Señoras, señores portavoces de los distintos grupos políticos y Excelentísimo Don Francisco de la Torre, alcalde de Málaga. Queridos todos: La Fibromialgia y el Síndrome de Fatiga Crónica o Encefalomielitis Miálgica son dos enfermedades crónicas, con base genética, cuyo principal síntoma es el dolor generalizado, tanto en zonas blandas del organismo como en tendones, articulaciones y músculos; el dolor es persistente, así como el cansancio y debilitamiento. Tenemos predisposición a las contracturas musculares, esto y la rigidez de las miembros hace que cueste el movimiento. El dolor de cabeza, migrañas, dolor abdominal, así como la dificultad de concentración y fallos de memoria a corto plazo son otros de los síntomas, tanto como los mareos, el malestar constante semejante a estar inmerso en un proceso gripal, no poder dormir o tener un sueño no reparador son unos pocos de los innumerables síntomas que estas enfermedades provoca. No tiene cura, pero sin embargo los reumatólogos prescriben gran cantidad de fármacos para paliar el dolor los cuales no solo no son efectivos sino que además a veces provocan graves efectos secundarios. Estas dos enfermedades están reconocidas por todas las organizaciones médicas internacionales y por la Organización Mundial de la Salud desde el año 1992. Y a pesar de estar reconocidas los enfermos nos sentimos indefensos, sin protección social, laboral, económica y médica. Y la desprotección más humillante para nosotros es la del propio facultativo que en vez de reconocer con honestidad que no sabe nada sobre estas enfermedades, en la mayoría de los casos envía al enfermo al psiquiatra o le aconseja que se busque distracciones. Por eso es tan importante para nosotros, los enfermos, esta Iniciativa Legislativa Popular en la que uno de sus puntos es que los poderes públicos promuevan y pongan los medios adecuados para la realización por parte de todos los profesionales de la salud en ejercicio, de cursos de actualización de conocimientos con respecto a la Fibromialgia y el Síndrome de Fatiga Crónica, así como la inclusión del estudio de estas enfermedades en los planes de estudios universitarios de las ramas de ciencias de la salud, derecho, trabajo social y ciencias del medioambiente. La Asociación de Pacientes de Fibromialgia, Síndrome de Fatiga Crónica y Sensibilidad Química Múltiple de Málaga, APAFIMA, a la que represento, se creó en 1998, hoy sus fundadoras forman parte de la junta directiva, y nos cuentan lo duro que fue esos comienzos. Apafima fue la primera asociación andaluza que ofreció cabida a los familiares y enfermos de fibromialgia de la Comunidad Autónoma Andaluza. Años más tarde abarcó también las otras dos enfermedades: el síndrome de fatiga crónica o encefalomielitis miálgica y el síndrome de sensibilidad química múltiple a causa de la cantidad de síntomas que coincidían en las tres enfermedades. APAFIMA ofrece a sus socios actividades de recuperación funcional, psicológica, asesoramiento, información y formación a través de los profesionales que dedican su esfuerzo para que el enfermo mejore su calidad de vida a pesar de la enfermedad. Queremos que los afectados compartan sus preocupaciones e inquietudes con otros socios que llevan más tiempo conviviendo con estas patologías y se beneficien de unos profesionales especializados en estas enfermedades que llevan muchos años en APAFIMA. Yo, como socia de Apafima desde el año 2003 he visto como muchas personas llegaban a la Asociación con un sufrimiento inmenso acompañadas o más bien arrastradas por sus familias como último recurso antes de tirar la toalla, completamente hundidas, desmoralizadas, que llevaban años de la cama al sofá y del sofá a la cama, personas consumidas por los dolores y he visto como a los pocos meses, con la ayuda de nuestros profesionales, han empezado a aminorar la cantidad de fármacos y a tener una vida normalizada, con las limitaciones lógicas de la enfermedad. Y, perdonen que ahora hable de mi, yo fui una de esas personas que llegó a Apafima con la enfermedad a cuestas como una gran losa, humillada por la incomprensión de algunos médicos, sintiendo que era una carga para mi familia ya que el trabajo que realizaba ya no lo podía realizar, el mundo se me vino encima y creí que no había salida, hasta que llegué a Apafima. Yo fui una de las muchas personas que Apafima ha sacado adelante y por eso hoy estoy aquí. Apafima se siente orgullosa de pertenecer a la Federación de Fibromialgia, Sindrome de Fatiga Crónica y Sensibilidad Química Múltiple Alba Andalucía que tiene su sede en Córdoba. Alba Andalucía está dirigiendo la campaña de concienciación y recogida de firmas para esta Iniciativa Legislativa Popular en Andalucía, siendo en estos temas como en otros la guía a seguir por su buen hacer habiendo obtenido en diciembre el Premio Andaluz a la Buenas Prácticas por su atención a las personas con discapacidad. La alta prevalencia de la fibromialgia y del síndrome de fatiga crónica hace de estas enfermedades un problema de salud público importante y de difícil abordaje. Afecta más a las mujeres que a los hombres y a causa de esto los hombres que la padecen, que también se cuentan por miles, tienen más dificultad en ser diagnosticados, lo que les lleva a pasar incluso más años que las mujeres sin diagnóstico. Esta situación es grave ya que añade un sufrimiento más a la enfermedad, el no saber que le ocurre al enfermo. Y ahora me permitirán que les lea una brevísima nota que ha escrito uno de nuestros socios, Antonio Campos. Él, mejor que nadie sabe el calvario sufrido por esta falta de diagnóstico. Dice Antonio: “Según datos publicados, hay en España más de un millón de personas diagnosticadas de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica con un porcentaje muy bajo de hombres, de los cuales yo soy uno de ellos. Si para una mujer es complicado el pasar días, semanas, meses, años sin saber lo que le pasa, sufrir la incomprensión social, laboral, médica, y familiar, para un hombre es algo impensable. Nosotros no somos capaces de afrontar tanta presión y dolor, nos rechazamos a nosotros mismos e incluso pensamos que estamos jugando con la familia, con el trabajo, con la sociedad. Nos escondemos en la indiferencia, sin mirarnos en el espejo de la realidad. Hasta que un día te derrumbas porque ya no puedes ocultarte más y empieza ese camino de incomprensiones y sientes el dolor con mayúsculas y pasas culpa y vergüenza de estar enfermo, y te ves rechazado por los demás como antes tú mismo te habías rechazado. Pero no hay marcha atrás, ya te has destapado y sientes la desidia de la sanidad hasta que por fin un día llega ese momento de tener un diagnóstico ¡ya se lo que tengo! Pero no sirve de nada ya que comienza un nuevo calvario con el estigma de la enfermedad de fibromialgia y síndrome de fatiga crónica. ¡La lucha no ha hecho más que empezar!” No quería terminar esta intervención sin agradecer lo que el Ayuntamiento de Málaga ha hecho por los pacientes de estas enfermedades al dotar a Apafima de un local donde poder llevar a cabo las terapias. Quería dar las gracias también a los grupos políticos por la ayuda recibida a esta Iniciativa para la protección social de los enfermos, con el ruego de que al igual que hemos sido arropados en estos momentos con vuestra comprensión y apoyo lo seamos igualmente por los partidos que representan cuando esta Iniciativa Legislativa Popular se presente en el Congreso. Para finalizar suplico que a partir de ahora sean ustedes nuestros portavoces ante las autoridades sanitarias para que seamos tratados como enfermos y no tengamos que avergonzarnos de esta condición. Sin nada más, muchas gracias por su atención.