EL CONTROL Y ERRADICACIÓN DE LA FIEBRE PORCINA CLÁSICA EN MÉXICO, CON LA VACUNA PAV-250. DEDICADO AL MVZ, M. A. EDUARDO PABLO CORREA GIRÓN POR SUS APORTACIONES A LA PORCICULTURA. MVZ, M.C., María Antonia Coba Ayala MVZ,EEA, Laura Elena Zapata Salinas CENTRO NACIONAL DE INVESTIGACIÓN DISCIPLINARIA EN MICROBIOLOGÍA ANIMAL ISBN-978-607-425-161-6 Julio, 2009 1 Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias Progreso No. 5 Barrio de Santa Catarina Delegación Coyoacán C.P. 04010 México D.F. Teléfono: (55) 38718700 EL CONTROL Y ERRADICACIÓN DE LA FIEBRE PORCINA CLÁSICA EN MÉXICO, CON LA VACUNA PAV-250. DEDICADO AL MVZ, M.A. EDUARDO PABLO CORREA GIRÓN POR SUS APORTACIONES A LA PORCICULTURA. *María Antonia Coba Ayala *Laura Elena Zapata Salinas *CENID- Microbiología Animal, INIFAP, Km. 15.5 Carretera Federal México- Toluca, Col. Palo Alto, C.P. 05110, México D.F. ISBN-978-607-425-161-6 Primera Edición 2009 No está permitida la reproducción total o parcial de esta publicación, ni la trasmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright © de la Institución. 2 SECRETARÍA DE AGRICULTURA, GANADERÍA, DESARROLLO RURAL, PESCA Y ALIMENTACIÓN DR. ALBERTO CÁRDENAS JIMÉNEZ Secretario ING. FRANCISCO LÓPEZ TOSTADO Subsecretario de Agricultura y Ganadería ING. ANTONIO RUÍZ GARCÍA Subsecretario de Desarrollo Rural ING. JEFFREY MAX JONES JONES Subsecretario de Fomento a los Agronegocios LIC. JOSÉ LUIS LÓPEZ DÍAZ BARRIGA Oficial Mayor INSTITUTO NACIONAL DE INVESTIGACIONES FORESTALES, AGRÍCOLAS Y PECUARIAS DR. PEDRO BRAJCICH GALLEGOS Director General DR. ENRIQUE ASTENGO LÓPEZ Coordinador de Planeación y Desarrollo DR. SALVADOR FERNÁNDEZ RIVERA Coordinador de Investigación, Innovación y Vinculación LIC. MARCIAL A. GARCÍA MORTEO Coordinador de Administración y Sistemas CENTRO NACIONAL DE INVESTIGACIÓN DISCIPLINARIA EN MICROBIOLOGÍA ANIMAL DR. RICARDO FLORES CASTRO Director 3 ÍNDICE I.- Semblanza de Eduardo Pablo Correa Girón, M.V.Z., M.A.……….……….....5 II.- Introducción sobre la Fiebre Porcina Clásica (FPC).………………..............9 III.- Las vacunas utilizadas en México para controlar la FPC………….……...15 IV.- LAS INVESTIGACIONES REALIZADAS SOBRE LA VACUNA PAV-250, Y SU IMPORTANCIA EN EL CONTROL Y ERRADICACIÓN DE LA FPC EN MÉXICO.……..…………..…………………..18 V.- Conclusión…………………………………………………………………………26 VI.- Literatura consultada…………………….……………………………….........27 4 SEMBLANZA DE EDUARDO PABLO CORREA GIRÓN, M.V.Z., M.A. Formación académica Pablo Correa nació en la ciudad de México el 29 de abril de 1941 y estudió la carrera de Médico Veterinario Zootecnista en la UNAM, como miembro de la generación 1959 -1963. Su interés por la investigación sobre enfermedades virales se hizo evidente desde su etapa como pasante de esta carrera lo que se demuestra con su excelente tesis de licenciatura titulada “Comparación de la potencia de vacunas contra el derriengue adquiridas en farmacias veterinarias y en sus laboratorios de producción”, 1966. Poco después de presentar su examen profesional recibió una beca de la Fundación Rockefeller que le permitió realizar estudios de Posgrado en la Escuela de Medicina del Suroeste en Dallas, de la Universidad de Texas, en donde obtuvo el Grado de Maestro en Artes, con especialidad en Microbiología, 1966-1968. Nuevamente se inclinó por desarrollar una tesis versada en el estudio del virus rábico, su tesis de grado se titula “Infectividad y Patogénesis del virus de la Rabia Administrado Oralmente” (“The infectivity and pathogenesis of rabies virus administered orally”). El M.A. Pablo Correa ha sido un profesional convencido de la necesidad de mantenerse actualizado por lo que cuenta en su currículum con la participación en 23 estancias de investigación en institutos de diferentes países, tales como los EE. UU.A., la Ex-Unión Soviética, Cuba, y algunos países de Europa y de América Latina. Entre estas estancias destaca la que realizó en el Instituto James A. Baker de Investigación en Salud Animal, (James A. Baker Institute for Animal Health) de la Universidad de Cornell, en Nueva York, en donde conoció al Dr. James A. Baker con quien inició los estudios de la vacuna PAV 250. Ejercicio profesional A lo largo de su vida profesional el M. A. Pablo Correa ha desempeñado actividades en dos importantes disciplinas: la investigación y la docencia. a) Investigación: Siendo estudiante de la Escuela Nacional de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM fue ayudante de laboratorio en los laboratorios de Fisiología y Farmacología (1961- 1962) y el de Patología Avícola (1962 a 1963); durante este año fungió como Jefe de ese laboratorio. 5 A partir de febrero de 1964, se integró como investigador en el departamento de Microbiología Experimental, del Instituto Nacional de Investigaciones Pecuarias (INIP), ahora conocido como el INIFAP, con el propósito de realizar proyectos de investigación sobre enfermedades virales de las aves y el virus de la rabia paralítica bovina. En este instituto prestó sus servicios como investigador durante 44 años. Durante estas cuatro décadas sus aportaciones científicas y tecnológicas quedaron registradas en numerosos documentos como se resume a continuación: Autor de más de 580 publicaciones en revistas científicas y de divulgación, así como en memorias de congresos; director de 44 tesis que incluyeron una de doctorado, 13 de maestría y 30 de licenciatura; ha publicado 20 libros como editor y 24 capítulos escritos en varios libros. b) Docencia: Además de sus actividades como ayudante en los laboratorios de la entonces Escuela de Medicina Veterinaria de la UNAM antes mencionadas, se desempeñó como catedrático en la Facultad de Estudios Superiores de la UNAM, en Cuautitlán (FES Cuautitlán) desde 1977 hasta 2008. Durante estos años impartió diferentes asignaturas, tanto a nivel licenciatura como de postgrado, lo que se resume a continuación: 1. Nivel Licenciatura: Profesor de la Materia “Enfermedades Infecciosas Virales I, Poligástricos”, 1977-2007. 2. Nivel Licenciatura: Profesor de la Materia “Enfermedades Infecciosas Virales II, Monogástricos”, 1977- 2007. 3. Nivel Maestría: Profesor de la Materia “Enfermedades Infecciosas”, para estudiantes del Posgrado en Microbiología”, 1977-2002. Su vocación docente no termina en las aulas sino que incluye su participación como instructor y conferencista en diversos foros. Su labor implica el haber participado en 108 cursos y numerosas conferencias en eventos nacionales, incluyendo los organizados por AMVEC, así como en distintos foros en el extranjero. Entre los muchos cursos que impartió sobresale el primer curso para la “Aprobación de Médicos Veterinarios Zootecnistas en fiebre porcina clásica (FPC) y enfermedad de Aujeszky (EA) (1989). Este material se grabó en videos que fueron distribuidos en toda la República Mexicana. Quienes tuvieron la oportunidad de tomar este curso recuerdan siempre la famosa recomendación de Pablo Correa...”Para controlar la FPC debemos vacunar, vacunar y vacunar”. Esta recomendación fue aprendida, comprendida y aplicada por los colegas aprobados y ya conocemos los excelentes resultados. Distinciones El M. A. Pablo Correa ha tenido el honor de recibir numerosas distinciones, lo que pone en relieve la calidad de su trabajo y su entrega profesional. Entre las más relevantes destacan: 6 • • • • • • • • • • El ”Premio Científico Luís Elizondo-1985”, que otorga el Instituto Tecnológico de Monterrey. Reconocimiento como “Investigador Nacional”, dentro del Sistema Nacional de Investigadores. En dos ocasiones fue merecedor de esta distinción como investigador nivel II, de 1985 a 1988 y de 1988 a 1991; después en el nivel III de 1991 a 2009. El “Premio John A. Pino-1986" del INIFAP, SAGAR (PAIEPEME). En 1987, año en que por primera vez se otorgó el “Premio CANIFARMA-Sección Veterinaria, Dr. Alfredo Téllez Girón Rode”, Pablo Correa lo recibió en reconocimiento a su trabajo sobre la vacuna PAV 250. Es importante señalar que entre las distinciones recibidas por Pablo una de las más significativas fue el “Jabalí Dorado de la AMVEC, Mérida, Yuc., 1991”. Es Miembro De La Academia Veterinaria Mexicana, A. C. desde 1991. La UNAM le otorgó en dos ocasiones la “Medalla al Mérito”: Cuando cumplió 25 y 30 años de docencia en la UNAM. Esto ocurrió en 1998 y en el 2003. La Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, (SAGAR) lo distinguió entregándole el "Premio Nacional de Sanidad Animal” 1998". La Fundación Mexicana para la Investigación Forestal, Agrícola y Pecuaria le hizo entrega de un reconocimiento por su trayectoria científica en 1998. En el año 2004, el INIFAP le hizo un reconocimiento por sus 40 años de aportaciones al desarrollo de la ciencia y la tecnología a favor del campo mexicano, y en el mismo año , otro reconocimiento por haber participado en la Primera Reunión Anual en 1962 del ahora INIFAP. La carrera del M. A. Pablo Correa Girón de más de cuatro décadas es toda una vida de entrega y dedicación a la investigación, logrando enormes aportaciones en beneficio de la salud animal en México. Evidentemente resulta complicado el resumir su fecunda labor sin embargo se destacan a continuación algunas de las aportaciones de mayor relevancia: Sus estudios sobre Rabia Paralítica Bovina demostraron que las vacunas existentes en esos años para prevenir la enfermedad no inducían una protección satisfactoria. Estos trabajos sentaron las bases para que el entonces INIP (ahora INIFAP) fuera sede del un programa internacional financiado por la FAO, conocido como el “Plan Derriengue” que dio como resultado la vacuna Acatlán, para prevenir esta enfermedad y el desarrollo de productos vampiricidas de gran eficacia. Realizó importantes proyectos de investigación relacionados con la identificación de agentes infecciosos asociados con problemas respiratorios y reproductivos en bovinos, gracias a los cuales demostró la presencia de agentes virales responsables de causar enfermedades del ganado, que en la década de los setentas no habían sido diagnosticadas en el país, por lo que se consideraban enfermedades exóticas. Destacan los aislamientos de virus causantes de la Diarrea Viral Bovina (BVD), el que produce la Rinotraqueitis Infecciosa Bovina (IBR), el virus de la Para Influenza 3 (PI3) y el virus respiratorio sincitial de los bovinos. Con estos hallazgos se propició que México reconociera a estas enfermedades como enzoóticas y como consecuencia se iniciara la comercialización de vacunas para prevenirlas. La labor más importante de la vida científica del M. A. Pablo Correa quedó reflejada en sus logros relacionados con la Fiebre Porcina Clásica. Entre las aportaciones más importantes sobre este padecimiento destacan: 7 • • • El desarrollo de conjugados fluorescentes que permitieron que en laboratorios de la entonces Red Nacional de Laboratorios de Diagnóstico Veterinario se contara con la técnica más adecuada para la identificación de animales enfermos. La evaluación y posterior eliminación del mercado de vacunas comerciales, que en muchos casos ocasionaban más daño que la misma enfermedad. Participó activamente junto con investigadores de la Universidad de Cornell en el desarrollo de la vacuna viva atenuada, cepa PAV 250 para la prevención de la Fiebre Porcina Clásica. Sus estudios sobre esta vacuna permitieron conocer datos relevantes como son: edad mínima de vacunación, título de la dosis vacunal, vías más adecuadas para la vacunación, duración de la inmunidad, impacto de la inmunidad materna en lechones, el efecto de la vacuna para detener brotes, estabilidad del virus vacunal en condiciones de liofilización, congelación, medio ambiente. La vacuna PAV 250 resultó ser una excelente herramienta para la prevención de la Fiebre Porcina Clásica, de manera que aunada a la aplicación eficiente de las técnicas de diagnóstico y la importante labor de los Médicos Veterinarios especialistas en la clínica de cerdos, quienes aplicaron sus conocimientos y experiencia para poner en marcha el uso de medidas de bioseguridad en granjas, el pasado 30 de enero, el Secretario de la SAGARPA emitió la declaratoria de México como país libre de esa terrible enfermedad. Es oportuno señalar la coincidencia de que la erradicación de la Fiebre Porcina Clásica en porcinos de México ocurrió poco tiempo después de que el M. A Pablo Correa tomara la decisión de retirarse del ejercicio profesional. Cabe destacar que la decisión del Consejo Consultivo de la Asociación Mexicana de Veterinarios Especialistas en Cerdos de homenajear al Dr. Correa se tomó y anunció el año pasado en el Congreso de Morelia, por tanto no se sabía que para estas fechas el país fuera declarado libre de FPC, resultando también en una feliz coincidencia. Escrito por Ricardo Flores Castro María Antonia Coba Ayala Diódoro Batalla Campero 8 II. Introducción sobre la Fiebre Porcina Clásica (FPC) Los primeros informes de la enfermedad se remontan al siglo antepasado en los EUA, donde se reportaron mortalidades de cerdos en el medio Oeste Norteamericano. En 1830 se presenta el primer brote de FPC en la región de Wabash River, Indiana, luego en Kentucky, en Tennessee y en 1833 en Ohio; de 1846 a 1855 hubo 97 brotes difundiéndose en el territorio norteamericano. Para el primer tercio del siglo XIX, todo lo ocurrido con la FPC en los Estados Unidos, trasciende a la porcicultura de nuestro país, sobre todo, por la importación de cerdas reproductoras de las nuevas razas. En México los primeros reportes clínicos de la enfermedad se remontan al siglo antepasado. En 1883 la población porcina sufre la primera epizootia, en donde se produjo una grave despoblación, principalmente en la zona del Bajío. Una vez establecida la enfermedad en nuestro país, a finales del siglo XIX y principios del XX, la historia de la enfermedad liga su evolución y manera de presentación al mayor o menor uso de productos biológicos, elaborados para controlarla, así como a la evolución de las cuencas porcinas y sus métodos de explotación de los animales en las granjas, circunstancias que al cambiar, permitieron que los brotes de FPC se manifestarán de manera dramática y espectacular aunque también diferente a lo conocido como cuadros clínicos de FPC; por lo que se puede mencionar que las manifestaciones de la enfermedad a lo largo de su existencia dependía de: Los tipos de vacunas Las características de la vacunas y antisuero Las características de las cepas vacunales Los esquemas de vacunación Las fallas de vacunación, en su momento, por el tipo de biológicos utilizados La calidad de los biológicos La estructura productiva de la porcicultura Los flujos comerciales De lo anterior y de la necesidad de poder controlar la enfermedad, se establece la primera Campaña Contra la FPC en México, la cual fue planeada y ejecutada en 1972 por el Programa de Mejoramiento Porcino de Guanajuato de la Unión Ganadera Regional de Porcicultores del Estado de Guanajuato, donde se eligió como municipio piloto a Pénjamo, Gto., por contener la máxima concentración de cerdos y por su alta susceptibilidad a la FPC. Posteriormente se implantó la campaña en el ámbito estatal en municipios de condiciones semejantes. Pero por diversas fallas, la campaña no tuvo el éxito esperado y fue hasta 1973 cuando los productores sufrieron los estragos que la enfermedad causaba, y fue así como dio comienzo la estructuración de un Programa Nacional para el Control y Erradicación del Cólera Porcino, cuya característica fue: efectuar el programa por etapas y regiones de acuerdo con los diferentes sistemas de explotación porcina del país. Sin embargo, la ausencia de sistemas adecuados para el control de la movilización de los cerdos, de prácticas de bioseguridad en las explotaciones pecuarias y aplicación de biológicos o vacunas seguras, favorecieron la difusión del padecimiento en amplias zonas del país, especialmente los del centro; y dado lo anterior, se establece el 1º de junio de 1978 en forma oficial el inicio de la Campaña de Erradicación en el Norte de Sonora; así mismo un programa intensivo de control al sur del mismo estado y en el estado de Sinaloa. Dado los avances obtenidos, en 1980 se establece en el Territorio Nacional con carácter de obligatorio y permanente la Campaña para el Control y la Erradicación de la Fiebre Porcina Clásica y se aprueba el programa respectivo, que se publica en el Diario Oficial de la Federación el lunes 24 de marzo de 1980. 9 En 1996 se publica la norma NOM 037-ZOO-1995, sobre la Campaña Nacional Contra la Fiebre Porcina Clásica y se presenta a consideración de los productores, el nuevo programa de acciones de la Campaña de Control y Erradicación de la Fiebre Porcina Clásica y sometido el mismo año a la opinión de la Asociación de Médicos Veterinarios Especialistas en Cerdos (AMVEC), grupos de industriales y otras organizaciones involucradas con la porcicultura, esta consulta da como resultado el planteamiento de reorganizar la campaña bajo las bases de concertación y participación directa de los productores, campaña que a lo largo de su aplicación tuvo adecuaciones de acuerdo al avance obtenido en cada etapa, hasta lograr la erradicación de la enfermedad en el 2009. Impacto económico. Desde la aparición de la FPC en los EUA, esta enfermedad ha causado pérdidas económicas muy altas en la porcicultura mundial, debido a su rápida difusión, elevada morbilidad y mortalidad; los animales que sobreviven, sufren de otras infecciones asociadas y presentan retraso en su ganancia de peso para poder salir al mercado. En 1992, las pérdidas económicas se estimaron en un billón de pesos anuales para la porcicultura mexicana. Sobre la enfermedad. Etiología. La FPC es una infección del cerdo causada por un virus miembro de la Familia Flaviviridae, Género Pestivirus. Los pestivirus son patógenos importantes en medicina veterinaria; los 3 miembros del Género Pestivirus son: a) virus de la Fiebre Porcina Clásica (VFPC), b) virus de la Diarrea Viral Bovina (VDVB) y c) virus de la Enfermedad de la Frontera (BD) de los borregos; éstos últimos por su antigenicidad y su estructura están estrechamente relacionados con el VFPC. Los pestivirus de rumiantes se han encontrado como infección natural en un gran número de rumiantes domésticos y silvestres. El VDVB afecta a varios rumiantes y al cerdo; el virus de BD (VBD) en condiciones naturales afecta a los borregos y a los cerdos jóvenes. El VFPC se presenta en condiciones naturales sólo en los cerdos domésticos y en los jabalíes; experimentalmente se puede replicar también en los bovinos, borregos, cabras, conejos, venados y pecarís; no se replicó en los conejos cola de algodón, palomas, mapaches, ratas, gorriones ni en ratones silvestres. El VFPC, es un virus que contiene ácido ribonucleico (ARN), mide de 40-50 nm de diámetro, con una nucleocápside de aproximadamente 29 nm, es envuelto, y la membrana que rodea al núcleo es hexagonal y tiene proyecciones de 6.8 nm sobre la superficie del virión. Los viriones tienen forma esférica, la envoltura del virión tiene en su superficie subunidades en forma de anillos, de 10 a 12 nm. La estructura y simetría del núcleo no ha sido caracterizada. El genoma tiene un solo marco de lectura abierto (ORF) que codifica a una poliproteína, la cual se extiende sobre la cadena de ARN viral, de sentido positivo (+) y codifica una secuencia de aminoácidos de 3, 898 residuos, con un PM calculado de - 438, 300 pb. La densidad bouyante, dependiendo del material usado para el gradiente y de las células usadas para propagar el virus, es de 1.12 y 1.17 g/ml, el coeficiente de sedimentación es de S20w =140-180 S. El ARN del VFPC sedimenta a 40-45 S en gradiente de sucrosa (1030 %); y tiene un PM de 4 x 106 D. El ARN del virus, es de cadena sencilla y polaridad (+), es infectante y tiene cerca de 1212.5 kb de largo. Los virus de FPC y DVB tienen un alto grado de homología en su secuencia del genoma, la proporción de nucleótidos idénticos entre ambos virus es aproximadamente del 70 %; al estudiar la secuencia del genoma de dos cepas de FPC (Brescia y Alfort), se encontró que fue del 93 %, de identidad por lo cual se demostró un alto grado de homología entre las secuencias del genoma de ambos virus. 10 El virión del VFPC está compuesto de 4 proteínas estructurales, 3 de ellas son glicosiladas (la gp55, gp44/48 y gp 33) y forman parte de la envoltura viral; la cuarta es una proteína identificada recientemente de 14,000 d (p14) que se asume es una proteína de la nucleocápside. Se han descrito varias proteínas no estructurales del virus, entre las cuales se incluyen la p120, p75 y p23; esta última considerada hasta hace poco como una proteína estructural de la nucleocápside del virus. De las proteínas estructurales, la gp55 y más recientemente la gp44/48 están implicadas en la inducción de anticuerpos neutralizantes, la gp33 representa posiblemente una proteína de transmembrana y con menor inmunogenicidad que la gp55. La secuencia de los genes, en el genoma viral, tiene el siguiente orden: 5´-gp44/48–gp33–gp55– 3´, codificadas por los nucleótidos comprendidos entre 1,100 y 3,600. Con el establecimiento de las líneas celulares, hoy en día, el VFPC se puede replicar en una gran variedad de células, como son las de origen porcino, bovino, caprino, primate y cobayo; sin embargo el virus se multiplica principalmente en la línea celular de riñón de cerdo PK-15 o en células de testículo de cerdo. Para todos los serotipos de pestivirus, se distinguen dos biotipos en cultivos celulares, la forma no citopatogénica (no cp), que se replica sin producir daños obvios en la célula hospedadora, y una variante cp que produce la lisis de las células infectadas. El análisis molecular reveló que los virus cp representan formas mutantes de los no cp. La mayoría de las cepas aisladas del VFPC son del biotipo no cp, con excepción de un número reducido de cepas cp. En estudios recientes se tienen conocimientos de las propiedades moleculares de las cepas cp de FPC, se han detectado 3 cepas y con dichos estudios se demostró, que englobaban virus defectivos además del VFPC estándar. La replicación del VFPC tiene lugar en el citoplasma celular, siendo posteriormente liberado al medio extracelular, adquiriendo una envoltura lipídica muy lábil, que contiene componentes de la célula hospedadora. La observación al microscopio electrónico de cortes ultradelgados de células infectadas con VFPC sugiere que las partículas virales se ensamblan y maduran dentro de vesículas intracitoplasmáticas ligadas a la membrana, para posteriormente su liberación de la célula infectada vía exocitosis. Transmisión. La forma de transmisión más común del VFPC es por contacto directo entre animales infectados y animales susceptibles. La diseminación del virus puede comenzar a partir del segundo día postinfección. Las vías de diseminación son fundamentalmente la saliva, secreciones oculares y nasales; después de unos días también por la orina y las heces. Los cerdos que mueren por la infección diseminan virus hasta el momento de su muerte y en los cerdos que se recuperan, se ha demostrado diseminación de virus hasta 30 días después del inicio de la infección. En la transmisión son importantes las diferentes formas de la infecció: a) Infección crónica, cuando los animales son infectados con “cepas” de baja virulencia; b) Infección persistente, debida a tolerancia inmunológica a la infección, sin producción de anticuerpos neutralizantes, y diseminación del virus, sin la presentación de signos clínicos; c) Infección atípica, que se presenta con signos clínicos y lesiones anatomopatológicas diferentes de las propias de la FPC, confundiéndose con otras enfermedades. En las manifestaciones anteriores, se supone la presencia de un reservorio del VFPC y causante en muchas ocasiones de nuevos brotes sin explicación aparente. Patogenia. Bajo condiciones naturales el virus penetra al hospedador por las vías oral y por mucosas. Las infecciones naturales por cepas altamente virulentas se caracterizan por una fase linfática, una virémica y una fase visceral. Después de la replicación inicial, en las células epiteliales, que cubren las criptas de las tonsilas, el virus invade el tejido linforeticular subyacente, de donde es drenado a los ganglios linfáticos regionales. Aquí 11 se multiplica y da lugar a una viremia inicial. Se producen grandes cantidades de virus en los tejidos que funcionan como blanco secundario, tales como: nódulos linfáticos viscerales, médula ósea y tracto digestivo. Esto da como resultado altos títulos de virus (viremia) y la invasión de los órganos parenquimatosos, el tracto respiratorio y el sistema nervioso central. La infección de los órganos aparentemente es mediada, vía fagocitosis, por las células retículoendoteliales y por la multiplicación viral a través del endotelio vascular. La replicación viral en los leucocitos y en el sistema retículoendotelial acelera la presentación de la leucopenia y predispone al animal a infecciones bacterianas secundarias. Las cepas altamente virulentas se difunden a través del animal en un período de 5 a 6 días. Las infecciones producidas por las cepas virales moderadamente virulentas muestran el mismo patrón que el presentado por las cepas altamente virulentas, pero siguen un curso más lento y las concentraciones virales en la sangre y en los órganos tienden a ser más bajas; y están principalmente confinadas a la fase linfática y la fase virémica es breve. Los virus virulentos infectan completamente a las células epiteliales y reticulares y a los macrófagos en las tonsilas; los virus de más baja virulencia se multiplican principalmente en las células epiteliales de las criptas de las tonsilas. Algunas de las cepas atenuadas por pasajes seriados en conejos como la cepa China o en cultivos celulares (cepa GPE y cepa Thiverval), parecen replicarse principalmente en las tonsilas y en los nódulos linfáticos. Signos clínicos. Se ha observado que el grado de patogenicidad de los distintos aislados del virus varían con la edad de los animales y que la edad influye en el curso clínico de la enfermedad, en consecuencia la FPC puede presentar una gran variedad de formas clínicas y no siempre producir una infección aguda mortal. Además las distintas cepas y aislados de campo del VFPC condicionan el curso clínico de la enfermedad de forma importante, porque varían considerablemente en su virulencia y patogenicidad. Algunos autores las clasifican en: altamente virulentas, cuando matan prácticamente a todos los cerdos; moderadamente virulentas, cuando dan lugar a una forma subaguda, en lechones infectados después del nacimiento, pero que también pueden causar anomalías fetales; y las de baja virulencia y cepas avirulentas que son prácticamente apatógenas para los fetos. En la forma clínica sobreaguda, la morbilidad y mortalidad son elevadas, muriendo los animales afectados en los primeros 5 días después de la infección; la signología es muy escasa y se reduce prácticamente a un aumento de la temperatura (alrededor de los41 °C), previo a una muerte rápida a los 2-5 días después de la infección. En la forma clínica aguda, la morbilidad es alta y la muerte ocurre entre los 10 y 20 días después de la infección, con un curso relativamente lento; los primeros signos aparecen después de un período de incubación de 2 a 6 días y la intensidad de los signos clínicos varía, dependiendo de la virulencia de la cepa y del estado inmune de la población. Se caracteriza por fiebre, apatía o baja actividad, disminución del apetito y decaimiento, con temperatura de 42 °C o más, la fiebre persiste hasta poco antes de la muerte de los animales. Los animales que se hacinan, manifiestan temblores, conjuntivitis con marcada descarga ocular y en algunos casos descarga nasal puede haber afección del tracto digestivo (estreñimiento, diarrea y vómito), en la fase terminal los cerdos adelgazan, tienen una marcha ondulante por debilidad del tercio posterior, seguido por afectación del sistema nervioso central, por parálisis del tercio posterior, que luego se generaliza y el cerdo permanece postrado en decúbito lateral y moviendo continuamente las extremidades. Se observa también hiperemia cutánea (en las primeras fases de la enfermedad), sobre todo en orejas, hocico, abdomen y zona medial de las extremidades, con progreso a cianosis; así como hemorragias petequiales en las mismas áreas. 12 En la forma clínica subaguda, la muerte se produce entre 20 y 30 días después de la infección, las manifestaciones clínicas son similares a las de la forma aguda, pero con menor severidad, el período de incubación más prolongado y la tasa de mortalidad es menor del 30 %. En la forma clínica crónica, es una enfermedad letal, en la que los cerdos sobreviven más de 30 días después de la infección, su curso es muy lento y puede haber afectación predominante de algún sistema u órgano (pulmón, tracto gastrointestinal, sistema nervioso central o piel) y las infecciones bacterianas secundarias son muy frecuentes, por lo que el cuadro clínico puede ser confuso; se caracteriza por períodos prolongados e intermitentes de fiebre y viremia; puede haber debilidad, retraso del crecimiento, apetito caprichoso y grados variables de tos, diarrea y emaciación. Los diferentes cuadros clínicos pueden ser atribuidos a cepas del VFPC de diferente virulencia. La presentación atípica es producida por las llamadas cepas de baja virulencia, éstas son cepas que se han modificado naturalmente en el campo, o son cepas de virus de FPC de origen vacunal, dentro de este último grupo se encuentran diversos cuadros clínicos, más o menos bien definidos: 1) Tremor congénito; 2) FPC agudo en recién nacidos (por contagio materno); 3) FPC agudo en recién nacidos (por contacto con animales vacunados) y 4) FPC postvacunal de baja patogenicidad, lo anterior es importante debido a que no es fácil hacer el diagnóstico clínico diferencial. Mientras los virus virulentos infectan completamente las células epiteliales, células reticulares y los macrófagos de las tonsilas, los virus de baja virulencia se multiplican principalmente en forma restringida en las células epiteliales de las criptas de las tonsilas. Por lo tanto la virulencia podría ser determinada parcialmente por la interacción del virus y de las células fagocitarías en estos órganos linfoides periféricos. Inmunidad. La respuesta inmune a una infección con el VFPC es altamente variable, dependiendo esencialmente de la cepa de virus, la dosis y la ruta de infección, así como la edad y las condiciones del cerdo. Generalmente la antigenicidad y la inmunogenicidad parecen estar relacionadas con el grado de virulencia del virus en particular, las cepas de alta virulencia comúnmente inducen más altos niveles de anticuerpos neutralizantes que las cepas de baja virulencia, y esto posiblemente se debe a la cantidad de virus producido en los animales infectados. La habilidad de los cerdos para responder inmunológicamente al VFPC dependerá de qué tan antigénico sea el virus, así, como de la madurez inmunológica del cerdo, y esta respuesta se demuestra por la detección de anticuerpos neutralizantes, ya que aparentemente éstos son los más importantes en términos de protección. La replicación del VFPC se observa primero en los folículos B y células epiteliales de las tonsilas y en los folículos B de los nódulos linfáticos regionales y en las Placas de Peyer, y la diseminación a otros tejidos linfoides, así como la infección de las células endoteliales y de otras células epiteliales ocurrirá más tarde, esta replicación del VFPC en folículos B es un evento temprano y específico en la FPC y antecede la infección generalizada. La inmunosupresión temprana representa un evento crucial para la manifestación de la FPC, hay una destrucción de compartimientos de linfocitos B, en cerdos infectados, lo cual puede dañar la respuesta inmune humoral. La deficiencia inmune parece no ser debida a la infección de linfocitos T por el VFPC per se; sin embargo, la infección de otras células puede indirectamente conducir a la alteración de funciones de los linfocitos T. La deficiencia de linfocitos B, causada por la destrucción viral de los centros germinales en el tejido linfoide es la consecuencia patoinmunológica más significativa de la infección aguda de FPC. El avance de la enfermedad esta asociada con un aumento 13 significativo en la proporción de los granulocitos y al menos con una pérdida casi completa de linfocitos B, mientras que la reducción de linfocitos T es menos impresionante, en términos absolutos, el número de granulocitos también disminuye. Sin embargo el aumento de los neutrófilos en banda sobre los neutrófilos segmentados indica un índice de aumento de la producción de granulocitos en respuesta a la infección por el VFPC, en el estado terminal de la enfermedad, y no se ven afectados en el inicio de la infección. Ante la infección por el VFPC los cambios observados son una leucopenia, que aparece con la elevación de la temperatura o antes y una trombocitopenia. La leucopenia severa que empieza tempranamente después de la infección, puede causar una disminución del número de linfocitos T inmunocompetentes. Por lo tanto, el VFPC se espera que no únicamente dañará la respuesta inmune humoral, sino que también impedirá el que los animales infectados desarrollen una respuesta inmune celular efectiva para combatir esta infección viral. En consecuencia, la respuesta inmune afectada de los animales infectados con virus, conducirá a las manifestaciones de FPC y a un aumento de la susceptibilidad a las infecciones secundarias. Inactivación viral. La inactivación por tratamientos físicos depende, en parte, del medio en que esté contenido el virus; cuando está suspendido en cultivos celulares, la infectividad se pierde después de 10 minutos a 60°C, y mientras que en sangre desfibrinada es inactivado después de 30 minutos a 68°C. El VFPC es estable a pH 5-10, pero arriba o debajo de este pH, su infectividad es rápidamente destruida, es estable a temperaturas de –20oC y –70°C y liofilizado, donde puede mantenerse por años y puede durar semanas a temperatura de refrigeración en recipientes de cristal hermético, sin una disminución marcada de la infectividad. Los solventes lipídicos como el éter, cloroformo y deoxicolato, inactivan rápidamente al virus. También es sensible a la acción de radiaciones ultravioleta. Homología entre los Pestivirus. Entre los distintos Pestivirus hay una gran semejanza en las propiedades físico-químicas, en cuanto a su densidad en gradientes y coeficientes de sedimentación; así mismo, hay equivalencia entre las distintas proteínas estructurales, de modo que las proteínas gp55, gp44/48, gp33, p23 y p14 del VFPC, son semejantes a las proteínas gp53, gp48, gp25, p20 y p14 del VDVB. Se ha observado una alta homología, tanto a nivel de nucleótidos como de aminoácidos; en los nucleótidos la homología es de 66-74 %; y es hasta de un 85 % con respecto a los aminoácidos. Los Pestivirus pueden ser neutralizados por anticuerpos dirigidos contra una de las 2 gp (E0, E2); pero la E2 parece ser la proteína contra la que más reaccionan los anticuerpos virus neutralizantes, esta gp es altamente variable en su porción N-terminal y la comparación de las identidades de aminoácidos dentro de la gp E2 es particularmente útil para demostrar variaciones entre Pestivirus. Este análisis de nucleótidos y de las secuencias de aminoácidos ha servido para determinar: i) la similitud entre las cepas del VDVB y de los VFPC; ii) la homología de regiones determinadas; y iii) las relaciones entre las proteínas individuales, lo cual ha servido para diferenciar a los pestivirus. 14 III. LAS VACUNAS UTILIZADAS EN MÉXICO PARA CONTROLAR LA FPC Para el control de la enfermedad se siguieron medidas que incluyeron la utilización de diversos tipos de biológicos, tales como sueros y vacunas. Los primeros biológicos que se produjeron para el control de la FPC fueron los sueros hiperinmunes, que se desarrollaron en 1903 por el USDA. De 1903 a 1917 se utilizó el sistema de vacunación con virus virulento (sangre virulenta), aplicándolo simultáneamente con suero hiperinmune, ambos por vía subcutánea (SC), en áreas distintas del cerdo. Fue un sistema de vacunación muy exitoso, empleado en diversas partes del mundo, hasta que se crearon mejores sistemas de vacunación, entonces paulatinamente fue abandonado hasta que finalmente fue prohibido, porque se le encontraron muchas desventajas, entre ellas las de perpetuar la infección por virus virulento en las piaras, estableciendo así focos de infección. Dorset (citado por USDA, 1884-1960), investigó las vacunas inactivadas con cristal violeta, que después fueron utilizadas durante muchos años. Antes se intentó producir vacunas inactivadas con diversas sustancias, sin obtener buenos resultados. Algunos investigadores adaptaron el virus de la FPC al conejo, mediante pases seriados (lapinización) y así nacieron las vacunas vivas lapinizadas de bajo pasaje, que fueron lo mejor en su tiempo; sin embargo tenían desventajas, por lo que fueron descontinuadas al aparecer otras vacunas mejoradas. En la década de los sesentas aparecieron magníficas vacunas como: a) las de virus vivo lapinizado de alto pasaje, como la cepa China; b) las de virus vivo lapinizado y atenuado en cultivos celulares CC; c) las de virus vivo de origen porcino, atenuado en CC. También se estudió experimentalmente la inmunidad heterotípica estimulada por el virus de la Diarrea Viral Bovina en contra del virus de FPC. A pesar de ser un estudio muy interesante, se le encuentran inconvenientes, por presentar interferencias con la prueba de diagnóstico para anticuerpos fluorescentes y por ésta razón se le abandona. Sin embargo, se desarrollaron una gran variedad de cepas vacunales contra la FPC como: Rovac (de bajo pasaje en conejos), Rovine, JenSal, M.L.V. Hundson, China, Suvac, S.F.A., Swivax, Truevac, IFFA, ASV, Suiferin, Suiferin “C”, China-CL, GP, GPE+, GPE, Alfort, VDV,V, PAV-1; Minnesota, Par-147, PAV250, Thiverval, la cepa K, y la China “C”, que fueron utilizadas para su control. En la década de 1950, hubo un gran interés en los EUA, en cuanto a desarrollar vacunas vivas atenuadas contra la FPC que fueran inocuas, efectivas y suficientemente atenuadas, sin embargo este interés se perdió porque después de 1961, en los EUA se enfatizó que las vacunas de virus vivo modificado que se usaban entonces (y que correspondían a vacunas muy poco atenuadas), eran una posible fuente de diseminación del virus de FPC de baja virulencia. Para este entonces, como ya se utilizaba la prueba de anticuerpos fluorescentes para el diagnóstico, se encontró que había interferencia con los animales recientemente vacunados, o sea que, con la presencia de virus vacunal en los tejidos de los cerdos se enmascaraban los casos de FPC. También se observó que en ocasiones hubo casos clínicos de FPC, al emplear aquellas vacunas poco atenuadas, sin utilizar suero hiperinmune o al utilizar lotes de suero que no tenían una potencia satisfactoria; así mismo también se notó que con estas vacunas poco atenuadas, se infectaban los cerdos susceptibles que estaban en contacto con los vacunados. Por lo anterior fue necesario que se desarrollaran pruebas para evaluar, la potencia, a la inocuidad y así eliminar del mercado a las vacunas peligrosas que producían signos clínicos y mortalidad, pruebas que permitieron detectar si se diseminaba el virus de los cerdos vacunados a los no vacunados puestos en contacto y pruebas para determinar si las vacunas tenían una fuerte tendencia a persistir en los tejidos de los cerdos vacunados. Con base en las pruebas desarrolladas, todas las vacunas que se usaron en 15 ese tiempo, fueron consideradas como insatisfactorias, por lo que finalmente las vacunas utilizadas contra la FPC fueron legalmente prohibidas en 1971 en los EUA. En el año de 1962, en los EUA se estableció un programa de erradicación basado en el sacrificio e indemnización de las piaras afectadas. Para entonces, en Canadá, la Gran Bretaña y en otros países, ya se había utilizado con éxito el método del sacrificio para erradicar la FPC. En ése tiempo ningún país había intentado erradicar la FPC de sus piaras a través del uso de la vacunación, como fue propuesto por Correa, además se presentó un problema de exportación, pues no obstante que se hubiera logrado el control completo mediante la vacunación, los países libres de FPC, importadores de carne de puerco, no aceptarían esta carne, si en los cerdos, o en las canales de exportación se detectaba el virus de la FPC (vacunal o patógeno), o anticuerpos contra la FPC. Por otra parte, muchos otros países continuaron tratando de mejorar sus vacunas, incluyendo a México, en donde a partir de 1981 se estableció la Campaña Nacional de Erradicación, de la FPC, basándose en la vacunación intensiva en una primera etapa (fase de control) y cuando en la región vacunada ya no se presentaran brotes de FPC durante un año, se pasaría a la segunda etapa (fase de erradicación) en la que ya no se aplicaría la vacuna, sin la presencia de brotes de FPC durante un año; para que así al completarse dos años sin brotes, la región pasara a la siguiente etapa (fase libre de FPC), en la cual tampoco se vacunaría contra la FPC y sí se mantendría una vigilancia epizootiológica estricta, basada en un diagnóstico rápido, estudios seroepizootiológicos, etc. Hasta 1986, se tuvieron registradas oficialmente en México, las siguientes cepas de vacunas de virus vivo atenuado: cepa China (Norden, Syntex, Lapisa); cepa Minnesota (Syntex, Lapisa, Salsbury y Anchor); cepa Par-147 (Bio-Zoo); PAV-1 (Hoechst); GPE y PAV-250 (PRONABIVE); la cepa Rovac lapinizada de alto pasaje Lapisa. Algunas características de éstas vacunas fueron: Cepa China; aparentemente hay varias cepas conocidas como Chinas, apatógenas, sin reacciones postvacunales en cerdas gestantes en cualquier etapa y en cerdos de cualquier edad; la inmunidad es duradera, aparece a los 4 ó 5 días postvacunaciòn, el 92% de los vacunados desarrollan anticuerpos, la aplicación simultánea de suero aparentemente no interfiere con la vacuna, las pérdidas por otras enfermedades no aumentan. No se disemina, no revierte a la virulencia, ni hay leucopenia. La cepa Par-147, atenuada mediante pases en cerdos, conejos y en CC de porcinos; es inocua, antigénica, muy inmunogénica, alcanza títulos de 106 unidades protectoras para el cerdos por ml, confiere buena protección, no produce hipertermia, ni signos clínicos y no se difunde a cerdos susceptibles puestos en contacto. La cepa GPE, se produce en CC de riñón de cuye, no produce problemas postvacunales, es muy segura, apatógena para cerdas gestantes, recién nacidos y adultos, inmuniza en 3-4 días, los anticuerpos sueroneutralizantes aparecen en 10 ó 14 días y persisten por 2 años, sin reducir su título, no se difunde, es producida por el sistema “lote-semilla “, al virus lote semilla no deben dársele más de dos pases en CC. La cepa Rovac-Laboratorios Lapisa, derivada del virus aislado por Koprowski (1946), el cual fue atenuado mediante 410 pases en conejos, y produce elevación de la temperatura, es parecida a la cepa China, se aplica sin suero y confiere alto grado de protección. La cepa PAV-1, obtenida de la Universidad de Cornell, recibió 5 pases en CC primario de riñón de cerdo, 16-17 pases en conejo, un pase en cerdo, 155 pases en CC primarios de 16 riñón de cerdo y para elaborar la vacuna, el virus se replica en CC primarios de médula ósea de cerdos, llegando a producir títulos de hasta 105 TCID 50 %. Confiere buena inmunidad, no hay transmisión horizontal de los vacunados a los susceptibles puestos en contacto. Es totalmente inocua y no debe aplicarse simultáneamente con suero hiperinmune de FPC. No produce inmunosupresión en los animales vacunados, ni leucopenia y los niveles de linfocitos no bajan de sus límites inferiores. Puede producir ligera elevación de temperatura (0.5 a 1 C), durante el 3º, y 4º, día postvacunación, en el 20 % de los animales que son vacunados al estar clínicamente sanos, y después se estabiliza. La cepa Minnesota, elaborada en CC de riñón de cerdo, es altamente antigénica, no se disemina horizontalmente, es muy estable y no produce elevación de temperatura. No puede ser aplicada en cerdas gestantes o cerdos sospechosos de alguna enfermedad, débiles o sometidos a stress. La cepa PAV-250, se obtuvo a partir de la cepa A de FPC, después fue atenuada mediante 250 pases en CC, a la semilla se le dieron hasta 5 pases sin que se alteraran sus propiedades, el lote de semilla da títulos 106 TCID50% / 2ml. Ha sido probada en miles de cerdos, en los que ha conferido excelente inmunidad, sin causar problemas postvacunales, es apatógena en cerdas gestantes (2do y 3er tercio de gestación) y en cerdos de diferentes edades; muy antigénica e inmunogénica, no produce hipertermia, ni signos clínicos, no se trasmite por contacto y ha sido usada con éxito para el control de brotes de FPC ya iniciados. No obstante que se encontraban registradas varias vacunas en México, se observó que en el Bajío Mexicano (Guanajuato, Querétaro, Michoacán y Jalisco) tuvo el nivel más alto de riesgo de presentarse brotes de FPC, mientras el norte del estado de Sonora permanecía libre. De 1970 a 1971 se comunicaron entre 400 y 800 casos de FPC y una clara disminución de 1980 a 1982, de 1984 a 1986 con tan sólo 27 casos de la enfermedad de FPC causada por cepas de campo; se observó que hubo una clara correlación entre la elevada presentación de casos de FPC y la utilización de biológicos que no cumplían con las normas mínimas de inocuidad, potencia y no difusión. Con las pruebas realizadas de 1972 a 1982, en el CENID-Microbiología, INIFAP, utilizando cerdos susceptibles, se comprobó que muchos de éstos biológicos eran 2020002insatisfactorios, siendo retirados del mercado, y la presentación de la enfermedad disminuyó paulatinamente hasta el mínimo mencionado. La vacuna PAV-250 sirvió como ejemplo, y a partir de entonces sólo se aceptaron cepas vacunales que fueran inocuas, potentes y que aparentemente no se difundían, como la Minnesota, China, PAV-1 y V9. Se considera que primordialmente, las medidas tomadas por la Campaña Nacional contra la FPC, consistentes en: la revisión de los requerimientos mínimos para biológicos, realización de pruebas de potencia rutinarias en vacunas y sueros, la vacunación era obligatoria en las zonas permitidas y el control de movilización de animales, requiriendo guía sanitaria y certificado de vacunación, esto ayudó a la disminución de dichos brotes. A partir de las recomendaciones realizadas, se estableció la norma NOM 036-ZOO-1996, que menciona que por ley, cada lote de vacuna producido tenía que ser probado en su inocuidad, potencia y no diseminación. Estas pruebas se hicieron rutinariamente, en el Centro Nacional de Servicios de Diagnóstico en Salud Animal (CENASA), dependiente de la Dirección General de Salud Animal (DGSA), localizado en Santa Ana, Tecamac, Edo. de México. CENASA junto con DGSA no permitían la distribución de las vacunas, que no aprobaran satisfactoriamente las pruebas antes mencionadas. 17 IV.- LAS INVESTIGACIONES REALIZADAS SOBRE LA VACUNA PAV-250, Y SU IMPORTANCIA EN EL CONTROL Y ERRADICACIÓN DE LA FPC EN MÉXICO. Los estudios que se realizaron con respecto a la FPC de 1973 a 1991, permitieron descubrir que en México, en los años sesentas, se contaba con algunas vacunas comerciales altamente efectivas contra esta enfermedad, sin embargo existían vacunas y sueros comerciales, que no ofrecían ninguna protección o que sus porcentajes de protección eran inadecuados y otras que al ser aplicadas, producían la enfermedad y mortalidad en los cerdos. En 1975, los esfuerzos realizados por el INIP (ahora INIFAP), en coordinación con los científicos de la Universidad de Cornell, U.S.A., dieron como resultado el que la entonces SARH (después SAGARPA) de México, contara con una excelente vacuna mejorada, la PAV-250. También se demostró que esta vacuna tenía características superiores a las vacunas comerciales existentes. Posteriormente (1986), en el proyecto de FPC dirigido por el M. A. Pablo Correa Girón, se desarrollaron técnicas para la producción industrial de la vacuna PAV-250, mediante las cuales se produjeron lotes de semilla PAV-250 con títulos muy altos (106.0 TCID50%). Así mismo se logró desarrollar un sistema mediante el cual se pudo replicar la semilla PAV-250 en cultivos celulares libres de contaminación por el virus de Diarrea Viral Bovina (DVB), con lo cual se obtuvo una vacuna con mayor título y libre de contaminantes que confiere alta protección. Lo anterior se logró al descubrir que las células PK-15, utilizadas, estaban contaminadas con el virus de DVB, y esto era la causa de obtener lotes de semilla y vacuna con bajos títulos, por lo que se procedió a irradiar el suero comercial (utilizado en la preparación del medio de cultivo), con rayos Gamma, inactivarlo a 56 C y ultrafiltrarlo, de esta manera, las células PK-15 se encontraban libres de contaminación con el virus de DVB, y al ser utilizados en la producción de la vacuna, además de usar un estabilizador adecuado, se lograron producir lotes de vacuna con altos títulos. Se realizaron pruebas de seguridad a la vacuna PAV-250, demostrando que después de la aplicación de 5 dosis vacunales (10 ml), en los cerdos no se presentó ningún signo clínico de la enfermedad, lesión o muerte atribuible a la vacuna. Además a la vacuna se le dieron hasta 5 pases en células PK-15, sin que se alteraran sus propiedades. La tecnología desarrollada por el INIFAP en la producción de la vacuna PAV-250, se puso al servicio de la Productora Nacional de Biológicos Veterinarios (PRONABIVE), y a la industria privada (Laboratorios SANFER y Litton), hecho que contribuyó al éxito de la Campaña Nacional de Erradicación de la FPC, por contar ya con un biológico eficiente para erradicar la FPC. La vacuna ocupó el segundo lugar en ventas en el país, preferencia que se logró en un período de poco más de 2 años en el mercado, quedando, por selección de los porcicultores, como la única vacuna a ser utilizada en la Campaña de Control y Erradicación de la FPC. Así mismo se elaboraron lotes de conjugado contra la FPC, necesarios para el diagnóstico y las pruebas que se realizaban sobre la misma vacuna; los cuales fueron altamente específicos, dicho conjugado fue utilizado en el diagnóstico de la enfermedad y vendido a la industria privada y proporcionado a través de la FAO (ONU) a varios países de Latinoamérica. El conjugado es de excelente calidad, con un título de anticuerpos que resultó satisfactorio y que tiñó específicamente al virus de la FPC, y fue constatado por el CENASA que lo utiliza de manera rutinaria. 18 Posteriormente, en 1986, se volvió a elaborar un suero hiperinmune de FPC, logrando un título muy alto de anticuerpos (1:16304), con el cual se realizó un nuevo conjugado. La vacuna PAV-250, fue un biológico ideal para las campañas de vacunación de la SAGARPA, especialmente en el caso de los cerdos de traspatio y de áreas rurales, ya que se podían vacunar, desde los lechones de un día de edad, hasta las cerdas gestantes (en cualquier estado de la gestación) sin ningún problema, y sin ninguna limitación. A continuación y de forma más extensa, se describen los trabajos desarrollados sobre las características de la vacuna PAV-250. ORIGEN DE LA CEPA VACUNAL PAV-250. La cepa PAV-1 fue obtenida inicialmente en la Universidad de Cornell, Ithaca, Nueva York, EUA, a partir de la cepa A del virus de FPC, esta cepa fue propagada por pases seriados de cultivos celulares. Inicialmente mataba a los cerdos pero después de ser pasada 40 veces en la línea celular PK-15, ya no fue letal, posteriormente al pase 70 ya no podía ser transmitida de los cerdos vacunados a los cerdos susceptibles puestos en contacto; siempre y cuando éstos procedieran de madres inmunes. Pero en ese momento todavía se podría transmitir si se utilizaban cerdos procedentes de madres susceptibles. Al pase 250, en pruebas preliminares, se observó que el virus no se difundía de los cerdos vacunados a los cerdos completamente susceptibles. Cuando ya se le habían dado los 250 pases, desafortunadamente ya había sido prohibida en los EUA, la utilización de cualquier tipo de vacuna contra la FPC. Por esta razón la semilla de esta vacuna fue mantenida en el congelador durante 4 años; y después en refrigeración (liofilizada), durante 3 años; teniendo entonces un título de --103.5 TCID 50% /ml. Fue donada a México al entonces INIP, y fue estudiada a partir de 1974. Los trabajos fueron encaminados a estudiar todas las características de dicha vacuna. INOCUIDAD Se observó que después de aplicar una dosis de la vacuna PAV-250, en los cerdos vacunados no hubo hipertermia, leucopenia, ni se presentaron signos clínicos a causa de la vacunación. Por lo que se consideró que la vacuna fue inocua y no alteraba los parámetros productivos ni los reproductivos al ser aplicada en las cerdas en celo, y/o en cualquier etapa de la gestación. PERMANENCIA DEL VIRUS VACUNAL EN LOS TEJIDOS DE LOS CERDOS VACUNADOS Y EN SANGRE En pruebas preliminares se observó que en los cerdos vacunados con la cepa PAV-250, al sacrificarlos en diferentes periodos, el antígeno del virus vacunal se detectó en varios tejidos en los días 5 y 7, mientras que a los 10, 30 y 40 días, dicho antígeno no estuvo presente. En trabajos posteriores se determinó el período de permanencia del virus vacunal cepa PAV-250 en las tonsilas y en sangre a partir de cerdos vacunados. Para la detección del virus en las tonsilas, se emplearon las técnicas de aislamiento viral en CC, Inmunofluorescencia Directa (IFD) y la transcripción reversa-reacción en cadena de la polimerasa anidada (RT-PCRn), para lo cual se utilizaron 18 cerdos de 30 kg, libres de anticuerpos contra la FPC, 6 de los cuales se dejaron como controles y 12 se vacunaron el día 0 con 2 ml/vía IM, con la cepa vacunal PAV-250, y se sacrificaron 2 animales 19 vacunados y uno no vacunado los días 4, 6, 15, 21, 28 y 35, a los animales sacrificados se les extirparon las tonsilas para trabajarlas por las técnicas descritas arriba. Los resultados mostraron que el virus vacunal, se logró detectar por aislamiento viral e identificación por inmunofluorescencia directa (IFD) los días 4, 6, 15, 21 y 28 postvacunación (PV), en cortes de tejidos por IFD los días 4, 6, y 15 PV; por la técnica de RT-PCRn, los días 4, 6, 15 y 28 PV, y en los cerdos controles no se logró detectar al virus. Por lo que se concluye que la cepa PAV-250 estuvo presente en las tonsilas del día 4-28 PV. Por otra parte, la detección de la cepa PAV-250 en sangre, fue solamente determinada por la técnica de RT-PCRn, en otro trabajo en donde se utilizaron 10 cerdos, 5 vacunados con la cepa PAV-250 con 2 ml/IM, y otros 5 animales que fueron controles a los que no se les vacunó; a todos se les tomó muestras de sangre con EDTA los días 0, 7,14, 21, 28, 35 y 42. Los resultados mostraron que el virus vacunal sólo fue detectado el día 7 PV en 3 de los cinco cerdos vacunados y no se detectó en los controles negativos; por lo que se concluye que el virus se encontró en sangre en un periodo muy corto (7 días PV) en comparación con su detección en tonsilas (28 días PV). PROTECCIÓN CONFERIDA En el INIP (ahora INIFAP), se realizaron pruebas de potencia e inocuidad a diferentes vacunas comerciales de 1972 a 1982, con estas pruebas se demostró, que muchos de los biológicos producidos por los laboratorios comerciales, no contaban con las especificaciones requeridas para su uso y fueron retirados del mercado. También se comprobó, que existían vacunas con excelentes propiedades de seguridad y potencia, todos estos trabajos realizados por el CENID-MA, INIFAP, forjaron la base para poder iniciar el control y erradicación de la FPC en México. Con todos estos estudios se pudo establecer una Norma Oficial Mexicana, donde se exigía probar cada lote de vacuna producido en los diferentes laboratorios comerciales. Según la NOM-036-ZOO-1996, en las pruebas de potencia oficiales realizadas en el CENASA, se exigía que cada lote probado de vacunas comerciales, tuviera un mínimo de 80% de protección, ante una dosis de desafío que tendría que matar a por lo menos el 80% de los cerdos controles. Estas pruebas se realizaron con la vacuna en estudio diluida 1:100. Los lotes que no pasaban la prueba de potencia satisfactoriamente, no se les autorizaba su venta al público y las instituciones gubernamentales responsables de ello son CONASA y DGSA. De modo que cada lote certificado por la SAGAR, de las distintas vacunas mencionadas, que se utilizó en la piara nacional, tenía la garantía de haber sido probado y de que pasó satisfactoriamente las pruebas de inocuidad, potencia y de no diseminación. Tomando en cuenta lo anterior; en caso de que se descubriera que en el campo llegara a fallar algún lote de vacuna, de cualquier marca, se debería sospechar primeramente de alguna falla en la cadena fría, porque todos los lotes aprobados oficialmente habían sido ya probados en cuanto a su inocuidad, potencia y no diseminación. DISEMINACIÓN DEL VIRUS VACUNAL DE LOS CERDOS VACUNADOS A LOS NO VACUNADOS. Desde que se realizaron los primeros estudios, el virus de la vacuna PAV-250, demostró que no se diseminaba de los cerdos vacunados a los susceptibles puestos en contacto. En condiciones controladas, a los cerdos se les aplicaron dos dosis y hasta cinco dosis y se observó que no se diseminaba el virus de la vacuna PAV-250, además de seguir siendo inocua. Esto se demostró no solo en condiciones controladas, sino también 20 dejando que convivieran los cerdos vacunados con los controles no vacunados, en condiciones de campo, por períodos de 51, 116, y 206 días, en Huimanguillo, Tabasco, localizado en un clima tropical, en donde abundan los mosquitos y demás posibles vectores. Esta característica de que no se diseminen los virus vacunales, se comprobó rutinariamente, en condiciones controladas, con cada lote de vacuna presentado para ser probado en el CENASA, DGSA, SAGARPA. POSIBILIDADES DE REGRESIÓN A LA VIRULENCIA Dado que la PAV-250 no se disemina de los cerdos vacunados a los susceptibles puestos en contacto, no existieron posibilidades de que se tornara virulento, puesto que por lo mismo, no había posibilidades de que se transmitiera de cerdo a cerdo. En cambio las vacunas preparadas con la cepa China y con la cepa GPE, dado que sí se diseminan, al sufrir pases seriados en los animales susceptibles, siempre correrán el riesgo de revertir a la virulencia. INTERFERENCIA CON LA VIGILANCIA SEROEPIZOOTIOLÓGICA DURANTE LA CAMPAÑA Refiriéndose a la Campaña Nacional de Control de la Fiebre Porcina Clásica (CNCFPC), en las áreas que estaban en la Etapa de Control, se vacunaba a los cerdos en forma intensiva. Mientras que en la etapa de erradicación, se prohibió la vacunación y lo mismo en la etapa de libre de FPC, de modo que si en la primera etapa se vacunaba con una cepa que se diseminara, este virus vacunal podría circular en las poblaciones porcinas; y al dejar de vacunar, durante las siguientes dos etapas, el virus vacunal podría seguir circulando entre los cerdos susceptibles, de manera que cuando fueran muestreados los cerdos que no fueron vacunados previamente, algunos resultarían seropositivos y no se podría determinar fácilmente si los anticuerpos detectados correspondían a los estimulados por el virus vacunal que estaba circulando, o si se trataba de un virus de campo de baja patogenicidad. Lo mismo ocurriría al introducir a estas granjas cerdos centinelas seronegativos, por lo tanto, las vacunas que sí se diseminaban, podrían interferir con la vigilancia seroepizootiológica, que se realizaría durante las dos últimas etapas de la CNCFPC, con el fin de certificar que las piaras ya estuvieran libres de FPC y que el virus ya no estuviera circulando en ellas. Por lo que las vacunas elaboradas con la cepa China y con la cepa GPE (las cuales sí se diseminaban) conducían a esta situación; mientras que la vacuna elaborada con la cepa PAV-250, no ocasionaban estos problemas, porque el virus no se disemina. RIESGO DE QUE LA VACUNA PUEDA DIFUNDIR OTROS VIRUS CONTAMINANTES Las vacunas elaboradas en líneas celulares, que no contienen contaminantes patógenos, no corren el riesgo de difundir en las poblaciones porcinas, otros virus contaminantes patógenos para el cerdo. Tal es el caso de la vacuna PAV-250, que es elaborada con la línea celular PK-15, la cual está libre de virus contaminantes. La vacuna producida con la cepa China no corre este riesgo cuando se elabora en conejos SPF, por ser éstos de una especie diferente, lo mismo cuando es elaborada en líneas celulares limpias de virus contaminantes. La cepa Minnesota también fue elaborada en líneas celulares. Por otra parte, la cepa PAV-1, que fue preparada en cultivos celulares primarios, a partir de médula ósea de cerdos comerciales aparentemente sanos (considerando que en 21 México desafortunadamente fue difícil encontrar cerdos libres de determinados gérmenes patógenos conocidos). Al realizar las pruebas de inocuidad, se confiaba que al inocular cerdos no vacunados contra la FPC, si no se enfermaban, se daba por bueno el lote de vacuna. Sin embargo, por no utilizar cerdos SPF, no se pudo confirmar, que no hubiera agentes patógenos contaminantes en algún lote de las vacunas elaboradas en cultivos primarios, desafortunadamente éste fue un punto débil de la referida vacuna. Respecto a la vacuna GPE, que fue elaborada en cultivos celulares primarios de riñón de cobayo, investigadores japoneses, encontraron Herpervirus contaminante en los cultivos primarios hechos a partir de riñones de cuyes mexicanos, del cual se desconoce su significado para la salud de los cerdos. Siendo ésta una de las razones por lo cual, para su fabricación, se tuvieron que utilizar cobayos SPF, lo que dificultó su producción. Otro contaminante patógeno que puede estar presente en el suero fetal bovino, es el virus VDVB, dicho suero es utilizado en forma rutinaria en la preparación del medio de cultivo para producir CC y con frecuencia se pueden contaminar con el VDVB. También Holanda informó de brotes ocurridos en lechones de pocas semanas de edad, después de que sus madres gestantes fueron vacunadas contra la FPC y se atribuyeron esos brotes a la contaminación de la vacuna comercial, con el VDVB o con el virus de la enfermedad de la frontera de los borregos. En la elaboración de la vacuna PAV-250, se siguieron procedimientos que aseguraron que el suero fetal bovino (SFB) no estuviera contaminado con el VDVB o con algún otro microorganismo viable. Por lo que se recomendó irradiar (esterilizar) el SFB con rayos gamma y ultrafiltrado; también se recomendó la utilización de medios de cultivo preparados con substitutos del suero fetal bovino. EFECTIVIDAD EN ZONAS CON ALTO MICROBISMO AMBIENTAL Con la vacuna PAV-250 se logró el control de la FPC en el Sur de Sonora (en 1984, cundo se inicia la CNEFPC). Posteriormente la PAV-250 se aplicó en La Piedad, Michoacán y áreas aledañas con un éxito total (en donde la FPC se presentaba con muy alta frecuencia y con alta patogenicidad). En esta región, el mal manejo de los cerdos, las deficientes condiciones sanitarias y el alto microbismo ambiental dificultaron el que otras vacunas fueran igualmente eficientes. Desgraciadamente la cepa GPE no dio el mismo resultado en las áreas con alto microbismo ambiental, de modo que los porcicultores y los laboratorios que la producían aparentemente se desalentaron y finalmente dejaron de producirla. TIEMPO EN QUE TARDA EN PROTEGER LA VACUNA En investigaciones realizadas en el CENID-Microbiología, INIFAP, se demostró que la vacuna PAV-250, cuando se aplicó 3 días antes de la exposición de los cerdos con el virus patógeno de FPC, los animales mostraron signos a causa del virus de desafío, pero se recuperaron con 0% de mortalidad. Cuando la vacuna se aplicó a los 5 días antes de la exposición, ninguno de los cerdos mostró signos de FPC, ni mortalidad a causa del virus patógeno de exposición. De modo que cuando la vacuna PAV-250 se aplicaba en una piara en donde ya estaba establecido un brote de FPC, a los pocos días después ya no aparecían casos nuevos de FPC; esta experiencia se confirmó en México por muchos médicos veterinarios. 22 Algunos investigadores reportan que la cepa China producía inmunidad en 5 días, con producción de interferón a los 3 o 4 días postvacunaciòn y la cepa GPE también confería protección cuando era aplicada entre los 3 a los 5 días antes de la aplicación del virus patógeno. VACUNACIÓN DE CERDAS GESTANTES Y EN CELO En experimentos controlados, se demostró que la vacuna PAV-250 podía ser aplicada en las cerdas en celo, o en cualquier tercio de la gestación, sin que la vacuna afectara los parámetros reproductivos y/o productivos; esto fue realizado utilizando cerdas sin memoria inmunológica contra FPC (puesto que no habían sido vacunadas). Estas observaciones fueron comprobadas en diversas granjas porcinas comerciales, aclarando que la vacunación de las hembras en celo y/o gestantes, sólo se recomienda en casos de emergencia, en presencia de un brote, o ante el peligro de brotes de FPC en áreas vecinas y que lo más aconsejable fue respetar el calendario de vacunación tradicional de la granja. El objetivo de la vacunación sobre brote, fue para no perder hembras y sementales que puedan tener un alto valor genético; y para reducir las posibilidades de amplificación del virus patógeno de campo en la población y con ello tratar de evitar lo más posible que se difundiera a otras granjas o regiones susceptibles. La vacuna GPE fue probada en cerdas gestantes que tenían memoria inmunológica (previamente vacunadas con una vacuna inactivada), y se encontró que en estas condiciones no se alteraron los parámetros reproductivos. La cepa China no produce efectos dañinos en hembras gestantes. Por otra parte, de acuerdo con las recomendaciones del laboratorio productor: a) la vacuna PAV-1 no se recomendaba para ser aplicada en cerdas gestantes; y b) la cepa Minnesota se consideraba que era patógena para las cerdas que estaban preñadas. Este punto fue muy importante en la campaña contra la FPC, durante las vacunaciones en producción de cerdos de traspatio y en granjas tecnificadas, porque al ser posible la vacunación de las cerdas gestantes, no quedarían focos de animales susceptibles, no vacunados. VACUNACIÓN DE LOS LECHONES La vacuna PAV-250 puede ser aplicada en animales de uno a 21 días de edad, a dosis doble (4 ml), sin que sea patógena para ellos. Las pruebas de vacunación con esta vacuna, realizadas en Huimanguillo, Tab., con el subsecuente desafío en las unidades de aislamiento del CENID-Microbiología, en Palo Alto, D.F., demostraron que esta vacuna confirió 100% de protección a los lechones vacunados a diferentes días (1, 7, 14 y 21 días de edad), mientras que sus hermanos de camada, que no fueron vacunados, y que permanecieron en contacto con ellos, por 51, 116 y 206 días, fueron completamente susceptibles, ya que, al ser expuestos mostraron 100% de mortalidad. Esto también fue muy importante porque durante la campaña, al vacunar a los lechones de traspatio y de las granjas, con la vacuna PAV-250, sin que se queden animales sin vacunar, no se dejarán focos de animales susceptibles, que posteriormente se podrían infectar. Si no se toma en cuenta este factor, para poder hacer la vacunación de la población porcina completa, sería más difícil terminar con los brotes y sería más laboriosa la erradicación de la FPC de una región. Respecto a la “cepa” China, cuando se trata de lechones procedentes de cerdas inmunizadas con esta vacuna, se recomienda su aplicación en cerdos de una semana de edad. Goret (1973), señala que las “cepas” Chinas son más sensibles a los anticuerpos específicos contra FPC que otras “cepas”, por lo que deben ser usadas sin la aplicación simultánea de suero hiperinmune y nunca en cerdos menores de 3 meses de edad, cuando estos proceden de cerdos inmunes. 23 La vacuna GPE, de acuerdo con las publicaciones de autores japoneses, cuando es aplicada en animales menores de 30 días, no confiere protección, porque hay interferencia por parte de los anticuerpos maternos; ya que si se aplica a los 30 días de edad, sólo quedarán protegidos el 50% de los lechones; y si se aplica en lechones mayores de 30 días de edad, sí conferirá la protección esperada, porque en estos últimos los niveles de anticuerpos maternos ya son sumamente bajos, por lo cual ya no interferirán con la vacunación. Por lo que al utilizar estas últimas vacunas, se correría el riesgo de no poder vacunar a los lechones jóvenes o de que fueran vacunados y que no quedaran inmunes, lo cual podía interferir en forma importante con el desarrollo de la campaña contra FPC, porque quedarían focos de animales susceptibles, que en un futuro podrían infectarse con el virus de la FPC patógeno (virus de campo). UTILIZACIÓN DE LA VACUNACIÓN EN EL CONTROL DE BROTES ACTIVOS DE LA FPC. Como se mencionó anteriormente la vacuna PAV-250 puede ser utilizada en el control de los brotes de FPC y esto ya fue comprobado por muchos médicos veterinarios en distintas granjas. Ante un brote de FPC, es recomendable aplicar la vacuna PAV-250 a dosis doble (4ml por animal), para así lograr que en 4 ó 5 días ya no aparezcan nuevos casos de FPC, esto es muy importante, para evitar más pérdidas de animales a causa de la morbilidad y la mortalidad y aún más, para evitar que los cerdos con el virus patógeno se disemine en la granja afectada, y con ello exista una mayor posibilidad que se infecten otras granjas y/o a otras áreas porcícolas. De modo que al vacunar, se limitará la cantidad de producción del virus patógeno y también se reducirá el período de producción del mismo, en los cerdos infectados de la granja, consecuentemente pocos días después de la vacunación ya no aparecerán casos nuevos de la enfermedad. UTILIZACIÓN DE LA VACUNACIÓN EN LA ERRADICACIÓN DE LA FPC. Con anterioridad, en otros países, como los EUA y en varios de los países europeos, la erradicación de FPC se logró mediante el sacrificio de las piaras afectadas, lo cual conlleva a gastos enormes por concepto del sacrificio e indemnización a los dueños de los animales. Por otra parte, con la vacuna PAV-250, desde que se usó por primera vez en el control de un brote de FPC, en Santiago Cuautlalpan, Municipio de Texcoco, Estado de México, se observó que hay evidencias epizootiológicas de que las cepas patógenas podían ser erradicadas de una granja si esta vacuna era utilizada en forma constante y permanente, por periodos de un año o más, lo cual permitió reducir al mínimo los gastos de erradicación de la FPC. El control de la FPC en el sur de Sonora (en los brotes ocurridos en 1984) fue logrado con la vacuna PAV-250, después de este éxito esta vacuna, poco a poco fue utilizada en todo el país notándose su superioridad en áreas de alto microbismo ambiental, como en La Piedad, Michoacán y alrededores, en donde la frecuencia de la FPC era alta, así como el grado de patogenicidad de las cepas de campo que allí existían. Al analizar el historial epizootiológico de la FPC en México, se puede llegar a la conclusión de que la vacuna PAV-250, ha contribuido en forma importante a la erradicación de esta enfermedad en amplias áreas del país. La importancia de la contribución de esta vacuna, se puede deducir tanto por el número de dosis aplicadas (aproximadamente 30 millones de dosis), como por haber servido de modelo para la Campaña de Control y Erradicación de la FPC. La Dirección General de Salud Animal retiró del mercado (en 1981) a todas las vacunas que no ofrecían una inocuidad y una potencia satisfactorias, tomando como base las características de la vacuna PAV-250. Esta vacuna, fue utilizada en la Campaña contra la FPC en México y se está usando con 24 éxito también en varios países de Centro América (Honduras, Guatemala, y República del Salvador), lo que representa divisas para el país. La vacuna PAV-250 se utilizó desde 1979, y sus beneficios para la porcicultura nacional, hasta el momento radican en que los 400 a 800 brotes de esta enfermedad que se reportaban anualmente (de 1960 a 1980), se redujeron aproximadamente en un 99%; ya que en los años 2000 y 2001 hubieron 12 brotes reportados en cada año; en el 2002 y 2003 hubieron 6 brotes respectivamente; en 2004 3 brotes y hasta el 10 de mayo del 2005 se reportó un brote; por lo anterior se puede decir que el país ha dejado de perder por lo menos 26,000 millones de pesos, en los últimos 26 años, así mismo el INIFAPCENID- Microbiología ha participado con la vacuna y con su asesoramiento técnico a la Campaña de Control y Erradicación de la Fiebre Porcina Clásica. Finalmente, esto: a) Ha repercutido en un mejor precio de la carne de cerdo para el consumidor; b) Ha contribuido a la entrada de divisas, propiciando la exportación de carne de cerdo (de regiones libres de FPC como Sonora) hacia Japón; y c) se logró erradicar la FPC de México, gracias a la utilización de esta vacuna, sin menos preciar la participación de la Dirección General de la Salud Animal, organizaciones de porcicultores, de la Industria Farmacéutica y del gremio de Médicos Veterinarios del país. 25 V.- CONCLUSIÓN Con base en las características de las vacunas, contra la fiebre porcina clásica utilizadas en México; se concluye que la mejor vacuna fue la PAV-250. GRACIAS A ÉSTA SE LOGRÓ ERRADICAR LA ENFERMEDAD EN MÉXICO A PARTIR DEL 30 DE ENERO DEL 2009. 26 VI.- LITERATURA CONSULTADA Anaya EA., Correa-Girón P., Coba AMA. 1994. Determinación del tiempo mínimo en que protege la vacuna PAV-250 contra la Fiebre Porcina Clásica. XIV Congreso PANVET, Acapulco, Gro. Méx. pp. 89. 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Atalo Cándido Martínez Lara CENID-Microbiología- INIFAP Dr. Victor Tenorio Gutiérrez CENID-Microbiología-INIFAP PORTADA Ing. Karina Alcantara Acuña CENID-Microbiología- INIFAP Para mayor informes: Km. 15.5 Carretera México-Toluca Col. Palo Alto, D.F., C.P. 05110 Tel. (55) 36180800 ext. 49 Fax: (55) 36180805 Correo Electrónico [email protected] [email protected] 36