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FORMACIÓN CONTINUADA DEL MÉDICO PRÁCTICO
Trastornos neurocutáneos en la población
infantil
Los trastornos neurocutáneos engloban
numerosas enfermedades con afección
multisistémica. Cursan con lesiones
cutáneas características asociadas
frecuentemente a alteraciones
neurológicas y oculares. Es frecuente
que las manifestaciones cutáneas no
sean observadas al nacimiento, por lo
que el pediatra desempeña un papel
trascendental en el diagnóstico desde
la atención primaria. La presencia de
numerosas mancha café con leche,
lesiones hipocrómicas irregulares,
alteraciones discrómicas extensas,
angiomas faciales o lesiones melánicas
anticipan con frecuencia la clínica
neurológica y deben alertar al
profesional que las observa. En este
artículo revisamos los criterios
diagnósticos y las características
clínicas de los trastornos neurocutáneos
más frecuentes.
A. Fernández-Jaéna y B. Calleja-Pérezb
a
Sección de Neurología Infantil. Hospital La Zarzuela.
b
Especialista en Pediatría. Atención Primaria. Área 4
Insalud. Madrid. España.
Los trastornos neurocutáneos (TNC) son afecciones generalmente heredofamiliares que se caracterizan por la
presencia de alteraciones de estructuras de origen ectodérmico, afectando especialmente a la piel y al sistema
nervioso1.
Históricamente han recibido diferentes denominaciones. El término facomatosis fue introducido a principios del siglo XX para englobar la esclerosis tuberosa y
la neurofibromatosis tipo 1. Posteriormente estas designaciones han sido reemplazadas por neuroectodermomas, hamartosis o neuroectodemesodermosis. En la actualidad se emplea la expresión trastornos o síndromes
neurocutáneos para englobar todos estos procesos.
La mayor parte de estos cuadros clínicos cumple unas
características anatomopatológicas, genéticas y clínicas
comunes. Las alteraciones observadas tienen una clara
naturaleza displásica de inicio en fases precoces del desarrollo embrionario. Estas lesiones congénitas muestran un gran potencial de sobrecrecimiento con la aparición de hamartomas y tumores, benignos o malignos.
Clínicamente pueden comprometer a numerosos órganos y la expresión sintomática es extremadamente heterogénea incluso dentro del mismo TNC y la misma familia. Una gran parte de estos trastornos tiene una base
genética conocida, transmitida por uno de los progenitores o aparecida como una mutación de novo.
Los patrones hereditarios permiten clasificar estas enfermedades según se refleja en la tabla 12. Otras clasificaciones se basan en la lesión cutánea predominante
(tabla 2)1.
Neurofibromatosis
El término neurofibromatosis designa un grupo de trastornos muy diversos que comparten algunas características pero que claramente difieren los unos de otros.
Las dos formas más frecuentes son: la neurofibromatosis tipo 1 (NF1), enfermedad de Von Recklinghausen o
subtipo periférico, y la neurofibromatosis tipo 2 (NF2)
o neurofibromatosis central. Este último trastorno es infrecuente en la población infantil. Se hereda con carácter autosómico dominante y los criterios diagnósticos
se exponen brevemente en la tabla 33.
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Fernández-Jaén A, et al. Trastornos neurocutáneos en la población infantil
TABLA 1
Trastornos neurocutáneos2
TABLA 2
Clasificación según el trastorno cutáneo predominante
Enfermedades con herencia autosómica dominante
Neurofibromatosis
Esclerosis tuberosa
Enfermedad de Von Hippel-Lindau
Síndrome de carcinoma basal de células nevoides
Síndrome de lentiginosis-sordera-cardiopatía
Hipomelanosis de Ito
Enfermedades con herencia autosómica recesiva
Ataxia-telangiectasia
Xeroderma pigmentoso
Síndrome de Cockayne
Síndrome de Rothmund-Thomson
Fucosidosis
Fenilcetonuria e hiperfenilalaninemia
Homocistinuria por deficiencia de cistationina sintetasa
Citrulinemia y arginosuccinaciduria
Déficit múltiple de carboxilasas
Xantomatosis cerebrotendinosa
Disautonomía familiar
Síndrome de Chediak-Higashi
Neuroictiosis
Síndrome de Sjögren-Larsson
Enfermedad de Refsum
Neuropatía axonal gigante
Síndrome de Werner
Progeria
Enfermedad melanolisosomial neuroectodérmica
Síndrome de Ruvalcaba-Myhre
Enfermedades con herencia ligada a X
Enfermedades de Fabry-Anderson
Adrenoleucodistrofia
Enfermedad de Menkes
Incontinentia pigmenti
Síndrome de anosmia, ictiosis e hipogonadismo
con deficiencia de esteroide sulfatasa
y arilsulfatasa C
Enfermedades con herencia desconocida o múltiple
Síndrome de Coffin-Siris
Albinismo
Síndrome de Proteus
Anomalías congénitas y vasculares
Melanosis neurocutánea
Nevo sebáceo lineal
Displasia cerebelotrigeminodérmica
Lipomatosis encefalocraneocutánea
Síndrome de Sturge-Weber
Síndrome de Klippel-Trenaunay
Síndrome de Wiburn-Mason
Síndrome de Maffuci
Displasia hemi-facio-oculo-cerebelo-corporal
Síndrome de Pascual-Castroviejo II
Cutis marmorata telangiectásica congénita
Trastornos neurocutáneos que cursan con manchas café
con leche (p. ej., neurofibromatosis tipo I)
Trastornos neurocutáneos que cursan con manchas
hipomelánicas (p. ej., esclerosis tuberosa)
Trastornos neurocutáneos que cursan con discromías
extensas (p. ej., incontinentia pigmenti o hipomelanosis
de Ito)
Trastornos neurocutáneos que cursan con manchas
melánicas (p. ej., melanosis neurocutánea)
Trastornos neurocutáneos que cursan con angiomas
(p. ej., síndrome de Sturge-Weber)
Neurofibromatosis tipo 1 (NF1)4-6
Constituye el 85% de todos los casos de neurofibromatosis; es el TNC más frecuente. Su prevalencia se sitúa
en 1/3.000 personas. Se hereda por vía autosómica dominante en el 98% de penetrancia aunque con gran variabilidad fenotípica. El 30-50% de los casos son nuevas mutaciones y por lo tanto, esporádicos.
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Med Integral 2002;40(8):343-53
El gen transmisor de la NF1 se sitúa en el cromosoma
17q11.1. Este gen codifica un segmento de la proteína
neurofibramina, al que se le supone una acción supresora tumoral.
Alteraciones cutáneas
La manifestación cutánea más importante en la NF1 es
las manchas café con leche (fig. 1). El 50% de los pacientes que muestran numerosas manchas café con leche presentará durante su desarrollo otras alteraciones
diagnósticas de la NF1. Estas manchas tienden a aumentar en tamaño y número con la edad; aparecen predominantemente en axilas, ingles y cuello.
Otra alteración característica es la presencia de neurofibromas dermosubdérmicos que se pueden observar en
cualquier parte del cuerpo. Son generalmente asintomáTABLA 3
Criterios diagnósticos de la neurofibromatosis
Neurofibromatosis tipo 1
Seis o más manchas café con leche mayores de 5 mm
de diámetro en pacientes prepuberales, o mayores
de 15 mm en pacientes pospuberales
Dos o más neurofibromas (cutáneos o subcutáneos)
o un neurofibroma plexiforme
Manchas o pecas en axilas o ingles
Glioma óptico
Dos o más hamartomas en iris (nódulos de Lisch)
Lesión ósea típica (como displasia esfenoidal o
seudoartrosis de tibia)
Uno o más antecedentes familiares de primer grado
de NF1
Neurofibromatosis tipo 2
Neurofibromas bilaterales del VIII par craneal
Neurofibroma unilateral del VIII par craneal con dos
de los siguientes: meningioma, neurofibroma,
schwanoma, cataratas juveniles capsulares
posteriores
Tumor unilateral del VIII par craneal, tumor espinal
o cerebral según los descritos en un familiar de
primer grado
NF1: precisa de al menos dos criterios para el diagnóstico. NF2: precisa de un solo criterio diagnóstico.
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Fernández-Jaén A, et al. Trastornos neurocutáneos en la población infantil
Fig. 1. Numerosas manchas café con leche en paciente con NF1.
ticos; sin embargo, cuando se desarrollan en áreas de
roce (manos, cintura, etc.) pueden ser dolorosos y precisar la extirpación quirúrgica. En el 30% de los casos
se localizan en trayectos nerviosos, reciben el nombre
de neuromas o neurofibromas plexiformes; cuando
asientan en la región palpebral (5%), pueden alterar la
agudeza visual.
Los nódulos de Lisch son hamartomas pigmentados en
iris, específicos de la NF1. Se observan en el 25% de
los casos antes de la pubertad, y en la mayoría de los
pacientes a partir de la adolescencia.
La epilepsia afecta al 3,5-7,5% de los niños con NF1.
Se han descrito todo tipo de crisis. El control terapéutico suele ser satisfactorio.
Entre las alteraciones neurológicas, la existencia de tumores intracraneales suele ser la mayor preocupación
de los padres y profesionales. Los gliomas de vías ópticas son los más frecuentes, están presentes en el 1520% de los niños afectados (fig. 2). En contrapartida,
el 50% de los gliomas ópticos se asocia con la NF1.
Histológicamente se trata de astrocitomas pilocíticos
benignos. Las manifestaciones clínicas varían desde la
ausencia de síntomas (75%) hasta la presencia de proptosis y alteración de la agudeza visual. En la tercera
parte de los casos puede asociarse con pubertad precoz.
La aparición de síntomas ocurre generalmente antes de
los 6 años, y rara vez a partir de la pubertad. El tratamiento de los gliomas de vías ópticas es controvertido;
su escasa malignidad conduce a algunos especialistas a
mantener una actitud expectante; la exéresis quirúrgica
ha dado buenos resultados en algunos casos sintomáticos. En otros pacientes se ha empleado radioterapia y
quimioterapia con una elevada frecuencia de efectos
colaterales.
Los tumores intracraneales restantes son infrecuentes y
tienden a situarse en hemisferios cerebrales, cerebelo
y tronco. Presentan una naturaleza histológica similar a
la de los gliomas de vías ópticas. Cuando asientan en
cerebelo o hemisferios cerebrales pueden ser tratados
quirúrgicamente dependiendo de su volumen, crecimiento o repercusión clínica. Cuando se sitúan en el
tronco cerebral recomendamos mantener una actitud
mínimamente agresiva, por su escaso crecimiento y pobre asociación sintomática.
Otras alteraciones neurológicas menos frecuentes son la
hidrocefalia secundaria a la estenosis acueductal (6%),
malformaciones del sistema nervioso central (SNC)
(agenesia del cuerpo calloso, hemimegalencefalia, polimicrogiria), tumores intraespinales y otras.
Alteraciones neurológicas
La macrocefalia es frecuente (16-45%). Aunque puede
asociarse con la presencia de hidrocefalia por estenosis
del acueducto de Silvio, su origen se sitúa habitualmente en una megalencefalia asintomática.
La presencia de retraso mental es poco habitual (8%).
El cociente intelectual medio en niños con NF1 se sitúa
en 85, 15-20 puntos menos que sus hermanos no afectados. La presencia de dificultades de aprendizaje es elevada y fue descrita hasta en el 65% de los casos. Hasta
en el 50% de los pacientes se objetiva hipercinesia y
déficit atencional, que pueden responder al tratamiento
estimulante.
Fig. 2. TC craneal: glioma de nervio óptico en paciente con NF1.
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Diagnóstico
Resumen 1
Neurofibromatosis tipo 1
ALTERACIONES CUTÁNEAS
Manchas café con leche
Neurofibromas dermosubdérmicos
Neuromas o neurofibromas plexiformes
Nódulos de Lisch en iris
ALTERACIONES NEUROLÓGICAS
Macrocefalia (16-45%)
Dificultades de aprendizaje y retraso
mental (8%)
Epilepsia (3,5-7,5%)
Tumores intracraneales:
Gliomas de vías ópticas (15-20%)
Otros tumores intracraneales en
hemisferios cerebrales,
cerebelo y tronco
Hidrocefalia secundaria a la estenosis
acueductal (6%)
Malformaciones del SNC
OTRAS ALTERACIONES
Displasia facial (3%)
Escoliosis (20%)
Seudoartrosis de huesos largos
Retraso del crecimiento (25%)
HTA
Trastornos endocrinológicos (pubertad
precoz)
Tumores viscerales (nefroblastoma,
leucemia)
Alteraciones óseas
En el 3% de los pacientes se observa displasia facial,
afectando predominantemente a la calota craneal, huesos maxilares y alas esfenoidales. Pueden manifestarse
por asimetría facial o exoftalmus pulsátil.
La escoliosis es muy frecuente (20%), puede ser lo suficientemente grave como para afectar a la médula y
necesitar corrección quirúrgica.
La seudoartrosis de huesos largos, especialmente la tibia, es común. Puede ser asintomática o sufrir fracturas
frecuentes. Las intervenciones múltiples son habituales
y el pronóstico desde el punto de vista funcional no
suele ser favorable.
El diagnóstico de la NF1 se establece según los hallazgos clínicos, aunque el diagnóstico mediante genética
molecular es posible.
Los criterios diagnósticos se recogen en la tabla 3.
Esclerosis tuberosa7-9
La esclerosis tuberosa (ET) o enfermedad de Bourneville es un TNC heredado de forma autosómica dominante con alta penetrancia y expresión variable, caracterizado básicamente por manchas acrómicas y tumores
benignos o hamartomas. Tiene una prevalencia aproximada de 1-1,5/10.000 personas. El 60-70% de los casos
son esporádicos. Se han identificado dos genes causantes, TSC1 y TSC2, localizados en los brazos cortos de
los cromosomas 9 y 16 respectivamente, que actúan
probablemente como supresores tumorales.
Alteraciones cutáneas
Su presencia es prácticamente diagnóstica de la enfermedad.
Las manchas acrómicas son lesiones hipomelánicas frecuentes (90%) y precoces (fig. 3). Son irregulares, de
forma lanceolada, con bordes dentados y tamaños variables que recuerdan una hoja de fresno. Estas manchas son inespecíficas ya que se las puede observar
hasta en el 1% de los recién nacidos sanos. Pueden adquirir otras formas o afectar al cuero cabelludo en forma de mechones blancos; es el primer signo de la enfermedad en algunos casos.
Los angiofibromas faciales o adenomas sebáceos son
lesiones características de la ET que asientan frecuentemente sobre la región nasogeniana (fig. 4). Se observan
en el 50% de los niños y aparecen entre los 3 y los 15
años de edad.
Otros hallazgos dermatológicos habituales son la «piel
de Marrasquino» (peau du chagrin) que se objetiva en
Otras manifestaciones
Otras alteraciones clínicas de la NF1 comprenden retraso del crecimiento (25%), hipertensión arterial (HTA)
–a veces secundaria a la estenosis de arterias renales–,
trastornos endocrinológicos –especialmente la pubertad
precoz–, tumores viscerales –nefroblastoma, leucemia
y otros–.
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Fig. 3. Manchas acrómicas en paciente con ET.
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Fig. 4. Adenomas sebáceos en niña con ET.
la tercera parte de los pacientes, en forma de placas ligeramente elevadas, parduscas, predominantemente en
el área lumbar. Los fibromas ungueales o tumores deKoenen son patognomónicos de la ET; se manifiestan
en el 50% de los casos aunque rara vez se ven en la
edad infantil. Las placas fibrosas son formaciones sobreelevadas que suelen observarse ya al nacimiento,
asentadas sobre la frente o las mejillas.
Alteraciones neurológicas
La epilepsia es el trastorno neurológico más característico de la ET y afecta al 60-90% de los pacientes, generalmente en el primer año de vida. Las crisis pueden
tener diferentes morfologías; las convulsiones más frecuentes son los espasmos infantiles, aunque también
son frecuentes las crisis tónicas, atónicas o parciales
complejas. Desde un punto de vista evolutivo, pueden
adquirir las características de un síndrome de LennoxGastaut. La presencia de crisis convulsivas así como el
control terapéutico precoz están estrechamente relacionados con el pronóstico cognoscitivo.
La manifestación de retraso mental se describe en el
50-80% de los pacientes. Esta situación se ha asociado
con la presencia de túberes frontales, crisis parciales
complejas y espasmos infantiles con mal control terapéutico.
Son igualmente frecuentes el autismo, los trastornos
psicóticos, la conducta hipercinética o la agresividad,
que se manifiestan en el 50% de los pacientes.
La ET, al igual que otros trastornos neurocutáneos, se
asocia con tumores intracraneales. Los nódulos subependimarios son hamartomas característicos de este
síndrome. Se observan generalmente calcificados, próximos al agujero de Monro, que pueden llegar a obstruirlo (6%). La presencia de tumores o astrocitomas
gigantocelulares no supera el 5% de los casos; asientan
en estructuras subependimarias, a menudo en la cabeza
del núcleo caudado. La existencia de grandes calcificaciones en esta estructura y la captación de contraste en
la tomografía computarizada (TC) cerebral son altamente sugestivas del desarrollo de estos tumores. La re-
Resumen 2
Esclerosis tuberosa
ALTERACIONES CUTÁNEAS
Manchas acrómicas (90%)
Angiofibromas faciales o adenomas
sebáceos
«Piel de Marrasquino» (peau du chagrin):
(30%)
Fibromas ungueales o tumores de
Koenen (50%)
ALTERACIONES NEUROLÓGICAS
Epilepsia (60-90%)
Retraso mental (50-80%)
Autismo, psicosis, hipercinesia (50%)
Nódulos subependimarios
Tumores o astrocitomas gigantocelulares
(< 5%)
Tuberosidades corticosubcorticales
OTRAS ALTERACIONES
Hamartomas o facomas de retina;
cataratas, colobomas
Quistes renales y angiomiolipomas
(45-60%)
Hamartomas o rabdomiomas cardíacos
(50%), aneurismas de la aorta
descendente
sonancia magnética (RM) cerebral revela con mayor
precisión que la TC la presencia de tuberosidades corticosubcorticales, lesiones hamartomatosas íntimamente
ligadas a la clínica.
Alteraciones oftalmológicas
Los hallazgos oculares están representados por los hamartomas o facomas de retina. Son astrocitomas benignos que se encuentran en el 50% de los pacientes,
generalmente paucisintomáticos. Pueden ser únicos,
múltiples, multinodulares en forma de mora y son fácilmente reconocibles cuando se calcifican. La presencia
de cataratas, desprendimiento de retina o colobomas es
excepcional.
Otras alteraciones
La afección multisistémica en la ET engloba asimismo
alteraciones renales, cardíacas, pulmonares o digestivas.
En los riñones son frecuentes los quistes renales y angiomiolipomas, presentes en el 45-60% de los pacientes. Son habitualmente múltiples y bilaterales. Aunque
suelen ser asintomáticos, pueden manifestarse por su
hipercrecimiento, HTA, fallo renal o hemorragias.
Las manifestaciones cardíacas son también habituales.
En el 50% de los niños se pueden encontrar hamartoMed Integral 2002;40(8):343-53
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Fernández-Jaén A, et al. Trastornos neurocutáneos en la población infantil
mas o rabdomiomas, comúnmente asintomáticos e involutivos. En algunos casos pueden obstruir las cavidades cardíacas, provocar una franca insuficiencia cardíaca, o arritmias cuando los rabdomiomas son intramurales.
La presencia de otras alteraciones, como aneurismas de
la aorta descendente, linfangioleiomatosis pulmonar,
pólipos rectales o alteraciones óseas, es menos habitual.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en los hallazgos clínicos descritos así como en otros radiológicos (cerebrales, cardíacos o renales). Estas manifestaciones se confirman
como criterios diagnósticos (tabla 4).
Hipomelanosis de Ito o incontinentia
pigmenti achromians10-13
Es el tercer TNC por orden de prevalencia; es superado
exclusivamente por la NF1 y la ET. Se ha descrito una
incidencia de 1-2/10.000 pacientes remitidos a consulta hospitalaria. Algunos autores apuntan incidencias
probablemente superiores, motivadas por la falta de reconocimiento clínico del trastorno. Su base hereditaria
es confusa. Se ha apuntado un patrón de herencia autosómico dominante, aunque se han descrito casos de
origen probablemente recesivo o ligados al cromosoma
X. En el 60% de los pacientes se puede llegar a confirmar alteraciones cromosómicas en cariotipos de sangre
periférica o fibroblastos cutáneos; las más frecuentes
son las trisomías 18 en mosaicismo, traslocaciones
balanceadas de los cromosomas 2 y 8 u 8 y 16, mosaicismos de otros cromosomas (sexuales, 9, 14) o tetrasomía del 12.
Alteraciones cutáneas
Las lesiones hipopigmentadas son definitorias y deben
hallarse en la totalidad de los pacientes. Se observan
generalmente en la lactancia (70%), aunque rara vez al
nacimiento. Son lesiones irregulares, de tamaño y localización muy variables, uni o bilaterales; en ocasiones
adquieren figuras peculiares en forma de bandas, líneas
en zigzag, formas geográficas, etc. La falta de pigmentación sigue con frecuencia las líneas de Blaschko
(fig. 5).
También son frecuentes otras alteraciones pigmentarias (38%) como las manchas café con leche, nevo de
Ota, nevus marmoratus o manchas mongólicas persistentes.
Alteraciones neurológicas
Las alteraciones del SNC se describen en el 50-75% de
los pacientes según diferentes casuísticas de control
hospitalario. Según nuestra experiencia, la incidencia
de estas alteraciones está sobredimensionada por las características metodológicas de las revisiones.
En relación con estas series, se observa retraso mental
en el 70% de los casos, crisis convulsivas polimorfas en
el 50% y autismo infantil en el 11% de los niños. Sin
embargo, con frecuencia quedan infradiagnosticados
TABLA 4
Criterios diagnósticos en la esclerosis tuberosa
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS SEGÚN GÓMEZ MR, 1988
Hallazgos patognomónicos
Tuber cortical
Nódulos gliales subependimarios
Facoma retiniano
Adenoma sebáceo
Fibroma periungueal
Placa fibrosa en frente o calota
Múltiples angiolipomas renales
Hallazgos sucesivos
Familiar inmediato con ET
Manchas hipomelánicas
Placa de chagren
Rabdomioma cardíaco
Fibroma gingival
Tumores renales múltiples
Quistes renales
Espasmos infantiles
Calcificaciones corticosubcorticales
Áreas hipodensas múltiples en TC
Hamartoma peripapilar en retina
Linfangiomatosis pulmonar
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CRITERIOS DIAGNÓSTICOS SEGÚN EL SIMPOSIUM DE BETHESDA, 1990
Criterios diagnósticos primarios
Angiofibromas faciales
Facomas retinianos múltiples
Placas fibrosas en frente
Nódulos subependimarios + tumor de células gigantes o tuber
cortical
Angiomiolipomas con quistes renales
Tumores intracardíacos múltiples
Criterios diagnósticos secundarios
Síndrome de West
Convulsiones parciales o generalizadas
Manchas hipomelanóticas
Quistes renales
Rabdomioma cardíaco
Alteración del esmalte dentario
Angiomiolipomas en diversos órganos
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Resumen 3
Hipomelanosis de Ito
ALTERACIONES CUTÁNEAS
Lesiones hipopigmentadas irregulares,
frecuentemente metaméricas
Manchas café con leche, nevo de Ota,
nevus marmoratus, manchas
mongólicas persistentes
ALTERACIONES NEUROLÓGICAS
Retraso mental (70%)
Epilepsia (50%)
Autismo (11%)
Atrofia corticosubcortical, alteraciones de
la sustancia blanca, trastornos de la
migración neuronal o hipoplasia
cerebelosa
OTRAS ALTERACIONES
Hipertrofia ipsilateral a las lesiones
pigmentarias (30%)
Alteraciones musculosqueléticas
Heterocromía de iris, comunicaciones
intracardíacas, criptorquidia
Fig. 5. Hipomelanosis segmentaria de Ito.
pacientes asintomáticos, u otros con alteraciones neuropsiquiátricas de menor gravedad.
Aproximadamente el 20% de los niños muestra alteraciones neurorradiológicas que comprenden la atrofia
corticosubcortical, las alteraciones de la sustancia blanca, los trastornos de la migración neuronal o la hipoplasia cerebelosa.
Alteraciones osteomusculares
La presencia de alteraciones musculares u óseas se
objetiva en la tercera parte de los casos. Es frecuente
la hipertrofia ipsilateral a las lesiones pigmentarias,
las alteraciones esqueléticas subyacentes a las mismas, la asimetría de pectorales, los trastornos dentarios o las anomalías en la curvatura de la columna vertebral.
Otras alteraciones
Se han descrito numerosas alteraciones fenotípicas
que expresan probablemente la variabilidad genotípica
asociada. Así, se ha señalado la presencia de alteraciones oftalmológicas (heterocromía de iris, hipertelorismo, opacidad corneal, etc.), cardíacas (comunicaciones, Fallot), renales o genitales (micropene,
criptorquidia).
Diagnóstico
El diagnóstico se basa exclusivamente en las características clínicas. Los hallazgos anatomopatológicos de las
lesiones hipopigmentadas únicamente revelan la alteración inespecífica de los melanocitos epidérmicos, en relación con el número o el tamaño de los melanosomas.
Los estudios genéticos son todavía poco concluyentes;
los análisis cromosómicos deben ser realizados preferentemente en cultivos de queratinocitos, debido al elevado número de falsos negativos en los cultivos de linfocitos y fibroblastos.
Incontinentia pigmenti o síndrome
de Bloch-Sulzberger13,14
Se trata de un TNC complejo, infrecuente y hereditario
ligado al cromosoma Xq28. Lo sufren exclusivamente
las mujeres, y es letal en los varones.
Alteraciones cutáneas
Las manifestaciones cutáneas son evolutivamente diferentes y a veces solapadas. En una primera fase se observan lesiones eritematosas, vesiculares o bullosas;
éstas están presentes al nacimiento o en los primeros
días de vida, aunque pueden durar varios meses. Se sucede una segunda fase con lesiones verrugosas, pustulares o queratósicas; estas nuevas alteraciones aparecen de novo o asientan sobre las primeras. Tienden a
aparecer en los dos primeros meses de vida y se manMed Integral 2002;40(8):343-53
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Fernández-Jaén A, et al. Trastornos neurocutáneos en la población infantil
tienen en ocasiones durante la lactancia. Estas lesiones pueden desaparecer en un tercer estadio o asociarse con una pigmentación cutánea anormal en forma
de lesiones hiperpigmentadas pardas o grisáceas que
adquieren formas peculiares (espirales, estrellas, aspecto de mármol). Estas alteraciones de la pigmentación se mantienen generalmente durante toda la infancia.
Otra manifestación cutánea relevante es la presencia de
una alopecia cicatrizal que puede observarse hasta en el
30% de los pacientes.
Alteraciones neurológicas
Las manifestaciones centrales condicionan el pronóstico. Aparecen en el 30-50% de los niños. Las más
prevalentes son el retraso mental, las parálisis espásticas, la ataxia cerebelosa y las crisis convulsivas
(10%).
En la neurorradiología, el hallazgo más frecuente es la
atrofia generalizada, las alteraciones de la sustancia
blanca subcortical y las alteraciones cerebelosas.
Otras alteraciones
Incluyen trastornos oculares diversos (anomalías de la
retina o vítreo, fibroplasia retrolenticular, malformaciones) que se pueden objetivar hasta en el 30% de los
casos.
Las deformidades esqueléticas o faciales, así como las
alteraciones congénitas renales o cardíacas también han
sido descritas.
Diagnóstico
El diagnóstico es predominantemente clínico, y se debe
realizar un adecuado diagnóstico diferencial con otros
trastornos de la pigmentación cutánea.
Melanosis neurocutánea15,16
Es un síndrome infrecuente, generalmente esporádico,
que afecta a ambos sexos por igual.
Alteraciones cutáneas
Se caracteriza por la presencia de nevos gigantes, pilosos, observables al nacimiento y localizados en cualquier parte del cuerpo, especialmente en abdomen y espalda. Son variables en número y tamaño (fig. 6). La
tercera parte de los pacientes con nevo gigante desarrollan afección neurológica, con mayor frecuencia si los
nevos asientan en cuero cabelludo o cara. Hasta un
10% de las lesiones maligniza.
350
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Fig. 6. Incontinentia pigmenti en recién nacido.
Alteraciones neurológicas
El melanoma leptomeníngeo es la manifestación más
específica de este TNC. Estos melanomas son observables generalmente en la primera infancia. Aunque el estudio del líquido cefalorraquídeo puede ser útil para el
cribado inicial, la RM es la técnica de elección para
el diagnóstico de las lesiones meníngeas.
Clínicamente puede cursar de forma asintomática, aunque más de la mitad de los casos asociará hidrocefalia
por invasión de los espacios subaracnoideos. El pronóstico de las formas sintomáticas es habitualmente malo
con independencia de los tratamientos empleados.
Se han descrito casos con retraso mental, crisis, déficit
motores y otros.
Diagnóstico
Aunque los criterios diagnósticos se mantienen en debate, esencialmente se basan en la presencia de grandes
o numerosos nevos cutáneos pigmentados, asociados a
melanosis o melanoma meníngeo.
Síndrome de Sturge-Weber17,18
El síndrome de Sturge-Weber o angiomatosis encefalotrigeminal es un TNC poco frecuente y generalmente
esporádico, aunque se han referido patrones de herencia
autosómico dominante y recesivo.
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Fernández-Jaén A, et al. Trastornos neurocutáneos en la población infantil
Alteraciones cutáneas
Alteraciones oculocutáneas
El angioma facial o naevus flammeus es la manifestación dermatológica que caracteriza esta enfermedad. Es
un nevo plano, rojo violáceo que afecta predominantemente a la cara de forma uni o bilateral (30%), asociado en ocasiones a una hipertrofia ipsilateral de partes
blandas.
Las telangiectasias se observan generalmente a partir
de los 3 años en la conjuntiva bulbar. En la mitad de los
casos se acompañan posteriormente por telangiectasias
en párpados, pabellones auriculares, fosas poplíteas y
regiones antecubitales.
Alteraciones neurológicas
Alteraciones neurológicas
Comprenden básicamente la presencia de angiomas
leptomeníngeos que afectan a la piamadre. Subyacentemente, puede asociar calcificaciones corticosubcorticales.
Clínicamente se manifiesta por crisis epilépticas en el
75-90% de los pacientes, que aparecen en la mitad de
los casos en el primer año de vida. Son parciales en su
inicio. La presencia de crisis refractarias puede apuntar
la necesidad de tratamiento neuroquirúrgico, mediante la resección de áreas afectadas o incluso la hemisferectomía completa.
El retraso mental se objetiva en el 40% de los casos y
tan sólo afecta a pacientes que han presentado convulsiones. Otro hallazgo habitual (30%) es la presencia de
hemiparesia y hemianopsia.
Alteraciones oculares
Con carácter homolateral al angioma facial, en la tercera parte de los casos se observa un angioma ocular que
afecta a la coroides y esclerótica, y que puede provocar
glaucoma (30-50%), dolor orbitario, alteración de la
agudeza visual y desprendimiento de retina en los primeros años de vida.
Diagnóstico
El diagnóstico se establece por la demostración del angioma pial en estudios neurorradiológicos y ante la presencia de angioma facial u ocular, aunque éstos pueden
estar ausentes en el 13% de los pacientes.
La TC craneal y la radiografía de cráneo pueden revelar
precozmente la presencia de las calcificaciones. La RM
cerebral con contraste es la técnica de elección para el
estudio del angioma leptomeníngeo. El electrocardiograma suele evidenciar una clara asimetría en la actividad de base.
La presencia de ataxia lentamente progresiva y de inicio precoz es una constante. Desde el punto de vista
neurorradiológico se asocia con una atrofia cerebral y
cerebelosa inespecífica. La evolución es mala; la mayor
parte de los pacientes es incapaz de caminar a los 10-15
años.
Clínicamente la ataxia se acompaña por movimientos
oculares anormales. En el 25% de los casos se asocia
con coreoatetosis y, en la tercera parte de los pacientes, con retraso mental generalmente leve.
Alteraciones inmunológicas
Son frecuentes los defectos inmunológicos humorales y
celulares. Los recuentos linfocitarios son bajos, la respuesta de los tests dérmicos son pobres y la proliferación leucocitaria ante mitógenos es deficitaria. Los valores de IgA e IgE son bajos o están ausentes, los de
IgG, normales o bajos, y los de IgM, normales o altos.
Estas alteraciones se manifiestan por infecciones frecuentes, especialmente respiratorias (50-75%), y comúnmente graves.
Otras alteraciones
Incluyen el retraso ponderoestatural y la aparición de
tumores malignos, habitualmente linforreticulares. Esta
última circunstancia se describe hasta en el 50% de los
casos fallecidos.
Diagnóstico
Aunque el diagnóstico se establece de acuerdo a los hallazgos clinicoanalíticos referidos, la elevación de la alfafetoproteína y del antígeno carcinoembriogénico y la
presencia de anomalías cromosómicas inconstantes (inversión y traslocación de los cromosomas 7 y 14) son
marcadores precoces y fiables para el diagnóstico.
Ataxia-telangiectasia19,20
Enfermedad de Von Hippel-Lindau21
La ataxia-telangiectasia es un TNC autosómico recesivo cuyo gen causante se ha localizado en el cromosoma
11 (11q22-33). Afecta por igual a ambos sexos, con
una incidencia de 1/40.000 recién nacidos vivos.
La enfermedad de Von Hippel-Lindau o angiomatosis
retinocerebelosa es un TNC con un patrón de herencia
autosómico dominante, con una penetrancia del 80-90%.
El gen ha sido mapeado en el cromosoma 3p35-p26.
Med Integral 2002;40(8):343-53
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Alteraciones oculares
Alteraciones cutáneas
Las manifestaciones oculares se observan a partir de la
segunda década de la vida. Se caracterizan por la presencia de angiomas retinianos, generalmente múltiples y
con frecuencias bilaterales. Pueden cursar con hemorragias, desprendimiento de retina, glaucoma o cataratas.
Las manifestaciones cutáneas incluyen los angiomas
capilares y los hemangiomas cavernosos de trayectos
irregulares. Pueden asociarse con trastornos de la pigmentación. La hipertrofia corporal, especialmente de
extremidades inferiores, es habitual y no siempre ipsilateral a las lesiones de piel.
Alteraciones neurológicas
Alteraciones neurológicas
Comprenden los hemangioblastomas cerebelosos y medulares fácilmente objetivables en los estudios neurorradiológicos. Los primeros se observan en la mitad de los
pacientes y se manifiestan clínicamente por un síndrome
hipertensivo intracraneal o un síndrome cerebeloso completo. Los segundos son habitualmente asintomáticos.
La macrocefalia es común. Cuando las lesiones cutáneas afectan a la cara o la calota, los pacientes pueden
asociar retraso mental.
La neuroimagen pueden poner de manifiesto la presencia de malformaciones arteriovenosas, drenajes venosos
anómalos, calcificaciones intracraneales o trastornos de
la migración neuronal.
Otras alteraciones
En este apartado se incluyen la policitemia (20%), los
quistes renales o pancreáticos (30%), el carcinoma renal (40%) y el feocromocitoma (10-15%).
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en los hallazgos clínicos; la RM
es la técnica de elección para el estudio de las lesiones
en piel y SNC.
Diagnóstico
Se establece de acuerdo a los hallazgos descritos. La vigilancia debe extremarse ante la presencia de una lesión
compatible en retina o cerebelo. Aproximadamente el
20% de los pacientes con angiomas de retina desarrollará complicaciones neurológicas, y en contrapartida,
el 45% de los pacientes con hemangioblastomas cerebelosos tiene afección retiniana. De igual forma, son
necesarios los controles clínicos, ecográficos y analíticos específicos para el cribado periódico de las complicaciones abdominales.
Síndrome de Klippel-Treaunay22
Es un síndrome infrecuente y esporádico, reconocible
al nacimiento.
Conclusiones
A través de estas breves anotaciones hemos tratado de
resumir los TNC más frecuentes. La descripción detallada de la totalidad de las alteraciones cutáneas con
significación neurológica supondría la revisión de un
millar de enfermedades que sobrepasan las dimensiones
de cualquier artículo23.
El propósito inicial y final de esta revisión es esencialmente alertar al pediatra sobre la relación entre las manifestaciones cutáneas y la clínica neurológica. Aunque
históricamente este propósito se ha ido consiguiendo de
forma inconstante en la neurofibromatosis, nuestra experiencia nos ha demostrado la falta de información sobre
otros TNC, cuya prevalencia y gravedad obligan al especialista de atención primaria a su reconocimiento precoz.
TABLA 5
Otros trastornos neurocutáneos23
NOMBRE
Sjögren-Larson
Austin
Shapiro-Shulman
Cobb
Blue rubber bleb nevus
Pascual-Castroviejo II
Xeroderma pigmentoso
Nevo de Jadassohn
Leopard
ALTERACIÓN CUTÁNEA
Ictiosis
Ictiosis
Angioma facial
Angioma plano metamérico
Angiomas planos y cavernosos
Angioma cavernoso facial
Telangiectasias, poiquiloderma
Nevo sebáceo lineal o nevus
unislateris
Pecas, manchas café con leche
RM: retraso mental; PCI: parálisis cerebral infantil.
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ALTERACIÓN NEUROLÓGICA
RM, convulsiones, PCI
Deterioro, fenotipo tosco
Hidrocefalia
Lesiones medulares
Convulsiones, focalidad
Angiomas intracraneales
RM, PCI, ataxia
RM, convulsiones, asimetría
corporal
RM, hipercinesia, hipoacusia
LOCUS GÉNICO/OTROS
17p11.2
Déficit múltiple de sulfatasas
Esporádica
Esporádico
9P
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Fernández-Jaén A, et al. Trastornos neurocutáneos en la población infantil
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