Entrevista a Mario Roberto Alvarez 04/09/03

Anuncio
DAR FADU UBA
29/08/06
Graduado Década ‘30
Entrevista a Mario Roberto Alvarez
04/09/03
Reunión repitiendo otra en la que había fallado la grabación.
Juan Molina y Vedia (JMV): En realidad había dos partes, en la primera entrevista: una
era referida a tus recuerdos recuerdos como alumno en la que aparecía la relación tuya
en la Facultad, con Karman, pero también con ciertos amigos como Hugo Armesto, José
Lepera y otros.
Una segunda parte es la ligada a ese término tan familiar a tantos oficios: "la cocina" que
tiene tanta carga personal, propia del hacer de cada uno, íntima, secreta a veces.
Lo que esta detras en todo proyecto, preparación y paulatino armado de algo.
Mario Roberto Álvarez (MRA): De acuerdo.
Estoy bastante afónico, de manera que no saldré con una voz muy ponderable lo cual va
a conspirar un poco con el desarrollo y la audición.
Bueno, como dijimos la otra vez no es la primera vez que alguien se olvida de poner algo
en el grabador. (Un agradecido perdón a mi falla).
Una vez yo recuerdo que fui a fotografiar una obra en Lomas de Zamora que había hecho
con cariño.
Saqué las fotografías de la casa: todos los ambientes principales, el propietario, la
propietaria, la suegra el perro, todo. Y se la llevo al fotógrafo, la máquina para que me la
revelara y me dice -Dígame Mario, usted puso rollo?-.
De manera que estas conmigo empatado, el hecho que me hayas hecho una charla de
dos horas sin grabador.
JMV: No podía dormir pensando en eso.
MRA: Pero veo que se te pasó.
Volviendo para atrás: salgo del Colegio Nacional Buenos Aires, con buenas notas y por
problemas de familia, el tema económico, tengo la obligación de trabajar.
Me quedo conchabado, porque ese es el término, como escribiente en el Colegio Nacional
Buenos Aires, donde había estudiado, en la misma manzana, porque la Facultad estaba
en la calle Perú, de manera que trabajaba ahí y salía corriendo.
Cuando podía.
Porque generalmente no pude ir nunca de mañana a ninguna clase.
Trabajaba ahí de escribiente, ganaba sesenta y nueve pesos y se lo daba a mi madre.
En aquella época los pesos valían, no había tanta inflación, no era una gran entrada pero
era una ayuda.
De las anécdotas de entonces que recuerdo, una es que cuando llego me baraja un
colega estudiante, todos imberbes, tendríamos 18 o 17 años, y me dice:-¿Usted es
Alvarez?-. - Si, si le digo, por ?-,y dice -Mire yo sé que usted es la medalla de oro del
Colegio Nacional Buenos Aires; le quiero avisar que yo soy la medalla de oro del Instituto
Libre de Segunda Enseñanza y que yo voy a ganar la medalla de oro de la Facultad
- Bueno me pareció un planteo bastante de misión imposible para mí.
- Y le dije -Mire por mi no se preocupe porque yo tengo que trabajar.
- Yo me recibiré en 6/7 años, quien sabe cuantos, porque no puedo ir a todas las clases
que en la Facultad dan de mañana.
En aquella, mi época, no sé si ustedes lo saben, los que no iban a las clases eran mal
vistos, porque las clases se daban de mañana y de tarde, no es como ahora que hay
ciertas facilidades para chicos que tienen que trabajar.
Ese fue el primer planteo con respecto a que no iba a ser la medalla.
DAR FADU UBA
Graduado Década ‘30
Otras anécdotas que recuerdo: un día a las ocho y cinco de la mañana salgo corriendo
desde el colegio, entro en la Facultad, para anunciarle al profesor, creo que de Análisis
Matemático, Ingeniero Vinardel, que yo no iba a poder concurrir nunca a su clase, que era
a las 8.00 de la mañana. Llego, 8.05.
Entro, y me baraja él en la puerta y me dice: -¿ De donde viene jovencito? - Le digo -de
trabajar-.
El habrá pensado que yo mentía, que le estaba haciendo una broma que no
correspondía, y me dice -De dónde?Entonces le digo donde trabajaba.
Me dice: - Mire joven, o se estudia o se trabaja-.
Vos te das cuenta el aliciente de un profesor universitario a un muchacho pobre, que era
el único que trabajaba de mi camada.
Con Lepera nos veíamos, seguido porque Lepera había sido el único del Nacional Buenos
Aires, que estudió arquitectura, pero el tampoco trabajaba, de manera que él muchas
veces me dió ciertas orientaciones, sus apuntes de clases de la mañana, y noticias con
respecto a ciertos profesores.
Pero el que no iba a clase era evidentemente un problema, y era algo que yo no podía
evitar. Voy a dar el primer exámen y como toda la gente siempre anima a toda la gente,
lo que hacían era desanimarme.
Me decían -Uh!... vos sos buen alumno del Colegio Nacional Buenos Aires, pero nunca
diste exámen, ¡vas a ver lo que es dar examen!
En una palabra en vez de animarme me ponían contra la pared.
Estudiaba por todos los lados que podía; no sólo por los apuntes que me prestaba
Lepera, que por supuesto eran valiosos, sino por cuanto libro había e inclusive algunos
libros en francés, (yo tenía cierta facilidad por mi abuelo vasco-francés que es
Elissamburu). Estudié entonces todo como para que en el primer examen no fuera
derrotado, primero porque no supiera, segundo porque nunca había dado examen, y
tercero porque nadie me animaba a que fuera a dar examen bien.
Bueno... llegó al día del primer examen, Coni Molina, el profesor, me pone un problema
en el pizarrón, y yo, que había estudiado, repito, bárbaramente ,porque tenía terror que
me bocharan, lo desarrollo en el pizarrón, el examen no era tan difícil, era cuestión que si
sabias desarrollar algo. Cuando lo termino, lo miro al profesor satisfecho porque yo sabía
que estaba bien.
Me hace un ruidito negador entredientes (tchi,tchist,chist,cabeceando el no ).
Y le digo -¿Qué?, ¿esta mal?Y me contesta : -No, no. Esta bien, pero esa no es la nomenclatura de clase-, le digo:
-Profesor, no es la nomenclatura de clase porque yo no puedo venir a sus clasesNo me miró con mucha simpatía, pero le digo: -Esta es la nomenclatura internacional y yo
la materia la sé-. Bueno, quedamos, no digo empatados, porque él era mayor que yo y
era el profe. Me puso un distinguido.
Al año siguiente cuando doy la correlativa, ya sabia que yo no iba a clase y otro
distinguido. Van pasando los años, como en las películas, y yo estudiaba como un
condenado, porque tenía que estudiar para saber y pasar, no sólo para pasar.
Entonces, estudiaba por cuanto libro había, tengo ahí unos apuntes, si alguna vez
querés verlos.
JMV: Ah! Sí esos los queremos ver. Queremos ver si a alguno lo ponemos en una vitrina ,
ahí, el día de la exposición Se pueden mostrar . Solsona quiere traer también , algunas
cosas, siempre que estén bien cuidadas.
Bastaría algunos de esos cuadernos que yo ví, que me mostraste, hace un tiempo.
MRA: Tengo cuadernos de viaje, de todos los viajes que hice.
DAR FADU UBA
Graduado Década ‘30
JMV: Y también los ví, fantásticos.
MRA: Bueno, ese sería motivo de otra reunión.
JMV: Sería otro tema. Queda pendiente.
MRA: Bueno, estudiando siempre para saber y además porque no iba a clase, leía 4 o 5
libros y hacia un resumen en un cuaderno, en el cual anotaba todo lo que había hecho
pero en resumen.
Y así durante todo el año, hasta dar la materia en examen.
Por aquello que dicen y que yo aún no sabia: que cuando vos escribís algo es como si lo
hubieras leído 6 veces, cuando iba a dar la materia le echaba un vistazo a todo el
cuaderno y sacaba siempre buenas notas.
Me hice amigo de quien fue un gran arquitecto: Hugo Armesto, que me dice -¿porqué no
venís a trabajar conmigo en el centro de Estudiantes de Arquitectura que hay una
cantidad de gente asi y asi, y le digo: - Mira yo trabajo, asi que no me queda, mucho
tiempo-, - ¡Pero vení igual!Bueno, total que entré en el Centro de Estudiantes.
Entro en el Centro de Estudiantes y me dice: - Mario,¿no querés que hagamos un
concurso juntos?Yo estaba en tercero o cuarto año, y le digo: -Bueno, de qué se trataY me dice: -la Sede Social del Club Atlético Independiente, en Avellaneda-, bueno hicimos
el concurso y honrosamente sacamos el 2do. Premio.
Con ese motivo yo algunas materias deje de estudiarlas, como correspondía a un tipo que
de mañana no iba a clase.
Entonces en una fecha que no recuerdo, pero que para mi fue memorable, me dice: Decime Mario ¿como son tus notas?
Entonces le digo: -Mirá, : hasta ahora tengo dos distinguidos y todos sobresalientesMe dice :-ah! Entonces vos podes ser la medalla de oro!.
Me me acordé del estudiante aquel, y le digo: -No, no creo , porque dentro de tres días
es la entrega de modelado y yo no lo hice, no fui nunca a clase, no entregué la primera ni
la segunda ni la tercera etapa del trabajo.
Me dice: -Andá, hacé cualquier cosa, tratá de que no te bochen, no pierdas tu condición
de regular-. Bueno,,,, por aquello de que uno a veces, sabe escuchar, me pareció
prudente el consejo de él. Como no me costaba nada, en tres días tenia que hacer una
entrega de tres meses.
Bueno, en vez de hacer una cabeza me salió una pelota, un desastre.
Total, que yo no sé si el profesor estaba en las buenas o lo que sea y me puso un
aprobado por lo cual gracias a Armesto, no perdí mi condición de alumno regular.
Después a pesar de mi trabajo matinal, por aquello de que era un traga libros, me
sentaba a las 13 y 30 y me levantaba a las 8, seguí sacando todo sobresaliente.
Moraleja: lo que no pensaba, gracias a Armesto, saco la medalla.
Y saco la medalla con un promedio alto, que fue el promedio más alto de los últimos 3
años.
Con ese motivo, el Decano Dobranich, me llama y me entrega una beca para hacer un
viaje de estudios a Europa.
Que eligiera yo el tema y un pasaje y $ 6.000, en aquella época era bastante dinero.
Mis padres me dieron algo más, y me fui en barco, en primera, a Europa. Bueno la historia
es bastante repetida, creo que todo el mundo la conoce, me pasé cerca de un año
visitando 115 ciudades, desde Escocia hasta Italia.
DAR FADU UBA
Graduado Década ‘30
Pasé por Belgica, por Holanda, estuve en la Alemania de Hitler dos veces, la primera y
en la segunda, cuando volví, ya habían empezado a quemar sinagogas.
Estuve en Grecia, en Italia y volví a Francia.
Traté siempre, me llevaba todo anotado lo que queria ver, de ver obras de arquitectos
importantes.
No pude ir a Escandinavia ni tampoco ir a España, porque en ese momento había guerra
civil.
Tuve la oportunidad de ver obras a veces de arquitectos extranjeros en algunos lugares,
como en Inglaterra.
Ví obras de Jacobsen , vi obras del Tecton Group, me desasné bastante.
En Bélgica y Holanda estuve viendo cosas viejas y nuevas.
Estuve en Hilversum, fui al Bowcentrum porque me interesó siempre la vivienda
económica, y me dijeron que yo era el segundo sudamericano que iba.
El otro había sido Scasso que fue el que hizo el Estadio Centenario de Montevideo, el
uruguayo.
Bueno, en París conocí a Boudain y Lods y a una cantidad de arquitectos importantes
y tuve la suerte, cosa que ahora vuelvo a agradecer, de que siendo yo un imberbe, con
las cartas de presentación que tenía me atendieron siempre bien, y por lo menos me
dedicaron media, una hora de su tiempo para hacer un trámite, socrático, como decía mi
profesor de latín, de preguntas y respuestas y así aprendí muchas cosas.
En cierto modo de ese estar en Europa, durante casi un año me anexé al grupo de
egresados del grupo de egresados del año posterior mio, por lo cual a algunas partes fui
en grupo.
El grupo me permitió, porque ellos estaban más organizados que yo, en forma individual,
ver obras de Speer, el arquitecto de Hitler, visitar donde iban a hacer el nuevo Reichstag,
el hacía el proyecto.
Pude, en Italia, conocer y estar con Piacentini, visitar las ciudades que había hecho
Mussolini, en los lagos Pontinos, que era una de las lagunas infextas y ver lo que se iba a
hacer en el camino entre Roma y Ostia, donde preparaba Mussolini una exposición para
el año 42.
Después lo derrocaron a Mussolini y no hubo tal.
A Piacentini se le ocurrió una cosa muy buena.
El empezó a hacer esa obra, que nunca se inauguró, por lo que digo, fue derrocado
Mussolini, y la hizo con el espíritu de que fuera algo, que no hubiera que demoler, como
tantas veces que se ha gastado, que se hacen exposiciones, como en New York, y en
otras partes del mundo, y después esos pabellones no sirven para nada.
El hizo algo que creo que ha sido válido para otras exposiciones del futuro; que todo
pudiera servir para una ciudad satélite: el EUR actual que se comunica hoy con Roma por
subterráneo, es lo que Piacentini hizo en el treintaytantos, que después permitió armar
esa ciudad satélite.
Bueno y en cada uno de esos lugares, cuaderno, papel y lápiz, reconocí las cosas que
quería ver.
Inclusive llegaba de noche en Grecia a la Acrópolis de Olimpia, y sabía este templo es
tal,...es decir...preparé mi viaje como si fuera para dar un postgrado y la verdad que me
significó uno verdadero.
De viviendas económicas traté de hacer y aprender todo lo posible, porque era el tema.
JMV: sobre eso ví algunos artículos tuyos con dibujos en la Revista de Arquitectura
MRA: Porque era el tema de mi beca, si bien después cuando vine para acá nunca, nunca
pude hacer nada de viviendas económicas.
DAR FADU UBA
Graduado Década ‘30
Concurso que hacía, o no figuraba o era el único que se presentaba, porque había que
hacerlo con empresas constructoras, y entonces lo declaraban nulo. Moraleja: nunca,
nunca, nunca.
Y para colmo, lo que es un poco lo que son los concursos, yo que con Arlesto he hecho
concursos dos años antes de recibirme, y hoy tengo 66 de arquitecto (más dos hace 68
años) que hago concursos ya cuando llego de Europa con una documentación
impresionante de todo lo que era la construcción prefabricada, porque yo me dediqué a
ver viviendas económicas, sobretodo en Alemania y Francia, de las cuales tengo
documentación a patadas y del tema constructivo visité y traje documentación de un
suburbio parisino, donde Beadoin y Lods habían hecho un barrio que tenía bloques de
doce y catorce pisos con elementos prefabricados.
Y bueno... El Instituto Argentino del Cemento Portland llama a concurso para que los
arquitectos de aquella época mostráramos como hacer una casita de planta baja y otro
tema de una casita de planta baja y alta, eran dos los concursos y mostrando todo lo que
se podía hacer aplicando el cemento.
Entonces yo dije - ésta es la mía-. Hago algo de prefabricación y ¿quién me agarra?,
Nadie.
Bueno...presentamos con Ruiz, que en aquel momento trabajaba conmigo y con el
ingeniero Migliaro, amigo mío desde la facultad en la
Época en que era presidente del centro o delegado estudiantil, y nos presentamos con un
sistema de prefabricación, inspirado en el que yo había visto en Francia, en el que , en
pocos días y con pocas piezas podías hacer una casa, creo que podías terminar una casa
cada siete o diez días. Era una standarización interesantísima.
Hete aquí entonces que presentamos y el fallo ¿que te imaginás que pudo ser?: Primer
Premio una casa hecha con ladrillos de cemento, el segundo desierto y, para que no
protestáramos el tercero nos lo dieron a nosotros. Y la objeción que hicieron era ¡que no
teníamos bine estudiadas las juntas!.
Y las juntas yo las tenía copiadas de lo que habían hecho Baudoin y Lods.
Vos te das cuenta el nivel cultural, científico técnico de las autoridades que integraron el
jurado, que en realidad creo que ignoraban como se debían hacer, porque las juntas me
dijeron que estaban mal!.
Es decir que desde ahí en adelante, si bien hago siempre concursos, he quedado
impresionado, no es cierto?, de la ligereza con que a veces los jurados emiten opinión.
Juan: Mirá te voy a contar lo que me enteré hace unos días leyendo una nota sobre el
Concurso de Brasilia, en un boletín conservado en el archivo de Ermesto Vautier con el
que estoy trabajando en un próximo libro.
Los datos eran: se presentaron veintiseis proyectos. El Jurado falló en dos días y medio.
MRA: Bueno, yo te contaría que en los sesenta y ocho años que tengo de concursante,
algunas tristes anécdotas como por ejemplo haber participado en un concurso para hacer
los almacenes de la Flota del Estado.
Las bases decían estrictamente que tenían que tener una sola entrada.
Todo el mundo le preguntó al asesor si podía tener dos. la respuesta fue -¡no!-., tiene que
tener una sola entrada.
El que premiaron tenía dos entradas.
En el Concurso para el Teatro Argentino de La Plata. Se presentaron 85 arquitectos en un
concurso que era a dos vueltas y se eligieron cinco finalistas, entre ellos nosotros.
Del nuestro la crírica decía: tal cosa, muy buena, tal cosa: muy buena, tal otra buena, muy
buena. No bajábamos de bueno o muy bueno.
DAR FADU UBA
Graduado Década ‘30
Pulimos las pocas cosas que creíamos que se podían pulir y nos presentamos a la
segunda vuelta. Todo lo que nosotros teníamos de bueno y muy bueno lo calificaron de
malo, regular, malo. Te juro.
Moraleja: por supuesto no ganamos, sacamos un tercer premio. El primero lo ganaron los
que hicieron ahora el teatro Argentino de La Plata, que son platenses; el segundo se lo
dieron a Catalano y Lepera que en aquella época vivía. Cuando él me encontró en el
Banco Provincia de la calle Callao, me dijo:- Mario, te robaron el premio-.
Es decir: siempre hago concursos sabiendo que lo que tengo que hacer es un poco de
gimnaisa.
Frank Lloyd Wright:- no hagas nunca un concurso porque los jurados son habitualmente
mediocres-.
Nunca he protestado los fallos de los concursos, porque las bases dicen que los fallos son
inapelables.
Yo creo que los fallos, los malos fallos, los flagrantes malos fallos, debe ser apelables
como en la Justicia, porque si a vos te piden una sola entrada y todos hacen una sola
entrada, no pueden premiar a uno con dos entradas. Dos entradas que te dan más
posibilidades.
Pero, hete aquí, que nunca he protestado.
Pero hará tres o cuatro años, con motivo que se hace el Concurso de la CiudadJudicial,
una cantidad de arquitectos jóvenes se reúne en el estudio de Torchello, y me llaman para
ver si quería adherirme a una portesat que ellos iban a hacer en forma masiva; eran diez
o quince aruitectos jóvenes; querían dos vetustos, Torchello y yo, más viejitos para que
los respaldáramos.
Dijeron que esto, que aquello, que el primer premio era un disparate, qué se yo cuantas
cosas!.
Nosotros habíamos participado y habíamos hecho sapo también, como muchas veces, la
mayoría.
Y entonces me pareció que, pensando y recordando que en España los concursos son
apelables, que la justicia permite apelar y hasta que vayas a la Corte Suprema, si el caso
fuera muy flagrante, como decían estos muchachos del primer premio pensé que había
que apoyarlos.
Y creo que después de...., ahora tengo sesenta y ocho años de concursante, despues de
sesenta y tantos años de concursante, meto la pata, y me adhiero a estos jóvenes.
Hete aquí que tengo que viajar y mando mi carta de adhesión
Torchello me apoya, mejor dicho, cada uno manda la suya, y ¿que pasa con los jóvenes?
JMV: No la firman?
MRA: Se borran, no, no es que no la hayan firmado. no tenían que firmar lo mío, la
propuesta era de ellos.
Bueno, después de haberme portado como una virgen todo el tiempo, vivido concursos, y
he pasado tantas cosas, me dijeron que era mal perdedor, que no sabía perder, en una
palabra... vos te das cuenta lo que es la solidaridad.
Y después investigué y no tengo inconveniente en repetirlo, que estos muchachos
jóvenes habían cambiando de idea, por esto o por aquello y claro, claro, cuando vos
enfrentas un algo evidentemente tenés que provocar un choque... Nos dejaron pagando a
Torchello y a mí.
Esa es la verdadera y única historia, por lo cual yo después de saber perder por años
resulta que soy un mal perdedor.
Y si bien te aseguro que cada vez que hago un concurso y lo pierdo, y al día siguiente me
olvidé, no me da alegría perderlo; pero lo hago para saber como estoy de antiguo en la
DAR FADU UBA
Graduado Década ‘30
competencia.; Cuando pierdo con uno mejor, bien; pero cuando pierdo con un jurado que
no respeta las bases, vos te das cuenta que es un disparate.
Te podría contar muchísimos casos y le pisaría el pie a muchos colegas actuales que han
ganado premios no cumpliendo las bases.
Alguna vez propuse, pero por supuesto no me llevaron el apunte, que los fallos fueran
apelables y que el jurado que flagrantemente no había cumplido las bases no pudiera
volver a ser jurado nunca más.
Y que el concursante que pedía injustamente que se revisara el fallo, también tuviera un
castigo.
Por supuesto que mi propuesta no prosperó. Mi pelea de siempre, cuando soy jurado en
que aunque la mitad más uno de los jurados sostienen que el jurado es soberano, que
puede hacer lo que le parece a mi me parece y sostengo que no, que el soberano es el
participante que se toma el trabajo de cumplir las bases, para algo el Asesor las hace y yo
considero que el Asesor es el culpable porque el Asesor no debería pasarle al jurado
aquellos trabajos que no cumplen lo que él pidió.
Recuerdo que una vez fuí integrante de un jurado de un concurso para arquitectos
jóvenes , patrocinado por la Sociedad, por supuesto, que sólo podían intervenir menores
de cierta edad, no se si era algo así como 45 años.
Bueno, cuando me nombran jurado, yo lo primero que hago, además de haberme leído
bien las bases, pido las respuestas del asesor a los participantes, y encuentro un jóven de
Rosario, que pegunta si puede hacer el proyecto en los alrededores de Rosario, en vez
de en Buenos Aires porque no puede venir por razones X.
El asesor le contesta, - no-.
Después de todo esto, me entregan a mí y a los demás participantes los presentados, y
encuentro uno hecho en los alrededores de Córdoba y entonces le digo al asesor decíme acá tal día le dijiste que no porque era en los alrededores de Rosario y a éste que
es en alrededores de Córdoba le decís que sí y me dice: - Mario, sabés lo que pasa?, es
que es muy bueno este-.
Sabés quien lo rechazó.
Es decir, creo, tan es así que alguna vez he improvisado, que ya que no quieren que los
fallos sean apelables, porque evidentemente sería algo complicado, creo, digo que se
acepte, que un asesor elegido por los participantes se agregue al asesor primero.
Que hubiera una corresponsabilidad , es decir un asesor elegido por los participantes,
tendría que defender los derechos de todos, no dejando que pase al jurado lo que no
deba.
JMV: Intervenir en la asesoría.
MRA: Y después resulta que los premiados, nones, es decir yo sobre concursos... mi
triste historia es que seguiré haciéndolos.
JMV: Ahora, volviendo atrás a tu época de alumno. Vos hablaste de una estructura que
tenía la Facultad que te enseñaba, esa de Karman, de la voluta jónica, de la enseñanza
clásica y, por otro lado, entre los alumnos había ya noticias de otras cosas, que vos veías
en las revistas, distintas, modernas, actualizadas, que demuestran que en la década tuya
aparecen influencias importantes fuera de los programas oficiales.
MRA: A mí siempre me agrado y las dos veces que he estado en Copenhagen me he
hospedado en el SAS, en el hotel de Jacobsen.
JMV: ¡Ah!, ARNE Jacobsen y la renovación ligada a las tradiciones del buen construir
del siglo XIX del norte de Europa.. Eric Gunnard Asplund por ahí.
DAR FADU UBA
Graduado Década ‘30
MRA: Yo creo en eso: en la evolución y no en la revolución.
JMV: Y, como Jacobsen tiene un camino con Asplund, que es su maestro, quizá se
emparentan las influencias de tu época y allí aparecería Auguste Perret.
MRA: Bueno, con Perret te cuento como fue.
Antes de traerlo a Perret, yo por lo menos y con otros...porque la camada mía fue
excepcional, además de Lepera, estaban Kurchan, Ferrari Hardoy, Hilario Zalba...era una
camada de gente brillante.
Yo había descubierto que había otra arquitectura, que aparecía en otra revista, no en la
de la Sociedad Central, y entonces compraba, con los pesitos que me quedaban,
Technique & Travaux, , una revista francesa donde se mostraban técnica y arquitectura,
L'Architecture d´Aujour d´hui y otra era el Moderne Bauformen. Es decir, tenía un poco de
Alemania y otro poco de Francia, mi abuelo es francés, me gustaba más la francesa, pero
también quería ver que hacían los alemanes. En esa época empezaron a hacer cosas
hitlerianas, pero tenían también lo suyo.
Bueno, eso me trajo algunas incidencias con algunos profesores.
Me acuerdo que hojeando alguna de esas revistas, había visto un sanatorio en Mont
Blanc, que era en curva y me pareció divertido en vez de hacer un "eké", como decía
Karman, con un bracito derecho y un bracito izquierdo, todo simétrico.
Yo ahí mandé un anteproyecto en curva, entonces cuando lo vió Karman (posiblemente a
él ya no le interesaba ver revistas extranjeras) me dice -¿y esto qué es?-; y entonces le
empecé a explicar el movimiento del sol, todo lo que me había desasnado en la revista,
no eran ideas mías.
Se enojó tanto que me tiró el plano y me dijo - usted quién se cree que es el profesor,
usted o yo?Es decir, era algo así como predicar en el semidesierto y además tenías que vivir tratando
de liberarte de esa masiva influencia, que era perniciosa; porque si vos estabas distraído
terminabas siendo como ellos, siendo de la Ecole des Beaux Arts.
Buenos Aires en la época en que yo estudié, del 32 en adelante y también antes era
totalmente afrancesado.
De manera que cuando vos leías y te desasnabas, repito, con estas revistas eras algo así
como un espía de otra época, porque estabas viendo que había otra arquitectura.
Después que Armesto me hizo el gran beneficio, que toda mi vida lo recuerdo, si no fuera
por él no hubiera sido medalla de oro, si no hubiera sido medalla de oro no hubiera estado
un año en Europa que fue una especie de posgrado, creo que mi vida hubiera sido distinta
porque no tenía medios de fortuna y mi madre menos como para haber hecho un año de
desasne, viendo lo que estaba en Europa.
Pero antes de irme, haciendo con Armesto política universitaria dos veces fui presidente
del Centro y una vez delegado ante el Consejo Directivo.
Bueno, luché contra todo el Consejo Directivo con respecto a las incumbencias sin
resultado, claro en el Consejo Directivo eran todos ingenieros.
Los francotiradores éramos tres, un delegado por Ciencias Naturales, el otro por la
facultad de ingeniería y yo por la escuela de arquitectura. Nunca tuve éxito. La
arquitectura de esa época estaba ejercida por ingenieros.
Así que lo de las incumbencias fue una de las luchas mías estériles.
JMV: Recuerdo una página que sacaban con Evaristo de la Portilla.
MRA: Si, por ahí están algunas cosas publicadas y en el libro están.
DAR FADU UBA
Graduado Década ‘30
Además de las páginas esas, que terminé no pudiéndolas publicar más , porque me cayó
la censura. Vos sabes que cuando sse hizo el Concurso para la Casa de la Moneda, firmé
una casita dibujada por De la Portilla con un chico con una moneda, "de cómo una cosa
de cuño se convirtió en una cosa de cuña", decía.
Cuando se hace el Ministerio de Guerra pusimos una página que decía:" ¡Oh la
arquitectura de los países jóvenes que prevé mansardas por si algún día nieva".
Total que dijeron que basta de colocar esas cosas, te acordás que pusimos a un forzudo
pidiendo "un buen cuerpo de profesores para la facultad" y otra vez una señorita tipo
Divito con la misma frase.
Otra vez "no puede haber más que N alumnos por cada profesor", es decir las cosas que
todavía tienen vigencia. Las pusimos como francotiradores, no creo que sirvió de mucho.
Pero, volviendo a Pret.
Estaba de presidente del centro y antes propuse traerlo a Niemeyer, a quien conocimos
con Devoto en un viaje de vuelta de EEUU.
Lo bocharon y me dijeron que "era comunista".
Propuse a Burle Marx y me dijeron también que era comunista.
Antes que yo fuera presidente del centro había estado acá Le Corbusier .
Propuse que volviera.
Recuerdo que recibí una carta de respuesta por intermedio de Victoria Ocampo y fui al
Consejo Deliberante para conseguir una obra para Le corbusier acá en Buenos Aires, y
uno de los integrantes del Consejo Deliberante que erra arquitecto, me descolocó y dijosi tenemos que hacer alguna obra la vamos a hacer nosotros, no Le Corbusier. Por lo
cual tampoco Le Corbusier vino.
Porque Le Corbusier había escrito diciéndome que vendría si le dábamos una obra.
Estaba harto de conferencias .
El hecho es que quería traer alguien para el desasne y resulta que un compañero de
curso, Lavalle Cobo, hijo del Presidente de un instituto Argentino-Francés, Hernán Lavalle
Cobo, que hace poco falleció, ofreció su apoyo.
Pudimos traerlo a Augusto Perret, el arquitecto que empleó por primera vez el hormigón
armado en la casa de la Rue Franklin.
Perret dio una serie de conferencias y a pies juntillas aprendí muchísimo de él.
Siempre repito, aclarando que la idea es de él, que la arquitectura nno es para hacer que
algo llame la atención, porque lo que llama la atención como un fogonazo pasa y
empacha, que la arquitectura no es un affiche, el affiche se tapa después con otro a los
quince días, mientras que la arquitectura, cuando es lógica y razonable queda, no llama
atención.
Decía, "hacer arquitectura que dure", "no arquitectura que espante"
Muchísimas cosas que él enseño las he incorporado a mi pensar y creo que no me he
equivocado.
Me ofreció ir a Francia a trabajar con él. Así como Ferrari ardió y Kurchan, estuvieron con
Le Corbusier, yo tenía la chance de estar con Perret.
Pero, hete aquí que me salió el yo hispánico (mi padre era castellano, mi abuelo vascofrancés) y dije -no-, yo no voy a ir a trabajar con ninguno de los dos, porque si trabajo con
alguno de los dos voy a ser un Lecorbuciercito o un Perretcito. Prefiero llamarme Alvarez.
Ese es el motivo por el cual mantuve mi admiración pero me quedé.
Anécdotas.
JMV: Hay una cosa interna a la Facultad, que es la manera en que se enseña, en todas
las épocas, y hay influencias externas sobretodo cuando se trata de cambiar algo,
señaladamente en tu época. Y una inercia de muchos docentes detenidos en su
evolución.
DAR FADU UBA
Graduado Década ‘30
MRA: Volviendo a la época nuestra. De un ambiente afrancesado salieron una cantidad
de arquitectos que no hicieron arquitectura francesa.
Pero para mí ese viaje fue un verdadero postgrado, porque tuve la oportunidad de ver
muchísimas cosas que había estudiado con ahinco y me desasné en una medida que no
hubiera sido posible si entro en el taller de Perret.
Hubiera perdido lo que creo que incorporé, el conocimiento de muchas cosas, muchas
influencias y también desilusiones.
Ví cosas que yo tenía endiosadas, por ejemplo San Pedro me resultó un palacio de lujo
en vez del lugar que uno podría esperar del cristianismo.
JMV: A mí me pasó lo mismo.
MRA: Bueno, somos dos.
Ciertas cosas a la gente no les gusta que las diga, pero cuando vos sos jóven y después
cuando seguís, siendo viejo, pasa lo mismo.
Dios, que nació en un pesebre no tiene porque tener un palacio.
JMV: Eso no puede ser.
MRA: Entonces me cuentan que no, que en fin, que el vulgo y demás necesita el oro de la
vírgen, los santos, bueno una especie de fetichismo, ¿no es cierto?
Pero eso es otro tema, pero coincidimos.
JMV: Vos hiciste un posgrado que empezó durante toda tu manera de estudiar y definirte.
Todo hizo que naturalmente le dieras contenido a ese posgrado. A posgrado no te lo
inventó nadie de afuera, te lo inventaste vos.
MRA: Vos sabés que yo leí alguna vez que la mayoría de los arquitectos que se han
destacado con autodidactas.
Me pareció un poco una irreverencia.
Sin embargo, leí la otra vez que en un Congreso del CIAM del los años 30, los arquitectos
italianos, que imaginate si tenían buenas escuelas de arquitectura, sostenían que ellos
eran autodidactas.
Es decir, lo que vos decías, tenés que descubrir si sos vos primero y después si sos
capaz de desasnarte, porque si no tenés la idea del complemento, si sos vos solo, solo,
no te bastará, creo, lo digo porque nunca he sido profesor.
Pero ser profesor significa además de saber mucho poder dedicarse mucho.
Yo he hecho huelgas a muchos profesores de la facultad cuando era presidente del
centro porque no se dedicaban. Alguna vez uno me llamó y me dijo - ¿usted ha dicho que
yo soy mal profesor?. -Sí- , le contesté-.
A otros les organicé huelgas, a otro le dije:- Usted para que viene? Y me contestó: - yo
vengo acá para tomar ideas de los jóvenes-...
A otro que miraba el reloj le preguntaba:- Usted ¿a qué viene?- y... vengo a pasarle rato a
ver si aprendo algo-.
Es decir, no siempre, los profesores han sido capaces de agarrar al alumno. Pero también
pienso, a favor de los profesores, que la cantidad que hay es tal, que si yo aquí paso por
todas las mesas pero básicamente por las de mis socios, y me paso el día, vos te das
cuenta que ningún profesor puede atender a X alumnos, es decir que la enseñanza
masiva yo creo que indica que si el alumno no es autodidacta no se sale de lo negativo,
podés tener un profesor genio o mediocre pero vos, como alumno, tenés que poder algo.
DAR FADU UBA
Graduado Década ‘30
JMV: Que cada alumno imagine la realidad concreta, escala 1:1, no se quede en el
dibujito, la planta, que sólo lo representa. Y además, que pueda decirse a sí mismo cuales
son las ideas que lo impulsan a diseñar lo que tiene entre manos. Ese es el momento
autodidacta. Buscando iluminar esas cosas es que hablamos de "la cocina" y volvemos a
recordar los viejos "esquicios".
MRA: Pero en aquella época, ya en la mía, había unos que se escapaban, se iban a la
biblioteca o a su casa a ver si encontraban algo en un libro. Es decir, practicaban el
autoengaño.
JMV: El autoengaño, sí, es exactamente eso.
Cuando un tipo se da cuenta, toma conciencia de que se está autoengañando, aprende
algo muy importante y que el daño se lo está haciendo a sí mismo.
Suponiendo engañar al profesor resulta que él es el engañado.
MRA: Pero ya es tarde. Cuando se hacían los "encierros", en el último año, los que se
iban a encontrar documentación afuera ya estaban engañándose.
JMV: El sentido que tiene preguntarnos por "la cocina" propia está relacionado con todo
esto y de ninguna manera suponer que todos deban cocinar igual. El otro modo es más
bien el ¨delivery", diseños que se piden por teléfono o Internet , ya cocinados. No hay
cocina propia. Nos dejamos reemplazar por el "cortar" y "pegar" mecánico de la
computadora.
MRA: Bueno, mirá. Yo todo lo que he estudiado, y sigo viendo y leyendo más la obra de
todos los grandes arquitectos, como decía Borges, no tengo la influencia de uno sino de
muchos.
Lo he criticado a Mies, porque dentro de un rectángulo o de encuadrado mete todo, he
criticado a Wright que con su habilidad con círculos, triángulos o hexágonos, invadía toda
una casa.
Es decir, fui crítico con todos esos genios que se encasillan en una forma y en cambio me
he inclinado a algunos en los que la forma nace o es producto de la función, cosa que a
algunos arquitectos de hoy día no les encanta.
Ghery, que hace esculturas habitables, como dice Grosman, o genios como Utzon que le
ponen a la Opera de Sydney un sombrero y el adentro no tiene nada que ver con el
afuera.
Es decir, cada uno adopta un modelito como si la arquitectura pudiera
ser una cuestión de moda.
Los pintores, con alguna razón más válida, cambian, tienen una época verde, rosa,
dorada, azul, van cambiando, se van buscando.
Pero la arquitectura...históricamente....
Vivía con un libro de cabecera, Choisy, que te muestra que la evolución de la arquitectura
es acorde a la evolución de los métodos constructivos, que las formas son resultado de
los materiales que usás, que son los contemporáneos en cada época.
El libro del Té, no sé si lo has leído, dice que vos tenés que hacer la arquitectura de tu
época con los materiales de tu época, no podés copiar del pasado. Debés ser
contemporáneo.
Cuando copias de otros lados estas en el Renacimiento.
La arquitectura trilítica de los egipcios, avanza con los griegos, aparece el arco, después
la ojiva y después hay una desorientación tal que empiezan a copiar al Renacimiento y
en milochocientos y pico aparecen arquitectos, que la historia olvidó, que empiezan a
hacer cosas sobrias, simples, con lo mínimo.
DAR FADU UBA
Graduado Década ‘30
Es decir la revolución, que yo llamo evolución, no es sólo la Bauhaus.
Hubo, posiblemente cien años antes, arquitectos que hicieron cosas ya nuevas, como el
Cristal Palace, por ejemplo, que no lo hizo precisamente la Bauhaus.
Hubo muchísimos arquitectos que la historia ha olvidado.
Personalmente debo tener seis o diez principios, que trato de mantener o cumplir.
Las obras nuestras se parecen todas, como los hijos de un mismo matrimonio.
Algunas han salido buenas, otras muy buenas y otras no tanto.
Hago las obras sin pretextos, nunca la culpa la tiene el cliente, la culpa la tengo yo,
cuando un cliente me insiste en que haga lo que no debo, me voy.
El Shopping Alto Palermo era mío, vos sabés.
JMV: No lo sabía.
MRA: Una obra de 67000 m2.
Con la arquitecta Giselle Grassi conseguimos cruzar la calle Arenales, donde nos
permitieron unir con puentes los edificios.
Empezamos la excavación y uno de los propietarios empezó a pedirnos columnas falsas,
arquitrabes, tímpanos y demás, una arquitectura que no quisimos hacer.
Renunciamos a 67000m2, vino otro arquitecto y ya sabes quién es...
JMV: Sí. Además yo hablé con él. Estaba, desgraciadamente, en una decadencia muy
grande y me decía - bueno, la burguesía quiere esto-, - yo le doy lo que quiere-. Me dio
pena.
Lo conocía desde que trabajamos con Marcos Winograd y Gian Peani en un Concurso
para la ciudad de Ashdod, en Israel, donde fuímos premiados, en 1966.
MRA: ¿Sobre qué tema?
JMV: Sobre una ciudad de 30.000 habitantes ligada a un puerto existente. Ganó Pierre
Vago, después Candiles, Josic y Woods, después nosotros.
En el jurado estaba I.M. Pei.
Era el 66. De las facultades nos habían echado los bastones largos y estábamos sin
trabajo.
Estuvimos meses en el estudio de Marcos Winograd en la 9 de Julio y Avenida de Mayo.
MRA: ¿porqué no la publicás?
Juan. Salió en Summa y en una breve noticia en el Architecture d' Aujour d´hui en aquel
momento. Pero es cierto que debería mostrarlo mejor porque es que como que quedó
perdido allá en los turbulentos años aquellos.
MRA: Yo creo que lo tendrías que hacer.
Mirá, la vez pasada la Academia me publicó una entrevista a Wladimiro Acosta, Prebisch
y yo de los años 60 y creo que fue bueno.
Vos tendrías que hacerlo.
JMV: Sí, por ahí, sí.
MRA: Juan Carlos López posiblemente era tan ecléctico que no tenía ideas propias y le
daba lo mismo esto que aquello siendo un individuo hábil.
DAR FADU UBA
Graduado Década ‘30
Nosotros hicimos (no sólo el siguió esa obra del Alto Palermo hace muchos años en el
Boating, para un señor Schneider una casa, que en esa época dicen que era la mejor de
Boating.
Bueno, el propietario la vendió y el que la compró lo llamó a López y lo que era blanco lo
hizo rosado.
Otro caso las bases estaban hechas para ir para arriba, pero no se había hecho más que
la planta baja. Santa Fe y Suipacha, y lo habían hecho Aslan y Ezcurra.
Cuando me encargaron hacer toda la parte superior, lo llamé a Aslan hijo si lo quería
hacer a medias. Lo hicimos juntos.
Lo menos que tenés que hacer es respetar.
Yo, en la Academia, no he conseguido que la obra de un arquitecto se respete y que el
propietario no pueda hacer lo que quiera.
La única vez que estuve con Niemeyer, me dijo que en sus contratos, el ponía una
cláusula diciendo que no se podía cambiar ni modificar nada sin consultarlo a él.
No he conseguido que la Academia me escuche, por no decir otra cosa.
Vos si sos un pintor...sería un disparate que a la Mona Lisa le pongas bigote, pero a una
obra de arquitectura le ponen cualquier cosa.
Pero el autor que vive y se ofrece, como me ofrezco yo, no me aceptan.
Entonces para la mayoría de los Académicos, que deben tener la mentalidad de ese
orden, el propietario es dueño de hacer lo que quiera,
Es una lucha en a cual, no te diré que he abandonado, pero es una lucha estéril. No
existe la propiedad intelectual, de la obra del arquitecto.
Esto de no respetarme me lo han hecho a mí el algunas y es impresionante.
Bueno, queda algo en el tintero?.
JMV: La otra vez me habías hablado del trabajo en equipo acá, del grupo.
¿cómo hacen cuando empiezan algo?.
MRA: Bueno mirá, cuando cae alguien para una obra, de lo que me preocupo es de
entrevistarlo personalmente con alguno de los socios por aquello de que yo puedo estar o
no estar, siempre somos dos.
Tratamos de tener un programa claro, muy claro, aunque nos lleve mucho tiempo
desarrollarlo.
Tratamos respetuosamente de encarar las cosas que sean factibles, constructivas y
municipalmente aceptables.
Cuando tenemos bien el programa, hacemos ente nosotros una especie de concurso
privado.
Cada uno de los socios con ese programa ya pulido y armado, presenta su propuesta a
las 48 o 72 horas, en vez de aquel esquicio de un dia sábado, nos tomamos tres o cuatro
días.
Algunos no traen nada, otros algo y muchos traen cosas, a veces totalmente diferentes y
otras veces parecidas, depende como venga la ola.
Discutimos entre todos como si fuéramos jurado de un concurso y generalmente nos
quedamos con dos finalistas, que generalmente son dos partidos opuestos según lo que
hayan priorizado, como decía el gallego aquel "prioridades simultáneas".
Bueno, nos seguimos desasnando el uno con el otro, mejorándolo al proyecto,
mejorándolo o empeorándolo, hasta que un día determinado decimos: ¡éste!
Para eso ha pasado un filtro, nosotros no somos ya capaces de mejorarlo y lo
desarrollamos como anteproyecto.
A veces sucede que, aunque el propietario lo haya aprobado, como no somos genios,
pero si laburantes, descubrimos que se podría cambiar.
DAR FADU UBA
Graduado Década ‘30
Lo hacemos y nunca hemos hecho obras que hayan salido bien, regular o muy bien por
comodidad.
No es que no seamos nada, somos trabajadores.
Tenemos antecedentes de haber hecho documentaciones dos veces.
Cuando hicimos la torre de Virrey Loreto y Arribeños, que encargó - Roggio titular de la
empresa constructora, dijo- Mario, yo quiero que la obra esta tenga la recepción mirando
al río, porque esto, esto y esto otro-.
Bueno, hice toda la documentación de acuerdo a lo que me pidió, un dato del programa,
una norma.
Cuando la terminé digo- Mirá Héctor, hemos cometido un error, porque aquí, algún día
van hacer otras torres y vos no vas a ver el río-.
Hice la documentación de nuevo.
La obra que se hizo, es la segunda.
Después... Había un petit Hotel al lado cuando las obras se estaban haciendo, era un
terreno de mil metros que era de los polistas Heguy.
Los fui a ver. No los convencí de que se fueran pero sí que aceptaran, permitiendo
demoler el petit Hotel el canje por uno de los pisos (que no eran míos sino de Roggio) y
conseguí agregar mil metros más de jardín a la Torre.
Con lo cual debe ser una de las pocas torres de Belgrano que tiene mil metros de parque
agregados.
Otra vez una familia, Tiscornia, encarga en un terreno de 13 metros, en Parera 65, dos
departamentitos, uno atrás y otro adelante.
Hago la documentación como la piden, lo mejor que era posible.
Y pienso, miro, veo, soy medio rumiante, y digo: el departamento de atrás es un disparate,
porque tiene la medianera de 5 metros y no tiene un buen fondo de manzana. El de atrás
se lo van a vender no sé a quién.
Entonces, piensa que te piensa, digo-¡no! Habrá dos al frente.
Terminamos haciendo dos al frente. Un plano que permite hacer piso completo o sino dos
por piso.
Es decir que la ley de la oferta y la demanda muchas veces es lo que a mí me inspira para
hacer el producto flexible.
He hecho obras donde podés hacer cuatro o cinco soluciones dignas.
La mayoría de las veces conseguido con una estructura afuera y el estudio de las
variantes posibles internas.
Un ingeniero, Perelmuter, nos encarga Libertador 4444.
En su terreno el tenía que construir dentro de un rectángulo interior, según las
condiciones del remate.
Pidió dos torres, hicimos una adelante y otra atrás.
Cuando terminamos las dos torres, una delante y otra atrás, digo- pero ingeniero, la
adelante va a ser un éxito pero la de atrás?. -Que le parece si hacemos esto?.
La maqueta está aquí a la entrada del estudio, no sé si la viste. Tiene dos edificios de
perímetro libre, más bajos tomando las medianeras y una torre atrás.
Tardé dos años para conseguir que el Consejo Deliberante sin pedir un metro cuadrado
de más, lo aprobara.
Cuando nos encargan la obra de la famllia Majdalani en la calle Virrey del Pino, tenían un
árbol de 150 años de edad y para salvarlo tenía que invadir el patio del fondo.
Los propietarios dijeron que lo sacara y por defender el árbol me pasé un año pidiéndole a
la Municipalidad que me dejara invadir el patio de fondo.
Lo conseguí.
Al día siguiente la Municipalidad sacó una publicación en los diarios: "la Municipalidad
defiende los árboles centenarios".
DAR FADU UBA
Graduado Década ‘30
Cuando me dieron la obra, que tuvo un premio nacional, la de Alvear y Parera, la empecé
con un grupo italiano, Panedile. La torre esa frente al Rosedal, que la hice con otros dos
estudios, Joselevich y Ricur y Aslan y Ezcurra.
Los propietarios después cuando decidieron hacer esta otra obra la encargaron solo a mí
y me indicaron directamente que retirara los dos árboles que hay sobre la avenida Alvear.
Nunca los saqué.
Cuando Ganzábal y Crivelli compraron la estructura, porque los italianos no quisieron
trabajar más en el país, (se pelearon con el Estado a raíz de un problema que tenían ellos
en la represa de Alicurá los italianos dijeron: no construímos más en Buenos Aires o en la
Argentina).De Ganzábal y Crivelli recibí la orden también de sacar los dos árboles.
Los dos árboles todavía existen, les hice perder cuatro cocheras.
Realzan la obra.
JMV: Y hay otro tema ligado a todas este tipo de iniciativas tuyas. Las cosas que hiciste
con los muralistas, con los pintores y escultores.
MRA: ¡Ah!, sí,sí.
Aprendí en el año (casi) que estuve en Europa, que el Estado dedicaba un 2%
Del costo de las obras públicas para incorporar este tipo de obras en sus edificios.
Después, a posteriori, averigüé que en EEUU desde los tiempos de Kennedy en del 0.5%
y hasta el 2%. Pero mucho antes de enterarme esto yo, cada vez que he podido, en las
obras pongo trabajos de pintores y escultores.
Eso sí, a algunos como a Le Parc les digo en tren de coima - digame, ¿Cuánto me paga
usted si yo le pongo una obra suya- , ¿cómo, cuánto le pago?, sí porque acá la va a ver
más gente que en un Museo-.
A Seoane, que hizo la pintura del circo, le pague el costo de la pintura solamente.
Y con otros fui al taller, elegí cosas que a mí me gustaban.
Integro siempre que puedo las obras de arte a la arquitectura.
JMV: También en Catamarca había un Centro Hospitalario con cerámicas de un
santiagueño y otras piezas murarias y escultóricas.
MRA: De los hermanos Wagner que eran alemanes.
Del Museo Chaco-santiagueño saqué muchos motivos de la cultura calchaquí.
He hice cerámicas con los modelos y los motivos de ellos.
Hice uno con las manitos, hice otros con unas víboras, murales de esas obras que están
en el norte del país y en algunos coloqué una estatua, una figura de mujer.
El la Bolsa de Comercio de Rosario conseguí una escultura, en la Bolsa de Comercio de
Buenos Aires, otra.
Después cuando hice el Centro de Conferencias del teatro San Martín, le hice comprar a
la viuda "los equilibristas" de Curatella Manes.
Hice hacer una escultura de a Knopp que es la que está sobre la calle Sarmiento.
Y alguna vez tuve una discusión con alguna viuda de algún artista porque mando a la
obra, vía municipalidad para que colocara tal cosa en el hall y me opuse y me llamó el
Intendente diciéndome que cómo yo me oponía a que se colocara donde la donante
quería.
Le dije: -Mire los lugares los elijo yo, la donante gracias, pero que no me arruine la obra,
que sume no que reste-.
Eso lo sigo haciendo, con suerte varia, porque cuando terminás las obras las arcas están
exangües y ya la gente no quiere gastar más.
Pero yo, cada vez que puedo, lo hago.
Tengo hecho, por ejemplo en San José 1121, con ese motivo chaco-santiageño
DAR FADU UBA
Graduado Década ‘30
Un mural con Batlle Planas
Bueno eso me significó que los propietarios, que eran los hermanos Recondo, no me lo
dejaron hacer en la obra de al lado porque dijeron que era horrible.
Es decir, vos tenés qe navegar dentro de lo que podés.
Me acuerdo también, en la Torre Le Parc, conseguí que una escultora me cotizara una
pieza para ponerla en el hall
Entonces me pasó algo así como 90.000 dólares.
Se lo llevé al propietario que era Kafy. Me dijo que no, que era caro.
La escultora cuando vió que no la compraba, bajó el precio y Kafy me dijo -ahora no la
quiero-.
Era Noemí Gerstein, yo quería colocar una obra de ella.
En Rosario hice un concurso, que ganó una escultora rosarina, en la Bolsa de Rosario,
no sé si la conocés.
El la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, también hay otra escultura.
Es decir, siempre que he podido he incorporado algo porque creo que realzan y a veces
con ideas propias.
Por ejemplo hago que uno de los escultores elija una escultura y le digo - me la tiene que
poder aquí en el hall del San Martín es un pedestal que es un paralelepípedo rectángular.
Entonces me dice- No, tiene que ser un pedestal piramidal-. Le contesto, - no tiene tiene
que ser rectangular´-, entonces no la hago, dice. No la haga, afuera.
Al tiempo viene la mujer de este escultor y me dice - arquitecto, está dispuesto fulano de
tal a hacerla como usted dijo-.
La obra está con el pedestal como yo dije.
Es decir, creo que el responsable sos vos, que el escultor si quiere lo hace como yo digo y
sino no.
Creo que vos sos el responsable.
JMV: Vos me estabas diciendo los principios que tenías. Respecto al color: si te
preguntara cuáles son tus decisiones acerca del color, ¿qué dirías?.
MRA: Bueno, trato de ambientarlo un poco en el paisaje sin hacer una obra de arte, ¿no
es cierto?.
Por ejemplo, en todas las torres que hemos hecho en Punta del Este, inspiradas un poco
en el lugar, en el mar y demás, he trabajado con turquesas, blanco y negro. Nunca hago
mucho color, si puedo doy un golpecito.
JMV: Una cosa tranquila.
MRA: Sí, bueno yo hago una arquitectura tranquila.
Como dijo Perret tienes que hacer obras que cuando otros las miren les parezca que ya
las vieron antes.
Siempre he hecho arquitecturas para que coon los años perduren
JMV: Bueno, acá por ejemplo, el Teatro San Martín se une a la imagen de Buenos Aires,
como el Obelisco. Cuando uno está en otra ciudad reconoce a Buenos Aires ahí.
MRA: Pero, si vos las mirás, el Teatro o una obra del año 53, como la casa en que vivo,
no tienen nada.
MRA: Porque la empresa era de Banfield, se llamaba Ballarini y Bago o algo así.
Como receta trato de hacer cosas simples.
DAR FADU UBA
Graduado Década ‘30
Marina Waisman me decía - tenés el mérito de hacer cosas simples en un mundo
complicado-.
JMV: Pasa que fue compllcado el ciclo que te tocó y sobre todo el país que te tocó.
MRA: He buscado siempre la simpleza.
Trabajo mucho para hacer las cosas con la menor cantidad de gestos.
No uso el hormigón como otros arquitectos, amigos míos y afamados, para hacer
esculturas, sino que hago lo que puedo pero con el mínimo.
JMV: Y después, otra cosa: que también me parece que puede servir como mensaje: es
que en tren de manejar detalles de situaciones tipo, vos vas guardando lo que vas
haciendo y lo vas perfeccionando. El taparrollo, por ejemplo.
MRA: Sí, la evolución.
Y aprendo de mis propios errores.
Yo visito mis obras, converso con los usuarios, converso con los administradores y he
aprendido muchísimo.
JMV: Una vez alguien me dijo que estaba mal resuelta la entrada de minusválidos en el
edificio de la Universidad de Belgrano. Te pregunté a vos y lo sabías todo.- ¿cómo que
está mal? me dijiste, Es así y así, se entra por abajo, etc, etc.
Es decir que tenías una visión exacta de los problemas y de cómo habían sido resueltos.
No todos les dan importancia a esas cosas.
MRA: Bueno, yo me muero por hacer todo, además intervengo en todas las obras.
Cuando me han querido llevar a los EEUU, no una sino dos veces, contratado, yo
pregunté por vanidad ¿para qué me quieren llevar?
Por supuesto que me querían llevar para hacerme ahí prócer-.
Y volví a pregunta -¿ y porqué me quieren llevar?
Porque usted lo que usted hace, sabe porque lo hace y lo explica. Y muchos arquitectos
de EEUU le dicen es así y no le dicen porqué.
Por ejemplo, yo creo en la estética de la estática, sin que sea un juego de palabras.
Por ejemplo, el voladizo aquel de SOMISA, que ahí no sse ve bien esta metido en
computadora siete veces. No podés hacerlo en el aire.
Es decir: creo que no puede haber una mujer hermosa si no tiene un buen esqueleto.
Yo proyecto pensando en el esqueleto.
En estos momentos tenemos una obra que por desgracia debió estar ya terminada en que
la planta de oficinas tiene 20x30 metros sin columnas, Las columnas están en la periferia,
de manera que vos podés hacer ahí un "open space", podés hacer divisiones, podés
hacer lo que quieras.
No tenés solución cómoda cuando, como en IBM, tenés un grupo vertical en el medio y el
área útil perimetral.
Referido a los detalles, yo recuerdo que acá vino una vez un ingeniero de IBM que traía el
nombre de tres estudios de arquitectura para encargarles la sede social, ahí, en Catalinas.
Entrevistó a los tres estudios y nos eligió a nosotros.
Y otro día, también por vanidad, le pregunté:-¿porque nos eligió a nosotros?
Y me contesta - porque yo entrevisté a todos los titulares de los otros dos estudios y el
único que sabía todo de todas las obras era usted.
Es decir, cuando llegan a cierto grado de mucho trabajo, los titulares delegaban.
DAR FADU UBA
Graduado Década ‘30
JMV: Bueno hay también una persistencia en todas tus cosas. Es como si hubieras hecho
una sola obra en miles de expresiones al pasar los años.
MRA: Ayer recibí a 15 estudiantes de arquitectura de la facultad de Rosario, porque soy
reacio a ir a dar conferencias
JMV: Me los contado hace años.
MRA: De acuerdo, yo prefiero el diálogo socrático. Porque el alumno te pregunta lo que a
él le interesa, no la pavada que yo cuente.
Cierto que yo cuento lo que quiero pero prefiero ilustrar al que me pregunta porque yo he
aprendido preguntando.
JMV: Bueno, el año que viene quiero ver si podemos rescatar los dibujos de Carlos
Ramos, dedicarle un espacio a él.
MRA: Acá tenemos una oficina con el nombre de él y los dibujos de él.
Yo puede ponerte en contacto con el hijo.
JMV: El me regalo y dedicó un panel con vistas de las espaldas del centro de Buenos
Aires, magníficos y sugerentes.
MRA: Acá hay algunos dibujos y mi hijo tiene en su quinta un cuadro muy lindo. Era muy
interesante, y puedo llamar al hijo para ver si tiene algunos. Si acá en el estudio hay
algunos te los facilitamos, la verdad que era un hombre valioso.
Con él intercambiábamos libros. Tengo una influencia de Mies, tengo muchas pero
siempre me interesó la simplicidad, la sobriedad y demás. En ese sentido soy un
enamorado de las cosas japonesas, de su edad media, de los siglos XII y XIV. Creo en la
puerta corrediza, creo en la puerta de papel, en poder cerrar y
Abrir y unir el interior con el exterior, eso lo hago, inclusive en mi casa.
No había losa radiante en esa época, había radiadores, pero los radiadores te arruinan la
pared y no podés poner un mueble. Entonces me inspiré en los aviones y en los
ferrocarriles de aquella época que tenían radiadores largos, de aletas. En mi casa tengo
radiadores de zócalo. Para no perder espacio los tengo debajo de los placards.
Pero los placards como son de madera con la calefacción se iban a hacer pelota.
Entonces las puertas del placard de mi casa en vez de ser de papel son de chapa,
corredizas.
Pero mi mujer, con razón, dice- Mario, yo no quiero tener la mitad del placard quiero tener
todo, entonces en mi departamento hoy, que es del año 54, me hizo cambiar todas las
puertas porque quería ver toda la ropa.
Y me queda un solo placard con puerta corrediza, porque vos te das cuenta que el terreno
donde hice mi casa era chiquitito y tuve que luchar con el espacio.
Tengo muchos tabiques de 3 cm que son de madera, arena y hardboard.
Es decir hay mucha prefabricación en la que yo creo a pies juntillas.
Ninguno de los copropietarios de mi casa quiso tener ese tipo de tabiques, pero vos no te
das cuenta cuando terminados cuál es o no de ladrillo o panel.
No tengo muchos tabiques de ladrillo.
Es decir, busco estar al día me ilustro recibiendo muchas revistas.
Pero si vos me agarrás, de música no sé una jota y me agarrás en muchas otras cosas y
tampoco, porque me resulta demasiado breve mi vida y mi día para poder estar metido a
fondo en todo.
DAR FADU UBA
Graduado Década ‘30
Yo he contado con mis limitaciones. Yo sé que de muchas cosas no voy a saber nunca
nada.
Acá, cuando se empezaron a comprar las máquinas de computación y demás dije- bueno
ustedes estudian y saben pero yo no manejo-.
Yo no sé manejar una computadora.
Mi nieto, que tiene diez años, la maneja,
Sabes que me he puesto límites pero sigo con el mismo embalaje del desasne.
Por ejemplo cuando me encargan la Universidad de Belgrano, primero habíamos ganado
un concurso en un terreno de 3 hectáreas, un concurso internacional, por supuesto, pero ,
como en todas las cosas de la vida, ocurrió había una villa y Manrique que podía sacar la
villa, nunca se la dio a Porto, de manera que ganamos el concurso pero nunca se hizo
nada.
Y resulta que este hombre compra en la calle Zabala un terreno y me llama y me diceMire, como usted ganó aquel concurso en su estudio vamos a hacer esto, ¿qué le
parece?-.
Este terreno es chico, compre el de al lado.
Bueno, al rato compró el de al lado.
Vino.
Me encarga una ciudad universitaria vertical.
Había leído que en todas partes del mundo existía el ascensor en doble cabina, lo
conocés?
JMV: No.
MRA: Como los ómnibus ingleses de dos pisos.
Entonces en base a eso toda la solución de esa obra está hecha así.
Cuarenta alumnos puede bajar y otros cuarenta y así suben 80 en un solo agujero y toda
la obra se desarrolla en forma tal que ningún alumno tiene que caminar más de un ppiso y
medio, por lo cual, del terrible drama de la circulación por falta de horizontalidad quedaron
resueltas tres facultades y Porto chocho.
Pero eso salió por el desasne, si yo no hubiera leído que en otras partes del mundo se
hacía eso, no se me hubiera ocurrido hacerlo.
También me enteré que hace mucho tiempo que hay escaleras mecánicas curvas, te
conté?
JMV: No.
MRA: También me enteré que hay ascensores que ya no tienen salas de máquinas, pero
eso lo aprendés estudiando.
¿cómo podés progresar en tu profesión si no aprendes que hay nuevos materiales?
Hoy hay vidrios que por alguna cuestión eléctrica los podés pasar de transparentes a
opacos, en decir, si no estás con la técnica, te quedás.
JMV: Acerca del trabajo en equipo, hoy resulta clave que sus integrantes intercambien y
discutan ideas personales y en grupo tomen decisiones compartidas después de
razonarlas. No que uno piense y otros se cuelguen de él pensando solo en zafar..
Esto es malo, especialmente, para los que se cuelgan o se autoengañan como dijimos
antes.
MRA: Yo siempre digo esto: en el estudio soy el responsable de las macanas pero las
cosas buenas son de todos.
DAR FADU UBA
Graduado Década ‘30
JMV: Bueno, la charla ha sido muy buena. La desgrabaremos, junto a las de Jujo y
Clorindo.
MRA: Si me la mandás, si querés yo la miro.
OK, jóvenes, gracias por la visita.
Descargar