Prescripción de cinco años en seguros en el nuevo Código

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CON ESTA EDICIÓN
Suplemento especial Código
Civil y Comercial de la Nación Contratos
DIRECTOR: JORGE HORACIO ALTERINI
AÑO lxxIX Nº 37
Tomo La Ley 2015-a
BUENOS AIRES, argentina - miércoles 25 DE febrero DE 2015
ISSN 0024-1636
Prescripción de cinco años en seguros
en el nuevo Código
Waldo A. R. Sobrino
SUMARIO: I. Introducción.— II. Prescripción vs. Justicia y Equidad (?).— III. La absurda e injusta prescripción de un año en la Ley de Seguros.— IV. El Anteproyecto del Código Civil y Comercial.—
V. El Código Civil y Comercial de la Nación (ley 26.994).— VI. Art. 42 de la Constitución Nacional: Derechos del Consumidor (“control de constitucionalidad”).— VII. Art. 75 inc. 22 de la Carta
Magna: Tratados internacionales (“control de convencionalidad”).— VIII. Modificación del art. 50 de la Ley de Defensa del Consumidor.— IX. Art. 3 de la Ley de Defensa del Consumidor.—
X. El art. 1094 del Código Civil y Comercial.— XI. Art. 2 del Código Civil y Comercial: los “...Principios...” y los “...Valores Jurídicos...”.— XII. Art. 58 de la Ley de Seguros.— XIII. Los plazos de prescripción para las víctimas de accidentes de tránsito.— XIV. La suspensión del plazo de prescripción (art. 2541).— XV. La interrupción de plazo de prescripción.— XVI. Conclusiones.
El plazo general de prescripción
previsto en el Código Civil y Comercial
de la Nación es de cinco años. Como
consecuencia de ello y de acuerdo a
lo expresamente establecido en el
art. 2.560 y —asimismo— en los
arts. 1, 2, 12, 1094, 1095 y complementarios del nuevo Código, es que la
prescripción para los consumidores de
seguros (v.gr. asegurados y víctimas)
es de cinco años.
I. Introducción
I.1) Sabido es que la doctrina suele señalar
que existe una tensión entre la justicia y la
equidad frente a la seguridad jurídica.
I.2) En nuestra opinión, por un lado,
desde la perspectiva axiológica resulta claro que por mandas constitucionales tienen
preeminencia la justicia (v.gr. Preámbulo
de la Carta Magna) y la equidad (art. 42
de la Constitución Nacional), habida cuenta que la aspiración de la sociedad y del
derecho es lograr un ordenamiento social
justo (1).
Y, por otro lado, entendemos que justicia y seguridad jurídica no tienen que ser
conceptos contradictorios (2), sino pautas
relacionadas, de manera que tenemos que
intentar lograr justicia, con seguridad jurídica.
Así, en el presente trabajo analizaremos la
tensión entre la prescripción (v.gr. seguridad
jurídica) vs. el ejercicio de los derechos de los
consumidores (v.gr. justicia y equidad)
Y, desde ya nos adelantamos a resaltar que
el concepto que se tenga sobre la prescripción
no va a ser neutro, sino que siguiendo las precisas enseñanzas de Carlos Ghersi (3), podemos decir que el análisis de “...la prescripción
es de un fuerte impacto jurídico, social y económico, cultural e ideológico...” (4)
II. Prescripción vs. Justicia y Equidad (?)
II.1) Quienes tenemos varios años en el
ejercicio de la profesión, hemos visto innumerables casos donde la prescripción ha sido
el camino legal para no llegar a la justicia.
O, como enseñaba Raymundo Salvat (5),
desde la época del Derecho Canónico se trata de evitar que “...la prescripción pudiese ser
injustamente utilizada por los deudores deshonestos...”.
Ello es así, dado que, como explicaban con
toda claridad los maestros franceses Georges Ripert y Jean Boulanger (6), respecto a
la aplicación de la prescripción liberatoria, es
que “...en ciertos casos habría en ello un resultado contrario a la equidad...”.
Ejemplo de ello en nuestros Tribunales,
son innumerables las víctimas que presentan
sus reclamos, luego de vencido los exiguos
plazos de prescripción, que en muchos casos eran de dos años y no pueden percibir su
reparación o los asegurados que no pueden
percibir la indemnización, porque pasó el plazo de un año.
II.2) Obvio es señalar que no estamos en
contra de la existencia de la prescripción, pero
señalamos que la misma tiene que ser lo más
amplia que el ordenamiento legal establezca,
con la finalidad que se pueda llegar a la justicia.
Prueba de ello, son los grandes cambios
que se produjeron en la concepción misma
de la prescripción.
Una de dichas modificaciones que hoy nos
pueden parecer sorprendentes, es lo que
enseñaban Henri y Léon Mazeaud y André
Tunc, respecto al Código Civil francés, en el
sentido que “...la prescripción no es de orden
público...” (7).
II.3) Con relación a la prescripción en
nuestro Derecho, amerita recordar a uno de
los mayores maestros del Derecho de Seguros y excelente ser humano, como era el querido maestro Nicolás Barbato, quien citando
a Rezzónico, resaltaba la tradicional doctrina
de nuestra Corte Suprema de Justicia de la Nación, cuando enseñaba que:
“...si bien la prescripción es una defensa legítima...no debe olvidarse que ella es repugnante al derecho natural, pues contraría los
principios de equidad...” (8).
II.4) Atento a lo expuesto (9), es que resulta
muy claro que la interpretación que se realice del instituto de la prescripción debe ser lo
más amplio posible a favor del damnificado
(y restrictivo para la Compañía de Seguros
—v.gr. Proveedor, según el art. 1093—) (10),
y —muy especialmente— en los casos donde
existan consumidores, dado que gozan de una
protección privilegiada en nuestra Constitución Nacional (art. 42), de manera tal que
siempre tiene que realizarse una interpretación a favor de los más vulnerables (11).
Ello es así, dado que, como bien se resalta en los Fundamentos del Código Civil y Comercial, existe una “...necesidad de procurar
interpretar la ley conforme con la Constitución
Nacional y los Tratados en que el país sea parte...” (12) (13).
II.5) En esta cuestión, debemos resaltar
que el Preámbulo de la Carta Magna exige
“...afianzar la justicia...” y el art. 42 ordena
dar una trato “...equitativo...” al consumidor (14).
doctrina. Prescripción de cinco años en seguros en el nuevo Código
Waldo A. R. Sobrino...................................................................................................................... 1
CORREO
ARGENTINO
CENTRAL B
bibliografía. Historia de la Corte Suprema Argentina
Director: Alfonso Santiago (h.). Comentario: Jorge Alberto Diegues..................................... 7
Por un lado, debemos recordar lo enseñado
por Aristóteles, cuando determinaba que la “equidad” es la justicia en cada caso en particular (15); y
luego de ello, siguiendo al gran maestro santafesino Mosset Iturraspe, corresponde señalar que
la equidad tiene un papel de “dichosa correctora de
la justicia legal, vaga y abstracta” (16) (17).
Antes de seguir avanzando, queremos volver
a señalar que no estamos hablando de mera teoría abstracta y de laboratorio, sino que estamos
anclando nuestra posición en la normativa vigente de nuestra Constitución Nacional (18).
Es más, tanta es la trascendencia tiene de la
manda del art. 42 de la Carta Magna, al ordenar que se le otorgue un trato “...equitativo...” a
los consumidores, que ha llevado a la profesora
Celia Weingarten, a enseñar que la “Equidad”
se ha convertido en un ‘principio general del derecho’ (19), en particular frente a los consumidores (y muy especialmente, en los países en vías
de desarrollo) (20) (21).
II.6) Primera conclusión: resulta evidente que
el concepto de prescripción puede resultar contrario a la justicia y equidad (máxime cuando se
trata de una relación de consumo, entre un Proveedor —Compañía de Seguros— y un consumidor —asegurado—).
III. La absurda e injusta prescripción de un año en
la Ley de Seguros
III.1) Dentro de las inexplicables peculiaridades legales de nuestro país, podemos afirmar
que la absurda e injusta prescripción de un año
del art. 58 de la Ley 17.418, no tiene precedentes en el Derecho Comparado (22).
III.2) Gran parte de la doctrina sostiene que
el plazo de prescripción de un año, es absurdamente breve (y casi condenatorio para los
derechos de los asegurados) (23).
continúa en página 2
jurisprudencia
Caducidad de instancia. Actos interruptivos del plazo. Ampliación de la demanda que
no fue considerada al determinar la perención (CS)............................................................8
CUENTA Nº 10269F1
FRANQUEO A PAGAR
NOTA A FALLO. Exceso ritual manifiesto y caducidad de instancia
Abuso sexual. Sentencia condenatoria. Valoración de la prueba. Rechazo del recurso
(CFCasación Penal) .............................................................................................................9
La oralidad y el proceso garantista: ¿necesidad de un re-posicionamiento?
Panorama Mensual
Roland Arazi................................................................................................................................. 8
Natalia Monasterolo..................................................................................................................... 9
Tribunales Superiores Provinciales.......................................................................................... 10
2 | miércoles 25 DE febrero DE 2015
Prescripción
de cinco años
en seguros en
el nuevo Código
viene de tapa
Ello ha llevado a Fabiana Compiani, a afirmar que “...el escaso plazo prescriptivo justifica la
modificación de la Ley de Seguros...” (24) (25).
Es pertinente recordar que la prescripción de
índole contractual en el Código Civil de Vélez
Sarsfield era de diez años, contra un año de la
prescripción del contrato de seguro.
Así, la doctrina señalaba que la explicación
técnica de la prescripción era que por “inactividad indebida” se produzca la incertidumbre,
“...como si los derechos fuera ‘eternos’...” (26).
Pero, ni apelando a Jorge Luis Borges, en su
calidad de discípulo tardío de Franz Kafka cuando hacía referencia al “tiempo isotrópico”, es decir,
que el tiempo es circular o que incluso no existe,
se podría llegar a decir que el plazo de un año de
la Ley de Seguros trata de evitar que —al decir de
Boffi Boggero— los derechos no sean “...eternos...”
Choca a la vista que el casi inexistente plazo
de un año es la negación del ejercicio de los
derechos de los consumidores de seguros...
Por ello, insistimos que este gravísimo problema, ha sido clara y puntualmente solucionado a través del art. 2560 que determinó que el
plazo de prescripción es de cinco años.
III.3) Así, la realidad pura y dura del brevísimo plazo de un año de prescripción tiene
un claro y excluyente fundamento económico
a favor de las Compañías de Seguros, en claro
perjuicio de los consumidores.
Ello es así, dado que como bien señala Rodrigo Bionda “...la abreviación de los plazos de
prescripción reduce costos...” (27).
Es decir, no se trata de una cuestión de seguridad jurídica, sino que ¡¡hablamos de bajar los
costos de las Compañías de Seguros, a costa de los
consumidores!!
Nótese la incoherencia intrasistémica del
tema, ya que —justamente— uno de los argumentos de las compañías de seguros, para
imponer la cláusula Claims Made (28), son los
siniestros long tail, es decir, aquellos siniestros que podrían aparecer y ser reclamados
decenas de años después de la vigencia de la
póliza (29).
Ello implica —claramente— que las reservas de las aseguradoras no se ven afectadas
cuando se analizan plazos de prescripción que
excedan el año (ya que en las responsabilidades contractuales —del viejo Código Civil de
Vélez Sarsfield— el plazo de reclamo podía ser
de diez años).
Es decir, para las propias compañías de seguros, el plazo de un año es casi inexistente.
III.4) Segunda conclusión: es harto claro que el
brevísimo plazo de un año es altamente perjudicial para los asegurados y no existe una prescripción tan exigua en ningún lugar del mundo.
IV. El Anteproyecto del Código Civil y Comercial
IV.1) Es importante recordar que el art. 2560
del Anteproyecto determinaba lo siguiente:
“...Art. 2560. Plazo genérico. El plazo de prescripción es de cinco años, excepto que esté previsto
uno diferente...”
IV.2) Es decir, que el plazo general previsto
era de cinco años, salvo que se determinara
uno distinto.
IV.3) Pero, seguidamente vamos a ver que
este artículo 2560 del Anteproyecto fue modificado por el Código Civil y Comercial de la Nación.
V. El Código Civil y Comercial de la Nación
(ley 26.994)
teproyecto y el Código Civil sancionado por la
ley 26.994.
En efecto, la norma vigente determina lo siguiente:
“...Art. 2560. Plazo genérico. El plazo de prescripción es de cinco años, excepto que esté previsto
uno diferente en la legislación local...”
Así entonces, la parte de la frase del Anteproyecto que sostenía “...excepto que esté previsto uno diferente...” fue limitada y restringida
en el Código Civil y Comercial, estableciendo:
“...excepto que esté previsto uno diferente en la legislación local...” (30).
Es decir, que la referencia a la legislación local, al estar haciendo mención a normas provinciales y/o de derecho administrativo de las
Provincias, es que no produce ningún reenvío
a otra norma de fondo.
V.2) Art. 2532: sin perjuicio de lo antes expuesto, es que también tenemos que señalar lo
establecido en el art. 2532 “...Ámbito de aplicación. En ausencia de disposiciones específicas, las
normas de este Capítulo son aplicables a la prescripción adquisitiva y liberatoria. Las legislaciones locales podrán regular esta última en cuanto
al plazo de tributos...”
Así entonces, nos encontramos frente a una
norma de carácter general, que realiza reenvíos a otras disposiciones específicas.
V.3) A continuación, vamos a analizar la
cuestión de la Prescripción de los consumidores,
a la luz del art. 42 de la Constitución Nacional;
el art. 75, inciso 22 de la Carta Magna; arts. 50
y 3 de la Ley de Defensa del Consumidor;
art. 1094 del Código Civil y Comercial; art. 58
de la Ley de Seguros; etc.
VI. Art. 42 de la Constitución Nacional: Derechos
del Consumidor (“control de constitucionalidad”)
V.1) Art. 2.560: es fundamental resaltar que
existen diferencias sustanciales entre el An-
VI.1) Tenemos una apasionamiento legal,
por un breve y tremendamente potente axioma del maestro Genaro Carrió, cuando decía
algo pleonástico, pero que debería grabarse en
letras de oro en todas las Facultades de Dere-
‘cara o ceca’ de una temática sin definición”, especialmente Capítulo VIII, “Conclusiones”, donde exponen que las
normativas que protegen a los consumidores conforman
un “...régimen (que) reconoce plafond constitucional, por
lo que se alza como un cuerpo normativo de rango jerárquico...”, publicado en El Derecho, de fecha 7 de febrero de
2007, p. 4.
(10) STIGLITZ, Rubén, “Derecho de Seguros”, Ed. Abeledo-Perrot, quinta edición actualizada y ampliada, Buenos Aires, 2008, p. 334.
(11) GHERSI, Carlos Alberto, “Contrato de Seguros”,
Ed. Astrea, Buenos Aires, 2007, p. 125.
(12) Ver: Fundamentos, Acápite III) Título Preliminar,
Punto .4.1) “Las fuentes”.
(13) HESSE, Konrad, “Derecho Constitucional y Derecho Privado”, donde señala que “...llama la atención que
haya recibido hasta ahora un tratamiento tan escaso la
relación del Derecho Constitucional con el Derecho Privado...”; Ed. Civitas, Madrid, España, 1995, p. 31.
(14) BUSTAMANTE ALSINA, Jorge, “Función de la
Equidad en la realización de justicia”, publicado en la ‘Revista de Responsabilidad Civil y Seguros’, en la Sección de
“Páginas Clásicas”, abril de 2014, p. 233.
(15) ZARZALEJOS, J.A., en “Gran Enciclopedia del
Mundo Durvan”, t. 7, donde se exponen las ideas que Aristóteles volcó en “Etica a Nicómaco”, Durvan Ediciones,
Bilbao, España, 1967, p. 522.
(16) MOSSET ITURRASPE, Jorge, “La frustración del
contrato”, Ed. Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 1991, p. 51.
(17) BREBBIA, Roberto, “La Equidad en el Derecho de
Daños”, publicado en la Revista de Responsabilidad Civil y
Seguros, en la Sección de “Páginas Clásicas”, del mes de
abril de 2014, p. 242.
(18) GHERSI, Carlos Alberto, “Metodologías de la investigación en ciencias jurídicas”, (con la colaboración de
Sebastián Ghersi), donde explica que el Derecho (en general) no es un fin en sí mismo, sino que es solamente una
herramienta para la protección de la persona; Edic. Gowa,
Buenos Aires, 2007, p. 56.
(19) WEINGARTEN, Celia, “La equidad económica
como principio general del derecho”, publicado en JA, de
fecha 9 de enero de 2001, p. 9.
(20) LOUZAN de SOLIMANO, Nelly Dora, “La Aequitas”, donde con toda precisión se enseña que: “...la equidad tiene una importancia extraordinaria como agente
corrector de las relaciones sobre todo económicas de las
sociedades en vías de desarrollo, donde las leyes son absolutamente insuficientes para afrontar y resolver con
suficiente eficacia los problemas que plantea la creación
y mantenimiento de un orden social justo, caritativo, libre
y, por consiguiente, pacífico...”; publicado en Aequitas, Número Especial 50º Aniversario de la Facultad de Ciencias
Jurídicas, Tercera Etapa, Año I, Número I, 2007 (la letra
en negrita, es nuestra), Ediciones Universidad del Salvador, febrero de 2008, p. 16.
(21) FIDELIBUS, José María, “Equidad: primer parámetro para el juez del Estado de Derecho”, publicado en el
diario LA LEY, de fecha 10 de octubre de 2014, p. 6.
(22) STIGLITZ, Rubén, “Derecho de Seguros”, Ed.
Abeledo-Perrot, quinta edición actualizada y ampliada,
Buenos Aires, 2008, p. 364.
(23) SOBRINO, Waldo - GAVA, Adriel - TORTORELLI,
Mercedes (Directores), “Ley de Seguros Comentada”,
art. 58, publicado en www.laleyonline.com
(24) COMPIANI, Fabiana, “El Código Civil y Comercial”, en Actualidad en Derecho de Seguros, diario LA LEY,
de fecha 26 de noviembre de 2014.
(25) PIEDECASAS, Miguel, “Consumidor y Seguros”,
Capítulo XVI Prescripción, donde entiende que un plazo de
prescripción de tres (3) años sería razonable, publicado en
el diario LA LEY, de fecha 23 de junio de 2014 p. 6.
(26) BOFFI BOGGERO, Luis María, “Tratado de las
Obligaciones”, t. 4, acápite nº 1.734 Fundamentos, Ed. Astrea, Buenos Aires, 1986, p. 613.
(27) BIONDA, Rodrigo, “La imprescriptibilidad de las
acciones”, en Prescripción Liberatoria. Caducidad de Dere-
cho, al enseñar que “contra lo que pueda parecer,
jamás se debe olvidar que la Constitución Nacional forma parte del Derecho positivo argentino”.
En el mismo sentido y con la finalidad que lo
expuesto en el art. 42 de la Carta Magna no se
convierta casi en un oxímoron, es que el art. 1
del Código Civil y Comercial de la Nación, conociendo ciertas falencias estructurales de
nuestra cultura jurídica, recuerda y reitera
que: “...la interpretación debe ser conforme con la
Constitución Nacional...”
Así, resalta la trascendencia básica, total y
absoluta de la Carta Magna (31).
Alguien podría decir, casi despectivamente,
¡“vaya novedad...”!
VI.2) Pero en nuestra opinión el art. 1, referido a “Fuentes y aplicación”, del Código Civil y
Comercial, deviene imprescindible para analizar cuestiones como las que estamos estudiando ahora, dado que, como bien enseñaba Miguel de Unamuno, “hay verdades que por conocidas, se callan; pero que por callarse, se olvidan”
O, para decirlo con palabras de Julio César
Rivera, resulta “casi inexplicable el largo silencio
de la doctrina argentina —en particular la civilista— sobre la íntima relación del Código con la
Constitución...” (32).
Pues bien, entonces continuaremos nuestro
análisis de la prescripción de los seguros para los
consumidores iluminados por el faro de justicia
que surge del art. 42 de la Carta Magna...
De esta forma, para decirlo sin ambages ni
circunloquios: el Art. 42 de la Constitución Nacional ordena proteger a los consumidores (v.gr.
asegurados y consumidores de seguros) frente a
los proveedores (v.gr. Compañías de Seguros), con
la finalidad de defender la dignidad de las personas (33).
Y, el tema de la dignidad del ser humano es
medular en el siglo XXI.
Ello es así, porque cada vez se violenta y
desprecia más la dignidad de las personas, o
parafraseando a Franz Wieacker (citado por
{ NOTAS }
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
(1) LARENZ, Karl, “Derecho Justo (fundamentos de éti-
ca jurídica)”, traducción de Luis Diez-Picazo, Ed. Civitas,
Madrid, España, 1995.
(2) BOFFI BOGGERO, Luis María, “Tratado de las Obligaciones”, t. 4, acápite nº 1.734 ‘Fundamentos’, Ed. Astrea,
Buenos Aires, 1986, p. 608.
(3) GHERSI, Carlos, “La Prescripción Liberatoria en
el Proyecto de Código Civil y Comercial”, Cap. 51, en Prescripción Liberatoria. Caducidad de Derecho y de Instancia, Ed. La Ley, Buenos Aires, 2013, p. 898.
(4) KENNEDY, Duncan, “La enseñanza del Derecho
(como forma de acción política)”, Ed. Siglo Veintiuno, Buenos Aires, 2014.
(5) SALVAT, Raymundo, “Tratado de Derecho Civil Argentino”, t. III, ‘Obligaciones en General’, Cap. VIII “De la
Prescripción Liberatoria”, acápite nº 2.047 (la letra en bastardilla es nuestra), actualizado por Enrique Galli, sexta edición,
Tipográfica Editora Argentina, Buenos Aires, 1956, p. 389.
(6) RIPERT, Georges - BOULANGER, Jean, “Tratado
de Derecho Civil según el Tratado de Planiol”, traducción
de la Dra. Delia Garcia Daireaux, bajo la Supervisión del
Dr. Jorge Joaquín Llambías, t. V, ‘Las Obligaciones (Segunda Parte)’, parágr. nº 2009 ‘Fundamentos de la Prescripción’, Ed. La Ley, Buenos Aires, 1987, p. 615.
(7) MAZEAUD, Henri y Léon - TUNC, André, “Tratado Teórico y Práctico de la Responsabilidad Civil Delictual
y Contractual”, t. tercero, Vol. primero, traducción de la
quinta edición por Luis Alcalá-Zamora y Castillo, parágr.
nº 2.118-2 ‘Prescripción’, Ediciones Europa-América, Buenos Aires, 1963, p. 258.
(8) BARBATO, Nicolás, “La citación en garantía del
asegurador”, publicado en El Derecho, t. 150, Nota 23 (la letra en bastardilla es nuestra), ps. 162 y 163, donde expone
que el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación
(que se encuentra publicado en JA, t. 67, p. 724).
(9) JUNYENT BAS, Francisco - FLORES, Fernando,
“El plazo de prescripción en las relaciones de consumo:
cho y de Instancia, bajo la dirección de Carlos Ghersi, Ed.
La Ley, Buenos Aires, 2013, p. 172.
(28) JERRY II, Robert H., “Understanding Insurance
Law”, Ed. Mathew Bender & Company, New York, Estados Unidos, 1987, p. 287.
(29) KEETON, Robert F. - WIDISS, Alan, “Insurance
Law (a guide to fundamental principles, legal doctrines
and commercial practices)”, cita el texto de la Commercial
General Liability Coverage Form (Claims Made coverage),
donde se establece que “...this insurance applies to ‘bodily
injury’ and ‘property damage’ only if a claim for damages
because of the ‘bodily injury’ or ‘property damage’ is first
made against any insured during the policy period...”, Ed.
West Publishing Company, Minnesota, Estados Unidos,
1988.
(30) Por una cuestión casi de deber cívico, tenemos
que señalar que uno de los motivos de esta modificación,
se encuentra relacionada con la absurda e inconstitucional ley 26.944, que tiene como finalidad antirepublicana,
limitar y restringir la responsabilidad del Estado y funcionarios públicos (Ver: GHERSI, Carlos, “Ley de Responsabilidad del Estado: los Funcionarios Públicos”, donde con
toda claridad se afirma que esta ley “...solo brinda la impunidad a los funcionarios públicos...”, publicada en RCyS,
del mes de noviembre de 2014, p. 5.
(31) HESSE, Konrad, “Derecho Constitucional y Derecho Privado”, donde señala que “...llama la atención que
haya recibido hasta ahora un tratamiento tan escaso la
relación del Derecho Constitucional con el Derecho Privado...”, Ed. Civitas, Madrid, España, 1995, p. 31.
(32) RIVERA, Julio César, “La Constitucionalización
del Derecho Privado en el Proyecto de Código Civil y Comercial”, en Comentarios al Proyecto de Código Civil y Comercial de la Nación 2012, Cap. I, Ed. Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2012, ps. 2 y 4.
(33) GHERSI, Carlos, “La dignidad como principio general del derecho”, p. 3, publicado en el diario LA LEY, de
fecha 8 de agosto de 2014.
miércoles 25 DE febrero DE 2015 | 3
Konrad Hesse) (34), estamos asistiendo a una
clara “...deshumanización silenciosa...”
VI.3) De manera tal que se puede afirmar
que:
- la dignidad es un principio general del Derecho
- la dignidad es uno de los principales fundamentos del Derecho de los Consumidores.
- el Derecho de los Consumidores forma parte
de los Derechos Humanos.
VI.3.1) La dignidad es un Principio general del
Derecho:
Con toda precisión Carlos Ghersi ha enseñado que “...la dignidad es el valor central del ser
humano...”, dado que se trata algo inherente a
las esencia humana, de manera tal, que es “...
un principio general del Derecho que se expande
sobre todo el ordenamiento jurídico, con jerarquía
constitucional...” (35).
O, recordando a Robert Alexy (36), quien
desde el mismo inicio de su obra referida a los
Derechos Fundamentales hace expresa referencia a “...los derechos fundamentales a la dignidad...”.
VI.3.2) La dignidad es uno de los principales
fundamentos del Derecho de los Consumidores:
A su vez, también hay que señalar que una
de las bases axiológicas de los Derechos de los
Consumidores es —justamente— la dignidad
de la persona (37). Ello implica un concepto superador de una idea meramente economicista
del Derecho, sino que —por el contrario—,
como bien se señala en el art. 42 de la Constitución Nacional, con los derechos de los consumidores se busca proteger la dignidad de las
personas.
VI.3.3) El Derecho de los Consumidores forma
parte de los Derechos Humanos
A ello hay que agregarle otra cuestión básica y fundamental que fuera inicialmente resaltada por Carlos Ghersi, al afirmar que: los
Derechos de los Consumidores forman parte de
los Derechos Humanos. (38)
Dicha postura fue tomada por varios Tribunales (por todos: el Superior Tribunal de Justicia de Corrientes, en los autos “Finanpro S.R.L.
vs. García, Ramón s/Ejecutivo”, de fecha 28 de
Noviembre de 2014, donde se determina que
“...los derechos del consumidor, que como tales,
son una especie del género ‘derechos humanos’)
(conf. Ghersi, C. y otros ‘Derecho y responsabilidades de las empresas y consumidores’)...”.
VI.4) Lo antes expuesto va a implicar que
al ser los Derechos de los Consumidores una forma de proteger la “dignidad” de las personas
(art. 42 de la Carta Magna) y encontrarse incluidos dentro de los Derechos Humanos, es que
necesariamente debemos abrevar en el art. 75,
inciso 22 de la Constitución Nacional, que le
otorga a los Tratados Internacionales la categoría de normativa supralegal.
Así, entre tantos tratados internacionales incorporados por el art. 75, inciso 22 de la Carta
Magna, con categoría de normas supralegales,
podemos mencionar —con relación al tema de
la dignidad— al Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, donde
se determina que “...los principios enunciados en
la Carta de las Naciones Unidas, la libertad, la
justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad inherente a todos los
miembros de la familia humana y de sus derechos
iguales e inalienables...”
VII. Art. 75 inc. 22 de la Carta Magna: Tratados
internacionales (“control de convencionalidad”)
VII.1) Todo lo antes expuesto, cuya senda
fuera iniciada por Carlos Ghersi (39) al enseñar que los Derechos del Consumidores forman
parte de los Derechos Humanos (40), marca que
en forma imprescindible, el tema sub examine
debe ser analizado a la luz de lo expuesto en
el art. 75, inciso 22 de la Carta Magna, donde
se hace referencia a los tratados internacionales
VII.2) Ello implica, que ex officio, el juez debe
realizar un control de convencionalidad.
Ello fue determinado por la Corte Internacional de Derechos Humanos, en los autos caratulados “Trabajadores cesados del Congreso vs. Perú”
de fecha 24 de noviembre de 2006, donde se
determinó que “...los órganos del Poder Judicial
deben ejercer no sólo un control de constitucionalidad, sino también de convencionalidad ex officio,
entre las normas internas y la Convención Americana...” (41).
Dicha postura luego fue ratificada por la
Corte Suprema de Justicia de la Nación, in re “Videla, Jorge y Massera, Emilio Eduardo s/Recurso
de casación”, de fecha 31 de agosto de 2010 (42).
Incluso, la doctrina judicial ha ido evolucionando en pos de la protección de los Derechos
Humanos, dado que en el caso antes citado de
“Trabajadores cesados del Congreso vs. Perú” de
fecha 24 de noviembre de 2006, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ordenaba que
los Tribunales Nacionales debían aplicar de
oficio las Cláusulas de la Convención Americana.
Pero, luego, yendo mucho más allá, la misma
Corte Interamericana de Derechos Humanos, en
los autos caratulados “Fontevecchia y D’Amico
vs. Argentina”, sentencia de fecha 29 de Noviembre de 2011 (43), ordenó que los tribunales
nacionales, también debían seguir las pautas de
la jurisprudencia y de interpretación de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos (44).
Este principio también ya había sido sentado en el caso “Almonacid Arellano vs. Chile”, de
fecha 26 de septiembre de 2006, cuando la Corte Interamericana de Derechos Humanos ordenó
que “...el Poder Judicial debe tener en cuenta no
solamente el tratado, sino también la interpretación que del mismo ha hecho la Corte Interamericana, intérprete último de la Convención Americana...” (45).
Incluso deviene fundamental recordar el
caso “Liliana Ortega y otras s/Medidas cautelares vs. Venezuela” de fecha 4 de mayo de 2004,
donde la Corte Interamericana de Derechos Humanos, resaltó que “...del artículo 27 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados
de 1969, los Estados no pueden por razones de
orden interno dejar de atender la responsabilidad
internacional ya establecida...”, determinado
que se deben aplicar las pautas de la Convención Americana, aunque el derecho nacional
interno no esté en consonancia (46).
VII.3) De manera tal que, a continuación,
cuando analicemos las cuestiones referidas a
la prescripción de los seguros respecto a los Derechos de los Consumidores, que es uno de los derechos que se encuentra dentro de los Derechos
Humanos, dado que está en juego la dignidad
de la persona (47), es que vamos a tener que estudiar el tema a través del prisma de la Constitución Nacional (v.gr Control de Constitucionalidad) y los tratados internacionales (Control
de convencionalidad), teniendo presente que la
principal pauta de estudio es el principio ‘pro
hominis’ (en el sentido de la protección integral
del ser humano) (48).
* Principio de progresividad
* Principio de irreversibilidad
* Principio “pro hominis”
Así, con relación al principio “pro hominis” (51), en nuestra obra Consumidores de Seguros (52), ya hemos resaltado la trascendencia e
importancia que tiene para la protección al ser
humano (53) (54).
Ello implica, como bien enseñan Juan P. Cafiero y Marisa Graham, que “...debe aplicarse
al caso concreto la norma más favorable al ser
humano, es decir, la aplicación del principio
‘pro hominis’...” (55).
VII.5) La Corte Interamericana de Derechos
Humanos y los “...plazos de prescripción excesivamente breves...”
Complementando lo antes expuesto y a guisa de analogía (respecto a la Corte Interamericana de Derechos Humanos con referencia a los
plazos muy breves de prescripción), aunque se
trata de casos distintos, dado que se hacía referencia a las torturas (pero siempre dentro de
la temática de los Derechos Humanos), hay que
señalar que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (56) en el caso “Bueno Alves vs.
Argentina” (Supervisión de cumplimiento de
sentencia; resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de 5 de julio de
2011) ha criticado cuando existen “...plazos de
prescripción excesivamente breves...”.
VII.6) De manera tal que a esta altura del
presente trabajo, hay que dejar sentado que la
doctrina judicial de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, que es obligatoria y de aplicación de oficio por los tribunales nacionales,
basándose —entre otros— en el principio “pro
hominis” (57), ha enseñado que: violan las pautas
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos aquellos Estados miembros que aplican
“...plazos de prescripción excesivamente breves...”.
VIII. Modificación del art. 50 de la Ley de Defensa
del Consumidor
VII.4) Continuando con las pautas de razonamiento antes trazadas, es que, siguiendo a Andrés Gil Domínguez (49), citado por Mario A. Juliano, (50) debemos recordar algunos de los Principios de Derecho Internacional para la valoración y
aplicación del control de convencionalidad, son:
VIII.1) Sobre esta cuestión Fabiana Compiani señalaba que en la versión del Anteproyecto
que no modificaba el art. 50 de la Ley de Defensa del Consumidor se aplicaba “...el plazo
trienal del art. 50 de la ley 24.240, reformada por
la ley 26.361, para los contratos de seguro de consumo...” (58).
* Principio de autoejecutoriedad (o de eficacia
directa)
continúa en página 4
cimiento constitucional argentino”, Ed. Ediar, Buenos Aires, 2007.
(50) JULIANO, Mario Alberto, “Control de Convencionalidad”, Cap. 5 Control de Convencionalidad, publicado en:
derecho-a-replica.blogspot.com.ar/2009/08/el-controlde-convencionalidad.html
(51) EKMEKDJIAN, Miguel Angel, “Manual de la Constitución Argentina”, Ed. Lexis Nexis / Depalma, Buenos
Aires, 2002, p. 88.
(52) SOBRINO, Waldo, “Consumidores de Seguros”,
acápite II.3.2.3, Ed. La Ley, Buenos Aires, 2009, ps. 67 a 70.
(53) CNCiv., Sala “A”, en los autos caratulados “P. A.; A.
vs. Arte Grafic - Ed. Arg. S.A. s/Daños y Perjuicios”, de fecha
2 de septiembre de 1991, donde se sostuvo que “...aún cuando pueda considerarse que todos los derechos fundados en
cualquiera de las cláusulas constitucionales tienen igual jerarquía, el intérprete debe armonizarlos y decidir cuál es el
que debe prevalecer...”; agregando que “...en la cúspide de
los derechos civiles se encuentran el derecho a dignidad humana y sus derivados (libertad de conciencia, intimidad, defensa, etc.), que no pueden ceder ante el derecho a la libertad
de expresión, también de naturaleza constitucional, pero
que no debe invocarse en desmedro del respeto que merece
la privacidad de los ciudadanos, por humildes o encumbrados que sean...” (sumario: C0007393; SAIJ).
(54) CJ Catamarca, en los autos “Lucero, Francisco
Nicolás vs. Obispado de Catamarca y/o José Brenner s/
Indemnización por violación al derecho a la intimidad y
Daño Moral”, donde se sentenció que “...no todos los dere-
chos son iguales, puesto que hay algunos más valiosos que
otros, lo que obliga, en caso de conflictos de valores, a optar por la de mayor jerarquía...”, de fecha 28 de agosto de
2000 (Sumario: 700011903; SAIJ).
(55) CAFIERO, Juan Pablo - GRAHAM, Marisa, “Tratados sobre Derechos Humanos”, en Jerarquía Constitucional
de los Tratados Internacionales, bajo la dirección de Juan Carlos Vega y Marisa Adriana Graham, Cap. II (la letra en bastardilla es nuestra), Ed. Astrea, Buenos Aires, 1996, p. 40.
(56) PARRA VEGA, Oscar, “La jurisprudencia de la
Corte Interamericana respecto a la lucha contra la impunidad: algunos avances y debates”, donde se expone que la
Corte Interamericana de Derechos Humanos resaltó que,
con independencia de si una conducta constituye un crimen de lesa humanidad, no era admisible la prescripción
en el caso concreto teniendo en cuenta:...iii) el rechazo del
Comité de Derechos Humanos (en su Observación General 31) a “plazos de prescripción excesivamente breves”
cuando se relacionan con delitos según el derecho internacional o en la legislación nacional, entre ellos la tortura;
en www.palermo.edu /derecho/revista_juridica/ pub13/
13JURIDICA_ 01PARRAVERA.pdf;
(57) GARRIDO CORDOBERA, Lidia, “Aplicación de los
principios de No Regresión, de Solidaridad y Pro Homine
(desafío ambiental del siglo XXI)”, publicado en el diario
LA LEY, de fecha 12 de diciembre de 2014.
(58) COMPIANI, Fabiana, “El Código Civil y Comercial”, en Actualidad en Derecho de Seguros, diario LA LEY,
de fecha 26 de noviembre de 2014.
{ NOTAS }
(34) HESSE, Konrad, Derecho Constitucional y Derecho Privado, p. 74, traducción de Ignacio Gutiérrez Gutiérrez, Ed. Cuadernos Civitas, Madrid, España, 1995.
(35) GHERSI, Carlos, “La Dignidad como principio general del Derecho”, publicado en el diario LA LEY, con fecha 8 de agosto de 2014.
(36) ALEXY, Robert, “Teoría de los Derechos Fundamentales”, Introducción, traducido por Carlos Bernal Pulido, Ed. Centro de Estudios Políticos y Constitucionales,
Madrid, España, 2008, ps. 5 y 6.
(37) LOVECE, Graciela, “Una nueva base para seguir
creciendo”, en Reforma a la Ley de Defensa del Consumidor,
bajo la dirección de Roberto Vázquez Ferreyra, Capítulo
III , Ed. La Ley, Buenos Aires, abril de 2008, p. 77.
(38) GHERSI, Carlos (Coordinador), “Los Derechos
del Consumidor”, Cap. I, Dra. Mariotto, Ediciones Mora,
Buenos Aires, 1994.
(39) GHERSI, Carlos (Coordinador), “Los Derechos del
Consumidor”, Capítulo I, Dra. Mariotto, Ediciones Mora,
Buenos Aires, 1994.
(40) En sentido análogo se puede consultar: TAMBUSSI, Carlos Eduardo, “Los Derechos del Consumidor como
Derechos Humanos”, publicado en www.gordillo.com/
pdf/der_hum/capitulo_IX
(41) JULIANO, Mario Alberto, “Control de Convencionalidad”, Capítulo 5, Control de Convencionalidad, publicado en: derecho-a-replica.blogspot.com.ar/2009/08/el-control-de-convencionalidad.html
(42) MARANIELLO, Patricio Alejandro, “Inconstitu-
cionalidad de oficio, actualidad y límites”, diario LA LEY,
de fecha 10 de septiembre de 2014, p. 1.
(43) MARANIELLO, Patricio Alejandro; “Inconstitucionalidad de oficio, actualidad y límites”, diario LA LEY,
p. 1, de fecha 10 de septiembre de 2014, p. 1.
(44) VELÁSQUEZ POSADA, Obdulio, “Responsabilidad Civil Extracontractual”, Parte Segunda, cap. primero,
acápite .1.B) La reparación del daño en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Ed. Temis, Colombia, Bogotá,
2013, ps. 106 y ss.
(45) JULIANO, Mario Alberto, “Control de Convencionalidad”, Capítulo 5 Control de Convencionalidad, publicado en: derecho-a-replica.blogspot.com.ar/2009/08/elcontrol-de-convencionalidad.html
(46) VILLANUEVA, Marcos Agustín, “El control de
convencionalidad y el correcto uso del margen de apreciación: medios necesarios para la protección de los derechos humanos fundamentales”, ponencia presentada
en el “Congreso de Derecho Público para estudiantes y
jóvenes graduados” de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, de fecha 31 de mayo y 1 de junio
de 2012.
(47) GHERSI, Carlos, “La Dignidad como principio general del Derecho”, publicado en el diario LA LEY, con fecha 8 de agosto de 2014.
(48) DE LORENZO, Miguel Federico, “El principio de
no dañar al otro”, publicado en el diario LA LEY, de fecha 1
de septiembre de 2014, p. 1.
(49) GIL DOMÍNGUEZ, Andrés, “La regla de recono-
4 | miércoles 25 DE febrero DE 2015
viene de PÁGINA 3
Pero, luego agrega (y aquí discrepamos con
la distinguida jurista), que al haberse modificado el art. 50 de la ley 24.240, al limitar el plazo
trienal solamente a las sanciones administrativas, es que el plazo aplicable a los seguros será
de un año (art. 58 de la Ley de Seguros).
VIII.2) Nosotros tenemos una visión diametralmente opuesta, ya que si bien coincidimos
en que el plazo del art. 50 de la Ley de Defensa
del Consumidor ya no es más aplicable para la
prescripción en general de los consumidores,
nuestra conclusión es que se ha favorecido a los
consumidores.
VIII.3) En primer lugar, es pertinente recordar que, por una cuestión metodológica y sistemática, la doctrina había realizado críticas
a la inclusión del término de prescripción de los
consumidores del art. 50, dentro del Capítulo
XII “Procedimiento y Sanciones”, que a su vez
formaba parte del Título II “Autoridad de aplicación. Procedimiento y Sanciones”. De manera tal que ahora dicha norma regula el plazo
de prescripción de las acciones administrativas.
VIII.4) En segundo término, habría que decir que la Ley de Defensa del Consumidor no
tiene un plazo dentro de su normativa.
Pero, alertamos claramente, que ello no
quiere decir que los consumidores no tengan un
plazo de prescripción específico determinado
por la normativa vigente.
Al contrario, los consumidores tienen un plazo de prescripción de cinco años, de acuerdo a lo
que seguidamente seguiremos desarrollando.
IX. Art. 3 de la Ley de Defensa del Consumidor
IX.1) Con relación a la prescripción en el tema
de seguros y los consumidores, debemos abrevar
en el art. 3 de la Ley de Defensa del Consumidor, como bien enseña el joven y brillante profesor marplatense Federico Álvarez Larrondo (59).
IX.2) En efecto, el art. 3 de la ley 24.240, en
lo que aquí nos interesa, nos brinda pautas fundamentales para el tema sub examine, cuando
hace expresa referencia a la “integración normativa”.
Según vimos con anterioridad, la Ley de
Defensa del Consumidor, ya no tiene un plazo
propio de prescripción para las acciones judiciales.
Ello va a implicar que ante dicha carencia
debe realizarse una “...integración normativa...”.
Y, dicha integración normativa de los consumidores, en primer lugar, va a hacer escala
técnica en el Nuevo Código Civil y Comercial
que “...recupera una centralidad para iluminar
a las demás fuentes...”, estableciendo “...pisos
mínimos de tutela conforme con el principio de interpretación más favorable al consumidor...” (60).
IX.3) Recordando principios liminares y básicos de nuestra Carta Magna, es que en los
“Fundamentos” del Código Civil y Comercial
se brinda una respuesta puntual, específica y
concreta al tema que estamos analizando de la
integración normativa
IX.4) Así, los redactores liderados por el Ricardo Luis Lorenzetti determinaron que: “...se
propone incluir en el Código Civil una serie de
principios generales de protección al consumidor que actúan como una “protección mínima”,
lo que tiene efectos importantes:
a) En materia de regulación, ello implica que
no hay obstáculos para que una ley especial establezca condiciones superiores
b) Ninguna ley especial en aspectos similares
puede derogar esos mínimos sin afectar el sistema… Por lo tanto, estos “mínimos” actúan
como un núcleo duro de tutela...” (61).
IX.5) La cuestión es tan clara, que estimamos que no tendría que existir lugar al debate.
Tan así es ello, que la distinguida profesora Fabiana Compiani ha enseñado respecto
a esta cuestión que “...se incluyen en el Código
Civil y Comercial una serie de principios generales de protección al consumidor que actúan como
“protección mínima”, lo que implica que no existe
impedimento para que una ley especial establezca condiciones superiores y ninguna ley especial
—como la de Seguros— en aspectos similares puede derogarlos...” (62).
En efecto, en los Fundamentos se determina
que “...ninguna ley especial...” (por ejemplo, la
Ley de Seguros), en “...aspectos similares...” (en
el caso sub examine sería sobre “Prescripción”),
puede “...derogar esos mínimos...” (es decir, del
plazo de cinco años de Prescripción, ordenado
en el art. 3560).
Es más, los propios Fundamentos del Código
Civil y Comercial de la Nación, determinan que
una “...ley especial...” puede establecer “...condiciones superiores...” de protección a los consumidores.
¡Clarísimo!
X. El art. 1094 del Código Civil y Comercial
X.1) El solo título del art. 1094 establece una
divisoria de aguas, al determinar que con relación a los “Contratos de Consumo”, va a regular
la “interpretación” y la “prelación normativa”.
X.2) Sentado lo antes expuesto, antes de
avanzar, tenemos que analizar si los asegurados
que contratan seguros como “...destinatarios finales...” (art. 1092 del Código Civil y Comercial
y art. 1 de la Ley de Defensa del Consumidor),
son consumidores.
La respuesta es de carácter binario.
Sí o no.
Cara o ceca.
X.3) Entendemos que sin ninguna dificultad
el lector también ha optado por la respuesta
afirmativa, de manera tal que el asegurado que
contrata seguros como destinatario final reviste
el carácter legal de consumidor.
X.4) Así entonces, al ser el asegurado un consumidor, la ley en forma clara, precisa y concreta, ordena la aplicación del art. 1094, referido a los contratos de consumo.
Ello es así, dado que el art. 1094 ordena que
“...las normas que regulan las relaciones de consumo deben ser aplicadas e interpretadas conforme
con los principios de protección del consumidor...”.
X.6) En el análisis del tema de la prescripción
tenemos una opción de hierro:
* “...protección del consumidor...”: prescripción de cinco años (art. 2560 del Código Civil
y Comercial)
* desprotección del consumidor: prescripción
de un año (Art. 58 de la Ley de Seguros)
X.7) Parecería que el art. 1094 fue redactado
en forma particular para resolver el caso sub
examine
Ello es así, dado que el art. 1094 ordena que:
* las “...normas que regulan las relaciones de
consumo...” (art. 42 de la Constitución Nacional; art. 3 de la Ley de Defensa del Consumidor; art. 1092 del Código Civil y Comercial)
* “...deben ser aplicadas...” (art. 2.560 del Código Civil y Comercial)
* “...e interpretadas...” (art. 1 del Código Civil
y Comercial; art. 3 de la Ley de Defensa del
Consumidor)
* “...conforme con los principios de protección
del consumidor...” (art. 65 de la Ley de Defensa
del Consumidor; arts. 1092 del Código Civil y
Comercial)
X.8) Dentro de los primeros comentarios
que se efectuaron sobre el art. 1094 del Código
Civil, merece destacarse a la profesora Fabiana Compiani, que señalaba que “...en materia
de prescripción, cabía aquí la preeminencia de la
normativa de consumo (art. 1094) y la aplicación
trienal del art. 50 ley 24.240 reformada por la
ley 26.361...” (63).
Pero nos adelantamos a resaltar que inmediatamente señala que atento a que el Código
Civil (Ley 26.994) modificó el art. 50 de la Ley
de Defensa del Consumidor, resulta que la
prescripción es de un año, de acuerdo al art. 58
de la Ley de Seguros.
Compartimos la primera parte del razonamiento de Fabiana Compiani, cuando con
toda precisión enseñaba que se debía aplicar
la preeminencia de la normativa de consumo
(art. 1.094), pero, con todo respeto y cariño, disentimos cuando afirma que al modificarse el
art. 50 de la Ley de Defensa del Consumidor,
se debe aplicar el art. 58 de la Ley de Seguros.
Al contrario, sigue plenamente vigente el razonamiento de la preeminencia de la normativa
de consumo (art. 1094), a que hacía alusión la
profesora Compiani y respecto de lo cual Ricardo Lorenzetti, en los Fundamentos, señala
que esos “...principios generales de protección al
consumidor...” son la “...protección mínima...” y
que “...ninguna ley especial en aspectos similares
pueda derogar esos mínimos sin afectar el sistema...”, dado que “...esos “mínimos” actúan como
núcleo duro de tutela...”.
el art. 2560 que el plazo de prescripción es de
cinco años y donde —al decir de los Fundamentos— es que “ninguna ley especial” (léase: Ley de
Seguros), en “aspectos similares” (v.gr. prescripción), puede derogar esos mínimos (art. 2.560,
que establece la prescripción de cinco años),
sin afectar el sistema; justamente porque esos
mínimos son el núcleo duro de tutela de los consumidores.
Entendemos que estamos exponiendo una
interpretación que responde a la letra y espíritu del Código Civil y Comercial y que —además— sigue a pie juntillas lo expuesto en los
Fundamentos.
Es más, nótese que si en el tema sub examine se pretendiera aplicar la prescripción de un
año del art. 58 de la Ley de Seguros, se estaría echando por tierra toda la filosofía proteccionista de los consumidores del Código Civil
(expresamente establecida en el art. 1094) y se
convertiría en letra muerta lo expuesto en los
Fundamentos en la parte de “Contratos de consumo” cuando establece que “...el Código recupera una centralidad para iluminar a las demás
fuentes...” determinando “...los pisos mínimos de
tutela conforme con el principio de interpretación
más favorable al consumidor...”.
X.10) Como consecuencia de lo expuesto,
es que entendemos que la prescripción de los
consumidores en el ámbito de los seguros tiene
un plazo de cinco años, de acuerdo a lo expresamente normado por el art. 2560 del Código
Civil y Comercial (64).
XI. Art. 2 del Código Civil y Comercial: los “...Principios...” y los “...Valores Jurídicos...”
XI.1) Resulta fundamental recordar que el
art. 2 del nuevo Código establece expresas
pautas respecto a la “...interpretación...” de
la ley, determinando que se deberá tener en
cuenta sus palabras, sus finalidades, las leyes
análogas, los tratados internacionales, los principios y los valores jurídicos.
Así, la aplicación del art. 2 va a significar, según la magistral descripción de Renato RabbiBaldi Cabanillas, un “...sometimiento de la ley al
derecho...” (65), dado que, como expresamente
se establece en los Fundamentos, “...cabe distinguir entre el Derecho como sistema y la Ley, que es
una fuente principal, pero no única...”.
XI.2) Así, entrando en el tema de los principios, es que, si se nos permite la licencia (casi
poética), para analizar una situación tan seria,
como es la muerte de los derechos del consumidor, por medio de la prescripción de sus derechos,
abrevaremos en Rudolph von Ihering, que en
su magnífica obra Bromas y Veras en la Ciencia
Jurídica - Ridendo dicere Verum (66), a través del
humor, plantea cuestiones serias.
Y, así entonces, queremos hacer mención a
los “principios” fundamentales de protección a
los consumidores que se encuentran incorporados expresamente en la Constitución Nacional;
en los tratados internacionales (que protegen
la dignidad de la persona —v.gr. los consumidores—) (67); en el Código Civil y Comercial; en la
Ley de Defensa del Consumidor; etc.
X.5) Entendemos que aquí continúa el camino de análisis en favor de los consumidores.
X.9) Concretamente: el art. 1094 ordena el
principio de protección al consumidor, donde en
el tema de la prescripción (dentro de la “protección mínima” y “núcleo duro”), se determina en
¿Realmente se trata de principios fundamentales, que implican una protección mínima de los
consumidores, resultando un núcleo duro de tutela de carácter inderogable, que forma parte del
sumo”; Punto .1) “Método” (la bastardilla es nuestra)
(62) COMPIANI, Fabiana, “Actualidad en Seguros”, Capítulo III “El Nuevo Código Civil y Comercial”, publicado en
el diario LA LEY, p. 10, de fecha 26 de noviembre de 2014.
(63) COMPIANI, Fabiana, “El Contrato de Seguro en el
Código Civil y Comercial”, publicado en el diario LA LEY,
de fecha 22 de octubre de 2014.
(64) ÁLVAREZ LARRONDO, Federico, “Prescripción
en el contrato de seguros celebrado con un consumidor.
Una excusa para analizar el escenario post Proyecto de
Código”, donde expone que “...tenemos un plazo de pres-
cripción establecido por la ley de consumo, ya no en base a
un texto inserto en su cuerpo, sino en base a las pautas del
Código Civil y Comercial que se integran por medio del artículo 3, y que ahora será de cinco años, plazo que continúa
imponiéndose por sobre el plazo prescriptivo de un año de
la ley de seguros...”, cuya copia nos fuera gentilmente remitida por el autor.
(65) RABBI-BALDI CABANILLAS, Renato, “Consideraciones filosóficas-jurídicas en torno del Título Preliminar
del Proyecto de Código Civil y Comercial de 2012”, en Comentarios al Proyecto de Código Civil y Comercial de la Nación
2012, Cap. II, Ed. Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2012, p. 29.
(66) IHERING, Rudolph von, “Bromas y veras en la
Ciencia Jurídica - Ridendo dicere verum”, Ed. Civitas, Madrid, España, 1987.
(67) GHERSI, Carlos, “La dignidad como principio general del derecho”, p. 3, donde en el Acápite V “Conclusiones”, enseña que “...el ser digno —ser humano— y el trato
digno se han convertido en un principio general del derecho que se expande por todo el ordenamiento jurídico, con
jerarquía constitucional...”, publicado en el diario LA LEY,
de fecha 8 de agosto de 2014.
{ NOTAS }
(59) ALVAREZ LARRONDO, Federico, “Prescripción
en el contrato de seguros celebrado con un consumidor.
Una excusa para analizar el escenario post Proyecto de Código”, en particular el Capítulo V El escenario post Código Civil y Comercial y su ley complementaria. El origen de un nuevo
debate y el Capítulo VI La resolución del caso sujeta a comentario, en caso de ser aprobado el Proyecto y su ley complementaria, cuya copia nos fuera gentilmente remitida por el autor.
(60) Ver: “Fundamentos”; Título III “Contratos de Consumo”; Punto .1) “Método”, subpunto .d)
(61) Ver: “Fundamentos”; Título III “Contratos de Con-
miércoles 25 DE febrero DE 2015 | 5
orden público, merced a la constitucionalización
del derecho privado, que conformó un bloque de
constitucionalidad ?
¿O no?
¿O son todas frases huecas?
¿O se trata de una sarta de oquedades?
XI.3) Este casi soliloquio (68) me hace acordar a Groucho Marx (69), cuando, ácida y profundamente, señalaba:
“...Estos son mis principios, pero si no le gustan,
tengo otros…” (¡!).
XI.4) Por nuestra parte queremos señalar
que: los Principios están para cumplirse...
O, como bien enseña Robert Alexy, (70) los
principios tienen carácter deontológico, es decir,
son un deber, lo que implica que son obligatorios (71).
En efecto, siguiendo las pautas del profesor
de la Universidad de Kiel, debemos recordar
que los principios son mandatos de optimización (72) que establecen deberes de cumplimiento, dado que se encuentran dentro de las normas deontológicas.
Por ello, corresponde recordar a Ricardo
Lorenzetti, cuando hace referencia al “...principio protectorio de rango constitucional...”, al
resaltar que “...en los casos que se presenta colisión de normas, es importante tener en cuenta
que no es la ley, sino la Constitución Nacional la
que es fuente principal del Derecho Consumerista...” (73).
Así, pues, queremos dejar sentada la trascendente y profunda cuestión de los “Principios” (74) para la interpretación de la ley (art. 2
del Código Civil y Comercial), cuando más
adelante estudiemos el art. 58 de la Ley de Seguros, dado que debemos partir de la premisa
del “...principio protectorio de rango constitucional...” (75).
XI.5) Tanta es la importancia que el nuevo
Código le ha dado a los “valores jurídicos”, que
en los “Fundamentos” se señala que esta solución es coherente con la jurisprudencia de
la Corte Suprema de Justicia de la Nación que
“...reiteradamente ha hecho uso de los principios
que informan el ordenamiento y ha descalificado
decisiones manifiestamente contrarias a valores
jurídicos...”.
XI.6) Si bien no proponemos que se debe
eliminar la prescripción, es que queremos señalar que toda interpretación debe ser absolutamente restrictiva, en especial, cuando se le
están quitando, cercenando y restringiendo
derechos constitucionales a los consumidores
(art. 42 de la Carta Magna).
XI.7) Por otro lado, al analizar el tema de los
principios y valores jurídicos, es pertinente que
nuevamente recordemos lo determinado por
nuestra Corte Suprema de Justicia de la Nación,
cuando enseñaba:
“...si bien la prescripción es una defensa legítima...no debe olvidarse que ella es repugnante al
derecho natural, pues contraría los principios de
equidad...” (76).
XI.8) De manera tal que, al interpretar la ley
(art. 2 del Código Civil y Comercial), que establece que se deben tener muy en cuenta los
principios y los valores jurídicos, es que, al analizar el tema de prescripción frente a los consumidores, debemos recordar particularmente que
nuestra Corte Suprema de Justicia de la Nación
ha señalado que estamos frente a un instituto
repugnante al derecho natural y que —derechamente— ¡contraría los principios de equidad!
XI.9) Incluso tampoco está de más recordar
que la equidad no sólo no es ajena al Derecho de
Seguros, sino que se encuentra normativamente establecida.
En efecto, el art. 25 de la ley 20.091 ordena
que las condiciones contractuales de los seguros deben ser equitativas.
Así, apelando a uno de los mayores maestros
de Derecho de Seguros, como era el genial Isaac Halperín, es que queremos recordar una disertación que diera con fecha 19 de noviembre
de 1969, en la ciudad de Viña del Mar (Chile),
en la XII Conferencia Hemisférica de Seguros,
donde resaltaba principios fundamentales del
seguro, enseñando que “...en manera alguna se
puede apartar la equidad como factor de solución...”.
cirujano jurídico, advertía que “...la jurisprudencia es una ciencia útil, esto es, preordenada
a los fines prácticos de la justicia...” (77).
XI.10) En esta senda también se encuentra
nuestra Corte Suprema de Justicia de la Nación,
al determinar que “...la equidad —según la teoría aristotélica— es una virtud que consiste en
el hábito permanente para interpretar y aplicar
la ley, determinando lo que es justo en cada caso
particular...” (in re: “Ministerio de Cultura y
Educación de la Nación”, Considerando Nº 11,
de fecha 27 de Mayo de 1999) (78).
XI.11) Finalmente, debemos recordar que
los Jueces, también siempre deben realizar
un “Control de Equidad” (79) (80) (81) por una
directa aplicación del Preámbulo de la Carta
Magna y —agregamos nosotros— del art. 2
del Código Civil y Comercial, que en forma
expresa determina que se deben tener en
cuenta los valores jurídicos (que, al decir de
Robert Alexy, son semejantes a los principios,
con la diferencia que éstos tienen un carácter
deontológico y los valores tienen el carácter
axiológico) (82).
XI.12) Todo lo antes expuesto es sin perjuicio de otros valores que siempre corresponde tener en cuenta, que no desarrollaremos
ahora por una cuestión de límites del presente trabajo, pero que por lo menos deben ser
mencionados, como por ejemplo: el bien común
(según la particular perspectiva de Noam
Chomsky (83); o la ética (en el enfoque de Fernando Savater) (84); o la libertad (de acuerdo
a los postulados de Albert Einstein) (85)¸ o incluso, entre tantos otros valores, también la
herejía, como en forma sublime lo enseñaba
José Ingenieros, al hablar de “el valor social de
la herejía” (86), etc.
XII. Art. 58 de la Ley de Seguros
XII.1) Todo el desarrollo antes realizado
respecto a los “principios” y los “valores jurídicos” del art. 2 del Código Civil y Comercial fue
indispensable, dado que nos servirá de base y
fundamento para estudiar ahora el art. 58 de
la Ley de Seguros y su aplicación a los consumidores.
Y, reiterando lo que venimos sosteniendo, en
el sentido que lo expuesto no es mera teoría,
sino absolutamente práctico, es que el recordado Isaac Halperín, con la precisión de un
XII.2) En efecto, dicho desarrollo preliminar
al art. 58 de la Ley de Seguros es para tratar de
poner en perspectiva jurídica, un aislado, viejo,
restrictivo y antifuncional plazo de prescripción
de un año, frente a los nuevos vientos protec-
(76) BARBATO, Nicolás, “La citación en garantía del
asegurador”, publicado en ED, t. 150, Nota 23 (la letra en
negrita y el subrayado, es nuestro), ps. 162 y 163, donde
expone que el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación (que se encuentra publicado en JA, t. 67, p. 724).
(77) HALPERIN, Isaac; “El Juez y la aplicación del Contrato de Seguro”, en la Revista del Derecho Comercial y de las
Obligaciones (la letra en bastardilla, es nuestra), Ediciones
Depalma, Buenos Aires, 1970, ps. 1 y 2.
(78) SALTHU, Juan, “Abandono del proceso laboral
¿caducidad de la instancia o prescripción de la acción?”, publicado en La Ley Gran Cuyo, del mes de agosto de 2006, p.
908, donde también se cita otra parte del fallo de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación, donde se determina que
“...La naturaleza misma de la equidad es la rectificación de la
ley cuando se muestra insuficiente por su carácter universal. La razón de esta virtud es que las leyes —como lo explica Santo Tomás— tienen que referirse sólo a lo general,
no pueden contemplar todos los casos particulares, pues la
materia de las cosas humanas operables es indeterminada y
debe, en consecuencia, serlo también la regla de ellas. Luego la justicia, que consiste en obedecer la ley, tiene que ser
rectificada por esta virtud de la equidad en cuya razón no
se atiende sólo a la letra de aquélla, sino a su espíritu, a la intención que el legislador debió tener, o, a la razón por la cual
la ley manda con autoridad y obliga en conciencia...”; Corte
Suprema de Justicia de la Nación; de fecha 27 de Mayo de
1999, en los autos “Ministerio de Cultura y Educación de la
Nación”.
(79) BOGGIANO, Antonio, “Control de Constitucionalidad y control de equidad”, donde en el Capítulo IV La equidad en la Constitución Nacional, explica que “...el Preámbu-
lo de la Constitución Nacional establece el fin de afianzar la
justicia. Hay dos modos de afianzar la justicia. Declarando
la inconstitucionalidad de la leyes irrazonables y evitando dar a los casos soluciones notoriamente injustas...”. El
profesor Boggiano distingue entre los casos de control de
constitucionalidad y control de equidad, señalando que “...
por ejemplo, hacer soportar el daño por mitad, en un “esfuerzo compartido” puede ser un criterio general aceptable, pero puede conducir a inequidades, aunque no a una
inconstitucionalidad...”, agregando que “...la inequidad
para ser inconstitucional debe ser “enorme”...”. También
enseña que el control de equidad se trata de “...una rectificación o, en rigor, revocación de la norma. Donde la norma
disponía una cosa, por ser esta inequitativa, el juez dispone
otra equitativa...”, publicado en el diario LA LEY, de fecha
2 de septiembre de 2014, p. 1.
(80) BUSTAMANTE ALSINA, Jorge, “Función de
la Equidad en la realización de justicia”, publicado en la
RCyS en la sección de “Páginas Clásicas”, del mes de abril
de 2014, p. 233.
(81) BREBBIA, Roberto, “La Equidad en el Derecho de
Daños”, publicado en RCyS, en la sección de “Páginas Clásicas”, del mes de abril de 2014, p. 242.
(82) ALEXY, Robert, “Teoría de los Derechos Fundamentales”, traducido por Carlos Bernal Pulido, Ed. Centro
de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, España,
2008, p. 125.
(83) CHOMSKY, Noam, “El Bien Común”, Ed. Siglo
XXI Editores, México, 2007.
(84) SAVATER, Fernando, “Ética para Amador”, Ed.
Ariel, Buenos Aires, 1994.
(85) EINSTEIN, Albert, “Mi visión del mundo”, p. 11,
torios de los consumidores que se encuentran
vigentes en el siglo XXI...
XII.3) Así, por un lado, tenemos al art. 58 de
la Ley de Seguros, que fuera pergeñado hace
más de medio siglo, cuando en el año 1959 se
presentó el Proyecto de Ley General de Seguros,
donde imperaba una filosofía individualista
con raíces decimonónicas (siendo pertinente
recordar a Domingo López Saavedra, cuando
señala que el nuevo Código no modificó a la
Ley de Seguros (87).
Asimismo, el propio Isaac Halperín (88) señala que “...el art. 58 ha reemplazado la disposición confusa del art. 853, párrafo 2, Código de
Comercio, por una norma clara...”.
Es decir, que se redactó una norma más clara, pero manteniendo el mismo plazo de un año
que tenía el art. 853 del Código de Comercio
del año 1860...
Ello implica que, habiendo transcurrido más
de un siglo y medio, todavía estamos utilizando
pautas del año 1860 (que fueron seguidas en la
Ley 17.418, de Seguros).
Y, por otro lado, nosotros sostenemos que
también se debe tener muy presente a la Carta Magna (art. 42); el Código Civil y Comercial
(arts. 1; 2, y 1094); la Ley de Defensa del Consumidor (art. 3); etc.
XII.4) Antes de seguir avanzando, debemos
resaltar que la aplicación del art. 58 de la Ley
de Seguros, con una prescripción de un año,
resulta claramente contradictoria y profundamente violatoria de los principios protectorios de
los consumidores.
XII.5) Efectuando una interpretación funcional y armónica de la normativa vigente,
respetando los principios protectorios de los consumidores (art. 42 de la Carta Magna; art. 1094
del Código Civil y art. 3 de la Ley de Defensa
del Consumidor), y efectuando un diálogo de
fuentes, es que:
* el plazo de prescripción del art. 2560 de
cinco años, se utilizaría para los consumidores
de seguros (donde incluimos a los asegurados,
ya sean tanto personas físicas, como también
personas jurídicas —empresas—) (89).
continúa en página 6
{ NOTAS }
(68) UNAMUNO, Miguel, “Soliloquios y Conversaciones”, segunda edición, Ed. Espasa Calpe, Buenos Aires, 1944.
(69) BROWN, David, “El mundo según Groucho Marx:
de la nada a la más extrema pobreza”, Ed. Robin Book,
Buenos Aires, 2005.
(70) ALEXY, Robert, “Teoría de los Derechos Fundamentales”, traducido por Carlos Bernal Pulido, Ed. Centro
de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, España,
2008, p. 125.
(71) www.rae.es
(72) ALEXY, Robert, “Teoría de los Derechos Fundamentales”, acápite 2 “Los Principios como Mandato de
Optimización”, donde explica que “...los Principios son
normas que ordenan que algo sea realizado en la mayor
medida posible, dentro de las posibilidades jurídicas y reales existentes...”, traducido por Carlos Bernal Pulido, Ed.
Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid,
España, 2008, p. 67.
(73) LORENZETTI, Ricardo Luis, “Consumidores”,
Capítulo Segundo Fuentes y Futuro del Derecho del Consumidor; Acápite II Prioridad de la Constitución, segunda
edición actualizada, Ed. Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2009,
ps. 44 y 45.
(74) LARENZ, Karl, “Derecho Justo (fundamentos de
ética jurídica)”, traducción de Luis Diez-Picazo, donde
determina que “...los principios jurídicos son pensamientos directores de una regulación jurídica existente o posible...”, Ed. Civitas, Madrid, España, 1995, p. 32.
(75) LORENZETTI, Ricardo Luis, “Consumidores”, Capítulo Segundo Fuentes y Futuro del Derecho del Consumidor;
Acápite II Prioridad de la Constitución, Segunda Edición Actualizada, Ed. Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2009, ps. 44 y 45.
quien —siguiendo a Schopenhauer— manifestaba que “...
no creo en absoluto en la libertad del hombre en un sentido
filosófico...”, agregando luego que “...actuamos bajo presiones externas y por necesidades internas...”; y es por ello,
que compartía las enseñanzas de Schopenhauer; Ed. Tusquets, Barcelona, España, 2000.
(86) INGENIEROS, José, “Hacia una moral sin dogmas”, dentro del Capítulo de La ética social, dedica un subcapítulo al Valor social de la herejía (Ed. Losada, Buenos Aires, 1996, p. 121).
(87) LOPEZ SAAVEDRA, Domingo, “La vigencia de la
Ley de Seguros y de la de Navegación en el Proyecto de
Unificación de los Códigos Civil y de Comercio”, en Comentarios al Proyecto de Código Civil y Comercial de la Nación
2012, bajo la dirección de Julio César Rivera y la coordinación de Graciela Medina, Ed. Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2012, ps. 1355 a 1360.
(88) HALPERIN, Isaac - MORANDI Juan Carlos Félix
Morandi, “Seguros: exposición crítica de las Leyes 17.418 y
20.091”, t. II, Capítulo XI Prescripción, acápite 2, Edic. Depalma, Buenos Aires, 1983, p. 917.
(89) Señalamos que en nuestra opinión la gran mayoría
de las empresas aseguradas son consumidores de seguros,
dado que son destinatarios finales. Ello es así, ya que las
empresas aseguradas que contratan un seguro no lucran
con el mismo. Como consecuencia de ello, por expresa disposición jurídica, es que tienen que ser legalmente considerados como consumidores de seguros (para un mayor
desarrollo de este tema, se puede consultar: SOBRINO,
Waldo, “Consumidores de Seguros”, acápite II.4.6.2.1 Las
Empresas como Consumidores de Seguros, Ed. La Ley, Buenos Aires, 2009, ps. 165 a 194).
6 | miércoles 25 DE febrero DE 2015
viene de PÁGINA 5
* el art. 58 de la Ley de Seguros queda limitado y circunscripto a los plazos de prescripción
de los reclamos que la compañía de seguros le
pudiera llegar a realizar al asegurado (90).
XII.6) En este estadio del análisis, resulta
pertinente recordar a Ricardo Lorenzetti (91)
cuando bajo el Título de “Conflictos con otras
Leyes Especiales”, por un lado, afirma que la
Ley de Defensa del Consumidor tiene “...Prioridad frente a Leyes Especiales que regulan la
actividad del Proveedor”, enseñando que “...el
legislador soluciona un problema que no es de
interpretación, sino de jerarquía de normas...”,
haciendo expresa mención a “...las leyes referidas a la actividad bancaria, de seguros...”.
Y, por otro lado, en forma expresa, puntual
y específica, bajo el título de “...Prioridad en
materia de Prescripción...” Ricardo Lorenzetti
determina “...una solución similar para la jerarquía en la aplicación de normas en materia
de prescripción...”.
Es decir, la preeminencia de la normativa
consumerista constitucional (92), por sobre cualquier otra ley general o especial (y, muy particularmente, en materia de prescripción), es por
la sencilla y concreta aplicación de la prelación
jerárquica normativa constitucional (93).
De esta forma es que puede colegirse que,
en principio, la prescripción para las víctimas de accidentes de tránsito podría ser de
tres años.
XIII.2) Atento a que excede las pautas del
presente trabajo, es que ahora solamente
señalaremos que, en nuestra opinión, las
víctimas de accidentes de tránsito siguen siendo consideradas como consumidores de seguros en el art. 1092 del Código Civil y Comercial.
Para ello nos remitimos brevitatis causæ
a nuestro trabajo “Las víctimas de accidentes de tránsito siguen siendo consumidores
en el Proyecto de Código” (94), publicado en
el diario ‘La Ley’, de fecha 30 de agosto de
2012 (95) (96).
A guisa de prieto resumen recordamos que
allí decíamos que el art. 68 de la Ley de Tránsito establece el seguro de responsabilidad civil
de carácter “obligatorio”, que:
(i) tiene como “...destinatario final...”, (ii) a
quien “...sin ser parte...”, (iii) obtiene un “...beneficio...” de dicha relación de consumo (v.gr.
Seguros obligatorios) (97).
Y, justamente, el art. 1093, del Código Civil
y Comercial determina que es considerado
como consumidor aquel que:
Entre estos principios fundamentales protectorios de los consumidores (previstos en el
art. 42 de la Constitución Nacional), en materia de prescripción, se encuentra en el art. 2560
del Código Civil y Comercial, que establece una
prescripción de cinco años para los consumidores.
(i) “...sin ser parte...” (ii) es el “...destinatario
final...” de una relación de consumo, (iii) que le
genera un “...beneficio...”.
XII.6) Por todo lo antes expuesto, es que
la aplicación del art. 58 de la Ley de Seguros, con un plazo de prescripción de un año,
queda limitada y restringida al ámbito de los
reclamos de las compañías de seguros a los
asegurados; mientras que el art. 2560, que
establece un plazo de cinco años, se aplica a
los consumidores en general y a los consumidores de seguros, en particular, de acuerdo a
las expresas pautas de los arts. 1 y 1094 del
Código Civil y Comercial.
XIII.3) Tan sólo como manera de comentario casi tangencial recordamos que el
art. 1093 modificó el art. 1 de la Ley de Defensa del Consumidor, eliminando al “...expuesto...” a una relación de consumo.
XIII. Los plazos de prescripción para las víctimas de accidentes de tránsito
XIII.1) En el art. 2561 se establece que los
plazos de prescripción para los daños de responsabilidad civil son de tres años.
Mayor identidad de pautas y conceptos, entre
ambas normas, ¡¡¡resulta imposible...!!!
se sigue rigiendo por las pautas actualmente vigentes del art. 1092 del Código Civil y
Comercial y el art. 1 de la Ley de Defensa
del Consumidor, dado que, como expusimos
anteriormente, la víctima de un accidente
de tránsito es aquel que “...sin ser parte...” es
el “...destinatario final...” de una relación de
consumo, que le genera un “...beneficio...” (de
acuerdo a las expresas mandas del art. 68 de
la Ley de Tránsito, que establece el seguro
obligatorio) (99).
XIII.4) Así, sentado lo antes expuesto, en
el sentido que la víctima de un accidente de
tránsito es un consumidor, es que el tema de
la prescripción no se debe regir por el plazo de
tres años del art. 2561.
XIII.5) En efecto, a las víctimas de accidentes de tránsito se les debe aplicar la prescripción de cinco años, expresamente prevista
en el art. 2560 del Código Civil y Comercial,
dado que se encuentra dentro de la categoría de consumidores (art. 1093 del Código Civil
y Comercial; art. 1 de la Ley de Defensa del
Consumidor; art. 42 de la Constitución Nacional; etc.).
XIV. La suspensión del plazo de prescripción
(art. 2541)
XIV.1) Si bien existen diferencias terminológicas, es menester señalar que el art. 2541
del Código Civil y Comercial es análogo al
art. 3.986 del Código elaborado por Vélez
Sarsfield.
La mayor diferencia radica en el hecho
que en el viejo Código del genio de Amboy
el plazo de suspensión era de un año; en
cambio, de acuerdo a lo determinado por la
ley 26.994, dicho término es de solamente
seis meses.
Más allá que hubiéramos preferido que
se mantuviera el plazo de suspensión de un
año, en lugar del restrictivo de seis meses,
es que seguidamente realizaremos un análisis del art. 2.541, con relación a los seguros.
seguros comienza cuando la obligación es
exigible. Es decir, una vez que está aprobada la liquidación (o vencidos los plazos
del art. 56 de la ley 17.418), la compañía de
seguros tiene quince días para abonar la
indemnización. A partir de dicho plazo es
que comienzan a correr los plazos de prescripción.
XIV.3) En nuestra particular opinión, la
denuncia del siniestro (art. 46 de la Ley de
Seguros) (101), en primer lugar —y como mínimo— (102), implica la “suspensión por intimación fehaciente” del asegurado contra la
compañía de seguros (103) para cobrar el siniestro (104).
XIV.4) Así, pues, la sola presentación de la
denuncia del siniestro (art. 46 de la ley 17.418)
produce iuris et de iure la suspensión de los
plazos de prescripción por el término de seis
meses.
XIV.5) Ello se debe interpretar armónicamente con los arts. 2560 del Código Civil
y Comercial de la Nación para los consumidores, de manera tal que los plazos de cinco
años sólo se van a empezar a contar cuando
se venzan los seis meses de suspensión, establecidos por el art. 2541 del Código Civil y
Comercial.
En efecto, la denuncia del siniestro no es
solamente una noticia que se brinda a la
compañía de seguros, sino que —concretamente— se trata de una intimación fehaciente para que se pague la indemnización del
siniestro.
Nótese que dicha denuncia tiene todas las
características de una intimación, ya que tiene muchas consecuencias jurídicas concretas, como —por ejemplo— que si la compañía
de seguros no se expide dentro de los treinta
días previstos en el art. 56 de la Ley de Seguros (105) (y no pide información o documentación complementaria), es que el siniestro
queda aceptado y reconocido iuris et de iure,
ora en su procedencia legal, ora en su quantum (106).
Pero, según venimos señalando hace
más de un lustro (a través de nuestra Tesis Doctoral, publicada en el Libro Consumidores de Seguros) (98), el “...expuesto...”
era considerado un consumidor de seguros,
para los casos de seguros de responsabilidad civil “no obligatorios” (es decir, seguros de responsabilidad civil de carácter
voluntarios).
XIV.2) Si bien no hemos encontrado doctrina que comparta nuestra opinión (100), es
que, en nuestro criterio, los plazos de la prescripción no deben contarse como se hace habitualmente.
En cambio, en los seguros de responsabilidad civil de carácter “obligatorio”, se regía y
En efecto, la doctrina tradicional afirma que el plazo de prescripción en los
XV.1) Después de transcurridos los seis
meses de suspensión del plazo del art. 2541,
también hay que agregarle, a los asegurados
que son consumidores, las pautas expresamente previstas en el art. 50 de la Ley de Defensa del Consumidor.
(95) Incluso, en nuestra obra “Consumidores de Seguros” (p. 442, Nota 21), citábamos la opinión de Ricardo
Lorenzetti señalando que: “...Ello avala lo que claramente venía exponiendo Ricardo Lorenzetti (incluso, antes
de la reforma de la ley 26.361), cuando enseñaba que el
‘tercero beneficiario’ de un ‘contrato de seguro’ también
debe ser considerado como ‘consumidor’. Allí el destacado jurista manifestaba que: “...el tercero beneficiario:
en estos casos también hay discusión, ya que un contrato puede establecer un beneficio a favor de un tercero.
Por ejemplo: un contrato de seguro se celebra entre dos
partes y hay un tercero beneficiado que no ha intervenido en la celebración...”. Agregando luego que: “...es un
contrato a favor de terceros, en el que el consumidor tiene acciones directas basadas en ese beneficio aceptado,
el que, al ser accesorio de la relación base y siendo ésta
de consumo, también lo es...”; (el destacado es nuestro)
(LORENZETTI, Ricardo Luis, “Consumidores”, Ed.
Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2003, p. 89). Señalamos que
esta postura de Lorenzetti fue ratificada en la actualización de su libro “Consumidores”, Ed. Rubinzal Culzoni,
Santa Fe, 2009, p. 100.
(96) En contra: LÓPEZ SAAVEDRA, Domingo, “El
Seguro frente a la Reforma de la Ley de Defensa del Consumidor”, p. 2, donde afirma con referencia al art. 1º de la
ley 26.361, que “...este artículo, si lo aplicáramos literalmente, abriría la posibilidad de que los terceros en los seguros de responsabilidad civil pudieran ser considerados
como consumidores, con todos los derechos que la Ley de
Defensa del Consumidor le pudiera otorgar a estos últi-
mos, más allá de lo que la Ley de Seguros establece en su
normativa, específicamente, en su artículo 118, con toda la
distorsión normativa que resultaría de la aplicación de una
ley que no ha sido prevista para ser aplicada en el campo
del seguro...”. Y, luego en la nota nº 12, agrega: “...sostiene
ya esta tesis Sobrino, en su reciente trabajo “La inoponibilidad de la franquicia de los seguros obligatorios”, en
LA LEY, 2009-D, 1078...”, publicado en el diario LA LEY, de
fecha 10 de junio de 2009.
(97) SOBRINO, Waldo, Ponencia: “Si bien el Código Civil de 2012 restringe los derechos de los consumidores, las
víctimas de accidentes de tránsito siguen siendo consumidores de seguros”, en las “XXVI Jornadas Nacionales de
Derecho Civil”, organizadas en la Facultad de Derecho de
la Universidad de Buenos Aires, con fecha 26, 27 y 28 de
septiembre de 2013.
(98) SOBRINO, Waldo, “Consumidores de seguros”,
Ed. La Ley, Buenos Aires, 2009.
(99) SOBRINO, Waldo, “Las víctimas de accidentes de
tránsito siguen siendo consumidores en el Proyecto de Código”, publicado en el diario LA LEY, de fecha 30 de agosto
de 2012.
(100) SOBRINO, Waldo - GAVA, Adriel - TORTORELLI, Mercedes (Directores), “Ley de Seguros Comentada”, Art. 58, publicado en www.laleyonline.com
(101) SOBRINO, Waldo - GAVA, Adriel - TORTORELLI, Mercedes (Directores), “Ley de Seguros Comentada”, Art. 46, publicado en www.laleyonline.com
(102) Véase el acápite siguiente .16) “La interrupción
de plazo de prescripción”, donde exponemos los poste-
riores reclamos administrativos ante la compañías de
seguro, es decir “...el inicio de actuaciones administrativas...” (art. 50 de la Ley de Defensa del Consumidor),
conlleva la pertinente interrupción de los plazos de prescripción.
(103) Ello es así, dado que dicha denuncia tiene como
finalidad específica el inicio del plazo de treinta (30) días
del art. 56 de la ley 17.418, para que la compañía se expida
sobre la procedencia del pago del siniestro.
(104) SOBRINO, Waldo - GAVA, Adriel - TORTORELLI, Mercedes (Directores), “Ley de Seguros Comentada”, Art. 56, publicado en www.laleyonline.com
(105) Señalamos que los plazos del art. 56, donde la
Compañía de Seguros tiene treinta (30) días para expedirse y los seis (6) meses de suspensión de la Prescripción (art. 2.541), corren de manera paralela. Así, al
producirse la denuncia del siniestro, comienzan a correr ambos plazos. Y si la aseguradora no rechaza el
siniestro dentro de los treinta (30) días, se producirá la
consecuencia legal de la aceptación del siniestro iuris et
de iure. Pero, en nuestra opinión, los plazos de prescripción, no van a comenzar a correr en ese momento (o en
los quince días posteriores, que es el plazo para el pago
del siniestro), sino, van a recomenzar, después de transcurridos los seis (6) meses de suspensión de la prescripción (art. 2.541), posteriores a la fecha de la denuncia del
siniestro.
(106) SOBRINO, Waldo - GAVA, Adriel - TORTORELLI, Mercedes (Directores), “Ley de Seguros Comentada”, Art. 56, publicado en www.laleyonline.com
XV. La interrupción de plazo de prescripción
{ NOTAS }
(90) Para aquellos muy pocos casos de empresas aseguradas que no sean consumidores de seguros, porque —por
ejemplo— tienen una captive, si bien no se aplicaría la normativa tuitiva de consumo, igualmente entendemos que
por la aplicación analógica del principio general del Código
Civil y Comercial, la prescripción, también sería de cinco
años (art. 2560).
(91) LORENZETTI, Ricardo Luis, “Consumidores”,
Segunda edición actualizada, Autonomía del microsistema,
Rubinzal-Culzoni Editores, Santa Fe, 2009, p. 49.
(92) SOBRINO, Waldo, “¿Se aplica la Ley de Seguros a
los Consumidores?”, tercera parte: La prelación jerárquica constitucional (a propósito del fallo “Buffoni” de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación), publicado en el diario
LA LEY, de fecha 19 de noviembre de 2014, ps. 5 a 8.
(93) LORENZETTI, Ricardo Luis, “Consumidores”,
Capítulo Segundo Fuentes y Futuro del Derecho del Consumidor; Acápite V Conflicto con otras Leyes Especiales, Punto
.1) Prioridad frente a Leyes Especiales que regulan la actividad
del Proveedor, donde se enseña que “...uno de los problemas
más frecuentes que se producen en el Derecho del Consumidor es la colisión con otras normas que regulan actividades específicas de los proveedores...”. Agregando luego
que: “...tales son las leyes referidas a la actividad bancaria,
de SEGUROS...”, segunda edición actualizada, Ed. Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2009, p. 53.
(94) SOBRINO, Waldo, “Las Víctimas de Accidentes
de Tránsito siguen siendo Consumidores en el Proyecto
de Código”, publicado en el diario LA LEY, de fecha 30 de
agosto de 2012.
miércoles 25 DE febrero DE 2015 | 7
Si bien la ley 26.994 eliminó el tema de
“...las acciones judiciales...” del art. 50, es que
siguiendo las pautas de interpretación antes
desarrolladas (v.gr. art. 42 de la Constitución
Nacional; arts. 1, 2 y 1094 del Código Civil y
Comercial; etc.), entendemos que continúa
siendo aplicable a favor de los consumidores
la última parte del art. 50, donde se establece
que se produce la interrupción de la prescripción por el inicio de las acciones administrativas (107).
de las acciones por ante el defensor del asegurado; etc.
XV.2) Así, en primer lugar, señalamos
que al concepto de acciones administrativas
lo interpretamos en forma amplia, de manera tal que van a formar parte de las mismas
los reclamos administrativos ante la misma
compañía de seguros (por ejemplo, presentando una nota de reconsideración o donde
se les reclame que se expidan respecto a
la procedencia del siniestro, etc.) o ante el
D.O.A.A. (Departamento de Orientación y
Asesoramiento del Asegurado) efectuadas
ante la misma compañía de seguros; o los
reclamos incoados por ante la Superintendencia de Seguros de la Nación; o el inicio
Así recordamos que el art. 2546 determina
que la prescripción se interrumpe por “...toda
petición del titular del derecho ante autoridad
judicial que traduce la intención de no abandonarlo...”.
{ NOTAS }
(107) SOBRINO, Waldo - GAVA, Adriel - TORTORE-
LLI, Mercedes (Directores), “Ley de Seguros Comentada”, Art. 58, publicado en www.laleyonline.com
Esta interpretación amplia se encuentra
en sintonía con la filosofía del nuevo Código, que ha establecido que la interrupción
de la prescripción no solamente se produce
por la interposición de la demanda judicial,
sino que, siguiendo las pautas doctrinarias y
jurisprudenciales, la ha ampliado sustancialmente.
Por ello, todos los actos antes señalados,
realizados como acciones administrativas,
también deben ser interpretados en forma
amplia, teniendo a la vista que el asegurado
tiene la intención de no abandonar su derecho
frente a la compañía de seguros.
XV.3) Como consecuencia de todo lo anteriormente expuesto, es que todos y cada
uno de los actos administrativos antes señalados (y que fueran enumerados en forma
meramente enunciativa y no como numerus
clausus) van a producir el efecto legal de la
interrupción de los plazos de prescripción de
consumidores de seguros frente a la compañía
de seguros.
XVI. Conclusiones
Atentos a todo lo antes expuesto es que,
a guisa de conclusiones, podemos señalar lo
siguiente:
XVI.1) Teniendo en cuenta lo normado por la Constitución Nacional (art. 42 y
Preámbulo); los tratados internacionales
(art. 75, inciso 22 de la Carta Magna); la
jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (y el control de constitucionalidad); la jurisprudencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos (y el
control de convencionalidad); los arts. 1, 12,
1094, 1095 y 2560 del Código Civil y Comercial de la Nación; los arts. 3 y 50 de la Ley
de Defensa del Consumidor; los principios y
valores jurídicos (art. 2 del Código Civil y
Comercial); el art. 50 de la Ley de Seguros;
etc., es que la prescripción de los asegurados (consumidores de seguros) es de cinco
años.
XVI.2) Por los mismos fundamentos y la
aplicación del art. 68 de la ley 24.449, es que
el plazo de prescripción para las víctimas de accidentes de tránsito, es de cinco años.
XVI.3) El art. 58 de la Ley de Seguros, que
establece un plazo de un año de prescripción,
queda circunscripto y limitado a los reclamos
que la compañía de seguros le pudiera realizar
al asegurado.
XVI.4) La denuncia del siniestro (arts. 46 y
115 de la Ley de Seguros) produce una suspensión de los plazos de prescripción de seis meses
(art. 2.541 del Código Civil y Comercial).
XVI.5) Además de lo expuesto en el punto anterior, en forma complementaria, en
los casos de consumidores de seguros, cualquier reclamo administrativo (art. 50 de la
Ley de Defensa del Consumidor) produce
la interrupción de los plazos de prescripción. l
Cita on line: AR/DOC/206/2015
MAS INFORMACIÓN
Calvo Costa, Carlos A., “Prescripción extintiva o liberatoria en el Código Civil y Comercial de la Nación”.
Sup. Especial Nuevo Código Civil y Comercial 2014
(noviembre), 237.
Compiani, María Fabiana, “Actualidad en derecho
de seguros”. LA LEY, 2014-F, 1008; “El contrato
de seguro en el Código Civil y Comercial”. LA LEY
22/10/2014, 1.
Álvarez Larrondo, Federico M., “El consumidor
a partir del Proyecto de Código Civil”. RCyS 2013III, 5.
bibliografía
Título: Historia de la Corte Suprema Argentina
Director: Alfonso Santiago (h.)
Editorial: Marcial Pons, 3 tomos, 2014
El jueves 15 de enero de 1863, hace poco
más de 150 años, la Corte Suprema de Justicia de la Nación comenzaba formalmente
su funcionamiento. Desde ese entonces, el
Alto Tribunal ha dictado incontables sentencias en los 337 volúmenes que la contienen en su colección de fallos. Sin embargo,
pese al caudal de tiempo transcurrido, no
ha habido nadie, hasta el presente, que
haya podido sistematizar sólo la historia de
la Corte Suprema.
La historia de la Corte es un anhelo largamente reclamado por la doctrina constitucional. Ya en 1929, al obituar la figura de
Antonio Bermejo, Rafael Bielsa había expresado su esperanza de que, como ocurrió
con el Consejo de Estado francés, algún autor encare el estudio integral de la historia
de la Corte Suprema argentina. Hoy el gran
anhelo de Bielsa ha quedado saldado —en
parte— a través de la obra colectiva de tres
tomos y 2232 páginas dirigida por el Prof.
Alfonso Santiago (h) que aquí se comenta.
De los muchos y buenos trabajos dedicados a la Corte, hubo hasta el presente dos
que se han acercado a un estudio integral.
El primero, escrito en 1920 por Clodomiro
Zavalía, fue la “Historia de la Corte Suprema de Justicia de la República Argentina
en relación con su modelo americano”.
Empero, esa obra quedó trunca ya que sólo
comprendió el estudio de la jurisprudencia
y sus jueces hasta el año de su publicación
y, lamentablemente, no sufrió ninguna
actualización. El segundo está dado por
los sucesivos ensayos escritos por Héctor
Tanzi en su “Historia ideológica de la Corte Suprema”, publicados a lo largo de varios años. El Alto Tribunal ocupó también
la atención de Arturo Pellet Lastra en un
sobresaliente trabajo dedicado a la “His-
toria Política de la Corte” aunque, por no
ser el plan de la obra, no contiene un estudio exhaustivo de la jurisprudencia; por
otra parte, se ciñe al período 1863-1930. En
otros extremos, dos trabajos estudiaron la
evolución jurisprudencial de la Corte: el de
Carlos Fayt, “La Corte Suprema y la evolución de la jurisprudencia” —del año 2004—
y el de Pablo Manili en su “Evolución de
la Jurisprudencia de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación 1863-2007”, publicado
en 2007.
Alfonso Santiago (h) había sistematizado la función institucional de la Corte en
oportunidad de realizar su tesis doctoral
en 1999 dedicada a “La Corte Suprema y
el Control Político”. Dos años más tarde,
publicó un exhaustivo ensayo en la revista
“El Derecho” titulado “Historia de la Corte
Suprema Argentina. Algunos lineamientos
básicos y fuentes para su estudio”. Finalmente, en el año 2008 decidió encarar el
estudio integral de la historia del Tribunal
con el fin de completar, con una perspectiva histórica, lo que en su tesis doctoral
había estudiado jurídicamente.
La más completa y concisa explicación
de la función institucional de la Corte ha
sido expuesta por el primer Secretario
regular que tuvo el Alto Tribunal, José
Miguel Guastavino, quien en el prólogo al
primer tomo de la colección de fallos decía:
“De los tres altos poderes del Estado, que
forman la repartición del Gobierno general, el Judicial tiene la augusta y delicada
misión de interpretar y aplicar, en los casos ocurrentes, la Constitución y las leyes,
dando a los individuos y a los pueblos los
derechos naturales y políticos que la ley
fundamental les reconoce, les acuerda y
garante. Es la Corte Suprema que con la
justicia de sus fallos y con su acción sin estrépito pero eficaz está encargada de hacer
que la Constitución eche hondas raíces en
el corazón del pueblo, se convierta en una
verdad práctica, y los diversos poderes, nacionales o provinciales, se mantengan en la
esfera de sus facultades.”
La historia de la Corte Suprema, no obstante las etapas que se la ha sistematizado, tuvo a mi juicio dos puntos de inflexión
fundamentales. La ruptura del orden constitucional argentino constituyó un período
abierto de 17 años de duración. Lo que para
muchos juristas e historiadores ha sido un
hecho único, que tuvo lugar el 6 de septiembre de 1930, yo lo entiendo como un comienzo. El golpe del ‘30 produjo el descabezamiento del Poder Ejecutivo y la clausura
del Legislativo, pero dejó intacto al Poder
Judicial. El “otro golpe” que cerró el proceso fue la destitución de casi la totalidad
de la Corte Suprema en el juicio político de
1947. Al explicar las etapas de la historia
del Tribunal en su estudio introductorio,
Alfonso Santiago capta bien la relevancia
política del juicio político del ‘47. Señala
así, en consonancia con lo antes apuntado,
que previo a la tradicional división de las
etapas históricas del Tribunal, hay dos etapas perfectamente diferenciables antes y
después del ‘47.
Continuando la huella del plan trazado
por Julio Oyhanarte, en su ya casi legendario ensayo dedicado a la historia del Poder Judicial —que, en rigor, se concentró
en la Corte Suprema—, la obra presenta la
historia del Tribunal en doce etapas encargando el estudio de cada una de ellas a un
cuerpo de investigadores e historiadores
del derecho, aunque con una importante
intervención del director en cada una de
ellas con el fin de mantener un hilo conductor. Viene precedida, asimismo, con un
trabajo introductorio dedicado al estudio
de la administración de justicia durante la
colonia y el período anterior a 1853, escrito
por Héctor Tanzi, quien tuvo a su cargo,
también, el estudio de las dos primeras
etapas de la historia de la Corte (18631903 y 1903-1929) y del período 1966-1973.
María Rosa Pugliese se ocupó del estudio
de la tercera etapa: la Corte de Repetto
(1930-1947); de “Corte Suprema durante el
régimen peronista” (1947-1955) se encargó
Ezequiel Abásolo; de la “Primera Corte de
facto” (1955-1958) lo hizo Astrid Clausen;
de la Corte de Frondizi (1958-1966) —en
el trabajo “la Corte del’60”- Martín Oyhanarte; Juan Luna de la “Segunda Corte
Peronista” (1973-1976); la sensible etapa
del Proceso de Reorganización Nacional
(1976-1983) fue estudiada por Manuel García Mansilla y yo; la Corte de la época de
Alfonsín (1983-1990) estuvo a cargo de Alberto Bianchi; de “la Corte de los nueve”
(1990-2003) se encargó el propio Alfonso
Santiago y, por fin, de la Corte de Lorenzetti —en el trabajo “La Corte en la era
de los Kirchner (2003-2011)”— se ocupó
también Alberto Bianchi. La obra cuenta
también con valiosos estudios estadísticos
respecto de los jueces y hechos históricos
de la Corte Suprema que, por haber sido
realizados integralmente, constituyen un
aporte original adicional.
Clodomiro Zavalía escribió alguna vez
que sólo la gloria militar, con sus estrépitos
y resplandores, se cuida sola. Aunque con
más ayuda, pasan también a la historia los
que triunfan en los parlamentos y en la destacada escena del gobierno. De los jueces,
personalmente, nada queda para el futuro;
sólo los profesionales, cuando por las exigencias de su actividad cotidiana necesitan
recorrer las colecciones de Fallos, se encuentran con los nombres de sus autores,
perdidos ya para el recurso de la generalidad.
La historia del derecho y la magistratura argentina tenían hasta hoy una asignatura pendiente, y es el estudio integral
de la historia de su más Alto Tribunal. La
gloria que es del conocimiento de unos
pocos, no pertenece a la historia. Consustanciados con esa idea es que se encaró la
gran tarea de esta obra, con la aspiración
de dar luz a una historia que marque el
sendero para llegar a otras. Esta es, pues,
a mi juicio, la contribución que con esta
obra ha querido hacerse a la magistratura
argentina.
Jorge Alberto Diegues
8 | miércoles 25 DE febrero DE 2015
jurisprudencia
Caducidad
de instancia
Actos interruptivos del plazo. Ampliación
de la demanda que no fue considerada al
determinar la perención.
Véase en esta página, Nota a Fallo
Hechos: A raíz de una obra pública para
la realización de la primera etapa de la
construcción de un puerto, la cesionaria
de los derechos del contrato demandó a la
Provincia de Tierra del Fuego para que
fuera rescindido el acuerdo por culpa del
Estado local, reclamando los daños. Fue
declarada la caducidad de la instancia pese
a haberse ampliado la demanda, acto que
no fue considerado idóneo para continuar
el proceso por no modificar el objeto inicial.
Interpuesto el recurso extraordinario, la
Corte Suprema de Justicia de la Nación
dejó sin efecto la sentencia impugnada.
La sentencia que declaró la caducidad de
la acción contenciosoadministrativa debe
ser dejada sin efecto si el superior tribunal provincial no evaluó la nuevas circunstancias denunciadas por la reclamante en
su ampliación de demanda, que fue desestimada como acto válido para la interrupción del plazo de perención, pese a que
éstas eran relevantes y conducentes para
evaluar la procedencia de la pretensión.
118.345 — CS, 11/11/2014. - Constructora
Andrade Gutiérrez S.A. y otros c/ Provincia
de Tierra del Fuego s/ contencioso
administrativo.
Cita on line: AR/JUR/53177/2014
[El fallo in extenso puede consultarse en Atención al Cliente, www.laleyonline.com.ar o en
Proview]
nota a fallo
Exceso ritual manifiesto y caducidad de instancia
SUMARIO: I. Antecedentes. — II. El exceso ritual manifiesto. — III. La caducidad de la instancia. Un instituto de interpretación restrictiva. — IV. El
voto de la minoría.
Roland Arazi
I. Antecedentes
La Corte Suprema de Justicia de la Nación
en la sentencia que comentamos, si bien ratifica precedentes de este Tribunal, es interesante destacar por qué una vez más demuestra la importancia de una interpretación
axiológica de la ley, tal como nos enseñó Morello cuando, refiriéndose a la prueba de los
hechos, descalificaba el encasillamiento riguroso de una decisión judicial que contrapone
la verdad formal a la verdad material, señalando que la Corte habla constantemente de
la “verdad jurídica objetiva”. Y nos muestra
varios fallos en ese sentido, tales como “Belgrano 1332 SRL c/Gobierno Nacional” (1) en
el cual se critica la aplicación indiscriminada
o irrazonable de normas procesales cuando
una sentencia con tal perceptiva consagra
una solución arbitraria. (2)
En el fallo que anotamos, la Corte debe
resolver una cuestión donde la solución a
la que se había arribado en la instancia anterior, no sólo estaba reñida con el espíritu
de la norma aplicada sino que, mi animo a
decir, con los principios éticos que deben
priorizarse en el proceso, sobre todo teniendo en cuenta que uno de los litigantes es un
Estado Provincial.
este objetivo se firmaron distintos documentos ratificados por sendos decretos. También
afirmó que en el curso de las negociaciones
la Provincia había reconocido que no contaba con los recursos necesarios para financiar
el emprendimiento y que ese reconocimiento
era trascendente para evaluar la procedencia de su pretensión. Por ello denunció esos
hechos y ofreció como nueva prueba documental los instrumentos mencionados.
En ese estado la demandada solicitó la caducidad de la instancia, invocando también la
defensa de la prescripción.
El Superior Tribunal de la Provincia hizo
lugar a la petición de la demandada señalando que el escrito presentado por la actora
para impulsar el proceso “no hace más que
trasmitirle al Tribunal la situación de progreso en las tratativas de las partes con la
finalidad de solucionar de modo amigable la
controversia”.
Interpuesto recurso extraordinario, la
Corte Suprema, por mayoría, lo declaró procedente y dejó sin efecto la sentencia apelada; calificó el pedido de la demandada como
un inadmisible artificio tendiente a impedir un
pronunciamiento sobre el fondo del pleito.
La actora es cesionaria de un contrato firmado en el año 1996 (más de 18 años antes del
fallo de la Corte) mediante el cual la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas de
Atlántico Sur adjudicó la realización de una
importante obra pública.
El Tribunal federal fundó su sentencia en
dos argumentos básicos, a saber: La aplicación de la doctrina que descalifica el excesivo
rigor formal y la necesidad de interpretar en
forma restrictiva el instituto de la caducidad
de la instancia.
Surge de las constancias del expediente
que la Provincia no logró la financiación para
la obra licitada, y ello llevó a la suspensión
y paralización de los trabajos por casi diez
años. Ante ello, en el año 2009, la contratista
promovió demanda ante el Superior Tribunal de la Provincia solicitando la rescisión del
contrato y el pago de los años y perjuicios.
II. El exceso ritual manifiesto
Según manifestó la parte actora, se iniciaron negociaciones con la Provincia y la
participación de una tercera empresa que se
ofreció a financiar la obra haciéndose cargo
de terminarla y solucionar el conflicto. Con
En el conocido caso “Colallilo” (3) y en números fallos posteriores, la Corte tachó de
arbitrarias las sentencias que, fundadas en
un excesivo apego a la letra de la ley, se desentienden de la solución justa del conflicto
o, como le gustaba decir a Isidoro Eisner,
de la solución más justa posible, de acuerdo
con las circunstancias particulares de cada
caso. Al efecto puede consultarse la clásica
obra de Pedro Bertolino sobre el excesivo
rigor formal, con un análisis de la jurisprudencia. (4)
Un exceso ritual que perjudique la verdad
objetiva o, como en el caso, la solución razonable del litigio, usando palabras del Tribunal es incompatible con un adecuado servicio
de justicia, el cual se encuentra garantizado
por el art. 18 de la Constitución Nacional.
Hay numerosos precedentes en tal sentido
como los reseñan Palacio de Caeiro (5) y Lino
Palacio. (6)
Señala López Mesa, que “el Derecho no se
agota con el texto de la ley, los partidarios de
la legalidad extrema aspiraron a la monopolización del Derecho por la Ley (7)”. Hoy ya no se interpreta la ley desentrañando la voluntad del
legislador, sino valorándola según los principios imperantes en un momento y lugar
determinado. Las leyes integran un sistema
donde deben priorizarse principios y valores.
Entre muchos precedentes de la Corte y para no cansar al lector, me limitaré a
recordar algunos de los fallos donde surge
claramente la necesidad de interpretar la
ley no sólo con base en la intención del legislador sino principalmente valorando sus
consecuencias y una adecuada ponderación
de las circunstancias tomadas en cuenta para
sancionar la ley y, además, la verificación de los
resultados a que su exégesis conduzca en el caso
concreto. (8)
En el caso “Saguir” (9) el Tribunal autorizó
a una menor, representada por sus padres,
a que se practique la ablación de uno de sus
riñones para ser implantado en su hermano, a pesar de que la ley 21.541, vigente en
ese momento, expresamente vedaba esa posibilidad en una persona menor de 18 años
(art. 13). Tuvo en cuenta el Tribunal la edad
de la donante, próxima a cumplir los 18 años,
la gravedad de la enfermedad y la urgencia
de quien recibiría el órgano, y que ésa era la
única posibilidad que tenía de sobrevivir.
Con relación a la edad de la menor merece
destacarse que el Código Civil y Comercial
de la Nación que comenzará a regir a partir
del 1 de agosto de 2015, en varios artículos no
establece una edad fija para determinar la
aptitud de los menores, sino que se refiere al
“grado de madurez suficiente”.
El dictamen del Procurador era contrario
a autorizar la ablación del órgano con base en
el texto literal de la ley, desentendiéndose de
las circunstancias del caso; afortunadamente no fue ése el criterio del Tribunal. El voto
de los Dres. Frías y Gustavino es por demás
elocuente; leemos allí: la inteligencia de un precepto basada exclusivamente en la literalidad de
sus términos conduce a resultados que no armonizan con principios axiológicos superiores, arriba a conclusiones reñidas con las circunstancias
singulares del caso o a las consecuencias notablemente disvaliosas; la interpretación de la ley
debe integrarse a su espíritu, a sus fines y a los
principios fundamentales del derecho en grado y
jerarquía en que éstos son valorados por el todo
normativo.
Es importante que esa forma de interpretar las leyes se extienda a todos los jueces y
tribunales.
Otro fallo muy conocido es el caso “Sejean” (10) donde la Corte declaró inconstitucional la disposición que rigió hasta entonces,
que les negaba a las personas divorciadas la
facultad de contraer nuevo matrimonio. En
la sentencia, sin duda se tuvieron en cuenta
los valores sociales de la época y ella dio lugar, poco tiempo después, a la sanción de la
ley 23.515 que autorizó el divorcio vincular.
Como dije, ésta es una de las premisas en
que se funda el fallo en comentario al decir
expresamente en uno de los considerandos:
Que, en el sub lite, el (tribunal) a quo ha actuado
con excesivo rigor formal y no ha ponderado debidamente los fundados argumentos planteados
por la apelante al responder el pedido de caducidad presentado por el Fiscal de Estado.
III. La caducidad de la instancia. Un instituto de
interpretación restrictiva
La Corte ratifica en el fallo anotado el criterio restrictivo con que tiene que apreciarse
la caducidad de la instancia, cuya procedencia
corresponde descartar en los casos de duda razonable, en los que debe privilegiarse la solución
que mantenga con vida al proceso.
La declaración de caducidad de la instancia
debe declararse excepcionalmente, en tanto
se trata de un modo “anormal” de terminación del proceso. Este carácter restrictivo es
aceptado de manera unánime por la doctrina
y la jurisprudencia, pues la finalidad del proceso es solucionar los conflictos, y no puede
aspirarse a que termine de manera abrupta
antes de arribarse a esa solución; sólo una
manifiesta desidia por parte de quien tiene la
{ NOTAS }
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
(1) Fallos, 310:799.
(2) Morello, Augusto M. “La Prueba. Tendencias
Modernas”, Librería Editora Platense, ps. 18 y ss.
(3) CSJN, “Colalillo, Domingo c/España y Río de la
Plata Cía. de Seguros”, 18/9/57, Fallos, 238:550.
(4) Bertolino, Pedro, “El exceso ritual manifiesto”
Ed. Librería Editora Platense.
(5) Palacio de Caiero, Silvia B., “Recurso Extraordinario Federal, Ed. La Ley, 2da ed., ps. 237 y ss.).
(6) Palacio, Lino E., “Recurso Extraordinario Federal. Teoría y Práctica”, 2da ed., Abeledo-Perrot, ps.
255 y ss., notas 126, 127, 128. 129, 130, 133 y 136.
(7) López Mesa, Marcelo J., “La doctrina de los actos propios en la Jurisprudencia”, Ed, Depalma, ps. 8 y ss.
(8) Fallos 303:917.
(9) CSJN, “Saguir y Dib, Claudia G. s/autorización”,
6/11/1980, Fallos, 302:1284.
(10) CSJN, “Sejean, Juan B c/Zaks de Sejean”,
17/11/1986, Fallos, 308:2268.
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carga de impulsarlo, en forma tal que pueda
presumirse un abandono, justifica el instituto.
En el supuesto que estamos analizando la
mayoría de los miembros de la Corte consideraron que las nuevas circunstancias denunciadas por la actora y los documentos
acompañados eran relevantes y conducentes
para evaluar la procedencia de la pretensión;
lo que correspondía evaluar en esta etapa no era
el valor probatorio de los documentos, sino si
éstos podrían, eventualmente, tener alguna incidencia en el pleito. Y además, a mayor abundamiento, se expresa: cabe recordar que fue la
Provincia quien admitió que las obras estaban
paralizadas desde el año 1999 por falta de fondos e invitó a la actora a negociar en forma ex-
trajudicial para intentar solucionar el conflicto
y continuar con la construcción del puerto. Durante esas tratativas, la contratista actuó con
voluntad conciliadora y aceptó la propuesta de
cesión de derechos.
Se advierte de la lectura de la sentencia
que la CSJN por mayoría amplía el concepto
de los actos que interrumpen la caducidad de
la instancia (art. 311, CPN): no son sólo las actuaciones que hacen avanzar el proceso hacia la sentencia sino también los escritos que
denuncian tratativas extrajudiciales, hechos
nuevos y ofrecen pruebas conducentes, que
inciden en el pleito.
La perención de la instancia debe responder a las particularidades del caso valorando
{ NOTAS }
(11) CSJN, 20/8/96, ED, 170-93; íd. 4/9/2012, “Yoma.
S.A. y otros s/concurso preventivo”; íd. 6/5/2008, “Comellas de Molina, Nancy Lucrecia y otro c/Ricardo,
Zulema de Jesús s/ejecución hipotecaria”, citados por
Arazi, Roland y Rojas, Jorge en “Código Procesal Civil
y Comercial de la Nación. Comentado, Anotado y concordado con los códigos provinciales”, 3ra. ed., RubinzalCulzoni, tº II, p. 279, además de los numeroso fallos citados en la misma obra, p. 280, nota 15.
Abuso sexual
Sentencia condenatoria. Valoración de la
prueba. Rechazo del recurso.
Véase en esta página, Nota a Fallo
Hechos: La sentencia condenó al imputado por el delito de abuso sexual. Interpuesto
recurso de casación, la Cámara lo rechazó.
La sentencia que condenó al imputado
por el delito de abuso sexual debe confirmarse si el conjunto de los testimonios
brindados confluyen en el acaecimiento
todos los elementos que surgen de las actuaciones (11).
IV. El voto de la minoría
Llama la atención que dos juristas notables, que siempre se han destacado por intentar soluciones justas en procura de una
“Justica con rostro más humano” como fue el
lema que convocó a los procesalista en un ya
antiguo Congreso, los Dres. Ricardo Luis Lorenzetti y Carlos S. Fayt, hayan convalidado
la fulminación del proceso por caducidad de
la instancia, con la sola mención del art. 280
del Cód. Procesal.
En mi opinión el caso no meritaba la invocación de esa norma, pues se trataba de una
decisión que revestía el carácter de definitiva porque la propia demandada se encargó
de señalar que, de hacerse lugar a su pedido
de caducidad de la instancia, la acción estaría prescripta. Además existía un agravio
federal porque se vulneraban los derechos
de propiedad y de defensa en juicio (arts. 17
y 18, Constitución Nacional) y la cuestión involucraba a una Provincia de incumplir sus
del hecho que oportunamente denunciara la víctima y los peritos aseguraron la
verosimilitud de los dichos de esta última, máxime cuando es altamente improbable que una menor, con la estructura
psíquica de una niña de ocho años, pueda
inducir a error a todos los profesionales
intervinientes.
obligaciones. Los argumentos de la mayoría
del Tribunal nos eximen de mayores comentarios; se mencionan allí que se encuentran
afectados la garantía de defensa en juicio y el
debido proceso, y la imposibilidad de la parte
actora de reiterar eficazmente su reclamo en
sede judicial al haber invocado la demandada
la defensa de prescripción.
El mal llamado “certiorari argentino” es un
instituto que deja al justiciable sin conocer los
fundamentos del rechazo de un recurso extraordinario, y si la caducidad de la instancia
debe interpretarse con criterio restrictivo, el
art. 280 (1er apartado) debe ser aplicado con
la mayor prudencia y ponderación porque la
regla es que los jueces funden debidamente
sus decisiones.
En síntesis, la sentencia de la Corte Suprema que ha provocado nuestra atención es un
paso más en procura de la humanización del
proceso y constituye un verdadero ejemplo
de activismo judicial. l
Cita on line: AR/DOC/402/2015
118.346 — CFCasación Penal, sala IV,
05/09/2014. - R. S., N. s/ recurso de casación.
Cita on line: AR/JUR/55401/2014
[El fallo in extenso puede consultarse en Atención
al Cliente, www.laleyonline.com.ar o en Proview]
nota a fallo
La oralidad y el proceso garantista: ¿necesidad
de un re-posicionamiento?
SUMARIO: I. Introducción. Delimitación del análisis. — II. El caso. Sintetizando el “sub examine”. — III. Inmediatez y oralidad: Garantías de garan-
tías. — IV. Síntesis reflexiva: Replantear el valor de lo escrito.
Natalia Monasterolo
I. Introducción. Delimitación del análisis
Producto de un reciente fallo dictado por
la Cámara Federal de Casación Penal, fue rechazado el recurso que con motivo de la sentencia dictada por un Tribunal de Menores
presentare la defensa de un joven considerado autor penalmente responsable (aunque no
punible) de un ataque sexual contra la integridad de una niña.
En el resolutorio del ad quem resultaron
expuestas, entre otras cosas, las virtudes
de la oralidad, y a destacar esto apunta
precisamente el presente análisis reflexivo.
Pero veamos primero el escenario sobre el
que se erigió la conflictiva jurídica.
II. El caso. Sintetizando el “sub examine”
Con fecha 20 de agosto del año 2013, el Tribunal Oral Nº 2 de la Ciudad de Buenos Aires
halló autor penalmente responsable del delito de abuso sexual a N.R.S.; hecho cometido
por éste cuando aún era menor de edad y en
el que había resultado ofendida una niña con
la que el autor mantenía un vínculo parental
lejano.
tribunal de juicio no pecaba por inexistente o
precaria fundamentación.
Aunque conforme las previsiones del vigente régimen penal de la minoridad no correspondía aplicar pena al sentenciado (1), la
defensa de éste se agravió por entender que
la valoración de la prueba incorporada en
autos había reposado en un criterio del a quo
por demás arbitrario.
En efecto, conforme dicho planteo, el único
elemento de cargo con objetiva gravitación
en la causa atendía al relato de la niña víctima, empero, continuó la defensa, el resto de
las probanzas no poseían la misma entidad,
tanto así puesto que los demás testimonios
no eran más que “...el reflejo de los dichos que a
cada uno de ellos les entregó la niña”.
Amén de esto la apelante señaló que el relato de la menor había variado considerablemente en “...cada una de sus entregas”, y que
siendo así, aquellas mutaciones (entre éstas
de carácter temporo-espacial) terminaban
afectando sustancialmente la evidencia relativa a la existencia del hecho endilgado.
Frente a este contexto propulsor de la revisión, la Casación entendió, por unanimidad,
que los datos probatorios incorporados a la
causa habían sido razonados de manera congruente, y que con esto, la conclusión final del
Al concentrarse, eminentemente, en el cúmulo de testimonios anejados a la causa (meollo de la discusión recursiva), la Cámara señaló que el Tribunal había merituado todos los
testimonios brindados durante la audiencia de
debate, producidos con pleno control probatorio de las partes, los que, al final, confluían en
lo nodal respecto a la materialidad del suceso;
suceso esencialmente narrado por la víctima
de manera idéntica en cada oportunidad.
Aquí fue precisamente donde la casación,
adelantándose a lo que sería su decisión última, se pronunció respecto al valor de la
inmediatez (apuntalada por la oralidad), refiriendo que:
“...los únicos límites impuestos a la revisión
en esta instancia se encuentran determinados,
justamente, por la barrera de aquel conocimiento proveniente de la inmediación, tal como ilustrara la propia Corte Suprema de Justicia de la
Nación a partir del precedente “Casal” (Fallos:
328:3399), por cuanto dichas limitaciones de conocimiento se imponen ya que sólo la han tenido
los magistrados que han estado presentes como
jueces en el juicio oral. Por ello, cabe aclarar que
esta Cámara Federal de Casación Penal podrá
analizar si el contenido de las declaraciones
testimoniales recibidas en el debate ha sido va-
{ NOTAS }
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
(1) Conf. arts. 1º y 2º de la Ley Nacional Nº 22.278/80.
(2) Ferrajoli, Luigi, “Derecho y Razón. Teoría del
Garantismo Penal”,, 9º ed., Ed. Trotta, 2009 p. 616.
lorado fundadamente de acuerdo a las reglas de
la sana crítica racional, en función del resto del
material probatorio. Pero en modo alguno podrá
verificarse qué impresión ha causado en el ánimo
de los jueces que la han presenciado y escuchado,
por cuanto se trata de una percepción propia relativa a lo acontecido en el debate oral”.
Éste fue, entonces, el argumento central del
fallo del ad quem, enclave que no sólo explica el motivo del planteo casatorio sino que,
eminentemente, habilita la concentración del
análisis aquí propuesto en punto al estándar
de la inmediatez/oralidad como garantía instrumental del Debido Proceso.
III. Inmediatez y oralidad: Garantías de garantías
Conforme sostiene Ferrajoli (2), para que
sea posible el control sobre el respeto por
las garantías procesales primarias, esto
es, “más intrínsecamente epistemológicas”
(acusación, carga de la prueba y contradictorio), se requiere de un segundo conjunto de
garantías que vienen a obrar como garantías
instrumentales o secundarias; algo así como
garantías de garantías.
Entre este conjunto de segundo nivel, o
mejor, complementario, la oralidad encuentra un lugar de pertenencia.
Es que tal como señala el glosado autor, junto con la publicidad, la oralidad es un rasgo estructural y constitutivo del método acusatorio
conformado por las garantías primarias, en
tanto que el secreto y la escritura (contrapartida de la publicidad) son a su vez elementos
caracterizadores del método inquisitivo (3).
(3) Ibíd.
continúa en página 10
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viene de PÁGINA 9
Así: “La oralidad del juicio está estrechamente vinculada a la publicidad, de la que representa la principal garantía. La forma hablada, en
efecto, implica necesariamente la publicidad, en
cuya ausencia las declaraciones (...) deben ser
puestas por escrito; (...) el secreto, si quiere ser
conservado, implica la forma escrita, no pudiendo asociarse a la oralidad (...) Por eso Montesquieu relacionó históricamente con la difusión
de la escritura el paso de la forma pública a la
secreta en el proceso (...) Fue así como el principio
de oralidad dominante en el proceso romano acusatorio y desaparecido en el período intermedio,
fue redescubierto por el pensamiento ilustrado de
la Francia revolucionaria, para ser después nuevamente abandonado en el proceso mixto introducido por el Código francés de 1808” (4).
Con esto se ha dicho pues: “Es claro que la
media oralidad de este sistema de compromisos
—instrucción escrita y juicio oral— no tiene mayor valor (...), (en tanto) las declaraciones orales
producidas en juicio, están indudablemente prejuzgadas por las escritas recogidas durante la
confirmación ritual” (5).
Empero, aun cuando resulte acotada al
debate y, por tanto, proporcionada en cuotapartes frente a la total dimensión del proceso, no puede soslayarse la ventaja que la oralidad supone para el buen juicio.
Como bien explican Cafferata Nores y
Tarditti, la oralidad asegura la producción a
viva voz de la evidencia in totum, por lo que
potenciará “...‘interactivamente’ las virtudes
individuales y combinadas de la publicidad, la
inmediación, el contradictorio, y la identidad física del juzgador, integrándolas en una unidad
de funcionamiento en la realidad, que sólo puede
separarse conceptualmente” (6).
hensión de la prueba en su nivel más elevado,
en tanto desnuda a través del discurso que
la acompaña aquello nodal a la subjetividad
pero que la escritura muchas veces dificulta
transmitir.
Además, agregan: “...cristalizará el derecho
del acusado a ser oído (...) públicamente por el
tribunal que lo juzga, y el de aquél y su defensor,
luego de obtener la comparecencia de testigos de
cargo y de descargo, peritos u ‘otras personas
que puedan arrojar luz sobre los hechos’, a interrogarlos en las mismas condiciones” (7).
Esta ventaja, permeada por el entramado
de garantías en que se afinca nuestro Estado Democrático de Derecho, debe redundar
en un beneficio neutral para todos los implicados en el proceso, esto es; asegurando la
actuación cristalina del poder público, procurando el pleno ejercicio de la defensa, y, al
final, propiciando el mejor descubrimiento
de la verdad real. Lo contrario supondría
desvirtuar la naturaleza de su raigambre.
Por eso mismo aclaran los autores citados
que las excepciones a la oralidad constituyen
uno de los principales problemas de la discusión dogmático jurídica procesal (8).
En medio de todos estos argumentos técnicos a favor de la oralidad, no debe perderse
de vista un rasgo esencial de la transmisión
lingüística, y ello así, atendiendo al lenguaje
como un conglomerado de símbolos; símbolos impregnados de significados, productos
del consenso (aún tácito) cultural.
Así, otra vez frente al juicio y a la luz de tal
afirmación, no sólo las palabras en su dimensión escrita o hablada revelan experiencias
traducibles en evidencia, sino que también
el lenguaje gestual, a través de sus múltiples
manifestaciones, rescata el rol del “cuerpo
parlante” erigiéndose como el correlato perfecto de lo que se dice oralmente o se calla
por escrito.
Y es que de uno u otro modo, la oralidad
del debate pone de cara al juzgador la apre-
{ NOTAS }
(4) Ob. cit. p. 619.
(5) Ibíd.
(6) Cafferata Nores, José I. y Tarditti, Aída,
mentado”, t. II, Ed. Mediterránea, 2003, p. 166.
(7) Ibíd.
(8) Ibíd.
“Código Procesal Penal de la Provincia de Córdoba. Co-
panorama mensual
tribunales superiores provinciales
Sumarios de sentencias relevantes
Tribunal Superior de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires
Reincorporación de empleados
públicos. Apelación
extraordinaria insuficiente
La queja interpuesta ante la denegación del
recurso de inconstitucionalidad, por el cual
se pretende impugnar la sentencia que ordenó la reincorporación de dos empleados de
la administración a sus puestos de trabajo,
debe ser rechazada si no contiene una crítica concreta, desarrollada y fundada, del auto
denegatorio.
TS Ciudad Autónoma de Buenos Aires - Asociación
de Trabajadores del Estado (ATE), Eduardo Horacio Ordosgoiti y Ana Mabel Orellana c. GCBA s/
amparo (art. 14 CCABA) - 10/12/2014
Firmantes: Alicia E. C. Ruiz.— Ana M.
Conde.— Inés M. Weinberg.— José O. Casás.
Multa por infracciones. Empresa
prestataria de servicios públicos
El recurso de queja por recurso de inconstitucionalidad denegado debe ser rechazado si el
recurrente no logró demostrar que la sentencia que confirmó la multa impuesta y rechazó
el recurso de apelación sea arbitraria, insistiendo en alegar la inobservancia de plazos
procesales —ley local 1217—, la presunta desproporcionalidad de la multa, la naturaleza penal de la sanción para aplicar el principio acusatorio, y la valoración impropia que realizó el
juzgador de los hechos y pruebas (del voto de la
Dra. Weinberg).
TS Ciudad Autónoma de Buenos Aires - Metrogas
S.A. s/ queja por recurso de inconstitucionalidad
denegado en: Metrogas S.A. s/ infr. art. 2.1.10,
depósitos de materiales en la vía pública, L. 451 10/12/2014
Firmantes: Inés M. Weinberg.— José O.
Casás.— Ana M. Conde.— Alicia E. C. Ruiz.
Suprema Corte de Justicia
de la Provincia de Buenos Aires
Ius variandi. Abuso en el ejercicio
Si bien en el contrato de trabajo se había estipulado una cláusula que establecía la facultad del empleador de variar el horario de la
jornada laboral, la invariabilidad de éste en el
desempeño por el dependiente durante un período prolongado de tiempo —en el caso, más
de dos años— autoriza a interpretar que la jornada laboral se había convertido en permanente, por lo que sólo podía ser unilateralmente va-
Como se advierte, frente a ejercicios del ius
puniendi respetuosos de los derechos individuales, la transmisión oral necesariamente
ha de reparar en límites.
Siendo así, a más de lo expuesto, indiscutible resulta la especial consideración que
merecen los relatos aportados por quienes
han sido ofendidos mediante conductas particularmente dañinas. Los ataques sexuales,
nutridos de específicas connotaciones invasivas de la subjetividad, ingresan a este elenco
de graves comportamientos.
A ello se añade un plus cuando la víctima
que historiza es un niño/a y el agresor una
persona con quien guarda cierto vínculo
afectivo.
Si frente a estos supuestos, en procura de
la oralidad, se incentivara un uso desmedido
de ésta avalando la reiteración del testimonio
hablado, los beneficios de tal garantía terminarían diluidos ante una nefasta maquinaria
de reproducciones re-victimizantes.
Es esto lo que explica pues, sumado a lo anterior, aquello que bien podría considerarse
uno de los sustratos más profundos del resolutorio aquí presentado, puesto que en su
riada por el empleador respetando los límites
que establece el art. 66 de la LCT.
SC Buenos Aires - Seguí, Juan Sebastián c. EMAPI
S.A. s/ despido - 10/12/2014
Firmantes: Daniel F. Soria. — Juan C. Hitters.
— Héctor Negri. — Luis E. Genoud. — Hilda
Kogan. — Eduardo J. Pettigiani.
Aumento tarifario nulo
El decreto 245/2012 por el cual se dispuso
el aumento en un 180% de la tarifa del servicio de agua potable y desagües cloacales
es nulo por haberse celebrado sin prever ni
garantizar, de modo previo y eficaz, mecanismos de información y participación adecuada de los usuarios, tal como disponen
la Constitución Nacional, en su art. 42 y la
Constitución de la Provincia de Buenos Aires, en su art. 38.
SC Buenos Aires - Negrelli, Oscar R. y ots. c. Poder
Ejecutivo y ots. s/ Amparo. Recurso extraordinario
de inconstitucionalidad e inaplicabilidad de ley 03/12/2014
Firmantes: Héctor Negri. — Luis E. Genoud.
— Hilda Kogan. — Eduardo N. De Lázzari.
Corte de Justicia de la Provincia
de Catamarca
Defectos en la sentencia penal
Los defectos constatados en la sentencia definitiva, consistentes en que la parte resolutiva carece de fijación de la especie y cantidad
base justificativa parecen converger, al final,
las utilidades del testimonio oral con la necesidad de evitar la victimización secundaria.
Algo más se expone en las reflexiones finales.
IV. Síntesis reflexiva: Replantear el valor de lo
escrito
Amén de las diversas aristas desde donde
podría ser analizado el resolutorio expuesto,
y, al margen de los debates que habilitarían
eventualmente dichos análisis, prístina aparece en la doctrina de la casación la valía y
utilidad de la inmediatez oralizada.
Maguer la defensa pretendió desestimar la
prueba colectada concentrando la crítica en la
carestía de ésta (pues sólo se contaba, arguyó,
con el testimonio de la víctima) y en las discordancias que elevó al nivel de contradicciones
(que no deben tomarse como sinónimas), lo
actitudinal de la palabra hablada redundó, a
fin de cuentas, en beneficios para todos.
Y es que en este marco; el contradictorio
apareció asegurado, el operador jurídico
contó con la evidencia en su mayor expresión (ventajas de la oralidad mediante), y la
víctima se vio garantida en su derecho de
no re-victimización. Aunque esto no emerge
expresamente del resolutorio examinado, se
advierte permeado en la exposición del ad
quem.
Ante ello, replantear la preeminencia de la
expresión escrita en el proceso trasunta una
cuestión que no puede continuar admitiendo
prórrogas, máxime en plena era de las comunicaciones digitales, donde lo verbal en todo
su potencial cuenta con un arsenal tecnológico para irradiarse multidimensionalmente.
El juzgamiento representa una de tales dimensiones. l
Cita on line: AR/DOC/4600/2014
de la pena y que, asimismo, al tratar una de
las cuestiones individualizó una pena mayor
a la dispuesta en el acta de veredicto, no justifican la declaración de nulidad porque no se
causó perjuicio alguno en tanto el imputado
sabe cuál es la pena que debe cumplir, al surgir ella del acta mencionada, la cual luce firmada por la defensa y por el imputado.
CJ Catamarca - M. L. M. s/ Robo en grado de tentativa - 16/10/2014
Firmantes: Amelia del Valle Sesto de Leiva
(Ver su disidencia).— José R. Cáceres.—
Luis R. Cippitelli.
Superior Tribunal de Justicia
de la Provincia del Chubut
Condena por abuso sexual.
Apelación extraordinaria local
improcedente
La impugnación extraordinaria deducida
contra la condena impuesta por el delito de
abuso sexual es improcedente si el pronunciamiento impugnado tiene como base la selección y valoración de la prueba ventilada
en el debate, habiéndose utilizado las reglas
de la sana crítica (del voto del Dr. Rebagliati
Russell).
ST Chubut Sala Penal - B., L. M. s/ denuncia abuso
sexual s/ impugnación - 20/11/2014
Firmantes: Alejandro J. Panizzi. — Daniel A.
Rebagliati Russell. — José Luis Pasutti.
miércoles 25 DE febrero DE 2015 | 11
Tribunal Superior de Justicia
de la Provincia de Córdoba
Cesantía de un magistrado
por ausencias injustificadas
La sanción de cesantía impuesta a un magistrado de la Provincia de Córdoba por ausencias
injustificadas debe confirmarse, pues incumplió con su deber estatutario de la prestación
personal de trabajo y no demostró en sede
administrativa o judicial que concurriera una
causa de justificación, máxime cuando se le garantizó el legítimo ejercicio de su derecho de
defensa en oportunidad de formular su descargo y ofrecer prueba.
TS Córdoba - R., L. C. c. Provincia de Córdoba s/ plena jurisdicción - recurso de apelación - 13/11/2014
Firmantes: Carlos F. García Allocco.— María
M. Cáceres de Bollati.
Inapelabilidad de sentencias.
Resolución que dispone la
exhibición de los libros
de la sociedad
Si bien el art. 781 del Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación prevé la inapelabilidad de la resolución que, por efecto de la petición del socio, dispone la exhibición de los libros de la sociedad, la resistencia del ente fundada en el desconocimiento de la calidad de
accionista de la requirente constituye uno de
los supuestos flexibilizadores de la aplicación
estricta de ese régimen recursivo limitativo.
TS Córdoba - Oyola Nievas del Rosario c. Comincor
Sociedad Anónima Comercial Inmobiliaria Córdoba s/ otras acciones societarias - medidas preparatorias - recurso directo (concurso)• 03/11/2014
Firmantes: Carlos F. García Allocco. — María
M. Cáceres de Bollati. — Domingo J. Sesín.
Superior Tribunal de Justicia
de la Provincia de Corrientes
Rechazo de la suspensión
del juicio a prueba
La sentencia que rechazó la concesión de la
“probation” debe ser confirmada, pues se encuentra sobradamente probada la importancia
del hecho investigado, con directa incidencia
en los perjuicios causados, parámetros éstos
que además auspician el rechazo del instituto
y finalmente que el imputado en momento alguno hace alusión a las consecuencias dañosas
de su accionar, ni exterioriza reflexión sobre el
evento de reproche, ni tampoco surge expresamente invocada la volición de autoobligarse a
cumplir esas tareas ofertadas en el escrito de
las apoderadas.
ST Corrientes - L., E. s/ homicidio culposo 10/12/2014
Firmantes: Alejandro Chain. — Eduardo
Panseri. — Guillermo Semhan.
Elementos constitutivos
de la emoción violenta
La sentencia por la que se condenó al imputado por el delito de lesiones graves atenuadas
por estado de emoción violenta debe ser modificada en su calificación por el delito de lesiones
graves, ya que la agresión primigenia estuvo en
cabeza de la víctima; pero finalizada la reunión
fue el imputado el que se dirigió en busca de
una nueva agresión, todo lo que permite entender que no se verificaron los elementos constitutivos de la emoción violenta, más visualizan-
do en el imputado una personalidad propensa
a la reacción, resultando esto acreditado con
los testimonios y su conducta posterior a la
discusión
ST Corrientes - C.V.M. s/ lesión grave dolosa 27/11/2014
Firmantes: Alejandro Chain.— Eduardo
Panseri.— Guillermo Semhan.
Superior Tribunal de Justicia
de la Provincia de Formosa
Beneficio de litigar sin gastos.
Ausencia de prueba del
incremento del patrimonio
del peticionante
El pedido de cesación del beneficio de litigar
sin gastos debe rechazarse, pues son insuficientes y poco serios los elementos probatorios
acompañados para acreditar un incremento
del patrimonio de la actora que implique una
mejora de fortuna y autorice a dejar sin efecto
el privilegio, el cual tiene por finalidad asegurar el libre acceso a la instancia judicial y recala en el postulado de igualdad procesal de los
justiciables.
ST Formosa - Radrizani, Myriam C. c. H.C.D. de la
Ciudad de Formosa s/ contencioso administrativo daños y perjuicios - 06/10/2014
Firmantes: Eduardo M. Hang. — Ariel G.
Coll. — Guillermo H. Alucin. — Ricardo A.
Cabrera. — Marcos B. Quinteros.
Superior Tribunal de Justicia
de la Provincia de Jujuy
Interrupción de la caducidad de
instancia en el proceso laboral
La resolución en el proceso laboral que proveyó lo peticionado por el actor antes de la ampliación de la demanda, disponiendo la reserva
de las actuaciones en la Secretaría del tribunal,
es un acto procesal idóneo para interrumpir el
curso de la caducidad de instancia.
ST Jujuy - Esteban, Ester Silvana c. M., E. M. 03/12/2014
Firmantes: José M. del Campo.— María S.
Bernal.— Sergio M. Jenefes.— Sergio R.
González.— Clara A. De Langhe de Falcone.
Suprema Corte de Justicia
de la Provincia de Mendoza
Efectos del divorcio. Nacimiento
Acreditado que desde la presentación conjunta
del divorcio hasta el momento en que el esposo
solicitó que se dicte sentencia nació un tercer
hijo de la pareja, cabe disponer que los efectos
de la disolución del vínculo sean retroactivos
a la última fecha mencionada, que es aquella
en la que uno de los cónyuges ratificó su voluntad de divorciarse, ello a fin de proteger los derechos de ese niño, cuyo nacimiento quedará
emplazado dentro del matrimonio, como así
también los derechos de las partes respecto a
los bienes que puedan haber adquirido en ese
período, los que quedarán dentro del régimen
de ganancialidad.
SC Mendoza - L. R. I. y A. M. A. s/ Divorcio Vinc.
Mutuo Acuerdo, Disoluc. y Liq. de la Soc. Conyugal
p/ Rec. ext. de Inconstit.-Casación - 26/11/2014
Firmantes: Jorge H. Nanclares. — Alejandro
Pérez Hualde. — Omar A. Palermo.
Cobro de pesos por facturas
impagas del servicio de
energía eléctrica. Movimientos
que proporciona el sistema
informático del Poder Judicial
ponsable del delito de homicidio calificado por
abuso de la función policial, debe ratificarse,
pues el encuadre legal otorgado en la sentencia
se ubica dentro del primer supuesto prohibitivo previsto en el art. 144, inc. 5), de la Constitución Provincial y el art. 2, inc. 3) del decreto
648/96.
La sentencia que, en un proceso por cobro de
pesos por facturas impagas de energía eléctrica, admitió la caducidad de instancia planteada por el demandado teniendo en cuenta la
constancia de movimientos que proporciona
el sistema informático del Poder Judicial debe
confirmarse, pues, una solución contraria, implicaría tirar por la borda todo el esfuerzo realizado por todos los Superiores Tribunales en
pro de la modernización de una estructura judicial que no responde a las exigencias de los
tiempos, máxime cuando ello se propugnó con
la firme convicción de que se avanzaría hacia
una agilización del servicio.
CJ Salta - C., G. D. s/ conmutación de pena 11/11/2014
SC Mendoza - Empresa Distribuidora de Electricidad de Mendoza (EDEM-SA) c. Fornari, Oscar Ramón p/ cobro de pesos s/ inc. - 09/09/2014
Firmantes: Alejandro Pérez Hualde.— Omar
Palermo.
Superior Tribunal de Justicia
de la Provincia de Misiones
Sentencia contradictoria
Es autocontradictoria la sentencia que, al concluir que la franquicia es inoponible al tercero
damnificado y propiciar que la aseguradora
responda frente a éste por el total del monto de
la condena, confirmó al mismo tiempo la sentencia de primera instancia que había condenado a la aseguradora citada en garantía en la
medida del seguro dentro de los límites de la
franquicia fijada en el contrato.
ST Misiones - Soto, Rosaria y otros c. Víctor H.
Horianski y/o Empresa Eldorado S.A. s/ daños y
perjuicios - 23/09/2014
Firmantes: Sergio C. Santiago.— María L.
Niveyro.— Ramona B. Velázquez.— Cristina
I. Leiva.— Froilán Zarza.— Roberto R.
Uset.— Manuel A. Márquez Palacios.
Superior Tribunal de Justicia
de la Provincia de Río Negro
El recurso de casación deducido contra la sentencia que impuso redireccionar el proceso
como discernimiento de la tutela de una menor,
y dejó sin efecto su tramitación como guarda,
es inadmisible, pues la situación procesal de la
causa lejos está del dictado de una sentencia
definitiva, a efectos de dar por cumplido el requisito de forma establecido en el art. 285 del
Cód. Proc. Civil y Comercial, a la vez que no se
demuestra la existencia de un gravamen irreparable o de imposible substanciación ulterior.
ST Río Negro - H., M. Del C. s/ guarda s/ casación
- 07/10/2014
Firmantes: Liliana L. Piccinini. — Ricardo A.
Apcarian. — Enrique J. Mansilla. — Adriana
C. Zaratiegui. — Sergio M. Barotto
Corte de Justicia de la Provincia
de Salta
Abuso de la función policial
El decreto del Presidente de la Corte de Justicia que en cumplimiento de lo dispuesto por
la Constitución Provincial consideró improcedente expedirse sobre la conmutación de pena
solicitada por quien fue condenado a prisión
perpetua, por resultar autor penalmente res-
Firmantes:
Guillermo
A.
Posadas.—
Guillermo A. Catalano.— Abel Cornejo.—
Sergio F. Vittar.— Guillermo F. Díaz.—
Susana G. Kauffman de Martinelli.— Ernesto
R. Samsón.
Superior Tribunal de Justicia
de la Provincia de San Luis
Aptitud para el disparo del arma
de fuego utilizada en un ilícito
El recurso de casación deducido en procura de
la aplicación del art. 166, inc. 2), tercer párrafo
del Código Penal, en razón de no estar probado
que el arma empleada en el ilícito fuere idéntica a la secuestrada ni que estuviera cargada
con municiones, es improcedente si el tribunal
se basó en los dichos de los testigos rendidos
en la causa, quienes reconocieron que el arma
secuestrada era similar a aquella con la que
fueron apuntados y estaba en poder de uno de
los autores del hecho, a lo que se suman los reconocimientos efectuados y la pericia balística
que determinó la aptitud para el disparo.
ST San Luis - Á., E. A. - V., F. E. - robo agravado por
el uso de arma de fuego – portación de arma de fuego de uso civil s/ recurso de casación - 02/10/2014
Firmantes: Oscar E. Gatica. — Omar E.
Uria.— Horacio G. Zavala Rodríguez.
Tribunal Superior de Justicia
de la Provincia de Santa Cruz
Sanción de arresto y un cargo
pecuniario por una falta
disciplinaria en un agente
provincial
La demanda contenciosoadministrativa interpuesta por un policía de la Provincia de Santa
Cruz contra actos administrativos que establecen una sanción de arresto y un cargo pecuniario por una falta disciplinaria es inadmisible,
si desde la presentación del pedido de pronto
despacho hasta el momento de interponerse la
acción ya había fenecido el plazo que el art. 23
de la ley provincial 2600 otorga al efecto, pues
el vencimiento del término legal obsta la apertura del proceso.
TS Santa Cruz - G., D. M. c. Jefatura de Policia de
la Provincia de Santa Cruz s/ demanda contencioso
administrativa - 29/09/2014
Firmantes: Daniel M. Mariani.— Enrique O.
Peretti.— Alicia de los A. Mercau.— Paula E.
Ludueña Campos.— Domingo N. Fernández.
Corte Suprema de Justicia
de la Provincia de Santa Fe
Fotomulta
El pronunciamiento del Juez de Primera Instancia en lo Penal de Faltas de la Provincia de
Santa Fe, que declaró la nulidad de un acta de
infracción labrada por violación de semáforo
en rojo mediante constatación fotográfica con
fundamento en el incumplimiento de los requisitos previstos en el art. 35 ter de la ordenancontinúa en página 12
12 | miércoles 25 DE febrero DE 2015
Síganos en
Firmantes: Rafael F. Gutiérrez. — Roberto H.
Falistocco. — Mario L. Netri. — Eduardo G.
Spuler.
te, si los sentenciantes, para fallar como lo hicieron, efectuaron un análisis pormenorizado y
puntual de los agravios planteados por la recurrente al apelar y se valieron de los elementos
de prueba, concluyendo que del acuerdo por la
compra del automotor adquirido por un plan
de ahorro podía deducirse que el adquirente
asumía el pago de las cuotas por vencer pero
no las vencidas con anterioridad al contrato
que estaba celebrando, cuya falta de pago provocaba la caducidad de los plazos de las cuotas
restantes conforme al contrato de prenda, por
lo que la sentencia cuenta con fundamentos suficientes para avalar el criterio sustentado en
la misma y para ponerla al abrigo de la tacha
de arbitrariedad que se le endilga, los que, más
allá de su acierto o error, permiten evitar su
descalificación como acto jurisdiccional válido.
Superior Tribunal de Justicia
de Santiago del Estero
ST Santiago del Estero - Blanco, Rubén Arístides
c. Villalba, Julio César y otros s/ Resolución de
Contrato de Compra Venta – Daños y Perjuicios –
Casación Civil - 20/11/2014
viene de PÁGINA 11
za 8243 debe revocarse, pues al fundarse en el
análisis del contenido desconoce el carácter
revisor de la instancia y la presunción de legitimidad del acto administrativo, con lo cual no
resulta ser una derivación razonada del derecho vigente con aplicación a las circunstancias
concretas de la causa.
CS Santa Fe - Wagner, Leonardo José -Apelación
Municipal- s/ recurso de inconstitucionalidad 22/09/2014
El recurso de casación deducido contra la decisión que, al confirmar la de primera instancia,
admitió la demanda por resolución del contrato de compraventa automotor es improceden-
Firmantes: Eduardo J. R. Llugdar.—
Sebastián D. Argibay.— Raúl A. Juárez
Carol.
/thomsonreuterslaley
@TRLaLey
Corte Suprema de Justicia
de la Provincia de Tucumán
Hábeas corpus y prisión
preventiva
rídicamente razonable, un lapso de detención
que se extienda más allá de lo autorizado por
las leyes.
La acción de hábeas corpus intentada por el
defensor oficial de quien cumplió prisión preventiva por el delito de homicidio en ocasión
de robo por un término superior al establecido
en el art. 286, inc. 3 del Código Procesal Penal
de la Provincia de Tucumán debe admitirse y,
en consecuencia, ordenar en forma inmediata
su libertad, pues en modo alguno puede considerarse en un Estado de derecho que sea ju-
Firmantes: Antonio Gandur.— Antonio D.
Estofán.— Daniel O. Posse.
CS Tucumán - G., J. G. s/ Hábeas corpus 22/10/2014
TEXTO completo de estos fallos
www.laleyonline.com.ar
edictos
El Juzgado Nacional de Primera Instancia
en lo Civil Nº 43, Secretaría Única, sito en la
calle Uruguay 714, EP, de esta Ciudad Autónoma de Buenos Aires, cita y emplaza por el
término de 30 días a herederos y acreedores
de BULACIO, CRISTINA NOEMI y SORIA
JUAN CARLOS a fin de que hagan valer sus
derechos. El presente deberá publicarse por 3
días en el diario LA LEY.
Buenos Aires, 5 de febrero de 2015
Zulma A. Bernues, sec.
LA LEY: I. 25/02/15 V. 27/02/15
Juzgado Nacional en lo Civil Nº 47, a cargo
del Dr. Horacio Maderna Etchegaray, cita y
emplaza por treinta días a herederos y acreedores de GIOIOSA ANA y SANTANA JUAN
MIGUEL. Publíquese por 3 días en el diario
LA LEY.
Buenos Aires, 4 de febrero de 2015
Silvia R. Rey Daray, sec.
LA LEY: I. 25/02/15 V. 27/02/15
Nacional de 1ª Instancia en lo Civil Nº 16, cita
y emplaza por treinta días a herederos y acreedores de CORATOLO, RUBÉN ANTONIO a fin
que comparezcan a hacer valer sus derechos.
Publíquese por tres días en LA LEY.
Buenos Aires, 19 de marzo de 2014
Adrián E. Marturet, sec.
LA LEY: I. 24/02/15 V. 26/02/15
76831/2014 LOIS LODEIRO, PEREGRINA s/
SUCESIÓN AB-INTESTATO. El Juzgado Nacional de 1º Instancia en lo Civil Nº 16, cita y
emplaza por treinta días a herederos y acreedores de PEREGRINA LOIS LODEIRO a fin
que comparezcan a hacer valer sus derechos.
Publíquese por tres días en LA LEY.
Buenos Aires, 17 de diciembre de 2014
Adrián E. Marturet, sec.
LA LEY: I. 24/02/15 V. 26/02/15
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil Nº 53, Secretaría Única, cita y emplaza por 30 días a herederos y acreedores de
JUAN CARLOS MINIÑO a fin de presentarse
a hacer valer sus derechos. El presente deberá publicarse por 3 días en el diario LA LEY.
Buenos Aires, 22 de octubre de 2014
Aldo di Vito, sec.
LA LEY: I. 25/02/15 V. 27/02/15
El Juzgado Nacional de Primera Instancia
en lo Civil Nº 21, Secretaría Única con sede
en Talcahuano 490 Piso 1º de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, cita y emplaza
por treinta días a herederos y acreedores de
MARCELA ADRIANA CHAVEZ a los efectos
que hagan valer sus derechos. El presente
deberá publicarse por tres (3) días en el diario
“La Ley”.
Buenos Aires, 4 de diciembre de 2014
Horacio Raúl Lola, sec.
LA LEY: I. 24/02/15 V. 26/02/15
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil Nº 55, a cargo del doctor Herman B.
Lieber, Secretaría a mi cargo, sito en Avenida de los Inmigrantes Nº 1950, piso 4º, cita
y emplaza por el término de treinta días a
herederos y acreedores de Doña IRASEMA
IRUPE KISSLING, a los efectos de hacer
valer sus derechos. Publíquese por el término
de tres días en el diario LA LEY.
Buenos Aires, 10 de febrero de 2015
Olga María Schelotto, sec.
LA LEY: I. 25/02/15 V. 27/02/15
El Juzgado Nacional de Primera Instancia
en lo Civil Nº 28, Secretaría Única, sito en
Talcahuano 490 Piso 3º de esta ciudad cita y
emplaza por treinta días a herederos y acreedores de CLAUSI, FRANCISCO VICENTE
a los efectos de hacerles saber que deben
comparecer a hacer valer sus derechos. El
presente deberá publicarse por tres días en el
Diario “LA LEY”.
Buenos Aires, 3 de febrero de 2015
Bárbara Rastellino, sec.
LA LEY: I. 24/02/15 V. 26/02/15
86352/2014 HERRAN, VICENTE MARCIANO s/ SUCESION AB INTESTATO. El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil
Nº 60, cita y emplaza a herederos y acreedores de VICENTE MARCIANO HERRAN por
el término de treinta días. Publíquese por
tres días en el diario “LA LEY”.
Buenos Aires, 6 de febrero de 2015
Diego Fernando Bagnato, sec.
LA LEY: I. 25/02/15 V. 27/02/15
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil Nº 47, a cargo del Dr. Horacio Maderna
Etchegaray, Secretaría única, cita y emplaza a
herederos y acreedores de MIGUEL BASSO,
por el término de treinta días, a efectos de
hacer valer sus derechos. Publíquese por tres
días en el Diario La Ley.
Buenos Aires, 6 de febrero de 2015
Silvia R. Rey Daray, sec.
LA LEY: I. 24/02/15 V. 26/02/15
10083/2014 El Juzgado Nacional de Primera
Instancia en lo Civil Nº 69, cita y emplaza por el
plazo de treinta días a herederos y acreedores
de MARIA JOAQUINA DEL CARMEN ORTIZ.
Publíquese por tres días en el diario LA LEY.
Buenos Aires, 23 de diciembre de 2014
Juan Martín Balcazar, sec.
LA LEY: I. 25/02/15 V. 27/02/15
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil Nº 53, cita y emplaza por 30 días a herederos y acreedores de CLARA ANDRADE a
fin de presentarse a hacer valer sus derechos.
El presente deberá publicarse por 3 días en el
diario La Ley.
Buenos Aires, 5 de febrero de 2015
Aldo di Vito, sec.
LA LEY: I. 24/02/15 V. 26/02/15
El Juzgado Nacional de 1a Instancia en lo Civil
Nº 107, Secretaría Única de la Capital Federal, cita a la Sra. VANESA EDITH PARMELO
a fin de que comparezca a estar a derecho,
bajo apercibimiento de nombrársele Defensor Oficial de Pobres y Ausentes para que la
represente. El presente deberá publicarse por
tres días en el diario “LA LEY”.
Buenos Aires, 12 de diciembre de 2014
Osvaldo La Blanca Iglesias, sec.
LA LEY: I. 25/02/15 V. 27/02/15
79581/2013 CORATOLO RUBEN ANTONIO
s/SUCESION AB-INTESTATO. El Juzgado
78324/2014 TORCHIOI, ALBERTO MARIO
s/SUCESIÓN AB-INTESTATO. El Juzgado
Nacional de Primera Instancia en lo Civil
Nº 67, a cargo de la Dra. Marcela Eiff, Secretaría Única, a cargo de la Dra. Paula Andrea
Castro, cita y emplaza a los herederos y
acreedores de ALBERTO MARIO TORCHIOI
por el término de treinta días a efectos de
hacer valer sus derechos. Publíquese por tres
días en el diario LA LEY.
Buenos Aires, 18 de diciembre de 2014
Paula Andrea Castro, sec.
LA LEY: I. 24/02/15 V. 26/02/15
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil y Comercial Federal Nº 10, Secretaría
Nº 20, sito en Libertad 731 9º Piso de esta
ciudad, informa que la Sra. LAURA GÓMEZ
NÚÑEZ de nacionalidad cubana con D.N.I.
Nº 93.981.267 ha iniciado los trámites tendientes a obtener la ciudadanía argentina.
Por ello cualquier persona que tuviere conocimiento de algún acontecimiento que estimara podría obstar a dicha concesión, deberá
hacerlo saber a este Juzgado. Publíquese por
dos días en LA LEY.
Buenos Aires, 6 de octubre de 2014
Guillermo Auterio, sec.
LA LEY: I. 24/02/15 V. 25/02/15
El Juzgado Nacional en lo Civil Nº 24 cita y
emplaza por treinta días a acreedores y herederos de FAUSTINO MIGUEZ y AVELINA
CALVIÑO para que hagan valer sus derechos.
Publíquese por tres días en el diario LA LEY.
Buenos Aires, 20 de noviembre de 2014
Maximiliano J. Romero, sec. int.
LA LEY: I. 23/02/15 V. 25/02/15
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Nº 47, Av. de los Inmigrantes
Nº 1950 – 4º piso, Capital Federal, a cargo
del Sr. Juez. Dr. Horacio Maderna Etchegaray, Secretaría Única a cargo de la Dra. Silvia
Rosa Rey Daray, en autos “LIEUTIER, LIDIA
ESTHER s/SUCESIÓN AB-INTESTATO”
– Expte. 69796/2014, cita y emplaza por
treinta días a herederos y acreedores de Doña
LIDIA ESTHER LIEUTIER. Publíquese por 3
(tres días) en “La Ley”.
Buenos Aires, 2 de febrero de 2015
Silvia R. Rey Daray, sec.
LA LEY: I. 23/02/15 V. 25/02/15
El Juzgado Nacional de 1º Instancia en lo Civil
Nº 90, Secretaría Única, cita y emplaza por
treinta días a herederos y acreedores de NICOLÁS LÓPEZ, a efectos de que hagan valer
sus derechos. El presente deberá publicarse
por tres días en el diario “La Ley”.
Buenos Aires, 29 de octubre de 2014
Gustavo Alberto Alegre, sec.
LA LEY: I. 23/02/15 V. 25/02/15
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil Nº 98, Secretaría Única, cita y emplaza a herederos y acreedores del Sr. ALBINO
FEITO GARCIA, por el término de treinta días
a efectos de hacer valer sus derechos. Publíquese por tres días en LA LEY.
Buenos Aires, 5 de febrero de 2015
Germán Augusto Degano, sec.
LA LEY: I. 23/02/15 V. 25/02/15
El Juzgado Nacional de Primera Instancia
en lo Civil Nº 99, Secretaría Única, sito en
la Avda. de los Inmigrantes 1950, piso 6º,
CABA, cita y emplaza por treinta (30) días,
a herederos y acreedores de Doña ANUNCIADA CASTIGLIONE a los efectos de hacer
valer sus derechos. El presente edicto deberá
publicarse por tres días en el Diario LA LEY.
Buenos Aires, 4 de febrero de 2015
Guillermina Echagüe Cullen, sec.
LA LEY: I. 23/02/15 V. 25/02/15
El Juzgado Civil y Comercial Nº 5, San Isidro,
cita y emplaza por treinta días a herederos y
acreedores de FERNANDO LENKL. Publíquese por tres días en el diario “La Ley” de
Capital Federal.
San Isidro, 29 de diciembre de 2014
Nancy H. Gómez, aux. let.
LA LEY: I. 23/02/15 V. 25/02/15
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