Qué es la depresión

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LUIS FERNANDO RIVERA NUÑEZ
LICEO MIXTO LA MILAGROSA
VIRGILIO MURILLO
AUTOESTIMA
La autoestima es un conjunto de percepciones, pensamientos, evaluaciones,
sentimientos y tendencias de comportamiento dirigidas hacia nosotros mismos,
hacia nuestra manera de ser y de comportarnos, y hacia los rasgos de nuestro
cuerpo y nuestro carácter. En resumen, es la percepción evaluativa de nosotros
mismos.1
La importancia de la autoestima estriba en que concierne a nuestro ser, a
nuestra manera de ser y al sentido de nuestra valía personal. Por lo tanto,
puede afectar a nuestra manera de estar y actuar en el mundo y de
relacionarnos con los demás. Nada en nuestra manera de pensar, de sentir, de
decidir y de actuar escapa a la influencia de la autoestima.1
Abraham Maslow, en su jerarquía de las necesidades humanas, describe la
necesidad de aprecio, que se divide en dos aspectos, el aprecio que se tiene
uno mismo (amor propio, confianza, pericia, suficiencia, etc.), y el respeto y
estimación que se recibe de otras personas (reconocimiento, aceptación, etc.).
La expresión de aprecio más sana según Maslow es la que se manifiesta «en
el respeto que le merecemos a otros, más que el renombre, la celebridad y la
adulación».2
Carl Rogers, máximo exponente de la psicología humanista, expuso que la raíz
de los problemas de muchas personas es que se desprecian y se consideran
seres sin valor e indignos de ser amados; de ahí la importancia que le concedía
a la aceptación incondicional del cliente.1 En efecto, el concepto de autoestima
se aborda desde entonces en la escuela humanista como un derecho
inalienable de toda persona
Qué es la depresión
La depresión es un trastorno del estado de ánimo, que se traduce en un estado
de decaimiento y claudicación psicológica y biológica del paciente importante y
continuado, y se manifiesta a través de síntomas psíquicos (pudiendo aparecer
desinterés, tristeza, desmoralización, disminución de la autoestima...) y
somáticos (pudiéndose presentar en forma de pérdida del apetito, disminución
del peso corporal, astenia, alteraciones del sueño con periodos de insomnio y
de somnolencia, etcétera).
A la hora de realizar un diagnóstico correctamente se ha descartar los
episodios de tristeza pasajera o frustración, que se consideran como una
reacción natural de la persona ante acontecimientos negativos como las
situaciones de duelo por la pérdida de un ser querido u otras como divorcios o
separaciones; aunque si se prolonga más allá de los seis meses o es tan
importante que sea incapacitante puede desembocar en lo que clínicamente se
conoce como una depresión mayor.
Tipos de depresión
Los diferentes tipos de depresión se clasifican en función a los síntomas que
muestra el paciente.
Grupo A


Duración no inferior a 2 semanas.
No atribuible al consumo de sustancias psicoactivas o a trastornos
mentales orgánicos.
Grupo B



Humor depresivo no habitual en el paciente, constante durante todo el
día y mantenido en el tiempo de forma casi constante. No varía con las
circunstancias ambientales del sujeto, y persiste al menos durante 2
semanas.
Pérdida o ausencia de interés por actividades anteriormente placenteras.
Aumento de la capacidad de fatiga, o pérdida de la vitalidad habitual.
Grupo C



Pérdida de la autoestima y de la confianza en uno mismo. Sentimiento
de inferioridad no justificado prolongado en el tiempo.
Auto-reproches constantes y desproporcionados con sentimiento de
culpa excesiva e inadecuada.
Pensamientos de muerte o suicidio recurrentes, incluyendo tentativas.




Disminución de la capacidad de concentración y pensamiento. Suele
acompañarse de falta de decisión.
Aparición de lentitud de las funciones motoras, o agitación.
Alteraciones del sueño.
Variaciones del peso corporal por descontrol alimentario (aumento o
descenso marcado del apetito).
Grupo D

Presencia de síndrome somático, compuesto por alucinaciones, delirios,
retardo psicomotor o estupor grave, concordantes o no con el estado
anímico del paciente.
Causas de la depresión
CAUSAS DE LA DEPRESION
No existe una sola causa para la depresión. La depresión puede estar causada
por uno o varios factores. Algunas personas tienen mayor probabilidad de tener
depresión que otras. Hay diferentes razones que intentan explicar esta
predisposición:
Herencia: Existe un mayor riesgo de padecer de depresión clínica cuando hay
una historia familiar de la enfermedad, lo que indica que se puede haber
heredado
una
predisposición
biológica.
Este riesgo es algo mayor para las personas con trastorno bipolar. Sin
embargo, no todas las personas que tienen una historia familiar tendrán la
enfermedad.
Además, la depresión grave también puede ocurrir en personas que no tienen
ninguna
historia
familiar
de
la
enfermedad.
Esto sugiere que hay factores adicionales que pueden causar la depresión, ya
sean factores bioquímicos, o ambientales que producen estrés, y otros factores
psicosociales.
Personalidad: Las personas con esquemas mentales negativos, baja
autoestima,
sensación de falta de control sobre las circunstancias de la vida y tendencia a
la preocupación excesiva son más propensas a padecer de depresión.
Estos atributos pueden resaltar el efecto de las situaciones de estrés o interferir
con la capacidad de enfrentarlas o reponerse de las mismas.
Aparentemente, los patrones de pensamiento negativo típicamente se
establecen en la niñez o adolescencia y van conformando a lo largo del tiempo
un patrón de pensamiento depresivo.
Síntomas y diagnóstico de la depresión

Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día según lo indica el
propio sujeto o la observación realizada por otros. En los niños y
adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable.

Disminución acusada del interés o de la capacidad para el placer en
todas o casi todas las actividades.

Pérdida importante de peso sin hacer régimen o aumento de peso.

Insomnio o hipersomnia.

Agitación o enlentecimiento psicomotores.

Fatiga o pérdida de energía casi cada día.

Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados.

Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión.

Pensamientos recurrentes de muerte, ideación suicida recurrente sin un
plan específico o una tentativa de suicidio o un plan específico para
suicidarse.
Tratamiento de la depresión
En general siempre se puede y se debe tratar una depresión. En ocasiones,
especialmente en las depresiones de intensidad ligera o moderada, la
sintomatología depresiva tenderá a desaparecer con el tiempo sin tratamiento,
pero se prolongará durante mucho más tiempo y se sufrirá innecesariamente.
Antes de plantearse el tratamiento hay que confirmar que se trata de una
depresión y no de otra cosa. La presencia de síntomas que pueden asemejar a
la depresión, como tristeza, cansancio, ganas de llorar, nerviosismo, dificultad
para dormir, etc. son habituales en situaciones de dificultad personal grave o
mantenida, o en situaciones de pérdida o duelo. Para diferenciar una depresión
de un duelo no complicado hay que tener en cuenta que en el duelo no suele
observarse la presencia constante de ideas de culpa o inutilidad, no existe una
alteración del funcionamiento diario importante y no suelen aparecer las ideas
de suicidio, que si suelen ser frecuentes en la depresión. Además, el duelo no
complicado suele empezar poco después de la pérdida, y mejora a lo largo de
los meses. La mayor parte de los duelos no complicados se resolverán por si
solos, como situación humana normal que es, y solo se tratarán con
antidepresivos cuando por su larga duración o gravedad de los síntomas
acaben complicados con un episodio depresivo. En algunos casos el duelo no
complicado puede beneficiarse puntualmente de algún medicamento
tranquilizante o hipnótico.
Fármacos antidepresivos
Desde la introducción de los fármacos antidepresivos a mediados de los años
cincuenta se ha producido una mejora significativa en la perspectiva de
tratamiento de los pacientes con depresión. Se considera que estos fármacos
son eficaces en el 60 a 80 % de los pacientes, siendo la respuesta variable en
función de la gravedad de la depresión y de la presencia de otros factores que
pueden "entorpecer" la acción del fármaco como pueden ser acontecimientos
vitales estresantes mantenidos, características de personalidad alteradas de
base o mal cumplimiento del tratamiento. Además hasta el 90% de las
depresiones responderán a algún tipo de tratamiento antidepresivo.
La depresión parece estar asociada a la existencia de niveles bajos de
determinadas sustancias a nivel cerebral tales como la serotonina, la
noradrenalina o la dopamina. Por ello, los fármacos antidepresivos actúan
intentando aumentar alguna de estas sustancias en el cerebro a través de
distintos mecanismos de acción.
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