fábula, sátira y epigrama: fedro, juvenal y marcial

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FÁBULA, SÁTIRA Y EPIGRAMA: FEDRO, JUVENAL Y
MARCIAL
1. FÁBULA
1.1. ORIGEN Y DEFINICIÓN
1.2. LA FÁBULA EN ROMA: FEDRO
2. LA SÁTIRA
2.1. ORÍGENES DE LA SÁTIRA
2.2. SÁTIRA EN VERSO: AUTORES
Lucilio
Horacio:
Persio:
Juvenal:
2.3. SÁTIRA MENIPEA
Varrón (siglo I a. C.):
Séneca: La Apokolokyntosis o Transformación en calabaza:
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3. EL EPIGRAMA: CATULO Y MARCIAL
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LECTURAS
7
1
1. FÁBULA
1.1. ORIGEN Y DEFINICIÓN
Desde la antigüedad, con Aristóteles, hasta hoy, se ha definido la fábula como una
narración alegórica, breve y moralista, que surge, sobre todo, como antítesis de la poesía
épica: en ésta hablan y actúan grandes hombres, héroes y dioses; en la fábula, animales
que simbolizan actitudes o costumbres humanas de la vida corriente. Si la épica se
vincula al mundo de la aristocracia, la fábula es el medio de expresión de los estratos más
humildes de la sociedad; Esopo y Fedro, representantes del género en Grecia y Roma
respectivamente, eran esclavos. Como el propio Fedro afirma, la fábula surge de la
necesidad de censurar a las clases dominantes de forma alegórica, presentando esta crítica
en boca de animales.
Fue en Grecia donde la fábula, a partir de narraciones de origen popular, adquirió el rango
de género literario, por obra de Esopo (s. VI a.C.).
1.2. LA FÁBULA EN ROMA: FEDRO
La fábula
en Roma
Traída de Grecia, la fábula se vincula desde los orígenes a la sátira, entrando a formar
parte de ella (encontramos fábulas, por ejemplo, en las sátiras de Horacio) hasta que
Fedro (autor del siglo I d.C.) le dio el rango de género independiente.
Fedro:
influencia
de Esopo y
originalidad
Fedro, un esclavo macedonio llegado joven a Roma y manumitido por el emperador
Augusto, escribió cinco libros de fábulas que él llamó Fábulas Esópicas. En ellas sigue a
Esopo, pero no es un imitador servil, ya que en bastantes ocasiones añade material nuevo
tomado de la vida y del ambiente romanos contemporáneos. De toda su producción
fabulística (101 fábulas) tan sólo la tercera parte procede de Esopo.
Estructura
La mayor parte de sus fábulas se componen de dos elementos: un relato ejemplar
protagonizado generalmente por animales, y una moraleja. Ambos elementos responden
respectivamente al doble objetivo expresado por el autor en su prólogo: divertir (risum
movere) y moralizar (exemplo monere).
Contenido
En las fábulas de Fedro hay una obsesión por denunciar el abuso de poder y la opresión
del débil por el astuto opresor, con una evidente intención de crítica política y social. Los
poderosos aparecen simbolizados en animales como el león (fábula de la vaca, la oveja, la
cabra y el león), el lobo (fábula del lobo y el cordero), el águila (la zorra y el águila), el
oso y la serpiente; los humildes aparecen como corderos, ratones o ranas.
Pervivencia
El éxito de la obra de Fedro ha sido enorme en todas las épocas; influye decisivamente en
los grandes fabulistas europeos de los siglos XVII y XVIII: La Fontaine en Francia,
Iriarte y Samaniego en España. En nuestro siglo pueden advertirse ecos de Fedro en
Animal Farm (Rebelión en la granja), la novela fabulística de George Orwell (1945).
2
2. LA SÁTIRA
2.1. ORÍGENES DE LA SÁTIRA
Quintiliano afirmaba que la sátira era una creación exclusiva del pueblo romano 1: satura
quidem tota nostra est: “La sátira es completamente nuestra”. El término latino satura
significaba literalmente “mezcla”, “ensalada”, e implicaba, en general, una composición
literaria caracterizada por la combinación o mezcla de asuntos y versos diferentes.
La constitución de la sátira romana como género literario es la consecuencia de una
evolución histórica de contactos y asimilaciones con otros géneros. La teoría más
extendida es la que considera que se trata de la combinación de elementos de:
 formas dramáticas como la comedia, la atelana o el mimo: distintos
personajes ridículos procedentes de estos géneros, como el parásito, el
bufón o el tonto aparecen en la sátira; igualmente se emplean el diálogo, el
monólogo, etc.;
 la diatriba2 o diálogo filosófico empleado por los cínicos y los estoicos, que
favorecería su contenido moral y la censura de las costumbres.
De aquí podemos definir la sátira de manera muy general como una composición
caracterizada por la crítica moralizadora de las costumbres a través del humor. Esta crítica
abarcará, dependiendo de los autores, desde consideraciones filosóficas hasta duros y
agresivos ataques personales; desde consejos morales hasta el humor y el ridículo
exagerados.
En Roma se pueden distinguir dos tipos de sátiras: la sátira en verso, principalmente en
hexámetros dactílicos, y la sátira-mezcla o menipea, que combinaba prosa y verso.
2.2. SÁTIRA EN VERSO: AUTORES
Los principales autores de sátiras fueron:
Lucilio
Autor del siglo II a.C., es considerado el primer gran poeta satírico romano. Pertenecía al Círculo de
los Escipiones; en sus sátiras emplea un solo tipo de verso: el hexámetro dactílico, que quedará fijado
como verso propio del género. Escribió 30 libros de sátiras, de los que sólo quedan unos pocos
fragmentos. Presentan como denominador común el punto de vista moralizante y la defensa de la
virtus y el mos maiorum3. Se caracterizan por la crítica política, el realismo, la ironía y la agresividad.
En su obra aparecería retratada parte de la sociedad romana de la segunda mitad del siglo II a.C.
1
Hay que recordar una vez más la inspiración griega de todos los géneros literarios latinos.
La diatriba era una composición en forma dialogada empleada por los filósofos cínicos y estoicos para dar
lecciones de carácter ético y moral. Ejemplo de diatriba pueden ser las epístolas de Séneca a Lucilio, en las que el
autor conversa de forma ficticia con su destinatario sobre temas filosóficos (Séneca va incluyendo las posibles
preguntas que Lucilio se hará al leer su carta como recurso para establecer una especie de diálogo entre ambos).
3
La moral romana se basaba en estos dos principios: la virtud y la costumbre de los antepasados.
2
3
Horacio:
El gran poeta lírico latino compuso en el siglo I a.C. dos libros de Sátiras, a los que el propio Horacio
llamaba Sermones (“conversaciones”). En éstas perfecciona muchos aspectos de las de Lucilio, de
quien se confiesa seguidor. Así, el elemento político y la agresividad personal desaparecen en sus
sátiras, cuya tendencia moralizadora suplanta a la mordacidad y virulencia luciliana; Horacio ofrece
un retrato irónico de los vicios y defectos de la raza humana, pero de un modo impersonal y anónimo,
sin alusiones personales.
Caracteriza con gran ironía distintos tipos humanos y personalidades contrapuestas: el avaro y el
derrochador, el trabajador y el inconstante, el ambicioso y el indolente, etc. Algunos de los temas
tratados: nadie está contento con su suerte, contra la gula, la avaricia, o la superstición, elogio de la
vida en el campo, contra los nuevos ricos, etc.
Persio:
Seguidor de la doctrina estoica, Persio (s. I d.C.) muestra más que ningún otro satírico la vinculación
entre filosofía y sátira. Escribió únicamente 6 sátiras, en las que la censura y la crítica se subordinan a
los principios de la filosofía estoica4: desprecio de las riquezas o la superstición y el fariseísmo
religioso (tema de la sátira II), elogio de la filosofía, etc. El estoicismo se refleja también en su estilo:
hermético, oscuro, difícil, conceptista, que se hizo famoso desde la antigüedad.
Juvenal:
Vida y obra
Ultimo representante importante de la sátira latina. Procedente de familia humilde,
vivió en Roma baja la tutela de distintos patronos, condición de la que suele lamentarse
en su obra. La juventud y parte de la madurez y de Juvenal transcurren durante el
funesto reinado de Domiciano, prototipo de tirano que estableció un auténtico régimen
de terror y que marcó definitivamente al poeta. En el año 96 muere Domiciano y se
inicia con Nerva y sus sucesores una época de restauración política, social y moral; es
éste el momento que Juvenal, ya de mediana edad, elige para comenzar a publicar sus
16 sátiras en cinco libros ordenados por el mismo autor. Al final de su vida fue
exiliado por el emperador Adriano a Egipto, donde murió el 130 d.C.
En la sátira inicial del libro I que, como ocurre en sus predecesores, tiene carácter
programático, expone su deseo de escribir sátiras a la manera de Lucilio, realizando
una agria crítica de la sociedad de su tiempo. Sin embargo el poeta declara en esa
misma sátira que sólo hablará de personas ya fallecidas, de manera que dirige su
indignación tantas veces sofocada contra la época de Domiciano. La sátira IV es
particularmente ilustrativa de cuáles son los motivos y las intenciones del poeta:
desahogarse del horror experimentado en el inmediato pasado y resarcirse del obligado
silencio. La crítica alcanza tanto al emperador, al que se censura su arbitrariedad y su
crueldad, como a la clase senatorial, inclinada a la adulación y a la delación. Sin
embargo esta crítica se hace extensiva al presente porque los defectos de la sociedad se
perpetuaban y se hacían difíciles de eliminar.
Objetivo
4
Corriente filosófica que propugna el control de las pasiones, subordinadas a la razón; el hombre sabio es aquel que
es capaz de dominar sus emociones (alcanzando la apatheia) y aceptar las leyes del destino. Criticaba duramente la
búsqueda del placer o las riquezas, así como cualquier desviación de la ley natural. Importantes representantes en
Roma fueron Séneca, su sobrino Lucano o el emperador Marco Aurelio.
4
Ningún otro autor latino denunció de forma tan violenta la injusticia social y la
corrupción de la época en la que le tocó vivir. Es la indignación ante los vicios y los
delitos su fuente de inspiración: facit indignatio versum5, declara.
La agresividad de sus sátiras está más cerca de las de Lucilio que de las de Horacio.
En ellas quedan reflejados, entre otros aspectos:
Rasgos y
contenido
o la invectiva6 personal de, por ejemplo, figuras políticas del pasado, como los
emperadores Tiberio, Claudio y su esposa Mesalina, Nerón, Domiciano, etc.;
o la crítica de las prostitutas, los homosexuales y los extranjeros (actitud que raya
en racismo);
o la censura de las costumbres y vicios de las mujeres, como en su célebre sátira
VI, donde se muestra como un misógino: según Juvenal, casarse es de locos,
pues no existe mujer fiel ni casta; considera a la mujer como causa de todos los
males del hombre;
o la queja ante el enriquecimiento rápido y sin esfuerzo de algunos ciudadanos
(como los gladiadores), gracias a los juegos públicos, respaldados por el propio
Estado, que utiliza estos espectáculos para contentar y silenciar al pueblo
(panem et circenses) ante la progresiva corrupción del gobierno y la sociedad7;
o los abusos de poder, etc.,
Todo ello presentado con un realismo exagerado hasta la caricatura y bajo la
perspectiva del mos maiorum. En Juvenal la intención moralizante y la invectiva
alcanzan el punto culminante de la sátira romana.
La influencia de Juvenal ha sido enorme en escritores satíricos de todas las épocas.
Gran paralelismo se encuentra en la obra del irlandés Jonathan Swift Los viajes de
Gulliver (s. XVIII), ácida sátira de la sociedad de su época. Destaquemos el hecho de
que numerosas frases de la obra de Juvenal han sido convertidas en sentencias por la
posteridad: Mens sana in corpore sano (mundo del deporte) / Rara avis8 / Panem et
circenses (“pan y circo”), Maxima debetur puero reverentia9 (en la escuela y la
pedagogía) /, etc.
Influencia
posterior
2.3. SÁTIRA MENIPEA
Varrón (siglo I a. C.):
Gran amigo de Cicerón; introdujo en Roma un género satírico, cuyo carácter externo consistía en una
mezcla libre de prosa y versos de todo tipo. Seguía en esto el ejemplo de un cínico griego, Menipo de
Gadara. Varrón era un conservador que soñaba con hacer revivir las virtudes de los viejos romanos;
critica toda desviación del mos maiorum.
5
“Es la indignación la que hace el verso” > “El verso surge de la indignación”.
Ataque, crítica.
7
“Pan y circo”; es decir, comida y espectáculo son suficientes para contentar al pueblo. ¿Existe algún
paralelismo con la situación que se vive hoy en día?
8
“Ave extraña”; es decir, caso excepcional.
9
“Se debe el máximo respeto al niño”.
6
5
Séneca: La Apokolokyntosis o Transformación en calabaza10:
Esta obra es una sátira terrible contra el emperador Claudio (s. I d.C.), que lo había desterrado a
Córcega. Séneca caricaturiza y parodia no sólo aspectos de su gobierno, sino también defectos físicos
y de carácter del emperador.
3. EL EPIGRAMA: CATULO Y MARCIAL
Definición
En principio el epigrama11 griego no fue más que una composición breve, una inscripción
en verso de naturaleza funeraria o votiva. Posteriormente pasó a designar una
composición poética breve, concisa e ingeniosa, generalmente de tema amoroso, satírico e
incluso fúnebre, escrita en dísticos elegíacos.
Catulo y los
poetae novi
El epigrama helenístico de tipo erótico se implantó en Roma en el siglo I a.C., de la mano
de los poetae novi. Junto a estas composiciones de contenido amoroso comenzó a florecer
sobre todo el epigrama satírico de tipo político. Destacó en ambos géneros Catulo, que
escribió epigramas eróticos a su amada Lesbia y censuró agriamente a César y a sus
partidarios políticos.
MARCIAL
Pero el más grande autor epigramático fue el hispano MARCIAL (siglo I d.C.):
Vida y obra
Nacido en Bílbilis (Calatayud, Zaragoza), se trasladó a Roma, donde vivió y escribió
bajo la protección de distintos mecenas (en un primer momento Séneca y su familia
y, más tarde, el emperador Tito), haciendo uso de la adulación sin pudor para poder
subsistir. Al final de su vida volvió a Hispania, donde murió en el 104 d. C. Escribió
15 libros de epigramas (incluyendo el Liber de spectaculis –Libro sobre los
espectáculos-, con motivo de la inauguración del Coliseo por parte del emperador
Tito en el 80 d.C.).
Objetivo
Mostró Marcial preferencia por el epigrama jocoso, satírico y caricaturesco, con el
objetivo de divertir al lector. Su obra es realista, sarcástica, escoge los aspectos más
curiosos, grotescos u obscenos de la sociedad. Pero en su presentación de los vicios
humanos no pretende, como los poetas satíricos, moralizar, sino provocar la risa de
sus lectores.
Contenido
La obra de Marcial es de las más mordaces y escabrosas de la literatura latina.
Cazadores de fortuna, mujeres presumidas, personajes tacaños, defectos físicos de
toda clase, personajes malolientes, desdentados, perversiones sexuales, aparecen sin
cesar en su obra. En ella desfila el abanico entero de las clases sociales de finales del
siglo I d.C. y sus modos de vida. Sin embargo no pretende herir nominalmente a
nadie, ya que los nombres de sus personajes son ficticios; como él mismo afirma,
“parcere personis, dicere de vitiis” (“respetar a las personas, censurar los vicios12”).
No obstante no todos los epigramas de Marcial son caricaturescos u obscenos; en
ellos se encuentran también composiciones que invitan a la apacible vida en el
10
Parodia de la apoteosis o divinización de los emperadores tras su muerte.
El término griego epigrama significa “inscripción”.
12
Es decir, satirizar los pecados, no al pecador.
11
6
campo, composiciones laudatorias de algunos de sus protectores, o delicados y
emotivos epitafios a personajes fallecidos (como el dedicado a la pequeña Eroción).
Estructura
e ingenio
conceptista
Lo peculiar de Marcial es su agudeza y su ingenio; destacan en sus epigramas el
fulmen o puntilla (el aguijonazo), comentario final punzante e ingenioso
(generalmente el último verso) sobre el hecho presentado en los versos anteriores.
Pervivencia
Su obra gozó de un éxito inmediato, que se verá ensombrecido durante la Edad
Media (censurado por la moral cristiana), aunque brotará nuevamente con fuerza
durante el Renacimiento. Baltasar de Alcázar, creador del género en castellano, se
inspira directamente en él. En nuestra literatura del Siglo de Oro es destacable la
influencia de Marcial sobre las composiciones satíricas de Quevedo; igualmente, otro
conceptista de nuestro siglo XVII, Baltasar Gracián, lo consideró “un maestro de la
agudeza conceptista”.
7
LECTURAS
JUVENAL: Fragmento de la sátira VI: Crítica de las mujeres. Casos de Epia, esposa de un
senador (que abandona a su marido e hijos para irse con un gladiador), y Mesalina, esposa del
emperador Claudio. Traducción en prosa.
Mujer de un senador, Epia siguió a una escuela de gladiadores hasta Faros, junto al Nilo.
[....] No recordó su casa, ni a su marido ni a su hermana, no pensó en su patria; desvergonzada,
abandonó a sus hijos, que lloraban. Y aunque de niña había dormido entre grandes riquezas, en
las plumas de una cuna con engastes de oro, despreció el mar; antes había despreciado su
propia fama, pues entre los blandos sillones quebrarla importa ya muy poco. De modo que con
corazón constante soportó las olas del mar Tirreno y el mar Jonio, cuyo bramido retumba a lo
lejos, y cuantos mares debiera navegar. Si la razón de afrontar un peligro es justa y es honesta,
se asustan, en el miedoso pecho se les hiela el corazón, y no logran ni sostenerse encima de las
trémulas piernas; si se arriesgan a empresas escandalosas, entonces aportan un coraje firme. Si
lo manda el marido es duro embarcarse. La que sigue al adúltero tiene un estómago fuerte.
Aquélla vomita encima del marido; ésta come con los marineros, se pasea por la popa y se
divierte tocando las duras jarcias. ¿Qué belleza enardeció a Epia, qué juventud la cautivó?
¿Qué fue lo que vio que hizo que consintiera en llamarse gladiadora? Pues su pequeño Sergio
ya había empezado a raerse la papada, y esperaba la jubilación con un brazo lleno de
cicatrices. Además, (su amado) tenía muchas deformidades en el rostro, como, por ejemplo, una
joroba enorme en medio de la nariz, hecha por el roce del yelmo. Encima, su único ojo destilaba
continuamente un humor agrio. Pero era gladiador: esta profesión les convierte en Jacintos13.
Ella la prefirió a sus hijos y a su patria, a su hermana y a su esposo. Lo que aman las mujeres es
el hierro.
¿Te preocupas por lo que hizo Epia, una simple ciudadana? Mira, pues, a las rivales de los
dioses, escucha lo que soportó el emperador Claudio. Cuando su esposa14 lo notaba dormido, se
atrevía a preferir la estera a su lecho del Palatino; augusta meretriz15, cogía de noche la
capucha y salía seguida de una sola esclava. Una peluca rubia le tapaba la negra cabellera, y
ella se metía en un prostíbulo bochornoso por sus raídas cortinas, instalándose en un cuarto
vacío que tenía reservado. Allí, desnuda y con los pezones adornados de oro, bajo el nombre
ficticio de Licisca, exhibió, ¡oh noble Británico16!, el vientre del que nacieras. Acogió mimosa
los que entraron y reclamó su paga; tendida boca arriba, absorbió los orgasmos de muchos.
Luego, cuando el rufián ya despedía a las mozas, ella se fue muy triste, y, en cuanto pudo, cerró
la última su puesto. Se marchó ardiente aún por el prurito de su vagina rígida, cansada por los
hombres, pero no satisfecha. Infame por sus mejillas sucias y fea por el humo del candil, llevó
hasta la almohada imperial el hedor del prostíbulo.
CATULO: Epigramas. Los epigramas de Catulo son de contenido y versos variados: amorosos
(o eróticos, dirigidos a Lesbia), satírico-burlescos, políticos, afectivos, etc. Para los eróticos, cf.
tema de poesía lírica. Hay que recordar que también compuso largos poemas eruditos de
contenido mitológico (epilios), de corte alejandrino o helenístico.
13
Joven de gran belleza amado por Apolo, a quien el propio dios mató accidentalmente.
Mesalina, primera esposa de Claudio y madre de Británico y Octavia. Claudio se casó en segundas
nupcias con Agripina, madre del futuro emperador Nerón.
15
Prostituta.
16
Miembro de la casa imperial; hijo de Claudio y Mesalina, célebre por su nobleza y probidad, fue
desplazado del trono imperial por Nerón, hijo de Agripina, segunda mujer de Claudio, a quien el
emperador había adoptado como sucesor por influencia de su madre.
14
8
33. Invectiva contra dos personajes desconocidos
Oh, tú, el mejor de los ladrones de baños públicos, Vibenio, el padre, y el puto de su hijo (pues si el
padre tiene la derecha más sucia, el hijo tiene el culo más hambriento) ¿por qué no os vais al
destierro, a unas malditas tierras? Pues los robos del padre son conocidos de todo el mundo, y tú,
hijo, no puedes andar vendiendo tus velludas nalgas por una sucia moneda.
49. Epigrama laudatorio dirigido a Cicerón. ¿Velada crítica de la arrogancia de Cicerón?.
Tú, el más elocuente de los nietos de Rómulo, de cuantos son y de cuantos han sido, Marco Tulio, y
de cuantos serán después en años sucesivos, te da muchísimas gracias Catulo, el peor poeta de
todos, el peor poeta de todos en la misma medida en que tú eres el mejor abogado de todos.
57: Invectiva contra César y su amigo Mamurra
Qué bien se llevan esos desvergonzados maricas, el puto Mamurra y César. No es extraño.
Manchas17 iguales tienen ambos, uno en Roma y el otro en Formias; las llevan grabadas y no se las
borrarán. Igualmente enfermos, gemelos los dos, en la misma camita instruidos ambos. No está éste
más hambriento de adulterios que aquél, socios rivales de las jovencitas. Qué bien se llevan esos
desvergonzados maricas.
74: Invectiva contra Gelio; éste hace callar al moralista de su tío.
Gelio había oído decir que su tío solía pelearse con quien hablaba de goces amorosos o con quien
los disfrutaba. Para que esto no le ocurriera, sedujo a la propia mujer de su tío. Y convirtió a su tío
en un Harpócrates18. Consiguió su objetivo. Pues, aunque ahora joda a su propio tío, su tío no dirá
palabra.
93. Indiferencia de Catulo hacia César. Uno de los más famosos en la Antigüedad. Citado por
Quintiliano y adaptado por Marcial.
No me esfuerzo demasiado, César, por querer agradarte, ni en saber si eres blanco o negro.
101. Epitafio a su hermano fallecido y enterrado en Troya.
Después de viajar por muchos pueblos y muchos mares, llego, hermano mío, para estas modestas
exequias a obsequiarte con la última ofrenda a los muertos y a hablarle en vano a tus cenizas
mudas, puesto que el destino te arrebató a ti precipitadamente de mi lado, ay, pobre hermano
pronto arrancado a mi cariño; pero ahora, mientras tanto, esto que por la antigua tradición de los
antepasados se nos confió como triste ofrenda a los muertos, recíbelo empapado del llanto de tu
hermano y por siempre te saludo, hermano mío, adiós.
111. Invectiva contra Aufilena, prostituta incestuosa.
Aufilena, pasar la vida contenta con un solo hombre es, para una mujer casada, un honor entre
todos los honores; pero es preferible acostarse con cualquiera antes que, preñada de tu tío, tengas
primos hermanos.
17
18
Deudas.
Dios símbolo de la discreción.
9
MARCIAL: Epigramas de contenidos y tonos diversos
I
Tenías, Elías, creo recordar,
cuatro dientes.
Un acceso de tos
y escupes dos; otro, y otros dos.
Tose ahora cuanto quieras.
II
Te lame tu perrito
rostro y boca, Manneia.
Es lo que te toca:
a un perro le gusta comer caca.
III
Entre todos los jóvenes esclavos
uno destacaba por su rostro
y sus cabellos.
Cinna lo hace cocinero. ¡Qué glotón!.
IV
No te extrañe, Néstor,
que la oreja
de Mario huela mal:
tú le hablas en ella.
V
¿Por qué la piscina
me ensucias, Zoilo,
con ese culo sucio?
Peor aún si metes la cabeza en ella.
VI
Se mató para huir de un enemigo.
¿No es locura morir por no morir?.
Emotivo epitafio a la niña Eroción,
fallecida antes de cumplir los seis años
Frontón, padre, Flacilla, madre,
os encomiendo esta niña,
mis besos y mis delicias,
para que la pequeña Eroción no tenga miedo
de las sombras negras y de las bocas
monstruosas del perro del Tártaro19.
Iba a cumplir pronto
los fríos de su sexto invierno,
si no hubiese vivido otros tantos días menos.
Que juegue retozona en medio
de tan viejos patronos y que susurre
mi nombre con boca balbuciente.
Que no cubra sus huesos tiernos un césped duro
Y no seas, tierra, pesada para ella:
ella no lo fue para ti.
Filosofía de la vida
Las cosas que hacen más feliz la vida,
gratísimo Marcial, son éstas:
una hacienda no conseguida con esfuerzo,
sino heredada;
un campo no desagradecido,
un fuego permanentemente encendido;
un pleito nunca, la toga en pocas ocasiones,
el espíritu tranquilo;
unas fuerzas de hombre libre, un cuerpo sano;
una sencillez prudente,
amigos de igual condición;
convites fáciles, una mesa sin aparato;
una noche no ebria, sino libre de cuidados;
un lecho no triste y sin embargo casto;
un sueño que haga breves las tinieblas;
querer ser lo que eres y no preferir otra cosa;
no temer el último día, ni desearlo.
19
Cancerbero, perro guardián del infierno
(Tártaro).
9
Epigrama de Marcial imitado por Quevedo
Marcial
Siempre prometes y nunca das, Gala, cuando te ruego.
Si siempre mientes, ya te ruego, Gala, di que no.
Quevedo
Beatriz, cuando ruego más
que mi voluntad aceptes,
mil favores me prometes,
pero nunca me los das.
Si siempre engañando estás,
haciendo donaire y juego
de mis ruegos, ya te ruego,
que me quieras, niégalo,
porque diciéndome no
harás lo contrario luego.
.
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