La familia en Derecho Civil

La familia en Derecho Civil
LA FAMILIA EN DERECHO CIVIL
Sesión No. 1
Nombre: Nociones generales en Derecho civil
Contextualización
En su origen, el derecho civil o “ius civile”, fue el único derecho propio para la
población libre de Roma. Inicialmente no fue una rama del derecho, sino el
conjunto de disposiciones jurídicas que regulaba asuntos como las funciones de
los magistrados y funcionarios, es decir, protegían a un sector de la población
romana, los llamados “civitas,” durante el imperio de derecho público.
Algunos rasgos de la tendencia universal del derecho civil los encontramos hoy
en día, por ejemplo, el Código Civil para el Distrito Federal en materia de tronco
común y para toda la República en materia federal, que contiene normas
aplicables para todas las ramas del derecho.
El estudiante reconocerá que el derecho civil, también conocido como derecho
común, regula las relaciones entre las personas, tales como: personalidad,
capacidad, familia, patrimonio, contratos de bienes y obligaciones. Además
admitirá que la familia es la célula de la sociedad, es decir, una pequeña parte
de ésta, pero sin la cual no existiría.
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LA FAMILIA EN DERECHO CIVIL
Introducción al Tema
En esta primera sesión se sentarán las bases del acto jurídico y del derecho civil
para poder entender cabalmente la asignatura. Se analizará los propósitos del
acto jurídico, la manera de crearse, de cambiar y de suprimir los derechos y
obligaciones. Asimismo, se estudiará la forma en que puede darse la invalidez,
sobre todo cuando se tiene una serie de vicios internos y externos.
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Explicación
Teoría del acto jurídico, elementos de existencia y de validez
¿Cuál es la importancia del acto jurídico en derecho?
La importancia de la teoría del acto jurídico es enorme; no se puede concebir al
derecho sin un hecho o acto jurídico que le dé nacimiento, modifique, transfiera o
extinga. Esta teoría no es exclusiva del derecho civil, debido a que tiene
implicaciones en otras ramas como el penal, también puede ser aplicada en
otras materias como el administrativo, agrario, etc.
Dado que los hechos y actos jurídicos producen derechos y obligaciones,
encontramos elementos de existencia y requisitos de validez que le dan vida
como: los sujetos de derecho, personas físicas o morales; los objetos de
derecho, que es la conducta prohibida o permitida por la ley; y por último, la
relación jurídica, que es la situación en la que se encuentran dos o más
personas y que está contemplada por la ley.
Uno de los conceptos fundamentales en la materia es el supuesto jurídico, que
entenderemos como las circunstancias específicas que deben darse a un caso
dado, por ejemplo:
Para que la adopción se dé –según el Código Civil para el Distrito Federal
Artículo 390–, el adoptante debe ser mayor de 25 años, libre de matrimonio, en
pleno ejercicio de sus derechos, y debe existir una diferencia de edad entre éste
y el adoptado de 17 años; sólo cubriendo estos requisitos podrá adoptar a uno o
más menores, o un incapacitado, aún cuando éste sea mayor de edad. De ahí
se generarán a su vez más derechos, obligaciones y supuestos.
Las consecuencias de derecho, es decir, la creación, transmisión, modificación,
y la extinción de derechos y obligaciones; así como, las sanciones y penas
establecidas por el orden jurídico, la cópula, no es otra cosa que el vínculo
existente entre el supuesto jurídico y las consecuencias de derecho (Tapia,
2002: 279).
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El vocablo “acto” tiene una variedad de significaciones, pues en él se comprende
una acción y una conducta objetiva que produce transformaciones en el medio
ambiente, por ejemplo, aquel que edifica una casa, una realización solemne
“ceremonia”, el que se emplea para dividir las partes principales de una obra
escénica y también, como espacio de tiempo.
Marcel Planiol dice sobre el acto: si designa una operación jurídica, le
corresponde la palabra latina negotiu, mientras que si alude a un documento
destinado a probar alguna cosa responde al término instrumentum; de ahí la
prueba instrumental implicando todas las pruebas documentales. Otra forma de
denominación es cuando nos referimos a algún “hecho”, tanto una acción u obra,
como un suceso; pero podemos utilizarlos como aquello que ya está hecho, es
decir, acabado y completo.
Al respecto, Bonnecase, dice: es una manifestación exterior de voluntad,
bilateral o unilateral, cuya función directa es engendrar, fundándose en una regla
de derecho, en contra o en provecho de una o varias personas, un Estado, es
decir, una situación jurídica permanente o al contrario de efecto limitado que
conduce a la formación, modificación o extinción de una relación de Derecho”
(Domínguez, 2006: 496).
Actos jurídicos
Por otro lado, tenemos los actos jurídicos que son la manifestación externa de la
voluntad realizada con la finalidad de producir las consecuencias de derecho, es
decir, con el propósito de crear, transmitir, modificar o extinguir derechos y
obligaciones. Los actos jurídicos se subdividen en:
•
Unilaterales: Sólo interviene la voluntad de una persona quien es el que lo
realiza con plena consciencia de que se producirán las consecuencias de
derecho, podría ser el caso de un testamento o la remisión de una deuda;
ambos actos no requieren de la aceptación del beneficiario, excepto en los
casos en los que la ley lo prohíbe.
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•
Bilaterales: Son aquellos que requieren de la voluntad de dos o más
personas, es decir, que siempre habrá dos partes independientemente del
número de personas que intervengan. Por ejemplo, dos vendedores y tres
compradores, en este caso son cinco personas pero dos partes. Los actos
jurídicos bilaterales pueden ser: un convenio (Artículo 1792 y 1793 del
código civil para el Distrito Federal) que producen el nacimiento,
transmisión, modificación o extinción de derechos y obligaciones; o un
contratos (artículo 1794 en adelante del código civil para el Distrito Federal)
que sólo crean o transmiten derechos y obligaciones.
De lo anterior podemos decir que todo contrato es un acto jurídico, pero no todo
acto jurídico es un contrato. Cabe aclarar que para el código civil todas las
disposiciones jurídicas serán aplicables a cualquier acto jurídico, siempre que no
vayan en contra de la naturaleza del mismo.
Invalidez del acto jurídico
¿Qué sucede con el acto jurídico cuando no cumple con los requisitos de
validez?
Cuando el acto jurídico, sea cual sea éste, no cumple con alguno de los
requisitos de validez, la consecuencia inmediata es la invalidez del mismo. Cabe
aclarar que no es lo mismo la inexistencia que deriva de la carencia de alguno
de los elementos de existencia, ya sea falta de consentimiento de las partes para
celebrar el acto, ausencia del objeto o que este sea imposible, es decir, no se
encuentre en el comercio, en la naturaleza, sea indeterminado o indeterminable
en cuanto a su especie. Esto último se explica con el ejemplo de aquella persona
que insiste en venderle a otra una porción de terreno en la luna a fin de que si
sucede algo en la tierra pueda trasladarse para allá.
Por otro lado, debemos recordar que los únicos actos jurídicos solemnes en
nuestro país son: el matrimonio y los testamentos. Por tanto, el cumplimiento de
las formalidades que la ley expresamente marca para estos casos produce la
inexistencia del mismo.
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Por su parte, la nulidad o invalidez del acto jurídico se produce por ilicitud en el
objeto en el fin o condición, incapacidad de las partes, porque exista alguno de
los vicios de la voluntad señalados con anterioridad y, por último, porque no se
cumplan las formalidades que para el caso concreto señale la ley.
La nulidad puede ser absoluta o relativa, así el Código Civil para el Distrito
Federal, en materia de fuero común para toda la República, establece que la
ilicitud en el objeto, motivo o condición producen la nulidad, ya sea absoluta o
relativa según lo disponga la ley. Asimismo establece las características de la
nulidad absoluta: no desaparece por confirmación (en términos generales) o
prescripción, no impide que el acto produzca provisionalmente sus efectos, en tal
caso serán destruidos retroactivamente cuando haya un pronunciamiento de
nulidad por parte del juez respectivo y de ella puede valerse todo interesado.
La nulidad es relativa cuando no se reúnen las circunstancias anteriores,
produciendo provisionalmente sus efectos. Cuando no se observa la forma
establecida por la ley, cuando existen vicios de la voluntad de los contratantes o
por incapacidad de los mismos. En este tipo de nulidad, el acto puede ser
convalidado, es decir, los interesados pueden hacer lo necesario para que el
vicio desaparezca.
En resumen, ambas nulidades se distinguen en que en la absoluta no
desaparece por confirmación o por prescripción, es definitiva, se puede invocar
por todo interesado. La relativa no reúne estas características. En ambas
produce provisionalmente sus efectos legales los cuales se destruyen cuando un
juez pronuncia la nulidad.
Por último, es de vital importancia hacer mención que en el terreno de la
inexistencia y la nulidad o invalidez del acto jurídico la doctrina de repente pierde
sus dimensiones, sin embargo, el Código Civil establece en materia de contratos
las bases a partir de las cuales, el juez en cada caso concreto y de acuerdo con
las circunstancias del mismo, pueda declarar que el acto jurídico es inexistente o
inválido.
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Conclusión
Al ser el derecho un conjunto de normas jurídicas que regulan la conducta de los
hombres en sociedad, es de vital importancia establecer, en primer término, qué
clase de conducta es, si corresponde al derecho civil sancionarla, al derecho
penal, al laboral o a cualquier otro; si es que se encuentra plasmada en nuestras
leyes o hay que acudir alguna otra fuente del derecho. Por último pudiera darse
el caso de que esa situación no fue provocada por el hombre y aún así produjo
consecuencias de derecho.
Cuando la conducta del hombre es plenamente consciente y se busca producir
consecuencias legales (es el caso de los actos jurídicos), es necesario que dicho
acontecimiento exista jurídicamente, por tanto, debe cumplir con los elementos
de existencia. Asimismo, para que surta los efectos deseados debe ser
legalmente válido; por lo anterior, deben quedar claros la teoría del acto jurídico,
los elementos de existencia y los requisitos de validez, así como su importancia
en el mundo del derecho.
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Para aprender más
Hecho jurídico
La clasificación tradicional de los hechos jurídicos (teoría francesa) contempla al
hecho jurídico en sentido amplio como aquel acontecimiento que se produce; ya
sea que se trate de un fenómeno de la naturaleza o una conducta humana en la
que se originan consecuencias de derecho. Cabe recalcar que al derecho sólo le
importan aquellos acontecimientos capaces de crear, transmitir, modificar o
extinguir derechos y obligaciones; de manera que la salida del sol o el vuelo de
un ave le son irrelevantes. La doctrina francesa adopta una postura bipartita al
establecer que el hecho jurídico lato sensu (o sentido amplio) se divide en hecho
jurídico en sentido estricto; siendo la manifestación de voluntad del hombre que
genera independientemente de su voluntad efectos jurídicos, esto es,
independientemente de su voluntad se producen consecuencias de derecho.
A su vez, los hechos jurídicos se clasifican en hechos naturales o involuntarios
(en los que la mano del hombre no interviene), tal es el caso de un terremoto o la
erupción de un volcán, es decir, las catástrofes que produce la naturaleza;
también se puede contemplar el nacimiento, la mayoría de edad y la muerte.
Los hechos jurídicos voluntarios, son aquellos que se realizan por la voluntad del
hombre, pero su intención no es producir las consecuencias legales, por
ejemplo, aquel joven que tiene relaciones sexuales con su pareja y resultan
embarazados, la chica le exige matrimonio.
Los hechos jurídicos voluntarios son lícitos cuando, conforme con las leyes de
orden público o las buenas costumbres, son realizados por la conducta del
hombre, tal es el caso de: la gestión de negocios (artículos 1896 en adelante del
código civil para el Distrito Federal), el pago de lo indebido (artículos 1886 en
adelante del código civil para el Distrito Federal) y en términos generales, los
cuasicontratos (casi contratos).
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También encontramos, dentro de esta clasificación, los ilícitos que son
conductas humanas que van en contra de alguna ley de orden público o las
buenas costumbres, aunque la voluntad en el hecho y sus consecuencias exista
o no, éstas se producen.
Pueden ser penales, por ejemplo, la persona que conduce a exceso de
velocidad (conducta sancionada y lo sabe), se le atraviesa alguien y lo mata; en
ningún momento le deseo la muerte a nadie y mucho menos quiso que lo
metieran a la cárcel. Este es un claro ejemplo de un ilícito imprudencial, en el
que el hecho se produce sin la intención de causar un daño, pero por
negligencia o falta de precaución se causa.
En el caso de los ilícitos intencionales son causados por el autor del delito, por
ejemplo, el homicidio calificado. Por último, los hechos jurídicos ilícitos, también
pueden ser civiles como el abuso del derecho (artículo 1912 del código civil para
el Distrito Federal).
Los elementos de existencia del acto jurídico:
El acto jurídico debe constar de ciertos elementos para que tenga en derecho la
eficacia correspondiente. Se encuentran comprendidos en el artículo 1794 del
código civil para el Distrito Federal de la siguiente manera:
La voluntad, manifestación externa de la voluntad cuya finalidad es producir
consecuencias de derecho. Se habla de consentimiento cuando nos referimos al
acuerdo de dos o más voluntades (actos jurídicos bilaterales), por ejemplo, la
compraventa. La voluntad debe ser consciente y libre, carente de presiones, y
producto del querer consciente del sujeto; al respecto, el mismo código
establece (en el artículo 6, 7 y 8) que no puede ir en contra de ninguna ley,
también menciona en qué casos tendrá que ser expresa la renuncia de la
misma. Por otro lado, el Artículo 1839 establece de qué manera pueden las
partes plasmar en un contrato dicha voluntad.
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Al respecto, la ley establece en su artículo 1824 cuál es el objeto de los
contratos, la cosa que el obligado debe dar, el hecho que el obligado debe hacer
o no hacer.
El artículo 1825 nos dice que debe estar en la naturaleza (en términos estrictos)
y ser determinado y determinable en cuanto a su especie, es decir, qué clase de
cosa o prestación, para en base a ello, establecer el tiempo de cumplimiento,
precio, etc.
Por último, debe estar en el comercio, que sea vendible, transferible, etc.
Aclaremos que el objeto materia del contrato es aquello a lo que se obligan las
partes que puede consistir en crear o transmitir, derechos y obligaciones.
Por otro lado, el artículo 1826 nos dice que las cosas futuras pueden ser objeto
de contrato, por ejemplo, la siembra que más adelante se va a cosechar y a
producir un fruto.
Finalmente, el artículo 1827 establece que el objeto debe ser posible (algo que
no esté en la naturaleza o en el comercio, no es posible) y lícito. Un claro
ejemplo podría ser la venta de algún estupefaciente (mariguana); podrá estar en
la naturaleza y posiblemente en el comercio, pero en nuestro país no es lícito.
Cabe mencionar que aunque el artículo 1794 no lo menciona, dentro del
contenido de la ley civil y en la teoría, sí se establece como un elemento de
existencia.
Los artículos 1519 y 1520 mencionan que faltando alguna de las solemnidades,
a que se refiere ese capítulo “testamento”, el notario será el encargado de
subsanar las deficiencias en el acto. El artículo 103 bis habla acerca de que los
matrimonios conjuntos no eximen al Juez del cumplimiento de las solemnidades.
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Por otro lado, el artículo 250 establece que no se admitirá demanda de nulidad
de matrimonio por falta de solemnidades en el acta de matrimonio, cuando a la
existencia del acta se una la posesión de estado matrimonial.
En tal caso, los únicos contratos solemnes que tenemos en nuestro país son el
matrimonio y el testamento, se refiere al formulismo que debe seguir el juez del
registro civil en este acto. Dicho de otra manera, el revestimiento del matrimonio,
la lectura de la cláusula de Melchor Ocampo, la declaración de marido y mujer,
etc.
Es muy importante recordar que los elementos de existencia del acto jurídico le
dan vida al mismo.
De conformidad con el artículo 1795 del código mencionado e interpretado a
contrario sensu, podemos establecerlos de la siguiente manera:
Es la aptitud que tienen las personas para ser titulares de derechos y
obligaciones, es decir, para ejercitarlos por sí mismas. Todas las personas
tienen derechos, pero no todas los pueden ejercer o hacer valer por sí mismas.
El artículo 22 hace alusión a que la capacidad jurídica de las personas físicas se
adquiere con el nacimiento y se pierde por la muerte. Por otro lado, el artículo 23
habla de los menores de edad y el estado de interdicción que son, en todo caso,
considerados como incapaces legalmente para ser titulares de derechos y
obligaciones.
El artículo 450 menciona a los menores de edad no emancipados, los enfermos
mentales, alcohólicos, drogadictos y mayores de edad con alguna enfermedad
reversible o irreversible de carácter físico, sensorial, intelectual emocional o
mental. Tienen incapacidad los extranjeros para adquirir inmuebles en las franjas
fronterizas y en las costas mexicanas.
Dice la ley en su artículo 1812 que el consentimiento no es válido si se da por
error, violencia o dolo.
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Como se puede observar, nuevamente se hace hincapié en la voluntad (también
es un elemento de existencia). En este caso la eficacia plena del acto jurídico
depende de que la voluntad sea libre y consciente, los vicios de la misma son
aquellas circunstancias que impiden la libre manifestación. Dice la ley en su
artículo 1812 que el consentimiento no es válido si se da por error, violencia o
dolo. La doctrina también considera a la mala fe y el temor.
El error es la idea falsa de la realidad, hay discrepancia de la misma. La ley
establece que no debe haber error en el objeto directo del acto porque de tal
suerte, éste será inválido.
Existen 3 clases de error de acuerdo a la ley (artículos 1813 y 1814 del código
civil para el Distrito Federal):
•
El error de hecho que recae sobre el objeto materia del contrato, por
ejemplo, una persona cree comprar un auto marca Nissan modelo 2005,
pero en realidad es 2001; también puede recaer sobre la identidad de una
persona, al creer que está contratando con Juan pero en realidad es
Pedro; o bien, puede ser sobre la sustancia del objeto, esto es, una cree
estar arrendando, cuando la otra cree estar comprando en cómodas
mensualidades.
•
El error de derecho es sobre un falso concepto o interpretación de la
norma jurídica.
•
Por último, el error de cálculo (artículo 1814) es aquel en el que alguno de
los contratantes calcula en más o en menos lo que va a adquirir, un
ejemplo sería una persona quiere adquirir un terreno que cree de 1000
metros, pero en realidad son 1010 metros; en tal caso únicamente tendría
que pagar la diferencia. En este último caso sólo se tendrá que rectificar el
acto para subsanarlo.
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El dolo son acciones o maquinaciones de alguna de las partes para hacer que la
otra parte incurra o se mantenga en el error, está contemplado en los artículos
1815 ,1816 y 1817 del código mencionado.
La violencia, la ley establece que cualquier acto jurídico celebrado con violencia
será nulo (artículo 1818), es la fuerza o coacción que ejerce uno de los
contratantes sobre el otro, afectándolo de cualquier manera, es decir, física o
emocionalmente y que esto provoque menoscabo en su persona, bienes o
relaciones. Así lo establece el artículo 1819.
La mala fe es: alevosía, doblez, malicia o temeridad con que se hace una cosa o
se posee o detenta algún bien. Considerada en los artículos 1815 y 1816 de la
ley, es la disimulación del error; por ejemplo, en un arrendamiento el arrendador
descubre que las llaves de la regadera no sirven, en el contrato se establece que
cualquier reparación correrá a cargo del arrendatario quien cree que todo está
en perfecto estado.
El temor, temor de desagradar a la otra parte cuando se le debe alguna
consideración por respeto o por alguna circunstancia especial. Por ejemplo, se
va a celebrar un contrato con el jefe.
Además de contar con las características que establecen los elementos de
existencia vistos con anterioridad, debe ser lícito, es decir, que no debe ir en
contra de ninguna ley o las buenas costumbres (la moral pública o colectiva)
como así lo refiere el artículo 1830.
El último de los requisitos de validez del acto jurídico son las formalidades, esto
es, la manera que establece la ley y que impone a las partes como necesaria
para que el acto sea válido, en los casos que la ley así lo disponga. Tal es el
caso, por ejemplo, en el contrato de compraventa de inmuebles, cuando no
exceda su valor de 365 días de salario mínimo vigente en el D. F. podrán
otorgarse en documento privado firmado por los contratantes ante dos testigos y
ratificado ante notario, juez competente o registro público de la propiedad.
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En este caso, estamos hablando de que la voluntad de las partes no siempre se
expresa de manera totalmente libre, sino que tiene que someterse a ciertas
limitantes como las formalidades de las que hablamos. En los actos
consensuales no se requiere de una forma determinada para su validez. En los
formales por supuesto que si de acuerdo a lo que establezca la ley en el caso
específico; en los solemnes, requerirá de la solemnidad requerida.
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Actividad de Aprendizaje
Instrucciones:
Con la finalidad de reforzar los conocimientos adquiridos a lo largo de esta
sesión, ahora tendrás que realizar una actividad en la cual a través de un cuadro
sinóptico expliques los actos y hechos jurídicos.
Puedes realizarlo en cualquier programa, al final tendrás que guardarlo como
imagen en formato JPG, con la finalidad de subirlo a la plataforma de la
asignatura.
Recuerda que esta actividad te ayudará a entender y apropiarte de los
conocimientos sobre el tema.
En esta actividad se tomará en cuenta lo siguiente y equivale al 5% de tu
calificación final.

Tus datos generales
3 puntos

Referencias bibliográficas
7 puntos

Ortografía y redacción
10 puntos

Título
2 puntos

Resumen
30 puntos

Representación gráfica
48 puntos
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Referencias
Bibliográficas

Domínguez, J. A. (2006). Derecho civil. México: Editorial Porrúa.

Tapia, J. (2002). Introducción al estudio del derecho civil. México: Editorial
McGraw-Hill.
Legislativas
 Código Civil para el Distrito Federal. (2010). México: Editorial Sista.
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