LA VANGUARDIA 35 C U L T U R A LUNES, 7 MAYO 2007 ‘El Señor de los Anillos’ desafía la hegemonía de ‘Warcraft’ en internet n El nuevo videojuego on line, que se venía preparando desde el año 1998, ha recibido críticas unánimemente elogiosas en su lanzamiento y representa una seria amenaza para World of Warcraft JUSTO BARRANCO BARCELONA. – “Tan auténtico como un parágrafo de prosa de Tolkien”. “Muy, muy hermoso”. O “a Auden –el gran poeta británico, que escribió la entusiasta crítica de El Señor de los Anillos para The New York Times en 1954– le habría gustado este juego”. Y es que si muchos de los fans de El Señor de los Anillos se temían lo peor desde que en 1998 se decidió comenzar a convertir el mundo de Tolkien en un juego de rol de internet para que millones de jugadores interaccionaran en la Tierra Media, el resultado, nueve años después, ha desbordado todas las previsiones. Los elogios son generalizados para Lord of the Rings online: shadows of Angmar, que desde hace poco más de una semana compite en un terreno, el de los juegos de rol multijugador on line, en el que hasta ahora reinaba cómodamente y a mucha distancia del resto la épica de World of Warcraft. Al igual que pocos escritores han tenido la habilidad para construir un universo tan sólido como el de Tolkien, que Una imagen fue capaz de idear la Tierra Media, con su particular geografía, su historia, sus lenguas, leyendas y canciones, que impregnan la novela de un fuerte aire de verosimilitud, los creadores de Lord of the Rings online han puesto particular énfasis en la posibilidad de que los jugadores vivan los territorios imaginados por Tolkien. La dificultad no era poca: en una película se puede explicar linealmente la historia del libro, pero en un juego on line que recrea todo el universo –de hecho, cuando las sucesivas ampliaciones del juego, que irán añadiendo nuevos territorios, se vayan lanzando al mercado, el espacio creado virtualmente será de 50 millones de metros cuadrados y se han diseñado para él más de diez mil criaturas distintas, jugadores aparte– los participantes quieren explorarlo libremente. No sólo eso, si en un juego como World of Warcraft cada uno crea su personaje, que a medida que vive aventuras gana fuerza y destreza, siendo capaz de convertirse en una de las figuras con más poder en el juego, en El Señor de los Anillos hay una ya efectos parecidos a la magia: la sabiduría popular, que se adquiere con tiempo, da acceso a efectos casi mágicos usando objetos y sustancias mundanos. Por tanto, los avatares que elijan los participantes –así se llaman los personajes en estos juegos donde los jugadores entran y salen del mundo virtual pero la aventura sigue con o sin ellos–, y que pueden ser humanos, enanos, elfos y hobbits, participan en la historia, sintiéndose muy cerca de los acontecimientos que suceden pero sin alterarlos fundamentalmente. Por lo pronto, los que paguen los casi 50 euros por los que se vende el juego AP de Lord of the Rings online: shadows of Angmar, el nuevo videojuego El juego reconstruye con detalle la Tierra Media, un territorio que, en sucesivas entregas, ocupará 50 millones de metros cuadrados virtuales historia previa que no se puede violar. Por ejemplo, en la novela original ya hay cinco magos –Gandalf, Saruman, Radagast, Alatar y Pallando– y ningún jugador podrá ser uno de ellos, lo que no significa, explican en la empresa Turbine, creadora del juego, que no ha- más la suscripción on line mensual podrán adentrarse en los escenarios que corresponden a La Comunidad del Anillo, después de que Frodo deje la Comarca, por lo que se podrá estar en áreas como Eriador o Angmar. En próximas ampliaciones del juego se podrá ir a Mordor, Gondor, Rhovanion o Moria, áreas en las que se irán revelando nuevas ideas del juego. La acción, pues, se sitúa en la Tercera Edad, cuando la Comunidad del Anillo ha iniciado su viaje épico, y los jugadores tendrán una oportunidad de enfrentar los profundos cambios que vive la Tierra Media. Y, sobre todo, podrán ser parte de ella y tener su propia comunidad.c ORIOL PI DE CABANYES Palau i Fabre, 90 E l poeta, dramaturgo, narrador y ensayista Josep Palau i Fabre acaba de cumplir 90 años. La edad siempre ha sido aquí un mérito, mucho más que en otros sistemas culturales. Es natural que en la cultura catalana, tan interrumpida en su evolución institucional en tantos periodos de su historia, al llegar la democracia y la autonomía gentes de las más diversas generaciones se vieran agolpadas sin guardar cola ante la ventanilla del reconocimiento de valores. Palau i Fabre ha tenido que llegar a viejo, o a muy viejo, pero sin dar codazos, ni exigir nada, para que se le reconociera su valía, o su significación. Y él ha tenido paciencia, incluso para ver cumplido su mayor sueño: la fundación que hoy le acoge en Caldes d'Estrac. Y es que la fuerza motriz de la vida y la obra de Palau i Fabre (que ha hecho mucha gimnasia sueca de mantenimiento corporal) puede decirse que ha sido la espera. Declaraba Roberto Rossellini que lo esencial de todo relato es la espera. “La espera es lo que nos hace vivir, la espera es lo que nos encadena a la realidad, la espera es lo que –después de la preparación– nos ofrece la liberación. La espera es la fuerza de cualquier suceso de nuestra vida”. Creo que esta espera ha sido el gran motor de la creatividad de Palau i Fabre, como ya lo fue de los trovadores. Y no es sino el deseo. O, si se quiere: la distancia entre el deseo y su inalcanzable realización absoluta. Porque el erotismo y el amor han sido su gran tema. En la obra de Palau todo surge del erotismo, de un profundo erotismo también en el sentido espiritual, místico, de experiencia interior, tal como ya alienta en el Llibre d'amic e amat de su admirado Ramon Llull, tan tocado (aunque no siempre se quiera saber) por el sufismo. Palau i Fabre ha creado desde el enamoramiento perpetuo de la vida. En estado de gracia permanente, como les sucede a los poetas, que por eso a veces no saben ni hacerse una tortilla. Y es que Palau i Fabre ha cumplido ya 90 años, sí, pero su espíritu se mantiene joven y abierto. Aunque el cuerpo, ¡hélas!, no siempre responda como él quisiera. En la segunda posguerra mundial, se autoexilió en París, huyendo de la miseria moral de la Catalunya bajo el franquismo. Trabajó en la residencia de los estudiantes mexicanos y allí conoció a Octavio Paz. Siempre soliEL EROTISMO tario, retraído a causa de su sordera, pasó severas y el amor han sido privaciones. Su teatro, en buena parel gran tema del te todavía inédito, puede que contenga su mejor poeta, dramaturgo, poesía. Quería ser actor. Perfectamente caracterinarrador y ensayista zado por su rostro, su nariz y su barba, como de judío recién escapado de un campo nazi, interpretó un pequeño papel en la película Le salaire de la peur, en el que sólo decía unas pocas palabras: “Si lo sé, no vengo...”. Es de celebrar que, como regalo por su aniversario, la nueva dirección del Picasso haya sabido reparar el absurdo ninguneo al que este museo municipal le tenía sometido desde que Palau, erigiéndose como por un deber moral en defensor de la voluntad de su idolatrado Picasso, criticó no sé qué exportación temporal de alguna pieza, lo que contravenía las explícitas disposiciones del pintor. Josep Palau i Fabre es una figura señera de nuestras letras. Al margen de toda capillita, su entrega vital al arte y su vocación de servicio a una lengua y a una literatura de nivel han sido ejemplares.c Poesía para todos Barcelona Poesia reivindica el rap como manifestación poética urbana y canal de expresión de la juventud ÀLVAR ANDRÉS Barcelona l festival Barcelona Poesia ha llenado de palabras la ciudad durante el fin de semana. En la mañana de ayer el Jardí Botànic fue el escenario donde el poeta Enric Casasses recitó algunos de los poemas de A la dula vés, único poemario escrito por su padre Casassas Simó, químico y presidente del Institut d'Estudis Catalans; y Jesús Lizano leyó poemas suyos, intercalándolos con anécdotas que reflejaban su contundente y a la vez tierno carácter, parejo a su aspecto. El concierto de rap que tuvo lugar por la tarde en la plaza Mercè fue protagonizado por los grupos Big Mest Family, Yaina, Rabsolut Vodka y Abstinencia Social. El rap refleja el bullicio interno de la ciudad, pero no E hay que encasillar este estilo, según dice Yaina, que con la inestimable colaboración de Jairo (dj) y Tom (coros), compone las letras del grupo que lleva su nombre. “El rap no es sólo competición, hay un mensaje que transmitir, si eso se pierde, se pierde su raíz. La esencia del rap es plasmar los sentimientos en un papel y a no ser que seas muy extraño, éstos no suelen ser violentos”, comentó esta música y estudiante de Psicología. Todos los grupos que actuaron ayer forman parte de Franja Gòtic del Centre Cívic Pati Llimona, proyecto que plantea el rap como válvula de escape creativa para jóvenes. “El rap me ha dado una motivación. Me he dado cuenta de que realmente puedes aspirar a algo más grande de lo que aspirabas”, manifestó Jonathan Alfiman, integrante del grupo Big Mest Family (Gran Nido la Familia). Buena parte del público asistente a este concierto estaba integrado por jóvenes, que MANÉ ESPINOSA Big Mest Family durante su actuación se reconocen en el estilo y las letras del rap. Álex Muñoz, pedagogo que acudió a esta cita con la poesía urbana, comentó: “La esencia del rap y la poesía es la misma. El rap propone una manera de expresarse muy actual, pero utiliza recursos estilísticos muy parecidos a los de la poesía escrita”. La noche del sábado, el Museo Frederic Marès, después de un recital de poesía joven aragonesa, acogió a los poetas andaluces Daniel Macías, Eladio Orta, Antonio Orihuela y David Pielfort, miembros del heterodoxo colectivo Voces del Extremo, en un recital que se cerró con el espectáculo ofrecido por el flamenco de José Caraoscura. El sarcasmo y el humor combativo, con relucientes muestras de ternura, de cada una de las apariciones contagiaron de risas y de reflexiones a un público concentrado en el cobertizo del interior, a causa de la lluvia, lo que daba sensación de familiaridad. En la medianoche del sábado, el espectáculo Electrospoken world, en el Palau de la Virreina, presentó poemas de Joan Salvat-Papasseit, Juan Rulfo o Ernesto Sabato con un envoltorio de videoproyecciones y música electrónica. “La música estaba muy alta y se oían poco las voces, aunque me parece que ha sido una buena idea”, señaló la joven profesora Alba Prats.c