HISTORIA DE LA REPÃ BLICA DOMINICANA

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HISTORIA DE LA REPÃ BLICA DOMINICANA
LOS PADRES DE LA PATRIA: Duarte, Sánchez y Mella
JUAN PABLO DUARTE Y DIEZ (1813-1876)
Nació el 26 de enero de 1813 en la ciudad de Santo Domingo y era hijo del español Juan José Duarte y
de la seibana Manuela Diez. Mozo aún, viajó por los Estados Unidos de Norteamérica, Inglaterra,
Francia y España, donde se educó en las ideas de progreso y libertad. Cuando regresó a su patria, la
encontró atrasada y esclava.
Concibió la idea de libertarla del yugo extranjero convirtiéndola en república independiente y con ese fin
fundó en el año 1838 la sociedad “Trinitaria”. Aliado a los “reformistas” haitianos que luchaban contra el
tirano Boyer, fue perseguido por éllos cuando triunfaron y tuvo que huir a Venezuela, de donde se trasladó
a Curazao. Estando allÃ− se proclamó la República Dominicana.
La Junta Central Gubernativa que se constituyó envió un buque a buscarle y fue recibido con enorme
entusiasmo en la capital de la nueva República. Los haitianos invadieron el territorio dominicano y Santana
logró rechazarlos en Azua el 19 de marzo, pero como no proseguÃ−a las operaciones, la Junta envió a
Duarte a BanÃ− para que, de acuerdo con Santana, se activara la campaña. Los dos hombres no lograron
entenderse. Santana le expulsó del paÃ−s el 10 de septiembre. Llegó a Hamburgo, pero pronto regresó a
Venezuela. AllÃ− vivió largos años.
Anexada la República a España en el año 1861, y constituido un Gobierno Provisional en Santiago por
los patriotas para luchar contra la anexión y por la independencia, Duarte se presentó en el paÃ−s
desembarcando por Monte Cristi y se ofreció al gobierno de Santiago. à ste no le quiso utilizar y le envió
a Caracas, formando parte de una misión diplomática. No regresó ya al paÃ−s. Murió en la capital
venezolana el 15 de julio de 1876. Sus restos fueron traÃ−dos al paÃ−s años más tarde, siendo
depositados en la Capilla de los Inmortales de la Catedral. El 27 de febrero de 1944 fueron inhumados en el
Altar de la Patria, junto con los de Sánchez y Mella.
Juan Pablo Duarte y Diez, fundador de la “Trinitaria”, concibió la idea de sacudir a los dominicanos del
yugo extranjero, organizándolos por medio de una república libre e independiente y trabajó con tal fervor
y ahÃ−nco que consiguió su propósito con la ayuda de sus nobles compañeros.
FRANCISCO DEL ROSARIO SANCHEZ (1817-1861)
Hijo de Narciso Sánchez y de Olalla del Rosario, nació en Santo Domingo de Guzmán, el 9 de marzo de
1817. Inteligente, estudioso y audaz, se unió a la “Trinitaria”, poco después de haberse fundado esta
sociedad patriótica. Con los demás trinitarios, luchó al lado de los “reformistas” haitianos contra el
Presidente Boyer, en el año 1843.
Cuando triunfó el movimiento de la “reforma”, el jefe de él, Herard, le persiguió sañudamente como a
los otros trinitarios que no trataban simplemente de arrojar del poder a Boyer, sino de proclamar la
independencia de la parte española de la isla. En los dÃ−as que precedieron al 27 de febrero de 1844,
Sánchez atizó la tea revolucionaria y cuando triunfó el ideal de la independencia, fue nombrado vocal de
la Junta Gubernativa que se constituyó.
El golpe del 9 de junio le llevó a la presidencia de esa Junta, libre ya de los elementos afrancesados.
Triunfante Santana, fue desterrado el 22 de agosto. Recogido como náufrago en las costas de Irlanda,
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regresó a América y vivió en Curazao durante cuatro años. Regresó a la patria en el año 1848,
acogiéndose a la amnistÃ−a del Presidente Jiménez.
Pedro Santana anexó la República Dominicana a España y Sánchez, desde Saint Thomas, trató
inmediatamente de restaurar esa República que él tanto habÃ−a contribuido a crear. Escribió a sus
amigos de Curazao y éstos crearon una Junta Revolucionaria en dicha isla para luchar contra Santana y los
españoles.
Sánchez se presentó en HaitÃ− y obtuvo la ayuda del Presidente de este paÃ−s, Geffrard, para luchar por la
República Dominicana, ayuda que le fue retirada pronto. Sánchez, sin embargo, se internó en territorio
dominicano al frente de un puñado de valientes. Desgraciadamente, su valor le llevó a la muerte. Hecho
prisionero por las tropas de Santana, fue ejecutado en la plaza pública de San Juan el 4 de julio de 1861. Sus
restos, que reposaron durante mucho tiempo en la Capilla de los Inmortales, descansan hoy en el Altar de la
Patria, junto a los de Duarte y Mella.
Francisco del Rosario Sánchez se unió pronto a los patriotas de la “Trinitaria” y con ellos participó en la
lucha contra Boyer, al lado de los “reformistas” haitianos, los cuales le persiguieron, una vez triunfantes, a
pesar de lo cual pudo trabajar con gran fervor y enorme entusiasmo.
RAMON MATIAS MELLA Y CASTILLO (1816-1865)
Vio la luz por vez primera en Santo Domingo de Guzmán el 25 de febrero de 1816. Era hijo de Antonio
Mella y de Francisca Castillo. Como Sánchez, no tardó en unirse a los patriotas de la “Trinitaria” con
quienes luchó, al lado de los “reformistas” haitianos, contra la férrea dictadura de Boyer.
Triunfantes los “reformistas” y viendo el peligro que para HaitÃ− suponÃ−an los independentistas
dominicanos, comenzaron a perseguirles. Fue Mella el que más sufrió en estas persecuciones. Hecho
prisionero por Herard, el “reformista” sucesor de Boyer, fue llevado a HaitÃ−, donde estuvo encarcelado en
inmunda mazmorra. Libertado más tarde, regresó a Santo Domingo y tomó parte activa en los trabajos
que precedieron a la declaración de la independencia. Proclamada la República, fue vocal de la Junta
Central Gubernativa, que se constituyó en la Puerta del Conde.
Expulsado con los demás trinitarios, Mella llegó a Irlanda, no regresando al paÃ−s sino cuatro años más
tarde, acogiéndose a la amnistÃ−a del Presidente Jiménez, como Sánchez. Mella tomó parte activa en
las guerras de independencia y fue a Madrid, en calidad de agente confidencial de Santana, para obtener el
reconocimiento de la República Dominicana. Al efectuarse la anexión a España, en el año 1861, Mella
se unió a los patriotas que lucharon contra élla y en el año 1863 se le nombró Ministro de la Guerra del
Gobierno Provisional de Santiago.
En el sur del paÃ−s, no era favorable la situación para las armas restauradoras por causa del estado de
anarquÃ−a que reinaba en él, debido en parte a las continuas tropelÃ−as del general Pedro Florentino.
Mella, en su calidad de Ministro de la Guerra, marchó a ese punto del paÃ−s y estando en él, contrajo
grave enfermedad que le obligó a regresar a Santiago. Murió poco después, el 4 de junio de 1865.
Años más tarde, sus restos fueron llevados a la Capilla de los Inmortales, restos que hoy descansan en el
Altar de la Patria, junto con los de Duarte y Sánchez.
Mella se unió también a los trinitarios, como Sánchez, y al igual que éste, fue perseguido por Herard,
quien le encarceló, pero libertado más tarde, pudo participar activamente en la proclamación de la
independencia de la parte española de la isla, distinguiéndose siempre por su patriotismo.
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LA TRINITARIA
FUNDACION DE LA TRINITARIA
Un joven dominicano, Juan Pablo Duarte y Diez, cuyo acomodado padre le hizo salir de Santo Domingo en
los primeros tiempos de la dominación haitiana y que habÃ−a contemplado el espectáculo de la
civilización en Francia, Inglaterra y España, donde aprendió latÃ−n, matemáticas y filosofÃ−a,
encontró a su paÃ−s en abyecta condición cuando regresó a él en 1832. Dotado de gran personalidad y
con profundos conocimientos, se convirtió pronto en el eje y centro de un movimiento que tenÃ−a por fin
destruir el yugo haitiano, constituyendo una república independiente en la parte española de la isla.
Para encauzar este movimiento constituyó una sociedad secreta “La Trinitaria”, que nació un lunes, 16 de
julio de 1838, en la calle que hoy lleva el nombre de Arzobispo Novel en casa de la madre de uno de los
conjurados, Juan Isidro Pérez, frente a la Iglesia del Carmen.
Reuniéndose allÃ−, ese dÃ−a, además de duarte y Pérez, Pedro Alejandro Pina, Felipe Alfau y
Bustamante, José MarÃ−a Serra, Félix MarÃ−a Ruiz, Jacinto de la Concha, Juan Nepomuceno Ravelo y
Benito González. Nueve en total que pusieron su firma, con pluma mojada en sangre, al pie del siguiente
documento: “En nombre de la SantÃ−sima, AugustÃ−sima e Indivisible Trinidad de Dios Omnipotente: Juro
y prometo por mi honor y mi conciencia, en manos de nuestro Presidente Juan Pablo Duarte, cooperar con mi
persona, vida y bienes a la separación definitiva del gobierno haitiano, y a implantar una República
independiente de toda dominación extranjera, que se denominará República Dominicana, la cual tendrá
su pabellón tricolor en cuartos, encarnados y azules, atravesado por una cruz blanca. Mientras tanto seremos
reconocidos los trinitarios con las palabras sacramentales: Dios, Patria y Libertad. AsÃ− lo prometo ante Dios
y el mundo. Si tal hago, Dios me proteja; y de no, me lo tome en cuenta, y mis socios me castiguen el perjurio
y la traición, si los vendo”.
Juan Pablo Duarte y Diez, fundó “La Trinitaria”, con ocho compañeros más, el 16 de julio del año
1838, sociedad que tenÃ−a por fin romper el yugo haitiano y crear una república libre e independiente de
toda dominación extranjera con el nombre de República Dominicana.
MOVIMIENTO DE LA REFORMA
Intolerable era la dictadura de Boyer, no sólo para los dominicanos, sino también para los propios
haitianos que comenzaron a conspirar contra él, tanto en la parte occidental de la isla como en la oriental,
llamándose a sÃ− mismos “reformistas” porque su intención era derribar el despótico régimen
imperante. El grupo separatista dominicano que dirigÃ−a Duarte (y al que se habÃ−an unido ya Sánchez,
Mella y otras personalidades), se alió a los “reformistas” haitianos de la parte española de la isla con el
propósito secreto de continuar trabajando por la independencia una vez que triunfara el movimiento
revolucionario haitiano que por ser más liberal concederÃ−a mayores facilidades para propagar la idea
separatista que las que concedÃ−a el régimen absolutista de Boyer.
El 26 de enero de 1843 estallo la revolución en HaitÃ− y el 13 de marzo embarcaba Boyer para el extranjero
después de ser vencidos sus ejércitos en los campos de batalla. Le sucedió en el mando Riviere Herard
Ainé, que habrÃ−a de proclamarse Presidente en diciembre del mismo año. En Santo Domingo, la
revolución explotó el 24 de marzo: haitianos “reformistas” y dominicanos separatistas unieron sus fuerzas
bajo el mando del comandante haitiano Desgrotte, pero el general Carrié (gobernador nombrado por Boyer
en sustitución del Borgellá) logró rechazarles después de un combate que tuvo lugar en la hoy Plaza
Colón. Se retiraron los reformistas a San Cristóbal, donde reagruparon sus fuerzas, pero no tuvieron
necesidad de atacar de nuevo, porque Carrié, al saber que Boyer habÃ−a sido derrocado, capÃ−tulo el 26
de marzo embarcándose para Curazao. Desgrotte quedó al mando de Santo Domingo, ayudado por una
junta popular de la que formaban parte dos haitianos y tres dominicanos, entre éllos Duarte. En los demás
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departamentos de la parte española triunfó también fácilmente el movimiento de la reforma.
Haitianos “reformistas” y dominicanos separatistas unieron sus fuerzas para derrocar la intolerable
dictadura del Presidente Boyer y lograron que el gobernador de éste en Santo Domingo, Carrié,
capitulara el 26 de marzo de 1843 al enterarse de que Boyer habÃ−a sido derrotado en HaitÃ−.
MARIA TRINIDAD SANCHEZ
FUSILAMIENTO DE MARIA TRINIDAD SANCHEZ
Necesario era para defenderse con éxito de los ataques de HaitÃ− que reinara el orden dentro del paÃ−s.
Con tal fin, creó el Presidente Santana un cuerpo de PolicÃ−a y organizó comisiones, compuestas por
militares, en las poblaciones de Santo Domingo, Santiago, Puerto Plata y Azua, que tenÃ−an por misión
conocer y juzgar todos los hechos que alteraran el orden público.
Pronto comenzaron a trabajar estas comisiones. El destierro de Duarte, Sánchez, Mella y demás trinitarios
habÃ−a dejado marcada sensación de intranquilidad y desasosiego, especialmente entre los parientes y
amigos de los exilados que deseaban se diera una amnistÃ−a general para que regresaran al paÃ−s. Santana se
negó a ello porque los desterrados eran precisamente los que mejor podÃ−an disputarle el poder.
Se inicio entonces un movimiento revolucionario que descubierto a tiempo por el Presidente, produjo la
detención de muchas personas, entre éllas, MarÃ−a Trinidad Sánchez y su sobrino Andrés, hermano
de Francisco del Rosario. Conducidos todos ante la Comisión Militar de Santo Domingo, fueron juzgado
rápida y sumariamente. La sentencia que dictó decÃ−a que el objeto de la conspiración era derrocar el
gobierno para facilitar el regreso al paÃ−s de los expatriados. MarÃ−a Trinidad Sánchez se negó a delatar
a los demás conjurados y fue condenada a muerte, junto con su sobrino Andrés y dos más. La sentencia
se ejecutó el 27 de febrero de 1845, en el primer aniversario de la proclamación de la República.
La tÃ−a del Padre de la Patria era una mujer valerosa que habÃ−a ayudado siempre a los trinitarios en su
lucha contra el yugo extranjero. La tradición repite que antes de presentarse el pelotón de fusilamiento, hizo
que su hermano Narciso le ciñera la falda fuertemente a los pies con una cuerda fina para que cuando cayera
no le vieran los fusileros sus piernas de mujer.
MarÃ−a Trinidad Sánchez, tÃ−a del Padre de la Patria Francisco del Rosario, murió ante el pelotón de
fusilamiento como un hombre valeroso y con el refajo estrechamente ceñido a los pies para que los
fusileros no pudieran ver, cuando cayera muerta, su piernas de mujer.
Fuente: Historia de la República Dominicana. 1541-1911. 312 Págs.
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