SOLICITA CAMBIO DE CALIFICACIÓN LEGAL. PROMUEVE DECLINATORIA DE

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SOLICITA CAMBIO DE CALIFICACIÓN LEGAL. PROMUEVE DECLINATORIA DE
COMPETENCIA. SE REMITAN LAS ACTUACIONES AL FUERO FEDERAL.Señor Juez:
Luis Virgilio Sánchez, abogado (CAN Matrícula 1628, C.S.J.N.
Tomo 111, F°606), en representación de la QUERELLA, manteniendo el
domicilio legal constituido, en autos “HERRERA EDUARDO MARTÍN s /
DENUNCIA DE DESAPARICIÓN DE PERSONA (Vtma. AVALOS, Sergio Daniel)
IPP 21153
Año 2003, en trámite por ante esa Fiscalía de Graves
Atentados personales ante V.S. respetuosamente me presento y digo:
I.- OBJETO: Que en el debido cumplimiento del mandato
oportunamente acreditado en autos, y siguiendo expresas instrucciones
de mi instituyente, vengo a solicitar el CAMBIO DE CALIFICACIÓN LEGAL
de la presente causa, por la figura de Desaparición Forzada de Persona,
tipificada en el art. 142 ter del Código de fondo, y consecuentemente,
solicitar que V.S. DECLINE SU COMPETENCIA, y remita la totalidad de las
actuaciones junto a la presente al Fuero Federal, en la forma de estilo,
todo ello a razón de las consideraciones de hecho y derecho que
seguidamente se exponen.
III.- HECHOS:
Conforme surge de las actuaciones de marras, el ciudadano
SEGIO AVALOS ha desaparecido hace ya diez años, sin que hasta el día
de la fecha se haya obtenido un dato cierto de su paradero. Que pese
a los numerosos testimonios y la enorme repercusión pública de la
presente causa, no existe un dato concreto de la investigación realizada
que nos acerque al cumplimiento de su objetivo, o que nos revele,
aunque sea mínimamente, el paradero de Sergio AVALOS. Sin embargo,
no empece a la abultada información, que conforman once cuerpos de
una expediente que ni siquiera ha tenido estado jurisdiccional, cuya
investigación ha sido llevada adelante por el Ministerio Público y la
policía de la provincia de Neuquén como un trámite de averiguación de
paradero, donde se ha soslayado indebidamente de la investigación la
hipótesis de la desaparición forzada de personas, que pese a ser
incorporada como figura típica en el código penal, de manera posterior
al inicio de la investigación, se encontraba enmarcada
en la
Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas,
incorporada a nuestro ordenamiento legal a través del art. 75 inc. 22 de
nuestra Constitución Nacional.
Que si comenzáramos a andar la hipótesis de que Sergio Avalos
hubiera sido víctima de violencia institucional, en el sentido de que, en
su desaparición, pudiera estar involucrado el Estado, a través de
personal policial o la seguridad del local bailable en donde se lo vio por
última vez, entonces veríamos que las pruebas obtenidas en las primeras
fojas de la investigación, podrían haber estado en manos de los propios
sujetos
que
de
manera
directa
o
indirecta,
individual
o
corporativamente pudieran estar implicados de algún modo en el
hecho investigado, lo que -en definitiva- ha podido facilitar un
verdadero encubrimiento y eliminación de las pruebas en una etapa del
proceso
donde
su
conocimiento
resultaba
medular
para
la
investigación. Llama poderosamente la atención a esta parte el ACTA
DE PROCEDIMIENTO labrada el 19 de Junio del 2003, de fojas 42, donde
se realiza una entrevista a la ciudadana María teresa Monsalve,
empleada administrativa del lugar, que da a conocer a los oficiales que
llevan adelante el procedimiento, que el local bailable donde se vio por
última vez a Sergio Avalos cuenta con un total de cuarenta (40)
cámaras, las cuales son utilizadas para el monitoreo permanente del
local, y casualmente por un error humano o mecánico (ver declaración
de fs. 62) el videotape analizado finaliza a las 2:48 hs. del 14/06/03, es
decir, pocos minutos antes de que –conforme surge de los testimonios
de autos- Sergio Avalos ingresara al local bailable donde se lo vio por
última vez. Es indudable que esa inoportuna casualidad en una prueba
tan importante, debió al menos alertar al Ministerio Público, sin embargo
no se observa que se hayan hecho análisis de la totalidad de los
soportes con grabaciones de las cámaras de seguridad del local, ni
pericias para determinar la verosimilitud de la versión que da cuenta de
que efectivamente no se tomaron más registros de video a partir de las
02:48 hs. del 14/06/03.
Que de haber contemplado aunque sea
mínimamente en un plano de investigación, la hipótesis de que personal
policial o de seguridad del local bailable estuvieran involucrados en la
desaparición forzada de Sergio Ávalos, dicha prueba debería haber sido
recabada por personal “ad hoc” que no forme parte de la fuerza
policial. Se advierte además, desde un principio, que no se ha formado
ninguna comisión investigadora en la causa, viéndose las pruebas
expuestas en un marco de investigación llevado adelante en su
integridad y de manera exclusiva por personal policial, cuyos resultados,
luego de trascurrido más de diez años, están a la vista.
Que el caso de marras ha tomado una gran repercusión
pública y ha movilizado de manera permanente a organizaciones en
defensa de los derechos humanos, y en el inicio de la investigación a
estudiantes de la Universidad del Comahue, quienes lograron que la
Universidad oportunamente se presentara como “Amicus Curiae” en
autos, la que recientemente ha labrado un documento que adjunto a la
presente (DECLARACIÓN N° 34 de fecha 10 de junio del 2013 del
Consejo Superior de la Universidad Nacional del Comahue, donde se
expresa en torno al caso: "No hay ninguna pista sobre las causales de la
desaparición, pero si inquietan el temprano apagado de las cámaras
del local esa noche; las amenazas e intimidaciones a integrantes de la
comunidad universitaria y personalidades públicas que investigaban o
reclamaban por el caso; particularmente las realizadas por la policía
provincial hacia estudiantes universitarios y las usinas de rumores o pistas
falsas"
Que existen varios testimonios en la causa que vinculan la
desaparición de Sergio Avalos con personal policial. Dable es señalar
que los cuantiosos cuerpos del expediente de marras se encuentran
compuestos –inter alios- por una gran cantidad de testimonios, que
guardan verosimilitud y relevancia con el hecho investigado y que, en
muchos de ellos puede advertirse, ya sea por una circunstancia
tangencial, el comentario de un tercero, una percepción, etc. la
hipótesis del vínculo de la desaparición de Sergio en manos de la policía
o fuerzas de seguridad de la provincia. Impresiona el Testimonio de
Walter José Pérez a fojas 706, donde narra un episodio en el que se
encuentra con una persona que dice haber visto a Sergio AVALOS muy
lastimado y cautivo por personas pertenecientes a la fuerza policial.
Llama mucho la atención que luego de ser contactada la persona que
manejaba esta versión, en principio fue imputada, y posteriormente, se
le toma declaración testimonial, donde realiza una escueta declaración
refiriendo que sólo conoce el caso por los diarios, sin realizársele mayores
preguntas. También el testimonio de fs. 1466/1469 y otros tantos que han
dejado interrogantes… Que si bien en una causa de repercusión pública
como la presente, no es extraño que nos encontremos con caza
recompensas, fabuladores, oportunistas, etc., lo cierto de todo es que a
lo largo del expediente, fue desechada –o al menos no fue
debidamente investigada- cualquier hipótesis que involucre a las fuerzas
de seguridad de la provincia. Y prueba de ello es que el desarrollo de la
investigación, obtención de pruebas, apersonamientos, labranza de
actas, toma de testimonios
de cualquier denuncia o pista que
involucrara de algún modo a las fuerzas de seguridad de la provincia
con el hecho investigado, fue llevado a delante de manera exclusiva
por la policía, sin advertir que el Ministerio Público ordenara algún tipo
de medidas que garantizaran que dichas pruebas, pistas o testimonios
no estuvieran siendo objeto de alguna maniobra corporativa de
encubrimiento, lo que resulta difícil y hasta diría imposible de probar, si
previamente no se tomaron los debidos recaudos para evitarlo. Que la
falta de recaudos del Ministerio Público sobre este aspecto, el tiempo
transcurrido y el indubitable peso de los resultados infructuosos sobre la
desaparición de Sergio AVALOS, abonan “per se” la hipótesis de la
Desaparición Forzada de persona, es decir, el vínculo del Estado a través
de miembros de sus fuerzas de seguridad en la desaparición de Sergio.
Advierta
S.S. que existen además concretas denuncias de personas
(estudiantes de la universidad) movilizados por la desaparición de Sergio
AVALOS, que dan cuenta de haber sido amenazados y haber sufrido
atentados, con el objetivo de amedrentarlos para que se desmovilizaran
en
relación
a
la
causa.
Estas
circunstancias
tampoco
fueron
debidamente valoradas ni investigadas de manera conjunta con el
presente caso. Hechos, inclusive, que no han cesado (adjunto a la
presente actas de Declaración Indagatoria Exp. 44675/12 y testimoniales
recabadas en denuncias de apremios ilegales)
Que en el caso de marras se han trabajado líneas de
investigación siguiendo hipótesis a partir de denuncias anónimas cuyo
origen jamás pudo constatarse. Empero, lo cierto de todo es que en el
expediente de marras, abundan las denuncias anónimas, testimonios,
pistas, referencias, datos (apócrifos o reales) que hacen clara referencia
al hecho que se investiga, y que en la mayoría de los casos involucran a
las fuerzas de seguridad del Estado. Sobre este punto debe coincidir S.S.
en que las líneas de investigación llevadas adelante por el Ministerio
Público, que se sustraen a la hipótesis de la desaparición forzada de
persona, parten de circunstancias tan o menos verosímiles que las
denuncias y hechos acaecidos en la investigación que involucran de
manera directa a las fuerzas de seguridad. Llama poderosamente la
atención que el Ministerio Público jamás haya abierto una línea de
investigación contemplando la hipótesis de la desaparición forzada de
persona, y en cambio –en forma actual- encuentre verosimilitud
suficiente para abrir una línea de investigación a partir de la versión de
una llamada anónima realizada nueve años atrás, cuya procedencia no
ha sido constatada. Esta parte en forma previa a la presentación que
antecede, tuvo una reunión con el Fiscal actuante, quien nos manifestó
que estaba llevando adelante una investigación en tal sentido, a partir
de la pista “ut supra” mencionada, por lo cual se nos pidió más tiempo
para realizar el presente pedido de cambio de calificación legal, no
obstante ello, de las constancias del onceavo cuerpo del expediente, se
advierte que el último acto jurisdiccional anterior a la presentación del
suscripto en representación de la Querella, es la Resolución de
procedencia del “Amicus Curiae”, presentado en la causa. Con lo cual,
V.S. puede considerar que el cambio de jurisdicción propiciado a tenor
de la solicitud de cambio de calificación legal, no dejará inconclusa
ninguna tarea de investigación que se esté desarrollando. Por el
contrario, propicia el andamiento de una línea de investigación que
debió ser desarrollada desde el principio, que es nuestra hipótesis de
trabajo, y que se circunscribe al art 142 ter del Código de Fondo, a tenor
de nuestro convencimiento, y que trataremos de demostrar en la etapa
procesal oportuna, de que el hecho objeto de investigación en autos, se
trata de una Desaparición Forzada de personas, con los alcances del
citado artículo del Código de Fondo y enmarcado en las normas
nacionales e internacionales y jurisprudencia aplicable, relacionadas en
el título subsiguiente.
Lamentablemente Sergio Avalos integra una trágica lista de
víctimas de violencia institucional que en casi tres décadas de
democracia lleva un saldo total de 200 desaparecidos, 68 muertos por
causas políticas –comprendiendo en las mismas a los caídos en el
marco de un colectivo en protesta o lucha por la reivindicación de sus
derechos- y más de 3.900 muertes en manos del aparato represivo del
Estado, según datos publicados por organismos en defensa de los
Derechos Humanos, nacionales e internacionales, que asisten con
estupor el grado de violencia institucional que viene reafirmándose en
nuestro país de manera decisiva y alarmante. Los datos, que deberían
movernos a reflexionar, se aportan a los efectos de irrogar a V.S. tenga a
bien instruir su criterio de la casuística, para evaluar la tipicidad a la hora
de considerar el encuadre solicitado, ya que en el expediente de
marras, cuya investigación fue llevada a delante de manera exclusiva
por la policía, resulta inextricable la pista de la desaparición forzada de
persona, por motivos evidentes: si las propias fuerzas de seguridad
estuvieran implicadas en la desaparición de Sergio, seguramente los
caminos para llegar a la verdad fueron decididamente pisoteados,
borrados o extraviados en la propia investigación, que cada vez que
insta el procedimiento persiguiendo una pista falsa, va tornando cada
vez menos visibles los resquicios de una pista real, dato o hecho
plausible en el expediente, que pueda dirigirnos hacia la verdad.
Lamentablemente, desde el lugar de la querella, que es el lugar del
dolor, porque representa a los familiares de la víctima, ya hemos
renunciado a nuestras esperanzas para que aparezca Sergio con vida e
incluso nos duele sentir el peso de la resignación que tantos años transita
sobre la aparición de sus restos, sobre los cuales no perdemos aún la
esperanza, pero la búsqueda de Sergio es más que la “búsqueda de
paradero” que tramita en fiscalía y que aún no posee, luego de diez
años, ni siquiera estado jurisdiccional, nuestra búsqueda es por VERDAD
Y JUSTICIA, principio y fin de todas las causas, que deberían motivar y
movilizar de manera más férrea a quienes poseen la titularidad y el
ejercicio
del
Ministerio
Público
que
a
las
propias
víctimas.
Lamentablemente, el tiempo transcurrido y los resultados infructuosos
debieran obligar a la justicia de la provincia del Neuquén a reconocer el
incumplimiento de una garantía constitucional fundamental de las
víctimas, cual es la tutela judicial efectiva, y reconocer a su vez el
retardo injustificado que esta altura no admite explicaciones, y por el
cual esta parte ha realizado formalmente una denuncia ante la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos que esperamos tenga
pronta acogida. Entonces, habiendo transcurrido más de diez años,
donde el tránsito de lo actuado, lejos de acercarnos a la verdad de los
hechos investigados, cada vez nos ha alejado más del conocimiento de
lo que ocurrió con Sergio, con el agravante de la visible existencia de
severos y graves vicios en el procedimiento, donde –como ya se señalóse permitió que las fuerzas de seguridad de la provincia llevaran delante
de manera exclusiva prácticamente toda la investigación, exponiendo
fatalmente el resultado de una línea de investigación que casualmente
el Ministerio Público nunca desarrolló, que es nuestra hipótesis, la
contemplada en el art. 142 ter del Código Penal. Que por otro lado
resulta materialmente imposible a un particular perpetrar un crimen de
esta naturaleza y ocultarlo por más de 10 años, sobre todo con la
enorme repercusión pública que posee este caso. Que resulta
inverosímil pensar que un estudiante de la universidad de 18 años de
edad, que poseía una vida social, hábitos, familia, amigos, compañeros,
etc. pueda desaparecer en un lugar público de masiva concurrencia sin
que exista un sólo dato útil para esclarecer el hecho, no resulta verosímil
que esto sea posible sin que exista atrás de este hecho un crimen y una
red de encubrimiento. El presente caso además es emblemático, porque
existen pocos precedentes de una red de encubrimiento tan eficaz que
ha mantenido durante todos estos años fuera del halo de sospecha al
Estado, pese a que los primeros indicios alertaban lo contrario. La
ausencia de registros de filmaciones en el local bailable,
quince
minutos antes de que ingresara Sergio es sin lugar a dudas, la primer
pista de una sucesión de actos de encubrimiento que han diezmado la
causa hasta extraviar casi completamente la verdad. La presencia de
personal de las fuerzas de seguridad realizando adicionales en el local
bailable esa noche y personal retirado del ejército, debieron llevar al
Ministerio Público, en principio a resguardar la prueba separando a las
fuerzas policiales de la investigación, y este resguardo no implica
ninguna presunción en contra de las fuerzas de seguridad de la
provincia, sino una medida necesaria para resguardar la prueba y, hasta
diría procesal, para evitar futuras nulidades, como las que minan el
expediente de marras a tenor de los testimonios recabados, que
debieron ser tomados por el fiscal y no por personal de la policía. Pero
este aspecto de la investigación es el que más moviliza la hipótesis de la
desaparición forzada descripta por la figura típica del art. 142 ter, en
primer término porque los vicios en el procedimiento, como por ejemplo,
las testimoniales tomadas por la policía no han suscitado preocupación
al Ministerio Público por su aspecto nulificante, ora por la etapa del
procedimiento en el que fue realizado el acto que impide formalmente
su planteo, a tenor del art. 153 y ccts del CPPN, ora porque la fiscalía a
tenor de lo actuado parece asumir que dichas pruebas existentes son
inconducentes y por lo tanto no merecen ser resguardadas. Me detengo
en este punto a aclarar que no es posible hacer ostensible el ejercicio
de las atribuciones de la policía establecidas en el art. 167 del CPPN
vigente al momento de la investigación, y hoy eliminadas por la Ley
2784, cuando existan sospechas de que miembros de la fuerza de
seguridad de la provincia puedan estar involucrados en el hecho
investigado. Advierta S.S. que en la labranza de diez cuerpos de
investigación a lo largo de todos estos años, los únicos pedidos de
intervención del Juzgado por parte de la fiscalía, se limitan a los
aspectos formales de admisión de la parte Querellante y el “Amicus
Curiae”, lo que resulta por demás desconcertante en una causa que ha
movilizado a la sociedad toda y donde las principales sospechas –a
nuestro criterio- deberían estar dirigidas a las fuerzas de seguridad de la
provincia. Advierta S.S. que la mayoría de las denuncias que constan en
el expediente de marras, algunas identificadas, otras anónimas, apuntan
a la vinculación de la desaparición de Sergio con las fuerzas de
seguridad, lo que nos lleva a concluir que la desaparición de Sergio
Avalos no pudo ser posible sin el apoyo o la aquiescencia del Estado,
cuya responsabilidad en el hecho a esta altura de la investigación, es
menos una conclusión que un punto de partida.
Que las consideraciones de hecho y derecho ut supra
relacionadas, ameritan en encuadre típico de la presente investigación
en el Art. 142 ter.- del Código Penal, que impone penas de prisión de
Diez (10) a Veinticinco (25) años e inhabilitación absoluta y perpetua
para el ejercicio de cualquier función pública y para tareas de
seguridad privada, al funcionario público o a la persona o miembro de
un grupo de personas que, actuando con la autorización, el apoyo o la
aquiescencia del Estado, de cualquier forma, privare de la libertad a una
o más personas, cuando este accionar fuera seguido de la falta de
información o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o
informar sobre el paradero de la persona.
IV.- ENCUADRE LEGAL:
Que la ley 26.679 del 5 de mayo de 2011 incorporó al
Código Penal, dentro de los Delitos contra la Libertad, la figura de
desaparición forzada de personas (art. 142 ter), en cumplimiento con los
compromisos asumidos por el Estado argentino al adherir a la
Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas del
año 1994. Resulta importante destacar que la Convención, a su vez,
establece que la figura de desaparición forzada de personas se
encuentra incluida dentro de los delitos de lesa humanidad, por lo que
resulta imprescriptible.
Los bienes jurídicos contemplados en la figura son: por un
lado, la libertad ambulatoria, y por otro, el derecho constitucional a la
información pública que poseen los ciudadanos frente a la actuación
de
agentes
estatales
o de
particulares
vinculados
–informal
o
formalmente- al Estado. En cuanto al derecho a la información pública
se encuentra regulado en la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (art. 13), en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos (art. 19) y la Declaración Universal de Derechos Humanos (art.
XIX), instrumentos incorporados a la Constitución Nacional en la reforma
de 1994 (art. 75 inc. 22 CN
Dable es señalar que, la real naturaleza del delito, así como
las especiales circunstancias de los casos en los que se investigan graves
violaciones a los derechos humanos como son las desapariciones
forzadas, hace que las investigaciones necesarias para individualizar los
hechos y calificarlos provisoriamente se vean muchas veces frustradas,
sea por irregularidades propias de quienes pretenden lograr la
impunidad constitutiva del delitos que analizamos, como por la
dificultad propia que le otorga su naturaleza. Otra característica que
surge de su naturaleza, e influye en este aspecto, es que estamos ante
un delito que implica una vulneración múltiple de derechos de las
víctimas, que no cesan hasta que se encuentra a la persona y, por lo
tanto, es permanente.
En este sentido, tiene dicho la Corte Interamericana de Derechos
Humanos:
“En el derecho internacional la jurisprudencia de este Tribunal ha sido
precursora de la consolidación de una perspectiva comprensiva de la
gravedad y el carácter continuado o permanente y autónomo de la
figura de la desaparición forzada de personas, en la cual el acto de
desaparición y su ejecución se inician con la privación de la libertad de
la persona y la subsiguiente falta de información sobre su destino, y
permanece hasta tanto no se conozca el paradero de la persona
desaparecida y se conozca con certeza su identidad. De conformidad
con todo lo anterior, la Corte ha reiterado que la desaparición forzada
constituye una violación múltiple de varios derechos protegidos por la
Convención Americana que coloca a la víctima en un estado de
completa indefensión, acarreando otras vulneraciones conexas. En tal
sentido, la Cámara Federal de Apelaciones de la Plata, en el fallo
SIMON, Julio Héctor y otros s/privación ilegitima de la libertad ha dicho:
Es que la expresión "desaparición forzada de personas" no es más que el
nomen iuris para la violación sistemática de una multiplicidad de
derechos humanos, a cuya protección se había comprometido
internacionalmente el Estado argentino desde el comienzo mismo del
desarrollo de esos derechos en la comunidad internacional, una vez
finalizada la segunda guerra mundial”.
La real naturaleza del delito de desaparición forzada y las especiales
circunstancias del caso pueden observarse en el precedente que
mencionamos:
Debe
tenerse
en
cuenta
que
la
misma
Corte
Interamericana de Derechos Humanos ha señalado en el caso Blake,
considerando 66 que la desaparición forzada o involuntaria constituye
una de las más graves y crueles violaciones de los derechos humanos,
pues no sólo produce una privación arbitraria de la libertad sino que
pone en peligro la integridad personal, la seguridad y la propia vida del
detenido. Además, le coloca en un estado de completa indefensión,
acarreando otros delitos conexos. De ahí la importancia de que el
Estado tome todas las medidas necesarias para evitar dichos hechos, los
investigue y sancione a los responsables y además informe a los
familiares el paradero del desaparecido y los indemnice en su caso.
Hablamos de una figura que requiere un máximo de atención y cuidado
para la investigación. Las características del delito de desaparición
forzada hacen necesario que se tomen en cuenta circunstancias que
podrían no ser requeridas en la investigación de otra tipo de delitos.En
cuanto a la investigación necesaria, cabe destacar lo dicho por la Corte
IDH en el “CASO IVÁN TORRES VS. ARGENTINA”, a saber: En tal sentido, el
análisis de la desaparición forzada debe abarcar el conjunto de los
hechos que se presentan a consideración del Tribunal en el presente
caso. Sólo de este modo el análisis legal de la desaparición forzada es
consecuente con la violación compleja de derechos humanos que ésta
conlleva, con su carácter continuada o permanente y con la necesidad
de considerar el marco de abusos policiales en que ocurrieron los
hechos, a fin de analizar sus efectos prolongados en el tiempo y enfocar
integralmente sus consecuencias.
En ese mismo precedente la Corte IDH tuvo en cuenta la naturaleza del
delito, tal como lo comentamos antes, para sostener que ante la
existencia de motivos razonables el hecho deberá ser investigado bajo
la figura de desaparición forzada: El Estado no procuró de manera
pronta y efectiva los medios de prueba que permitieran la identificación
de los responsables, no obstante contar con la información brindada por
los familiares de la víctima, amigos y conocidos. Los policías que
inicialmente
fueron
encomendados
a
la
investigación
de
la
desaparición del señor Torres fueron aquellos a los que se les imputaban
los hechos. (...) En definitiva, toda vez que haya motivos razonables para
sospechar que una persona ha sido sometida a desaparición forzada
debe iniciarse una investigación.
Entonces, pareciera ser que, con ese estándar y, ante la duda, el delito
no debiera investigarse con una caratula inexistente, “búsqueda de
paradero”, que está encubriendo la realidad de lo ocurrido, sino que el
Estado debe asumir su responsabilidad y avanzar hacia una pesquisa de
la
complejidad
que
amerita
este
delito:
Esta
obligación
es
independiente de que se presente una denuncia, pues en casos de
desaparición forzada el derecho internacional y el deber general de
garantía, imponen la obligación de investigar el caso ex officio, sin
dilación, y de una manera seria, imparcial y efectiva. Esta investigación
debe ser realizada por todos los medios legales disponibles y orientada
a
la
determinación
de
la
verdad
y
la
persecución,
captura,
enjuiciamiento y castigo de todos los responsables intelectuales y
materiales de los hechos, especialmente cuando están o puedan estar
involucrados agentes estatales. En cualquier caso, toda autoridad
estatal, funcionario público o particular que haya tenido noticia de
actos destinados a la desaparición forzada de personas, deberá
denunciarlo inmediatamente(…)una demora prolongada puede llegar
a constituir, por sí misma, una violación de las garantías judiciales.
Además, por tratarse de una desaparición forzada, el derecho de
acceso a la justicia incluye que en la investigación de los hechos se
procure determinar la suerte o paradero de las víctimas.
Esa presunción, antes enunciada por la Corte IDH, en un caso de
características prácticamente idénticas al de Sergio Avalos, y por lo
tanto fuente innegable para la decisión de V.S., ha sido afirmado por la
Cámara Federal de Apelaciones, en el caso “Julio Lopez”:
Está por demás claro que en esta etapa de instrucción aún no hay
imputado. Entonces no existe la posibilidad fáctica de endilgar
culpa a alguna persona. Ahora bien, el derecho penal se vincula
con el sentido común con la fuerza incontenible que proviene de la
verdad real. Y, si todo este proceso se halla asentado sobre la
derivación razonada de los hechos, dado que la fuerza probatoria
con la que se cuenta hasta este momento es mínima, ello no puede
divorciar tal conjunto probatorio del presunto hecho delictivo de
aquél necesario para obtener una justa calificación. Entonces, con
la ya enunciada precariedad que caracteriza la etapa que se
transita, debe modificarse la calificación del hecho determinándolo
“prima facie”, como presunta desaparición forzada de persona. (...)
Pero, en esta etapa del proceso donde aún no se ha podido lograr
-a pesar del tiempo ya transcurrido- certezas imprescindibles a fin
de acumular toda aquella prueba que sea el sostén del “corpus
delicti”, va de suyo que el magistrado instructor no puede prescindir
de una colaboración apropiada con el objeto de lograr, al ordenar
las medidas instructorias, el objetivo deseado.
V. DOCUMENTAL:
Adjunto a la presente,
VI. RESERVA DE CASO FEDERAL.
Para el hipotético caso de que V.S. no hiciera lugar a la
presente, formulo RESERVA para ocurrir ante la Corte Suprema de
Justicia de la Nación, en los términos del art. 14 de la Ley 48, en virtud de
que la negativa a la solicitud de cambio de calificación legal solicitada,
importaría una lesión a garantías de raigambre constitucional en cabeza
del suscripto, por conducto de una Sentencia Arbitraria.
VII.- EXORDIO:
En virtud de lo expuesto y al derecho invocado, es que a V.S.
solicito:
1) Tenga por presentado el Cambio de calificación legal
articulado en legal tiempo y forma.
2) Decline V.S. su competencia para seguir actuando en la
presente
causa,
remitiendo
la
totalidad
de
las
actuaciones, junto al presente libelo al Juzgado Federal
en turno, a efectos de que el mismo se expida sobre la
competencia.
3) Se tenga por efectuada la Reserva del Caso Federal, en
tiempo y forma.
4) Oportunamente,
a
V.S.
solicito,
haga
lugar
presentación, ordenando la recaratulación de
a
la
la
presente causa, enmarcada en los términos del art. 142
ter del CPN.
PROVEER DE CONFORMIDAD
SERÁ JUSTICIA
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