Declaración y Acuerdos Finales Logrados en el marco de la VI

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 Declaración y Acuerdos Finales Logrados en el marco de la VI Convención Judicial 2013 Al honorable pueblo de El Salvador y a la comunidad internacional, los Magistrados y Magistradas de Segunda Instancia, los Jueces y las Juezas del país, así como los titulares de las diferentes asociaciones de Jueces y Juezas que representan al Demos Judicial salvadoreño, reunidos en la ciudad de San Salvador, capital de la República de El Salvador, el día veintisiete de noviembre del presente año y en el marco de la Convención Judicial del año 2013, MANIFESTAMOS QUE: SOMOS CONSCIENTES: de la alta responsabilidad y compromiso que representa ser juez o jueza en un Estado Constitucional, Democrático y Social de Derecho, a efecto de garantizar a la sociedad salvadoreña su derecho inalienable e irrenunciable a la protección jurisdiccional, de acceso a una pronta y cumplida justicia; que el pueblo salvadoreño merece un servicio judicial eficiente, efectivo, oportuno, transparente e independiente, que actúe con fundamento pleno en el respeto a los valores superiores y derechos fundamentales establecidos en la Constitución de la República. ESTAMOS CONVENCIDOS: que en una sociedad democrática las transformaciones desde el Estado Legal hacia el Estado Constitucional, Democrático y Social de Derecho son inaplazables e inminentes, que exigen de la institucionalidad del Estado y de manera particular del Órgano Judicial un proceder serio, comprometido, seguro, responsable, decidido hacia una nueva visión de la actuación judicial, que permita reestructurar su marco filosófico, político y jurídico, especialmente en aquellos aspectos que posibiliten la plena garantía de los derechos fundamentales de las personas, y de la sociedad en su conjunto, y del respeto a los principios democráticos y jurídicos de pluralismo, división del poder, equidad, justicia y solidaridad. SOMOS CONSECUENTES: con los esfuerzos que otros Órganos o instituciones del Estado actualmente realizan para estructurar estrategias que conlleven al tratamiento y solución de los graves problemas nacionales, especialmente en el campo de la criminalidad; con el firme propósito de contribuir al establecimiento de un marco institucional de entendimiento, que sin perjuicio de la separación efectiva de los Órganos de Gobierno, y en el plano irrestricto del respeto a la independencia judicial, posibilite una colaboración y coordinación mutua entre éstos, para alcanzar acuerdos que propicien la profundización de la democracia, la justicia y la paz social del país. RECONOCEMOS: que las exigencias a la actuación del juez y de la jueza en un Estado Constitucional, Democrático y Social de Derecho son mayores que para el resto de ciudadanos y ciudadanas, y que dichas exigencias tanto constitucionales, legales, administrativas, personales y especialmente éticas, requieren del cambio de muchos paradigmas institucionales e individuales en la búsqueda de la excelencia en la labor jurisdiccional y por ello, como muestra de buena voluntad y de autocontención, hemos elaborado, consensado, acordado y adoptado nuestro propio Código de Ética Judicial. POR TANTO: habiendo analizado los temas centrales de la Sexta Convención Judicial denominada “Independencia y Ética Judicial”, hacemos del conocimiento a los otros Órganos del Estado y autoridades, a todos los integrantes del Poder Judicial, a la comunidad jurídica y académica del país, a los diferentes sectores de la vida nacional, a la comunidad internacional y, especialmente, a toda la sociedad salvadoreña a quienes nos debemos, el contenido de la presente “DECLARACIÓN Y ACUERDOS FINALES LOGRADOS EN EL MARCO DE LA SEXTA CONVENCIÓN JUDICIAL 2013” y que se expresan de la forma siguiente: REITERAMOS: a la sociedad salvadoreña nuestra convicción y compromiso de contribuir decididamente con nuestro actuar independiente, transparente y ético al establecimiento de la justicia y la paz social de nuestro país y a trabajar con mayor empeño, ahora más que nunca, en la búsqueda y consolidación de la institucionalidad, que permita el avance plausible y sostenible del Estado Constitucional, Democrático y Social de Derecho en El Salvador. INSTAMOS: a los demás Órganos e instituciones del Estado a que, dentro de un ambiente de buena fe, armonía, coordinación y franco respeto a la independencia del Poder Judicial y a la separación de poderes, integremos nuestros esfuerzos con el propósito decidido de encontrar soluciones reales y respetuosas de los derechos fundamentales de las personas, a los problemas que afectan gravemente a nuestro país. EXHORTAMOS: a los actores políticos de El Salvador a que, con iniciativa de la Corte Suprema de Justicia, elaboren los estudios adecuados que permitan establecer las bases para la reestructuración del Gobierno Judicial, que deberá estar cimentado en una mayor participación del Demos Judicial en la toma de decisiones sobre aspectos que guardan estrecha relación con la carrera judicial y la administración de justicia. SOLICITAMOS: a la Corte Suprema de Justicia su apertura para la aprobación e implementación de los mecanismos jurídicos y logísticos a efectos de que la Mesa Judicial se convierta en una estructura consultiva y propositiva de carácter institucional que cuente con facultades de deliberación, decisión y ejecución en temáticas y asuntos propios de la carrera judicial, políticas judiciales y del Poder Judicial, en general; además reiteramos, como en otras convenciones judiciales, la necesidad de creación de una relatoría especial sobre Independencia Judicial al seno del Órgano Judicial. DEMANDAMOS NUEVAMENTE: a la Corte Suprema de Justicia que todo proceso de modernización del Sistema Judicial, como cualquier proceso de transformación democrático, se realice en consulta con el Demos Judicial, incluyendo aquellos procesos que ya se encuentran en ejecución, con el propósito de escuchar a los actores implicados, a fin de garantizar la Independencia Judicial, su eficacia y concordancia con la realidad institucional. Comprometiéndonos como Jueces y Juezas a garantizar a la ciudadanía luchar para que cualquier proceso de modernización, no entorpezca el derecho de los justiciables a la protección jurisdiccional y el acceso a la justicia más cercano a su comunidad. NOS COMPROMETEMOS: a cumplir los principios y exigencias contenidos en el Código de Ética Judicial recién validado y asumimos desde este momento frente a la sociedad salvadoreña, para propiciar las condiciones necesarias en el espacio judicial que nos corresponde, para que la comunidad salvadoreña tenga la confianza plena en la labor jurisdiccional que ejercemos. PEDIMOS: a la Corte Suprema de Justicia que a la brevedad posible someta el Código de Ética Judicial a discusión del pleno y su aprobación, el cual formalizará los fundamentos éticos para los jueces y las juezas en su función de brindar a los usuarios del sistema el servicio de calidad que demandan. REITERAMOS: a la Corte Suprema de Justicia y al Consejo Nacional de la Judicatura, en su calidad de administradores de la carrera judicial, que en un Estado Constitucional de Derecho no debe existir jerarquía de órganos, ni jerarquía de jueces, sino que la única jerarquía admisible es la de las normas; por ello instamos a una reforma integral de la Ley de la Carrera Judicial y sus afines, a fin de que se proceda de una vez por todas a eliminar las categorías de jueces y juezas en la carrera judicial, permitiendo la dignificación del juez y la jueza; a dar pasos firmes para que en todo momento se respete y garantice la independencia interna de los jueces y juezas, de igual forma a adoptar los mecanismos y acuerdos necesarios a fin de promover la horizontalidad judicial para dignificar la función jurisdiccional, sobre la base del respeto inexcusable de la carrera judicial; a procurar una distribución equitativa de los recursos humanos y materiales, haciendo énfasis en el área jurisdiccional del Órgano Judicial; así como a sensibilizarse sobre la problemática de diferentes Juzgados del país que tienen exceso en la carga laboral, para brindar soluciones inmediatas a dicho fenómeno, dándole cumplimiento al mapeo judicial, con el propósito de generar una mejor impartición de justicia; a implementar y mantener buenas prácticas en los procedimientos de nombramientos, ascensos, traslados y sanciones de jueces y juezas, e impulsar las reformas legales que correspondan con el objeto de transparentar en su totalidad los procesos de selección, evaluación y capacitación de los jueces y las juezas de la República. INSTAMOS Y REITERAMOS: a la Honorable Asamblea Legislativa sobre la necesidad de implementar las reformas legales pertinentes que permitan otorgar mayor representatividad del Demos Judicial en la conformación del Consejo Nacional de la Judicatura, con la incorporación de al menos tres de sus representantes y se elimine el impedimento legal que un juez o jueza no puede ser presidente del Consejo Nacional de la Judicatura, ya que de la manera como esta regulado se violenta el principio de igualdad; por ello les instamos a apoyar los esfuerzos y proyectos de ley de iniciativa de la Corte Suprema de Justicia, en beneficio de lograr mejores condiciones para brindar el servicio judicial. FINALMENTE EXPRESAMOS: a la sociedad salvadoreña el firme compromiso de impartir justicia haciendo prevalecer los valores, principios y derechos fundamentales reconocidos en la Constitución de la República, el respeto de los derechos humanos de las víctimas, justiciables y de todos los usuarios y usuarias del sistema judicial. Los jueces y juezas de El Salvador hemos estado comprometidos con el ejercicio de la función jurisdiccional ética, y ahora que hemos validado nuestro Código de Ética Judicial, con mayor fuerza debemos potenciar los principios de independencia, imparcialidad, justicia, integridad, honestidad, transparencia, prudencia, cortesía, diligencia, fortaleza, motivación, decoro, competencia notoria, responsabilidad institucional, sensibilidad social, no discriminación, secreto profesional y aseguramiento del acceso a la justicia, por lo que en esta VI Convención Judicial renovamos dicho compromiso, dado que ello responde al clamor ciudadano de la clase de jueces y juezas que nuestra sociedad demanda y se merece. Finalmente, somos conscientes de que la judicatura ejerce la función constitucional de control de los actos estatales y de los particulares para mantener incólume tan extraordinario rol constitucional, por lo tanto quienes ejercemos la función judicial debemos tener una actitud irreprochable en nuestra vida pública y privada, porque constituimos el recurso último del ciudadano frente a las injusticias y las arbitrariedades del poder. Magistrados y Magistradas de Segunda Instancia, Jueces y Juezas de El Salvador. San Salvador, 27 de Noviembre de 2013 
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