murcia y su historia

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El emir Abderramán II, deseoso de eliminar los conflictos
entre yemeníes y muladíes establecidos en la llamada Cora de
Tudmir, fundó Murcia el año 825. Poco después, se convertía
en capital de sucesivos reinos de taifas, tras la caída del califato de Córdoba. Entre los personajes más importantes de esta
etapa, destacan Ibn Mardanis, conocido como el Rey Lobo. Durante su reinado se construyeron el palacio y castillo de Monteagudo, y la muralla defensiva de Murcia, que permaneció hasta
el siglo XIX. Pero el más destacado protagonista internacional
de la Murcia árabe fue Ibn Arabí, uno de los grandes impulsores
del misticismo islámico.
MURCIA
Y SU HISTORIA
D
urante la Edad del Bronce los alrededores de la
Murcia actual estaban habitados, como demuestran los hallazgos en Verdolay, Beniaján o Monteagudo.
El Cabecico del Tesoro prueba que también existió un
importante poblado. En la dominación romana, la huerta se consolidó como asentamiento y zona de cultivos.
El Martyrium, en La Alberca, del siglo IV, y los restos de
la Basílica de Algezares, del siglo VI, son monumentos
que evidencian la presencia cristiana.
Castillete. Monteagudo
Los jardines de la Seda y el Salitre, la conversión
en museo hidráulico de los Molinos del Río, la
construcción de las pasarelas sobre el Segura, de
Santiago Calatrava y Javier Manterola; el edificio
anexo al Ayuntamiento, de Rafael Moneo; el Auditorio y Centro de Congresos, de José María García
de Paredes…, son obras significativas de finales del
siglo XX y principios del XXI, y testimonios vivos de
la categoría que Murcia se reconoce y ofrece, como
ciudad acogedora, tradicional y moderna.
Alfonso X, quien entró el día primero de mayo de 1243 en
Murcia, la sometió al vasallaje de Castilla, y la designó capital del reino. La seducción que la ciudad provocó en el rey
Sabio fue tan profunda, que expuso en su testamento su deseo de ser enterrado en ella. En una urna de la Catedral se
conservan su corazón y sus entrañas. El poderío de la ciudad
siguió durante el siglo XIV con tal ímpetu que se levantó la
parte más antigua del conjunto arquitectónico de la Catedral. Por el papel que Murcia desempeñó, para sofocar la
rebelión morisca de Granada, Felipe II le concedió el título
de ‘Muy noble y muy leal’.
DEPÓSITO LEGAL: MU-641-2013
Catedral
Oficina de Información Turística
Plaza Cardenal Belluga. Edificio Ayuntamiento.
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Tel.: 968 358 749 • Fax: 968 358 748
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de altura- y la fachada, obra maestra del barroco, original de
Jaime Bort. También afloran edificios preponderantes como
los palacios de Fontes y de Vinader, entre otros, las plazas de
Belluga y de Camachos, la Glorieta… Murcia alcanza un alto
significado urbanístico en el cogollo de la ciudad.
Pese a los cambios políticos y contiendas del siglo XIX, la
ciudad continuó su transformación, especialmente cultural.
Surge la Universidad Literaria, se realiza el Jardín de Floridablanca y se levantan el Teatro Romea, inaugurado en 1862,
por Isabel II, y también surge el Casino, noble edificio de variados estilos y espléndidos espacios. Comienza a funcionar
Palacio Episcopal
El Prendimiento. Francisco Salzillo
A lo largo del XVIII, Murcia penetra en una etapa de máximo
esplendor, que los eruditos definen como ‘Siglo de Oro’. Con
una importante expansión económica, la ciudad alcanza los
70.000 habitantes. Entre los nacidos entonces, el gran escultor Francisco Salzillo y José Moñino, Conde de Floridablanca,
ministro de Carlos III, figuras que se completan con la llegada
del obispo Luis Belluga, personaje clave para el sostenimiento de la influencia murciana.
En este siglo se levantaron obras civiles, tan importante
como el Puente Viejo y el Canal del Reguerón, y religiosas,
como los templos de Santa Eulalia, San Nicolás, San Juan
Bautista, San Juan de Dios y La Merced; los conventos de los
Jerónimos, las Anas y las Agustinas y el Palacio Episcopal. Y,
sobre todo, concluyeron, tras doscientos años de inactividad,
las obras de la torre de la Catedral -con sus noventa metros
Murcia
A
principios del siglo XVII Murcia mantuvo su
esplendor, pese a la crisis que azotaba a España. Por eso se acometieron importantes obras
y se levantó un edificio monumental como el
Contraste, hoy desaparecido, uno de los símbolos
que demostraban la importancia del cultivo de la
seda. Pero, el 14 de octubre de 1651, sufrió una
de sus mayores desgracias: la riada de San Calixto, que provocó más de mil muertos y destrozos
sin límite en la huerta y en la ciudad. Pese a todo,
también se recuerdan de aquel siglo a personajes
de talla internacional, como el diplomático Diego
de Saavedra Fajardo(1584-1648) y el humanista y
escritor Francisco Cascales (1563-1642).
Puente de los Peligros
el ferrocarril y se inicia el Puente Nuevo. Pero otra riada -la
de Santa Teresa, del 15 de octubre de 1879, que ocasionó
más de ochocientos muertos- sembró de pánico la ciudad y
la huerta.
Puesta en marcha de la Universidad, en 1914, Conservatorio, Escuela de Comercio, monumento a Fernández Caballero, construcción de la nueva cárcel… son hitos trascendentes
o entrañables en la historia de la ciudad, en años precedentes a la guerra civil. La apertura de la Gran Vía y del Paseo
de Alfonso X, y la extensión por las barriadas de Vistabella
y Santa María de Gracia suponen, a mediados de siglo, mayor visión a la modernidad, que se acentúa imparablemente,
tras la llegada de la democracia.
Teatro de Romea
Casino de Murcia
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