El Borde de Su Manto

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Bridges for Peace
(Puentes para la Paz)
Los Estudios de
Israel
Vol. # 779501S
EL BORDE DE SU MANTO
A pesar de todos los cambios ocurridos en la tierra de Israel desde su fundación como
Estado, todavía se puede andar a orillas del Mar de Galilea e imaginar cómo hubiese sido
cuando Jesús (Yeshúa) ministraba en esos lugares. Casi siempre era seguido por multitudes
de gente, ansiosa por oír Su enseñanza. Fue a orillas de este mar donde una mujer muy
enferma lo alcanzó, desesperada por ser sanada de una enfermedad crónica. Esta historia
milagrosa es muy conocida por todos los lectores del Nuevo Testamento. Sin embargo,
sucedieron tantas cosas "entre-líneas" que, de nosotros conocerlas, fortalecerían nuestra
relación con el Señor. Esto incluye detalles en torno a flecos, caracoles, autoridad, humildad y
alas. Posiblemente estará pensando, "¿de qué se trata todo ésto?" ¡Continúe leyendo!
FLECOS
En Mateo 9:20-22, encontramos la curiosa historia sobre una
mujer enferma que recibe sanidad simplemente al tocar la ropa de
Jesús: "Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía
doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto;
porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva.
Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija: tu fe te
ha salvado. Y la mujer fue salva [sana] desde aquella hora."
En el evangelio de Marcos, encontramos más detalles sobre
esta historia: "Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que
había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado
mis vestidos? Sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado?" (Marcos 5:30-31).
¿Cuál es el hecho significativo del borde del manto de Jesús?
A primera vista, parece ser un detalle de poca importancia. Sin
embargo, una vez entendemos cómo era el borde de un vestido en
tiempos bíblicos, estos pasajes adquieren significado. La palabra
"borde" realmente implicaba la esquina o punta del manto donde
se debía ubicar un fleco o borla: "Te harás flecos en las cuatro puntas de tu manto con que te cubras" (Deut. 22:12). Cada hombre
judío debería utilizar flecos o tzi-tziot (palabra hebrea, en su forma
plural) en las cuatro esquinas o puntas de su vestimenta, según
las siguientes especificaciones dadas por Dios:
INTERNATIONAL HEADQUARTERS: P.O. Box 1093, Jerusalem, Israel, Tel: 972-2-624-5004, FAX: 972-2-624-6622
U.S.: P.O. Box 33145, Tulsa OK 74153-1145, Tel: (918) 461-8800, FAX: (918) 461-8808
" CANADA: P.O. Box 21001, RPO Charleswood, Winnipeg, MB R3R 3R2, Tel: (204) 489-3697, FAX: (204) 489-7998
U.K.: Victoria House, Victoria Road, Buckhurst Hill, Essex IG9 5EX, Tel: (44) 208-559-2479, FAX: (44) 208-502-9062
SOUTH AFRICA.: P.O. Box 15263, 7506 Panorama, RSA, Tel/Fax: (27) 21-975-1941
JAPAN: 2-1 OCC 5F Kandasurugadai, Chiyoda-ku, Tokyo 101-0062, Tel: (81) 3-5283-7333, FAX: (81) 3-5283-7337
BRAZIL: Caixa Postal:1197, Cep: 30.123-970 BH - MG, Tel: 55-31-378-9350
SPANISH WORLD: PMB 133, 100 Ave. Grand Blvd. Suite 112, San Juan, PR 00926-5916, EUA, Tel/Fax: (787) 782-0868
AUSTRALIA: P.O. Box 7973, GCMC, Queensland 9726 Australia, Tel: 0061-7-5570-6161, Fax: 0061-7-5561-0835
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"Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel, y diles que se hagan franjas [o flecos] en los bordes [esquinas] de sus vestidos, por sus generaciones; y pongan en cada
franja de los bordes un cordón de azul. Y os servirá de franja, para que cuando lo veáis os
acordéis de todos los mandamientos de Jehová, para ponerlos por obra; y no miréis en pos de
vuestro corazón y de vuestros ojos, en pos de los cuales os prostituyáis. Para que os acordéis, y
hagáis todos mis mandamientos, y seáis santos a vuestro Dios. Yo Jehová vuestro Dios..."
(Números 15:37-41a).
Por esta razón, en la antigua Israel, los hombres usaban una vestimenta exterior de
cuatro esquinas o puntas, y a cada punta amarraban unos flecos, o tzi-tziot. Esta prenda de
vestir llegó a llamarse luego el talit, conocido en español como el
"manto de oración".
Pero, ¿porqué flecos? Estos flecos le recordaban a cada hombre judío su responsabilidad por cumplir los mandamientos de
Dios. Actualmente, estos flecos representan las 613 leyes de
Moisés, de los cuales 365 mandamientos son prohibiciones, y 248
son afirmaciones. Los cuatro flecos en las esquinas también representan las cuatro letras hebreas del nombre no pronunciable de
Dios, yud-hey-vav-hey.
Debido a que los flecos caían visiblemente desde las cuatro
esquinas de la vestimenta en plena vista de todos, incluyendo la
de uno mismo, serían un constante recordatorio para caminar
según las leyes de Dios. La palabra hebrea de la que tomamos
nuestra palabra "Ley" es jalajá, y significa literalmente "caminar".
Obviamente, el seguir la ley de Dios es un diario caminar, y para
mantenernos en este camino de justicia, necesitamos ser recordados de ello constantemente.
El utilizar estos flecos en nuestra ropa sería semejante a llevar La Biblia colgada a nuestro cuello. ¿Cómo nos conduciríamos
en público, cómo conversaríamos y a dónde caminaríamos? Dios
quería que estos flecos sirvieran para mantener Su Palabra viva
en la memoria de los israelitas. Debido a que los judíos utilizan
hoy día la vestimenta occidental, guardan esta ordenanza vistiendo una camisilla con flecos en las cuatro esquinas debajo de su
ropa ordinaria. Sin embargo, permiten que sobresalgan las cuatro
esquinas para que puedan observarse los flecos.
Otra prenda de vestir donde se encuentran los tzi-tziot es en
el manto de oración, el cual utilizan los hombres judíos como
cubierta cuando oran. Siempre disfruto ver a los hombres de mi
vecindario en Jerusalén caminando desde la sinagoga a sus hogares, cada viernes por la noche y sábado por la mañana, luciendo
su gran manto sobre los hombros y espalda. Cuando los hombres
judíos oran, cubren sus cabezas con estos mantos de oración
para desconectarse del mundo exterior y entrar a la presencia de
Dios. Esto se puede observar dentro de las sinagogas o ante el
Muro Occidental de Jerusalén. Los mantos de oración son blancos, representando al cielo o la morada de Dios. Tienen varias
franjas azules representando al Ruach HaKodesh, o Espíritu
Santo de Dios. De esta manera, entienden que el orar con el talit, o manto de oración, significa cubrirse con la presencia de Dios. Desde tiempos bíblicos, esta costumbre era semejante a
la oración secreta en el aposento, posiblemente tal como lo refiere Yeshúa en Mateo 6:6, cuando nos dijo que nos encerráramos en nuestro aposento, apartándonos del resto del mundo,
para orar al Señor en secreto.
Este talit era el manto usado por Samuel (1 Sam. 15:27), y el manto que Elías echó
sobre Eliseo (1 Reyes 19:19). También era el manto utilizado por Yeshúa, cuyos tzi-tziot fueron
tocados por la mujer que tenía el flujo de sangre.
Aún en Su gloriosa segunda venida, Yeshúa podrá estar utilizando Su talit. En
Apocalipsis 19:11-16, Juan nos da la siguiente descripción: "Entonces vi el cielo abierto; y he
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aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero... y tenía un nombre escrito que
ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de
una ropa teñida en sangre; y su nombre es: El Verbo
de Dios... Y en su vestidura y en su muslo tiene
escrito este nombre: Rey de Reyes y Señor de
Señores" (Apoc. 19: 11-13,16). El autor J. R. Church
sugiere que el vestido que llevará Yeshúa es el talit,
con Sus títulos escritos sobre éste y sobre Sus muslos. ¿Dónde caen los tzi-tziot, sino sobre los muslos?
Se puede notar que hay cuatro títulos mencionados
en este pasaje - un título por cada uno de los tzitziot:
1. "un nombre escrito que ninguno conocía sino él
mismo" - ¡el inefable nombre de Dios! (v. 12)
2. "El Verbo de Dios" (v. 13)
3. "Rey de Reyes" (v. 16)
4. "Señor de Señores" (v. 16).
El propósito de los cuatro flecos en la ropa
era, es y continuará siendo el de proclamar la
Palabra de Dios, de manera que siempre se recuerde
y se ponga en práctica.
CARACOLES
Cada fleco debió contar con un hilo azul. Hoy
El manto de oración es utilizado como
día, el tinte azul es tan prevalente que no podemos
aposento secreto de oración.
imaginarnos cómo, durante los tiempos bíblicos, el
azul era probablemente el color más costoso para producir. Por esa razón, era utilizado sólo por la realeza o la clase alta, quienes eran los únicos
que lo podían adquirir.
Previo a la creación de tintes sintéticos, la única fuente natural del tinte azul era una
pequeña glándula en el caracol de tipo Murex. Se requerían 12,000 caracoles para obtener
una cantidad de tinte que llenara un dedal. En el año 200 a.C., una libra de tela, teñida en
azul, tenía un valor equivalente a $36,000. Para el año 300 d.C., esta libra tenía un valor de
$96,000, lo cual indica que Lidia, la vendedora de púrpura y una creyente de la primera iglesia, era una de las mujeres más adineradas en el Imperio Romano (Hechos 16:14).
En el método tan breve que tiene la Biblia de relatarnos cosas, esta pequeña cantidad
de información sobre Lidia significa muy poco para nosotros hoy día, pero decía muchísimo a
los primeros creyentes. De hecho, este detalle era un anuncio como, "¡Una de las mujeres
más ricas y poderosas del Imperio Romano acaba de convertirse!" Imagínese el impacto que
pudiera tener ésto en términos de la predicación del Evangelio.
El color azul representaba, además, algo divino, y hacía que se destacara la realeza del
resto del pueblo común. El tener un hilo azul en la vestimenta significaba tener algo de divino
o real, y le recordaba al que lo vestía sobre su propio significado ante los ojos de Dios.
Después de todo, Dios nos ha llamado a ser un sacerdocio real.
Este hilo tan atesorado probablemente pasaría de manos del padre al hijo como un
legado muy preciado. La franja azul en el manto de oración de los hombres judíos hoy día
tiene el mismo significado y, curiosamente, las franjas azules en la bandera israelí representan lo mismo.
Los elementos de la bandera de Israel, muy difamada mundialmente, son realmente una
representación del Señor. El fondo blanco con frajas azules simboliza el manto de oración. A
la estrella de David, ubicada en el centro, se le ha otorgado varias explicaciones. Una que me
gusta proviene de un erudito judío, Franz Rosensweig, quien lo interpreta de la siguiente
manera: La estrella de David se compone de dos triángulos. Uno representa a Dios en su
manifestación como Creador, Redentor y Maestro. ¿Suena familiar? El otro triángulo representa a Dios, al hombre y a sus semejantes en una relación tri-dimensional. Requiere que
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existan los tres elementos para poner en acción la palabra de Dios en nuestras vidas. A mi
entender, ésto hace de la bandera israelí un verdadero estandarte y representación de Dios,
un testimonio al pueblo israelí del Dios a quien sirve y su razón de existir. Desde una perspectiva espiritual, quizás ésta sea la razón por la cual la bandera de Israel, como el pueblo y
el estado israelí, se enfrenta a tanta oposición de parte del mundo secular en que vivimos.
AUTORIDAD
Los flecos también llegaron a asociarse con la autoridad de una persona.
Saúl y David: En el caso del Rey Saúl, encontramos que David lo humilló al acercársele
a escondidas en la cueva cerca del manantial de En Gedi, y cortó los flecos del borde de su
manto, símbolo de su autoridad. Los hombres de David le dijeron a David:
"He aquí el día de que te dijo Jehová: He aquí que entrego a tu enemigo en tu mano, y
harás con él como te pareciere. Y se levantó David, y calladamente cortó la orilla del manto de
Saúl. Después de esto se turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de
Saúl. Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de
Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová" (1 Samuel 24:4-6).
¿Por qué David se sintió tan turbado de corazón? Porque entendió que robarle los flecos
del manto de alguien significaba robarle su autoridad. Aunque David hizo ésto para probarle
a Saúl que no buscaba quitarle la vida, el hecho de removerle los flecos de la esquina de su
manto era una humillación a Saúl. Esto fue lo que turbó a David.
Al salir Saúl de la cueva, inmediatamente David salió tras él y se postró en reverencia
ante Saúl para comprobar que no lo quería matar. Le dijo a Saúl:
"¿Por qué oyes las palabras de los que dicen: Mira que David procura tu mal? He aquí han
visto hoy tus ojos cómo Jehová te ha puesto hoy en mis manos en la cueva; y me dijeron que te
matase, pero te perdoné, porque dije: No extenderé mi mano contra mi señor, porque es el ungido
de Jehová. Y mira, padre mío, mira la orilla de tu manto en mi mano; porque yo corté la orilla de
tu manto, y no te maté. Conoce, pues, y ve que no hay mal ni traición en mi mano, ni he pecado
contra tí; sin embargo, tú andas a caza de mi vida para quitármela" (1 Samuel 24:8-11).
Todos, incluyendo Saúl, sabían que David había sido ungido por Samuel para ser el
próximo rey, razón por la cual Saúl temía a David. En ese momento, David le quitó, literalmente, la autoridad a Saúl, y pudo haber tomado también su trono. Pero no lo hizo; prefirió
dejar que Dios escogiera el tiempo para recibir el trono. Este acto convenció a Saúl de que
David hablaba la verdad.
El acto de devolverle a Saúl su autoridad también fue un acto de reconciliación entre
ambos. Saúl le contestó: "...Jehová te pague con bien por lo que en este día has hecho conmigo.
Y ahora, ...yo entiendo que tú has de reinar, y que el reino de Israel ha de ser en tu mano firme
y estable..." (1 Samuel 24:19b-20).
Booz y Rut: Otro ejemplo de la autoridad representada a través de los flecos o tzi-tziot
se encuentra en un pasaje en el libro de Rut, el cual a veces es difícil de comprender. En el
capítulo tres, Rut se dirigió a Booz para recibir su bendición, y así pedirle salir de su
situación difícil. Se fue a la era durante la noche de parva de las cebadas y durmió a sus
pies.
"Y aconteció que a la medianoche se estremeció aquel hombre, y se volvió; y he aquí, una
mujer estaba acostada a sus pies. Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Yo soy Rut tu
sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres pariente cercano" (Rut 3:8-9).
Booz inmediatamente comprendió lo que quizo decir, y le contestó: "Ahora pues, no
temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres
mujer virtuosa" (Rut 3:11).
Procedió a hacer los arreglos pertinentes para ayudar a Rut y, eventualmente, se casó
con ella.
Lo que hizo Rut al pedirle a Booz que extendiera sobre ella el borde de su manto era
indicarle de forma simbólica que se ponía bajo su autoridad.
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HUMILDAD
Para fines del período del segundo templo (70 a.C. - 135 d.C.), los flecos se habían convertido en un símbolo de "estatus" social. Mientras más adinerado era uno, más grandiosos
eran los flecos. Esta actitud siempre ha sido parte de nuestra naturaleza humana, ya que
somos dados a querer exhibirnos públicamente; por ejemplo, nos gusta lucir el tipo de
vehículo que poseemos, la casa en que vivimos, o las prendas que vestimos. Es sabido que,
durante el tiempo de Yeshúa, los flecos de algunos fariseos eran tan largos y elaborados que
arrastraban el piso. Era este orgullo y ostentación lo que Yeshúa repudiaba cuando dijo,
"...extienden los flecos de sus mantos..." (Mateo 23:5).
Cuando hablamos de los fariseos, es importante notar que no todos eran hipócritas.
Nicodemo era un fariseo (Juan 3). Ellos eran los líderes religiosos conservadores de esa época.
De hecho, Yeshúa dijo, "En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y fariseos. Así que,
todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras,
porque dicen, y no hacen" (Mateo 23:2-3). Al igual que en nuestra época, existían entonces
algunos líderes religiosos buenos y temerosos de Dios; pero otros eran charlatanes. Debido a
las referencias hechas con respecto a su piedad externa y muerte interna, los cristianos
equivocadamente los visualizan como personas despreciables. Teológicamente, Yeshúa se
parecía más a los fariseos que a los saduceos.
La lección de este pasaje, para todos nosotros, es que es más importante conducirnos
según los mandamientos de Dios por convicción interna y en humildad, que simplemente llevar una apariencia externa de prácticas religiosas excesivas. "...el hombre mira lo que está
delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón" (1 Samuel 16:7b).
ALAS
Regresemos a la mujer que se encontraba a orillas del Mar de Galilea, la que se acercó a
Jesús para ser sanada. Cuando se abría camino entre la multitud, no era para darle unas
palmaditas en la espalda. Era una mujer desesperada, quien había gastado todo su dinero en
curas inefectivas. Realizó un acto valiente cuando se empujó entre la multitud porque, según
la ley levítica, era prohibido que una mujer en su condición estuviera entre el público porque
era considerada inmunda o impura (Lev. 15:25). Sin embargo, había agotado todas sus esperanzas, y no tenía nada que perder. Había oído hablar sobre este Mesías que sanaba, y lo
buscó ansiosamente.
Pero, ¿por qué tenía que tocar el borde de Su manto - los flecos de Su talit? Estos tzitziot eran el punto de contacto que ella necesitaba para liberar su fe y recibir un milagro en
su vida.
¿Qué representaban los flecos? Primeramente, representaban la Palabra de Dios, la
fuente de salud para todas las necesidades de su vida.
En segundo lugar, los flecos representaban la autoridad de Yeshúa. La mujer había oído
la noticia de que muchas personas eran sanadas por El, que enseñaba con autoridad, y que
cuando hablaba, milagros ocurrían.
En tercer lugar, había algo más allá que simplemente unos flecos. El profeta Malaquías
habló del Mesías de Israel, diciendo, "Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol
de justicia, y en sus alas traerá salvación [salud]..." (Malaquías 4:2).
La palabra hebrea para "alas" usada en este pasaje es kanaf, una palabra que significa
específicamente plumas parecidas a flecos, o las orillas del plumaje de un ave, no el ala completa. Todos hemos visto un águila o un halcón volando en forma circular en el cielo y hemos
notado que sus alas son parecidas a flecos. Esta palabra, por lo tanto, tenía dos significados y
podía ser traducida como "alas" o como "flecos".
Probablemente la mujer había oído mencionar que Yeshúa era el Mesías. Quizás recordó
la promesa mesiánica del rollo de Malaquías y pensó que, si habría de ser sanada, debería ser
por medio de Sus alas... ¿Sus tzi-tziot? Por fe, estrechó su mano y tocó los flecos de Yeshúa, y
fue sanada de su enfermedad.
Es interesante notar que, a través de todo el Antiguo Testamento, cuando se habla de
"alas" en referencia a Dios, se utiliza la palabra hebrea kanaf. Ciertamente, el lugar de
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nuestro refugio es bajo el kanaf del Señor, ¡o bajo Su palabra y Su autoridad!
Luego de su encuentro con esta
mujer, Yeshúa llega a la región de
Genesaret, a orillas del Mar de
Galilea. Los hombres del poblado
reconocieron a Yeshúa y divulgaron la noticia, de manera que trajeron todos los enfermos, "y le
rogaban que les dejase tocar siquiera
el borde (los flecos) de su manto." La
Biblia informa simplemente que
"...todos los que le tocaban quedaban sanos" (Marcos 6:53-56).
Estos enfermos no fueron
sanados simplemente por tocar
los flecos de Su manto. Fueron
sanados cuando su fe tocó el poder de Dios,
Aquel que los podía sanar de sus enfermedades. El manto fue el punto de contacto para
poner en operación su fe y así recibir un toque de
parte del Señor.
¿Y qué de usted y de mí? Nadie está exento de
problemas en su vida, ya sea que sufra de enfermedades, problemas familiares, problemas
financieros o dificultades emocionales. ¿Tenemos la fe sencilla para alcanzar y tocar el borde
del manto de Yeshúa? Si es así, El está esperando para responder a nuestras necesidades,
aún en estos tiempos tan modernos.
Shalom desde Jerusalén,
Clarence H. Wagner, Jr.
Director Internacional
Traducido por: Teri S. Riddering
Versión de La Biblia: Reina Valera, 1960
Muchos pastores, maestros bíblicos y personas laicas han escrito preguntando si
pueden utilizar estas notas para sus mensajes y clases. La respuesta es un enfático, ¡sí!
Por tal razón enviamos estos Estudios de Israel. Es mi esperanza que la información contenida en ellos pueda ser diseminada vez tras vez, ya sea oralmente o por medio de copias
fotostáticas. "Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová." (Is. 2:3)
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