Suplemento electrónico semanal de la Coordinación de Comunicación Social, UAZ, No. 117 Texto: Ricardo Torres Chávez Fotos: Ricardo Torres Chávez, Pamela Girón Hernández y archivo de Los Sabores de la Tierra • Muestra gastronómica en la FENAZA, de la Unidad Académica de Historia • Los recursos obtenidos servirán para adquirir un autobus • “Así da gusto venir a la feria”: Jesús Manuel Díaz Casas • “Magnífica idea. El único lugar para comer, con clase de historia incluida”: Tere Velázquez “A comer y a la cama, una vez se llama”, “Barriga llena, corazón contento”, “Donde no hay harina, todo es muina” y “Mujer que guisa, se casa aprisa”, son algunos de los cientos de refranes gastronómicos que los mexicanos empezamos a oír y a decir desde que nacemos, porque la historia de la comida mexicana, con sus más de siete ó 10 mil años de antigüedad (contados a partir de que se inició el cultivo del maíz, de acuerdo con las dos posturas más aceptadas), es uno de los principales temas de cualquier reunión, porque en torno a la comida se aglutinan la familia y los amigos. Los sabores distintivos de la gastronomía mexicana han influenciado a la comida internacional, a la vez que sus orígenes prehispánicos se han enriquecido por las cocinas española, africana, cubana, del oriente y asiática. La suculencia y variedad de sus platillos fueron reconocidos por la UNESCO, quien en noviembre del 2010 la declaró Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, distinguiéndola de otros acervos culinarios. Obviamente Zacatecas no es la excepción y en cada rincón de nuestro Estado existen manjares que van desde aquellos que se elaboran de la manera más simple, hasta los que destacan por la complejidad de su preparación, todos dispuestos a retar a los paladares más exigentes. Ahora bien, si Usted, como yo, es de las personas que presentan dudas cuando algún visitante (conocido o desconocido) le pregunta dónde puede comer algo típico de la región, por lo pronto en este periodo en que se realiza la Feria Nacional de Zacatecas el problema está resuelto, ya que en sus interiores se ha montado el Restaurante “Los Sabores de la Tierra”. turismo bajo la supervisión de la sommelier Lupita Cabrera. Aparte de las bebidas que se sirven en cualquier bar se preparan otras en donde los ingredientes principales son la tuna y el mezcal (¿Qué tal un mezcalito burbujeante mezclado con gaseosa y cerveza y que lleva por nombre ‘gorgorito’?). El lugar lo han visitado personajes como los Gobernadores de los Estados de México y Zacatecas, y otros se han convertido asiduos como, Jesús Manuel Días Casas (Rector de la UAZ de 1972 a 1980), quien apuntó en el libro de comentarios “gracias por permitir el buen yantar. Así da gusto venir a la feria”. presidencias municipales y con sus cronistas, cocineros y cocineras de la región. Además, afirma que el restaurante “Los Sabores de la Tierra” tiene la finalidad, por una parte, de que los alumnos de la licenciatura en turismo de la UAZ ejerciten los conocimientos adquiridos en el aula y visualicen el campo de trabajo en que se desempeñarán, aparte de que con su participación cubren parte de las 900 horas que se les exige de práctica profesional dentro del servicio social. Por la otra parte, se busca reunir La Iniciativa es resultado de una investigación “Los Sabores de la Tierra” es un esfuerzo conjunto de la Licenciatura en Turismo de la Universidad Autónoma de Zacatecas y del Instituto Zacatecano de Cultura que ofrece cocina y coctelería zacatecana, cuya principal carta de presentación es la comida y los postres tradicionales, recetas originales recopiladas en el libro “Los sabores de la tierra. Raíces y tradiciones de la comida zacatecana”, de José Francisco Román Gutiérrez, docente-investigador de la UAZ originario de Jerez, Zacatecas. Al respecto, es importante comentar que el trabajo de investigación de Román Gutiérrez obtuvo el primer lugar de “Gourmand World Cookbook Award 2009” en la categoría de Comida Latinoamericana, compitiendo a nivel mundial con los más de 8 mil libros que se inscribieron en diversas categorías como la comida vegetariana, griega, española, latinoamericana, china y africana. Las recetas que se incluyen dentro de la obra intelectual de Román Gutiérrez, rescatan –como lo dice el propio autor en entrevista- una cocina que tiene su origen en las prácticas alimenticias prehispánicas que los nómadas y sedentarios fueron aplicando para sobrevivir al difícil entorno zacatecano, la cual fue acumulando experiencia y se amalgamó con los sabores y aromas que llegaron a partir del Siglo XVI con la presencia hispánica, refinándose paulatinamente hasta nuestros días. En todos los platillos se respetan las recetas originales En lo que respecta al restaurante, se presentan bocadillos “para abrir boca”, como las tablas con diferentes tipos de queso; nopalitos en ensalada, capeados y rellenos; mientras que ya “bien calientitos” se puede degustar de sopa de flor de calabaza estilo Juchipila, sopa de elote, sopa de tortilla estilo Juchipila o de caldo de res con xoconostle estilo Trancoso. Los platillos fuertes del “recetario de la abuela” incluyen asado de boda estilo Jerez, pacholes estilo Apozol, carne de puerco con chile y nopales estilo Villa de Cos, birria estilo Río Grande, Mole de Xonostle estilo Villa Hidalgo, carne adobada estilo Jerez, tostadas de carne seca estilo Tlaltenango y los fines de semana el caldo loco estilo Tlaltenango y el chamorro del Teúl. Todas las comidas se elaboran respetando las recetas originales. Donde existe un poco más de creatividad es en el área de bebidas, lugar que atienden jóvenes de la licenciatura en La familia Santana Ríos también registró su opinión con el comentario “muy rica la comida, seguramente tendrán mucho éxito. Felicidades por el buen tino en este proyecto”. La periodista Tere Velázquez expresó “Magnífica idea. El único lugar para comer con clase de historia incluida” y, entre muchos más, Gabriela Medina dijo: “Felicidades por rescatar y conservar los valores, las tradiciones y los sabores de nuestra tierra”. Quizá los mensajes, más allá de lo que expresan literalmente, respaldan la idea de Francisco Román Gutiérrez de que es posible una propuesta gastronómica completa del Estado de Zacatecas que presente la sabiduría acumulada por varios siglos y que se manifiesta en la comida zacatecana, una cocina que –afirma- “dialoga con las mejores del mundo, como la del Mediterráneo, la del Oriente Medio, la oriental e, incluso, la africana”. Señala que tanto el libro, así como las muestras gastronómicas que se han realizado en diferentes escenarios zacatecanos por más de cinco años y el restaurante instalado unos metros antes de llegar a la Megavelaria de la Feria tienen el objetivo de difundir las tradiciones a través de la muestra viviente de la cocina zacatecana que se recogió de manera directa en las fondos para adquirir un camión para la Unidad Académica de Historia. Todo el trabajo que desempeñan los estudiantes en “Los Sabores de la Tierra”, tiene el apoyo y la supervisión de los docentes Celia Torres, Adriana Fernández y Carlos Atria mientras que la señora Elsa Longoria Medina se encarga de su administración. Es pertinente comentar que Elsa Longoria Medina y su fallecido esposo Enrique Larios Arellano, fueron pilar indiscutible para rescatar las tradiciones gastronómicas del Teúl de González Ortega, en su afán por convertir al Teúl en “Pueblo Mágico”, para lo cual, en su gestión como Presidente Municipal (2007-2010), Enrique Larios Arellano estableció vínculos con la Universidad Autónoma de Zacatecas, en específico con las Unidades Académicas de Música (actualmente de Artes) y de Historia. En tal sentido, Francisco Román Gutiérrez se apoyó en la señora Longoria Medina y su experiencia acumulada junto a su esposo, fallecido en un accidente carretero en mayo de 2011. Pocos días antes del fatal suceso, precisamente el 29 de abril del 2011, la Secretaria de Turismo, Gloria Guevara Manzo, entregó al Mandatario Estatal, Miguel Alonso Reyes, la constancia que acredita al Municipio del Teúl como el Pueblo Mágico número 40. Finalmente, Francisco Román hace dos invitaciones. Primero: a disfrutar en “Los Sabores de la Tierra” de la mezcla de tradiciones alimentarias que se logró con la amalgama europea y la de los indios Huachichiles y los sedentarios que llegaron a los largo de la conquista (Siglo XVI), así como de su posterior evolución. Es bueno –dice el entrevistado- saborear los tamales oaxaqueños, hot dogs, gorditas de Michoacán y de los camarones envarasados (por estar asados en una vara), pero es mejor disfrutar de aquellas comidas que se aderezan, con “el mejor chile del mundo” que es el de Juchipila. La segunda invitación es a que los zacatecanos aprovechemos los días de descanso para conocer los municipios del Estado y descubrir o redescubrir su riqueza y diversidad en arquitectura, cultura, tradiciones y gastronomía. Repetimos: el restaurante ofrece cocina y coctelería zacatecana (bar didáctico), y está ubicado al lado derecho de la entrada a la Megavelaria, dando servicio hasta el día 23 de septiembre en un horario de 14:00 a 18:00 horas. Los viernes y sábados el horario se extiende hasta las 20:00 horas. (lo limitado del horario se debe a que el soporte principal son los alumnos y no se pueden desvelar diariamente porque tienen que cumplir con sus labores escolares). P.D. Y como decía mi abuelo: “Costal lleno no se dobla” .