32,5% del este en 2012 según Eurostat60 . Con estas cifras, se entiende que, según la EPA, las empresas se ahorren 2.200 millones de euros en horas extras no pagadas, superando su numero el 50% en 2012 frente al 38% de 200861. Además, muchas de estas abusivas empresas tienen, según el Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa, presencia en paraísos fiscales, contando el 86% de las empresas del Ibex 35 (30 compañías) en 2010 con presencia activa; un 66,6% más que al inicio de la crisis económica ya que en 2008 fueron 1662 . Empresas cuyos dueños, a pesar de ser un 67% más ricos desde que gobierna Rajoy63 , en concreto en menos de dos años y medio, redujeron sus plantillas en 120.809 personas en el segundo semestre de 2013 según consta en los datos recogidos por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)64. Otro dato singular que evidencia la precariedad y en especial la aguda inseguridad que de ella se deriva es el “presentismo” laboral (presencia de los trabajadores en sus puestos de trabajo más allá de su horario normal), que en nuestro país ha aumentado 40 58 http://www.europapress.es/economia/fiscal-00347/noticia-economia-ampl-crisis-dispara-60000millones-economia-sumergida-246-pib-gestha-20140129140528.html 59 http://www.europapress.es/economia/fiscal-00347/noticia-gestha-calcula-cada-espanol-tributacasi-2000-euros-mas-evasion-fiscal-20130522182754.html 60 http://economia.elpais.com/economia/2014/06/16/actualidad/1402915565_449103.html 61 http://cadenaser.com/ser/2013/03/30/economia/1364603950_850215.html 62 http://gara.naiz.eus/paperezkoa/20120210/321199/es/El-86-empresas-Ibex-35-tiene-presenciaparaisos-fiscales 63 http://www.publico.es/actualidad/duenos-del-ibex-son-67.html 64 http://www.europapress.es/economia/finanzas-00340/noticia-economia-empresas-ibexredujeron-plantillas-120809-personas-segundo-semestre-2013-20140406131734.html 69 puntos porcentuales en sólo dos años: desde el 45% de 2010 al 85% en 2012, según una encuesta de Randstad65. La agónica y angustiosa incertidumbre que el fuerte temor a perder el empleo trae consigo, ha provocado asimismo que el consumo de hipnosedantes (tranquilizantes y somníferos con y sin receta) se haya disparado en España con la crisis, siendo la única droga cuyo consumo ha aumentado en los últimos dos años66. Según la Encuesta Domiciliaria sobre Alcohol y otras Drogas llevada a cabo por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, entre 2005 y 2011 se ha duplicado el porcentaje de población de entre 15 y 64 años que reconoce haberlos tomado en los últimos doce meses, hasta alcanzar el 11,4%, colocándose así como la tercera sustancia psicoactiva más consumida entre los españoles por detrás del alcohol y el tabaco, y superando por primera vez al cannabis. Este consumo masivo hace de nuestro país el segundo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en consumo de tranquilizantes tras Portugal, según un estudio presentado durante el X Congreso Internacional de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés celebrado en la Universitat de València en 201467 . Y es que, según los resultados de cierto estudio de la Fundación Pfizer, «el 44% de la población sufre más estrés y tensión que hace dos años debido a la crisis económica»68. Asimismo, y también estrechamente relacionado con la ansiedad propia de la precariedad, según datos del INE, desde 2008 (fecha significativa dado que marca el inicio de la mal llamada ‘crisis’ y su consiguiente aumento de la pobreza) el suicidio es la primera causa de muerte no natural en España69 ; por delante de los accidentes de tráfico, aumentando los fallecidos por suicidio un 11,3% en 2012 respecto al año anterior70. 65 http://www.europapress.es/economia/laboral-00346/noticia-economia-laboral-crisis-eleva-40puntos-presentismo-laboral-espana-solo-dos-anos-randstad-20120326105936.html 66 http://www.abc.es/sociedad/20130122/abci-encuesta-drogas-hipnosedantes-201301221531.html 67 http://www.infosalus.com/salud-investigacion/noticia-espana-segundo-pais-ocde-consumotranquilizantes-portugal-estudio-20140910144755.html 68 http://www.elconfidencial.com/sociedad/2010-11-12/la-calidad-de-vida-empeora-casi-la-mitadde-los-espanoles-tiene-mas-estres-que-hace-2-anos_299370/ 69 http://www.publico.es/actualidad/relacion-incremento-suicidios-y-crisis.html 70 http://www.eldiario.es/sociedad/suicidio-espana-tasa-salud-publica_0_300970441.html 70 Por otro lado, a la anteriormente expuesta bajada de los salarios; siendo según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) seis de cada diez los trabajadores que tienen menos ingresos que hace un año71, se suma la drástica subida de precios en determinados artículos. Destaca el caso de la luz, cuyo recibo aumentó un 71% en la última década, de acuerdo con los datos difundidos por el ministro de Industria72 , acumulando una subida interanual del 12,7% entre 2014 y 2015, según el análisis de FACUA-Consumidores en Acción73. Y es que en España el precio de la luz ha subido el doble que en el resto de la UE, según datos extraídos de Eurostat74, con las terribles consecuencias que este oligopolístico aumento tiene sobre aquellos con menos recursos. También destaca el incremento generalizado de los precios como consecuencia de la fatal75 y esperpéntica76 subida del IVA, incidiendo especialmente en la cultura77 ; siendo España el país con el IVA cultural más alto de toda la eurozona. Pese a estar a la cabeza en la ya mencionada subida de la luz a nivel europeo o en, como se acaba de comentar, el IVA cultural, el salario mínimo en España es el noveno más alto de la UE78 , siendo el propio Comité Europeo de Derechos Sociales del Consejo de Europa quien reconoció que el salario mínimo en nuestro país "no garantiza un nivel de vida digno”79 . Además y según un estudio elaborado por Adecco, los salarios en España son un 20% más bajos que los de la UE, acumulándose en los últimos cinco años «una caída en el poder adquisitivo del 7,1%, lo que equivale a una pérdida de 125 euros por mes –1.500 euros al año–»80. 71 http://www.europapress.es/economia/laboral-00346/noticia-economia-laboral-seis-cada-dieztrabajadores-tienen-menos-ingresos-hace-ano-ocu-20121220122055.html 72 http://www.elconfidencial.com/empresas/2013-09-18/el-gobierno-admite-que-el-recibo-de-la-luzaumento-un-71-en-la-ultima-decada_29569/ 73 https://www.facua.org/es/noticia.php?Id=9268 74 http://www.elmundo.es/economia/2015/10/20/5626187fca474195608b45c7.html 75 http://www.20minutos.es/noticia/1536021/0/mariano-rajoy/iva/impuestos/ 76 http://www.periodistadigital.com/economia/vivienda/2012/07/13/los-bienes-y-servicios-que-vana-subir-el-1-de-septiembre.shtml 77 http://vozpopuli.com/ocio-y-cultura/48459-balance-de-dos-anos-de-iva-cultural-al-21-soloirritacion-y-perdidas 78 http://ec.europa.eu/eurostat/statistics-explained/index.php/Minimum_wage_statistics/es 79 http://www.europapress.es/economia/laboral-00346/noticia-economia-europa-denuncia-salariominimo-espana-no-garantiza-nivel-vida-digno-20150122202151.html 80 h t t p : / / w w w. a b c . e s / e c o n o m i a / 2 0 1 5 0 5 1 8 / a b c i - a d e c c o - r e m u n e r a c i o n espanoles-201505181233.html 71 El último aspecto a tratar en este apartado se relaciona estrechamente con la supuesta creación de empleo esgrimida históricamente por los sucesivos gobiernos como signos de ‘recuperación económica’. En la actualidad, el gobierno de Mariano Rajoy (haciendo lo propio anteriormente el de José Luis Rodríguez Zapatero) intenta transmitir a la ciudadanía la sensación de una hipotética recuperación por medio de las cifras del paro. Independientemente de que paradójica aunque efectivamente ha bajado el paro sin crear empleo81 (esto es posible a costa de que hoy en España haya menos población activa que cuando Rajoy llegó al poder pues España cuenta con cerca de medio millón menos de personas en su fuerza laboral que en 2011), lo cierto es que la mayoría son ‘contratos basura’ y jóvenes sobreexplotados. En primer lugar y como ya se ha detallado anteriormente, el porcentaje de trabajadores que ganan en nuestro país una cantidad igual o inferior al SMI se ha duplicado holgadamente desde 2004, siendo solamente superado, en riesgo de pobreza de trabajadores82, por Rumanía y Grecia, según los datos publicados por el INE y las cuentas de Eurostat. Y es que la supuesta ‘mejoría’ del empleo no trae contratos indefinidos, siendo sólo un 8% de los firmados en 2015 fijos83 , según los datos del Ministerio de Empleo. A su vez y como ya se ha comentado, los contratos indefinidos a tiempo parcial alcanzaron en 2014 un nuevo récord, sobrepasando, según los datos difundidos por el Ministerio de Empleo, el 35% del total de los contratos indefinidos84 . Además, pese a que las cifras de afiliación a la Seguridad Social terminaron dicho año con un aumento de su media de cotizantes del 2,5%, ese crecimiento se sustentó «sobre pilares frágiles y peligrosos. Porque dicho empleo, según las estadísticas, es temporal y a tiempo parcial»85. En el mismo artículo leemos como «ni el contrato de apoyo a los emprendedores –indefinido, aunque con un periodo de prueba de un año y muy bonificado– ni la tarifa de plana –reducción a 100 euros de la cotización por contingencias comunes a los contratos fijos– consiguen modificar apreciablemente ese desigual reparto a favor de los empleos temporales: nunca por debajo del 92% de los contratos». Esos mismos trabajadores a tiempo parcial cobran de media en torno a 81 http://ctxt.es/es/20151202/politica/3278/paro-empleo-trabajo-población-españa-elecciones-20dgatopardo-o-cambio-real-datos-de-campaña.htm 82 http://economia.elpais.com/economia/2014/06/25/actualidad/1403721076_723458.html 83 http://www.eleconomista.es/indicadores-espana/noticias/7035064/09/15/La-mejoria-del-empleono-trae-contratos-indefinidos-solo-un-8-de-los-firmados-en-2015-son-fijos.html 84 http://www.elconfidencial.com/espana/2014-03-04/el-tiempo-parcial-alcanza-un-nuevo-recordentre-los-contratos-indefinidos_97085/ 85 http://www.infolibre.es/noticias/economia/2015/01/05/ los_contratos_temporales_tiempo_parcial_sustentan_creacion_empleo_2014_26269_1011.html 72 un 30% menos según la encuesta trimestral de coste laboral del INE. Asimismo y de forma paralela a esto que se comenta, se observa cómo la duración media de esos contratos a tiempo parcial se reduce drásticamente, pasando, según datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), de ser casi un 32% de los trabajadores quienes tenían un contrato inferior a un mes al comenzar la crisis en 2008, a un 40,4% durante los primeros once meses del 201386 : siendo cuatro de cada diez contratos de trabajo de naturaleza temporal los que duran ya menos de un mes. Es especialmente revelador el siguiente gráfico extraído del artículo anterior, pues en él podemos observar cómo la tendencia al aumento de la precariedad sigue su curso independientemente de la implementación de las reformas laborales cuyo objetivo; al menos sobre el papel, era reducirla. El aumento de la temporalidad es tal, que, según cierto informe elaborado por el sindicato UGT, los contratos de menos de siete días suponen el 22,5% del total87, siendo este porcentaje diez puntos superior al registrado antes de la crisis ya que en julio de 2007 representaban el 13,5%. El mismo informe aporta otros datos relevantes, pues del total de contratos de una semana o menos, el 74% son eventuales por circunstancias de la producción, el 18 % por obra y servicio y el 7 % por interinidad, y es entre los más jóvenes donde más se dan este tipo de contratos. Otro estudio, en este caso de «la federación de metal y construcción de UGT (MCA-UGT) muestra –a partir de datos 86 http://www.elconfidencial.com/economia/2013-12-10/la-precariedad-se-dispara-el-40-de-loscontratos-dura-ya-menos-de-un-mes_64264/ 87 http://www.publico.es/economia/cuatro-contratos-son-menos-semana.html 73 oficiales- cómo la duración de los contratos industriales ha caído de 157 días de media en 2010 a 60 en 2015»88. «Además, señala el sindicato, uno de cada cuatro contratos en la industria de los firmados durante 2015 ha tenido una duración menor de siete días, mientras que hace cinco años esta situación sólo se daba en el 7% de los contratos» (ib.). Todos estos datos, ciertamente estremecedores si tenemos en cuenta que tradicionalmente y por su propia naturaleza ha sido la industria el sector considerado más estable en términos de contratación89. Empero no escapando a la creciente precarización del mercado laboral español, coinciden con los extraídos del ya mencionado SEPE90. A modo de conclusión, es importante señalar que desde la crisis no se crea empleo en términos netos. Además, al ser los nuevos puestos de trabajo; como se acaba de constatar a lo largo de este apartado, de una calidad paupérrima, caracterizándose por la temporalidad, la parcial, la grotesca corta duración y en definitiva la elevada precariedad, no se reduce el ejército de industrial de reserva anteriormente mencionado, lo que a su vez ejerce una presión a la baja sobre los salarios y sobre las condiciones laborales en general. Así, el incremento de la precariedad tiene, como acabamos de ver, consecuencias múltiples y variadas. Paralelamente a esa tendencia clara a un mayor peso relativo de la contratación temporal y parcial, se reducen sustancialmente los salarios de los trabajadores y se aumenta la intensidad del trabajo; debido entre otros a las fatídicas reducciones de personal. Como veremos más adelante, todo ello responde a la voluntad del capital de aumentar su tasa de ganancia o beneficio en detrimento de los costes laborales. 88 http://cadenaser.com/ser/2015/07/02/economia/1435820159_723562.html 89 Además del que menos subempleo tiene y aquel donde los sueldos son mayores. 90 http://economia.elpais.com/economia/2016/01/12/actualidad/1452634939_734819.html 74 Sobre el carácter euro-periférico de nuestra estructura productiva como causa estructural de la elevada incidencia de la precariedad en España Las elevadas tasas de desempleo y temporalidad españolas (y con ellas la alta precariedad que encontramos en nuestro país) se encuentran muy vinculadas a su estructura productiva. La fuerte especialización en sectores como el turismo o la construcción hace que el desempleo tenga dos rasgos definitorios fundamentales: la estacionalidad, siendo en los meses de verano y Navidad cuando más empleo se crea a lo largo del año, y la fuerte influencia que en nuestra economía ejerce la fase del ciclo económico en la que nos encontremos, siendo particularmente sensible a las fases de recesión. Esta singular afectación y dependencia ayuda entender por qué, incluso en fases económicas de auge, la tasa de desempleo se encuentra siempre elevada si la comparamos con otros países europeos, y por qué en fases de recesión como la actual, esta es tremendamente superior. Además, ese elevado nivel de desempleo, como componente del ya mencionado ejército industrial de reserva del que volveremos a hablar más adelante, ejerce una presión a la baja sobre las condiciones laborales, lo que también contribuye a explicar la mayor precariedad. Tras la traumática reconversión industrial efectuada bajo el mandato de Felipe González en la década de los ochenta, la estructura productiva de nuestro país desarrolló un carácter marcadamente euro-periférico similar al de otros PIGS91. Ello se relaciona necesariamente con la división del trabajo europea impulsada por las élites económicas y políticas que implica por una parte un norte acreedor y desarrollado y por otra un sur deudor con mano de obra barata, sin derechos y con pocas expectativas de futuro. Un sur condescendiente al que los ricos y las clases medias del norte vienen a pasar las vacaciones. Es la misma división del trabajo de la que hablaba Eduardo Galeano: unos se especializan en ganar y otros en perder. Con el objetivo de evidenciar el carácter euro-periférico de la estructura productiva española, similar como ya se ha comentado al de otras economías mediterráneas, 91 PIGS (‘cerdos’) es un acrónimo peyorativo inglés por el que se conoce al grupo de países de la Unión Europea conformado por Portugal, Italia, Grecia y España. 75 comparándolo con una de esas economías del norte aparentemente boyantes como es la alemana, utilizaremos los datos que aparecen en cierto artículo92 del economista Alberto Garzón.93 Para comenzar, es importante contemplar el porcentaje del PIB de la eurozona que estas dos economías representan, siendo del 29% del PIB en el caso de Alemania y de algo más del 10% en nuestro caso. Pero las causas estructurales a las que hacíamos referencia antes van más allá del peso cuantitativo en el PIB, radicando en una mayor e importante medida en el papel que las distintas economías juegan en el sistema-mundo capitalista. Como acertadamente indica el autor: «esto, que es evidente para los analistas de tradición marxista, es sistemáticamente obviado en los análisis convencionales». La estructura productiva se materializa en elementos muy diversos que afectan de lleno a nuestra cotidianidad. Uno de ellos es el número medio de horas trabajadas al año, siendo en nuestro país casi un 20% más que en Alemania. La explicación a «por qué entonces la crisis es tan fuerte aquí y no tanto en Alemania» está en la productividad. A su vez, nuestra menor productividad con respecto a otros países de ese norte anteriormente mencionado se explica directamente por el hecho de que las ramas productivas en las que España se especializa son; por su propia naturaleza, muy poco permeables al cambio técnico, a la mecanización, etc., requiriendo mano de obra menos cualificada. Es esta la causa más rigurosa y no otras esgrimidas frecuentemente, como que los trabajadores mediterráneos somos más vagos y que no ponemos el mismo esfuerzo que los alemanes. En el mismo artículo leemos cómo «en España la productividad es sólo del 75% respecto a la productividad alemana». Y es que «no es lo mismo producir productos agrícolas que productos de biotecnología». Con estos datos, es plausible comprobar cómo la economía española es periférica en relación con la alemana, materializándose ello en una menor solidez y, además, en una mayor volatilidad. «Asimismo, el carácter periférico hace a estas economías muy dependientes de las economías del centro», indica el autor. 92 http://www.eldiario.es/zonacritica/Grecia-capital_6_414068620.html 93 Alberto Garzón es miembro del Consejo Científico de ATTAC España. 76 En conclusión, y aunque a veces se nos intente hacer creer que las altas tasas de precariedad, temporalidad y desempleo en nuestro país se deben a circunstancias coyunturales adversas como la mal llamada crisis; inevitables y convirtiéndose así en una especie de catástrofe natural o fenómeno meteorológico contra el que nada se puede hacer, o a cierto gen vago en los trabajadores mediterráneos, lo cierto es que las causas son puramente estructurales. El papel que las élites económicas y políticas, pertenecientes a una trama oligárquica, han hecho asumir a nuestro país y a nuestra economía en el sistema-mundo capitalista, es tristemente el de una economía periférica dentro de la eurozona, con las elevadas tasas de precariedad, temporalidad y desempleo que esto implica. El de unos ‘cerdos’ malolientes, desunidos, deficitarios y esclavos a los que recortar sus derechos y su ya maltrecho estado social. En conclusión, el carácter euro-periférico de la estructura productiva española permite explicar la elevada incidencia de la precariedad en nuestro país, penosa y significativamente mayor que en otras economías de la UE, empero, no explica la creciente precariedad, siendo esta una característica estructural de la fase actual del capitalismo a escala mundial, pues como veremos más adelante obedece a la voluntad del capital de aumentar su tasa de ganancia o beneficio. 77 Perspectivas de futuro con respecto a la precariedad: sobre la canallada de la flexiseguridad, el contrato único, los minijobs y el workfare Por último, y con el objetivo de cerrar esta tercera y última parte y dar paso a las conclusiones, trataremos de resumir en este último apartado algunas de las soluciones que los defensores y legitimadores del sistema aportan con respecto al problema de la precariedad. Pero antes, es importante aclarar que lejos de lo que se suele plantear, el problema de la temporalidad no son los contratos temporales en sí, como intentan hacernos creer los partidarios de la ya mencionada teoría de los insiders/outsiders, sino el mal uso que se hace de estos y el fraude organizado en torno a ellos. Este es uno de los principales mitos del mercado laboral español y, para defenderlo, sus adeptos argumentan que la supuesta sobreprotección de la que gozarían los trabajadores indefinidos fuerza a las empresas a contratar un volumen de trabajadores temporales superior a la media de otros países europeos. Cabe recordar que en este momento España tiene tras Polonia la segunda tasa de temporalidad más elevada de la UE (25,3% -casi el doble que la media-) según Eurostat94, segmentando de este modo el mercado de trabajo. Sin embargo y como se constata con vehemencia en cierto articulo de Antonio González, miembro de Economistas Frente a la Crisis (EFC)95, «ni la legislación (incluidas las indemnizaciones) del despido individual, ni tampoco la del despido colectivo se encuentran entre las más rígidas de Europa, sino todo lo contrario, entre las más laxas y permisivas», siendo la protección frente al despido individual en España una de las más bajas de toda la UE. «Finalmente, es falso que los trabajadores temporales tengan menos protección frente al despido que los indefinidos», podemos leer. Lo cierto es que la forma contractual en cuestión es de gran utilidad para determinadas circunstancias de la producción, empero, en nuestro país se abusa de la misma ante la impasibilidad de la Administración. Huelga decir que una vez más esto es una decisión completamente política, careciendo los inspectores de trabajo de los medios suficientes para destapar los contratos temporales fraudulentos. 94 http://cincodias.com/cincodias/2012/10/05/economia/1349573011_850215.html 95 http://economistasfrentealacrisis.com/mitos-del-mercado-de-trabajo-espanol/ 78 Por otro lado, el principal problema de las pymes y autónomos no es como a menudo se nos trata de convencer el coste de contratación, sino la falta de clientes y las dificultades para acceder al crédito, tal como demuestra la última edición de la Encuesta de acceso a financiación de las empresas96; elaborada por el Banco Central Europeo (BCE). No obstante, las soluciones que los defensores de la barbarie capitalista arguyen no contemplan, por razones obvias, esto que se acaba de exponer. Por ello, estas pasan por reducir los costes laborales y “flexibilizar” (desregular) el mercado de trabajo. De este modo, bajo el eufemismo “flexibilidad laboral” se esconden medidas como la deslocalización industrial, la mal llamada ‘movilidad geográfica’, el trabajo a comisión, la contratación por horas, la subcontratación, etc. Algunos organismos internacionales como la OIT y la OCDE van más lejos, abogando por la “flexiseguridad”, concepto novedoso nacido en Dinamarca a finales de siglo que defiende la “flexibilidad” del mercado de trabajo en conjunción con altas prestaciones por desempleo y políticas de formación eficientes como el modelo a imitar. El grotesco circunloquio eufemístico roza el más absoluto absurdo en un intento por ocultar la realidad más evidente. En este mismo sentido y tomando por cierta la teoría de los insiders/outsiders emerge la figura del contrato único. Esta aboga por la implantación de una única forma contractual, acabando sobre el papel con las diferencias entre contratos temporales e indefinidos. Aunque hay quienes plantean que el contrato único en sí no tiene ideología, siendo este liberal en un mayor o menor grado según sus condiciones (p.ej.: según la indemnización por despido), a fin de cuentas y en la mayoría de casos este supone una equiparación a la baja de las condiciones laborales. Paradigmático es el caso de esta propuesta en nuestro país, defendida por el partido político Ciudadanos e incluida en su programa, como ya hemos comentado, por el economista de la London School of Economics (LSE), Luis Garicano. Y es que de acuerdo con las premisas anteriormente expuestas, no parece que el contrato único vaya a resolver el problema de las altas tasas de precariedad y temporalidad en nuestro país, tornándose como medida más efectiva el aumento de los recursos y de los medios de los inspectores de trabajo para que estos puedan perseguir el engaño existente en torno a los contratos temporales. 96 http://www.europapress.es/economia/noticia-pymes-europeas-consideran-problema-muchomayor-encontrar-clientes-prestamos-bce-20151202142654.html 79 Asimismo, otra de las ‘soluciones’, recomendadas tanto por el BCE97 como por la CEOE98 como alternativa al tan anhelado empleo estable, ha sido la compaginación de distintos minijobs99. Sin embargo, algunos nos negamos a aceptar que la única forma de subsistencia posible sea coleccionar empleos precarios, sobreexplotados y sin apenas derechos. Por último, cabe destacar la implantación del workfare como la última frontera a cruzar para continuar la reproducción de un sistema que se ha probado ineficaz además de sumamente injusto en tantísimas ocasiones. Este es quizás el concepto más canalla de los que han aparecido en este apartado, haciendo referencia a un Estado del bienestar alternativo al que solo se puede acceder mediante el trabajo. Si bien esto ya era así antes, siendo importante recordar que casi todas las constituciones europeas tratan el trabajo como un derecho y al mismo tiempo como un deber, el que nos convierte en ciudadanos, el workfare, originado en Gran Bretaña, transforma en un requisito indispensable la necesidad de demostrar cierto nivel de pobreza así como acreditar la búsqueda de empleo para beneficiarse de exiguos subsidios como la prestación por desempleo. En aquellos países donde la implantación de tal aberración es plena, el mero rechazo a un determinado curso de formación y/o puesto de trabajo, por inconveniente que este sea, puede suponer la pérdida del subsidio. Así, muchas personas se ven obligadas a aceptar trabajos sin cobrar ante el miedo a perder el seguro de desempleo. En conclusión, las medidas que las instituciones nacionales e internacionales del sistema proponen para corregir el problema que ellos mismos han creado se muestran no solo ineficaces sino en muchos casos perjudiciales, derivando en una mayor situación de pobreza, temporalidad y precariedad en general. 97 http://www.elmundo.es/elmundo/2011/12/07/economia/1323273892.html 98 http://www.elmundo.es/elmundo/2011/12/14/economia/1323885482.html 99 Los minijobs son contratos de baja remuneración con máximo 15 horas de trabajo a la semana. Esta formada de empleo nacida en Alemania ha permitido mantener la economía de dicho país en auge durante la crisis a pesar del empobrecimiento de sus trabajadores. 80 81 TERCERA PARTE REVISIÓN CRÍTICA DEL PRECARIADO DESDE EL MARXISMO 82 Introducción Por último, en esta tercera parte se defenderá que la precariedad no implica nada nuevo en el sistema capitalista, siendo ya contemplada por los clásicos del marxismo y explicada según sus postulados fundamentales. Y es que, una vez constatado el incremento de la precariedad, no es necesario acudir a nuevas clases sociales, sino que la naturaleza de dicho aumento puede ser explicada desde el enfoque marxista. De este modo, mediante la teoría de clases y los intereses contrapuestos que de ella se derivan y el concepto ejército industrial de reserva, es posible comprender cómo el incremento de la precariedad no es sino parte de la ofensiva del capital por aumentar sus beneficios, siendo la forma particular mediante la que se ha pretendido resolver los problemas de rentabilidad. En el último apartado y antes de pasar a las conclusiones, retomaremos la cuestión sobre el papel de los sindicatos iniciada en la primera parte de la investigación. 83 Sobre la teoría marxista de clases y el error de Standing El objetivo que esconde el aumento de la precariedad es claro y evidente: aumentar el beneficio de los capitalistas, su tasa de ganancia. No es que estos sean por naturaleza personas malvadas y pérfidas, o al menos no es eso lo que, según el marxismo, lleva a los capitalistas a comportarse así. Simplemente, sus intereses se contraponen a los de aquellos que sufren la precariedad. Es esto y la agresiva guerra de todos contra todos en la que participan contra el resto de capitalistas lo que les lleva a hacer todo lo posible para no quedarse atrás. Un solo paso en falso puede ser letal. De este modo, objetivamente existen ciertas tensiones sobre la rentabilidad (manifestadas de forma diversa: burbujas, crisis, etc.,) que explican el intento por mejorar la ganancia, siendo la rebaja de los costes laborales la estrategia utilizada por el capital para contrarrestarlas. Como se acaba de exponer, la teoría marxista de clases no es maniquea, sino radicalmente dialéctica y materialista. Marx postula que la nuestra es la “época de la burguesía”, caracterizada «por el hecho de haber simplificado los antagonismos de clase» [Marx y Engels, 2012 (1848): 14]. De esta forma, si bien en épocas anteriores opresores y oprimidos estuvieron necesariamente enfrentados entre sí (ciudadanos libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, etc.), la sociedad se encontraba estructurada en estamentos diferentes, -«una gradación variada de posiciones sociales» dirá Marx-, mientras que, en la actualidad, «la sociedad entera se divide cada vez más en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases directamente enfrentadas entre sí: burguesía y proletariado»100 (ib.). Como se puede apreciar, esto último que se comenta, la tendencia a la proletarización, choca de lleno con la opinión de Standing, quien no solamente habla de siete clases sociales distintas sino que además predice un descomunal trasvase del resto de clases sociales que él contempla a la que domina “precariado”. Marx supedita la pertenencia a una u otra clase social a la propiedad o falta de esta de los medios de producción. Los burgueses o capitalistas son tenedores de los medios de producción y por tanto no necesitan vender su fuerza de trabajo. Los proletarios, obreros Así y partiendo de un grado alto de abstracción, Marx habla de dos clases esenciales en el capitalismo: burguesía y proletariado. Sin embargo, cabe mencionar que naturalmente reconoce la existencia de otras clases intermedias y con carácter subordinado, cuyo máximo exponente en la actualidad es la figura del autónomo (trabajadores independientes y empresarios sin asalariados), que no son considerados ni capitalistas ni asalariados. No obstante, Marx sí entiende que por la propia naturaleza del capitalismo estás clases intermedias están condenadas a proletarizarse. 100 84 o trabajadores asalariados, por el contrario, carecen de medios de producción, quedándoles solo la venta de su fuerza de trabajo como único medio para poder subsistir. Desde este dicotómico enfoque, la amalgama de clases sociales presentada por Standing pierde todo sentido, pudiéndose simplificar notablemente entre quienes sí poseen medios de producción y quienes no, e identificando los intereses antagónicos de una manera clara. Así, los obreros de mono azul, con jornadas de ocho horas y vacaciones pagadas, arquetipo del caduco fordismo, y los teleoperadores sumamente precarios y prototípicos del posfordismo actual, comparten objetivamente una misma lucha y unos mismos intereses, esencialmente opuestos a los de los capitalistas. Por ello, el hecho de que los primeros tuviesen «un puesto relativamente duradero y estable, con jornadas de trabajo fijas y vías bastante claras de mejora, sindicados y con convenios colectivos, cuyos puestos de trabajo tenían un nombre que sus padres y madres habrían entendido, frente a patronos locales cuyos nombres y rasgos les eran familiares» (Standing, 2013: 25), mientras que los segundos, por oposición, tienen un puesto sumamente efímero y precario, con jornadas de trabajo variables y nulas vías de mejora, desprotección por parte de los sindicatos y sin convenios colectivos, cuyos puestos de trabajo tienen un nombre que sus padres y madres ni entienden ni son capaces de pronunciar, frente a patronos extranjeros cuyos nombres y rasgos les son enteramente desconocidos, no les excluye de sus intereses comunes: acabar con la explotación que les es ejercida al serles sustraída la plusvalía101. Es precisamente este el principal error de la argumentación de Standing, estrechamente ligado a la mitificación que el autor británico realiza del fordismo y de los obreros sindicados, pues no hay que olvidar que, aunque aquellos se conformasen con trabajar toda su vida en la misma empresa mientras que quienes Standing denomina “precariado” desean cambiar de empresa cada cierto tiempo y desarrollar distintos empleos a lo largo de su vida, los obreros de mono azul sufrían y sufren la explotación de la misma forma que los jóvenes con contratos de cero horas a los que nos referíamos al comienzo del trabajo, aunque estos últimos en mayor grado. 101 Partiendo de la teoría del valor-trabajo [también llamada teoría laboral del valor (TLV)] marxista, se entiende por plusvalor o plusvalía la fracción del valor que el trabajador asalariado genera por encima del valor de su fuerza de trabajo. De esta se apropia, por las relaciones de producción específicas del capitalismo, gratuitamente el capitalista, formando por tanto la base de la explotación y de la acumulación del capital. 85 Por otro lado, al ser el proletariado «una categoría sobre todo objetiva, que designa a todo aquel que mantiene una relación salarial con un patrón (sea privado o el Estado), con independencia de la ideología que tenga o el grado de conciencia política o sindical que manifieste» (Guerrero, 2005: 7), es necesario recurrir a una oportuna distinción en el análisis de clase para poder entender por qué, en demasiadas ocasiones, los trabajadores no son capaces «de comprender el sentido real de sus propias condiciones de vida y de trabajo, de sentir la explotación en carne propia y de comprender qué significa realmente la explotación, y aun menos de intentar combatir a un sistema que, mediante la imposición de una fuerza disciplinaria que en último término sigue siendo la férrea “disciplina del hambre”, los agota hasta la inactividad total (más allá del “exprimido” que sufren en la empresa)» (Guerrero, 2005: 17). Esta precisa distinción a la que me refiero aparece en la obra de Marx entre clase en sí y clase para sí. Consideramos como clase en sí la clase social como tal a la que pertenece objetivamente cada individuo en función de la propiedad, o mejor dicho falta de esta, de los medios de producción. En cambio, el concepto clase para sí se refiere a la clase social de la que estos mismos individuos conscientemente102 se sienten parte, dada su posición y contexto histórico, y llegando a ser, los intereses que defienden, intereses de clase. Es en la lucha cuando esta masa se constituye en clase para sí misma. «Los intereses que defiende se convierten en intereses de clase. Pero la lucha de clase contra clase es una lucha política» [Marx, 1970 (1847): 120]. Esta diferencia que se expone entre el obrero consciente y organizado; que se reconoce como tal, y aquel sin conciencia de clase debido a la alienación, unida a la omnímoda hegemonía cultural que reproduce la ideología dominante en todos los aspectos de nuestras vidas y a «la necesidad que tiene la mayoría de trabajar una cantidad excesiva de horas y con unos ritmos y una intensidad de trabajo que agotan al trabajador normal – y no le dejan tiempo más que para seguir “trabajando” fuera de la empresa (en otras actividades imprescindibles como las compras, las visitas al banco para la hipoteca, el tiempo que pasa conduciendo o reparando el coche, etc.) o bien seguir alienándose y descansando su fatigado cerebro gracias a la televisión y el fútbol–» (Guerrero, 2005: 17) son la razón de que la mayoría de estos trabajadores no pueda pensar. Y como bien indica este último, si los trabajadores no tienen tiempo para pensar difícilmente estarán 102 La consciencia es un elemento clave en lo que concierne a la clase para sí, puesto que esta implica necesariamente el reconocimiento por parte del individuo de la clase a la que este pertenece. Sin esa consciencia y ese reconocimiento sería imposible articular la lucha. 86 en condiciones de subvertir este sistema despótico. Por ello y en definitiva, la única oportunidad de redención de la clase obrera (y con ella del mal llamado “precariado”), implica necesariamente la adquisición de conciencia de clase. Volviendo al epicentro del debate en torno al que gira esta investigación, es especialmente relevante señalar que, lejos de lo que algunos interesadamente plantean, el incremento de la precariedad es generalizado a la clase asalariada en su conjunto, sin distinguir entre niveles de cualificación103 o sectores productivos104 . Sin embargo, ciertamente se observan algunas especificidades en cuanto a la edad; registrándose una mayor precariedad entre los jóvenes, y el género, dada la naturaleza patriarcal del sistema capitalista y siendo las mujeres quienes sufren más y en un grado mayor la precariedad105; lo que entre otros aspectos se materializa en el aumento de la brecha salarial en España más de 3 puntos durante la crisis según Eurostat106 . Esta indiferenciación entre los distintos factores es sumamente coherente dado que la precariedad es la herramienta de la que, como veremos con un menor nivel de abstracción en el siguiente apartado, se valen los capitalistas para ejercer una presión a la baja sobre los salarios y las condiciones laborales con el objetivo de aumentar su rentabilidad. Por ello afecta a toda la clase trabajadora, porque el origen de la precariedad, materializada en diversas formas, es fruto del conflicto, naturalmente antagónico, entre burgueses y proletarios inherente al capitalismo. 103 http://www.elmundo.es/elmundo/2011/11/18/barcelona/1321602069.html 104 http://cadenaser.com/emisora/2016/01/17/radio_madrid/1453042338_207845.html 105 http://economia.elpais.com/economia/2016/02/09/actualidad/1455016595_125467.html 106 http://www.expansion.com/2015/03/05/economia/1425559936.html 87 Sobre la ofensiva neoliberal y el ejército industrial de reserva Tras la crisis económica de los años setenta, caracterizada por una crisis de sobreproducción, ciertos desequilibrios financieros y una caída de la tasa de ganancia, la respuesta articulada por las élites económicas y políticas mundiales se concretó en la ofensiva neoliberal iniciada en la década de los ochenta y que se extiende hasta la actualidad. Esta puso en el centro de su ataque las conquistas sociales de las clases trabajadoras, ganadas tras arduos años de movimiento obrero que forzaron a esas mismas élites; tras la Segunda Guerra Mundial y ante el temor a una ola revolucionaria dada la enorme influencia de la URSS, a consentir algunas concesiones. El objetivo era aumentar la tasa de ganancia de los capitalistas a toda costa, lo que se hizo efectivo mediante la ‘desregulación’ de los mercados y la consiguiente reducción de los costes de la fuerza de trabajo: disminuyendo sustancialmente el salario de los trabajadores, el relativo en fases económicas de auge y también el real en fases de recesión, aumentando notablemente la carga de trabajo y la tasa de explotación, y mermando los derechos sociales ya maltrechos en el caso español. Todo ello se materializó asimismo en el aumento de la precariedad y en altas tasas de desempleo y temporalidad. Es precisamente el desempleo, «fenómeno de gran amplitud (y no sólo en España), cuando no un fenómeno de creciente magnitud (al menos en términos globales mundiales y medido en términos de medias decenales)» (Guerrero, 2005: 8), englobado en el ejército industrial de reserva, una de las principales causas del aumento de la precariedad, contribuyendo a su vez a retroalimentar a este último. La explicación a dicha causalidad radica en el incremento de la competencia resultante entre todos los trabajadores, que será tan intensa como la que existe entre los capitalistas que persiguen la máxima rentabilidad de sus inversiones, y que en consecuencia dificultará cada vez más la mejora del nivel de vida obrero o asalariado. De este modo, aunque se pellizquen de vez en cuando ciertas subidas salariales, «el incremento del empleo precario o el aumento de la jornada laboral y de la intensidad del trabajo se revelan como un precio real demasiado alto para conseguir esas migajas» (ib.). Lo que se comenta es dilucidado con pasmosa claridad por Marx en uno de los capítulos del primer tomo de El capital mediante el concepto mencionado anteriormente ejército 88 industrial de reserva. Este se refiere a un contingente «a disposición del capital, que le pertenece a éste tan absolutamente como si lo hubiera criado a sus expensas» [Marx, 1975 (1867): 786], brindándole «el material humano explotable y siempre disponible, independientemente de los límites del aumento real experimentado por la población» (ib.). De este modo, la acumulación capitalista descansa precisamente en esas masas humanas o superpoblación obrera, pues, como bien indica Marx, «a la producción capitalista no le basta, de ninguna manera, la cantidad de fuerza de trabajo disponible que le suministra el incremento natural de la población» [Marx, 1975 (1867): 790]. Así, «para poder desenvolverse libremente, requiere un ejército industrial de reserva que no dependa de esa barrera natural» (ib.). Paralelamente, «el trabajo excesivo de la parte ocupada de la clase obrera engruesa las filas de su reserva, y, a la inversa, la presión redoblada que esta última, con su competencia, ejerce sobre el sector ocupado de la clase obrera, obliga a éste a trabajar excesivamente y a someterse a los dictados del capital» [Marx, 1975 (1867): 792]. Y es que «la condena de una parte de la clse obrera al ocio forzoso mediante el exceso de trabajo impuesto a la otra parte, y viceversa, se convierte en medio de enriquecimiento del capitalista singular y, a la vez, acelera la producción del ejército industrial de reserva en una escala acorde con el progreso de la acumulación social» (ib.). Por ello y con el objetivo de explicar cómo sucede esto, Marx indica que «durante los períodos de estancamiento y de prosperidad media, el ejército industrial de reserva o sobrepoblación relativa ejerce presión sobre el ejército obrero activo, y pone coto a sus exigencias durante los períodos de sobreproducción y de paroxismo» [Marx, 1975 (1867): 795]. De este modo, «la sobrepoblación relativa, pues, es el trasfondo sobre el que se mueve la ley de la oferta y la demanda del trabajo» (ib.). «Comprime el campo de acción de esta ley dentro de los límites que convienen de manera absoluta el ansia de explotación y el afán de poder del capital» (ib.). Por último, y en lo que se refiere al ejército industrial de reserva, cabría indicar que «la demanda de trabajo no es idéntica al crecimiento del capital, la oferta de trabajo no se identifica con el aumento de la clase obrera, como si se tratara de dos potencias independientes que se influyen recíprocamente» [Marx, 1975 (1867): 796]. La conclusión ulterior que de todo esto se infiere es que el marxismo clásico ya contemplaba el incremento de la precariedad, interpretándolo mediante el ejército 89 industrial de reserva, conformado no solo por los desempleados sino también por aquellos trabajadores subempleados, temporales, etc., que pese a estar ocupados ejercen de facto una importante presión a la baja sobre las condiciones laborales. Este soporte intelectual previo tan sumamente riguroso y desarrollado, y ciertamente contrastado, torna el mal llamado “precariado” y el precedente aumento de la precariedad en algo, obviando toda la reciente charlatanería posmoderna al respecto, ciertamente previsible. En definitiva, y desde un análisis marxista, el aumento de la precariedad se entiende no como una novedad, sino como el empeoramiento masivo y generalizado de las condiciones laborales de los trabajadores en su conjunto. Ello obedece a un objetivo principal: la necesidad del capital de aumentar sus beneficios, en particular tras la crisis económica de los años setenta y dado que los problemas que se derivan de la rentabilidad forman parte del funcionamiento objetivo del sistema capitalista. Para conseguir dicho propósito, los capitalistas se valen de las altas tasas de desempleo y del ejército industrial de reserva en su totalidad a fin de rebajar los costes laborales. 90 Sobre los sindicatos: la respuesta organizada del “precariado” Dado que, como ya se ha señalado anteriormente, el obrero de mono azul de la cadena de montaje y el oficinista de cuello blanco sobreexplotado con un contrato en prácticas pertenecen, desde un análisis materialista, en esencia a la misma clase social, sufriendo en un mayor o máximo grado los efectos de la precariedad, parece evidente que la lucha a articular ha de ser conjunta. De este modo y una vez refutada la artificial e inútil diferenciación sostenida por Standing, se torna sumamente irracional sostener que quienes sufren la precariedad en su grado más alto deben auto-organizarse de manera independiente en defensa de sus propias reivindicaciones. Esto es naturalmente debido a que dichas reivindicaciones propias no existen como tal, siendo sustancialmente las mismas que las de la clase obrera de la que forman parte y a que de la espuria desunión solo se beneficiaría al capital. Cabe explicitar que el deterioro de las condiciones laborales, más intenso en quienes sufren la precariedad en su mayor grado, acaba ejerciendo una presión a la baja sobre las condiciones de todos los asalariados. Sin embargo y pese a lo que se comenta, es incuestionable que muchos de esos trabajadores intrínsecamente ligados a un modelo posfordista (teleoperadores, informáticos, camareros, reponedores de supermercado, etc.,) no ven ningún atractivo en la tradicional lucha obrera sindical107, empero, sería un error rechazar, como de algún modo hace Standing, la figura de las organizaciones sindicales. Y es que aunque las cúpulas de los sindicatos hegemónicos y orgánicos del régimen (los que posibilitan el dominio de las clases económicamente dominantes) practiquen el inmovilismo más reaccionario, la labor de base del sindicalismo obrero es en general encomiable. Además y dado que por su propia naturaleza son la herramienta en manos del trabajador más próxima al centro de trabajo, se mantienen como una de las más útiles y eficaces para defender y mejorar los intereses de los trabajadores. Por otro lado, y aunque usual e interesadamente se nos intente convencer de la debilidad de los sindicatos, estos aún, y afortunadamente, tienen cierto poder de convocatoria (especialmente en la rama industrial). Pese a ello, la decadencia es incontestable, al igual que la pérdida de credibilidad. 107 Cabe mencionar que el desdén hacia los sindicatos no solo lo suscitan quienes sufren la precariedad en su magnitud más elevada, sino la sociedad civil en su conjunto; siendo tal desapego una consecuencia más de la crisis de régimen que en la actualidad atraviesa nuestro país. 91 Ante lo que se plantea, y en un contexto tan particular como el actual en cuanto a las transformaciones del trabajo, el incremento de la precariedad y el ya mencionado inmovilismo de los sindicatos tradicionales, han aparecido -y es imprescindible que aparezcan- nuevas formas de organización en defensa de los intereses de los asalariados en particular y de la clase obrera en general. Estas necesariamente han de ir más allá, superando las formas del sindicalismo clásico y con ello sus limitaciones, e integrando las diversas luchas que en la actualidad afectan a la clase trabajadora; en lugar de circunscribirse a aquellas puramente ‘laborales’. Lo que se comenta es indispensable dado que la ofensiva del capital no se ha limitado solamente al ámbito del trabajo, sino que se ha extendido a otros como la educación, la sanidad, la cultura, etc. Por ello, la respuesta ha de ser simultánea y coordinada, articulada en base a estas nuevas formas de organización. Desde esta perspectiva, los sindicatos de clase ‘tradicionales’ como la CGT o el SAT y los colectivos, asociaciones y movimientos sociales como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) o Juventud Sin Futuro (JSF) constituyen una misma herramienta en manos de los asalariados para revertir su penosa situación. No obstante, es importante considerar que la mayor precariedad dificulta, por diferentes motivos, la defensa de los intereses de los asalariados mediante la figura de los sindicatos. En conclusión, de todo ello se extrae que lo principal es organizar la respuesta efectiva no solo del “precariado” sino de la clase trabajadora en su totalidad, siendo ciertamente más importante el fin que los medios. Sin embargo, es especialmente relevante reiterar que los sindicatos deberían ser un ente flexible y dinámico que evolucione al mismo ritmo al que lo hace el capitalismo, adaptándose a los nuevos tiempos y a las ‘nuevas’ formas de explotación. 92 93 CONCLUSIONES 94 A modo de conclusión Durante las últimas décadas, y de acuerdo con la evolución natural del capitalismo, se ha producido una ruptura, causada entre otros por la instauración del modelo posfordista, que ha traído consigo relaciones laborales planteadas como novedosas pero que esencialmente reflejan las tendencias ontológicas del proceso de acumulación capitalista. Este hecho ha llevado a que términos tales como proletariado y clase obrera cada vez tengan menos adeptos e incluso provoquen, ante la incomprensión de los más ortodoxos, un efecto disgregador. Frente a este fenómeno, indudablemente surge la imperiosa necesidad de articular sujetos políticos capaces de crear hegemonía y de disputar lo político. Pero aún siendo ello imprescindible si queremos alterar el orden establecido en este mundo enfermo, es sumamente importante no caer en un eclecticismo ingenuo que nos impida discernir e incluso tomar por nuevos comportamientos tan vetustos como lo es el propio sistema108. El principal error de Standing, es precisamente este: sucumbir a la posmodernidad más contradictoria e inocentemente creer que la precariedad es una característica reciente del capitalismo, surgida a raíz la contraofensiva neoliberal de la década de los ochenta. De ahí que el economista británico defienda que el “precariado”, es decir, quienes sufren la precariedad, son una nueva clase social. Pero su tesis es tan errónea que incluso él mismo acaba sentenciando explícitamente que «todos somos precarios», asumiendo tácitamente que eso a lo que él se refiere con el término precariado no es, a la postre, algo novedoso, no siéndolo tampoco la precariedad en un sentido más general. De este modo, si bien en las últimas décadas se ha producido un aumento de la precariedad, nada más lejos de la realidad: esta ya existía y ha sido originariamente una característica inherente al propio sistema capitalista y a la clase asalariada en su conjunto. Por ello, pese a haber más precariedad, este no es un fenómeno novedoso, ni tampoco una nueva clase social. Así, es posible comprender dicho incremento de la precariedad desde la óptica de Marx y mediante las herramientas teóricas propuestas por él. Y es que dada su propia naturaleza, cuya mayor particularidad es el carecimiento de los medios de producción, esta se ve obligada a vender su fuerza de trabajo al precio que los capitalistas estén dispuestos a pagar, lo que se materializa en una perpetua situación 108 Esto que se comenta es en la actualidad más necesario y difícil que nunca, dado que paradójicamente y gracias a la hegemonía cultural burguesa dominante se camufla una explotación no solo persistente sino en aumento, así como una situación de opresión omnímoda. 95 de subalternidad caracterizada por la persecución de intereses radicalmente contrapuestos. Es justamente la subordinación que se describe el porqué de la relación salarial intrínsecamente precaria. Con todo ello, esta es la principal conclusión del trabajo: no siendo el precariado una nueva clase social sino la misma e inexorable lucha de clases inherente al sistema capitalista, y atendiendo consecuentemente el aumento global de la precariedad a la necesidad del capital de mejorar su rentabilidad. En resumen, y según se deduce de todo lo anteriormente expuesto a lo largo de la investigación, después de un periodo de relativa estabilidad del capital tras la Segunda Guerra Mundial, en la década de los setenta se desencadena una nueva crisis; asociada a la inexorable tensión en torno a la ganancia consustancial al proceso de acumulación capitalista. Ante esto que se formula, al capital se le planteó la necesidad de aumentar la tasa de plusvalor. Para ello, se llevó a cabo un salvaje ajuste salarial, materializado en el incremento de la tasa de explotación. Cabe señalar que dada la elevada productividad de los países del norte de Europa, en ellos se contó con un mayor margen de maniobra, llevándose a cabo un proceso con el mismo fin mas de manera tácita. Sin embargo y dado que la productividad en España es ciertamente baja a causa de su estructura productiva, aquí el proceso de ajuste salarial fue notoriamente visible. Es importante, empero, reiterar que el objetivo era el mismo en toda la economía mundial: aumentar la rentabilidad del capital, lo que trajo consigo un aumento global de la precariedad. En España, todo esto se realizó simultáneamente a la incorporación de nuestro país en la UE en 1986, requiriéndose enormes reformas económicas, privatizaciones, y procesos tan traumáticos como la mal llamada reconversión industrial, lo que acabó de consolidar nuestro papel euro-periférico basado en ramas productivas tan dependientes como el turismo. También destaca la gradual implementación de la desregulación laboral, así como una perniciosa reestructuración fiscal. Destaca a su vez y en todo momento la indudable rapidez con la que se realizó este arduo proceso de reformas, pues cabe recordar la situación inicial: la sumamente atrasada, reaccionaria y execrable dictadura franquista. Todo esto que se comenta es planteado como parte de la necesidad de mejorar la competitividad del país a nivel internacional, siempre dentro del contexto de la globalización burguesa. Así, el empleo que se crea es sumamente precario, por lo que el ejército industrial de reserva no desciende en la misma proporción que el paro, ejerciendo en todo momento una presión a la baja sobre los salarios y las condiciones laborales. 96 Paralelamente, y como es natural debido a la feroz competencia entre los capitalistas, se produce una tendencia a la asalarización (proletarización) y la polarización social, lo que asimismo consolida una regresión salarial, incluso en una etapa de auge como la previa a la crisis. Esta tendencia hacia la regresión salarial, no solo en términos de salario en sí sino también de las condiciones laborales y de determinados servicios asociados al asolado Estado del bienestar, siempre en torno al objetivo de incrementar la tasa de plusvalor y con ella la tasa de ganancia y los beneficios de los capitalistas, se produce fundamentalmente, como se vio en la segunda parte del trabajo, gradualmente mediante las sucesivas contrarreformas laborales. De este modo, y además de todas sus nocivas especificidades ya expuestas, paulatinamente se aniquila la negociación colectiva, acentuando el individualismo y la predisposición a convertirnos en lo que los liberales llaman “empresarios de nosotros mismos”. Las consecuencias que se derivan de esto son escándalosas, pudiendo, quien está bien considerado dentro de la empresa, acordar unas condiciones laborales relativamente dignas a costa de la ruina del resto. Esta tendencia hacia un mayor individualismo no es, ciertamente, exclusiva de las relaciones laborales, sino que se extiende y penetra en el quid de nuestras sociedades. Cabe señalar que todo este proceso ha sido efectuado con una escasa o en ocasiones nula resistencia. Esto es debido a que los sindicatos, cuyas cúpulas hace tiempo claudicaron, sucumbiendo a los postulados neoliberales, fueron interesada y culpablemente debilitados, llegando incluso a firmar no pocas de esas mismas contrarreformas. Además, no supieron articular el descontento ni adaptarse al incremento de la precariedad ni a las ‘nuevas’ formas de explotación, ni tampoco a una economía terciarizada ni al individualismo alienante. Por ello, la necesidad de repensar la lucha sindical y las organizaciones de clase se muestra evidente si se quiere mejorar los derechos y las condiciones materiales de los obreros. Tras todo este periplo de consecuencias, como ya se ha podido comprobar, desoladoras, el panorama es profundamente desalentador. Pese a ello, quien escribe este trabajo trata de conjugar, como decía Gramsci, «el pesimismo de la razón con el optimismo de la voluntad», lo que le lleva a proponer, a modo de epílogo, una breve, sucinta y última disertación con la que arrojar algunas ideas sobre cuáles han de ser los pasos a seguir 97 para revertir la penosa situación que en la actualidad padecen los sectores de la población más precarios, siempre en el contexto de una lucha mayor: la de la subversión de un sistema inmoral basado en la explotación más despiadada, que nos mercantiliza sobremanera y oprime mediante el miedo más irracional -la barbarie capitalista. De este modo, y ante las transformaciones del sistema y de los sujetos que lo conforman, se torna extremadamente imprescindible el análisis, la investigación y en definitiva el estudio, aunque las clases dirigentes nos intenten deliberadamente hacer creer lo contrario para debilitarnos, desunirnos y así poder seguir enriqueciéndose a costa de nuestro trabajo. En una civilización tan sumamente desigual, individualista, superficial, plástica, egoísta y carente de principios, es precisamente por esto que las siguientes tres necesidades planteadas por el comunista sardo continúan siendo vitales si queremos afrontar la lucha: Instruíos, necesitaremos toda vuestra inteligencia. Agitaos, necesitaremos todo vuestro entusiasmo. Organizaos, necesitaremos toda vuestra fuerza. Y es que a veces pararse a reflexionar puede ser el gesto más revolucionario. 98 Sobre la principal limitación del trabajo y las líneas de investigación que quedan abiertas Por la propia naturaleza de este trabajo, la principal limitación con la que nos hemos encontrado, y que indudablemente ha influido en el contenido y el desarrollo del mismo, ha sido la imperiosa necesidad de acotar y precisar en todo momento, pues era fácil desviarse del objeto de estudio y de la perspectiva disciplinar de análisis (principalmente económica). Es justamente debido al reto que supuso esquivar el planteamiento de nuevos debates, que ha sido obligada una insistente depuración. Por todo ello, nos parece relevante señalar las posibles líneas de investigación a desarrollar en estudios posteriores que traten el tema de la precariedad. Para nuestra investigación, nos ha sido inviable analizar el peso de la precariedad desde una perspectiva de género, empero, la potencialidad y el interés de tal estudio son notorios. Aún más dada la invisibilización que sufre, en nuestro país y en la práctica totalidad del planeta, el trabajo de cuidados; particularmente realizado por mujeres. Asimismo y a pesar de que como se ha tratado de demostrar en este trabajo, la precariedad no solo afecta a los jóvenes, también sería interesante el desarrollo de investigaciones centradas en sus efectos sobre este segmento de la población, mas no solo contemplando únicamente aquellos modélicos, con dos carreras y varios masters, sino extendiendo el análisis a los mal llamados “fracasados escolares” y evitando un enfoque clasista109 . Por otro lado y ante el drama de los ‘refugiados’ que yace sobre Europa, un lúcido análisis de la forma en que los capitalistas se aprovechan de la inmigración para aumentar sus parasitarios beneficios, naturalmente mediante la precarización de las relaciones laborales, podría resultar ciertamente clarividente. Se evidencia así el peso de la temática de nuestra investigación, pues además de ser el aumento de la precariedad, como hemos pretendido demostrar en todo momento, la tendencia en la actual fase del capitalismo, los efectos que esta provoca tienen una magnitud mayúscula en nuestras sociedades. 109 Con esto último, el autor se refiere a investigaciones críticas no condescendientes en las que no se pretenda justificar la precariedad para estos últimos y condenarla en el caso de los graduados universitarios, sino afearla categóricamente por lo que esta implica. 99 100 EPÍLOGO 101 Sobre la renta básica universal y algunas medidas ‘asequibles’ para reducir la precariedad Como se ha intentado defender a lo largo de toda la investigación, la precariedad es inherente al sistema capitalista y, en concreto, a la clase obrera, pues; dada la correlación de fuerzas consustancial al mismo, esta queda en todo momento relegada a una situación de subordinación con respecto al patrón, ya que; a diferencia de él, necesariamente ha de vender su fuerza de trabajo. De este modo y por su propia naturaleza, los asalariados están inexorablemente abocados a aceptar condiciones laborales funestas si quieren acceder a un puesto de trabajo o conservarlo. Cabe, empero, señalar que el carácter injusto e inmoral del capitalismo no radica, o al menos no únicamente, en las condiciones más o menos favorables (esto incluye los salarios) de los trabajadores, sino en la extracción por parte de los capitalistas de la anteriormente comentada plusvalía; lo que redunda en la explotación material de los asalariados. Con todo ello, es precisamente esta naturaleza estructural de la precariedad lo que torna espuria la tesis de Standing. Pese a ello, y aunque sería sumamente ingenuo; además de pueril, pensar que es factible revertir este sistema mediante reformas superficiales que no ataquen su núcleo, la defensa y la mejora de los intereses de los trabajadores por medio de una serie de medidas ‘asequibles’ es ciertamente posible; mas para ello es indudablemente necesaria una marcada voluntad política de cambio. Cuando se habla de soluciones que permitan poner fin al problema de la precariedad y mejorar las condiciones materiales de los trabajadores en su conjunto con la mayor inmediatez -lo que es realmente imperioso dada la gravísima situación de tantas y tantos-, Standing y muchos otros científicos sociales hablan de la renta básica universal (RBU) como la solución más efectiva y viable. En palabras del profesor Vicenç Navarro, «el concepto de renta básica implica que todo ciudadano o residente tendrá garantizada por parte del estado la renta necesaria para vivir una vida digna»110. Esto, además de suponer toda una revolución copernicana antropológica y filosófica; garantizando la reproducción material humana dada su mera existencia, dotaría; por motivos obvios, a los trabajadores de un notable poder de negociación. Y es que si existiera una RBU 110 http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2013/08/20/que-renta-basica/ 102 superior al salario mínimo, un tercio de nuestros trabajadores111 no lo serían por no más de 655,20€ al mes en 14 pagas. Asimismo, y de acuerdo con el argumentario neokeynesiano, permitiría incentivar la capacidad de consumo112 en la medida en que suben los salarios, aumentando de esta manera la creación de puestos de trabajo que, a diferencia de los que se crean en la actualidad, serían puestos de trabajo con ciertas garantías y de una relativa calidad. Aunque a priori pueda parecer que una medida tan sumamente ambiciosa como la que se comenta es inasequible y pese a la inapelable movilización de no pocos recursos, esto, como lúcidamente exponen Jordi Arcarons, Antoni Domènech, Daniel Raventós y Lluís Torrens en cierto artículo113, no se corresponde con la realidad, ya que la RBU no solo es plausible sino verdaderamente realizable y conveniente. Indiscutiblemente, este tipo de medidas requieren una importante participación estatal, pero es que al contrario de lo que los liberales quieren hacernos creer con la defensa de la “no intervención del Estado”, -lo que se evidencia radicalmente incongruente puesto que este siempre interviene a favor de uno de los dos bandos de la particular guerra que se desarrolla en el sistema capitalista-, es imprescindible el desarrollo de políticas públicas transformadoras que mejoren la vida de los de abajo. De ahí la importancia de ‘asaltar las instituciones’ y construir poder popular. Del mismo modo y siempre con el objetivo de reducir la precariedad, y con ella el desempleo y la temporalidad; lo que se consigue mediante la creación de empleo estable y digno, el Estado debería ir más allá y, mediante el reparto del trabajo, fortalecer los servicios públicos; haciendo especial hincapié en la educación y en la sanidad, dignificar y visibilizar el trabajo doméstico; actualmente no remunerado mas sí con la RBU, e impulsar nuevas actividades; esencialmente el cuidado medioambiental. 111 http://www.elmundo.es/economia/2014/11/21/546e5c3dca4741a15b8b457d.html 112 Cabe recordar que es este, encontrar clientes, el principal problema de las pymes y autónomos, y no como a menudo se nos trata de convencer el coste de contratación, según la encuesta referida anteriormente. 113 http://www.sinpermiso.info/textos/un-modelo-de-financiacin-de-la-renta-bsica-para-el-conjuntodel-reino-de-espaa-s-se-puede-y-es 103 Cabe señalar que, como brillantemente indica Daniel Raventós; economista y presidente de la Red Renta Básica (RRB), la RBU «no acaba con el capitalismo, como tampoco acaba con el capitalismo un buen convenio, ni unas mejores condiciones laborales. Pero viviríamos en un capitalismo diferente al que conocemos ahora»114. Esto es porque el calado, la trascendencia y el potencial de una medida capaz de garantizar aquello que en última instancia ha sido la motivación principal de todas las personas a lo largo de la historia, su reproducción material, no tiene parangón. Por otro lado y aun sin entrar en soluciones tan profundas, es posible para los distintos gobiernos (locales, autonómicos y estatales) adoptar una serie de medidas concretas capaces de, si no revertir, al menos atenuar el problema de la precariedad. Algunas de estas son: - No contratar los servicios de empresas donde las y los trabajadores no tengan unas condiciones laborales dignas. En este sentido, la flamante alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, redujo recientemente a la mitad el contrato del Ayuntamiento con Telefónica con la intención de revisar el acuerdo con la multinacional para “hacer cumplir los derechos laborales de los trabajadores” una vez constituido el nuevo consistorio115. - Aplicar una serie de cláusulas sociales de obligado cumplimiento a la contratación pública y a la concesión de ayudas a las empresas. De esta manera, se conseguirían mejorar las condiciones laborales a unos mínimos para todas las empresas que pretendan establecer contratos con el ayuntamiento o recibir ayudas del Estado. - Limitar la subcontratación encubierta en el sector público. Es importante que seamos una sociedad lo suficientemente madura como para dejar de ingerir el veneno que nos está matando: la receta neoliberal basada en la “externalización” y en la privatización. Por ello, tanto los ayuntamientos, como las diputaciones e incluso el propio Estado han de acabar con la subcontratación en el sector público. Esto incluye servicios como los de limpieza, telecomunicaciones, etc. 114 http://ctxt.es/es/20160113/Politica/3689/Daniel-Raventós-renta-básica-universal-RBU http://www.lamarea.com/2015/06/05/barcelona-en-comu-reduce-a-la-mitad-el-contrato-delayuntamiento-con-telefonica/ http://www.publico.es/economia/bcomu-frena-contrato-telefonica-hasta.html 115 104 - Recuperar como públicos aquellos servicios “externalizados” o privatizados. Estos incluyen la gestión de los polideportivos públicos, bibliotecas, etc., jardinería, recogida de basuras, servicios sociales… - Dejar de buscar la oferta más barata en los contratos a toda costa y primar la calidad del empleo, con lo que se evitarían conflictos como el que tuvo lugar en Madrid con respecto a las empresas de recogida de basuras. Sin embargo, para llevar a cabo medidas como la que se menciona, en las que se preponderen otros aspectos como la calidad, la sostenibilidad y la responsabilidad social, es necesario cambiar determinadas leyes a nivel local y regional que, en defensa del austericidio, establecen la obligatoriedad de seleccionar la oferta más baja. En este sentido ha ido encabezada una de las últimas medidas llevadas a cabo por el ayuntamiento de Manuela Carmena en la capital española116 . Pero sin duda, quizá la medida primordial sea el ya mencionado anteriormente aumento de los recursos y de los medios de los inspectores de trabajo para que estos puedan perseguir el engaño existente en torno a los contratos temporales y su fraudulento encadenamiento. Por último, y a modo de digresión, cabe apuntar que, desde una perspectiva racional -y por tanto necesariamente anticapitalista-, si por vez primera hay un desarrollo tecnológico que está destruyendo empleo, naturalmente hemos de repartírnoslo y trabajar menos para otros; en lugar de aumentar la jornada laboral y la edad de jubilación. Pero la lógica absurda y miope del capitalismo es completamente irracional. Por ello se prefiere producir de forma masiva; a costa de la explotación de tantos, para posteriormente consumir de forma masiva; a costa de la alienación de tantos, y todo ello a costa de la progresiva devastación de nuestro agónico planeta y en beneficio de unos pocos parásitos sin escrúpulos. En definitiva: «El trabajo es un maldición (…). ¡Abajo el trabajo que uno tiene que hacer para ganarse la vida! Ese trabajo no honra como dicen algunos, solo sirve para llenarles la andorga a los cochinos explotadores. En cambio el que se hace por gusto; por afición, ennoblece al hombre. Ojalá todos pudieran trabajar de ese modo.» Buñuel, Luis, Tristana, España, Época Films / Talia Films, 1970, 98 min. 116 http://www.elmundo.es/madrid/2015/09/23/5602c7c622601dc31f8b4585.html 105 106 ANEXOS 107 Canción Bonus track: #Faena (Radio Macramé) Nom, direcció, telèfon, e-mail foto amb la cara de ser super guai premis guanyats, curros passats cotxe, carnet, habilitats incorporació inmediata disponibilitat: jornada completa deixar de banda poble i amics, paga la pena el sacrifici comença per mi Experiencia: birres i birres sempre fent barres; el Dalai Lama aguantant macarres a homes que aspiren a ser mobles menjant-me les lliçons de vida de mig poble un veterà de guerra, un tonto en el amor un somniador, un inventor de jerga un vividor de barri, del under el millor sempre perdent al joc de menjar merda Fuck!! foc!!! maten a base de por precarietat i tristesa no té altre nom: explotació, trauen de tu la riquesa volen que et trenques l'esquena ningú mereix eixa pena nuga al patró, plena el bidó foc i fi de la faena I tu? de part de qui vens? quants diplomes? quina és la formació que tens? que ens dones? què pena un expedient tan impecable tu eres pa mi sols un negoci, estalvis contrat de pràctiques, faena inabarcable treball infame, salari miserable paga la pena fer-ho en negre, al final ells no perden i tu no vas a jubilar-te mai Curriculum amunt i avall, deseperança la cara del que sap que açò no avança quants volen convertir-se en un heroi trobant feina? quants tenen ja la soga al coll? les ganes de morir-se o matar, equilibrismes caminant per abismes les ganes de cremar ETT's indignes que anomenen treball al esclavisme 108 Fuck!! foc!!! maten a base de por precarietat i tristesa no té altre nom: explotació trauen de tu la riquesa... volen que et trenques l'esquena ningú mereix eixa pena nuga al patró, plena el bidó foc i fi de la faena Massa pressió, poca passió molta rutina, obligacions poc de jornal, trist i real massa que perden, tants pocs guanyant moltes mogudes i gordes massa reformes i normes poca justicia social, molta avaricia i molt poca sal! Zoo. “Bonus track: #Faena (Radio Macramé).” Tempestes vénen del sud. 2014. 109 110 Bibliografía citada y/o consultada • Albarracín, D. (2012): “"Asistimos a la conversión de nuestro modelo laboral a uno semejante al que rige en los contextos anglosajones"” https://www.diagonalperiodico.net/panorama/asistimos-la-conversion-nuestro-modelolaboral-uno-semejante-al-rige-contextos-anglosajones (Consultado por última vez el 20/12/2015) • Anguita, J. y Monedero, J. C. (2013): Conversación entre JULIO ANGUITA y JUAN CARLOS MONEDERO. A la izquierda de lo posible. Barcelona, Icaria Editorial (Más Madera a dos voces). • Arcarons, J.; Domènech, A.; Raventós, D.; Torrens, L. (2014): “Un modelo de financiación de la Renta Básica para el conjunto del Reino de España: sí, se puede y es racional” http://www.sinpermiso.info/textos/un-modelo-de-financiacin-de-la-renta-bsica-para-elconjunto-del-reino-de-espaa-s-se-puede-y-es (Consultado por última vez el 17/10/2015) • Baños, A. 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(2013): “El Gobierno admite que el recibo de la luz aumentó un 71% en la última década” http://www.elconfidencial.com/empresas/2013-09-18/el-gobierno-admite-que-el-recibode-la-luz-aumento-un-71-en-la-ultima-decada_29569/ (Consultado por última vez el 24/12/2015) • “La luz acumula una subida interanual del 12,7% tras bajar un punto en marzo”, 2015. https://www.facua.org/es/noticia.php?Id=9268 (Consultado por última vez el 24/12/2015) • Martínez, V. (2015): “El precio de la luz sube en España el doble que en el resto de la UE” http://www.elmundo.es/economia/2015/10/20/5626187fca474195608b45c7.html (Consultado por última vez el 24/12/2015) 122 • “Mariano Rajoy anuncia una subida del IVA del 18 al 21%”, 2012. http://www.20minutos.es/noticia/1536021/0/mariano-rajoy/iva/impuestos/ (Consultado por última vez el 24/12/2015) • “Los bienes y servicios que van a subir el 1 de septiembre”, 2012. http://www.periodistadigital.com/economia/vivienda/2012/07/13/los-bienes-y-serviciosque-van-a-subir-el-1-de-septiembre.shtml (Consultado por última vez el 24/12/2015) • Sainz Borgo, K. (2014): “Balance de dos años de IVA cultural al 21%: solo irritación y pérdidas” http://vozpopuli.com/ocio-y-cultura/48459-balance-de-dos-anos-de-iva-cultural-al-21solo-irritacion-y-perdidas (Consultado por última vez el 24/12/2015) • “Estadísticas sobre los salarios mínimos”, 2015. http://ec.europa.eu/eurostat/statistics-explained/index.php/Minimum_wage_statistics/es (Consultado por última vez el 24/12/2015) • “Europa denuncia que el salario mínimo en España no garantiza un nivel de vida digno”, 2015. http://www.europapress.es/economia/laboral-00346/noticia-economia-europa-denunciasalario-minimo-espana-no-garantiza-nivel-vida-digno-20150122202151.html (Consultado por última vez el 24/12/2015) • “Los salarios en España son un 20% más bajos que los de la Unión Europea”, 2015. h t t p : / / w w w. a b c . e s / e c o n o m i a / 2 0 1 5 0 5 1 8 / a b c i - a d e c c o - r e m u n e r a c i o n espanoles-201505181233.html (Consultado por última vez el 24/12/2015) • Marín, J. L. (2015): “Cómo bajar el paro sin crear empleo” http://ctxt.es/es/20151202/politica/3278/paro-empleo-trabajo-población-españaelecciones-20d-gatopardo-o-cambio-real-datos-de-campaña.htm (Consultado por última vez el 24/12/2015) • Mars, A. (2014): “Solo Rumanía y Grecia superan a España en riesgo de pobreza de trabajadores” http://economia.elpais.com/economia/2014/06/25/actualidad/1403721076_723458.html (Consultado por última vez el 24/12/2015) 123 • Calderón, I. (2015): “La mejoría del empleo no trae contratos indefinidos: sólo un 8% de los firmados en 2015 son fijos” http://www.eleconomista.es/indicadores-espana/noticias/7035064/09/15/La-mejoria-delempleo-no-trae-contratos-indefinidos-solo-un-8-de-los-firmados-en-2015-son-fijos.html (Consultado por última vez el 24/12/2015) • Grasso, D. (2014): “El tiempo parcial alcanza un nuevo récord entre los contratos indefinidos” http://www.elconfidencial.com/espana/2014-03-04/el-tiempo-parcial-alcanza-un-nuevorecord-entre-los-contratos-indefinidos_97085/ (Consultado por última vez el 24/12/2015) • P. Ramírez, B. (2015): “Los contratos temporales y a tiempo parcial sustentan la creación de empleo en 2014” http://www.infolibre.es/noticias/economia/2015/01/05/ los_contratos_temporales_tiempo_parcial_sustentan_creacion_empleo_2014_26269_101 1.html (Consultado por última vez el 24/12/2015) • Sánchez, C. (2013): “La precariedad se dispara: el 40% de los contratos dura ya menos de un mes” http://www.elconfidencial.com/economia/2013-12-10/la-precariedad-se-dispara-el-40de-los-contratos-dura-ya-menos-de-un-mes_64264/ (Consultado por última vez el 24/12/2015) • “Uno de cada cuatro contratos de trabajo dura menos de una semana”, 2015. http://www.publico.es/economia/cuatro-contratos-son-menos-semana.html (Consultado por última vez el 24/12/2015) Informe: http://www.ugt.es/publicaciones/15_10_08_informe_ugt_contratos_corta_duracion.pdf • Bernardo, R. (2015): “La industria se precariza: los contratos duran dos meses de media” http://cadenaser.com/ser/2015/07/02/economia/1435820159_723562.html (Consultado por última vez el 24/12/2015) • V. Gómez, M. (2016): “La duración del contrato temporal en la industria cae a menos de dos meses” http://economia.elpais.com/economia/2016/01/12/actualidad/1452634939_734819.html (Consultado por última vez el 24/12/2015) 124 Otros documentos citados y/o consultados Gráficos: • Picazo, B. y Sánchez, R. (2015): “¿Cuánto cuesta un trabajador en España?” h t t p : / / w w w. e l d i a r i o . e s / e c o n o m i a / G R A F I C O S - c u e s t a - t r a b a j a d o rEspana_0_414359367.html (Consultado por última vez el 29/07/2015) • Grasso, D. (2014): “Cuatro gráficos que explican cómo ha aumentado la desigualdad en España” http://www.elconfidencial.com/espana/2014-06-20/cuatro-graficos-que-explican-comoha-aumentado-la-desigualdad-en-espana_149667/ (Consultado por última vez el 11/12/2014) • Garzón, E. (2015): “Diez gráficos que muestran la extrema pobreza y desigualdad en España” http://www.lamarea.com/2015/06/16/diez-graficos-que-muestran-la-extrema-pobreza-ydesigualdad-en-espana/ (Consultado por última vez el 19/08/2015) Entrevistas: • Parra, I. (2015): “¿Conoces a mucha gente que viva libre de la espada de Damocles de la precariedad?” (Entrevista a David Casassas.) http://www.sinpermiso.info/textos/conoces-a-mucha-gente-que-viva-libre-de-la-espadade-damocles-de-la-precariedad-entrevista (Consultado por última vez el 07/10/2015) • Alabao, N. (2016): “El trabajo no dignifica, dignifica la existencia material garantizada” (Entrevista a Daniel Raventós.) http://ctxt.es/es/20160113/Politica/3689/Daniel-Raventós-renta-básica-universal.htm (Consultado por última vez el 13/02/2016) 125 • Burns, C. (2015): “La mayoría de los sindicatos no han sido capaces de responder a las necesidades y aspiraciones del precariado” (Entrevista a Guy Standing.) http://www.sinpermiso.info/textos/la-mayoria-de-los-sindicatos-no-han-sido-capacesde-responder-a-las-necesidades-y-aspiraciones-del (Consultado por última vez el 26/12/2015) • Castro, K.; G. Rubio, I.; Herreros, R. (2015): “El precariado se está convirtiendo en una nueva clase social” [Entrevista a Guy Standing (vídeo).] https://www.diagonalperiodico.net/global/25874-video-entrevista-guy-standing.html (Consultado por última vez el 12/10/2015) • Fresneda, C. (2015): “La renta básica ha de ser un derecho” (Entrevista a Guy Standing.) http://www.elmundo.es/economia/2015/03/01/54ef7d27ca4741bf718b456e.html (Consultado por última vez el 26/09/2015) • Lomeña, A. (2013): “Tenemos que luchar por una Renta Básica” (Entrevista a Guy Standing.) http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=6112 (Consultado por última vez el 06/08/2015) • Castro, E. (2014): “Tengo que ponerme en tu pellejo” (Entrevista a Guy Standing.) http://www.eldiario.es/cultura/libros/Guy-Standing-ponerme-pellejo_0_335966566.html (Consultado por última vez el 06/08/2015) • M. Sandri, P. (2015): “O se cambia de rumbo o el precariado explotará. Y una defensa de la Renta Básica” (Entrevista a Guy Standing.) http://www.sinpermiso.info/textos/o-se-cambia-de-rumbo-o-el-precariado-explotara-yuna-defensa-de-la-renta-basica (Consultado por última vez el 26/12/2015) • R. Cañil, A. (2015): “Crear un millón de puestos de trabajo en el sector público es más eficiente que la renta básica” (Entrevista a Eduardo Garzón.) h t t p : / / w w w. e l d i a r i o . e s / e c o n o m i a / o b j e t i v o - p u e s t o s - t r a b a j o - p u b l i c o eficiente_0_380062875.html (Consultado por última vez el 07/09/2015) 126 • “La precariedad se ha vuelto un estado permanente” (Entrevista a Robert Castel.) http://www.psicologiagrupal.cl/escuela/index.php? option=com_content&view=article&id=226:la-precariedad-se-ha-vuelto-un-estadopermanente&catid=43:articulos&Itemid=69 (Consultado por última vez el 02/11/2015) • Entrevista a Guy Standing por Attac TV (vídeo), 2015. http://www.attac.tv/2015/02/19333 (Consultado por última vez el 01/11/2015) Noticias: • Salvador, I. (2016): “"3 euros la hora y a correr"” http://cadenaser.com/emisora/2016/01/17/radio_madrid/1453042338_207845.html (Consultado por última vez el 08/02/2016) • “Así queda la reforma laboral: despido más barato y mayor control a los parados”, 2010. http://www.elmundo.es/mundodinero/2010/09/09/economia/1284042795.html (Consultado por última vez el 14/11/2015) • Parra, C.; Abellán, L.; Díez, A.; Barbero, L. (2002): “Aznar responde a la huelga general con un ‘decretazo'" http://elpais.com/diario/2002/05/25/economia/1022277601_850215.html (Consultado por última vez el 07/11/2015) • “Barcelona En Comú reduce a la mitad el contrato del Ayuntamiento con Telefónica”, 2015. http://www.lamarea.com/2015/06/05/barcelona-en-comu-reduce-a-la-mitad-el-contratodel-ayuntamiento-con-telefonica/ (Consultado por última vez el 27/09/2015) • “BComú frena un contrato con Telefónica hasta que negocie con los huelguistas”, 2015. http://www.publico.es/economia/bcomu-frena-contrato-telefonica-hasta.html (Consultado por última vez el 28/09/2015) 127 • Blanchar, C. (2014): “CC OO y UGT han perdido más de 50.000 afiliados en cinco años” http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/01/05/catalunya/1388948288_149877.html (Consultado por última vez el 08/11/2015) • Núñez, F. (2014): “El 34% de los trabajadores españoles gana menos de 645 euros mensuales” http://www.elmundo.es/economia/2014/11/21/546e5c3dca4741a15b8b457d.html (Consultado por última vez el 27/09/2015) • Martínez, J. C. (2010): “Las claves de la reforma laboral: el Gobierno abarata y facilita el despido” http://www.20minutos.es/noticia/739190/0/claves/reforma/laboral/ (Consultado por última vez el 14/11/2015) • Mezcua, U. (2013): “El contrato británico de cero horas, ¿flexibilidad que roza la esclavitud?” http://www.abc.es/economia/20130810/abci-contrato-cero-horas-201308091746.html (Consultado por última vez el 19/12/2014) • G. Barnés, H. (2013): “El contrato ‘sin horas’ de las empresas británicas: ¿flexibilidad o esclavitud?” http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2013-08-07/el-contrato-sin-horas-delas-empresas-britanicas-flexibilidad-o-esclavitud_15865/ (Consultado por última vez el 28/12/2014) • “El fantástico negocio de los EREs amistosos”, 2015. http://cgtinformatica.org/content/el-fantástico-negocio-de-los-eres-amistosos (Consultado por última vez el 20/08/2015) • González, G. (2014): “El trabajo, para el que agarre el billete de 50 euros” http://www.elmundo.es/cataluna/2014/03/04/5315316122601d422d8b4583.html (Consultado por última vez el 19/07/2015) • “España, el país de la OCDE con más desigualdad”, 2014. http://www.euroxpress.es/index.php/noticias/2014/12/9/no-habra-crecimientoeconomico-sin-igualdad-alerta-la-ocde/ (Consultado por última vez el 11/12/2014) 128 • “España, el país de la OCDE donde más ha crecido la desigualdad”, 2014. http://cincodias.com/cincodias/2014/06/19/economia/1403176696_390123.html (Consultado por última vez el 11/12/2014) • “La brecha salarial entre hombres y mujeres aumenta en España más de 3 puntos durante la crisis”, 2015. http://www.expansion.com/2015/03/05/economia/1425559936.html (Consultado por última vez el 08/02/2016) • “La CEOE entra en la campaña del 20-D: pide despidos más baratos y fomentar el empleo precario”, 2015. http://www.infolibre.es/noticias/economia/2015/10/07/ la_ceoe_entra_campana_del_pide_despidos_mas_baratos_fomentar_empleo_precario_38 917_1011.html (Consultado por última vez el 10/10/2015) • Bernardo, R. (2015): “La industria se precariza: los contratos duran dos meses de media” http://cadenaser.com/ser/2015/07/02/economia/1435820159_723562.html (Consultado por última vez el 08/09/2015) • Belver, M. (2015): “La oferta más barata deja de ser obligatoria en los contratos del Ayuntamiento de Madrid” http://www.elmundo.es/madrid/2015/09/23/5602c7c622601dc31f8b4585.html (Consultado por última vez el 28/09/2015) • “La pobreza y la desigualdad se han duplicado en España desde 2007”, 2015. http://www.publico.es/sociedad/pobreza-y-desigualdad-han-duplicado.html (Consultado por última vez el 09/09/2015) • “La reforma laboral al detalle”, 2012. http://www.lavanguardia.com/economia/20120210/54252850910/reforma-laboral.html (Consultado por última vez el 21/11/2015) • “La reforma laboral que entró en vigor ayer amplía el despido y recoje la movilidad funcional y geográfica”, 1994. http://elpais.com/diario/1994/06/14/economia/771544808_850215.html (Consultado por última vez el 07/11/2015) 129 • “Las pymes europeas consideran un problema mucho mayor encontrar clientes que préstamos, según BCE”, 2015. http://www.europapress.es/economia/noticia-pymes-europeas-consideran-problemamucho-mayor-encontrar-clientes-prestamos-bce-20151202142654.html (Consultado por última vez el 09/01/2016) • “'Los 100 economistas' apuestan por el contrato 'único' y por mejores prestaciones de paro, pero más cortas”, 2013. http://www.eldiario.es/economia/economistas-apuestan-contrato-mejoresprestaciones_0_145235805.html (Consultado por última vez el 04/08/2015) • Munera, I. (2015): “Menos del 40% de los asalariados tiene un empleo a tiempo completo e indefinido, según la OIT” http://www.elmundo.es/economia/2015/05/19/555b2728ca474145768b4582.html (Consultado por última vez el 03/11/2015) • Mondelo, V. (2011): “Los rostros de la precariedad universitaria” http://www.elmundo.es/elmundo/2011/11/18/barcelona/1321602069.html (Consultado por última vez el 29/12/2014) • V. Gómez, M. (2015): “Más de 1,2 millones de trabajadores llevan cuatro años o más en paro” http://economia.elpais.com/economia/2015/08/02/actualidad/1438541164_733483.html (Consultado por última vez el 17/08/2015) • Hermida, X. (2016): “Mujeres en la cuneta laboral” http://economia.elpais.com/economia/2016/02/09/actualidad/1455016595_125467.html (Consultado por última vez el 13/02/2016) • “Ofrecen empleo a cambio de alojamiento, manutención y «posible sueldo futuro»”, 2013. h t t p : / / w w w. a b c . e s / e c o n o m i a / 2 0 1 3 0 3 0 7 / a b c i - t r a b a j a r- g r a t i s esclavitud-201303071650.html (Consultado por última vez el 14/09/2015) • E. Cué, C. (2011): “Pons dice que Rajoy aspira a crear 3,5 millones de empleos” http://politica.elpais.com/politica/2011/09/07/actualidad/1315426723_306350.html (Consultado por última vez el 21/11/2015) 130 • Girón Guadalajara, A. (2013): “Se busca trabajador serio y responsable a cambio de cama y comida” http://cadenaser.com/ser/2013/03/07/sociedad/1362626018_850215.html (Consultado por última vez el 14/09/2015) • Parra, C. (1997): “Sindicatos y patronal firman la reforma y piden a Arenas su tramitación urgente” http://elpais.com/diario/1997/04/29/economia/862264820_850215.html (Consultado por última vez el 07/11/2015) • Bau, J. (2013): “¿Son abusivos los contratos de cero horas?” http://cincodias.com/cincodias/2013/08/06/economia/1375811928_406153.html (Consultado por última vez el 28/12/2014) • Abellán, L. (2006): “Zapatero asegura que la reforma laboral mejorará la productividad” http://elpais.com/diario/2006/05/10/economia/1147212002_850215.html (Consultado por última vez el 07/11/2015) Otros: • “Cronología de las reformas laborales en España”, 2010. http://economia.elpais.com/economia/2010/06/15/actualidad/1276587186_850215.html (Consultado por última vez el 07/11/2015) • González, J. S. (2012): “Tres décadas de reformas laborales” http://economia.elpais.com/economia/2012/02/10/actualidad/1328866949_808378.html (Consultado por última vez el 08/11/2015) Ponencias: • Fernández Liria, C. y Alegre Zahonero, L. (2009): “Mercado, derecho y capitalismo” [Ponencia (vídeo).] https://www.youtube.com/watch?v=dO03KNlG364 (Consultado por última vez el 22/11/2015) • Monedero, J. C. (2015): “Consumidores del Siglo XXI; demócratas del Siglo XIX” [Ponencia (vídeo).] https://www.youtube.com/watch?v=Keqw0U7qaTg (Consultado por última vez el 26/07/2015) 131 • Monedero, J. C. (2013): “El poder de las palabras” [Ponencia (vídeo).] https://www.youtube.com/watch?v=kcdABAZgxBM (Consultado por última vez el 18/08/2015) • Monedero, J. C. (2014): “La transición contada a nuestros padres” [Ponencia (vídeo).] https://www.youtube.com/watch?v=PmGYgo2UzSc (Consultado por última vez el 20/08/2015) • Moruno, J. (2015): Ponencia para Podem València con motivo de la presentación de su libro La fábrica del emprendedor: Trabajo y política en la empresa-mundo (vídeo.) Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=YWLhIMMvgSQ (Consultado por última vez el 30/10/2015) • Nega (2014): Ponencia con motivo de la presentación de Podemos en Valencia (vídeo.) Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=xuZv0EIej7E, min. 31:05-39:55. (Consultado por última vez el 08/09/2015) Programas: • EKO TV (2015): “Empleo decente, ¿misión imposible?” Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=eUgU51njNZQ (Consultado por última vez el 26/12/2015) • Fort Apache (2014): “¿Renta básica o trabajo garantizado?” Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=9pD4dceiAws (Consultado por última vez el 27/09/2015) • La Tuerka (2012): “Especial Huelga General 29M” Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=4dExDcSkIEs (Consultado por última vez el 21/11/2015) 132 • Salvados (2013): “El precariado” http://www.atresplayer.com/television/programas/salvados/temporada-7/capitulo-3precariado_2013110800802.html También disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=3zBYawAkZ0o (Consultado por última vez el 27/09/2015) • Salvados (2015): “Viva la clase media” http://www.atresplayer.com/television/programas/salvados/temporada-11/capitulo-7viva-clase-media_2015112000450.html (Consultado por última vez el 22/11/2015) 133