¡Empecemos! Semana 12 Trabajo manual y Trabajo intelectual

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Disciplinariedad:
de la separación a la reunificación
Semana
12
Trabajo manual y Trabajo intelectual
Semana 11
¡Empecemos!
Esta semana vincularemos el desarrollo de la ciencia y la tecnología mundial con los cambios en la
concepción del trabajo y cómo los
seres humanos participan en él de
manera especializada; reflexionaremos sobre el trabajo manual y el intelectual, examinando las fortalezas
y debilidades de esta clasificación.
¿Qué sabes de ...?
El desarrollo de la ciencia y la tecnología y su incorporación a los procesos
productivos ha ocasionado cambios en las relaciones que los humanos establecen. La revolución industrial, por ejemplo, condujo al desplazamiento del
trabajo artesanal por el trabajo industrial. La producción en serie obligó a la
especialización de la mano de obra, por lo que los trabajadores pasaron a
realizar solo una pequeña parte de la producción. Recordemos ahora qué se
conoce cómo revolución industrial y por especialización en el proceso de producción. Menciona algunos ejemplos de especialización del trabajo.
El reto es ...
Revisemos este caso: un albañil debe construir una cerca de bahareque; sin
duda, estamos hablando de un trabajo manual: poner bloques en línea pegados con cemento. ¿Pero es que este albañil no necesita poner en juego operaciones mentales/intelectuales para ejecutar exitosamente este trabajo, para
que la cerca quede derecha y no se caiga?, ¿cómo adquirió los conocimientos
el albañil? Seguramente sus años de experiencia acumulada le permitirán realizar exitosamente su trabajo. Ahora bien, ¿en todo trabajo manual hay siempre presente una actividad mental?
De igual manera, podríamos pensar en un ingeniero civil formado en una universidad; la teoría que ha aprendido supone años de conocimientos acumulados
en el área, pero no le serán suficientes si no los ha puesto en práctica. Es decir, el
conocimiento sin la práctica no sirve para nada.
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Trata de responder entonces: ¿por qué se divide el trabajo en manual e intelectual?, ¿en qué contexto tiene sentido esta división?, ¿por qué se ve el
trabajo manual como inferior al intelectual?
Vamos al grano
Es común afirmar que la primera división del trabajo fue la división por sexo.
En las primeras sociedades humanas, que tenían la caza y recolección como
fuente de alimentos, la dinámica de vida condujo a los hombres a dedicarse
a la caza y a las mujeres a las tareas de recolección de frutos, vegetales, entre
otros. El surgimiento de la agricultura y la llamada revolución neolítica (término que se refiere a la primera gran transformación de la humanidad en la que
pasa de nómada a sedentaria y de recolectora a productora) favorece la división del trabajo entre pastores, cultivadores y especializaciones artesanales.
Posteriormente el uso de metales favorece la división del trabajo en agrícola, industrial y comercial. Paulatinamente con el desarrollo de la manufactura
industrial se establece la división del trabajo al interior de los oficios, fragmentando los procesos de producción, asignando a cada trabajador una sola tarea
repetidas veces en todo el recorrido de producción. Dentro de esta división
general del trabajo nos ocuparemos de la diferenciación entre trabajo manual
y trabajo intelectual.
Se ha denominado intelectuales al conjunto de trabajadores que hacen
principalmente un trabajo intelectual y que, por regla general, poseen un título universitario o técnico. Sin embargo, la formulación inversa en la que se
oculta el verdadero problema, no es evidentemente exacta: la clase obrera no
es simplemente el conjunto de seres humanos que trabajan principalmente
con su cuerpo (González, M., 2006).
Al surgir la propiedad privada, las clases sociales y el Estado, el trabajo intelectual se convierte en un privilegio de la clase dominante, pero las formas
que adquiere esta división varían de acuerdo a la formación social que ha
predominado en cada etapa histórica de la humanidad. La división entre trabajo manual e intelectual condujo al surgimiento de formas de dominación
e imposición en la medida que sobre esta división se construyó la de clases
dominadas y dominantes.
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Ahora bien, los avances tecnológicos de la actualidad han obligado a modificar los modelos de producción y el mismo manejo de conocimientos, en
la medida que la introducción de las nuevas tecnologías ligadas a la automatización acelera la proletarización de un creciente sector de los intelectuales
activos. Esto es resultado de: a) con la introducción de nuevas tecnologías se
reducen paulatinamente aquellos procesos de trabajo que para un esfuerzo
físico o muy pesado, solo contienen un reducido componente intelectual; b)
crece la parte de trabajo intelectual dentro de aquellas actividades que son
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caracterizadas como físicas; c) crecen aquellos procesos que requieren un trabajo principalmente intelectual (González, 2006).
Con la revolución científico-técnica y, más aún, con el proceso de globalización y la telematización de la sociedad y del trabajo, esta dicotomía parece ir
desapareciendo; sin embargo, se mantiene una valoración mayor al trabajo
intelectual y un desprecio al trabajo manual. ¿Tú qué piensas?
Para saber más…
Para saber más de este tema, te invitamos a ver el video “La organización Industrial Moderna” disponible en: http://www.youtube.com/
watch?v=oMKrsFI9O6c
Aplica tus saberes
La división del trabajo en manual e intelectual tiende a desaparecer en la
medida que un mayor avance técnico e industrial exige cada vez más obreros
especializados, pero eso no quiere decir que desaparezcan formas de explotación que caracterizan al capitalismo. Puedes explorar entre amigos y vecinos
¿qué piensan del trabajo manual y el trabajo intelectual? y ¿cómo los valoran? Y tú, ¿percibes una valoración diferente hacia las personas que escogen
una carrera universitaria y una técnica? Tomando en cuenta que actualmente cursas un programa de formación en el nivel técnico, ¿qué opinas de esta
diferenciación? Las respuestas podrán ayudarte a verificar si aún existe esta
dicotomía y te permitirán continuar reflexionando sobre este tema.
Comprobemos y demostremos que…
Lee la cita que aparece a continuación y escribe las ideas más importantes
que aquí se destacan; luego compártelas con tus compañeros.
No hay actividad humana de la que se pueda excluir toda intervención intelectual, no se puede separar el ‘homo faber’* del ‘homo sapiens’**. Cada ser humano, considerado fuera de su profesión, despliega cierta actividad intelectual, es decir, es un ‘filósofo’, un artista,
un hombre de buen gusto, participa en una concepción del mundo,
tiene una consciente línea de conducta moral, y por eso contribuye a
sostener o a modificar una concepción del mundo, es decir, a suscitar
nuevos modos de pensar” (Gramsci, 1984).
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*Homo faber: es una locución latina que significa el hombre que
hace o fabrica.
**Homo sapiens: se refiere al hombre que sabe.
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¿Has leído las “Preguntas de un obrero que lee”, de Bertolt Brecht? Aquí
van:
¿Quién construyó Tebas, la de las
Siete Puertas?
En los libros figuran sólo los nombres
de reyes.
¿Acaso arrastraron ellos bloques de
piedra?
Y Babilonia, mil veces destruida,
¿quién la volvió a levantar otras
tantas?
Quienes edificaron la dorada Lima,
¿en qué casas vivían?
¿Adónde fueron la noche en que
se terminó la Gran Muralla, sus
albañiles?
Llena está de arcos triunfales Roma
la grande. Sus césares ¿sobre quienes
triunfaron?
Bizancio tantas veces cantada, para
sus habitantes ¿sólo tenía palacios?
Hasta la legendaria Atlántida, la noche en que el mar se la tragó,
los que se ahogaban pedían, bramando, ayuda a sus esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India.
¿El sólo?
César venció a los galos. ¿No llevaba
siquiera a un cocinero?
Felipe II lloró al saber su flota hundida. ¿Nadie lloró más que él?
Federico de Prusia ganó la guerra
de los Treinta Años. ¿Quién ganó
también?
Un triunfo en cada página. ¿Quién
preparaba los festines?
Un gran hombre cada diez años.
¿Quién pagaba los gastos?
A tantas historias, tantas preguntas.
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