AVES MARINAS - SEO/BirdLife

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R E V I S TA D E O B S E R VA C I Ó N Y D E F E N S A D E L A S AV E S · P R I M AV E R A 2 0 0 7
AVES MARINAS
Paíño europeo, Ave del Año 2007
Proyecto Life: dos años de travesía
Embarcados en Gran Sol
Por la ribera
del bajo Guadalquivir
Descienden las poblaciones
de ganga y sisón
Juan Bécares
AVES MARINAS
SEO/BirdLife: dos años de travesía para localizar las Áreas Importantes para las Aves
Explorando el mar
Más de diez mil kilómetros recorridos, once campañas oceanográficas, setecientas horas de censos, cuarenta especies observadas, doce mil localizaciones vía satélite... Son las grandes cifras del
proyecto de identificación de IBA marinas en aguas españolas que desarrolla SEO/BirdLife desde
hace dos años. Una iniciativa financiada por la Comisión Europea, a través del programa Life, y por
el Ministerio de Medio Ambiente, que toca su ecuador y que ya empieza a vislumbrar interesantes
propuestas. Los datos acumulados hasta la fecha y el desarrollo de nuevas metodologías permiten
ya empezar a abordar el inventario de IBA marinas propiamente dicho, que estará listo para otoño
de 2008.
José Manuel
Arcos
Juan Bécares
Beneharo
Rodríguez
Asunción Ruiz
Proyecto Life de
IBA Marinas de
SEO/BirdLife
Pardela cenicienta,
una de las especies
prioritarias del
proyecto, incluida
en el Anexo I de la
Directiva Aves.
• LG 130
A
lguien podría preguntarse qué
sentido tiene identificar IBA
(Áreas Importantes para las
Aves) en un medio tan homogéneo como el mar. En efecto, la
visión generalizada hace algunas
décadas era que las aves marinas se
distribuían al azar sobre la superficie del océano, en donde no existen
barreras físicas aparentes que les
impidan campar a sus anchas. Pero
este planteamiento es muy antropocéntrico puesto que, lo que a nuestros ojos es un desierto inmenso y
uniforme, para los organismos que
habitan el mar presenta una notable
heterogeneidad. Diversas características topográficas, como el relieve submarino o el perfil de la costa,
y oceanográficas (temperatura del
agua, salinidad, etc.) influyen sobre
la circulación oceánica, que a su vez
afecta a la distribución de nutrientes
y, por tanto, a la de los organismos
marinos que de forma más o menos
directa dependen de ellos. Esto incluye a las aves, que se concentran
preferentemente en aquellas zonas
que les proporcionan más alimento.
Por lo tanto, sí tiene sentido realizar un inventario de IBA marinas.
Es más, son pasos muy necesarios
estudiar las amenazas que encuentran las aves en el mar y buscar
medidas de conservación eficaces.
Especies como la pardela balear
se encuentran en serio declive y
sus principales amenazas parecen
encontrarse en el mar (mortalidad
en artes de pesca, contaminación o
reducción de presas, entre otras).
La protección de espacios marinos
y su correcta gestión es una de las
herramientas más prometedoras
para garantizar la conservación de
las aves marinas.
Para inventariar las IBA marinas
en aguas españolas, el primer paso
lógico es conocer dónde se encuentran las aves marinas en el mar.
El trabajo de campo
Responder a esta pregunta no es
tan sencillo, pues el área a cubrir es
enorme y el trabajo de campo presenta más dificultades que en tierra
firme. La recogida de datos se ha dividido principalmente en dos líneas:
censos en el mar y, marcaje y seguimiento remoto de aves. Los primeros permiten obtener información
sobre la presencia y abundancia de
aves en las zonas muestreadas y, en
ocasiones, sobre su comportamiento, pero no se puede saber qué hay
más allá. Tampoco permiten conocer
la procedencia de las aves ni, para
ciertas especies, si se trata de jóvenes o adultos. Para ello es necesario
José Manuel Arcos-SEO/BirdLife
Gaviotas de Audouin en vuelo.
El proyecto de SEO/BirdLife, financiado por la Comisión Europea y el Ministerio de Medio Ambiente, cuenta con el apoyo de la Secretaría General
de Pesca Marítima y todas las comunidades autónomas con competencias
marítimas. Existe una estrecha colaboración con la Sociedade Portuguesa
para o Estudo das Aves (SPEA), que desarrolla en Portugal un proyecto Life
hermano del de SEO/BirdLife. Otras muchas instituciones colaboran en el
proyecto de formas diversas, destacando, sobre todo, el Instituto Español
de Oceanografía (IEO), además del Centro de Recuperación de Animales
Marinos (CRAM), la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos
(CEMMA), el Grupo Ibérico de Aves Marinas (GIAM), el Instituto Mediterráneo
de Estudios Avanzados (CSIC/UIB), el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona y la Universidad de Barcelona.
Óscar Macián
Una amplia colaboración
Observador realizando un censo en el delta del Ebro.
marcar aves de forma individual, con
emisores de seguimiento remoto.
En este caso se puede obtener información muy precisa de las zonas
de alimentación y de las rutas de
migración de las aves marinas que
crían en España. Como contrapartida, la información se limita a unos
ejemplares muy concretos, generalmente reproductores, de unas pocas
colonias, y hay que ser muy cautos al
inferir los datos a otras colonias. Así
pues, es muy importante considerar
ambos tipos de información, de forma complementaria.
Censos en el mar
Los censos son la forma más directa
de obtener datos sobre la distribución
y abundancia de aves en el mar. Se
pueden contabilizar aves de diversas
formas, pero es importante utilizar
metodologías estandarizadas, para
así poder comparar los datos entre
diferentes prospecciones. El método
más extendido es el de los censos
por transectos, en el que se contabilizan las aves observadas en una
franja imaginaria (generalmente 300
m) desde el barco (o avioneta) hacia
un costado, a medida que se avanza
a una velocidad constante; de esta
forma se controla el área prospectada y se pueden convertir los conteos
en densidades (aves/km2).
Para conseguir un inventario de
IBA marinas completo, lo razonable
es prospectar la totalidad de las
aguas españolas, en las diferentes
épocas del año, y hacia este objetivo se han dirigido los esfuerzos de
SEO/BirdLife. La mejor forma de
cubrir amplias áreas en un tiempo
relativamente corto (semanas) es
embarcar observadores en buques
oceanográficos, para lo que ha resultado esencial la firma de un convenio de colaboración con el Instituto Español de Oceanografía (IEO).
Hasta abril de 2007 se ha participado en 11 campañas oceanográficas, con un total de cerca de 700
horas efectivas de censo, más de
10.000 km recorridos, 4.000 km2
prospectados y 40 especies de aves
marinas observadas. Estas campañas han cubierto la plataforma ibérica mediterránea y el sur de Baleares, la bahía de Cádiz, la plataforma
cantábrica y gallega, y el banco de
Galicia, así como las aguas abiertas
de Canarias.
Las especies objetivo
Este proyecto tiene por objetivo final elaborar
un inventario de IBA marinas en aguas españolas. Para ello se dedica especial atención a
aquellas especies con poblaciones reproductoras en España y que, a nivel europeo, presentan
un estado de conservación desfavorable y están
incluidas en el Anexo I de la Directiva Aves:
Petrel de Bulwer - Bulweria bulwerii
Pardela cenicienta - Calonectris diomedea
Pardela balear - Puffinus mauretanicus
Pardela chica - Puffinus assimilis
Paíño pechialbo - Pelagodroma marina
Paíño europeo - Hydrobates pelagicus
Paíño de Madeira - Oceanodroma castro
Cormorán moñudo
mediterráneo - Phalacrocorax aristotelis desmarestii
Gaviota cabecinegra - Larus melanocephalus
Gaviota picofina - Larus genei
Gaviota de Audouin - Larus audouinii
Charrán patinegro - Sterna sandvicensis
Charrán común - Sterna hirundo
Charrancito común - Sterna albifrons
Arao común ibérico - Uria aalge ‘ibericus’
LG 130 • Conocer mejor al paíño europeo
Con todo, no hay duda de que el paíño europeo también se alimenta
en alta mar, a veces en aguas completamente pelágicas. Son numerosas las observaciones de paíño durante las campañas oceanográficas
y prospecciones que se han realizado en el marco del proyecto Life
de IBA marinas de SEO/BirdLife, generalmente lejos de la costa. La
información es particularmente buena para las campañas realizadas
en el Mediterráneo, que muestran densidades considerablemente
altas para esta especie, sobre todo en el borde del talud continental, frente a las colonias de cría alicantinas y en aguas del delta del
Ebro–Columbretes. Los censos específicos en torno al delta del Ebro
también han revelado densidades muy elevadas, siendo la tercera
especie más abundante entre mayo y julio (0,61 aves/km2), tras las
gaviotas patiamarilla y de Audouin. Esta última zona no presenta colonias cercanas, salvo unas pocas parejas en las islas Columbretes,
por lo que las aves observadas podrían ser no reproductoras. Pese
a todo, como ocurre con las pardelas cenicienta y balear, también
es probable que muchas de estas aves sean adultos reproductores
que se desplacen desde las islas Baleares para alimentarse en estas
aguas, muy ricas en plancton.
José Manuel Arcos-SEO/BirdLife
El paíño europeo pertenece a uno de los grupos de aves más estrictamente marinos, los procelariformes, que pasan la mayor parte de
su vida en alta mar, salvo para reproducirse. Pese a todo, el pequeño
tamaño de esta especie la hace pasar muy inadvertida en el mar, a la
vez que impide (por ahora) realizar estudios de seguimiento remoto.
Es por ello que sus hábitos marinos son muy poco conocidos, como
destaca el artículo sobre la especie que aparece en este mismo número de La Garcilla. También se ha descubierto que los paíños europeos pueden alimentarse durante la noche en zonas intermareales,
probablemente aprovechando sus viajes a la colonia.
Los datos obtenidos a partir de los censos en transecto, en diversas
campañas oceanográficas, se han agrupado por cuadrículas de 10 x
10 millas náuticas, para así obtener datos de densidad promedio. En
la figura se muestra, a modo de ejemplo, las densidades promedio
de paíño europeo, a partir de cuatro campañas de primavera-verano en el Mediterráneo ibérico (proyecto MEDITS, IEO).
En invierno, la población atlántica de paíño europeo se desplaza hacia las costas del suroeste de África, de acuerdo con la información
aportada por las recuperaciones de anillas. Por el contrario, no se
sabe con certeza qué pasa con la población mediterránea. En esa
época las observaciones en aguas de la plataforma continental ibérica son excepcionales, pero no se detecta un paso significativo
por el estrecho de Gibraltar, y sí existen avistamientos en aguas absolutamente oceánicas del Mediterráneo occidental, e incluso
observaciones más al este. Éste es un misterio que se espera resolver en los próximos años, con el incremento del esfuerzo en
censos y el desarrollo de las tecnologías de seguimiento remoto.
La desventaja de los embarques
en buques oceanográficos es que no
permiten diseñar los muestreos, que
dependen del objetivo de la campaña (pesca, hidroacústica, oceano-
10 • LG 130
grafía física, etc.). En general el plan
de campaña se ajusta bien para cubrir zonas extensas, pero en algunos
casos son necesarias prospecciones
más específicas, dirigidas a áreas de
particular interés o a especies concretas. A tal efecto se han realizado
embarques en veleros que facilitan
el diseño de los censos. Este tipo de
embarques ha tenido lugar en torno
al delta del Ebro y la albufera de Valencia, con el objetivo de determinar
los radios de acción de las gaviotas
y charranes que se reproducen en
estas zonas. Tras dos temporadas
de trabajo de campo (mayo-julio
de 2005 y 2006), en las que se han
prospectado 400 km2 efectivos, la
información obtenida ha resultado
ser muy valiosa, tanto para esas
especies costeras como para otras
más pelágicas, caso de pardelas y
paíño europeo, que se alimentan en
las zonas de estudio por su gran ri-
queza en alimento, pese a criar en
localidades considerablemente alejadas (principalmente Baleares). El
éxito de estos muestreos específicos nos ha animado a emplearlos en
otras zonas, en especial Canarias y
Baleares, donde la prospección mediante campañas oceanográficas es
incompleta.
A partir de las prospecciones específicas realizadas en velero alrededor del delta del Ebro se han podido estimar los radios de acción de
las colonias de gaviotas y charranes
que crían en el delta y que están incluidas en el Anexo I de la Directiva
Aves (gaviota de Audouin, que sólo
cría en la Punta de la Banya, gaviota picofina, charrán común, charrán
patinegro y charrancito común). Un
radio de 5 millas náuticas (mn) incluiría el 15% del área de campeo o
alimentación de las aves reproductoras, uno de 10mn incluiría el 35%
José Manuel Arcos-SEO/BirdLife
José Manuel Arcos-SEO/BirdLife
y un radio de 15mn, casi el 50% del
área de alimentación. Si se excluye
a la gaviota de Audouin (más pelágica que charranes y otras gaviotas, y
con presencia regular hasta las 3540mn), los radios de 5 y 10mn incluirían un 35 y 75% respectivamente
de las áreas de campeo del resto de
especies nidificantes.
Emisores con placas solares
Otra excelente herramienta para
conocer los patrones de distribución de las aves marinas es el
seguimiento individual mediante
emisores o aparatos registradores.
Los primeros dan información sobre la posición del ave a distancia,
mientras que los segundos almacenan información de diversa índole
(posición, temperatura ambiente,
presión, etc.) y deben recuperarse
para poder descargar los datos. Este
tipo de seguimiento era impensable
hace apenas dos décadas, pero los
avances tecnológicos han puesto a
nuestro alcance una gran diversidad
de aparatos, cada vez más sofisticados y, lo que es más importante en
el caso de las aves, miniaturizados.
Así por ejemplo, el seguimiento vía
satélite de aves marinas empezó en
1990 con la especie marina de mayor tamaño que existe, el albatros
viajero, utilizando emisores de casi
200 g. Este método de seguimiento
avanza y los emisores son cada vez
más pequeños y emiten más tiempo;
incluso algunos funcionan con placas solares.
En el proyecto de IBA marinas
se ha dedicado un esfuerzo especial
al marcaje de aves con emisores vía
satélite (PTT). Estos emisores emiten regularmente una señal que es
captada por un sistema de satélites
(Argos), lo que permite estimar con
bastante precisión la posición del
ave. El marcaje se ha centrado en
dos especies, la pardela cenicienta y
la gaviota de Audouin. En ambos ca-
sos se han empleado emisores de 18
g, del tamaño de un mechero, alimentados por placas solares. El resto de
especies incluidas en el Anexo I de
la Directiva Aves (objeto prioritario
del proyecto) no se han marcado por
existir ya información previa de este
tipo (caso de la pardela balear con
datos del proyecto Life del Gobierno de Baleares, ejecutado en gran
medida por SEO/BirdLife en 1998-
El seguimiento vía satélite de aves
marinas empezó en 1990 con la
especie marina de mayor tamaño
que existe, el albatros viajero
2001), o por ser demasiado pequeñas
(otras gaviotas, charranes, petreles
y paíños). En el caso del cormorán
moñudo mediterráneo, se descartó
el marcaje con PTT tras una prueba
poco satisfactoria, debido a que los
movimientos de esta especie son de
muy corto alcance y la precisión de
estos emisores no es suficiente para
estudiarlos con detalle.
Marcaje de pardelas y gaviotas
Durante los dos primeros años de
proyecto se han marcado pardelas
cenicientas en Canarias (Gran Canaria y Alegranza) y Baleares (Mallorca
y Menorca). Puesto que esta especie
migra hacia el hemisferio sur en invierno, el marcaje se ha enfocado a
conocer las zonas más importantes
para la especie durante la época de
cría, en especial, para saber dónde
se alimentan los adultos reproductores. Para ello se ha optado por un
sistema de marcaje sencillo y práctico, en el que el emisor se sujeta a
las plumas del dorso con cinta adhesiva, de forma que se puede colocar y retirar fácilmente. Este tipo
de sujeción es poco duradero, pues
el emisor se acaba perdiendo como
mucho cuando las aves mudan las
plumas del dorso. Pero en nuestro
caso se trataba de marcar las aves
por un periodo de tiempo corto, en
principio un viaje de alimentación
(no más de dos semanas). A la vuelta del viaje se retiraba el emisor y se
le colocaba a otro individuo, maximizando así el número total de aves
marcadas. Puesto que las pardelas
crían en huras y se dejan capturar
con facilidad cuando están en el
nido, este tipo de estrategia es perfectamente viable y muy práctica.
En total se han marcado 72 pardelas cenicientas. Tanto en Baleares
como, sobre todo, en Canarias se ha
podido comprobar cómo estas aves
pueden recorrer grandes distancias
(¡hasta más de 700 km en línea recta!) desde sus colonias de cría hasta
sus zonas de alimentación, que suelen encontrarse en áreas de amplia
plataforma continental con una elevada productividad. Un resultado
interesante ha sido comprobar que
los ejemplares de distintas colonias
suelen alimentarse en zonas bien
diferenciadas, pese a que la gran
movilidad de las aves les permitiría
mezclarse en las zonas de alimentación sin problema. En el caso de
las colonias baleares, las aves de
Mallorca se desplazan hasta la zona
del delta del Ebro–Columbretes,
mientras que las de Menorca van
más al norte, hasta el sur del golfo
de León. En Canarias, las aves de
Gran Canaria se desplazan hacia
el sureste, alimentándose sobre la
plataforma africana frente al Sáhara; en Alegranza el desplazamiento
predominante es hacia el noreste
(banco de la Concepción) y el este
(plataforma africana frente al sur
de Marruecos).
En cuanto a la gaviota de Audouin, se han marcado un total de
23 ejemplares: 5 en mayo de 2006
(delta del Ebro) y 18 en mayo de
2007 (islas Grosa, de Alborán y del
Aire). En este caso, debido a la dificultad de recapturar a las aves, los
Izquierda. Trampa
para captura de
gaviotas de Audouin.
Derecha.
Colocación de emisor vía satélite a
pardela cenicienta.
LG 130 • 11
José Manuel Arcos-SEO/BirdLife
José Manuel Arcos-SEO/BirdLife
Izquierda. Antena
de radioseguimiento
utilizada desde
avioneta, con
Alegranza al fondo.
Derecha. Petrel de
Bulwer marcado con
un emisor de radio.
Movimientos de una
gaviota de Audouin
con emisor vía
satélite, desde el
momento de su
marcaje en la
colonia de cría
(delta del Ebro, 16
de mayo de 2006)
hasta su regreso a la
misma (26 de abril
de 2007), mostrando
toda la ruta de
migración y la zona
de invernada.
12 • LG 130
emisores se han sujetado mediante
un arnés y se han dejado de forma
indefinida, hasta que el arnés se
desprenda. Esto ha permitido, por
el momento, obtener más de 7.000
localizaciones y conocer los movimientos de las gaviotas marcadas
en 2006 durante un ciclo anual
completo, en el que todas han salido del Mediterráneo para invernar
en las costas atlánticas del norte de
África (hasta Gambia), regresando
posteriormente al Mediterráneo en
primavera. A lo largo de estos trayectos se han podido detectar aquellas zonas donde las aves pasan un
tiempo alimentándose, que pueden
ser buenos candidatos para IBA.
Los más pequeños
Pese a los avances tecnológicos de
los últimos años, el seguimiento vía
satélite aún no permite trabajar con
las especies de menor tamaño, en
especial paíños y otros pequeños
procelariformes. Una alternativa
factible para estudiar la distribución
de estas aves en el mar, además de
censarlas directamente, es el radioseguimiento. Hoy en día existen
emisores de radio muy pequeños,
incluso por debajo de 1 g. El problema es que los movimientos de estas
aves pueden ser muy grandes (probablemente más de 100-200 km entre las colonias de cría y las zonas
de alimentación), y el rango de de-
tección de los emisores disminuye
con el tamaño de éstos, siendo de
pocos km en el caso de los más pequeños. Pese a ello, se decidió hacer
una prueba con el petrel de Bulwer.
Esta especie pesa unos 100 g, por lo
que se le pudo colocar emisores de
3 g (se recomienda que el emisor no
supere el 3% del peso del ave en especies medianas y grandes, y como
mucho el 5% en especies pequeñas). Así, se marcaron un total de 31
petreles de Bulwer en Alegranza, en
agosto de 2006. La captura de los
ejemplares se realizó directamente
en las huras, o con redes de anillamiento, durante el período reproductor. Para la sujeción del emisor
Beneharo Rodríguez
Beneharo Rodríguez
Izquierda.
Charrán común.
Derecha. Alcatraz
atlántico juvenil.
se utilizó pegamento instantáneo
sobre las plumas del dorso del ave
y el posterior seguimiento se realizó desde avioneta. A diferencia de
la comodidad de colocar un emisor
vía satélite y recibir posteriormente
los datos vía Internet, en el caso de
los emisores de radio se debe realizar un seguimiento in situ. Para
ello y debido a la gran movilidad de
las aves en el mar la única opción
posible era el seguimiento desde
avioneta. En total se recorrieron
casi 2.000 Km, prospectando las
aguas de la plataforma continental
africana, el banco de la Concepción
y aguas interiores de Canarias. Pese
a todo, los resultados han sido poco
esperanzadores, con una sola detección desde el aire y unas pocas
desde la colonia. Por ello se está replanteando el trabajo de campo con
estas especies, que se reconducirá
hacia censos específicos en el mar
durante 2007.
La importancia del hábitat
Hasta ahora se ha hablado de la
información referente a las aves,
pero también puede ser de gran
ayuda utilizar información sobre el
hábitat para identificar y delimitar
las IBA marinas. Como se comentaba al principio, el mar es un medio
heterogéneo, y las aves marinas
buscan las zonas más favorables,
que pueden diferir según las especies. Ciertas características pueden
ayudar a identificar estas zonas:
algunas de ellas son fijas, como la
profundidad y la distancia a la costa, pero otras están asociadas a la
masa de agua y no son tan estáticas, por ejemplo la concentración
de clorofila (que refleja la productividad de una zona, y por tanto es
un indicador indirecto de la disponibilidad de alimento) o la temperatura del agua en superficie.
14 • LG 130
Información complementaria
Antes del inicio del proyecto, la información directa sobre la distribución
de aves marinas en aguas españolas era más bien escasa. La principal
fuente de información han sido los seguimientos más o menos sistemáticos de paso desde tierra firme, cada vez mejor organizados (RAM, Migres, etc.), pero la información en mar abierto se limitaba a unas pocas
campañas oceanográficas, además de observaciones de tipo más local o
esporádico. Asimismo existen los datos del marcaje con emisores vía satélite de pardela balear durante el proyecto Life realizado en 1998-2001.
Toda esta información, accesible de forma más o menos sintetizada según
el caso, se está teniendo o se tendrá en cuenta para el inventario de IBA
marinas.
Aves anilladas y orilladas
También se han dedicado esfuerzos a recopilar datos de tipo más indirecto, concretamente las recuperaciones de aves marinas anilladas y datos
de la Inspección Costera de Aves Orilladas (ICAO).
Respecto a las primeras, este tipo de datos aporta información sobre las
causas de mortalidad que afectan a las aves marinas en función de la especie, la edad, la zona y la época. Con ello se pueden identificar las amenazas
más importantes que afectan a este grupo de aves y conocer las zonas
más sensibles. En el contexto de este proyecto se han analizado más de
1.200 recuperaciones de aves marinas anilladas, halladas muertas o heridas e incluidas en el Anexo I de la Directiva Aves. Estos datos proceden del
archivo de la Oficina de Migración de Aves (OMA) y cuenta con datos desde
el año 1924. De acuerdo con esta información, las principales amenazas serían la pesca, los vertidos de hidrocarburos y la caza; cabe destacar que las
dos primeras son amenazas que encuentran las aves en mar abierto. Las
especies con mayor número de recuperaciones son la gaviota de Audouin,
el arao común, la pardela cenicienta y el charrán patinegro.
Por su parte, la ICAO (en sus primeros años Inspección Costera de Aves
Petroleadas, ICAP) es una actividad que se inició en España en 1980 consistente en recorrer las costas (una o dos veces por año, en invierno) en
busca de aves muertas, para identificar las principales causas de mortalidad y las zonas de mayor riesgo. El análisis de los datos existentes ha
permitido complementar la información aportada por las recuperaciones
de anillas; las primeras proporcionan información más detallada sobre el
ave (edad u origen), mientras que las de ICAO presentan la ventaja de
controlar el esfuerzo de muestreo, por lo que permiten comparar zonas
con mayor rigurosidad. Los resultados han mostrado una mayor mortalidad de aves marinas en las costas cantábricas y gallegas, especialmente
láridos y álcidos, destacando, entre las especies del Anexo I, dos pequeños
procelariformes: el paíño europeo y el paíño boreal.
¿Cuándo un área es IBA marina?
Una vez conseguida la información
acerca de las aves y su hábitat, hay
que decidir qué zonas son las más
adecuadas como IBA marinas. Para
ello hay que basarse en criterios
numéricos, tanto relativos como absolutos, al igual que ocurre con las
IBA terrestres. El problema es que
el mar es un medio completamente
distinto a la tierra firme, y los criterios desarrollados para áreas terrestres deben refinarse para poder ser
aplicados en el mar. Este es uno de
los retos a los que actualmente se
enfrenta el proyecto, en el que están
colaborando con SEO/BirdLife la Sociedade Portuguesa para o Estudo
das Aves (SPEA) y varios expertos
de BirdLife International.
Para poder aplicar los criterios
numéricos es necesario establecer
una metodología que analice y evalúe
los datos existentes. En este sentido
es útil considerar diferentes tipos de
IBA, que deberán abordarse de forma
distinta. Generalmente se han considerado cuatro tipos (ver La Garcilla,
121), aunque con el desarrollo del proyecto se ha apostado por reducirlos
a tres: aguas próximas a las colonias
de cría, zonas de concentración en el
José Manuel Arcos-SEO/BirdLife
Por lo general se puede explicar
hasta cierto punto la distribución de
las aves marinas a partir de estas
variables, aunque el peso relativo
que ejerce cada una de ellas difiere
entre especies (y épocas). Ello permite entender mejor la razón por la
que una determinada zona es importante para cierta especie en una determinada época. Además, aquellas
variables más influyentes pueden
servir para marcar mejor los límites
de las IBA marinas. En el caso de variables de naturaleza dinámica (clorofila, temperatura, etc.), es posible
estudiar cómo se modifican en función del tiempo (estacional y anualmente), de forma que al delimitar la
IBA se garantice que el fenómeno
que atrae a las aves quede incluido
dentro de la misma, por lo menos en
la mayoría de ocasiones. Finalmente, conocer la influencia de las distintas variables sobre la distribución de
una determinada especie posibilita
la creación de modelos predictivos
que ayuden a identificar zonas potencialmente buenas para las que
no existan datos, o éstos sean muy
escasos. Dichos modelos deben tomarse con precaución, pero pueden
indicar aquellas zonas a las que hay
que dedicar un esfuerzo de prospección por ser a priori favorables.
Pardela balear.
mar y corredores migratorios.
El primero hace referencia a zonas donde se concentra un importante número de aves asociadas a la colonia, tanto en tránsito hacia o desde
las zonas de alimentación como haciendo un uso más directo del área
(alimentación, descanso, cortejos o
aseo). Durante la época reproductora, las aves más costeras concentran
su actividad en esta zona, incluso la
alimentación; las especies más pelágicas, por contra, se alimentan generalmente en zonas muy alejadas del
entorno de la colonia.
En el segundo caso, zonas de
concentración en el mar, hay que
tener en cuenta que las aves marinas tienden a concentrarse en zonas favorables, principalmente por
su mayor disponibilidad de alimento, aunque también pueden influir
otros factores (refugio, temperatura y salinidad del agua, etc.). Estas
zonas pueden localizarse tanto en
áreas costeras como en alta mar. El
grado de congregación de las aves
dependerá de la especie y de las características de la zona; en algunos
casos se identificarán estas zonas
por acoger grandes grupos de aves
regularmente, pero en otros se tratará simplemente de áreas frecuentadas por especies clave.
Finalmente, existen zonas específicas que, por sus características geográficas, se convierten en
verdaderos cuellos de botella que
condicionan el paso de poblaciones
enteras (o una fracción importante
de éstas) en sus desplazamientos
migratorios. Un claro ejemplo es el
estrecho de Gibraltar.
Más información sobre el proyecto en www.seo.org/?lifeibamarinas.
Referencias
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LG 130 •15
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