Impactos económicos, sociales y ambientales de la sequía

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GESTIÓN Y PLANIFICACIÓN DE LA SEQUÍA
IMPACTOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y
AMBIENTALES DE LA SEQUÍA
Andrés del Campo García (Presidente de FENACORE y EIC)
Organiza: Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino.
Zaragoza, 24 de julio de 2008.
1. INTRODUCCIÓN
1.1. Definición de Sequía
El diccionario de la Real Academia de la Lengua define sequía como “tiempo seco de
larga duración”.
Básicamente una sequía es eso un periodo seco que por su duración ocasiona escasez de
agua. Pero son muchos los detalles que hay que considerar antes de poder calificar una
situación hídrica de falta de recursos como sequía.
En el desierto no llueve pero no hay sequía. Por lo menos no hay sequía tal y como la
entendemos aquí. Porque en el desierto, aunque no llueve no hay demandas de agua. En
el desierto las demandas de agua se han extinguido o se han limitado ante la inexistencia
de recursos.
En el caso de España, hay menos agua y menos recursos que en otros países europeos
no sólo porque no llueve, sino también porque hay más demandas, porque los consumos
no dejan de aumentar. La escasez de recursos esta motivada por los dos factores, la
reducción de precipitaciones y el incremento de los usos. Estos dos motivos juntos
tienen un efecto multiplicador que provoca que las demarcaciones hidrográficas sean
enormemente sensibles a la reducción de aportaciones en ciclos secos.
En los Planes Hidrológicos de cada cuenca se previeron unos usos justificados en unas
aportaciones calculadas a partir de la serie histórica de aportaciones. La realidad es que
los recursos son muy inferiores a los previstos y las demandas se incrementan año tras
año provocando una continua situación de escasez.
2. CAUSAS DE LA SEQUÍA
España es un país pionero y puntero en todos los temas relacionados con el agua. Desde
el punto de vista de la técnica nuestros Centros de Investigación (CEDEX….)
Universidades, etc… tienen un gran prestigio a nivel mundial. El modelo de gestión por
cuencas que empieza con la Confederación Hidrográfica del Ebro en 1926 se ha
exportado a otros países y se ha incorporado a la Directiva Marco del Agua.
1
Desde el punto de vista de la legislación nuestra ley de aguas centenaria ha inspirado
muchas leyes de aguas de otros países.
Desde el punto de vista de los usuarios el modelo de organización institucional en
Comunidades de Regantes se ha copiado en todo el mundo (Europa, América, Asia,
África).
La planificación hidrológica debería ser el instrumento de ordenación de los recursos y
las demandas de agua.
La planificación podría ser el sistema más efectivo para evitar las sequías, mediante la
regulación de las demandas. En cambio, en algunos casos, es todo lo contrario, genera
sequías.
Un elemento básico de los planes hidrológicos es la cuantificación de los recursos
disponibles en el ámbito del plan. En sistemas con aportaciones irregulares de unos años
a otros, como sucede en la mayoría de los ríos españoles, la cuantificación de los
recursos puede variar mucho en función de los criterios utilizados.
Una sobrevaloración de los recursos en Sistemas con una elevada presión de la demanda
lleva irremediablemente al agotamiento del Sistema, a la infradotación de las demandas,
a la escasez permanente y al conflicto continuado entre los distintos usuarios.
Es muy importante planificar sobre recursos seguros. El optimismo a la hora de evaluar
los recursos conduce a la escasez y el conflicto apenas se reducen las aportaciones en
años secos.
A la hora de planificar, se deberían tener en cuenta algunas consideraciones como son:
• Cuando existe una planificación adecuada de la utilización de los recursos
disponibles y se lleva un control riguroso del cumplimiento de esta planificación se
consigue un importante ahorro de agua. En situaciones de sequía resulta
imprescindible la planificación y el máximo control de la utilización de los recursos.
Los planes deben anticiparse a las situaciones de sequía.
• Es necesario establecer, para las situaciones de sequía, una jerarquía entre todos los
usos y usuarios, donde se fije quien tiene derecho a utilizarlos y quien deberá cesar
con su aprovechamiento. A la hora de establecer esta jerarquía se tendrá en cuenta
especialmente el derecho concesional y la antigüedad del aprovechamiento.
Además, deberán establecerse unos criterios claros para determinar cuando se está en
situación de sequía y, por consiguiente, cuando deben entrar en vigor todas las medidas
previstas para estas situaciones.
3. MEDIDAS DE GESTIÓN DE LA SEQUÍA
Las sequías ocasionan principalmente problemas de atención de las demandas y pueden
llegar a provocar pérdidas económicas en las actividades de los concesionarios.
2
Por ello es imprescindible estudiar y aprobar en épocas de normalidad los planes de
sequía para prevenir y evitar o minimizar estos impactos.
Las medidas más comunes frente a la sequía son:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
Imposición anticipada de restricciones
Procedimientos especiales de intercambio entre usuarios
Realización de obras de conexión entre cuencas y sistemas de explotación
Gestión conjunta de aguas superficiales y subterráneas.
Aprovechamiento de recursos no convencionales.
Otras medidas para la gestión de la Sequía. La modernización de regadíos.
3.1. Imposición anticipada de restricciones. El Real Decreto de Sequía y los
Planes de Sequía.
El Real Decreto de Sequía
El Real Decreto de Sequía persigue dotar a la Administración Hidráulica de los
instrumentos legales que permitan proceder a la ordenación de los recursos de la forma
más conveniente para el interés general.
Permite la modificación temporal de las condiciones de utilización del dominio público
hidráulico.
Acciones que mitigan el efecto de la sequía
-
Reducir dotaciones.
Modificar prioridades.
Imponer sustitución de caudales.
Modificar temporalmente asignaciones y reservas previstas en el Plan de Cuenca.
Modificar temporalmente requerimientos medioambientales.
Acordar la ejecución de obras de captación, transporte o adecuación de
infraestructuras.
Si como consecuencia de estas medidas se generan perjuicios a unos usuarios en
beneficio de otros deberán satisfacerse las correspondientes indemnizaciones de
conformidad con lo previsto en el Real Decreto.
Una adecuada gestión de recursos con respeto a los derechos de los distintos usuarios
exige:
1º.- Identificar a los usuarios del sistema por orden de prioridad indicando las
características esenciales de sus concesiones o en caso de no tenerlas, el título en
que se funde su derecho.
2º.- Proponer una distribución de recursos motivada. Para ello debe valorarse:
ƒ
ƒ
Alternativas de suministro.
Prioridad del abastecimiento sobre el regadío.
3
ƒ
Cubiertas las necesidades del abastecimiento los sobrantes deberán
distribuirse entre el resto de usuarios.
3º.- Si como consecuencia de la distribución acordada se produce una
modificación de las condiciones de utilización de los recursos que beneficie a
unos usuarios en perjuicio de otros, deben acordarse las medidas económicas
que permitan indemnizar el perjuicio causado.
Objetivos de un Plan de Sequía
El objetivo de estos Planes de Sequía ha de ser conseguir que, en beneficio de todos, se
estructure un procedimiento conocido por todos para avanzar en la gestión racional del
agua, repartir el agua de acuerdo con lo previsto en la legislación de aguas y resolver los
conflictos hídricos abriendo un horizonte más estable, justo y ordenado del agua en
España.
Contenido que debe tener un Plan de Sequía
Un Plan de sequía debe ser completo, es decir abordar el tema en cuestión, teniendo en
cuenta todos los aspectos relevantes en torno a él, tanto los positivos como los
negativos, en el sentido amplio de estos dos términos y hacer todos los análisis
necesarios. Cualquier Plan Especial de Sequía inexcusablemente ha de contemplar:
- Análisis Económico.
- Análisis Jurídico.
- Análisis Político.
- Reglas de Explotación.
3.2. Intercambio entre usuarios. La cesión de derechos o los bancos públicos del
agua.
El “Contrato de cesión de Derechos al uso privativo del agua” o los “centros de
intercambio de derechos” son propuestas prudentes y acertadas. Romper la rigidez del
sistema concesional actual permitiendo la cesión de los Derechos de Uso del agua
podría resultar beneficioso para el regadío español, especialmente en situaciones de
sequía.
Así, mediante la cesión de un volumen concesional ahorrado por la mejora en la gestión
u otras circunstancias diversas se podrían resolver déficits concretos con las siguientes
ventajas:
1ª.- Los cedentes conseguirán obtener fondos para financiar la mejora de
infraestructuras y el ahorro.
Esta mejora de la eficiencia generaría nuevos recursos para crear un
proceso continuado de autofinanciación en su propia modernización.
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2ª.- Los que reciban el agua tendrán la posibilidad de satisfacer sus demandas
de forma ágil y no conflictiva.
Para la demanda deficitaria, normalmente una población o un regadío
infradotado, una garantía rápida, eficaz y consensuada de suministro.
3ª.- Las Confederaciones Hidrográficas tendrán la posibilidad de controlar el
uso del agua sin financiar las soluciones que se encuentren.
Para la administración hidráulica, la posibilidad de supervisar este
proceso de cesiones temporales y voluntarias de las concesiones en
defensa del interés general, sin necesidad de efectuar mediante los
Decretos de Sequía obras costosas para atender coyunturalmente esas
demandas insatisfechas.
Un ejemplo puede ser la cesión temporal de parte de la caudal disponible de la
Comunidad de Regantes del Pantano del Guadalmellato de Córdoba a Aguas de
Almanzora en Almería.
3.3. Realización de obras de conexión entre cuencas y sistemas de explotación
En España cada vez se suceden más episodios de sequía. Se puede suponer que ante un
escenario de cambio climático, parece lógico pensar que nos estamos enfrentando a uno
de los mayores problemas que tiene la agricultura en los últimos años.
En España, ante la posibilidad de un cambio climático, se van a agudizar las
condiciones naturales que nos obligaron a construir embalses debido a una mayor
variabilidad interanual de la pluviometría y una peor distribución espacial y temporal.
De igual modo, la agudización del carácter torrencial de los ríos y la prolongación de
periodos secos derivados del cambio climático también se podrán equilibrar mejor si se
dispone de embalses suficientes.
Afirma el ingeniero agrónomo Eugenio Nadal, que en nuestro país, si hoy estuviésemos
sólo a merced del agua circulante por todos los ríos de nuestra geografía y sin embalses,
sólo se podría atender las necesidades de una población de unos tres millones de
habitantes durante el verano, con los ratios actuales de consumo por habitante y día. Sin
embargo, más de diez veces esta población tiene sus necesidades de agua y alimentos
abastecidas, gracias a las infraestructuras hidráulicas existentes.
¾ Ejemplos de conexión entre cuencas y sistemas de explotación
Desdoblamiento de la conducción del Alberche para el abastecimiento a Madrid
comprendió la realización de gran número de conducciones que trasvasaron recursos de
otras cuencas, aumentando la flexibilidad de los sistemas dedicados al suministro de
poblaciones. Otros ejemplos de este tipo de obras fueron el trasvase de la cuenca del
Guadalquivir a la cuenca mediterránea (desde el embalse del Negratín a la cuenca del
río Almanzora), así como la conexión entre el Bajo Guadalquivir y Arcos-Bornos, los
túneles de trasvase al embalse de la Concepción, en el río Verde, desde los ríos
5
Guadalmina, Guadalmansa y Guadaiza, el derogado trasvase del Ebro a la ciudad de
Barcelona para abastecimiento de población, etc.
3.4. Gestión conjunta de aguas superficiales y subterráneas.
La unidad del ciclo hidrológico es una realidad física; el agua de lluvia escurre por los
cauces, o se infiltra en el suelo, o se evapora; las aguas de escorrentía pueden alimentar
un subálveo, infiltrarse en un acuífero profundo, surgir después en un manantial, o bien
correr torrencialmente hasta el mar o remansarse en un embalse. La discusión sobre el
uso de aguas superficiales o subterráneas es estéril.
Por tanto, el planteamiento correcto, y el único del que se pueden derivar beneficios, es
el aprovechamiento conjunto, y con frecuencia complementario, de ambas fases del
unitario ciclo del agua. Al explotar las aguas subterráneas cuando los caudales o los
almacenamientos superficiales son menores, se consigue un aumento de la garantía del
suministro.
La capacidad de almacenamiento de un acuífero puede aprovecharse si se hace más uso
de los embalses superficiales o de los caudales de los ríos en los períodos húmedos y se
bombea más de los acuíferos en períodos secos. Este tipo de uso conjunto, denominado
utilización alternativa, es el que presenta más posibilidades en España.
3.5. Aprovechamiento de recursos no convencionales. Reutilización de aguas
depuradas
También se puede plantear la utilización de aguas depuradas para la atención de
las demandas de riego. Para ello hacen falta las infraestructuras para derivar el agua y
habría que aprobar unas condiciones técnicas y económicas para reutilización del agua
que no suponga un coste para el regadío.
La reutilización planificada contribuye a mejorar la gestión integrada de los
recursos, ofreciendo una mayor garantía de suministro a los usuarios de diversas
maneras, algunas de las cuales citaremos a continuación:
1.
La sustitución de aguas pre-potables por aguas regeneradas.
2.
La aportación de agua regenerada para regadíos infradotados o nuevos
regadíos.
3.
La recarga artificial de acuíferos con aguas regeneradas.
3.6. Otras medidas para la gestión de la Sequía. La modernización de regadíos.
Los regadíos existentes son hoy una realidad de indudable interés agrícola, económico y
social, gracias a siglos de esfuerzo continuado de los regantes españoles y con una
intervención desigual de las administraciones públicas. Los regadíos tradicionales han
visto con el paso del tiempo recortados sus caudales como consecuencia del incremento
del consumo urbano, industrial y de los nuevos usos recreativos, ambientales, etc.
La situación deficitaria de agua ha provocado una creciente competencia por la
utilización del agua y un incremento en los costes de mantenimiento y modernización
de sus infraestructuras. Y, los regadíos actuales, con las especiales características que
6
les rodean, no se encuentran con posibilidades reales de afrontar exclusivamente estos
costes.
Dentro de la actual crisis de la agricultura española los altos costes de mantenimiento de
las infraestructuras y las grandes inversiones a realizar en modernización de regadíos,
no pueden ni deben ser financiadas exclusivamente por las rentas actuales de los
agricultores.
De la modernización de los regadíos poco se van a beneficiar los agricultores afectados,
pues los incrementos de producción de sus cultivos van a ser prácticamente
inapreciables. Se debe considerar que la modernización del regadío tiene un claro
objetivo medioambiental que consiste en conseguir una mayor eficiencia en la
utilización del agua, lo que supone no sólo el ahorro de un recurso natural escaso, sino
también la reducción de la erosión del suelo y de la contaminación difusa al utilizar
dosis más reducidas de riego. Los realmente beneficiados serán los restantes usuarios
que podrán disponer del agua que pueda ahorrarse por efecto de la mejora del regadío.
Estos últimos, son, por tanto, los que tendrían que soportar los costes de las
modernizaciones.
Por ello, un planteamiento justo del tema, obliga a que la necesidad de su
modernización y el consiguiente ahorro del agua sea compartida por quienes vienen
presionando y detrayendo los caudales que con anterioridad sólo disfrutaban estos
regadíos. Son esos nuevos usos –crecientes-, los que han provocado la situación actual
de escasez del recurso agua.
Dado que el déficit se produce por los incrementos de la demanda urbana, turística,
industrial, recreativa (campos de golf) etc., los cuales además vienen utilizando las
aguas concedidas e inscritas en favor de los regadíos existentes, parece de justicia que
compartan los gastos necesarios para mantener, rehabilitar y actualizar las
infraestructuras de estos regadíos.
4. CONSECUENCIAS Y EFECTOS DE LAS SEQUÍAS
La sequía genera una serie de impactos con sus consecuentes efectos negativos en los
ámbitos sociales, medioambientales y económicos referentes al regadío.
La escasez de recursos durante el año 2004-2005 provocó afecciones a diversos cultivos de
regadío. Llegaron a darse reducciones del 30% en determinadas zonas del Tajo, un 10 %
en la cuenca del Guadiana, un 40% en la del Guadalquivir, más de un 60 % den algunas
zonas del Segura y Júcar, y un 40% en el Ebro.
Durante la campaña de riego del año 2005-2006 se produjeron restricciones en
determinadas zonas del Guadiana, en el Ebro entre un 15 y un 40%, y en el Júcar, Segura y
Guadalquivir fueron superiores al 50%.
El año 2006-2007 empezó con un bajo nivel de reservas del año anterior, produciéndose
igualmente restricciones en el Júcar, Segura y Guadalquivir.
De un modo general y a largo plazo, la sequía produce:
7
1.
2.
3.
4.
5.
Una disminución de la renta de los agricultores.
Una disminución de la competitividad de nuestra agricultura.
Pérdida de cuota de mercado principalmente para la exportación de productos.
La desaparición de cultivos y la erosión de tierras.
Despoblamiento y desordenación del territorio.
El sector del regadío debería ser tratado con preferencia, especialmente en países como
el nuestro que sufre la sequía de manera cíclica
Además del impacto sobre la agricultura, la sequía también tiene efectos negativos
directos en la gestión del agua. La escasez de agua prolongada influye directamente en
los recursos hídricos de una región, altera las condiciones de equilibrio del agua y crea
situaciones difíciles para cualquier tipo de abastecimiento de agua.
Otro campo de impactos económicos causados por la sequía es la industria. En ella, los
efectos son, generalmente, indirectos. Sin embargo, la industria alimentaria se ve
involucrada de una manera más directa ya que una parte considerable de su materia
prima proviene de la agricultura y se puede perder durante un periodo de sequía.
4.1. Implicaciones económicas de la sequía
Durante los periodos de sequía se dan episodios de restricciones de caudales para
regadíos, con la inmediata consecuencia en la renta de los agricultores. La importancia
económica del regadío en España es muy superior a la obtenida como media mundial.
La superficie mundial de regadío es de 250 millones de hectáreas. A este nivel, el
regadío supone el 18% del área total cultivada y el 35% de la producción final agrícola,
mientras que en España, el regadío supone sólo el 13% del SAU (superficie agraria útil),
y casi un 60% de la producción final agrícola nacional. Este dato aporta una idea de lo
que supone una disminución en la producción debido a las restricciones de caudales
para el regadío en la renta de un agricultor.
Además, el regadío no solo permite una renta más alta, sino también más segura. Esto
se consigue mediante una doble vía: por un lado por la mayor diversificación de
producciones que permite el regadío, evitando así el riesgo del monocultivo de secano,
y por otro lado, reduce el riesgo climático de los secanos áridos y semiáridos, en los que
la variabilidad de las precipitaciones anuales y estacionales provoca severas pérdidas
económicas.
Habrá que analizar que tipos de cultivos son más o menos rentables en función de la
mayor o menor disponibilidad de agua y de las mayores o menores necesidades
hídricas.
4.2. Implicaciones medioambientales de la sequía
El regadío lleva consigo asociado la diversidad de cultivos (hortícolas, frutales,
herbáceos, extensivos…). Cuando esta actividad desaparece, también lo hacen con ella
estos cultivos y sus productores. Esto lleva encadenado un proceso de degradación y
erosión de tierras, que una vez ocurrido dicho proceso se torna irreversible. Si el
agricultor, agente cuidador del medioambiente, no puede subsistir de su medio de
producción, no le queda otro remedio que abandonar su actividad.
8
4.3. Implicaciones sociales de la sequía
Las implicaciones sociales más inmediatas de la sequía se traducen en el desempleo
rural con las consecuencias no deseadas de la emigración, el despoblamiento del interior
y su envejecimiento, que afectan profundamente a una adecuada y equilibrada
ordenación del territorio.
Cuando se compara la sequía que se padeció durante los años 2004- 2007 con la sufrida
en los años ’94 -‘95 y se saca la conclusión de que entonces hubo restricciones en el
abastecimiento de poblaciones para 12 millones de ciudadanos y en esta sequía no
gracias a las medidas adoptadas, se debe hacer una matización. Esta conclusión es cierta
en cuanto al resultado pero no en el análisis de las consecuencias. Se olvida que sí que
ha habido restricciones y muy graves para los regadíos, con consecuencias económicas
muy importantes.
5. NECESIDAD DEL REGADÍO COMO FUENTE DE RIQUEZA
SOCIAL, ECONÓMICA Y AMBIENTAL
Durante los últimos años se ha creado una opinión muy negativa sobre el regadío y a las
obras hidráulicas que sirven a éste para su fin. Utilizando la ley del péndulo, hemos
pasado desde una ignorancia de las consecuencias ambientales de cualquier actividad
humana, como pudiera ser el regadío, a un fundamentalismo ambientalista, que no solo
exagera los impactos negativos que pudieran derivarse de la actividad del regadío y de
las infraestructuras hidráulicas, sino que llega incluso a ignorar los múltiples efectos
positivos de nuestra actividad agraria sobre el medio ambiente y toda la sociedad.
Si la opinión pública conociese lo que representa el uso del agua y la agricultura como
beneficio para el medio ambiente y toda la sociedad, seguro que el gran debate abierto
entre la necesidad del agua para regadío sería enfocado con menor conflictividad.
Las Administraciones del Medio Ambiente y Agricultura, potenciando la (I+D+i) y las
Comunidades de Regantes, deberían analizar en profundidad y después divulgar a toda
la sociedad las muchas y variadas externalidades positivas del regadío, cuantificándose
estos efectos y diferenciándose entre los de tipo social, económico y medioambiental. A
modo de ejemplo, se podrían señalar, entre otros:
- La aportación de oxígeno a la atmósfera por la fotosíntesis de la cubierta vegetal.
Las plantas transforman la energía solar en bioquímica, gracias a la función
clorofílica, absorbiendo dióxido de carbono y emitiendo oxígeno a la atmósfera.
Esta función que realizan los campos cultivados y los bosques, beneficia a toda
la humanidad, y es, de momento gratuita, como lo fue durante siglos el agua a
pesar de su gran valor.
- Los cultivos de regadío son auténticos sumideros de CO2 atmosférico, con el
consiguiente efecto positivo sobre el efecto invernadero. Si los agricultores
dejaran de cultivar los frutales, olivos, naranjos, viñas, etc. y no cuidaran y
protegieran los bosques y pastos de su
propiedad, tales sumideros
desaparecerían, agravando el problema del calentamiento de la tierra. En Europa
la biomasa absorbe entre el 7 y el 12 por ciento de las emisiones.
9
- La agricultura herbácea como productora de materias primas para la fabricación
de biocombustibles. Cultivos como la remolacha, cártamo, girasol, etc. pueden
ser la base de los nuevos biocombustibles. Constituyen una fuente de energías
limpias y renovable, sustitutivas de las fósiles, que son limitadas.
- La reducción de la erosión y la desertización mediante el mantenimiento de la
capa vegetal en regadíos eficientes.
- La fijación de la población en el territorio, evitando el abandono de tierras y el
despoblamiento de las zonas rurales y el éxodo hacia mayores núcleos de
población, cada vez más superpoblados.
- Los efectos positivos en una economía inducida por el regadío. Su influencia en
los servicios e industrias agroalimentarias asociadas. No es el PIB un índice
que cuantifique significativamente la importancia del regadío en la actividad
económica de un país. Debería incorporarse un análisis de la agricultura como
soporte de todo el complejo agroalimentario y de todos los sectores que de él
dependen: comercialización, cooperativismo, servicios asociados (técnicos,
transportes, maquinaria, fertilizantes, fitosanitarios, embalajes, etc.) y otros,
alcanzándose cifras que multiplicarían por más de cinco el Producto Interior
Bruto de la agricultura de regadío, si se considera de un modo aislado.
- El regadío continúa siendo la garantía de un abastecimiento mínimo de la
población, siendo un sector estratégico para todos los países, incluso los muy
desarrollados, que puede resultar vital en situaciones de crisis.
- La diversidad de cultivos y la productividad de las áreas regadas es muy superior a
las áreas no regadas. En España una hectárea de regadío produce entre cuatro y
seis hectáreas de secano.
En definitiva, hay que intentar que los regadíos desarrollen al máximo sus efectos
positivos sobre el medio ambiente, dándolos a conocer a la opinión pública de forma
justificada y documentada, y reducir o eliminar los negativos.
Así pues y, a modo de conclusión, dejo planteadas algunas reflexiones sobre el futuro
agrario: ¿Es racional que el que contamina pague y compre derechos de emisión y los
que limpian de CO2 la atmósfera no sean debidamente compensados? ¿No deberían
percibir los agricultores, de aquellos que emiten, la cantidad equivalente a lo que sus
cultivos absorben? ¿Qué sería del turismo rural y el desarrollo rural si desaparecen sus
cuidadores?, y así podrían surgir numerosas cuestiones. Hoy el regadío no consiste sólo
en producir alimentos, lo que representaría una actividad puramente económica, sino
que su rentabilidad es triple: social, económica y sobre todo medioambiental.
6. Bibliografía
• DEL CAMPO GARCIA, A. 2007. Gestión Integrada de la Sequía. Jornadas IQPC. Madrid,
febrero 2007.
• DEL CAMPO GARCIA, A. 2008. La Importancia de las Comunidades de Regantes de España
para el Desarrollo Rural y Sostenible y su Proyección Internacional”. Zaragoza, Junio 2008.
• DEL CAMPO GARCIA, A. 2007. Alegaciones al Protocolo de Sequía. Madrid, enero de 2007.
• DE PALMA MANGLANO, J.V. 2007.Gestión de la Sequía. Zamora, julio 2007.
• DE PALMA MANGLANO, J.V. Plan de Sequía – Confederación Hidrográfica del Júcar.
Valencia 2006.
• MINISTERIO DE MEDIO AMBIENTE. 2008. La Gestión de la Sequía de los años 2004 a
2007.
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