el viaje nocturno del sol y la nanno de mimnermo

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EL VIAJE NOCTURNO DEL SOL
Y LA NANNO DE MIMNERMO*
1. En el libro XI de Los eruditos en el banquete Ateneo nos ha
dejado un cúmulo de citas fundamentales sobre el tema del viaje del sol,
de su trasiego diurno y de su retorno nocturno al punto de partida, así
como del viaje de Heracles en la copa de Helio por el Océano. Se reúnen
allí', a propósito de la fútil cuestión de los diferentes tipos de vasos o copas conocidos, casi todos los testimonios (los poéticos al menos sí) sobre
las tradiciones conservadas por los griegos acerca del motivo de la «copa
de Helio», su vehículo nocturno. Ateneo menciona (en este orden): los
Heraclea de Pisandro2, la obra del mismo título de Paniasis3, unos
* Citamos por la edición de B. GENTILI
- C. PRATO,Poetae Elegiaci. Testimonia
et Fragmenta. Pars I , Leipzig, Teubner, 1979, fragmento 5. Presentamos a continuación el texto y nuestra traducción:
5
10
5
10
'
'
'HÉhio~pkv yae EAaxni nóvov fipara návra,
o6 OÉ nor' O ~ a v o i yivmai
s
otOepia
'innoiaiv TE xai ah(U, Enfiv ~oOo¿iáxrvAo~'Hws
'Qxeavbv xeohinoüa' o6eavbv ~iaavafin.
rbv pZv yae Oia xüpa rpÉeei nohvtjearo~e6vq
xocihq 'Hrpaimov x ~ e o i vEAqAapÉvq
(IXQOVErp' ÜOwe
x~uokovT L ~ ~ E VUXÓXTEQO~,
TO~,
EÜBOVWáenahÉws ~Weouárp' 'EoxeeiOwv
yaiav ES Ai8iónwv, [va Ofi 9obv aepa xai 'innoi
Éotüo', b q ~ 'HAS
'
fieiyheia póAg.
EvW h&fitja&WBOv OxÉwv 'Yn~eiovosuiós.
Al sol tocóle en suerte penosa labor cotidiana,
y nunca le llega descanso alguno,
ni a él ni a sus caballos,
una vez que Aurora, la de rosados dedos,
a Océano abandona para subir al cielo.
Pues a él un amable lecho cóncavo,
por las manos de Hefesto en oro precioso labrado,
por el mar lo transporta con sus alas
sobre la superficie de las aguas, mientras duerme, plácidamente
desde la región de las Hespérides
hasta la tierra de los Etíopes,
donde su carro veloz y sus caballos están detenidos,
esperando la llegada de Aurora, hija del amanecer.
Allí monta en su carro el hijo de Hiperión.
469d-470d.
F G H ! , 16.
EGF 7A y 7B.
6
EMILIO SUÁREZ DE LA TORRE
versos de Estesícoro4, otros dos de Antímaco5, otros de las Helíades de
Esquilo6; a continuación, el fragmento de Mimnermo que será aquí objeto de comentario y que, se dice, pertenece a la elegía denominada Nanno; y, por último, el testimonio de las Historias de Ferecides7. El pasaje
de Mimnermo destaca a simple vista de todas las demás menciones, no
sólo por su extensión, sino también por algunas peculiaridades. Por ejemplo, es el único en que no se habla claramente de una copa (6Énag,
cp~áhy),sino de un «lecho cóncavo» (~Vvfi/xoiEAy), aunque deba entenderse como descripción metafórica de aquélla (así lo hace Ateneo cuando
aclara a i v ~ o o ó p ~ v ozbs noihov zoU nozygiow). Asimismo, Mimnermo
precisa que el recipiente es obra de Hefesto ('Hcpaiozou x~goivEhyhapÉvy), en lo que parece seguirle Esquilo ('Hcpa~otot~wxÉg).
Tampoco
resulta fácil poner estos versos en relación con la mitología de Heracles
e incluso, como veremos más adelante8, es probable que no estén en relación con ella, al contrario de lo que ocurre en las otras citas (con la excepción de Esquilo), especialmente en los conocidos versos de Estesícoro. Sin embargo, Mimnermo presenta una original descripción de la
actividad de Helio, armonizando diversas concepciones en un conjunto
mucho más coherente de lo que a simple vista parece.
2. Entramos, pues, en el tratamiento de una serie de puntos delicados, pero fundamentales, en el análisis del pasaje: el porqué de la elección del tema; su posible articulación en un contexto más amplio y el porqué de la forma que se ha dado a ese contenido. Como es apropiado al
analizar cualquier ejemplo de literatura arcaica y clásica griega, tales
cuestiones han de integrarse, de forma más amplia, en las coordenadas de
tradición, contexto social y técnica de composición poética.
El componente tradición, evidentemente, se entiende en un sentido
lato y complejo. Afecta al contenido mítico y sus versiones (que puede
cruzarse a su vez con concepciones coetáneas, con ideas filosóficas o
creencias religiosas), afecta a la tradición poética en general y a la lengua
(especialmente a la «lengua poética*) en particular.
Tradición y concepciones míticas: su integración
Intentando aclarar este pasaje (aunque el problema que plantea en
realidad no existe) A. Lesky sentenciaba hace ya muchos años: «...la
a)
S
'
Fr. 8 Page = 185 PMG; cf. Eust. Od. 1632, 23.
Fr. 66 West (= Wyss).
TGF23.
FGH 1, 18.
Cf.infra, p. 17.
EL VIAJE NOCTURNO DEL SOL Y LA NANNO DE MIMNERMO
7
representación usual del viaje del carro (se. del sol) por el cielo es la auténtica griega, mientras que el viaje circular de la copa del sol en unión
del Océano pertenece al estrato prehelénico~~.
Sin decidir sobre esta neta
división, sí hay que reconocer un cúmulo de tradicioneslO,aunque no
creemos que ello.se desprenda de «contradicción» alguna en el texto de
Mimnermo: el poeta insiste en que ese ponos incesante (que lleva como
contrapartida el reposo cotidiano en la dvlj) afecta 'imo~oivTE xui
u h @ . Hay que entender, pues1', que el viaje nocturno también está proagyu
tagonizado por los caballos (es decir, carro y caballos, cf. v. 9 , 6 0 0 ~
xai LXJCOL),
aunque la precisión de este detalle haya sido considerada por
el poeta fuera de lugar y la descripción a partir del verso 5 se haya centrado en el «hijo de Hiperión* y en otras características del retorno al
oriente. No es tan importante la tradición en sí como el uso que de ella
se hace. Independientemente del engarce con el resto de la elegía en que
se incluye el fragmento, puede verse que el poeta no está tan interesado
en la precisión mitográfica como en destacar la incesante actividad solar.
Sin que sea todo lo que se puede decir de esta elegía, creemos bastante
acertada la opinión de B. Lavagnini cuando afirmaba que «quella che Sta
al primo piano dell'interesse per il Poeta 6 I'idea del viaggio, e su questa
egli si dilunga e insiste^'^. Tal idea, además, se refleja en el plano de la
expresión en su nivel más formal, según veremos.
Pero ¿por qué esa idea? Entramos en la ardua cuestión de si el pasaje
ha de incluirse en un contexto mitológico o subjetivo13. En el primer caso
se piensa en la saga de Jasón14 y, naturalmente, en la de Heracles. El que
el fragmento pertenezca a la Nanno, es decir, a una elegía que verosímilmente tenía contenido amoroso, puede apoyar una inclinación por el
tema de Jasón, mientras que, aparte de la conocida relación Helio-Heracles-Océano, según se ve en los fragmentos transmitidos por Ateneo, la
alusión a un ponos incesante al que está sometido un ser divino nos
Thalatta, Der Weg der Griechen zum Meer, Wien, 1896 (reimpr. New York,
p. 74; cf. «Aia», WSt 63, 1948 (1949), pp. 22-68, especialmente epígrafe 2.
Cf. infra, epígrafe 2.
Cf. GENTILI
- PRATO(ed.) ad loc.
e11 viaggio del sole», 1932, recogido en Da Mimnermo a Callimaco, Torino,
1959, p. 8.
l3
Véase el planteamiento en S. SZADECZKY-KARDOSS,
art. Mimnermus, R E
Suppl. XI, 1968, 944, 40 y SS.
l4
La objeción de LAVAGNINI,
I.c., de que «la dimora notturna del sole 6 posta
nella citti di Eeta, mentre nel nostro frammento 6 collocata nel paese degli Etiopi»
está superada por la argumentación de LESKY,art. cit. pp. 25-31 y , para Estesícoro,
pp. 31-35.
8
EMILIO SUÁREZ DE LA TORRE
llevaría a pensar en Heracles ... La segunda posibilidad, la del contexto
«subjetivo», abre a su vez una perspectiva interesante, pues no se trata
tanto de la integración de una tradición mítica como de la interacción entre una concepción o representación del mundo y la intención poética y
sus medios de expresión. Pues bien, esta última consideración nos abre la
vía de la armonización con la alternativa de tema mítico, a través de una
cadena de relaciones: concepción del mundo-experiencia personal del
amor-ilustración mítica modélica, lo que a su vez nos devuelve la preferencia por el tema de Jasón y Medea.
Se suele reconocer, en efecto, la importancia en todo este pasaje de
un evidente sentimiento de simpatía (al pie de la letra) con la naturaleza.
La idea, tibiamente apuntada por Q. Cataudella15, se encuentra magistralmente desarrollada por M. Treu16, quien la precisa como una plenitud
de esa «simpatía» frente al «acontecer» en general. Sentimiento nuevo,
sin duda, frente a la épica, y sentimiento expresado también de forma
nueva1'. Mas ¿por qué esta manifestación concreta? En unas acertadas
páginas de W. Schadewaldt18 puede encontrarse una vía de solución:
Mimnermo ha sabido expresar de manera magistral los sentimientos del
hombre frente a los rigores de la vejez, ante la cual es preferible la muerte. Si efectivamente estos versos se incluían dn una elegía dedicada a una
mujer, con una exhortación al amor y a los placeres de la vida ¿no podría
servir como contrapunto a la fugacidad del ser humano, cuya vida dura
no más que el brillo del sol en un día19, la eterna actividad de ese sol?
También C. M. Bowra20había expresado una idea similar: la elección del
tema del sol dejaría ver la «filosofía» de Mimnermo, porque «ni siquiera
un gran dios como éste está libre de trabajos y preocupaciones». Asimismo explicaba Bowra la frecuente aparición del sol en la obra de Mimnermo porque «en la luz y la fuerza del sol encontraba algo que le conmovía
profundamente y se asemejaba a la gloria que él había encontrado en los
l5
«Mimnerrnus 10 (12) Diehl» en «Marginaha ai lirici Greci», Athenaeum 1928,
pp. 249-255, recogido en Intorno ai lirici Greci, Roma, 1972, p. 52. Es interesante su
aducción del fr. 192 Nauck2 del Prometeo Liberado de Esquilo; igual que el de las Helíades, citado por Ateneo, refleja una clara influencia del texto de Mirnnermo.
I6
Von Homer zur Lyrik, Miinchen, 196g2, p. 279 (vid. pp. 279-83 para Mirnnermo en general).
" Cf infra, apartado b).
Is
«Uber Mirnnerrnos», en G. PFOHL
(ed.), Die griechische Elegie, Darmstadt,
1972, pp. 174-176 (= pp. 295-297 de ~Lebenszeitund Greisenalter irn frühen Griechenturn», Die Antike 9, 1933).
l9
Cf fr. 8.
" Early Greek Elegists, London, 1938, p. 27.
EL VIAJE NOCTURNO DEL SOL Y LA NANNO DE MIMNERMO
9
fugaces gozos de juventud». Por último, en esta serie de opiniones que
tratan de explicar la utilización del tema del sol a través del «pensamiento» o los sentimientos del poeta, debe mencionarse la de H. Frankel, de
la que seleccionamos la frase siguiente: «Quizá el sentimiento del poeta.
hacia el incesante trabajo de Helio se vio provocado por sus pensamientos
sobre el continuo fluir sin descanso de los días, en el que se nos va deslizando la juventud y la vida»21.
La idea del viaje, la identificación simpatética con la naturaleza, la
fugacidad de la vida humana ... Poco a poco van surgiendo razones y justificaciones de la representación mítica aquí utilizada que, sin excluir la
integración en un contexto mitológico más amplio, conceden simultáneamente valor de autosuficiencia al texto en sí. Con ello, sin embargo, aún
estamos lejos de haber agotado las posibilidades explicativas e interpretativas. En un agudo análisis de la poesía de Mimnermo, B. Gentili destacaba la importancia del contexto de la Nanno para los pasajes que,
como el que ahora nos ocupa, se incluían en dicha c o m p ~ s i c r ó n Entre
~~.
otros aspectos, Gentili insistía en la novedad del tema: la leyenda mítica
se articula aquí en torno al amor; al mismo tiempo, el hecho mítico se humaniza a través del amor23.
A todo ello debemos añadir algo más: se trata de que todo esto ha de
transmitirse a un auditorio, de comunicarlo y de hacer compartir sensaciones. La poesía no sólo confiere el mero placer estético al que contribuyen sus recursos formales, sino que, a la vez, está configurando y10
confirmando la imagen y concepción del mundo del ciudadano. Este xóopoq 8 ~ é o es
v ~
también
~
reflejo del orden universal que, en cierto modo,
la palabra no sólo imita, sino que también crea (y, por ende, el poeta).
En este caso concreto podría añadirse que la identificación del auditorio
con el ponos cotidiano de elementos del universo, al que sigue un reposo,
podría comunicarle sensaciones tranquilizadoras (y no sólo servir de
2'
Dichtung und Philosoplzie des frühen Griechentums, München, 19622, p. 245.
Intervención en el Incontro sobre Mimnermo que se recoge en Maia, N.S. 4,
1965, pp. 366-387 (vid. pp. 379 y SS.).
23
Gentili, refiriéndose a la idea de Frankel citada arriba señala «la maniera amorosa, intimistica, con la quale k osservata, quasi come cotidiano umano, la fatica senza
tregua del viaggio del dio nel perenne fluire dei giorni. Una fatica monotona, sempre
eguale a se stessa, ma che conosce anche, ogni volta, al tramonto, I'amorosa unione
nel giaciglio molto desiderato e un sonno tranquillo e f e l i c e ~(o.c., p. 381).
24 Sol., 2, 2; cf. H. DILLER,
«Der vorphilosophische Gebrauch von Kosmos und
Kosmein*, Festschrift B. Snell, München, 1956, pp. 47-60 (vid. p. 57). Véase asimis«The Principies of Greek Literary Criticism~,Mnemosyne 36,
mo W. J. VERDENIUS,
1983, pp. 14-59.
22
10
EMILIO SUÁREZ DE LA TORRE
contrapunto a temores e inferioridades) a partir de ese com-padecimiento.
Interviene ahora, pues, de manera esencial, el cómo de la transmisión de
dichos sentimientos, por lo que procede hablar ahora de lo formal. del
vehículo poético externo.
La tradición poética en el plano de la expresión.
Creación y refección poéticas
b)
Entre las observaciones de B. Gentili antes citadas2%on fundamentales aquellas que se refieren a la posición «antioficial» de Mimnermo: sus
novedades pueden explicarse también «in rapporto all'uditorio, diverso
y éstas afectan tanto al tema como a la
da que110 del poeta rap~odico»~',
forma. Significativamente, Gentili toma como ejemplo el fragmento que
ahora analizamos para ilustrar el problema de la «epicidad» de la elegía
de Mimnermo. En efecto, a la hora de estudiar el bagaje épico de la lírica
griega es tan importante su determinación cuantitativa como su análisis
cualitativo, la constatación de su presencia como la de la revalorización
que sufre en su nueva articulación. En una primera descripción se haría
observar la presencia de numerosos «epicismos». Los más patentes y de
imitación más literal se encuentran también en las mismas posiciones de
la épica2': r j y a ~ ax ó r ~ t a ~ 0~6,0 6 á x z v h o ~
ambas a final de heo ,h v q ~ a t o&6vfi3',
~
xámetro y sin modificación: o6eavbv ~ i o a v a ( 3 f i n~ ~
~ p o É o v~ i p j e v z oyaiav
~ ~ ~ ,ES A i U ~ Ó x w v90Ov
~ ~ , &@va
n a i L X X O LPero
~~.
alguna de las más alteradas formalmente lo están también en su expresividad: así se ve en la traslación de í n x o ~TE nai a6-coi (11. XI 525) a
supra, n. 22.
379.
2'
Para la elegía véase P. GIANNINI,
«Espressioni formulari nell'elegia greca arc a i c a ~ ,QUCC 16, 1973, pp. 7-78.
2R
V. 1 = II. XIV 235, etc.
29 V. 3 = Homero, passim.
30 V. 4 = II. VI1 423 oveavov ~ / o a v ~ Óen
v ; fin de verso, pues, pero con sustitución léxica.
Cf.xohvfieatov -verbo~ G v f pen 11. XXIII 354, Hes. Theog. 404; es decir,
a fin de verso aquí, pero con unión de elementos separados.
32 V. 7 - 11. XVIII 475 y cf. fórmula similar en fr. 11, 2 West, a comienzo de hexámetro.
33
V. 9 - A/@iÓxov ES yaiav, en Il. XXIII 206; es decir, en comienzo, pero con
inversión.
34
V. 9, que supone sustitución Iéxica y modificación sintáctica respecto a Il. VI11
438, ~ C t ~ o x oüeya
v x a i Lscxov~,también a final de verso, o condensación respecto
a Ps. Hes. Sc. 97, 60ov Üepa xai 6xvxó6ov ai3Évo~Lxxov.
.2"f
."2
"
EL VIAJE NOCTURNO DEL SOL Y LA NANNO DE MIMNERMO
11
comienzo de verso (Lnxoioiv t e nai crin@), convirtiéndose en precisión
fundamental para la descripción de este continuo p o n o ~ ~ ~ .
Ahora bien, un análisis más profundo hace observar la revalorización
de todo ese material en un nuevo conjunto, con una organización poética
que cuida hasta el menor detalle. Hay un continuo esfuerzo por sobrepasar los límites rígidos no sólo de la dicción épica y tradicional, sino de la
misma estructura, en función, en general, del mimetismo ya señalado.
Aun formando parte de un conjunto mayor, la composición tiene una unidad perfecta. Podría considerarse una auténtica «estrofa» dentro de ese
conjunto.
Los cuatro primeros versos establecen la idea fundamental, expresada
ya contundentemente en el primero de ellos, del que el resto viene a ser
una expansión. Se trata de un esfuerzo cotidiano36 sin ninguna ayxav0 1 s ~ precisamente
~:
ahí sí hay pausa métrica; pero la demostración de que
tal reposo no se produce la transmite en seguida el encabalgamiento del
pentámetro con el h e ~ á m e t r o para
~ ~ , pasar inmediatamente a la descripción del signo que anuncia la inmediata salida del sol: la aparición de Aurora, cuya descripción se reparte entre los dos hemistiquios del pentámetro. Es una'acción veloz, descrita con idéntica celeridad (a la que contribuyen los dáctilos):
'Qneavov x ~ o h ~ n o ü o6@avov
a'~
eioavafijj.
La descripción de la actividad circular del sol tiene una perfecta
réplica en la expresión formal en la tradición poética griega: la composición en anillo. La acción queda interrumpida hasta el verso 10, en que se
vuelve a mencionar la aparición de la Aurora (Bcpe' 'Hhs + e i y h m a
yóhg). En medio, la detallada descripción del viaje nocturno del sol, tan
rica en matices39.
Cf.GENTILI,o.c., p. 384.
Obsérvese la aliteración nóvov rjpata n a v t a ... xot' & p j c a v o ~=~o-a / X-T,
X-T, T-X.
37
«Da rilevare che la parola piu importante, &pnavocg, non e e p i c a ~ GENTILI,
,
o.c., n. 384.
Cf. GENTILI,
o.c., p. 379.
'9
Merecen destacarse la estructura y la prosodia del verso 2, en el que se acumulan dos correptiones epicae (. ..xai &vt@ EX?^.. .) así como un segundo hemistiquio
que comienza con un elemento subordinante, en los versos 3, 9 y 10, lo que dota al
conjunto de una mayor articulación sintáctica; véase el paralelismo en 7, 5: &vSeáo~v
46E yvva~Eív.Emi 6' b6vvqeov ExÉh81.l. Las oraciones con Escei o Exíp no escasean
en Mimnermo.
35
36
El comentario de esta parte central de la composición, que, sin ayn a v a s nos lleva hasta el final de la misma, debe iniciarse, a mi juicio,
con una toma de postura respecto a la lectura a admitir en el verso 7 (6nóx~eeogo 6nónzeeov), pues considero que su esclarecimiento está en
estrecha relación con la explicación que se dé del período sintáctico que
se inicia en el verso 5.
O 3. La lectura hónzeeov, en el verso 7 de este fragmento, según
aparece en los códices de Ateneo, suele sustituirse en las ediciones por 6jr;ójr;tegos, conjetura de Heyne40. Tal modificación supone concertar dicho adjetivo con la copa o lecho del sol cuya mención se inicia en el verso
10, es decir, con el sujeto de la frase y no con el compiemento directo,
el sol, referido con el pronombre tbv ( ~ É Yen
) el verso 5. Frente a esta
modificación, S. Szádeczky-Kardoss4' ha defendido la lectura 6xóntegov
de los códices. Para ello aduce otros pasajes de la literatura griega de los
que se desprende una concepción del sol como un ser alado: «Die in der
Himmelshohe wandelnde Sonne konnte aus Dichtermund ohne weiteres
das Epitheton 'beschwingt' e r h a l t e r ~ » ~Dichos
~.
pasajes son: Aesch.
Suppl. 212-213; Eur. Ion, 122-123; Orphic. fr. 62 Kern (ap. Ioann. Mal.
p. 73 ed. Bonn), así como Lucret. V 433. Asimismo se mencionan las
concepciones egipcias sobre el viaje del sol en una barca y las representaciones de la copa alada del sol en los templos del Valle del Nilo43.Pues
bien, en nuestra opinión, ni los textos aducidos (a los que añadiremos
ahora algún otro) ni las creencias egipcias mencionadas (a las que también puede adjuntarse alguna más) constituyen un apoyo suficiente para
decidir tajantemente la cuestión en favor de la lectura de los códices. En
primer lugar, la posible mención del sol como ~ Q V L Ven Esquilo (Suppl.
212) no es unánimemente aceptada: en la reciente edición de D. L. Page
se opta por la conjetura ~ V L Vde Ramberger (entendida como una mención
de Apolo). Los pasajes euripideos dan la impresión de que estamos ante
usos metafóricos muy alejados de una concepción real: en Ion, 122-123
leemos ap' &híou nzÉeuy~,60a hatgeúov zb .>caz'qpag, en un contexto
"'
Ad Apollodori Atheniensis Bibliothecam notae 1, 1783, p. 395.
Testimonia de Mimnermi vira et carminibus, Szegedini, 1959; «Nova testimonia
de carminibus Mimnermin, AAntHung 10, 1962, pp. 247 y SS.;«Mimnermos», RE,
(cit. en n. 13); «Konjektur und handschriftliche Uberlieferung in der Textrekonstruktion der Mimnermos-Fragmente», Studi in Onore di V . de Falco, Napoli, 1971, pp. 7185 (vid. pp. 80-1).
42
~Konjektur...», pp. 80-1.
43 Las referencias son: A. ERMANN,
Die Religion der Agypter, Berlín, 1934, pp.
17-19 y 28-9; M. KEES,Der Gotterglaube im alten Agypten, Lepzig, 1941, pp. 42-3,
n s , 1936, pp. 48-50.
235-6 y 418; y J . H. BREASTED,Geschichte ~ ~ y ~ t eZürich,
41
EL VIAJE NOCTURNO DEL SOL Y LA NANNO DE MIMNERMO
13
de elevado tono poético y en una combinación clara de procedimientos figurativos. A mayor abundamiento, el propio Eurípides llega a utilizar el
adjetivo hcónteeos con un valor que no deja lugar a dudas: h c ó x t e ~ o s
6 x h o ~ k o s Debe
~ ~ . indicarse que el pasaje del Ion, así como la cita órfica
S
&É@a
('HÉALE,x p o é a ~ o i v&e~eóywe
xteeúyaoo~v/ 'HÉALE,n y i a ~ Es ~ tOv
G ~ O Ú ~ E YJ EC ~ É Q Wexplican,
& . ) ~ ~ en todo caso, la posición del sol en su zenit, su ascenso a las alturas y su situación superior, lo que no serviría para
justificar suficientemente la aplicación del término 2 r ~ ~ ó n t e g
alosol
~ cuando duerme (cf. v. 8, ~ü60v8')en SU viaje nocturno, y que sólo sería admisible en fórmulas homéricas muy petrificadas, del tipo Qoai Y ~ ~ E(aunS
que estén varadas), e t ~ . ~ Tampoco
'.
sacan de dudas los paralelos a Ion.
122 que aduce su editor Bieh147, así Troyanas, 847-850 (TO tás haunoxt É ~ o uCryÉ~as
... cpiyyog), Electra, 464 s. (xúxho5 &ahío~oL J C ~ O L S &v m e eoÉooa~s)y mucho menos el fragmento 745 Page de Jon de Quíos (Goiov
&@ocpoítav / GotÉ@ap ~ í v a p ~áv~ h í o u/ hauna J C T É Q U ~ LX Q Ó ~ Q O ~ O V ) ~
que no describen al sol directamente como dotado de alas y para los que
vale además la objeción precedente respecto a la situación del sol.
§ 4. Por otra parte, también es dudosa la influencia «egipcia», tradición en la que, sin embargo, como el mismo Szádeczky-Kardoss observa49,no falta la aparición de una «copa del sol alada*. También sería posible pensar en la religión de Zoroastro, como sugería dudoso M. L. West
al explicar la definición heraclitea de los cuerpos celestes como oxácpa~y
su atribución al sol de un tamaño de un pie (fr. 57 = 22 B 3)50. Es muy
dudoso, sin embargo, que tales creencias justifiquen la utilización de un
epithetus ornans bastante inadecuado en cuanto al contexto; y no es acertado el procedimiento de aducir paralelos que apuntan precisamente a la
actuación del sol durante el día y no a su reposo nocturno5'. Por el con-
Fr. 424, 4 de Ino.
ibidem cod. Mon. 70 Hermeticum (p. 146 Kern).
46
Cf. en este mismo fragmento, v. 9, 6obv &@ya.
47
Ed. Teubner, p. 86.
4"~vvooxté~uya Bentley, probante Page!
49
~Konjektur...», p. 81.
50 Early Greek Philosophy and the Orient, Oxford, 1971, pp. 175-6: en el altar del
fuego de la religión de Zoroastro, aquél arde en un recipiente circular de uno o dos
pies, sobre el que no deben caer los rayos del sol, pues éste desaparecería. Es el fuego
Vahrhán, derivado del fuego Barazisavah. Heráclito podría haber visto estos altares
e identificarlos y sacar conclusíones con respecto al sol.
Lo que, evidentemente, no quiere decir que no exista una tradición, de origen
no griego, en todo este mito del viaje nocturno del sol; pero no es esto lo que se
discute ahora, sino la pertinencia de aducirla para explicar este uso concreto de
Vnóntego~.
.
f
"
?
14
EMILIO SUAREZ DE LA TORRE
trario, la lectura . i i n ó n t e ~ o entendiendo
~,
como tal la xohvfieazos e6v4
del verso precedente, salva esas dificultades y se muestra más acorde con
el uso del epíteto y sus sinónimos en la poesía griega y con un análisis del
contexto lingüístico en que su aplicación se efectúa.
En primer lugar, la explicación de su uso podría radicar, como señala,
por ejemplo, D. Gerber5', en que la e6lrjl... xo~iAqse compara a una nave,
en cuyo caso .iinÓnte~o~
se referiría a los remos53.Ahora bien, el fragmento
euripideo de la Ino citado arriba apunta a una utilización metafórica vacía
de su sentido literal. El epíteto equivaldría a «ligero y veloz». Este sentido
(que cronológicamente sería difícil de situar en su origen) es precisamente
el que le atribuyen los lexicógrafos. H e ~ i q u i oseñala:
~ ~ Unón.ce~og.xoürpog.
y su ida^^^ lo explica como t a p i a . El valor de
xai . i i n ó n t e ~ o gÓ~aax65;
~
«rapidez» es la connotación de todo epíteto equivalente al aquí indicado en
la apreciación de los lexicógrafos: así, por ejemplo, el mismo Suidas explicaba Enea n t e ~ ó e v t acomo taxq, xoÜrpa5'. Sólo en esta red de interrelaciones podría admitirse un proceso en el que de usos como Il. XVII 372, nÉx.cato a G fiehiou
~
~ E E ~junto
c L , con el tipo Od. V 479, fiÉA~ogrpaÉ8ov &xtimv E@ahAevse hubiera pasado a hablar de las «alas del sol», con el intermediario del rayo de sol como «flecha alada»58.
§ 5 . Se observa, pues, que la aportación de tradiciones míticas o de
determinadas concepciones no es el camino más adecuado para una defensa de la lectura h.ón.ce~ov;más fácil sería justificarlo como un proceso interno del lenguaje poético, en un uso concreto que podría tener valor
adverbial: «tan veloz como si lo llevaran alas». Ahora bien, también en
este caso sigue siendo mucho más fácil de entender su aplicación al vehículo que transporta al sol (cf. 8oai vrjes, sepa 60íw), según la aclaración
de Gerber antes señalada; o bien, en última instancia, pensar en una
mera enálage. Pero existen aún más razones a favor de la conjetura admitida, que surgen de la propia secuencia verbal que Mimnermo establece en este poema y, concretamente, de los versos en que se describe el
viaje nocturno del sol. En ellos el poeta presenta una ordenación de los
diferentes elementos lingüísticos especialmente mimética, una disposición
perfectamente plástica. No se trata sólo de adecuaciones de forma y conEuterpe, Amsterdam, 1970, p. 110, con mención de Od. XI 125 y Eur. IT
debe añadirse Píndaro, O. IX 24.
C ' LSJ, S . V .
Vol. l[V Schmid. s. v.
Corrección de Musuro sobre el i h o n t e o ~de los códices.
1, 4, 566 Adler.
1, 2, 522 Adler.
Cf. T G T E Q ~ E V ~ E6Latoi
S
11. V 171.
EL VIAJE NOCTURNO DEL SOL Y LA NANNO DE MIMNERMO
15
tenido de tipo métrico-lingüístico, que aquí también son evidentes, sino
de una estructura plenamente imitativa, como puede apreciarse a continuación, y en la que las mismas correspondencias fónicas subrayan los niveles de paralelismo sintáctico.
La disposición supone también una cierta xo~hótqs(sit venia verbo)
estructural. La única morosidad se da en la descripción de la E I ~ V
(... 'HCpaiaou x ~ e o i vEhyhayÉvy 1 xevoÉov T L ~ ~ E V T O=S- - - -1
- - - - - -), para situarnos de nuevo en la rapidez del viaje (Uxónzeeos,
- u - -). El recipiente que transporta al sol (y
6xeov E c ~ ' 5 6 0 ~=
a sus caballos) lo lleva «rozando la superficie de las aguas» (tixeov ~ c p '
Ü~oQ),lo que es posible gracias a que «es tan veloz que parece estar dotado de alas» (Unón-c~eos;no hace falta, por tanto, pensar en remos).
Naturalmente, esta representación visual del texto es un simple medio
de análisis formal, artificial frente a la naturaleza de la composición del
-U
s9
-
- - --
El orden de palabras de estos versos fue analizado ya por E. ROMISCH,
Studien
zur alteren griechische Elegie, Frankfurt a. M . , 1933, p. 71 y s.
~
16
EMILIO SUÁREZ DE LA TORRE
fragmento, probablemente más cercana a la oralidad. Se trata con ello de
salvar la barrera de la disposición estíquica, para comprender mejor las
relaciones armónicas entre los diferentes componentes del texto. Pero su
misma plasticidad nos acerca simultáneamente al plano de la ejecución
pública («performance», «Vortrag»): su recitado o, quizá, su canto60 se
adivina lleno de posibilidades expresivas para quien lo efectúa. La estructura del presente texto revela una armonía que facilita la mimesis. La disposición ordenada de los elementos lingüísticos es paralela al orden en la
disposición de los elementos del universo que se describe, lo que contribuye a transmitir esa sensación de equilibrio al auditorio de la composición. La unión de 6 x ó x z ~ ~ ocon
v tóv y ~Ü6ov6'contravendría toda una
serie de argumentos referentes al contenido, según se ha comentado, y
además introduciría un desequilibrio en la serie de relaciones lingüísticas
que he intentado «visualizar» más arriba.
§ 6 . Volvamos a tomar ahora la idea de la «composición en anillo»:
la disposición «mimética» continúa. Si el último verso no fuera un hexámetro, sino un pentámetro, nos permitiría afirmar (de hecho, aun así
puede hacerse) que estamos ante un pasaje que presenta una unidad «rotunda» absoluta. El círculo se cierra, el ciclo se cumple: el sol vuelve a
salir; del último verso también puede retornarse al primero6'.
Sin .&mbargo, simultáneamente, el ponos así descrito es al mismo
tiempo 'reflejo de experiencias humanas, de la vida misma. El fenómeno
celeste resume también la existencia del hombre, le da una perspectiva
cósmica. Ampliando la vía abierta por B. Gentili puede lograrse una mayor comprensión del engarce de este pasaje en la Nanno. No se trata sólo
de la renovación del mito con el tema del amor, sino, además, de la evocación, mediante su empleo, de sensaciones y sentimientos que transmite
el mito así formalizado. La misma mención del sol y de la Aurora parece
representar algo más que la pura descripción de fenómenos celestes. Los
griegos conocían el viaje nocturno del sol, pero también sabían que,
mientras tanto, la Aurora dormía en su lecho con Titono, eternamente
Demasiado drástico en sentido negativo TH. G. ROSENMEYER,
~Elegiacand
Elegosp, CSCA 1, 1968, pp. 217-231. Por canto «ocasional» se inclinaba D. A . CAMPBELL, «Flutes and elegiac Couplets», JHS 84, 1964, pp. 63-8. Véanse, sin embargo,
las reflexiones de B. GENTILI,
«Modi e forme della comunicazione», en Poesia e pubblico nella Grecia antica, Roma, 1983, pp. 41-66 (especialmente pp. 46-7). De hecho,
los testimonios parecen bastante claros: Chamael. fr. 28 Wehrli (apud Athen. XIV
620 c) = Mimnermo, Test. 22 Gentili-Prato; Ps. Plut. De mus. 8,1134a = Mimnermo,
Test. 5 Gentili-Prato.
La cita de Ateneo deja inconcluso el último dístico, pero es innegable la unidad de sentido del pasaje seleccionado.
EL VIAJE NOCTURNO DEL SOL Y LA NANNO DE MIMNERMO
17
viejo y dolorosamente inmortal ... hasta que la Aurora lo convirtió en cigarra. Ambigua o, incluso, negativa era, pues, la evocación de estos nombres, como bien sabían los poetas griegos, como bien sabía el propio
Mimnermo, quien nos dice claramente de ese desdichado personaje:
A Titono concedióle Zeus la posesión de una desgracia eterna,
la vejez, que es más escalofriante incluso que la muerte dolorosa62.
Por otra parte, en cuanto a la integración del pasaje, ya hemos mencionado la probabilidad de su relación con la saga de Jasón y Medea
(como otros de la N a n n o que no dejan lugar a dudas), prodigiosa y amarga a un tiempo. De no ser por la princesa colquidea (mediando siempre,
claro está, la intervención divina63)
ni el propio Jasón habría traído jamás el gran vellocino
desde Ea, recorriendo dolorosa ruta,
cuando para el desmesurado Pelias llevó a cabo difícil prueba,
ni habrían llegado hasta la hermosa corriente del Océano
a la ciudad de Eetes; allí los rayos del raudo sol
yacen en áureo tálamo,
junto a la boca del Océano; allí, adonde fue el divino Jasód4.
Es igualmente significativo el hecho de que algunas de las noticias de
temas tratados por Mimnermo reúnan las características de relatos de
amores trágicos, con la presencia de una divinidad femenina trenzando
los hilos de la fatal trama. Así, en el escolio al verso 610 de la Alejandra
de L i ~ o f r ó nse~ dice
~ que Mimnermo trató el tema de la ira de Afrodita,
quien, herida por Diomedes durante el asedio de T r ~ y acomo
~ ~ , castigo,
hizo que la mujer de aquél, Egialea, se dedicara a mantener toda clase de
relaciones adúlteras y que se enamorase de Cometes, hijo de Esténelo,
cuyas insidias contra Diomedes forzarán el exilio de éste y su muerte a
manos del rey Dauno6'. B. Gentili, uniendo asimismo esta mención con
la del tema de Jasón y Medea, consideraba que en ambas se mostraba,
respectivamente, el doble carácter de Afrodita como «amiga o enemiga
del hombre»68. Pero, en nuestra opinión, ambos temas encierran a la vez
Fr. 1, 1-2.
R. PFEIFFER,en acertada observación, sugería la intervención de Afrodita
(«Gottheit und Individuum in der frühgriechischen Lyrik*, Philol. 84, 1929, pp. 137152, n. 7, recogido en Ausgewahlte Schriften, München, 1960, pp. 42-54).
64
Fr. 10. Precisamente Antímaco trató el tema de Jasón y Medea en la Lide; cf.
frs. 56 y SS. West (= Wyss).
65
206, 28 Scheer; cf. fr. 17 Gentili-Prato.
Cf.11. V 330 y SS.
67
Con ligeras variantes el tema se menciona también en schol. 11. V 412b (= 11,
64 y s. Erbse) y Eustath. in Dion. Perieg. 483 (GGM 11 308, 10 Müller).
68 O.C. en n. 22, p. 380.
"
62
18
EMILIO SUAREZ DE LA TORRE
aspectos igualmente trágicos, aunque el momento de la saga de Jasón que
se nos ha transmitido parezca ser el de la brillantez y de lo positivo. Debe
tenerse en cuenta además la mención de Mimnermo que hace Salustio en
~ ~ , contrasta las versiones
su Argumento 11a la Antígona de S ó f ~ c l e squien
que Jon de Quíos y Mimnermo dan sobre la muerte de Ismena: el primero, nos dice, afirma que, junto con su hermana Antígona, fue abrasada
en el templo de Hera por Laodamante, su sobrino, hijo de Etéocles,
«mientras que Mimnermo asegura que Ismena murió, cuando estaba en
compañía de Teoclímeno, a manos de Tideo por orden de Atenea». Atenea, pues, mueve la mano criminal de Tideo sobre Ismena cuando aquélla se encuentra en brazos de su amadolo.
Amor y muerte, felicidad y fatalidad presiden, pues, al unísono algunos de los temas desarrollados por Mimnermo. Esta idea es perfectamente armónica con el contenido de otras reflexiones elegiacas del mismo
poeta sobre el placer, la vejez o la muerte y, sobre todo, se compadece
perfectamente con el atisbo de carpe diem a que la poesía de Mimnermo
nos tiene acostumbrados. Los dioses pueden cambiar en cualquier momento la aparente felicidad. Sin duda esta idea subyace también en la
mención del mito de Níobe que en la misma Nanno hizo Mimnermo7':
aquélla, es conocido, por haberse jactado de su numerosa descendencia
frente a la escasa de Leto vio cómo todos sus hijos perecían bajo las flechas de los dos hijos de ésta y de Zeus, Apolo y Ártemis. En un instante,
de la dicha y la exaltación a la más tremenda desgracia.
La selección de los ejemplos míticos, independientemente de que denoten cierta influencia de los célebres Catálogos de Mujeres (pseudo)-hesiodeos, como ya apuntó F. della C ~ r t e ' ~son
, muy significativos: historias
de desesperación, de fatalidad, de amor, de muerte. Lo agridulce de la
vida humana encuentra, en lo que a nuestro fragmento se refiere, un incansable eco en la actividad del sol: esfuerzo diurno, reposo nocturno73,
pero todo ello eternamente, sin pausa. El ponos individual fugaz se mueve al compás de un ponos cósmico imperecedero. A su vez, el fragmento
se engarza perfectamente en un poema que nos hablaba del amor y de la
Fr. 19 Gentili-Prato.
Cf.R. HAMPE,
AK 18, 1975, pp. 10-46.
71
Ael. V.H. 12, 36 = fr. 18 Gentili-Prato.
72
F. Della CORTE,«La Nanno di Mimnermo», AALSL 3, 1943, pp. 1 y SS.
73
Cf.Philod. de pietate (P. Hercul. 1088, fr. 2, 11-433 fr. 2, 1 = fr. 23 West, ed.
Boserup, ZPE 8, 1971, p. 110), donde se dice que Mimnermo, frente a otras versiones, no hace de Helio una divinidad sometida a excesivo trabajo (a diferencia de otros
dioses), ya que afirma que duerme cada noche.
69
O'
EL VIAJE NOCTURNO DEL SOL Y LA NANNO DE MIMNERMO
19
muerte, con el mito de Jasón y Medea, decíamos, como probable contexto. Pero nos parece más importante centrarnos en la justificación de la
presencia de estos versos dentro de la Nanno partiendo del fragmento por
sí mismo. Su análisis revela su perfecta adecuación como vehículo de expresión y de transmisión de sensaciones a un auditorio ante el que, en
nuestra opinión, se está utilizando el mito como ilustración de una serie de principios y de reflexiones acerca de la vida humana, del amor
y de la impotencia del hombre ante la voluntad de los dioses. No olvidemos que a Nanno se asignan fragmentos de contenido muy variado
en los que, junto a los temas míticos mencionados, no faltan las lamentaciones sobre la fugacidad de la juventud, la vejez o lo breve de la vida74
y que, según Estrabón (dato que produce cierta sorpresa), deben asignarse a esta elegía otros referidos a acontecimientos históricos tales como la
migración a Asia y conquista de Esmirna por los c o l ~ f o n i o s Quizá
~ ~ . con
ello se ilustraban también los avatares de la vida (los colofonios son portadores de ü P ~ t . 5 y) ~la~debilidad ante unos dioses a los que, para Mimnermo, es más fácil irritar que agradar77. La y~yahqyuvq, que para
nosotros es la Lide de Antímaco7*, resultó tal porque probablemente
se quedó en niveles narrativos superficiales además de extensos79. El
xagay66~ov
h 6 q del
~ precursor de la poesía helenísticagOcarecía,
Frs. 1, 7, 8, 9, 11.
3-4.
76
Fr. 3, 4.
Salvo la mención de los dones de Afrodita (por lo demás, fugacesj cantados
en el fr. 7, sólo se habla en sentido positivo de la voluntad divina en el fr. 3, 6 ( 6 ~ 6 ~
povhá), mientras que las restantes menciones de los dioses en Mimnermo los presentan como justicieros y vengativos (cf. frs. 1, 1; 7, 11; 8, 15-16; 17, 18 y 19).
78 NO compartimos la idea de que los ataques de Calímaco se dirijan contra la Esmirneide (cf. G. SERRAO,«La genesi del poeta doctus e aspirazioni nella poetica del
primo Ellenismo», Studi Ardizzoni, Roma, 1978, p. 945, n. 18, a la que se adhiere
M. BRIOSO,«Tradición e innovación en la literatura helenística~,Unidad y Pluralidad
en el Mundo Antiguo, Actas de VI Congreso español de Estudios Clásicos, Madrid,
1983, 1 p. 35). Tampoco vemos argumentos suficientes para defender un sentido de
hsntórqs como opuesta a la oepvóqs: así Th. M. KLEIN,«Calimachus Apollonius
Rhodius and the Concept of the 'Big Book'n, Eranos 73, 1975, pp. 16-25.
79
Sobre éste y otros extremos remitimos al espléndido estudio de R. PFEIFFER,
«Ein neues Altersgedicht des Kallimachos», Hermes 65, 1928, pp. 502-541 (recogido
en Ausgewaldte Schriften, München, 1960, pp. 98-132).
áp~vo~
T 7 West (= Ps. Plut. cons. a d Apoll. 9, p. lO6b) ... 6 ~ a ~ ~ 6 p ~ p T&S
tigw~xaso u p c p o ~ á tois
~ , t t h h o t ~ i oxaxois
~ ~ Bhártw t t v Eavtoii n o ~ ó vAVnqv.
74
20
EMILIO SUÁREZ DE LA TORRE
quizá por la propia naturaleza de su técnica de composición, de la capacidad de comunicación que poseían estas natd hextbv éljoe~gde su modelo arcaico8'.
Emilio SUÁREZde la TORRE
Universidad de Valladolid
En ningún caso creemos adecuada la solución que apunta a un libro de elegías
«a lo Teogniw, ya que nos coloca en la tesitura de tener que explicar entonces cómo
sería un libro semejante con los temas citados como contenido.
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