la clausura preventiva y los medios de defensa

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CAPÍTULO 3
LA CLAUSURA PREVENTIVA Y LOS MEDIOS DE DEFENSA
El presente capítulo expone detalladamente la figura de la clausura preventiva como una
medida de sanción al pequeño contribuyente, así como las condiciones necesarias para su
imposición. Se muestran también los medios de defensa de los que dispone el contribuyente
ante cualquier acto de autoridad administrativa y el medio legal a través del que se puede
litigar dicha sanción.
3.1. La Clausura Preventiva derivada de la Verificación de Expedición de
Comprobantes
Como ya se señaló la Clausura Preventiva es una sanción donde la autoridad castiga al contribuyente por no
cumplir con las normas fiscales relativas a la Expedición de Comprobantes, esta figura se establece en el
Código fiscal de la Federación, artículo 84, fracción IV, vigente para el 2003 el cual dice:
“...la multa será de $700.00 a $1,400.00, las autoridades fiscales podrán, además,
clausurar preventivamente el establecimiento del contribuyente por un plazo de 3 a 15
días. Para determinar dicho plazo, las autoridades fiscales tomarán en consideración lo
previsto en el artículo 75 de este Código.”
Así mismo, el Reglamento Interior del Servicio de Administración Tributaria, artículo 23, fracción X,
publicado en el Diario Oficial de la Federación el 27 de Mayo de 2003 contempla esta sanción y señala lo
siguiente:
“Artículo 23. Compete a la Administración General de Auditoría Fiscal Federal:
X.- Ordenar y practicar las clausuras preventivas de los establecimientos de los
contribuyentes por no expedir o no entregar comprobantes de sus actividades; que los
expedidos no reúnan requisitos fiscales; o que los datos asentados en el comprobante
correspondan a persona distinta a la que adquiere el bien, contrate el uso o goce
temporal de bienes o el uso de servicios.”
Como se observa en el párrafo anterior, la clausura preventiva es competencia de la administración
general, sin embargo, estas facultades son delegadas por la administración general a las administraciones
locales.
El contribuyente que es sorprendido por la autoridad infringiendo alguno de los artículos relativo a la
Verificación de Expedición de Comprobantes en una primera ocasión, puede hacerse acreedor a la clausura
preventiva por tres días y no a la multa. Esta decisión de la autoridad es discrecional, como se desprende del
propio artículo 84, fracción IV del Código Fiscal de la Federación citado anteriormente, en caso de ser
reincidente se podrá duplicar los días de clausura hasta llegar a los 15 días.
La clausura preventiva es una las dos sanciones posibles por no cumplir con las normas fiscales en la
expedición de comprobantes, es también la más aplicada y la que afecta en mayor medida al contribuyente.
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Hacer uso de esa sanción permite tener presencia frente a los clientes y demás contribuyentes, ya que la
colocación de sellos es visible al público en general, también le da la oportunidad de mostrar su fuerza frente
al gobernado, así mismo, permite sancionar al contribuyente en los aspectos claves de su negocio, como lo es
el perjuicio económico por la aplicación de multas o las cantidades de dinero que éste deja de percibir por el
tiempo que dure la clausura, y la posibilidad de perder el mercado. Tales situaciones son las que hacen a este
castigo el más severo que el visitador puede imponer, toda vez que no se limita al perjuicio económico. Por
otra parte, esta sanción no tiene un reglamento, ni otro ordenamiento que lo regule, por lo que su aplicación es
totalmente discrecional para la autoridad, sin embargo, en el ambiente interno de las administraciones locales
de auditoría existen programas internos que establecen en qué momentos se deberán aplicar. El Manual Único
del Auditor como lineamiento interno, y exclusivo de las administraciones de auditoría, estipula la imposición
además de la multa de la clausura por tres días cuando se le encuentre reincidente al visitado, sin embargo, de
forma repentina se formulan programas internos de fiscalización por parte de la Administración General de
Auditoría que se vuelven operativos del ejercicio de la Verificación de Expedición de Comprobantes, donde
se instruye mediante circulares a los auditores, que se deberá clausurar preventivamente los establecimientos
visitados, por tres días en lugar de imponer multa, esta sanción representa, como ya se señaló la más impuesta
con relación al total de visitas, esto es más del 50% del total de los visitados que durante el año de 2002
fueron clausurados.
Si la autoridad conoce por algún antecedente interno, que al contribuyente que se le realiza esta visita ya
se le practicó la revisión con anterioridad, y en la primera ocasión se le sancionó por la misma infracción que
se le sorprendió flagrante en esta segunda revisión, será considerado como reincidente y la autoridad podrá
imponer en esta última visita la multa máxima o clausurar por más de tres días o, si así lo considera el
visitador, podrá fincar la multa mínima y al mismo tiempo la sanción consistente en la clausura preventiva del
establecimiento por un plazo de tres días. Aparte existen casos que hay que considerar y que no constituyen
reincidencia, por ejemplo cuando el contribuyente es visitado por primera vez y se le impone multa por no
expedir comprobantes fiscales y al practicarse la segunda visita resulta que sí los expide pero carecen de algún
requisito, en este caso se sancionara ambas con multa mínima o clausura por tres días, y no se considera
reincidente en la segunda ocasión, en virtud de que se trata de conductas o actos distintos. La reincidencia
sobre esta infracción se observa en el artículo 84, fracción VI, del Código Fiscal de la Federación y en su
tenor dice “...en caso de reincidencia, la sanción consistirá en clausura preventiva del establecimiento del
contribuyente por un plazo de 3 a 15 días” ; cabe reiterar que ésta sólo encuadra cuando por dos o más veces
que no se expidan comprobantes, sin los requisitos fiscales, o simplemente cuando la misma conducta
sancionada de que se trate se repita más de una vez; en caso de conductas repetitivas, se duplicarán los días de
clausura, así como los montos de las multas hasta los máximos establecidos en el ordenamiento fiscal
correspondiente.
La Clausura Preventiva resulta la más perjudicial para los del régimen en estudio, toda vez que aquí
no se trata de un desembolso económico como en el caso de la multa, sino de un perjuicio económico, es
decir, lo que deja de ganar el sancionado durante los días que se cierra el negocio.
3.2. Los medios de defensa y el amparo indirecto contra la clausura
preventiva
Dentro de la visita de expedición de comprobantes existen diversos actos que son susceptibles de impugnar,
entre ellos se encuentran las sanciones por infringir las disposiciones fiscales, como lo son la multa y la
clausura preventiva del establecimiento o negociación, es importante señalar que existen otros actos de la
propia revisión de expedición de comprobantes que afectan la esfera jurídica del pequeño contribuyente y que
son defendibles a través de otros medios legales, estos por lo general son totalmente desconocidos para los
contribuyentes, por tal motivo se explican brevemente con el objetivo de brindar información al contribuyente
en cuestión.
Los medios de defensa son instrumentos que la ley establece para proteger a los contribuyentes
afectados por la violación de los derechos que les otorgan las leyes fiscales, cuando no se cumplen las reglas
de Expedición de Comprobantes, o no aplicación de las disposiciones fiscales, así como por las posibles
arbitrariedades de los visitadores, estos se consideran como un medio de control sobre los actos de autoridad;
por lo tanto, a través de los mismos, las Resoluciones Administrativas o Actos de Autoridad son revisados por
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Comentario [FXLM1]: Ver
párrafo siguiente.
las distintas instancias para que se realicen conforme a la ley. Los medios de defensa en materia fiscal son: El
Recurso de Revocación, El Juicio de Nulidad, La Revisión Administrativa y el Amparo.
3.2.1. El Recurso de Revocación
Este es un medio de defensa legalmente establecido para impugnar los actos y resoluciones dictadas por la
autoridad en perjuicio del contribuyente, su interposición es optativa antes de acudir al Tribunal Federal de
Justicia Fiscal y Administrativa de la Federación, su marco jurídico se encuentra en el título V, capítulo I,
sección I, artículo 116 del Código Fiscal de la Federación, vigente para el 2003.
El escrito de interposición del recurso de revocación debe presentarse ante la autoridad competente en razón
del domicilio del contribuyente o ante quien emitió o ejecutó el acto impugnado dentro de los 45 días
siguientes para aquél en que haya surtido efectos su notificación.
El recurso de revocación podrá presentarse en la oficina de la Administración Local Jurídica más cercana al
domicilio del contribuyente. Si el recurrente tiene su domicilio fiscal fuera de la población en que radique la
autoridad competente o la que emitió o ejecutó el acto o resolución impugnado podrá enviarlo por correo
certificado con acuse de recibo.
Los requisitos que debe satisfacer el documento en que se interpone el Recurso de Revocación son: Los
documentos que acrediten la personalidad cuando se actúe a nombre de otro o de personas morales; el
documento en que conste el acto impugnado, la constancia de notificación del acto o resolución impugnada,
excepto cuando el particular declare bajo protesta de decir la verdad de que no recibió constancia, o cuando la
notificación se haya practicado por correo certificado con acuse de recibo o se trate de negativa ficta, si la
notificación fue por edictos, el particular deberá señalar la fecha de la última publicación y el órgano en que
ésta se hizo; las pruebas documentales que ofrezca y el dictamen pericial, en su caso, si las pruebas no se
encuentran en poder del contribuyente y no las hubiere podido obtener a tiempo a pesar de tratarse de
documentos que legalmente se encuentran a su disposición, deberá indicar el archivo o lugar en que se
localizan para que la autoridad requiera su remisión cuando ésta sea legalmente posible.
Se pueden ofrecer toda clase de pruebas, con excepción de la prueba testimonial y la de confesión de las
autoridades mediante absolución de posiciones, las pruebas supervinientes se admitirán siempre que no se
haya dictado resolución en el recurso.
La autoridad deberá dictar resolución y notificarla en un término que no exceda de tres meses a partir de la
fecha de interposición del recurso, el silencio de la autoridad significará que se ha confirmado el acto
impugnado.
Los efectos que surgen de la resolución que pone fin al recurso de revocación son los siguientes: desecharlo
por improcedente, tenerlo por no interpuesto, sobreseerlo, en su caso confirmar el acto o resolución
impugnado, ordenar reponer el procedimiento administrativo, dejar sin efectos el acto o resolución
impugnado, modificar el acto o resolución impugnado, o dictar uno nuevo que lo sustituya cuando el recurso
sea total o parcialmente resuelto a favor del recurrente. Si la resolución ordena realizar un determinado acto o
iniciar la reposición del procedimiento, deberá cumplirse en un plazo de cuatro meses aun cuando hayan
transcurrido los plazos de 18 meses para concluir la visita domiciliaria o revisión de gabinete y cinco años
para que se compute la caducidad de las facultades de la autoridad.
3.2.2. El Juicio de Nulidad
Es el medio de defensa previsto por ley, a través del cual el particular puede solicitarle al Tribunal Federal de
Justicia Fiscal y Administrativa de la Federación (en el caso de particulares que tengan su domicilio fiscal en
esta ciudad de Hermosillo, podrán ocurrir ante la Sala Regional del Noroeste II del Tribunal Federal de
Justicia Fiscal y Administrativa de la Federación, cuya sede se encuentra en Cd. Obregón) revise la legalidad
del acto administrativo que considera le afecta, su marco jurídico se encuentra en el título VI, capítulo I,
artículo 197 del Código Fiscal de la Federación, vigente para el 2003. El plazo para promover el juicio de
nulidad es de 45 días a partir del día hábil siguiente a aquél en que surta efectos la notificación de la
resolución impugnada.
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Se tiene que presentar personalmente la demanda en las instalaciones de la Sala Regional, pero si el particular
tiene su domicilio fiscal fuera de la sede de la Sala Regional, podrá enviarla por correo certificado con acuse
de recibo. Para este caso, la fecha de presentación de la demanda la va a determinar la fecha del sello que le
imponga la Oficina de Correos.
No es posible promover el juicio de nulidad si está pendiente que se resuelva un recurso de revocación hecho
valer en contra del mismo acto de autoridad que se pretende impugnar, ya que el particular desconoce el
sentido en que habrá de resolverse el recurso y quizás logre su objetivo una vez que se resuelva éste.
La autoridad administrativa podrá demandar al particular en el juicio de nulidad, ya que en el caso de que
hubiese emitido una resolución cuyo efecto no sea el deseado, podrá promover el juicio de lesividad dentro de
los cinco años siguientes a la fecha en que se emitió la resolución.
Las pruebas que se pueden ofrecer en el juicio de nulidad son: todas las que considere oportunas el
contribuyente para demostrar que el acto de autoridad es ilegal, con excepción de la prueba confesional a
cargo de las autoridades mediante absolución de posiciones y la petición de informes. Si el informe que se
ofrece se limita a hacer constar los hechos que constan en los documentos o expedientes que tienen las
autoridades, sí se podrá ofrecer como prueba.
Los sentidos en que se puede resolver un juicio de nulidad son los siguientes: reconociendo la validez de la
resolución impugnada; declarar la nulidad lisa y llana de la resolución impugnada, o declarar la nulidad de la
resolución impugnada para ciertos efectos. De estas tres resoluciones que se pudieran emitir la más
conveniente para el contribuyente resulta ser la nulidad lisa y llana, ya que obtenerla significa que ya no existe
ningún efecto con relación a lo reclamado.
3.2.3. Revisión Administrativa
Este constituye un medio por el cual las autoridades fiscales podrán discrecionalmente revisar las resoluciones
administrativas que no son favorables al contribuyente, emitidas por su subordinado jerárquicamente,
mediante el cual por una sola vez podrán modificarla o revocarla en caso de que se encontraran emitidas en
contravención de las disposiciones fiscales.
Por otra parte representa una opción para el contribuyente, ya que se interpone una vez que se le han vencido
los 45 días del término legal para interponer algún otro medio de defensa, dicha revisión no constituye una
instancia real, su marco legal se encuentra consagrado en el artículo 36 del Código Fiscal de la Federación,
vigente para el 2003. Este recurso debe ser presentado y resuelto, como ya se comentó, por el superior
jerárquico, de la autoridad que emitió la resolución controvertida, en el caso de que la sede del superior de
este último no se encuentre en la localidad del contribuyente, éste se presentará ante la propia autoridad que
emitió la resolución controvertida, misma que está obligada a turnarla a su superior jerárquico para su revisión
.
Los requisitos del documento mediante el cual se interpone la Revisión Administrativa son: constar por
escrito; nombre, la denominación o razón social, el domicilio fiscal, clave de Registro Federal de
Contribuyente; señalar a la autoridad a la que se dirige y el propósito de la promoción; en su caso, el
domicilio para oír y recibir notificaciones y el nombre de la persona autorizada para recibirlas.
Se admiten como pruebas todas las que el contribuyente pueda aportar, con excepción de la prueba
testimonial y la de confesión de las autoridades. Los sentidos en los que se puede resolver, como ya se señaló,
puede modificar o revocar la resolución controvertida, o bien se puede declarar improcedente, es decir
confirmar la resolución anteriormente emitida.
3.2.4. El Amparo
La finalidad del Juicio de amparo es proteger los derechos constitucionales que han sido violados por las leyes
o por actos de las autoridades. La concesión del amparo obliga a las autoridades a restablecer las cosas al
estado que tenían antes de la violación. Este es un procedimiento que impide que las autoridades violen los
derechos constitucionales de los gobernados. Se conoce como la última instancia donde pueden acogerse los
particulares.
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Cuando el contribuyente sea afectado por un acto de autoridad, del que esta consciente es ilegal, podrá ocurrir
como ya se señalo al Juicio de Garantías, ante el Juzgado de Distrito o ante los Tribunales Colegiados de
Circuito, para lo cual existen dos tipos de Amparos Directo e Indirecto. El Amparo Directo se promueve ante
el Tribunal Colegiado de Circuito, por conducto de la autoridad que emitió la resolución que se controvierte,
contra sentencias definitivas, laudos o resoluciones que ponen fin al juicio; este se promueve dentro de los 15
días contados a partir del día siguiente al que surte efectos la notificación del acto que se reclamará en esta
vía. Su marco legal se encuentra consagrado en la propia Ley de Amparo.
Los requisitos en la presentación del documento del amparo son: nombre y domicilio del quejoso y de quien
promueva en su nombre, nombre y domicilio del tercero perjudicado, autoridad o autoridades responsables, la
sentencia definitiva, laudo o resolución que puso fin al juicio del que se reclama, así como la fecha de
notificación de estos, o en su caso, la fecha en que haya tenido conocimiento el quejoso, los preceptos legales
relativos a la violación que se reclama, la ley que en concepto del quejoso se haya aplicado inexactamente o
que se dejó de aplicar.
En el juicio de amparo se consideran aquellas pruebas que justifiquen la existencia del acto reclamado,
admitiendose toda clase de pruebas excepto la de posiciones y las que vayan contra la moral, así mismo el
sentido de la sentencia puede ser: se otorga al quejoso el amparo o se niega el amparo, en algunos casos
cuando se trata de varios actos reclamados se otorga para algunos actos y se niega para otros. Cuando el
amparo se otorga, tiene como objetivo restituir al agraviado el goce de la garantía que se le violó, regresando
las cosas al estado en que se encontraban, o bien, se le pague al quejoso el agravio sufrido. Cundo se niega el
amparo esto quiere decir que se está confirmando que es correcta la aplicación de la ley que el quejoso cree
que se le ha violado.
Los Amparos Indirectos son aquellos que se inician ante un juez de distrito, pero que pueden llegar al
conocimiento de quien en definitiva y por jerarquía debe dar la última palabra, estos pueden ser la Suprema
Corte de Justicia de la Nación o los Tribunales Colegiados, este amparo es opuesto al Amparo Directo, y es el
medio de defensa a través del cual es posible atacar la Clausura Preventiva. En los siguientes puntos se
examinarán a detalle los aspectos más importantes del Amparo Indirecto.
A.- Procedencia del Amparo Indirecto: Los actos contra los que procede el Amparo Indirecto se pueden
encontrar en la Ley de Amparo, artículo 114, vigente para el 2003, y se resume que son: contra leyes federales
o locales, tratados internacionales, reglamentos expedidos por el Presidente de la República, contra actos que
no provengan de tribunales, judiciales, administrativos o del trabajo, contra actos de tribunales judiciales,
administrativos o del trabajo ejecutados fuera del juicio o después de concluido, contra actos en el juicio que
tengan sobre las personas o las cosas una ejecución que sea de imposible reparación, contra actos ejecutados
dentro o fuera de juicio, que afecten a personas extrañas a él, cuando la ley no establezca a favor del afectado
algún recurso ordinario medio de defensa; contra leyes o actos de la autoridad federal o de los estados. La
procedencia de estos juicios indirectos tiene su fundamento legal en el artículo 114 de la ley de Amparo
vigente en el 2003, siendo la fracción II la que nos interesa para efectos de este trabajo, la cual señala lo
siguiente:
“II. Contra actos que no provengan de tribunales judiciales, administrativos o del
trabajo.
En estos casos, cuando el acto reclamado emane de un procedimiento seguido en forma
de juicio, el amparo sólo podrá promoverse contra la resolución definitiva por
violaciones cometidas en la misma resolución o durante el procedimiento, si por virtud
de estas últimas hubiere quedado sin defensa el quejoso o privado de los derechos que la
ley de la materia le conceda, a no ser que el amparo sea promovido por persona extraña
a la controversia...”
Esta fracción permite entablar el amparo indirecto contra los actos de las autoridades, tales incluyen la
Clausura Preventiva, la cual no es un acto de los que prohibe esta fracción, ya que no tienen su origen en
ningún tipo de tribunal, por otra parte la procedencia del amparo se basa también en la naturaleza formal de
las autoridades de donde provienen los actos reclamados, se refiere propiamente a las autoridades
administrativas es decir, a las que sin funcionar como tribunales administrativos pertenecen o forman parte
del Poder Ejecutivo Federal en este caso.
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En la clausura preventiva la interposición de amparo tiene por objeto conseguir que no se lleve acabo la
misma o suspenderla una vez realizado el acto, para de esta manera evitar el perjuicio económico y de
mercado que el contribuyente pudiera sufrir. Hay ocasiones en las que se busca el amparo contra los actos
que se susciten dentro del ejercicio de la visita de expedición de comprobantes, tales promociones en la
mayoría de los casos no prosperan en virtud de que se interponen en contra de actos que todavía no se
conocen, toda vez que no son ejecutados en el momento del inicio de la visita, sino al finalizar la misma, que
es cuando se da a conocer la sanción que se impondrá, y el amparo se promueve justo en el inicio, tales
situaciones se dan ya que los actos reclamados son futuros inciertos contra los cuales no es posible conseguir
el amparo.
Por otra parte, como ya se señaló en el párrafo anterior, existen dos perjuicios los que se trata de evitar
con el amparo, el primero de ellos es lo que se deja de ganar con la clausura, este acto se puede clasificar
como de posible reparación a través del pago pecuniario que la autoridad deberá hacer al afectado, el pago
debe ser tramitado una vez que se logro favorable al contribuyente el amparo, y no se consigue en unos
cuantos días, ya que lleva tiempo el trámite de resarcimiento económico ante la autoridad. Otro tipo de
perjuicio es la pérdida de mercado por el desprestigio que se sufre con el cierre del negocio, tales actos son
los llamados de “imposible reparación”, jurídicamente estos no tiene una solución alternativa para el
agraviado, por lo que el reclamo de la situación resulta de gran presión al juzgador, sobre esto señala en su
libro Juicio de Amparo el profesor Barragán Espinoza Manuel B., (2000, Pág. 127) lo siguiente:
“...Los actos de “imposible reparación” son exclusivamente los que producen una
situación, material o de derecho, que lesionan el interés de una de las partes en el juicio
y que perdurará cualquiera que pudiera ser el sentido de la sentencia definitiva que se
dicte en el mismo, al no poder ocuparse ésta de tal situación.”
Con relación a esta cita se observa que en la opinión del maestro la sentencia no puede ocuparse del
asunto por la imposible de reparación, aun así es prudente enunciar que el pago o la exigencia del
resarcimiento económico, de una u otra forma repara el daño que hubiese podido causar el acto reclamado, el
problema está en que el pago pecuniario no es inmediato y causa molestias al promovente. Aún así es
beneficiosa la exigencia del pago pecuniario por el daño sufrido y los actos de molestia de la autoridad
administrativa.
B.- Contenido de la demanda en el amparo indirecto: La demanda de amparo constituye un acto del proceso
judicial donde el agraviado ejercita la acción constitucional. En el cuerpo de ésta el contribuyente que lo
promueve precisa el objetivo que hace valer; por ello es de suma importancia que el planteamiento del agravio
sea exacto y correcto describiendo en detalle la violación reclamada ya que en todo proceso los términos en
que se elabora la demanda influye en la sentencia que debe pronunciarse en el juicio respectivo, en materia de
amparo tal circunstancia es más determinante. Así mismo existen aspectos que los juzgadores de amparo
deberán corregir, y estos son los errores que advierten en la cita de los preceptos constitucionales y legales
que se estiman violados, a fin de resolver el problema planteado pero sin cambiar los hechos expuestos en la
demanda.
Los requisitos que debe contener la demanda se esgrimen en el artículo 116 de la propia Ley de
Amparo, vigente para el 2003, son: el nombre y domicilio del quejoso, así también de quien promueve a su
nombre, el nombre y domicilio del tercero perjudicado, la autoridad o autoridades responsables, la ley o acto
que de cada autoridad se reclama, los preceptos constitucionales que contengan las garantías que se
consideren violadas, así como la firma del quejoso. Estos requisitos son básicos en la presentación del
amparo indirecto, y la falta de alguno de ellos podría producir la improcedencia del mismo.
El nombre y domicilio, es un requisito que tiene por objeto identificar plenamente al quejoso, el
primero debe ser completo, en caso de ser persona moral se debe de plasmar el que contenga la escritura
constitutiva; el segundo de ellos tiene por objeto que los acuerdos que se emitan tengan un destino exacto y
lleguen a su destinatario. El nombre y domicilio del tercero perjudicado tiene la misma intención que los
datos del quejoso.
En cuanto a la autoridad a que se reclama el acto, es importante señalar cuidadosamente a todas las
instancias que tengan relación con ésta, ya que a la falta de señalamiento de alguna autoridad no es
procedente analizar la constitucionalidad de un acto de autoridad que no fue señalado en juicio, por otra
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parte, se asume que el juzgador tiene la obligación de localizar a la autoridad responsable, ya que la ley de
amparo no contempla que se establezca el domicilio de ésta en la demanda.
La ley o acto que se reclama es una de las partes mas importantes, toda vez que de esta depende que
se otorgue o no el amparo, ya que como se mencionó ésta deberá ser precisa y exacta, sin dejar lugar a duda
del acto que causa el perjuicio, esta exigencia tiene por objeto determinar con claridad la materia sobre la que
versa el juicio y la respectiva sentencia. Y sobre todo los preceptos violados deben estar bien establecidos ya
que la falta de uno podría dar margen a la falta de fundamentación. La firma es otro requisito que no debe
faltar ya que esta establece el manifiesto del quejoso de accionar a los órganos jurisdiccionales, de lo
contrario, se considera que no hay manifiesto.
La demanda debe ser por escrito y excepcionalmente puede hacerse por comparecencia y a un por
telégrafo, estos últimos casos cuando exista peligro de la privación de la vida, debe presentarse ante el juez
de distrito que se considere competente y con una copia de la misma para cada autoridad que se haya
señalado como responsable y dos más para el incidente de suspensión. En ciertas ocasiones se podrá, ampliar
o modificar la demanda, en tanto no exista contestación de la parte demandada mediante informe previo.
Existe también la posibilidad de que la demanda sea desechada por improcedente y de esto debe
tener mucho cuidado el interesado sobre todo al redactarla, o en su caso debe leerla y revisar si no contiene
algún elemento de improcedencia antes de presentarla al juzgado, como lo son: que la demanda se interponga
contra actos de la Suprema Corte de Justicia, contra resoluciones dictadas en otro juicio de amparo, contra
declaraciones de organismos facultados en materia electoral, el desechamiento ocurre por estas causas antes
de ser admitida, en caso de que los elementos para desecharla fueran ambiguos, u obscuros, esta es admitida,
y si las causales fueran claras una vez de que se estudió el caso, procede el sobreseimiento que es parecido al
desechamiento, pero este se da después de admitida la demanda.
C.- Las pruebas en el Amparo Indirecto: En el Juicio de Amparo Indirecto al igual que en el Directo es
admisible toda clase de pruebas excepto las de posiciones y las que fueran contrarias a la moral o el derecho
esta disposición se encuentra en la Ley de Amparo, artículo 150, vigente para el 2003; con relación a la
prueba de posiciones esta es una especie de la prueba confesional y en la jerga legal se conoce como
confesión provocada, por lo que se deduce que el legislador no permite la confesión que se obtenga, a través
de la aplicación de una serie de preguntas, y esto se debe a una cuestión que en derecho se llama economía
procesal, esto quiere decir que por ahorro del tiempo que demora la obtención de esta prueba no es admisible,
por otra parte el libro titulado Juicio de Amparo, del maestro Espinoza Barragan Manuel B., (1999, pág. 142),
señala al respecto:
“ ...es de reconocer la imposibilidad de que cualquier autoridad recuerde con precisión y
detalle, todas las circunstancias vinculadas con los multiples asuntos que le corresponde
conocer de acuerdo con su competencia legal, por ello la inconveniencia de la admisión y
el desahogo de este medio de prueba...”
Este párrafo nos brinda otra opinión con relación al porqué no es permisible la prueba de posición y es
totalmente una verdad práctica lo que el profesor explica en la anterior cita, ya que es imposible pedir a la
autoridad que rinda una declaración en la que recuerde cada instante del acto, cuando no es el único acto que
debió ejecutar, así mismo entra en juego otro principio de derecho que indica que nadie está obligado a lo
imposible. En relación a la prohibida prueba que atente la moral se trata de proteger las costumbres o lo que
en una sociedad determinada es admisible o reprobable, tal facultad de admitir o razonar sobre si una prueba
tiene este carácter la tiene el juez de distrito y es discrecional, claro está que es de suponer que éste sabe qué
se entiende por placer, pudor, malas pasiones en el medio en el que ejerce sus facultades, para poder rechazar
una prueba.
En cuanto a las pruebas que son contra el derecho, al prohibirlas, el legislador pensó en salvaguardar la
integridad de las disposiciones y su entero cumplimiento, dichas pruebas en la práctica no existen, ya que no
existe ningún precepto que de forma concreta determine cuáles son éstas. Por todo lo anterior y por el
principio de exclusión, tenemos que son admisibles dentro del Amparo Indirecto las siguientes pruebas:
documental, la pericial, inspección ocular o judicial, testimonial, fotografías, escritos, notas taquigráficas y,
en general, todas las pruebas que la ciencia pudiera aportar como tal, además de la presuncional.
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La documental es la prueba idónea cuando se promueve el amparo en contra de la clausura, en estos
casos se presentan como medio de prueba, el oficio que contiene la orden de visita de expedición de
comprobantes, y el acta de inicio de dicho procedimiento, toda vez que en esta se hace constar las
irregularidades, y sobre todo es en donde el contribuyente encuentra los errores formales de procedimiento
del visitador; así mismo, sirve como prueba la fotográfica, ya que una vez clausurado se pueden presentar
fotos de los sellos puestos en las puertas del establecimiento. Es común que cuando se establecen operativos
para revisar los comprobantes fiscales, la autoridad pase por alto la multa, e imponga la clausura, por tal
razón en el amparo es posible alegar el estado de indefensión al no explicar en el acta el porqué de la sanción,
o lo que se conoce como falta de motivación, en estos casos el alegato va encaminado a la omisión de tal
circunstancia que se puede observar en la prueba documental que constituye el acta de inicio, esta idea
sugiere que en las documentales no sólo se observen excesos, sino omisiones del visitador.
Uno de los aspectos que se debe cuidar al ofrecer las documentales como pruebas, es guardar en
perfecto estado los oficios y actas que la autoridad deja al visitado, ya que de lo contrario podría prestarse a
que se objetara de falsas las pruebas presentadas, o de ser alterados por el contribuyente, lo que a su vez
dilataría la emisión de la sentencia y sobre todo la ejecución de la misma.
D.- La Audiencia Incidental y Constitucional en el Amparo Indirecto: Las Audiencias en el Juicio de Amparo
resultan ser las etapas procesales más importantes del mismo, en virtud de que en la Audiencia Incidental se
resuelve sobre la negación o concesión de la Suspensión Provisional, y en la Audiencia Constitucional se
resuelve el amparo.
a) Audiencia Incidental: aún cuando la sentencia de amparo es importante lo es más la suspensión provisional
en el caso que nos ocupa, ya que esta figura permite que el juez en unas cuantas horas ordene a la autoridad
que realizó el acto reclamado deje las cosas como estaban antes de la ejecución del mismo, lo que a su vez
permite que la clausura sea levantada hasta la emisión de la sentencia. Existen dos formas de obtener la
Suspensión Provisional, la primera es de oficio, lo que significa que el juez sin necesidad de que se le solicite
la emita, pero esta situación se da sólo cuando se trata de actos que pongan en peligro la privación de la
libertad, exista peligro de perder la vida, o cuando se trate de actos de imposible reparación; la otra forma de
obtenerla es a petición de parte la cual se consagra en la Ley de Amparo, artículo 124, vigente para el 2003 la
cual señala:
“Artículo 124. Fuera de los casos a que se refiere el artículo anterior, la suspensión se
decretará cuando concurran los requisitos siguientes:
I. Que lo solicite el agraviado.
II. Que no se siga perjuicio al interés social, ni se contravengan disposiciones de orden
público...
III. Que sean de dificil reparación los daños y perjucios que se causen al agraviado con
la ejecución del acto.”
En el caso de la clausura se cumplen los tres requisitos antes planteados, el primero de estos se da
cuando se solicita en el escrito de amparo; el segundo es evidente desde el momento en que no causa ningún
perjuicio a la sociedad sino que produce molestias a los clientes que acuden al establecimiento cerrado; y el
tercero sugiere la idea de que es de difícil reparación desde el momento que las operaciones de compra-venta
del contribuyente no se celebra, y además la clausura le produce desprestigio.
El juez debe resolver si concede o no la suspensión al admitir la demanda, dicha concesión o
negación se plasma en el acuerdo mediante el cual se admite la propia demanda lo cual sucede en la llamada
Audiencia Incidental, en esta etapa se valoran pruebas, se observan alegatos, y se estudian si existen
elementos de improcedencia. Los actos antes señalados ocurren en unas cuantas horas por lo que el efecto de
la suspensión es lo que sirve para evitar la clausura.
b) Audiencia Constitucional: esta es la última etapa en los procedimientos del amparo, y en ella se realizan
diversos actos que son cruciales para la emisión de la sentencia a favor del contribuyente, así mismo en esta
etapa se emite la sentencia correspondiente. Los actos que se desarrollan son: la recepción de pruebas,
rendición de alegatos, en su caso pedimento del Ministerio Público, y la emisión de la sentencia.
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La recepción de pruebas está constituida por el ofrecimiento de las mismas, en esta parte se presentan ante el
juez todos los medio probatorios que se tengan a la mano, posteriormente se admiten y rechazan aquellas que
considera improcedentes, y seguidamente se desahogan dando la valoración correspondientes a las mismas.
Otro acto que se observa dentro de la audiencia son los alegatos, estos se hacen por escrito y
excepcionalmente de manera verbal, en esta parte se hacen los razonamiento lógicos necesarios aduciendo a
los fundamentos legales que se invocaron, tratando de inducir al juez de que lo que la parte contraria alega no
es verdad y que toda prueba presentada por éste carece de validez. Una vez que se concluye la etapa
teóricamente se procede a la emisión de la sentencia, lo cual no sucede en la especie, ya que en la práctica la
audiencia no se lleva a cabo ante el juez sino ante el secretario de acuerdos, y una vez asentado lo
concerniente a los alegatos se procede a la firma el acta o diligencia, quedando pendiente la emisión de la
sentencia, la cual se emite en días posteriores o en meses si existe complejidad en el acto reclamado.
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