CONTABILIDAD Y GÉNERO: USO FEMENINO DE LOS SISTEMAS DE CONTROL EN LA GESTIÓN PÚBLICA David Naranjo-Gil [email protected] Concepción Álvarez-Dardet [email protected] Universidad Pablo de Olavide Primer Borrador, no citar por favor Resumen: Tratando de comprender el papel de la mujer en puestos directivos, este trabajo explorará empíricamente si la presencia de mujeres en equipos de dirección influye en la gestión de organizaciones públicas en general y de las organizaciones sanitarias en particular y, si existiera, cómo sería esta influencia. A través de una encuesta enviada a 884 miembros del equipo directivo en los hospitales públicos españoles, este trabajo analizará el papel del género en el uso de los sistemas de control en la gestión pública. Los resultados muestran que hombres y mujeres usan los SCG de forma diferente, donde las mujeres usan los SCG de forma más interactiva que los hombres. Palabras claves: Control de gestión, género, sector sanitario, uso de los sistemas de control 1 CONTABILIDAD Y GÉNERO: USO FEMENINO DE LOS SISTEMAS DE CONTROL EN LA GESTIÓN PÚBLICA 1. Introducción En las últimas dos décadas, las mujeres han aumentado gradualmente su participación en el mercado de trabajo, al mismo tiempo que han mejorado notablemente su nivel de preparación. Sin embargo, las mujeres representan un escaso 20% del personal en puestos de dirección, ya que siguen topándose con una barrera invisible o “techo de cristal” que les impide el acceso a las posiciones más alta de la dirección y gestión empresarial (Claes, 1998; ECODES, 2004). Desde un enfoque de eficiencia económica, las organizaciones son conscientes que al no incorporarse mujeres a puestos de dirección se pierde un valor añadido de una parte de la población notablemente preparada, en el que se han comprometido recursos en su educación y formación profesional. En un entorno dinámico como el actual, se necesitan profesionales con alta preparación para desarrollar nuevos servicios y productos de forma eficiente, al mismo tiempo que respondan de forma ágil y flexible a las demandas de los clientes. Las mujeres en puestos de gestión priorizan cualidades como el establecimiento de relaciones y el fomento del trabajo en equipo (Ayestarán, 2003; Claes, 1999; Helgsen, 1995), ambas claves en las administración y dirección de las empresas actuales. Esto es especialmente relevante en la administración pública, y sobre todo en el sector sanitario tanto español como europeo, donde la presencia laboral de las mujeres es mayoritaria y, además, está actualmente inmerso en procesos de cambio estratégico y de reorientación organizativa. Estos cambios están originados por diferentes desarrollos estructurales y demográficos, tales como el progresivo envejecimiento de la población, el impacto de nuevas patologías y tecnologías, el incremento en las demandas de salud por parte de los ciudadanos y en la necesidad de reparar las supuestas ineficiencias en el diseño y funcionamiento de los sistemas sanitarios públicos nacionales. En España, la legislación promueve que los gobiernos regionales fomenten que los hospitales se conviertan en organizaciones flexibles para que sean más receptivos a las demandas del público y sean capaces de ofrecer servicios de alta calidad a un coste bajo (Carretero, 2000). 2 La adopción de estructuras organizativas más interdependientes basadas en equipos de trabajo, necesita de gestores capaces de comprender y usar distinto tipo de información procedente de los sistemas de control de gestión (Simons, 1995; Henri, 2006). Simons (1995) identificó dos usos diferenciados de los sistemas de control de gestión (SCG): Diagnóstico e interactivo. El uso diagnóstico se centra en el control cibernético, es decir el establecimiento de estándares, su medición, comparación y la toma de acciones correctivas. El uso interactivo centrado en una participación activa de la dirección a todos los niveles de la organización. Diversos estudios han analizado los efectos de estos usos en el rendimiento, estrategia e innovación empresarial, sin embargo pocos estudios se han centrado en los antecedentes que llevan a usar los SCG de una forma u otra (Simons, 2000). Tratando de comprender el papel de la mujer en puestos directivos, este trabajo explorará empíricamente si la presencia de mujeres en equipos de dirección influye en la gestión de organizaciones públicas en general y de las organizaciones sanitarias en particular y, si la hubiera, cómo sería esta influencia. En este sentido, Ley Orgánica Ley Orgánica para la igualdad efectiva de mujeres y hombres (BOE del 23 de marzo de 2007) se centra explícitamente en la integración del principio de igualdad en la política de salud, así en su artículo 27 afirma que las Administraciones públicas, a través de sus Servicios de Salud, desarrollarán, de acuerdo con el principio de igualdad de oportunidades, diversas actuaciones sanitarias, entre ellas conseguir “la presencia equilibrada de mujeres y hombres en los puestos directivos y de responsabilidad profesional del conjunto del Sistema Nacional de Salud” (art. 27.3 e). A través de una encuesta enviada a 884 miembros del equipo directivo en los hospitales públicos españoles, este trabajo analizará el papel del género en el uso de los sistemas de control en la gestión pública. Los resultados muestran que hombres y mujeres usan los SCG de forma diferente, donde las mujeres usan los SCG de forma más interactiva que los hombres. El resto del trabajo se estructura como sigue. En la sección siguiente describimos las principales características del uso diagnóstico e interactivo del SCG. Seguidamente desarrollamos las preguntas de investigación sobre la relación entre género y uso del 3 SCG. Posteriormente analizamos los resultados obtenidos en el sector sanitario español y por último presentamos la discusión y conclusiones. 2. El uso del Sistema de Control de Gestión: Diagnóstico vs. Interactivo La adopción de estructuras flexibles, basadas en la interacción humana y el trabajo en equipo, necesita de profesionales capaces de comprender y usar distinto tipo de información procedente de los sistemas de control de gestión (SCG), ya sea información operativa o financiera (Simons, 1995; Henri, 2006). Los SCG suelen estar formados por un conjunto de técnicas o herramientas que se complementan entre sí, como, por ejemplo, el presupuesto, el cuadro de mando, sistemas de cálculo de costes, estadísticas e indicadores de rendimiento. Los SCG permiten tanto coordinar las actividades y decisiones de todos los miembros de la empresa (en varios niveles) como influir en las acciones de las personas abiertamente (p.ej. a través de medidas disciplinarias o despidos) y/o de forma encubierta (p.ej. mediante el uso de incentivos). Diversos autores han subrayado la importancia de usar adecuadamente los SCG para gestionar la implantación efectiva de políticas y estrategias organizativas, especialmente aquéllas centradas en la flexibilidad y la innovación (Henri, 2006; Simons, 1995). A través de una encuesta enviada a 884 miembros del equipo directivo en los hospitales públicos españoles, este trabajo analizará el uso de los sistemas de control en la gestión pública de dos formas: Diagnóstico e Interactivo, siguiendo una tipología desarrollada recientemente en la literatura de control de gestión (Simons, 1995; Henri, 2006). Un uso diagnóstico enfatiza el empleo de los SCG para “monitorizar”, por ejemplo a través de la observación de las desviaciones de los procesos organizativos desde una norma establecida. Este uso de los SCG refleja un estilo de gestión que confía en el establecimiento de estándares, la medición, comparación y la toma de acciones correctivas. Además enfatiza el control centralizado de arriba abajo y persigue la eficiencia en la organización. En cambio, el uso interactivo de los SCG enfatiza un papel más participativo de la dirección, que lleva a involucrarse y comprometerse en “interacción” con los distintos participantes en la organización. Este uso refleja un estilo de gestión proactivo en el que los altos directivos se “involucran regularmente y personalmente en las actividades y decisiones de los subordinados” (Simons, 1995, p. 4 95). Los rasgos que definen el uso interactivo de los SCG son la interacción continua y el intercambio de información entre los miembros de la organización, en diferentes niveles y funciones, lo cual ayuda a fomentar el aprendizaje organizativo y estimula las respuestas creativas a cambios en el entorno (Henri, 2006; Simons, 1995). De este modo, la información que proporcionan los SCG es usada como una apertura para el dialogo, más que como un cierre del mismo. El cuadro 1 recoge los rasgos característicos del uso interactivo y diagnóstico, basado en la investigación empírica actual (Simons, 1995; Henri, 2006). Parámetros Orientación de los SCG Objetivos Visión de los SCG por los directivos Uso Diagnóstico Detectar desviaciones negativas de lo planificado Vigilar y recompensar el cumplimiento de las metas preestablecidas Como un sistema de respuesta automática, que proporciona información sobre los indicadores de rendimiento de la organización Poca discusión de los datos con los subordinados durante la preparación y ejecución Uso Interactivo Señalar áreas claves para la mejora estratégica Expandir la búsqueda de oportunidades y el aprendizaje a lo largo de la organización Como un sistema de aprendizaje que estimula el reto y debate continuo respecto a los datos, asunciones y planes de acción Mucha discusión e interpretación de los datos entre los miembros de la organización de diferentes niveles jerárquicos, durante la preparación y ejecución Cuadro 1: Características del Uso Diagnóstico e Interactivo de los SCG (Simons, 1995; Henri, 2006) Participación de la alta dirección 3. Género y uso del Sistema de Control de Gestión Las actividades y tareas que afronta la alta dirección, hace que los directivos de cualquier género, deban usar los SCG tanto de forma diagnóstica como interactiva. Sin embargo, varios autores han argumentado que las mujeres tienden por lo general a ejercer la dirección y control de gestión de una forma diferente a la mayoría de los hombres (Ayestarán, 2003; Claes, 1999; Helgsen, 1995). Las mujeres poseen cualidades “femeninas” como la capacidad de establecer relaciones y la aptitud para trabajar en equipo que son valiosas en una cultura de gestión empresarial más cooperativa e innovadora (Claes, 1999, Hofstede, 1991). En este sentido, Hofstede (1991) diferencia entre valores culturales femeninos y masculinos, los cuales están respectivamente centrados en las relaciones y el afecto o bien en el dinero y éxito. El cuadro 2 resume las características de los valores masculinos y femeninos descritos por Hosftede (1991). 5 Valores masculinos Valores femeninos • Combate: “Que gane el mejor” • Negociación y compromiso • Recompensas para los fuertes • Solidaridad con los débiles • Éxito, progreso, dinero • Relaciones, afectos • Hechos • Sentimiento • Competencia • Intuición y consenso • Enfrentamiento • Colaboración Cuadro 2: Valores masculinos y femeninos (Hofstede, 1991) Las diferencias culturales descritas entrañan estilos de gestión diferentes, que se reflejan en la comunicación, el liderazgo, la negociación, la organización y el control (Claes, 1999, p. 488). En este sentido, Grimwood y Popplestone (1993) definen el estilo de gestión de las mujeres como abierto, no competitivo, centrado en la persona, flexible, comunicativo y persuasivo. Este estilo ha sido calificado de “socioexpresivo” porque cuida la relación personal con los subordinados y fomenta un buen ambiente de trabajo, en contraste, el masculino se ha descrito como instrumental y basado en el mando (Claes, 1999, p. 493). Como señala Sánchez (1997) las mujeres suelen obtener mejor puntuación que los hombres en empatía (mostrar una preocupación activa por las personas y sus necesidades), trato humano (saber escuchar y establecer relaciones fructíferas con sus compañeros) y comunicación (formular con claridad lo que esperan de los demás y exponer claramente pensamientos e ideas). Diversos autores han subrayado que la manera de comunicar, sentir y actuar de las mujeres, hace que el estilo de control de gestión femenino sea diferente (Helgsen, 1995; Sánchez, 1997; Claes, 1999), con varios rasgos característicos que se pueden resumir en los siguientes: - Énfasis en las personas y los procesos democráticos. - Capacidad para activar conexiones con las personas y de “aprender con los demás”. - “Dejar hacer” potenciando profesionalmente a los colectivos a través de sus propios conocimientos e ideas. - Desarrollo de un estilo de colaboración, participativo y no competitivo. - Fomento del trabajo en equipos, mediante el establecimiento de una buena comunicación entre todos los miembros de la organización. 6 Basándonos en las características del estilo de control femenino y en la descripción del uso diagnóstico e interactivo de los SCG, el presente estudio intentará responder a las siguientes dos preguntas de investigación: 1. ¿Usan los SCG de forma diferente los hombres y mujeres en puestos de dirección? 2. ¿Cómo usan los SCG las mujeres directivas? ¿Lo usan más para controlar y vigilar o para coordinar y motivar? 4. Un estudio en el sector sanitario público español Nuestras dos preguntas se analizarán a través de los datos obtenidos de una encuesta postal enviada a 884 miembros de los equipos de alta dirección de 218 hospitales públicos en España 1 . Estas organizaciones son muy adecuadas para estudiar la variable género, ya que poseen una presencia femenina numerosa que permite analizar su comportamiento e interrelación con otras variables organizativas. Las respuestas válidas recibidas fueron 473 (53,51%), de las cuales un alto porcentaje correspondían a hombres, tal como muestra el cuadro 3. Cuadro 3: Mujeres y Hombres en los Equipos de Dirección Hospitalarios Directivos Frecuencia % % acumulado Mujer 134 28,32 28,32 Hombres 339 71.68 100.0 Total 473 100.0 El uso diagnóstico y uso interactivo de los SCG fue medido de acuerdo con la literatura en control de gestión (Henri, 2006; Abernethy y Brownell, 1999). Preguntamos a los encuestados sobre el uso de los SCG, basándonos en las dimensiones mostradas en el cuadro 4. Los miembros del equipo directivo debían señalar el uso de acuerdo con la siguiente escala: 0=No uso; 1=Muy Bajo; 2=Bajo; 3=Medio; 4=Alto y 5=Muy Alto. Cuadro 4: Dimensiones usadas para medir el uso diagnóstico y uso interactivo de los SCG USO DIAGNÓSTICO USO INTERACTIVO D-1 D-2 Seguir objetivos establecidos Revisar desviaciones significativas D-1 D-2 1 Negociar metas y objetivos Fomentar nuevas metas y prioridades El equipo de alta dirección esta formado de forma general por cuatro miembros: Director Gerente, Director Médico, Director Enfermería y Director Servicios Generales y Económico-Financiero. 7 D-3 D-4 Evaluar y controlar estrechamente a D-3 D-4 subordinados Alinear medidas de rendimiento con metas D-5 estratégicas Identificar áreas estratégicas claves. Motivar acciones y nuevas ideas Involucrarse permanentemente con subordinados. los Tanto para la muestra de mujeres como de hombres, calculamos la puntuación media en cada una de las dimensiones del uso diagnóstico e interactivo de los SCG. La Figura 1 muestra los resultados de las dimensiones del uso diagnóstico de los SCG, comparando las respuestas de hombres y mujeres. Los resultados indican que las mujeres usan los SCG de forma menos diagnóstica que los hombres, puntuando por debajo de los hombres en todas las dimensiones del estilo diagnóstico. Así el uso diagnóstico de las mujeres oscila entre bajo y medio (2,93-3,51) y el de los hombres entre medio y alto (3,85-4,17). Es de destacar que la mayor diferencia se da en la dimensión 3, es decir en el uso de los SCG para evaluar y controlar estrechamente a los subordinados, donde las mujeres indican un uso bajo (2,93) y los hombres alto (4,17). Figura 1: Uso Diagnóstico de los SCG 5 4,17 3,98 3,85 4 4,06 3,51 3,16 3,04 3 2,93 2 1 0 D-1 Mujeres D-2 D-3 D-4 Hombres Respecto al uso interactivo de los SCG, la Figura 2 muestra que las mujeres usan los SCG de forma más interactiva que los hombres, puntuando por encima de los hombres en todas las dimensiones del estilo interactivo. Así el uso interactivo de las mujeres oscila entre medio y alto (3,47-4,56), y el de los hombres entre bajo y medio (2,723,79). 8 Figura 2: Uso Interactivo de los SCG 5 4 4,23 2,99 3,79 3,28 3,88 4,39 4,56 3,46 2,72 3,47 3 2 1 0 D-1 D-2 Mujeres D-3 D-4 D-5 Hombres La figura 3 muestra que en general las mujeres usan los SCG de forma más interactiva que diagnóstica, es decir usan los SCG para estimular activamente el dialogo tanto dentro del equipo directivo como fuera de él, colaborando e involucrándose con los empleados en todos los niveles de la organización. Mientras que los hombres usan los SCG de forma más diagnóstica que interactiva, es decir lo usan para establecer estándares, comparaciones y tomar acciones correctivas. Figura 3: Comparación uso diagnóstico e interactivo 4,02 5 4,11 4 3,16 3 2 1 0 Uso Diagnóstico Mujeres Uso Interactivo Hombres 9 3,25 5. Discusión y Conclusión Dado que las organizaciones públicas en general y los hospitales en particular emplean más del 15% de su presupuesto en la obtención y uso de información de gestión, estudiar los factores que afectan a los estilos de uso de los SCG parece importante, especialmente en situaciones donde los SCG pueden ser relevantes para implantar determinadas políticas estratégicas. Los resultados de este trabajo han mostrado que el género de los miembros del equipo directivo afecta al uso de los SCG. Este estudio ha tratado de explorar cómo usan los SCG las mujeres en puestos de dirección, y si este uso es distinto al de los hombres. De acuerdo con los resultados hallados, podemos concluir que el uso femenino de los SCG es un estilo interactivo, abierto, democrático, de negociación, de trabajo en equipo y de compartir responsabilidades y trabajo. Este uso difiere del uso masculino de los SCG, que se caracteriza por un estilo que se centra en evaluar el funcionamiento de la organización midiendo los resultados obtenidos. Estos resultados están en líneas con otros trabajos que muestran que los equipos de dirección y administración con una presencia femenina relevante son más activos, participativos y colaboradores, lo que constituye un factor crucial para la implantación de políticas innovadoras en las empresas (Simons, 1995; Claes, 1999). El interés por el impacto del género en la dirección y control de gestión es relativamente nuevo, remontándose los primeros estudios a principios de los 70 en USA. Sin embargo, aún en el siglo XXI una de las paradojas en el mundo de los negocios es que las mujeres siguen todavía en una situación de ostracismo. Mientras que el sexo femenino constituye cerca del 45% de la fuerza laboral de Europa, solo ocupa un escaso 20% de las posiciones de gestión y dirección, aún habiéndose mostrado una correlación positiva entre promoción femenina a niveles ejecutivos y rentabilidad organizativa dentro de las empresas del Fortune 500 entre 1980 y 1998. Así, las empresas que miran hacia el futuro y aspiran a ser actores y no simple espectadores en el mundo empresarial, debería incorporar objetivos y estrategias específicos para garantizar que las mujeres tienen la posición y la autoridad apropiadas en la estructura organizativa y de dirección. La incorporación de las mujeres a puestos directivos ayudará a un uso más interactivo de las técnicas y sistemas de control de gestión, que harán que los directivos apliquen 10 un estilo de supervisión que fomente la colaboración, la negociación y la participación democrática con el resto de la los empleados, lo cual facilitará que las organizaciones implanten con éxito políticas y estrategias centradas en la flexibilidad, el cambio y la innovación. REFERENCIAS AYESTARÁN, S. (2003). ¿Dirigen las mujeres igual que los hombres? Revista de Psicología Social, 18 (3), pp. 315-319. CARRETERO, L. (2000). Herramientas para la Gestión Clínica. Gestión Hospitalaria, 11:15-21. CLAES, M. (1999). Mujeres, hombres y estilos de dirección; Revista Internacional del Trabajo, 118 (4), pp. 483-500 ECODES, FUNDACION ECOLOGÍA Y DESARROLLO (2004), Género y los consejos de administración de las empresas del bies 35, Documento de Trabajo, Abril 2004. GRIMWOOD, C. y POPPLESTONE, R. (1993). 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