¿Impotencia? - Catholic.net

Anuncio
¿Impotencia?
Escritores Actuales / Álvarez Rodríguez Máximo
Por: Máximo Alvarez Rodríguez | Fuente: Catholic.net
Al emplear la palabra “impotencia” alguien podría pensar que estamos invadiendo el terreno de la ciencia médica o de las relaciones de
pareja. Pero, evidentemente, no van por ahí los tiros. Lo que ocurre es que no encontramos otra palabra mejor para describir nuestra
sensación ante muchos de los graves problemas que afectan a la humanidad y a millones de personas (hambre, droga, miseria,
guerra...).
Todos somos conscientes de la gravedad de los hechos, queremos que se arreglen las cosas, nos gustaría hacer algo eficaz, pero
tenemos la impresión de no poder hacer nada, nos sentimos impotentes. Así, por ejemplo, estos días se nos habla de la hambruna de
muchos lugares y se nos conmueven las entrañas pensando en la tortura que están sufriendo esos seres inocentes. Comparamos con
nuestro nivel de vida y con todo lo que nos sobra, con lo que gastamos innecesariamente y no nos queda otro remedio que reconocer
que las diferencias son escandalosas, pero como nos parece que no podemos hacer nada, seguimos igual, procurando olvidar y
deseando para ellos la resignación que seríamos incapaces de tener si estuviéramos en parecidas circunstancias.
Es verdad que los grandes responsables de la economía y la política en el mundo, y en esos países, tienen mucha culpa; que miran a
otros intereses creados, poniendo las bases del desorden existente. También es cierto que si quieren es mucho lo que pueden hacer, si
ponen todos los medios a su alcance.
A pesar de ellos, ¿nosotros no podremos hacer nada?. Sin duda hay mucha gente buena, mucho personal voluntario que está
entregando su vida en favor de los más necesitados de la tierra y no se puede perder de vista el valor incalculable de su labor, aunque
aun quede mucho por hacer. Suponiendo que nos falta generosidad para imitarles, podemos apoyarles, colaborar con ellos desde aquí
en la medida de nuestras posibilidades, que son muchas. Tal vez no se consiga otra cosa que poner pequeños parches aquí y allá,
mientras no se produzca un cambio global y estructural que elimine tantas injusticias y sufrimientos inútiles. Pero también esos parches
son importantes.
Cada día es mayor el número de organizaciones no gubernamentales que solicitan nuestra cooperación. Es cierto que a veces no
colaboramos más por desconfianza que por falta de interés. Y siempre viene la pregunta, ¿llegará ese dinero, llegará esa ayuda? Es
posible que haya organizaciones que no son trigo limpio. Pero me atrevo a poner la mano el fuego por algunas que tienen que ver
bastante con la Iglesia, como Manos Unidas y Cáritas. Creo que son serias.
Lo que sí es completamente seguro es que nunca va a llegar lo que nosotros no damos. Por eso merece la pena arriesgarse, pues
siempre habrá más posibilidades de que llegue nuestra ayuda cuando se da que cuando no se da nada.
Baste con entrar en cualquier restaurante o hipermercado para comprobar cuánto se gasta cada día. Hasta para nuestra propia salud
sería mejor que comiéramos un poco menos. Reconozcamos que se despilfarra mucho, que hacemos por los demás bastante menos de
lo que podemos.
Por eso lo de la impotencia, sólo es verdad hasta cierto punto. Porque si entre todos hacemos lo poco que está a nuestro alcance, grano
a grano, iremos haciendo un gran montón. El hecho de cambiar nuestra mentalidad consumista sería ya un logro muy importante, una
buena base para cambiar el mundo.
Comentarios al autor maximoalva@telefónica.net
Descargar