168 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA ficientemente grande, sólo algunos filamentos cruzan entre las células. Aun en las partes periféricas el número de fibrillas no es elevado y se puede por lo común seguir su trayecto con facilidad, tanto por la laxitud y simplicidad del plexo que originan como por la ausencia de grandes sinuosidades en su curso. Cuando por la proximidad a un gran vaso o cualquier otra estructura rica en conectivo (las cuales suelen ser escasas entre los deciduocitos), el armazón regional adquiere inmediato contacto con grandes cantidades de precolágena, las relaciones que adquiere con ella son, la mayor parte de las veces, sencillas y fáciles de determinar. Del apretado fascículo adyacente, sólo rriuy escasos filamentos alteran su dirección primitiva, para salirse de la adventicia vascular o dar alguna ramificación poco importante que intervenga en la formación del plexo conectivo materno. La pobreza fibrilar de la zona decidual destaca claramente al lado del poderoso haz que la atraviesa, y entre ambos territorios conectivos hay u n a transición tan brusca y unos límites tan precisos como corresponde a estructuras próximas de muy diferente naturaleza. En la zona de células deciduales no existen elementos mesenquimatosos fibroblásticos como los descritos en las vellosidades y, por lo tanto, no se forman en esta región fibras precolágenas autónomas ni durante el desarrollo ni hacia el término de la gestación. Esta es, sin duda, una de las principales razones por las cuales la placenta materna humana carece casi por completo de fibras colágenas y es tan pobre en filamentos reticulares, los cuales tienen su único origen en las escasas formaciones conectivas próximas que, como antes hemos visto, muestran poca tendencia a enviar filamentos penetrantes por la substancia interdecidual. La misma explicación tiene el hecho, fácil de observar, de que la mayoría de las zonas deciduales más abundantes en fibras precolágenas están situadas en la proximidad de masas conectivas importantes. Las relaciones que los filamentos interdeciduales adquieren con las células de la región son muy variables y dependen de múltiples factores difíciles de determinar. En los casos más sencillos, las fibrillas provenientes del conectivo de las formaciones vecinas, y sobre todo de los grandes vasos, penetran entre los elementos deciduales sin cambiar apenas su dirección primitiva y dando tan pocas dicotomías que se origina un conectivo de tipo fascicular, el cual se halla constituido por pequeños haces de filamentos paralelos o por simples fibrillas aisladas que recorren largos trayectos entre las células deciduales.