SOLICITA CAMBIO DE CALIFICACIÓN LEGAL. PROMUEVE DECLINATORIA DE COMPETENCIA. SE REMITAN LAS ACTUACIONES AL FUERO FEDERAL.Señor Juez: Luis Virgilio Sánchez, abogado (CAN Matrícula 1628, C.S.J.N. Tomo 111, F°606), en representación de la QUERELLA, manteniendo el domicilio legal constituido, en autos “HERRERA EDUARDO MARTÍN s / DENUNCIA DE DESAPARICIÓN DE PERSONA (Vtma. AVALOS, Sergio Daniel) IPP 21153 Año 2003, en trámite por ante esa Fiscalía de Graves Atentados personales ante V.S. respetuosamente me presento y digo: I.- OBJETO: Que en el debido cumplimiento del mandato oportunamente acreditado en autos, y siguiendo expresas instrucciones de mi instituyente, vengo a solicitar el CAMBIO DE CALIFICACIÓN LEGAL de la presente causa, por la figura de Desaparición Forzada de Persona, tipificada en el art. 142 ter del Código de fondo, y consecuentemente, solicitar que V.S. DECLINE SU COMPETENCIA, y remita la totalidad de las actuaciones junto a la presente al Fuero Federal, en la forma de estilo, todo ello a razón de las consideraciones de hecho y derecho que seguidamente se exponen. III.- HECHOS: Conforme surge de las actuaciones de marras, el ciudadano SEGIO AVALOS ha desaparecido hace ya diez años, sin que hasta el día de la fecha se haya obtenido un dato cierto de su paradero. Que pese a los numerosos testimonios y la enorme repercusión pública de la presente causa, no existe un dato concreto de la investigación realizada que nos acerque al cumplimiento de su objetivo, o que nos revele, aunque sea mínimamente, el paradero de Sergio AVALOS. Sin embargo, no empece a la abultada información, que conforman once cuerpos de una expediente que ni siquiera ha tenido estado jurisdiccional, cuya investigación ha sido llevada adelante por el Ministerio Público y la policía de la provincia de Neuquén como un trámite de averiguación de paradero, donde se ha soslayado indebidamente de la investigación la hipótesis de la desaparición forzada de personas, que pese a ser incorporada como figura típica en el código penal, de manera posterior al inicio de la investigación, se encontraba enmarcada en la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, incorporada a nuestro ordenamiento legal a través del art. 75 inc. 22 de nuestra Constitución Nacional. Que si comenzáramos a andar la hipótesis de que Sergio Avalos hubiera sido víctima de violencia institucional, en el sentido de que, en su desaparición, pudiera estar involucrado el Estado, a través de personal policial o la seguridad del local bailable en donde se lo vio por última vez, entonces veríamos que las pruebas obtenidas en las primeras fojas de la investigación, podrían haber estado en manos de los propios sujetos que de manera directa o indirecta, individual o corporativamente pudieran estar implicados de algún modo en el hecho investigado, lo que -en definitiva- ha podido facilitar un verdadero encubrimiento y eliminación de las pruebas en una etapa del proceso donde su conocimiento resultaba medular para la investigación. Llama poderosamente la atención a esta parte el ACTA DE PROCEDIMIENTO labrada el 19 de Junio del 2003, de fojas 42, donde se realiza una entrevista a la ciudadana María teresa Monsalve, empleada administrativa del lugar, que da a conocer a los oficiales que llevan adelante el procedimiento, que el local bailable donde se vio por última vez a Sergio Avalos cuenta con un total de cuarenta (40) cámaras, las cuales son utilizadas para el monitoreo permanente del local, y casualmente por un error humano o mecánico (ver declaración de fs. 62) el videotape analizado finaliza a las 2:48 hs. del 14/06/03, es decir, pocos minutos antes de que –conforme surge de los testimonios de autos- Sergio Avalos ingresara al local bailable donde se lo vio por última vez. Es indudable que esa inoportuna casualidad en una prueba tan importante, debió al menos alertar al Ministerio Público, sin embargo no se observa que se hayan hecho análisis de la totalidad de los soportes con grabaciones de las cámaras de seguridad del local, ni pericias para determinar la verosimilitud de la versión que da cuenta de que efectivamente no se tomaron más registros de video a partir de las 02:48 hs. del 14/06/03. Que de haber contemplado aunque sea mínimamente en un plano de investigación, la hipótesis de que personal policial o de seguridad del local bailable estuvieran involucrados en la desaparición forzada de Sergio Ávalos, dicha prueba debería haber sido recabada por personal “ad hoc” que no forme parte de la fuerza policial. Se advierte además, desde un principio, que no se ha formado ninguna comisión investigadora en la causa, viéndose las pruebas expuestas en un marco de investigación llevado adelante en su integridad y de manera exclusiva por personal policial, cuyos resultados, luego de trascurrido más de diez años, están a la vista. Que el caso de marras ha tomado una gran repercusión pública y ha movilizado de manera permanente a organizaciones en defensa de los derechos humanos, y en el inicio de la investigación a estudiantes de la Universidad del Comahue, quienes lograron que la Universidad oportunamente se presentara como “Amicus Curiae” en autos, la que recientemente ha labrado un documento que adjunto a la presente (DECLARACIÓN N° 34 de fecha 10 de junio del 2013 del Consejo Superior de la Universidad Nacional del Comahue, donde se expresa en torno al caso: "No hay ninguna pista sobre las causales de la desaparición, pero si inquietan el temprano apagado de las cámaras del local esa noche; las amenazas e intimidaciones a integrantes de la comunidad universitaria y personalidades públicas que investigaban o reclamaban por el caso; particularmente las realizadas por la policía provincial hacia estudiantes universitarios y las usinas de rumores o pistas falsas" Que existen varios testimonios en la causa que vinculan la desaparición de Sergio Avalos con personal policial. Dable es señalar que los cuantiosos cuerpos del expediente de marras se encuentran compuestos –inter alios- por una gran cantidad de testimonios, que guardan verosimilitud y relevancia con el hecho investigado y que, en muchos de ellos puede advertirse, ya sea por una circunstancia tangencial, el comentario de un tercero, una percepción, etc. la hipótesis del vínculo de la desaparición de Sergio en manos de la policía o fuerzas de seguridad de la provincia. Impresiona el Testimonio de Walter José Pérez a fojas 706, donde narra un episodio en el que se encuentra con una persona que dice haber visto a Sergio AVALOS muy lastimado y cautivo por personas pertenecientes a la fuerza policial. Llama mucho la atención que luego de ser contactada la persona que manejaba esta versión, en principio fue imputada, y posteriormente, se le toma declaración testimonial, donde realiza una escueta declaración refiriendo que sólo conoce el caso por los diarios, sin realizársele mayores preguntas. También el testimonio de fs. 1466/1469 y otros tantos que han dejado interrogantes… Que si bien en una causa de repercusión pública como la presente, no es extraño que nos encontremos con caza recompensas, fabuladores, oportunistas, etc., lo cierto de todo es que a lo largo del expediente, fue desechada –o al menos no fue debidamente investigada- cualquier hipótesis que involucre a las fuerzas de seguridad de la provincia. Y prueba de ello es que el desarrollo de la investigación, obtención de pruebas, apersonamientos, labranza de actas, toma de testimonios de cualquier denuncia o pista que involucrara de algún modo a las fuerzas de seguridad de la provincia con el hecho investigado, fue llevado a delante de manera exclusiva por la policía, sin advertir que el Ministerio Público ordenara algún tipo de medidas que garantizaran que dichas pruebas, pistas o testimonios no estuvieran siendo objeto de alguna maniobra corporativa de encubrimiento, lo que resulta difícil y hasta diría imposible de probar, si previamente no se tomaron los debidos recaudos para evitarlo. Que la falta de recaudos del Ministerio Público sobre este aspecto, el tiempo transcurrido y el indubitable peso de los resultados infructuosos sobre la desaparición de Sergio AVALOS, abonan “per se” la hipótesis de la Desaparición Forzada de persona, es decir, el vínculo del Estado a través de miembros de sus fuerzas de seguridad en la desaparición de Sergio. Advierta S.S. que existen además concretas denuncias de personas (estudiantes de la universidad) movilizados por la desaparición de Sergio AVALOS, que dan cuenta de haber sido amenazados y haber sufrido atentados, con el objetivo de amedrentarlos para que se desmovilizaran en relación a la causa. Estas circunstancias tampoco fueron debidamente valoradas ni investigadas de manera conjunta con el presente caso. Hechos, inclusive, que no han cesado (adjunto a la presente actas de Declaración Indagatoria Exp. 44675/12 y testimoniales recabadas en denuncias de apremios ilegales) Que en el caso de marras se han trabajado líneas de investigación siguiendo hipótesis a partir de denuncias anónimas cuyo origen jamás pudo constatarse. Empero, lo cierto de todo es que en el expediente de marras, abundan las denuncias anónimas, testimonios, pistas, referencias, datos (apócrifos o reales) que hacen clara referencia al hecho que se investiga, y que en la mayoría de los casos involucran a las fuerzas de seguridad del Estado. Sobre este punto debe coincidir S.S. en que las líneas de investigación llevadas adelante por el Ministerio Público, que se sustraen a la hipótesis de la desaparición forzada de persona, parten de circunstancias tan o menos verosímiles que las denuncias y hechos acaecidos en la investigación que involucran de manera directa a las fuerzas de seguridad. Llama poderosamente la atención que el Ministerio Público jamás haya abierto una línea de investigación contemplando la hipótesis de la desaparición forzada de persona, y en cambio –en forma actual- encuentre verosimilitud suficiente para abrir una línea de investigación a partir de la versión de una llamada anónima realizada nueve años atrás, cuya procedencia no ha sido constatada. Esta parte en forma previa a la presentación que antecede, tuvo una reunión con el Fiscal actuante, quien nos manifestó que estaba llevando adelante una investigación en tal sentido, a partir de la pista “ut supra” mencionada, por lo cual se nos pidió más tiempo para realizar el presente pedido de cambio de calificación legal, no obstante ello, de las constancias del onceavo cuerpo del expediente, se advierte que el último acto jurisdiccional anterior a la presentación del suscripto en representación de la Querella, es la Resolución de procedencia del “Amicus Curiae”, presentado en la causa. Con lo cual, V.S. puede considerar que el cambio de jurisdicción propiciado a tenor de la solicitud de cambio de calificación legal, no dejará inconclusa ninguna tarea de investigación que se esté desarrollando. Por el contrario, propicia el andamiento de una línea de investigación que debió ser desarrollada desde el principio, que es nuestra hipótesis de trabajo, y que se circunscribe al art 142 ter del Código de Fondo, a tenor de nuestro convencimiento, y que trataremos de demostrar en la etapa procesal oportuna, de que el hecho objeto de investigación en autos, se trata de una Desaparición Forzada de personas, con los alcances del citado artículo del Código de Fondo y enmarcado en las normas nacionales e internacionales y jurisprudencia aplicable, relacionadas en el título subsiguiente. Lamentablemente Sergio Avalos integra una trágica lista de víctimas de violencia institucional que en casi tres décadas de democracia lleva un saldo total de 200 desaparecidos, 68 muertos por causas políticas –comprendiendo en las mismas a los caídos en el marco de un colectivo en protesta o lucha por la reivindicación de sus derechos- y más de 3.900 muertes en manos del aparato represivo del Estado, según datos publicados por organismos en defensa de los Derechos Humanos, nacionales e internacionales, que asisten con estupor el grado de violencia institucional que viene reafirmándose en nuestro país de manera decisiva y alarmante. Los datos, que deberían movernos a reflexionar, se aportan a los efectos de irrogar a V.S. tenga a bien instruir su criterio de la casuística, para evaluar la tipicidad a la hora de considerar el encuadre solicitado, ya que en el expediente de marras, cuya investigación fue llevada a delante de manera exclusiva por la policía, resulta inextricable la pista de la desaparición forzada de persona, por motivos evidentes: si las propias fuerzas de seguridad estuvieran implicadas en la desaparición de Sergio, seguramente los caminos para llegar a la verdad fueron decididamente pisoteados, borrados o extraviados en la propia investigación, que cada vez que insta el procedimiento persiguiendo una pista falsa, va tornando cada vez menos visibles los resquicios de una pista real, dato o hecho plausible en el expediente, que pueda dirigirnos hacia la verdad. Lamentablemente, desde el lugar de la querella, que es el lugar del dolor, porque representa a los familiares de la víctima, ya hemos renunciado a nuestras esperanzas para que aparezca Sergio con vida e incluso nos duele sentir el peso de la resignación que tantos años transita sobre la aparición de sus restos, sobre los cuales no perdemos aún la esperanza, pero la búsqueda de Sergio es más que la “búsqueda de paradero” que tramita en fiscalía y que aún no posee, luego de diez años, ni siquiera estado jurisdiccional, nuestra búsqueda es por VERDAD Y JUSTICIA, principio y fin de todas las causas, que deberían motivar y movilizar de manera más férrea a quienes poseen la titularidad y el ejercicio del Ministerio Público que a las propias víctimas. Lamentablemente, el tiempo transcurrido y los resultados infructuosos debieran obligar a la justicia de la provincia del Neuquén a reconocer el incumplimiento de una garantía constitucional fundamental de las víctimas, cual es la tutela judicial efectiva, y reconocer a su vez el retardo injustificado que esta altura no admite explicaciones, y por el cual esta parte ha realizado formalmente una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que esperamos tenga pronta acogida. Entonces, habiendo transcurrido más de diez años, donde el tránsito de lo actuado, lejos de acercarnos a la verdad de los hechos investigados, cada vez nos ha alejado más del conocimiento de lo que ocurrió con Sergio, con el agravante de la visible existencia de severos y graves vicios en el procedimiento, donde –como ya se señalóse permitió que las fuerzas de seguridad de la provincia llevaran delante de manera exclusiva prácticamente toda la investigación, exponiendo fatalmente el resultado de una línea de investigación que casualmente el Ministerio Público nunca desarrolló, que es nuestra hipótesis, la contemplada en el art. 142 ter del Código Penal. Que por otro lado resulta materialmente imposible a un particular perpetrar un crimen de esta naturaleza y ocultarlo por más de 10 años, sobre todo con la enorme repercusión pública que posee este caso. Que resulta inverosímil pensar que un estudiante de la universidad de 18 años de edad, que poseía una vida social, hábitos, familia, amigos, compañeros, etc. pueda desaparecer en un lugar público de masiva concurrencia sin que exista un sólo dato útil para esclarecer el hecho, no resulta verosímil que esto sea posible sin que exista atrás de este hecho un crimen y una red de encubrimiento. El presente caso además es emblemático, porque existen pocos precedentes de una red de encubrimiento tan eficaz que ha mantenido durante todos estos años fuera del halo de sospecha al Estado, pese a que los primeros indicios alertaban lo contrario. La ausencia de registros de filmaciones en el local bailable, quince minutos antes de que ingresara Sergio es sin lugar a dudas, la primer pista de una sucesión de actos de encubrimiento que han diezmado la causa hasta extraviar casi completamente la verdad. La presencia de personal de las fuerzas de seguridad realizando adicionales en el local bailable esa noche y personal retirado del ejército, debieron llevar al Ministerio Público, en principio a resguardar la prueba separando a las fuerzas policiales de la investigación, y este resguardo no implica ninguna presunción en contra de las fuerzas de seguridad de la provincia, sino una medida necesaria para resguardar la prueba y, hasta diría procesal, para evitar futuras nulidades, como las que minan el expediente de marras a tenor de los testimonios recabados, que debieron ser tomados por el fiscal y no por personal de la policía. Pero este aspecto de la investigación es el que más moviliza la hipótesis de la desaparición forzada descripta por la figura típica del art. 142 ter, en primer término porque los vicios en el procedimiento, como por ejemplo, las testimoniales tomadas por la policía no han suscitado preocupación al Ministerio Público por su aspecto nulificante, ora por la etapa del procedimiento en el que fue realizado el acto que impide formalmente su planteo, a tenor del art. 153 y ccts del CPPN, ora porque la fiscalía a tenor de lo actuado parece asumir que dichas pruebas existentes son inconducentes y por lo tanto no merecen ser resguardadas. Me detengo en este punto a aclarar que no es posible hacer ostensible el ejercicio de las atribuciones de la policía establecidas en el art. 167 del CPPN vigente al momento de la investigación, y hoy eliminadas por la Ley 2784, cuando existan sospechas de que miembros de la fuerza de seguridad de la provincia puedan estar involucrados en el hecho investigado. Advierta S.S. que en la labranza de diez cuerpos de investigación a lo largo de todos estos años, los únicos pedidos de intervención del Juzgado por parte de la fiscalía, se limitan a los aspectos formales de admisión de la parte Querellante y el “Amicus Curiae”, lo que resulta por demás desconcertante en una causa que ha movilizado a la sociedad toda y donde las principales sospechas –a nuestro criterio- deberían estar dirigidas a las fuerzas de seguridad de la provincia. Advierta S.S. que la mayoría de las denuncias que constan en el expediente de marras, algunas identificadas, otras anónimas, apuntan a la vinculación de la desaparición de Sergio con las fuerzas de seguridad, lo que nos lleva a concluir que la desaparición de Sergio Avalos no pudo ser posible sin el apoyo o la aquiescencia del Estado, cuya responsabilidad en el hecho a esta altura de la investigación, es menos una conclusión que un punto de partida. Que las consideraciones de hecho y derecho ut supra relacionadas, ameritan en encuadre típico de la presente investigación en el Art. 142 ter.- del Código Penal, que impone penas de prisión de Diez (10) a Veinticinco (25) años e inhabilitación absoluta y perpetua para el ejercicio de cualquier función pública y para tareas de seguridad privada, al funcionario público o a la persona o miembro de un grupo de personas que, actuando con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, de cualquier forma, privare de la libertad a una o más personas, cuando este accionar fuera seguido de la falta de información o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o informar sobre el paradero de la persona. IV.- ENCUADRE LEGAL: Que la ley 26.679 del 5 de mayo de 2011 incorporó al Código Penal, dentro de los Delitos contra la Libertad, la figura de desaparición forzada de personas (art. 142 ter), en cumplimiento con los compromisos asumidos por el Estado argentino al adherir a la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas del año 1994. Resulta importante destacar que la Convención, a su vez, establece que la figura de desaparición forzada de personas se encuentra incluida dentro de los delitos de lesa humanidad, por lo que resulta imprescriptible. Los bienes jurídicos contemplados en la figura son: por un lado, la libertad ambulatoria, y por otro, el derecho constitucional a la información pública que poseen los ciudadanos frente a la actuación de agentes estatales o de particulares vinculados –informal o formalmente- al Estado. En cuanto al derecho a la información pública se encuentra regulado en la Convención Americana sobre Derechos Humanos (art. 13), en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 19) y la Declaración Universal de Derechos Humanos (art. XIX), instrumentos incorporados a la Constitución Nacional en la reforma de 1994 (art. 75 inc. 22 CN Dable es señalar que, la real naturaleza del delito, así como las especiales circunstancias de los casos en los que se investigan graves violaciones a los derechos humanos como son las desapariciones forzadas, hace que las investigaciones necesarias para individualizar los hechos y calificarlos provisoriamente se vean muchas veces frustradas, sea por irregularidades propias de quienes pretenden lograr la impunidad constitutiva del delitos que analizamos, como por la dificultad propia que le otorga su naturaleza. Otra característica que surge de su naturaleza, e influye en este aspecto, es que estamos ante un delito que implica una vulneración múltiple de derechos de las víctimas, que no cesan hasta que se encuentra a la persona y, por lo tanto, es permanente. En este sentido, tiene dicho la Corte Interamericana de Derechos Humanos: “En el derecho internacional la jurisprudencia de este Tribunal ha sido precursora de la consolidación de una perspectiva comprensiva de la gravedad y el carácter continuado o permanente y autónomo de la figura de la desaparición forzada de personas, en la cual el acto de desaparición y su ejecución se inician con la privación de la libertad de la persona y la subsiguiente falta de información sobre su destino, y permanece hasta tanto no se conozca el paradero de la persona desaparecida y se conozca con certeza su identidad. De conformidad con todo lo anterior, la Corte ha reiterado que la desaparición forzada constituye una violación múltiple de varios derechos protegidos por la Convención Americana que coloca a la víctima en un estado de completa indefensión, acarreando otras vulneraciones conexas. En tal sentido, la Cámara Federal de Apelaciones de la Plata, en el fallo SIMON, Julio Héctor y otros s/privación ilegitima de la libertad ha dicho: Es que la expresión "desaparición forzada de personas" no es más que el nomen iuris para la violación sistemática de una multiplicidad de derechos humanos, a cuya protección se había comprometido internacionalmente el Estado argentino desde el comienzo mismo del desarrollo de esos derechos en la comunidad internacional, una vez finalizada la segunda guerra mundial”. La real naturaleza del delito de desaparición forzada y las especiales circunstancias del caso pueden observarse en el precedente que mencionamos: Debe tenerse en cuenta que la misma Corte Interamericana de Derechos Humanos ha señalado en el caso Blake, considerando 66 que la desaparición forzada o involuntaria constituye una de las más graves y crueles violaciones de los derechos humanos, pues no sólo produce una privación arbitraria de la libertad sino que pone en peligro la integridad personal, la seguridad y la propia vida del detenido. Además, le coloca en un estado de completa indefensión, acarreando otros delitos conexos. De ahí la importancia de que el Estado tome todas las medidas necesarias para evitar dichos hechos, los investigue y sancione a los responsables y además informe a los familiares el paradero del desaparecido y los indemnice en su caso. Hablamos de una figura que requiere un máximo de atención y cuidado para la investigación. Las características del delito de desaparición forzada hacen necesario que se tomen en cuenta circunstancias que podrían no ser requeridas en la investigación de otra tipo de delitos.En cuanto a la investigación necesaria, cabe destacar lo dicho por la Corte IDH en el “CASO IVÁN TORRES VS. ARGENTINA”, a saber: En tal sentido, el análisis de la desaparición forzada debe abarcar el conjunto de los hechos que se presentan a consideración del Tribunal en el presente caso. Sólo de este modo el análisis legal de la desaparición forzada es consecuente con la violación compleja de derechos humanos que ésta conlleva, con su carácter continuada o permanente y con la necesidad de considerar el marco de abusos policiales en que ocurrieron los hechos, a fin de analizar sus efectos prolongados en el tiempo y enfocar integralmente sus consecuencias. En ese mismo precedente la Corte IDH tuvo en cuenta la naturaleza del delito, tal como lo comentamos antes, para sostener que ante la existencia de motivos razonables el hecho deberá ser investigado bajo la figura de desaparición forzada: El Estado no procuró de manera pronta y efectiva los medios de prueba que permitieran la identificación de los responsables, no obstante contar con la información brindada por los familiares de la víctima, amigos y conocidos. Los policías que inicialmente fueron encomendados a la investigación de la desaparición del señor Torres fueron aquellos a los que se les imputaban los hechos. (...) En definitiva, toda vez que haya motivos razonables para sospechar que una persona ha sido sometida a desaparición forzada debe iniciarse una investigación. Entonces, pareciera ser que, con ese estándar y, ante la duda, el delito no debiera investigarse con una caratula inexistente, “búsqueda de paradero”, que está encubriendo la realidad de lo ocurrido, sino que el Estado debe asumir su responsabilidad y avanzar hacia una pesquisa de la complejidad que amerita este delito: Esta obligación es independiente de que se presente una denuncia, pues en casos de desaparición forzada el derecho internacional y el deber general de garantía, imponen la obligación de investigar el caso ex officio, sin dilación, y de una manera seria, imparcial y efectiva. Esta investigación debe ser realizada por todos los medios legales disponibles y orientada a la determinación de la verdad y la persecución, captura, enjuiciamiento y castigo de todos los responsables intelectuales y materiales de los hechos, especialmente cuando están o puedan estar involucrados agentes estatales. En cualquier caso, toda autoridad estatal, funcionario público o particular que haya tenido noticia de actos destinados a la desaparición forzada de personas, deberá denunciarlo inmediatamente(…)una demora prolongada puede llegar a constituir, por sí misma, una violación de las garantías judiciales. Además, por tratarse de una desaparición forzada, el derecho de acceso a la justicia incluye que en la investigación de los hechos se procure determinar la suerte o paradero de las víctimas. Esa presunción, antes enunciada por la Corte IDH, en un caso de características prácticamente idénticas al de Sergio Avalos, y por lo tanto fuente innegable para la decisión de V.S., ha sido afirmado por la Cámara Federal de Apelaciones, en el caso “Julio Lopez”: Está por demás claro que en esta etapa de instrucción aún no hay imputado. Entonces no existe la posibilidad fáctica de endilgar culpa a alguna persona. Ahora bien, el derecho penal se vincula con el sentido común con la fuerza incontenible que proviene de la verdad real. Y, si todo este proceso se halla asentado sobre la derivación razonada de los hechos, dado que la fuerza probatoria con la que se cuenta hasta este momento es mínima, ello no puede divorciar tal conjunto probatorio del presunto hecho delictivo de aquél necesario para obtener una justa calificación. Entonces, con la ya enunciada precariedad que caracteriza la etapa que se transita, debe modificarse la calificación del hecho determinándolo “prima facie”, como presunta desaparición forzada de persona. (...) Pero, en esta etapa del proceso donde aún no se ha podido lograr -a pesar del tiempo ya transcurrido- certezas imprescindibles a fin de acumular toda aquella prueba que sea el sostén del “corpus delicti”, va de suyo que el magistrado instructor no puede prescindir de una colaboración apropiada con el objeto de lograr, al ordenar las medidas instructorias, el objetivo deseado. V. DOCUMENTAL: Adjunto a la presente, VI. RESERVA DE CASO FEDERAL. Para el hipotético caso de que V.S. no hiciera lugar a la presente, formulo RESERVA para ocurrir ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en los términos del art. 14 de la Ley 48, en virtud de que la negativa a la solicitud de cambio de calificación legal solicitada, importaría una lesión a garantías de raigambre constitucional en cabeza del suscripto, por conducto de una Sentencia Arbitraria. VII.- EXORDIO: En virtud de lo expuesto y al derecho invocado, es que a V.S. solicito: 1) Tenga por presentado el Cambio de calificación legal articulado en legal tiempo y forma. 2) Decline V.S. su competencia para seguir actuando en la presente causa, remitiendo la totalidad de las actuaciones, junto al presente libelo al Juzgado Federal en turno, a efectos de que el mismo se expida sobre la competencia. 3) Se tenga por efectuada la Reserva del Caso Federal, en tiempo y forma. 4) Oportunamente, a V.S. solicito, haga lugar presentación, ordenando la recaratulación de a la la presente causa, enmarcada en los términos del art. 142 ter del CPN. PROVEER DE CONFORMIDAD SERÁ JUSTICIA