Las aventuras de Narciso Piñera en Cretinolandia

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El Clarí-n de Chile
Las aventuras de Narciso Piñera en Cretinolandia
autor Rafael Luis Gumucio Rivas
2006-01-10 01:51:18
Zeus, el gran cretino, decretó que el joven virgen, Sebastián, se enamorara de la primera imagen o persona que viera.
Sebastián Narciso vio reflejado en el lago Caburga su abundante y canosa cabellera y, al instante, quedó prendado de
sÃ- mismo: soy el más bello y el mejor del curso, luego, el mejor profesor de la universidad de Harvard; soy el único hijo
de empleado público que, en menos de lo que canta un gallo, me he convertido en millonario y, además, soy mucho
más profundo que Jacques Maritain.
Los cretinolandeses, además de olvidadizos, son incapaces de distinguir una cosa de otra: el papá de Narciso, don
Pepe, era un empleado de alta categorÃ-a, un cuadro profesional en la CORFO, y un embajador; nada tiene que ver con
el papá de Cantinflas, quien era solamente un cartero, que vivÃ-a con un bajÃ-simo sueldo fiscal y las propinas de los
receptores de cartas. No sé por qué Narciso y la gordita Michelle insisten en resaltar sus méritos académicos que a
nadie le interesa en este paÃ-s de ignorantes y cretinos: ¿a quién le importa que Michelle hable cinco idiomas? ¿A
quién puede interesarle que Narciso haya terminado con honores en Harvard y que juegue con las cifras? Todo esto no
es, ni más ni menos, que narcisismo.
La única fuente de placer, en el perÃ-odo de Daniel López Pinochet, era la
especulación y el dinero: ¿quién tiene más cartas de crédito? ¿Quién compra el auto último modelo? ¿Quién tien
casa más grande y protegida? ¿Quién compra más baratas las empresas fiscales? ¿Quién estafa mejor al prójimo?
¿Quién crea mejores cutufas?
Narciso era un genio en el juego financiero: sabÃ-a con precisión la empresa que
iba a dar mayor rentabilidad, cuándo era más oportuno vender las acciones, cuál de ellas iba a ser comida por los
buitres extranjeros, cuál y cuándo se iban a fusionar. Total, las empresas que se transan en la Bolsa son muy pocas y
pertenecen a dos tres millonarios, el perfecto monopolio. Narciso era, de lejos, el mejor inversionista chileno: su consejo
financiero era muy superior al de John Thomas North, el rey del salitre; sólo mucho después, a pesar de la complicidad
de la Concertación, el Congreso norteamericano descubrió que un tal Daniel López era el mejor de los narcisos
financistas chilenos, el único mago que es capaz de asegurar una rentabilidad del 30% anuales, es decir, 300% en diez
años y 3.000% en un siglo. Sólo los amargados y pesimistas no le creen.
Narciso Piñera no era adepto a Daniel
López. Incluso, le gustaba el arribista Eduardo Frei Montalva; asistÃ-a, con su padre, a las manifestaciones del NO en el
teatro Caupolicán y después de almuerzo se dedicaba a atesorar acciones de empresas privatizadas. En Cretinolandia
las cosas cambiaron radicalmente: de seres despreciables y explotadores, los empresarios pasaron a ser los santos
modernos; incluso, se sabe que hay un proceso de beatificación de un empresario chileno. Narciso encabeza una
creación de la Concertación llamada derecha liberal; Narciso Piñera es adorado por los derechistas conversos,
Boeninger y el guatón Correa; en el fondo, da lo mismo. Nadie se explica, hasta ahora, por qué Narciso no dio el paso a
la Democracia Cristiana de derecha. A lo mejor, hubiera sido su lÃ-der indiscutido. ¿Por qué Narciso seguÃ-a soportando
al huaso medio fascista Onofre Jarpa o al pinochetista Cardemil o al siútico del negro Romero? Nadie querÃ-a a Narciso,
pues sabÃ-an que era un traidor y, con razón, odiado por el financista Daniel López Pinochet.
Narciso, impulsado
por el amor a sÃ- mismo, conspiraba con el sacristán jesuita Pedro Pablo DÃ-az para poner en ridÃ-culo a la fierecilla
domada Evelyn Mattei; como Cretinolandia es repugnante, no faltaron agentes militares secretos que grabaron su
conversación con el sacristán, en la cual tramaba dejar en ridÃ-culo, como una tontuela cualquiera, a la rubia Evelyn;
ahÃ- se manifestó, públicamente, su concepción machista de la mujer: son sólo un útero o un adorno.
Los niños
beatos del Sagrado Corazón de Jesús fueron creciendo, en votación, cada vez más y hegemonizaron la derecha.
Renovación Nacional era, apenas, una montonera dividida y carente de lÃ-deres: Narciso era un problema para los
angelitos de la UDI, cuando querÃ-a entrar a Jerusalén, el guatón Moreira incitaba a la chusma a tirarle piedras: ahÃ- va
el capitán Veneno, que ridÃ-culo se ve montado en burro; el Cristo de Elqui, Pablo Longueira, gritaba: arrepentÃ-os,
Satanas está entre nosotros; el arcángel LavÃ-n, en esos tiempos poderoso, expulsó del paraÃ-so a Narciso, pero este
no es un hombre común y corriente: se dedicó a atesorar más riquezas durante un tiempo cuando, súbitamente,
sonaron las trompetas y los diablillos de RN lo ungieron candidato presidencial. Narciso no cabÃ-a en amor por sÃ-: nada
de transacción, mi candidatura va hasta el fin y seré dueño de Chile. Narciso no querÃ-a a nadie, sólo podÃ-a tirarle la
cola, de tiempo en tiempo, a su gatita preferida, Carmen Ibáñez, y obligar a tocar la campana, a su paso, al beato
Pedro Pablo DÃ-az; como los reyes orientales, la rubia floridana, Lily Pérez, le tendÃ-a una alfombra de flores a su paso.
Narciso le ganó, en primera vuelta, al arcángel LavÃ-n, quien tuvo que humillarse y apoyarlo por el triunfo de
Michelle. La verdad es que la mayorÃ-a de los udiosos están de vacaciones y no piensan votar por el traidor Narciso; en
el fondo de su alma siguen adorando a Daniel López Pinochet. Pero como son habitantes de Hipocritalandia, jamás lo
dirán para no perder algunos carneros que, siendo pobres, les gusta votar por los ricos, pues creen que los millones les
serán transferidos por obra y gracia del EspÃ-ritu Santo; tampoco faltan los guillotinados que adoran a su verdugo.
Narciso sabe muy bien que en cinco dÃ-as no va a poder conquistar al estrato de mujeres pobladoras, mayores de
cuarenta años, que votaron por el arcángel LavÃ-n porque les ofrecÃ-a bienes como lentes, canastas familiares, y otros.
Narciso es frÃ-o, es racional, calculador, sabe de cifras, pero no de sentimientos ni de emociones. De los famosos
indecisos poco se puede decir: en general, votan por el más fuerte en las encuestas de opinión.
Como Narciso
Piñera es inteligente, no ha invertido ni un peso en una campaña que sabe perdedora, la única apuesta válida es si
es el 5% o el 3% de diferencia respecto a Michelle Bachelet, es decir, entre 350.000 y 150.000, respectivamente. A la
UDI no le conviene que Narciso logre una alta votación, pues se convertirÃ-a en el lÃ-der de la derecha y no habrÃ-a
ninguna posibilidad para el Cristo de Palo Longueira, en 2009. Como este panorama se está aclarando cada dÃ-a más,
ayudado por los diarios de derecha como La Tercera que, a siete dÃ-as publica una encuesta que distancia a Bachelet
de Piñera por 11 puntos, solamente remontable si el segundo conquista a todos los que no responden, anulan su voto o
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El Clarí-n de Chile
están indecisos.
Está claro que la actual composición del cuadro polÃ-tico está pegada con moco y, es seguro, que
algún dÃ-a se va a caer, pero prever el porvenir no es tarea de un columista.
Rafael Luis Gumucio Rivas
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