sociedades mercantiles, las sentencias dictadas en juicios de

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351768. . Tercera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo LXXIV, Pág. 5614.
SOCIEDADES MERCANTILES, LAS SENTENCIAS DICTADAS EN JUICIOS DE
OPOSICION A RESOLUCIONES DE LAS ASAMBLEAS DE LAS, AFECTAN A TODOS
LOS SOCIOS. El artículo 203 de la Ley General de Sociedades Mercantiles establece: "La
sentencia que se dicte con motivo de la oposición, surtirá efectos respecto de todos los
socios". No son, pues, terceros extraños al juicio de oposición a resoluciones dictadas por la
asamblea general de accionistas, los socios que no intervinieron materialmente en el mismo;
el asunto controvertido y resuelto, no es para ellos res interallios judicata, y por tanto, se
impone la conclusión de que también ellos litigaron en el juicio, virtualmente representados
en el mismo. Ahora bien, si tanto la parte actora como la sociedad demandada en el juicio de
oposición, consintieron expresamente la sentencia pronunciada en dicho juicio, que declaró la
nulidad de las resoluciones votadas en la asamblea general de accionistas, la menciona
sentencia debe reputarse igualmente consentida por todos los socios que no la impugnaron
materialmente; pero lo que si estos últimos piden amparo contra la repetida sentencia, la
demanda de garantías es notoriamente improcedente, de conformidad con la fracción XI del
artículo 73 de la Ley Orgánica de los Artículos 103 y 107 de la Constitución Federal. No
importa que los quejosos se ostenten con la calidad de consejeros y comisarios, pues como
tales, son también socios, y aun en el supuesto de que se estimara que sólo son meros órganos
o mandatarios de la sociedad, subsiste la improcedencia del juicio de garantías, ya que si la
persona moral de la sociedad consintió expresamente la sentencia impugnada en el amparo,
dicha sentencia quedó ipso facto consentida por todos sus órganos sociales, pues éstos no son
sino los brazos o instrumentos de que la sociedad se sirve para realizar sus operaciones
(Véanse artículos 142 y 164 de la ley citada). La extensión de los efectos de la cosa juzgada
de que se ha hablado, que llega a comprender a toda la masa de accionistas y que preconiza el
citado artículo 203, se corrobora con la doctrina italiana (Véase: Enrique Allorio "La Cosa
Juzgada con Relación a Terceros", Milán 1935, página 272 y siguientes; Chiovenda,
"Ensayos de Derecho Procesal Civil", Tomo I, página 21; Sergio Costa, "La Intervención
Obligada". página 78). Las consideraciones expuestas autorizan para sentar las siguientes
conclusiones: ningún accionista, sea o no órgano o mandatario de la sociedad, tiene acción
para impugnar la sentencia dictada con motivo de la oposición formulada por algún otro, a
que se refiere el artículo 203 de la Ley General de Sociedades Mercantiles; en otros términos,
carece de la legitimación para obrar. La conclusión anterior lleva a establecer que los socios
que no intervinieron materialmente en el juicio de oposición, no pueden estimar infringidas
en su perjuicio las garantías que consignan los artículos 14 y 16 constitucionales por no haber
sido oídos en dicho juicio; en otros términos, carecen de la legitimación pasiva para obrar. El
amparo promovido por los socios que no intervinieron en el juicio de oposición, contra la
sentencia pronunciada en el mismo, es notoriamente improcedente, pues quedó establecido
que carecen de acción para impugnar esa sentencia, y además, si la misma fue consentida
expresamente por las partes que intervinieron en el juicio, debe estimarse consentida también
por los quejosos. En consecuencia, el juicio de garantías es notoriamente improcedente, de
conformidad con lo que disponen las fracciones XI y XVIII del artículo 73 de la Ley de
Amparo.
Amparo civil. Revisión del auto que desechó la demanda 6877/42. Macedo Miguel S. y
coagraviados. 30 de noviembre de 1942. Mayoría de tres votos. Disidentes: Carlos I.
Meléndez y Emilio Pardo Aspe. La publicación no menciona el nombre del ponente.
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