EXH-PN-11-11 mara de la Segunda Sección de Occidente: Sonsonate, a las diez horas y treinta minutos del trece de abril de dos mil once. El presente Hábeas Corpus ha sido promovido por la señora Claudia Yamileth Hernández Hernández a favor del ciudadano WALTER ARMANDO HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, procesado en el Juzgado Especializado de Sentencia de la ciudad de Santa Ana, por el delito de HOMICIDIO AGRAVADO en perjuicio del derecho a la vida de DANIA DEL CARMEN MAGAÑA BOLAÑOS. La solicitante en el escrito presentado en síntesis manifestó: Que a las dieciocho horas del dieciocho de marzo del año dos mil nueve, su hermano fue detenido bajo los parámetros de la flagrancia en compañía de tres personas más, por la supuesta comisión del injusto penal calificado provisoriamente como Homicidio Agravado en perjuicio de Dania del Carmen Magaña Bolaños, el cual desde su inicio se tramitó ante el Juez Especializado de Instrucción del distrito judicial de Santa Ana; y, luego de celebrada la audiencia preliminar, ese funcionario judicial tuvo a bien ordenar el respectivo auto de apertura a juicio mediante el cual admitió el dictamen acusatorio presentado por los agentes fiscales y, por ende, la prueba ofertada en el mismo, confirmando a su vez la medida cautelar de la detención provisional en que se encontraban los imputados; que el Juez Especializado de Sentencia de Santa Ana señaló para la realización de la vista pública las diez horas del día uno de abril del corriente año.- Que con todo lo antes narrado considera que Walter Armando Hernández Hernández se encuentra en una detención ilegal y, por ende, inconstitucional, en virtud que desde el día en que fue privado de su libertad de tránsito, es decir, el día dieciocho de marzo de dos mil nueve a la fecha de presentación del escrito por medio del cual solicita la exhibición personal, han transcurrido más de dos años con cinco días de encontrarse en detención, sin que hasta el momento se le haya resuelto en forma definitiva su situación jurídica, con lo cual se le está violentado el artículo 11 de la Constitución de la República, como también lo prescrito en el artículo 6 inciso 2° y 3° del Código Procesal Penal, que literalmente dice: “…La detención provisional debe guardar la debida proporción a la pena que se espera. En ningún caso puede sobrepasar la pena máxima prevista en la ley, ni exceder el plazo de doce meses para los delitos menos graves o veinticuatro meses para los graves, so pena de incurrir en responsabilidad penal…” y también se violenta lo establecido en el artículo 18 inciso 2° del Código penal, que literalmente dice: “Los delitos pueden ser graves y menos graves. Son delitos graves los sancionados con pena de prisión cuyo límite máximo exceda de tres años y multa cuyo límite máximo exceda de doscientos días multas”; que, por lo relacionado, pide se admita el escrito presentado, se decrete auto de exhibición personal a favor del beneficiado ya relacionado, ya que tiene más de dos años de estar en detención provisional y no se le ha resuelto su situación jurídica en forma definitiva, lo cual conlleva a que no se ha respetado la legalidad del proceso y el cumplimiento de los plazos legales y por ende, la medida cautelar de la detención provisional en que se encuentra, se vuelve ilegal e inconstitucional, y como consecuencia de todo lo anterior se conceda la libertad del beneficiado. Que el Juez Ejecutor MARCELO ENRIQUE ORTIZ ESCOBAR, en el informe rendido a esta Cámara expresa: Que la detención provisional en que se encuentra Walter Armando Hernández Hernández se ha convertido en una detención inconstitucional por violentarse el art. 11 inc. 2° Cn., y los arts. 4 y 38 inc. 1° de la Ley de Procedimientos Constitucionales, así como lo previsto en las leyes secundarias, específicamente en el Código Procesal Penal como lo son los arts. 2 que prevé el principio de legalidad, el 6 por haberse excedido el plazo máximo para la detención provisional, y 297 numeral 3 que regula la cesación de la detención provisional; aunado a ello no existe norma jurídica que la justifique o ampare este exceso en el plazo a la aplicación de esta excepcional medida cautelar de coerción personal, habiendo expirado el plazo máximo de la detención provisional que para el caso en concreto es de veinticuatro meses, por haber sido detenido a las dieciocho horas del dieciocho de marzo del año dos mil nueve; que por tal situación resolvió que se pusiera en libertad al beneficiado Walter Armando Hernández Hernández. Está Cámara, tal como lo prescriben los artículos 71 y siguientes de la Ley de Procedimientos Constitucionales, pidió el expediente de la causa al Tribunal respectivo; y con base en su análisis y en el de las diligencias de exhibición personal, hace las siguientes consideraciones: Que para entrar al análisis de este proceso constitucional debe realizarse una revisión cronológica de lo acontecido en el mismo, a fin de determinar si efectivamente al favorecido se le ha restringido su libertad ambulatoria; al respecto se observa que fue detenido junto a otras tres personas por agentes de la Policía Nacional Civil, el día dieciocho de marzo de dos mil nueve y puesto a la orden del Juez Especializado de Instrucción de la ciudad de Santa Ana, quien en la audiencia de imposición de medidas celebrada a las nueve horas del veinticuatro de ese mismo mes y año, impuso la detención provisional y fijó un plazo de seis meses de instrucción; que la representación fiscal haciendo uso de lo establecido en el art. 313 Pr. Pn., derogado, el veinticinco de septiembre de dos mil nueve presentó el escrito que contenía la acusación correspondiente; por esta situación el aludido funcionario judicial, por resolución de las trece horas con diez minutos de ese mismo día, programó la audiencia preliminar para las diez horas del siete de enero de dos mil diez, la cual no pudo realizarse porque la Sección de Traslado de Reos zona occidental, de la Dirección de Seguridad y Protección Judicial de la Corte Suprema de Justicia, informó que no podía llevarlos ese día, que por tal motivo, por medio de resolución de las nueve horas con treinta minutos del mencionado día siete de enero, dejó sin efecto la audiencia y la programó para las doce horas del uno de julio de dos mil diez; llegado ese día, el Juez de la causa por resolución de las ocho horas con treinta minutos, en vista que tenía diligencias que realizar fuera de la ciudad de Santa Ana, mutó la hora y fecha de la audiencia y la reprogramó para las catorce horas y treinta minutos del catorce de octubre de ese año, la cual nuevamente no pudo realizarse porque la Sección de Traslado de Reos informó que no podría llevar a los imputados, razón por la cual de nuevo se dejó sin efecto la audiencia y se reprogramó para las once horas del diecisiete de febrero de dos mil once; y otra vez no pudo realizarse porque la mencionada Sección de Traslado de Reos no los pudo llevar; por ello se volvió a reprogramar para las doce horas del uno de marzo del presente año; llegado ese día no se pudo celebrar la audiencia porque no se hicieron presentes los fiscales del caso; y por tal situación se volvió a programar para las doce horas del cuatro de marzo, fecha en la cual finalmente se pudo realizar la audiencia preliminar; en la mencionada audiencia el Juez decidió entre otras cosas ordenar la apertura a juicio y ratificar la detención provisional en que se encontraba el beneficiado Walter Armando Hernández Hernández y otras personas más.- Posteriormente fue remitido el proceso correspondiente al Juzgado Especializado de Sentencia de la ciudad de Santa Ana el once de marzo del presente año, el que a su vez, por resolución de las quince horas veinte minutos del quince de marzo del año en curso, señaló para la celebración de la vista pública las diez horas del uno del corriente mes y año, fecha en la cual efectivamente se realizó la misma y en la que se dictó un fallo condenatorio en contra del beneficiado. Que expuesta en detalle la actividad jurisdiccional que guarda relación con la restricción de libertad personal impuesta al favorecido Walter Armando Hernández Hernández, esta Cámara estima que en torno a la vulneración constitucional alegada por la solicitante en el sentido de que su hermano se encuentra en detención ilegal porque ya transcurrieron los veinticuatro meses que prescribe el art. 6 del Código Procesal Penal derogado, es de señalar que las medidas cautelares deben imponerse llenando ciertos requisitos como son los presupuestos denominados Fumus Boni Iuris o apariencia de buen derecho y el Periculum In Mora o peligro de fuga; el primero referido a la existencia de un hecho tipificado como delito y a la probable participación en él de una persona determinada, basada dicha hipótesis en indicios, objetiva y racionalmente fundados; y, el segundo, al peligro de fuga, ocultación de pruebas u obstrucción de la investigación. Así, la decisión que limita, de una u otra forma, un derecho de cualquier naturaleza y, sobre todo, la libertad de un imputado, debe adoptarse mediante resolución motivada en la que se ponga de manifiesto, al amparo de los presupuestos ya relacionados, un juicio de proporcionalidad que haga palpable la idoneidad y necesidad de la medida adoptada respecto de la finalidad perseguida, y con la debida ponderación entre los intereses o derechos en conflicto, por un lado, los derechos de la persona cuya inocencia se presume y, por otro, la realización de la administración de justicia penal y la protección a la ciudadanía. Lo anterior deriva de que, al constituir la detención provisional una medida cautelar restrictiva de un derecho de tanta envergadura –como es la libertad personal-, sin que medie sentencia condenatoria en contra del afectado, aquella ha de prolongarse el menor tiempo posible, por lo que la situación jurídica del detenido debe definirse con la celeridad posible y dentro de los plazos previstos por ley; ello con el objeto de evitar vulnerar, entre otros derechos fundamentales, la seguridad jurídica y el derecho de libertad física. Por otra parte, se debe tener en cuenta que no toda prórroga en la tramitación de un proceso genera afectaciones con trascendencia constitucional; éstas afectaciones se dan cuando el plazo de la detención no es razonable o se prorroga, más allá de los legalmente previsto, por causas no justificadas atribuibles a la responsabilidad del tribunal; que, para calificar el concepto de plazo razonable o dilación indebida, se deben tener en consideración los siguientes elementos: a) la complejidad del asunto, ya sea la complejidad fáctica del litigio, es decir, la necesidad de realizar distintas pruebas; y la jurídica o las propias deficiencias técnicas del ordenamiento; b) el comportamiento del recurrente, puesto que no merece el carácter de indebida una dilación que haya sido provocada por el propio litigante; y c) la actitud del juez o tribunal, referida a si las dilaciones en el proceso obedecen a la inactividad del Órgano Judicial, que sin causa de justificación, dejó transcurrir el tiempo sin emitir la decisión correspondiente para conceder la satisfacción real y práctica de las pretensiones de las partes –v. gr. Sentencia HC 39-2008 del 25/03/2010. La evaluación de tales circunstancias tiene a su base la consideración de que constitucionalmente no puede sostenerse la existencia de un derecho al cumplimiento de los plazos establecidos por el legislador, pues lo que existe es un derecho a ser juzgado dentro de un plazo razonable; entender lo contrario, implicaría elevar las dimensiones temporales establecidas en las normas procesales a categoría constitucional, situación que bajo ninguna óptica sería aceptable. Por tanto, no basta la existencia de una dilación en el cumplimiento de los plazos procesales, sino que ésta debe tener la característica de carecer de una causa que la justifique, siendo la casuística la que determina frente a excesos en los plazos procesales, la existencia o no de violaciones constitucionales. Por todo lo anterior, para determinar si ha existido en el presente caso una dilación indebida que transgrede el derecho de libertad personal del inculpado, debe analizarse si, pese a que la autoridad judicial procedió diligentemente, durante la tramitación de la causa ocurrieron eventos que, sin ser atribuibles al juzgador, impidieron que se diligenciara con la celeridad debida. Que este Tribunal debe reconocer que en el caso de vista han ocurrido algunos hechos que impidieron que la audiencia preliminar se desarrollara en la fecha prevista originalmente, así como una serie de situaciones que de igual manera frustraron que se realizara en las posteriores fechas previstas por el Juzgado Especializado de Instrucción de la ciudad de Santa Ana; y que, por tal razón, al momento de interponer el escrito que contiene la petición de hábeas corpus el Juzgado Especializado de Sentencia de esa comprensión territorial, aún no había celebrado la vista pública para conocer de la acusación contra el favorecido y otros; sin embargo, dichos hechos no resultan atribuibles al Juzgador sino que, de las cinco ocasiones en que se reprogramó la audiencia preliminar, en tres de ellas fue la Sección de Traslado de Reos quien no pudo llevar a los procesados, en la otra oportunidad fue el Juzgador el que tuvo inconvenientes de fuerza mayor; y, finalmente, fueron los agentes fiscales los que no se hicieron presentes a la cita, todo ello evidentemente desencadenó que tal audiencia preliminar se hiciera en una fecha próxima a la finalización del plazo previsto por el legislador en el art. 6 Pr. Pn., derogado, y que, en consecuencia, la audiencia de sentencia se celebrara después de transcurrido el plazo legal para la instrucción y decidir de manera definitiva la situación jurídica del procesado. Finalmente, se debe aclarar que la limitación al derecho de libertad física del señor Hernández Hernández continúa bajo la figura de la detención provisional decretada en su oportunidad por el Juez Especializado de Instrucción de Santa Ana, mientras su situación jurídica no se decida definitivamente, adquiriendo firmeza la sentencia dictada o la que se pronuncie en caso de que interpusiere el recurso que franquea la ley. Por las razones expuestas y con base en lo dispuesto en los artículos 11 inc. 2º, 12 y 247 Inc. 2° Cn., 1, 4, 40, 41, 43, 44, 45, 46, 54, 70 y 71 Pr. Cn., esta Cámara RESUELVE: a) Desestímase el informe del Juez Ejecutor nombrado en el presente caso; b) No ha lugar al Hábeas Corpus solicitado por la señora Claudia Yamileth Hernández Hernández; c) Declárese no haber existido violación constitucional al derecho de libertad física del señor WALTER ARMANDO HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ; en consecuencia, manténgase éste en la situación jurídica en que se encuentra; d) Certifíquese la presente resolución al Juzgado Especializado de Sentencia de la ciudad de Santa Ana, y remítase el original del proceso penal en cuestión y del proceso administrativo, previa obtención de copias fotostáticas de los pasajes pertinentes del mismo; y e) Oportunamente archívese al presente proceso constitucional. HAGASE SABER.PRONUNCIADO POR LOS MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN: FRANCISCO ELISEO ORTIZ RUIZ Y JOSE LUIS REYES HERRERA.-