El espiritu de la Naturaleza

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EL ESPIRITU DE LA NATURALEZA
José Ismael Quiroga Montán.
Cochabamba – 13 años
Mayo de 2010
Un atardecer muy caluroso Pomum, el espíritu de las frutas, prestó atención a un
gemido muy estremecedor que resonaba sobre toda la superficie de Humus, el espíritu
de la tierra. Inmediatamente Pomum se dio cuenta que era el llanto de Flos, el espíritu
de las Flores, que se encontraba llorando inconsolablemente y no podía parar.
Apareció Fera, espíritu de los animales, quien al parecer se dio cuenta cual era el gran
sufrimiento de Flos y mirando tristemente a Flos y con un nudo en la garganta se dirigió
a Pomum y le dijo que Natura, espíritu de la Naturaleza, estaba muriendo lentamente,
por que los Humanos no sabían valorarla y tarde o temprano llegaría su fin. Pomum
quedo callado por un largo rato con la mirada perdida al infinito.
De repente todos escucharon voces y ruidos que se acercaban, Fera se escondió
rápidamente detrás de los árboles y exclamo ¡Humanos!, Flos dejo de llorar,
asombrados todos vieron una figura de un gran tamaño que sin piedad aplastaba y hacia
caer todo lo que estaba a su paso acercándose a ellos. Era un Humano y se paró de
repente puso la mirada fija en Fera, alzo los brazos y lanzó una flecha hacia Fera, pero
con gran destreza Fera salto y logro esquivarla, sin pensarlo dos veces hecho a correr.
El silencio se apodero del lugar, él cual fue interrumpido por el ladrido de perros y
voces de Humanos que se acercaban, los ladridos eran de animales similares a Fera,
pero los Humanos no les lanzaban flechas, y esos animales se acercaban sin miedo y se
doblegaban ante los humanos que los acariciaban, como cuando llega la briza y
jugando, choca los delicados pétalos de flos.
Los Humanos se juntaron y una parte de ellos comenzó a cortar los árboles y ramas sin
piedad y al mismo tiempo los otros recolectaban los frutos sin medida, hasta dejar a
Pomum casi desnudo, nunca entendimos porque sacaron tantos frutos, algunos incluso
no volverán a reproducirse porque no dejaron ni las semillas de vida. Entre tanto el Sol
se despedía de nosotros y alegre nos decía mañana tempranito volveré a verlos jugar.
Con su gran vestido negro y sus pequeños diamantes brillantes entraba nuestra amiga
Luna. Los Humanos ni siquiera esperaron que suba la amiga Luna y con la rabia con la
que los rayos caen a la tierra los Humanos encendieron varias fogatas.
No olvidaremos nunca aquella noche, sacaron de sus atados muchas pieles de animales,
y monedas redondas de oro y plata que todos sabemos que no tienen ningún valor,
también sacaron envases que contenían un líquido muy raro que empezaron a tomar,
pero no era tan cristalino ni puro como nuestra agua de los ríos. Bebieron y bebieron ese
líquido y bailaron, y sus rostros cambiaron y parecían demonios al son de la fogata, que
lentamente consumía los cuerpos de nuestros fieles amigos árboles. Por accidente
rompieron un envase y derramaron esos líquidos a nuestros ríos y contaminaron nuestra
agua, muchas plantas murieron al instante y otras no volverán a ser igual.
El espíritu de la Muerte apareció y se alegro de lo que ocurría con su mirada aumento la
fogata y el fuego cubrió el bosque, todos los Humanos salieron corriendo, excepto uno,
el más perverso que dirigía a todo el grupo. La ambición de recoger sus pieles y sus
monedas y sus líquidos lo atrapo y aunque grito y grito, ningún Humano quiso arriesgar
su vida. El Humano pese a estar con el fuego en su encima apretó fuertemente todas sus
pieles y sus monedas, como si alguien se las iría a arrebatar, pero quedo solo, solo y
gritando de dolor. Tan fuerte fue esa escena que Pomun, Fera, Flos, Humus y mamá
Natura que también estaban sufriendo el dolor por las quemaduras, decidieron salvar al
Humano, he hicieron lo imposible pero el Humano murió. La tristeza de los espíritus
que no sabían que hacer en esta situación, levantaron sus plegarias hasta Deus, Dios de
la vida.
Deus sabiendo quien era el humano y el daño que hizo no dijo nada, pero las suplicas,
bondad y piedad que tuvieron los espíritus y mamá Natura, lograron que Deus de vida al
Humano para luego preguntarle sobre la actitud de Natura y los espíritus que lo
salvaron. El Humano no supo que decir o contestar, pues se dio cuenta que de nada
sirvieron sus pieles y monedas si la esencia de la vida es el amor y el respeto por la
Naturaleza, bajo la mirada ante Deus y le dijo que no merecía estar vivo, por lo menos
no como un humano, y que si lo devolvía a la vida, que sea como un árbol que de
sombra a Natura, que en sus pies jueguen los hijos de Fera, que en otoño abonen sus
hojas a Humus y en primavera de sus ramas Flos y Pomun muestren la belleza y
grandeza divina. Desde entonces Deus planto un hermoso árbol que se encuentra en
algún lugar de este bello paraíso que es la Tierra. Ten cuidado no lo vayas a cortar!!!.
Fin.
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